Amor en las adversidades

Capítulo 1. Nueva ciudad, nuevo hogar

Año 4 de la era Meiji, Tokyo.

Hace 4 años que se alcanzó la restauración y vivimos bajo el nuevo gobierno Meiji. El régimen de Tokugawua finalizó y ahora nuestro gobierno se basa en la política. Desde el alcance de la restauración, las leyes cambiaron. Un decreto prohíbe portar o usar espadas, a no ser que tengas un permiso, como por ejemplo, que seas un instructor de kendo, o que pertenezcas a la policía. Los samuráis colgaron las espadas y las cambiaron por haces y azadas, y ahora son humildes campesinos.

En esta nueva era, las dos grandes ciudades del país siguen siendo Kyoto y Tokyo, y es aquí donde empieza nuestra historia, en la calle principal de la ciudad de Tokyo.

La calle está muy concurrida, hay mucha gente haciendo las compras, trabajando, los niños juegan con sus juguetes… hay un ambiente muy alegre. Entre la muchedumbre vemos a una niña de unos 7 años de edad. Tiene el cabello negro azabache como la noche y viste un kimono azulado con flores de sakura adornándolo, y el obi y su cinta que le recoge el pelo son rosadas. Va caminando distraídamente, mira a su alrededor, se para en las tiendas a mirar… pero de repente una ráfaga de viento muy fuerte hace que se le vuele la cinta de su cabello, y este cae en cascada por su espalda. La pequeña empieza a corre detrás de su lazo.

- ¡Oh no! ¡Mi lazo! ¡Espera!- ella sigue corriendo hacia delante, con la vista fija en la tela color rosada.

Pero, como iba pendiente de no perder de vista al cinta, no estaba atenta a la gente con la que se cruzaba, y de repente…

¡¡¡PAM!!!

Notó como se chocaba contra algo…

- ¡¡AY!!- dijo la chiquilla, pero a la vez también se oyó otra voz.

La pelinegra levantó la cabeza y lo que vio fueron dos hermosos ojos violetas, los más bonitos que había visto nunca, pensaba ella.

Esos ojos pertenecían a un niño de unos 7 años también, un poco más alto que ella y tenía una larga cabellera rojiza como el fuego recogida en una cola como un samurai. Cuando la chica levantó la cara, al niño se le detuvo el tiempo. Sus ojos violetas se encontraron con dos ojos azul marino, dos hermosos zafiros que formaban un bello e inmenso mar. Su cabello azabache le caía como una cascada suelto por detrás de ella.

Pasaron como cinco minutos así, que para ellos se hicieron eternos. Entonces la niña reaccionó.

- ¡Oh no! Gomen nasai… no iba pendiente de mi alrededor…- se disculpó la pequeña

El pelirrojo reaccionó cuando ella se separó para disculparse.

- No pasa nada… además… no nos ha pasado nada…- sonrió el niño- demo, ¿Por qué ibas corriendo?- preguntó curioso como cualquier niño de su edad.

- Ah… es que… es que el viento hizo volar mi cinta… ¡Oh! ¡Mi cinta! Ya no la recuperaré…- se entristeció y quiso empezar a llorar.

El chiquillo se puso nervioso, no le gustaba ver llorar a nadir, y menos a una chica. De pronto recordó que antes había cogido algo que iba volando.

- Em… perdona…- la niña miró al pelirrojo con los ojos cristalinos por las lágrimas- verás… antes de chocarnos… esto venía volando… y lo cogí… ¿es esta tu cinta?- le enseñó una cinta muy bonita de color rosa.

- ¡Ah! ¡Es mi cinta!- cogió la tela de manos del niño y la abrazó.

El pequeño se alegró de verla sonreir.

- Arigatô… Arigatô gozaimasu… esta es mi cinta favorita…- se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.

Al niño se le tintaron las mejillas de rosa levemente.

