¿Y Después de San Valentín?

By S. Hisaki Raiden

(15 de Febrero de 2010

Remake 17 de Noviembre de 2013)

Los personajes de Beyblade pertenecen a Takao Aoki, yo solo los tomo prestados para realizar este fanfic.

Resumen: San Valentín es el día más predecible para decirle a alguien que te gusta, pero ¿Y que pasa si la persona que te gusta ni si quiera cree que te gusta? Ni cuando se lo dices de manera directa. Ahora… ¿Qué harás para que te crea? [KaixTaka]

Rating: T (13+)

Genero: Romance, Ironías de la vida.

Advertencias: Intento de Shonen–ai o YAOI, aunque Kai y sobre todo Takao se resistan xDD (En otras palabras relaciones amorosas entre chicos. SI no te gusta este tipo de historia NO sigas leyendo).

Notas de la Autora:

Si están leyendo este fic, no olviden dejar su E–mail en su Review o su Log in, para contestarles sus comentarios y avisarles de la continuación (y posible final) de esta historia.

Aclaraciones:

–Diálogos; "…" Resaltar palabras o frases; -Cursiva- Recuerdos; /…../ Pensamientos; (…) aclaraciones.

Capítulo 01: ¿Y ahora qué?

–¿Todo bien, Taka?

–Desde luego.

–¿Seguro?

–Umn… –bufó pero en gesto de un poco de cansancio– cuantas veces y de cuantas formas te lo habré de decir para que me creas.

–Te creo Taka –dijo el rubio de bellos ojos color azul claro– es sólo que… estas demasiado calmado… y… pues la verdad no es muy propio de ti.

–Puedo estar calmado también, Max, te lo seguro… y hoy es una de esas ocasiones –Dijo del mismo modo el peliazul.

Era un día cualquiera de febrero de cualquier año, realmente no era importante, Takao Kinomiya un chico de dieciséis años estaba recostado en el suelo, descansando su cabeza sobre sus brazos doblados, en uno de los pisos de madera del Dojo en el que había vivido toda su vida, y junto a él estaba su siempre mejor amigo: el animoso y dulce Max Mizuhara, el cual se encontraba muy cerca de él, sentado y recargado de una pared, doblando una pierna y estirando la otra, jugando con la cuerda de su Tenis con sus dedos, mientras contemplaba desde allí a su mejor amigo, Takao Kinomiya. Si era un día cualquiera, igual a cualquier otro día cualquiera…

–Oye Taka… –reanudó el rubio al cabo, después de haberse quedado mirando las cuerdas de su Tenis como si hubiera algo en ellas demasiado enigmático.

–¿Umn? –"Preguntó" el peliazul de ojos rojizos.

–¿En verdad paso… eso?

–¿Umn? ¿El qué?

–… Lo que me platicaste.

Takao demoró unos segundos en responder como si lo meditara.

–Si… creo que si.

Los azules ojos de su gringo amigo lo enfocaron de nuevo al notar lo tranquilo que seguía.

–Pues… considero que deberías de estar haciendo otra cosa…

–¿Qué cosa? –Giró un poco su rostro para mirar a su pecoso amigo.

–Pues… primero… estar más feliz, saltando y brincando o… no sé, eso que haces cuando estas contento.

Takao sonrió levemente.

–¿Estoy contento?

–…

–… No necesito saltar para estarlo.

El rubio lo miró como si fuera un bicho raro, cada segundo que pasaba le parecía que ese no era su amigo Kinomiya Takao, como si algún suceso inexplicable hubiera pasado y éste, no supiera como reaccionar o no supiera como reaccionaba Kinomiya Takao en estos casos, o como debiera de reaccionar, era complicado evaluar la situación.

–Que cosas… –Murmuró Takao.

–Quizás después de todo… si es algo inexplicable… –murmuró Max lo que pensaba al respecto.

–¿Max? –Giró de nuevo su vista el peliazul para mirarlo, ya que había escuchado sus palabras.

Max sonrió.

–¿Y qué fue lo que más te gustó de tus obsequios?

