Disclaimer: los personajes usados en este fic no me pertenecen, son de Takeshi Konomi.


—Inui, gracias —dice un día Kaidô con una expresión avergonzada y confusa surcando su cara.

— ¿Eh? ¿De qué hablas? —pregunta el nombrado, sorprendido. No es muy habitual que el chico de segundo curso diga esas cosas, y menos expresando sus sentimientos con tanta facilidad.

Kaidô bufa exasperado, haciéndole entender que su intención es no andarse con rodeos. Sin embargo, vuelve a intentarlo.

—Inui, gracias —repite con solemnidad. Antes de que su senpai vuelva a interrumpirle, añade ávidamente—: por todo lo que has hecho.

— ¿Yo? —responde mientras confirma si le ha oído bien—, ¡pero si no he hecho casi nada!

—Sí, has hecho mucho —La mirada de Kaidô se ha vuelto seria, y su expresión se ha tornado algo más triste—. Me has ayudado mucho en mis entrenamientos, has ayudado a mejorar mi serpiente bumerán, ¡e incluso me has ayudado a aprender nuevos golpes! Además, jugando contigo a dobles he vivido en mi propia piel la experiencia de jugar en los Nacionales. Ha habido buenos momentos, otros de malos, pero son algo que nunca voy a olvidar.

Kaidô ejecuta una reverencia e insiste, con un deje pena:

—Gracias por todo, Inui-senpai.

La 'víbora' espera a que Inui se carcajee e incluso se mofe de la situación. Pero en vez de eso, el mayor coloca una mano en su hombro derecho y asiente, confirmándole de que él tampoco olvidará ninguno de esos instantes compartidos, en los que podía ser él mismo; en los que su camaradería era más importante que cualquier otra cosa, y en los que trataron de llegar a un objetivo: ganar por el Seigaku.

—No hay de qué, Kaidô —dice Inui mientras sonríe a su kouhai—. Espero que en esta nueva etapa lideres al club hacia la victoria; estoy el cien por cien seguro de que lo conseguirás.

Esta vez es la 'víbora' quien sonríe —o lo más parecido a ello— y asiente, asegurándole de que la palabra "derrota" no va a existir a partir de este momento.

—Por cierto, hablando de etapas, ¿quieres que te pase la receta de mis zumos? Creo que te podrían servir de ayuda en el entrena…

—Creo que paso, Inui-senpai.

—Mmm… pues qué mal. Ahora tendré que buscar otros objetivos con los que probarlos…

—I-Inui-senpai… ya está anocheciendo, tengo que ir a casa —dice Kaidô un poco nervioso por el último comentario—. ¿Nos vemos mañana para entrenar?

—Eso está hecho.

Kaidô pone rumbo a su hogar. Está contento por haberlo dicho y también por los ánimos que ha recibido. Y a pesar de que dentro de poco Inui estará en la escuela media superior, él se encuentra tranquilo, porque sabe que se encontrarán el día siguiente para entrenar, como siempre.

Fin.


¡Espero que os haya gustado!