- De… de nada… ha sido un placer ayudarte…

- Aún no me he presentado… con lo de la cinta… mi nombre es Kaoru, Kamiya Kaoru…- hizo una reverencia

- Hajimemashite… mi nombre es Kenshin, Himura Kenshin- también se inclinó

- Mucho gusto Kenshin- sonrió ella- oye… ¿eres nuevo en la ciudad?

- Si… mi familia se acaba de mudar, demo… cuando hemos llegado aquí… con tanta gente… me he perdido…- dijo apenado

Kaoru se conmovió, y puesto que él había recuperado su cinta y le había caído bien, decidió ayudarlo.

- Tranquilo Kenshin… yo te ayudaré a buscarlos…- le dijo sonriendo.

Se puso su cinta, recogiendo su suave cabello en una cola alta, igual que Kenshin.

- ¡Hai! ¡En serio!- se alegró- arigatô…

- Vamos- le cogió la mano a Kenshin y empezaron a andar.

Llevaban diez minutos recorriendo la ciudad sin éxito cuando…

- ¡Kenshin! ¡Kenshin! ¿Dónde estás?- se escucha una voz llamar al niño pelirrojo

Los niños se paran al escuchar la voz.

- Te estaban llamando Kenshin- dijo Kaoru mirando en todas las direcciones

- Vino de allí- señaló a un cruce de calles y empezó a correr y Kaoru detrás, puesto que desde que ella le cogió la mano, no se habían soltado.

Llegaron al lugar de donde provenía la voz y allí encontraron a un joven de unos 15 años, de pelo castaño oscuro y ojos negros. Llegaba puesto un gi color verde oscuro y una hakama marrón. También portaba una espada. Sostenía en brazos a una niña pequeña, de apenas 1 año de edad, cabello castaño, que estaba dormida. El muchacho se veía algo agitado y entonces se percató de la presencia de los dos niños.

- ¡¡KENSHIN!!- gritó sorprendido el joven castaño y se acercó corriendo hacia ellos.

Se agachó enfrente de Kenshin y lo abrazó con cuidado, ya que tenía a la pequeña en brazos.

- Kenshin… Arigatô a Kami-sama… que susto nos has dado…

- Akira nii-chan… me asusté cuando me quedé solo…- dijo sinceramente el niño de cabellos de fuego.

- No nos pegues otros susto así… otou-san está como loco buscándote- se separó de su hermano y entonces se fijó en Kaoru- oye onii-chan… ¿y no me presentas a esta niña tan mona?- le sonrió a la niña.

- Akira nii-chan… ella es Kaoru… cuando me quedé solo, me encontré con ella, y me ha ayudado a encontrarte- explicó Kenshin

- Hajimemashite Akira-sama- se inclinó en señal de respeto.

- El gusto es mío Kaoru… bueno Kenshin, será mejor que busquemos a otou-san…

De repente se escucha, no muy lejos de ellos…

- ¡¡Kenshin!! ¡¡Kenshin!!- dos voces llamaban al pequeño

- ¡Esa es la voz de tou-chan!- dijo Kenshin girándose en dirección de donde provenían las voces.

- ¡Otou-san! ¡Estamos aquí!- gritó Akira

Al momento, corriendo entre la muchedumbre, llegaron hasta ellos dos personas. El primero de ellos era un hombre bastante alto, de pelo negro y ojos también negros. Vestía lo que parecía ser un uniforme de entrenamiento de kendo, una capa blanca que le caía por detrás de la espalda y una espada colgada de su cinturón. Le segunda era un niño de la misma estatura que Kenshin con el pelo castaño oscuro y los ojos de un negro con estilo de los de un gato. Vestía un gi azul y una hakama marrón. Llegaron bastante agitados, pero enseguida el hombre moreno se le echó encima a Kenshin abrazándolo.