–No lo sé… –giró la vista para el lado contrario donde habían varias cosas, globos, tarjetas, muñecos, pañuelos, cajas, moños… –Quien sabe, San Valentín es más una fecha que disfrutan las chicas. En realidad siento un poco de pena por todas ellas… Aunque los chocolates estaban buenos –cerró los ojos y una sonrisa traviesa corrió por sus labios.

Si, ese día cualquiera era San Valentín, catorce de febrero.

–I guess –Sonrió cerrando los ojos– oye… ¿y después de eso qué?… ¿Mañana que vas a hacer?

–¿Mañana? –Miró el techo del dojo– Es Lunes… No lo sé… ¿Ir a la escuela?

Max lo atisbó.

–No me refiero a eso…

–… ¿Entonces? ¿A qué te refieres?

–Pues… a lo de Kai…

Takao guardó silencio unos momentos.

–¿Qué con eso? –preguntó al fin.

–Pues… creí que tendrían… una cita o algo así –tanteó a decir, la actitud de Takao lo estaba haciendo seleccionar demasiado sus palabras.

Al escuchar eso Takao echó a reír de buena gana.

–Max… dime ¿En serio te puedes imaginar algo así… entre los dos? Si es así, envidio tu imaginación.

El rubio se confundió.

–Oh, Well… Y… ¿Qué van a hacer ahora?

Se giró para quedar acostado de lado sobre el piso de madera.

–De nuevo esa pregunta… ¿Por qué debemos de hacer algo en particular?

–Es en serio Taka –insistió el rubio– después de esa confesión debe de suceder algo… ¿o no? Sino… ¿Cuál fue el motivo por el que sucedió? –dijo ya completamente confundido el rubio, de hecho estaba totalmente desconcertado.

–… –Takao guardó silencio de nuevo– sabes una cosa Max… en verdad… no tengo idea. –Sonrió, aunque parecía una sonrisa un tanto falsa– no sé que es lo que está pensando, creo que… en realidad nunca sé lo que piensa, y he decidido dejar de tratar de descifrarlo… /Ni si quiera estoy seguro de que halla sido real/ –pensó al final.

Eso ya no le gustó a Max como sonó, quizás ahora comprendía un poco el porque su amigo no daba de brincos después de "eso".

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En otro lado.

–Este es el que te gusta –dijo Rei poniendo una taza de barro sobre la mesa, después muy alegremente se sentó en la silla de al lado– Té verde y menta.

–… –Mirando la taza fijamente.

–Adelante, adelante con confianza –Exhortó.

–Rei… esta es mi casa.

–Por supuesto, he estado aquí tantas veces que de pronto creí que era la mía –dijo en broma acodándose en la mesa, mirando a su mejor amigo con su gesto de siempre.

–No lo digo por eso –dijo con cierto fastidio.

–¿Entonces? –preguntó el chino pelinegro.

Kai se llevó una mano a la cara, algo exasperado.

–Rei, no estoy de humor.

–Lo sé, por eso te hice ese Té –replicó el otro.

–Y por eso yo te digo que no era necesario, tengo muchos sirvientes que lo pudieron hacer a cualquier hora.

Rei sonrió.

–Hey, sabe mejor cuando lo hace un amigo y sobre todo para cuando se trata de animar o calmar a tu mejor amigo.

–… –Kai no supo que cara poner ante eso, hacia poco que Rei había comenzado a usar esa palabra con mucha frecuencia.

–Creí que te haría falta un poco de ayuda –volteó hacia una pila de obsequios de San Valentín.

Kai se sintió realmente incómodo con esa insinuación del chino, y sin saber realmente cómo reaccionar, alzó la vista y la apartó, sin lograr evitar que un ligero y casi imperceptible tono carmín saltara a sus mejillas. Rei sonrió al verlo. Kai se había comenzado a abrir un poco más después del ultimo torneo, y eso le alegraba, y él se había ocupado de no dejarle solo cuando estaba en situaciones… "emocionales" no experimentadas, y ese día era una de ellas.

