A/N: Hola a todos. Quiero que sepan que esta es mi primera historia y me gustaría que me dieran su opinión. No se dejen llevar por el nombre, es solo que esta historia la escribí para mi hermana y en un principio no quería que ella se enterara, la idea era terminarla para su cumpleaños y dársela como sorpresa y el nombre de Pila gastada era para que no sospechara y la encontrara antes, pero me fallo y le pareció un titulo muy interesante y la leyó antes de que estuviera terminada, por eso decidí que subiría mis avances pero que pondría el último capitulo el día de su cumpleaños.
Es una historia rara que en un principio no parecía que fuera allegar a ningún lugar, como la vida real que uno descubre que va pasando conforme la va viviendo y no puedes realmente planearla. Aún así yo me divertí mucho escribiéndola y me gustaría que me dieran consejos, opiniones, quejas, lo que sea.
Disclamer: Ninguno de los personajes y lugares del universo de Harry Potter me pertenecen. Los demás, al igual que esta historia si.
La Pila Gastada
Por: Nodel Brimbore
Draco se había despertado aquella mañana lleno de inspiración. Aun era muy temprano pero eso no lo detuvo, decidió que tendría que aprovechar el momento aunque nadie se enterara de él. Tomo unos pergaminos y un tintero y se salió de su cuarto tratando de no hacer ni el más mínimo ruido. Bajó por una enorme escalinata de piedra hasta un portón de madera con extrañas figuras grabadas. Entonces salio al jardín y comenzó a caminar.
Unos minutos más tarde se encontraba tan cansado que no recordaba ni porque había salido. Se detuvo unos instantes sentado en un tronco tratando de recuperar el aire. Aun hacía frió y había olvidado tomar un abrigo mientras se escabullía de la casa, pero ahora parecía haber sido muy mala idea desde el haber dejado la cama sin haber salido el sol, hasta el haber caminado cuesta arriba sin tener ni un poco de comida en el estomago.
Furioso por su fracaso se volteó hacia su casa dispuesto a tomar el camino de regreso y fingir que no había salido en lo más mínimo, pero justo cuando se iba a poner en pie comenzaron a sobresalir los rayos del sol sobre la casa y al ver el amanecer se volvió a llenar de pensamientos fuera de control, que se apresuró a plasmar en los pergaminos. Olvidando el frió, el hambre y comenzó a escribir:
Con aquel amanecer el cielo se pinto de colores.
El brillo de las nubes le alejo de sus terribles dolores.
Recorriendo el suave camino tropezó con un audaz sueño.
Y el roce de la brisa le regreso aquel aroma tierno.
En aquella mañana no existían los truenos.
No había tormenta o tempestad que terminara con el momento.
Era tan fresco y vivo como un caballo joven corriendo
En una pradera suave con el trote suelto.
Un castillo a la lejanía rendía culto al sol.
Acariciando la esponjosa nube que se atravesó.
Rodeado por un espeso bosque de incansable verdor.
Y un lago cristalino que al mundo reflejó.
Caminaba entonces por el mundo del placer.
Sonriendo siempre aunque nadie le pudiera ver.
Recordaba la fragancia que todo perfeccionó.
Y el sabor de la boca que probó llena de amor.
Nubes plateadas vio atravesar
Aquel enorme paisaje que no querría olvidar
Un instante inigualable en la eternidad
Que regaló a su nombre aunque no lo vea jamás.
Y caminó largas horas sin ir lo a notar.
Hasta que callo el cielo de aquel lugar.
Una fresca lluvia al sol opaco
Pero nunca lastimo a este corazón.
Después de escribir aquellas frases y lograr darles algún orden y sentido, se sentía complacido de lo logrado, pero su estomago estaba bastante molesto y se lo recordaba a cada momento con retortijones y sonidos. Se apresuró a guardar los pergaminos en el bolsillo de su pijama y corrió cuesta abajo por la inmensa pradera, entro rápidamente en su casa y comenzó a sentir como el calor recorría nuevamente su cuerpo. Camino entonces por el recibidor hacia el comedor, totalmente concentrado en sus manos congeladas y en lo que querría para comer. Así se dirigió sin prestar atención a ningún otro ser que se encontrara en las cercanías.
"¡DRACO!" grito una voz que provenía de las escaleras.
Draco salto por la sorpresa, que lo saco de sus pensamientos dispersos. Y después de eso volteo la mirada hacia su padre que bajaba de las escaleras.
"A donde fuiste a esta hora de la mañana." dijo de nuevo con un grito.
"Si entre por la puerta, supongo que la respuesta sería… al jardín." contesto Draco al tiempo en que retomaba el camino a la cocina.
Su padre se comenzó a poner rojo por la furia de la respuesta, pero Draco fingió no darse cuenta y continuo mientras discutía para si, en voz alta, si sería huevos con tocino o panquecas. Lucius se disponía a lanzar un hechizo a Draco, pero la madre de Draco haciendo muecas le arrebató la barita.
"Discutan después del desayuno cuando me halla ido a mi reunión." dijo la señora mientras entraba al comedor.
Entonces todos se sentaron sin dirigirse la palabra por el resto del desayuno. Lucius que seguía furioso no hizo mas que desquitarse con uno de sus elfos domésticos, lo pateaba de un lado al otro y lo hacia ir y venir con diferentes platillos. La señora Malfoy comía con la delicadeza de una dama, pero siempre mostrando una cara de asco. Y Draco, que se había decidido por el huevo con tocino, lo comía lo más rápido posible. En cuanto termino pidió permiso para levantarse de la mesa, Lucius hizo una seña de aprobación sin siquiera voltear a verlo. Después de eso Draco se dirigió rápidamente a su cuarto, llego a un escritorio y saco las hojas de pergamino que había utilizado. Lo leyó un par de veces y cada ves, se convencía más a si mismo que era una tontería. Lo guardo rápidamente en un cajón y se dirigió al baño.
Una gran tina estaba lista, llena de agua transparente que humeaba ligeramente. El aroma estaba impregnado con una fragancia dulzona, que él aspiraba profundamente sintiendo como lo tranquilizaba en ese espacio de soledad, donde ya no tenia que defenderse o mostrar un lado más fuerte. Le parecía un poco decepcionante la idea de regresar a la escuela y entrar al sexto año, pero había algo que lo emocionaba y lo hacía soñar con la idea de volver en muy poco tiempo. No tardó mucho en quedarse dormido dentro de la tina, con solo la cabeza recargada fuera del agua y todo lo demás abrazado en la calidez del baño.
Despertó una hora mas tarde sintiéndose renovado y tranquilo. Tomó su bata y salio de la tina, se miro al espejo, a su propia mirada, a esos profundos ojos de color hielo con sus tonos grises mezclados con azul. Hizo una pequeña sonrisa y se cepillo el cabello, casi plateado, con toda la tranquilidad.
"DRACO" la voz de Lucius invadió el momento haciendo que Draco borrara su sonrisa y se dirigiera a la puerta.
"No te tardes, tienes que ir a comprar las cosas de tu escuela y tu madre va a dejarte de camino a su reunión." se notaba claramente la satisfacción en su cara, pues había logrado interrumpir uno de los momentos favoritos de su hijo.
Después se marcho, Draco simplemente se vistió y salio al encuentro de su madre.