- ¡¡Kenshin!! ¡Hijo mío! ¡Oh Kami! ¡Kenshin no baka! No vuelvas a hacerme algo así…- lo abrazó tan fuerte que casi lo asfixia

- Tou… tou-chan… que no… que no puedo… respirar…- dijo costosamente el ojivioleta

El hombre lo soltó de inmediato, pero antes de que pudiese respirar tranquilo, ya lo estaban abrazando otra vez. En esta ocasión era el niño castaño quien lo hacía.

- Kenshin nii-chan… no me dejes solito otra vez…- dijo con una voz muy dulce

- Soujiro… tranquilo onii-chan… no lo haré más…- lo tranquilizó

Cuando por fin se calmó un poco la cosa, fue cuando Kaoru decidió acercándose a Kenshin para hablar.

- Kenshin…- lo llamó y el niño se giró a verla- me alegro de que hayas encontrado a tu familia…

- Arigatô Kaoru… no habría podido encontrarlos sin tu ayuda…- agradeció sinceramente Kenshin

- No hay de que Kenshin… arigatô a ti por recuperar mi lazo…- sonrió la niña de los ojos azules- bueno, será mejor que regrese ya… - se giró hacia la familia de Kenshin- mucho gusto en conocerlos

- El gusto es nuestro…- Kaoru hizo ademán de irse, pero entonces el padre de Kenshin la llamó- espera un momento pequeña…

Ella se paró y volvió sobre sus pasos hasta quedar en frente del padre de su amigo pelirrojo.

- ¿Qué desea señor?- preguntó

- ¿Nos podrías hacer un favor?

- Si está en mi mano, por supuesto- accedió animadamente

- ¿Nos podrías decir donde queda el dojo Kamiya?

La niña se sorprendió bastante cuando el hombre le preguntó donde quedaba su casa.

- ¡¿Eh?! ¿Están buscando a mi familia?

Ahora los sorprendidos eran todos, menos Kenshin.

- ¿Cuál es tu nombre?

- Kaoru, Kamiya Kaoru… mi padre es Kojiro Kamiya, maestro del Kamiya Kasshin Ryu…

- Vaya… menuda coincidencia… ¿nos podrías llevar?

- Claro, por supuesto… síganme- y empezó a guiarles a través de la ciudad

Tardaron pocos minutos en divisar una gran casa, en cuya puerta principal, en la cual se pararon, ponía "dojo Kamiya". Kaoru abrió la puerta y los hizo pasar al patio. Luego los condujo hasta la puerta de la casa, la corrió y entraron.

- ¡Tadaima! ¡Soy yo, Kaoru!- gritó desde la puerta

Se descalzó las sandalias e hizo pasar adentro a las 5 personas que la acompañaban.

- Onegai, pasen al salón… avisaré a tou-chan en seguida…- los invitó a pasar

- Arigatô gozaimasu… espero que no sea una molestia venir sin avisar…- se disculpó el padre de los niños.

- En absoluto… hoy tou-chan solo nos entrena a mi onii-chan y a mí…

Los llevó hasta la puerta del salón y descorrió el shoji, sorprendiendo a la joven que allí se encontraba. La joven tendría unos 15 años, el cabello largo y negro, pero no tanto como Kaoru y los ojos de un azul oscuro casi negro. Vestía un kimono blanco con flores campanillas de color morado adornándolo y el obi era color morado también. Sostenía en brazos a un pequeño niño dormido, de apenas 1 añito, pelo negro, vestido con un gi amarillo y una hakama verde.

- Tomoe nee-chan… creí que habías salido…- dijo entrando en el salón

- Kaoru… si que te tardaste… te he oído llegar… demo Yahiko-chan se había dormido… y no quería despertarlo…- se disculpó su hermana mayor- Okaeri nasai- sonrió.

- Arigatô… Tomoe, tenemos invitados… - se giró hacia la puerta- pasen onegai- a continuación se dirigió a un armario para sacar unos cojines donde sentarse.

Las 5 personas pasaron adentro de la habitación.

- Ohayo… con permiso- dijo el padre

- Okaeri… mi nombre es Tomoe Kamiya… ¿en que puedo ayudarles?- preguntó respetuosamente.