Daitenji-sama, había organizado una reunión en el beyestadio para el catorce de febrero y días antes había hecho una convocatoria para un buzón de regalos, en ellos podían dejar todos los regalos, tarjetas, chocolates… lo que fuera, para sus beyluchadores favoritos, y uno era el llamado buzón anónimo, allí podían enviar una carta de amor, o un obsequio a su beyluchador favorito, pero totalmente anónimo, y bueno, Kai tenían un cerró de esas "cartas" anónimas, de hecho él no pensaba ir a ninguna de esas cursilerías, pero de alguna manera Rei lo había convencido de ir, ni si quiera podía recordar cómo es que ESO había sido posible, a él no le interesaba recibir regalos, ni tarjeta, ni ninguna de esas tonterías y sin ningún miramiento hubiera dejado botados TODOS sus regalos, sino hubiera sido porque Rei se ofreció a ayudarle a llevarlos hasta su casa, y allí estaba, con una montaña completa de basura (Para Kai, claro), que mañana mismo, o antes, terminaría en el cesto.

–Aunque me sorprendiste –dijo de manera disimulada, mientras tomaba de su propia tasa de Té– ¿No fuiste tú, acaso, el que dijo que San Valentín, era una fecha muy predecible para hacer una confesión?

–¡Cállate! –Gruñó el otro empinándose la taza de Té.

Rei sonrió cerrando los ojos.

–Vamos, Kai, no hay nada de qué avergonzarse. Realmente no importa que si es Catorce de febrero o Primero de Julio –dijo con tranquilidad–, lo más importante es que al fin fuiste sincero, y me alegra mucho por ti.

El de ojos amatistas bajó la tasa y un silencio ya común entre ambos se formó.

–Si, realmente no importa… Ni si quiera me creyó. –dijo con ironía y entre dientes al final.

Rei volvió la vista a él.

–¿Qué quieres decir con que no te creyó?

–Que otra cosa va a ser… –Desvió la vista con un gesto demasiado serio e indiferente para lo que decía– "No me creyó" es sólo eso, ¡Punto! –Determinó– Aunque probablemente sea mejor así –Dijo por lo bajo.

En otro tiempo eso tan sólo habría quedado en sus pensamientos, sin externarlo a ninguna persona, en otro tiempo ni si quiera existiría esa situación y menos una plática como esa, en el comedor de su casa.

–Kai… –murmuró Rei sinceramente apenado.

–No me veas así –se molestó, creyó ver lastima en esa mirada.

Rei negó con la cabeza.

–Me malinterpretaste, lamento que las cosas no hallan salido bien.

–Es igual –le restó importancia al asunto y terminó de beber lo ultimo del Té, en realidad prefería el Té que hacia Rei, que el de sus sirvientes.

Rei se quedó pensativo unos momentos.

–¡Ya sé! ¡Hay algo que podemos hacer, Kai! –Exclamó al fin con una sonrisa.

–¿…? –Kai miró al pelinegro un poco sorprendido– ¿Cómo qué…?

–¡Haremos que Taka te crea! –Dijo emocionado–, Bueno… de hecho lo harás tú solo.

–¿De qué rayos estas hablando? –Preguntó sin dejar de mirar a Rei con desconfianza.

–Si, escucha; mañana iras a la escuela de Takao y lo esperaras a la salida.

–Olvídalo –Lo descartó.

–¡Vamos Kai, no seas pesimista! Lo más difícil ya lo hiciste y como estoy seguro de que no lo dirás dos veces; lo mejor que puedes hacer es entrar en acción –Dijo juntando sus puños.

Kai lo miró desconcertado, tenía la esperanza de que Rei no hablara en serio, pero para su mala suerte, era MUY en serio.

–¿Y exactamente… qué se supone que tengo que hacer?

–Invitarlo a una cita.

–¡Te volviste loco! –La siempre tranquila expresión de Kai se alteró de inmediato, haciendo total contraste con Rei que tan sólo lo miró con tranquilidad, y no continuó hasta que le vio calmarse.

–¿Ya estas mejor?

–¡Claro que no! ¿Me estas diciendo que vaya a buscar a Kinomiya mañana a SU escuela, y que además tenga una cita con él? –Lo expresó como si fuera la cosa más absurda que hubiera podido pasar por la mente de Rei, aunque lo era– ¿Olvidaste que somos rivales?