- Quisiera hablar con su otou-san… Kojiro Kamiya-sama… ¿se encuentra en casa?

- Hai…- se giró hacia su hermana menor- Kaoru… ve a buscar a otou-san… creo que está en la parte de atrás con Enishi…

- Enseguida Tomoe nee-chan- terminó de colocar los cojines- siéntense onegai… enseguida vendrá tou-chan…- salió por la puerta.

Kaoru recorrió los pasillos de la casa y llegó a la parte de atrás del dojo, en el cual estaban entrenando en el patio, su padre y su hermano. Estaban en medio de una sesión de entrenamiento y no debía interrumpir, pero tampoco era de buena educación hacer esperar a los invitados. Bajó del porche al patio y se acercó un poco a su padre.

- Tou-chan… siento interrumpir vuestro entrenamiento, demo tenemos invitados…

Padre e hijo pararon de entrenar de inmediato.

- ¿De quien se trata Kaoru?- preguntó su padre

- No se su nombre tou-chan… es un hombre alto y moreno, con una capa blanca y sus 4 hijos…

El hombre se quedó pensativo y luego de darle una mano a su hijo y su hija y empezar a caminar en dirección al interior de la casa dijo…

- Tengo la ligera impresión de saber quien es…

Llegaron a la puerta del salón y el señor Kamiya descorrió el shoji. Todos los que estaban en la sala miraron hacia la puerta. Allí estaba él, Kojiro Kamiya, un hombre alto, de pelo negro y ojos azul celeste. Los dos hombres se quedaron mirando fijamente, el hombre de la capa blanca se levantó y se acercó a él. Todo estaba en silencio, hasta que el recién levantado decidió romperlo.

- ¿Kojiro?

- ¿Seijuro?

Se observaron mutuamente hasta que descubrieron que eran los antes nombrados.

- ¡Kojiro!

- ¡Seijuro, viejo amigo!

Ambos se abrazaron conmemorando el reencuentro.

- Ha pasado mucho tiempo… Kojiro

- Casi 20 años… Seijuro…

Una vez estuvieron sentados en el salón comenzaron a hablar…

- El tiempo no ha escatimado contigo… casi no te reconozco… y quien diría que sentarías la cabeza…- dijo Seijuro

- Lo mismo digo de ti…- giró su vista hacia los chicos que estaban al lado del hombre- ¿y estos son tus hijos?

- Hai, el mayor es Akira- señaló al joven que tenía a la pequeña en brazos- que tiene 15 años, el mediano Kenshin, el único que sacó el color de mi Nadeshiko, con 7 años- señaló al niño de los ojos violetas- el siguiente es Soujiro de 6 años- ese era el chico castaño al lado de Kenshin- y la más pequeña de la familia y mi única hija… Tsubame… con un añito- miró a la pequeña niña vestida con un kimono rosa y un obi blanco, en los brazos de su hermano mayor.

- Hajimemashite Kamiya-sama- saludaron los 3 a la vez

- El placer es mío…- sonrió- sabéis, tenéis la misma edad que mis hijos… Tomoe, la mayor- señaló a la jovencita que sostenía a su hermano pequeño en brazos- la segunda, Kaoru, a quien ya conocen... de tu edad muchacho- señaló a Kenshin- mi primer hijo, Enishi… como tú, Soujiro- presentó a su hijo de cabello castaño y ojos negros- y el benjamín de la familia… Yahiko… como la pequeña Tsubame-chan- señaló al pequeñín que dormía apaciblemente en los brazos de su hermana mayor.

- Hajimemashite- dijeron los 3 a la vez

- Mucho gusto… veo que lo educado lo sacaron de su okaa-san…

- Lo mismo puedo decir de tus hijos… nosotros nunca fuimos tan educados…

- ¡¡Jajajajajaja!!- rieron los dos a la vez

- Y dime Kojiro… ¿tus hijos son kendokas?

- Kaoru y Enishi si… ya han empezado y dominan muy bien la técnica, y tengo la esperanza de que Yahiko también lo sea… en cuanto a Tomoe, su okaa-san no quiso que la entrenara, ni a Kaoru tampoco, demo como fue la propia Kaoru quien lo pidió, no se opuso…- le explicó a su viejo amigo- ¿y tus hijos Seijuro?

- Por supuesto, soy Seijuro Hiko, maestro del Hitten Mitsurugi Ryu- esta revelación sorprendió a la pequeña Kaoru- Akira la domina por completo, a Kenshin solo le falta aprender el secreto de la técnica y Soujiro progresa cada día más… A Tsubame no pienso iniciarla, mi Nadeshiko no hubiera querido…- concluyó

Kaoru, que no se quedaba tranquila con una cosa, decidió preguntar como curiosa que era.

- Sumimasen Hiko-sama- llamó al viejo amigo de su padre

- Dime pequeña…

- Verá, cuando me encontré con Kenshin, me dijo que su apellido era Himura y… usted ha dicho que se llama Seijuro Hiko… ¿porque no son iguales sus apellidos?

- Oh no pequeña… mi apellido es Himura… es solo que Hiko es el nombre que adoptan los maestros del Hitten Mitsurugi Ryu, en honor inventor de esta… Mirihayami Hiko…

- Ah…

- Bueno amigo… ¿y a que se debe tu visita?

- Pues verás… resulta que Osaka ya no es un lugar seguro… los políticos se han corrompido demasiado rápido en estos 4 años… así que por mis hijos… he comprado una casa aquí en Tokyo… de hecho, creo que está por aquí cerca… era la del señor Kiyoshita…

- Pues amigo… déjame ser el primero en decirte… tadaima al vecindario… porque es justo la casa contigua a esta…

- ¿Ah si? La otra vez no me fijé bien donde estaba ubicada… demo como sabía que tú vivías aquí… pensaba hacerte una visita y preguntarte…

- Bueno y dime… ¿Cuándo os traen las cosas?

- Mañana… hoy nos quedaremos en el hotel…

- De ninguna manera… estando mi casa, no os quedaréis en un hotel…- dijo muy serio Kojiro Kamiya.

- No por Kami-sama… no quisiéramos ser una molestia…

- Ninguna… con gusto en que os quedéis…

- Arigatô amigo…

- Akira, Kenshin y Soujiro dormirán en el cuarto con Enishi, Tsubame-chan y Yahiko-chan dormirán con Tomoe y Kaoru en su cuarto, y tú puedes dormir en el cuarto de invitados- se giró hacia los niños- ¿Qué os parece el reparto?

- No tenemos ninguna objeción- dijo Akira

Kojiro se giró hacia sus hijos.

- ¿Y vosotros que decís?

- Nos parece bien otou-san- contestó Tomoe

- Tomoe, dame a Yahiko-chan y ve a preparar las habitaciones

Tomoe le pasó con mucho cuidado al pequeño.

- Akira, déjame a mí a Tsubame-chan y ve a ayudar a Tomoe

- Hai otou-san- y le pasó con cuidado a la pequeña

Los dos jóvenes desaparecieron en el pasillo.

- Kaoru, Enishi… podéis salir a jugar con Kenshin y Soujiro, demo os quiero aquí a l hora de comer

- Hai tou-chan- dijeron los dos niños

Ambos se acercaron a Kenshin y Soujiro, quienes habían permanecido callados.

- Vamos a jugar Kenshin…- le habló Kaoru cogiéndolo de la mano y obligándolo a levantarse y a salir al patio.

- Vamos con ellos Soujiro…- dijo Enishi imitando la acción de su hermana y saliendo al patio.

Cuando los dos hombres se quedaron solos en la sala…

- ¿No te parece que Kenshin y Kaoru hacen muy buena pareja?- dijo el hombre de la capa blanca

- Demo Seijuro… si aún son muy pequeños… aunque creo que tienes razón… ¿y que me dices de Akira y Tomoe?- le contestó el anfitrión de la casa

- Creo que podría haber algo entre ellos…

Volvemos con los 4 niños que acababan de salir. Kaoru y Enishi llevaron a Kenshin y Soujiro por la ciudad para enseñársela. Después fueron a la orilla del río y allí decidieron jugar al escondite. A Kenshin le tocó quedarla y los otros 3 se escondieron mientras él contaba hasta 40.

Kaoru decidió esconderse en lo alto de un árbol y allí se puso a esperar a ver si Kenshin la encontraba. Habían pasado cinco minutos desde que estaba allí escondida cuando vio pasar a Kenshin por debajo de ese árbol. Decidió esconderse mejor entre las ramas, pero no se dio cuenta de que se le veía su cinta del pelo por encima de las hojas. Kenshin, por su parte, todavía no había encontrado a nadir y se estaba desesperando.

- ¿Dónde se habrán metido? No encuentro a ninguno…- entonces miró hacia arriba y hubo algo que le llamó la atención. Se había fijado en la cinta rosa que sobresalía entre las ramas- "esa es la cinta de Kaoru… Así que ahí estabas…"- pensó él

Decidió seguir caminando como si no la hubiese visto. Kaoru, al ver que Kenshin se iba, creyó que no la había visto y salió de entre las hojas.

- Uff… creo que no me ha visto…- se dijo a sí misma

Pero de pronto…

- ¡Te encontré Kaoru!- gritó Kenshin saliendo de detrás del tronco del árbol más cercano.

Kaoru se sobresaltó por el grito y perdió el equilibrio.

- ¡¡¡KAORU!!!- Kenshin se asustó y gritó su nombre

- ¡¡¡¡AAAAHHHH!!!!

Mientras tanto con Akira y Tomoe…

Los muchachos estaban preparando las habitaciones para dormir en la noche. Ya habían preparado la habitación de Seijuro Hiko, la del padre de Tomoe y la de Tomoe y Kaoru… Solo faltaba la e Enishi, para la cual había que sacar del armario tres futones, aparte del de Enishi que ya estaba fuera. Entraron y Tomoe abrió el armario para sacar los futones, pero al intentar sacarlos, estaban atascados dentro. Tiró fuertemente de ellos y consiguió sacarlos, pero perdió el equilibrio e iba a caer al suelo, pero Akira reaccionó a tiempo. Los futones cayeron al suelo, pero Tomoe no se encontraba debajo de ellos. Akira había reaccionado cuando vió caer los futones y consiguió agarrarla a tiempo, antes de que cayese al suelo. Pero los dos habían quedado en una posición algo comprometedora. Akira tenía cogida a Tomoe por la cintura y sus rostros habían quedado muy cerca, demasiado cerca. Se quedaron observándose a los ojos, en un trance del que ninguno quería salir. De repente reaccionaron. Vieron la posición en la que se encontraban y sonrojaron notoriamente.

- Ari… arigatô por evitar… que cayese al suelo… Himura-san- dijo separándose lentamente de él.

- De… de nada… Kamiya-san… Pue… puedes llamarme… Akira, si quieres…

- De… de acuerdo… Akira…- sonrió la joven- entonces… llámame Tomoe…

- Claro… Tomoe…- sonrió a la muchacha

Siguieron preparando la habitación como si nada hubiese pasado.

Volvamos con Kenshin y Kaoru…

- ¡¡¡KAORU!!!- Kenshin se asustó y gritó su nombre

- ¡¡¡¡AAAAHHHH!!!!

Kaoru había perdido el equilibrio y estaba cayendo desde la rama del árbol hacia el suelo. Kaoru tenía mucho miedo, así que cerró los ojos y siguió cayendo. Pero de repente sintió que la agarraban y que ya no caía. Decidió abrir los ojos y lo primero que vio fueron unas orbes violetas con leves tonos dorados, que pertenecían al rostro preocupado de su nuevo amigo pelirrojo. Kenshin, cuando vio caer a Kaoru, saltó rápidamente y se apoyó en el tronco del árbol para coger más impulso y saltar más alto, cogiendo así a Kaoru antes de que cayese contra el suelo.

- Kaoru… Kaoru… ¿estás bien?- preguntó dulcemente el pelirrojo, pero con tono de preocupación en su habla.

- "Sus ojos cambian de color…"- ella salió de sus pensamientos a la llamada de Kenshin- ¡¡Kenshin!!

Kaoru, al ver a Kenshin, se le abrazó fuertemente.

- ¡Kenshin! ¡Kenshin! Tenía mucho miedo…- casi estaba al borde de las lágrimas

- Tranquila Kaoru… ya estás a salvo…- le susurró para tranquilizarla- no dejaré que nada te pasé… te lo prometo… "lo que más quiero es estar contigo"- pensaba Kenshin

- Arigatô…

Después de un rato se separaron y Kaoru le dijo a Kenshin.

- Kenshin… tus ojos… ¿tus ojos cambian de color?

El niño se quedó callado y pensativo, luego de un momento, respondió.

- Verás Kaoru… si que me cambian… ¿a que eran de color dorado?

- Hai… eran violetas con leves tonos dorado…- contestó ella

- Pues verás… es que en mi familia… según me dijo mi tou-chan… cuando nos enfadamos o… como ha pasado ahora que me asusté porque te caías… nos cambia el color de los ojos…- explicó Kenshin

- Aamm…

- A tou-chan, a Akira nii-chan y a Soujiro nii-chan también les sucede… demo a Tsubame no… será porque es niña… tou-chan dice que es muy raro que se dé en las niñas…

- Ya veo… sabes… me gustan tus ojos… ya sean violetas, dorados, o mirad de cada uno…- le dijo con una sonrisa encantadora que a Kenshin le fascinó

- Ari… arigatô…- dijo nervioso y se sonrojó levemente- los tuyos son más hermosos…- susurró, pero Kaoru se enteró y también se ruborizó.

- Será mejor que volvamos ya… no quisiera encontrarme con tou-chan enfadado…

- Opino lo mismo… tou-chan es terrible cuando se enfada…- la apoyó Kenshin

- ¿Vamos?- le tendió la mano Kaoru

- Vamos- se la agarró fuertemente Kenshin y empezaron a caminar

Después de un rato, localizaron a Enishi y Soujiro y se fueron hacia la casa de Kaoru. Kenshin y Kaoru no se había soltado las manos en ningún momento. Enishi y Soujiro no comprendía porque, porque todavía eran pequeños. Ni los propios Kenshin y Kaoru sabían porque, pero les gustaba estar cerca el uno del otro.

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N.A: bueno, y este es el primer capítulo de "amor en las adversidades"

Wola!!!

Y aquí tenéis un nuevo finc de mi autoria. Este tiene su base en mi amistad con un amigo. Pero sin duda el que más se parece a nuestras andanzas de pequeños es otro en el estoy trabajando y deseo publicar pronto.

Que les pareció la idea? Kenshin y Kaoru con la misma edad… Los hermanos de cada uno… las distintas explicaciones que doy a distintas cosas…

Díganme… estoy abierta a todo tipo de sugerencias y comentarios…

Bien es hora de despedirse… os dejare un adelanto del siguiente capítulo…

Adelanto: han pasado dos meses desde que se mudaron… todo era tranquilo… y se llevaban a las mil maravillas… pero… siempre ahí algo que estropea ese paisaje de paz que por un tiempo se forma… "¿Cómo es posible que esté vivo?..."

Bien nos vemos en el capítulo 2 "De la tranquilidad a la oscuridad" de "amor en las adversidades"

Matta-ne

Kisa-Chan-sohma