–No lo he olvidado, cómo lo haría si lo dices a cada rato, pero si es de tu rival de quien estás enamorado, creo que hay que dejar a un lado el orgullo y no dejar ir esta oportunidad.

Kai de nuevo, no supo cómo reaccionar, incluso no supo ni cómo sentirse. ¿Desde cuándo Rei se había vuelto así de directo?

–… /¡Maldita sea! Yo y mi bocota, no sé para que le dije que el imbécil de Kinomiya me… me… ¡Demonios!/ –Trató inútilmente de defender su mente de todo eso, se levantó de la mesa de manera brusca– ¡Esta conversación se acabó!

Rei lo miró, Kai se iba a poner de inflexible y necio… otra vez, hacia eso con mucha frecuencia, aunque a veces solamente dejaba la escena sin decir nada e ignorando a todos, ahora por lo menos le decía (sólo a él), que la conversación se había terminado.

–De acuerdo –le dio por su lado sabía que si presionaba más, nada bueno resultaría de eso– ¿Me acompañas a la puerta Kai?

–Ya conoces la salida.

–Anda Kai, no es posible que seas tan descortés con tu mejor amigo –hizo un gesto de indignación–, además te ayudé a cargar tus obsequios… /Y tuve que dejar los míos en la BBA / –pensó al final.

Kai lo miró con fastidio y caminó a la puerta de la cocina y abrió la puerta para que pasara Rei, con ello haciéndole saber que le acompañaría a la salida.

–Te dije que no era necesario traer hasta aquí esa basura –Dijo sin ningún remordimiento.

–Esa "basura" la hicieron con mucho afecto TUS FANS, puedes tirarla si quieres, pero por lo menos podías fingir que estabas agradecido por ellas, si las tirabas desde allá, le hubieras roto el corazón a muchas chicas y chicos, ¿Nunca tuviste un héroe en tu infancia…? –Reflexionó– no, es probable que no –él mismo se respondió.

Llegaron al atrio, y atravesaron el jardín acercándose cada vez más a la gran puerta que dejaría fuera a Rei de la gran mansión de su amigo.

–Esas chicas tontas no saben nada de Beyblade, no sé que es lo que pasa por sus cabezas y tampoco me interesa –dijo molesto.

Rei suspiró, en ese instante pensó que era mejor cuando Kai no hablaba, por lo menos evitaba escuchar cosas tan desconsideradas.

–De acuerdo… ya entendí tu punto –Se giró y miró a Kai– espero que antes de tirar todo busques la postal que te hizo Max, y… –de su bolsa sacó un sobre– y aquí está la mía, decidí no usar el buzón para que no corriera el peligro de que la tiraras o la dejaras botada por allí.

Kai miró la tarjeta con desconfianza como si se tratara de una carta bomba o algo así, pero finalmente la tomó.

–Esperaba que esa estupidez de los buzones no funcionara, pero la gente es tan tonta que hacen todo lo que les dicen, menos mal que tú no lo usaste.

¿Acaso había una "especie" de cumplido en ese comentario desconsiderado de Kai…? No, la respuesta era: No.

–Sé que ya no quieres hablar sobre el tema –Suspiró profundamente antes de decir eso– pero, de verdad, quiero felicitarte por lo que hiciste hoy –sonrió levemente–, porque no existe mayor valor como el que está en el acto de decirle a la persona que te gusta, "Me gustas", hay personas que nunca se atreven a hacerlo.

–Rei, no…

–Espera –le interrumpió– necesitas escuchar esto, aunque tú creas que es algo tonto.

–…

–Piensa en lo que te dije en el comedor, si te atreviste a hacerle saber a Takao… /… aunque no te creyera…/ que te gusta, es porque algo debe de cambiar, digo, las palabras "me gustas", tienen que llevarte a alguna dirección sino, no tiene sentido decirlas.

–Espera… –Lo miró con una ceja alzada– ¿Qué quieres decir con "llevarte a una dirección"?

Rei sonrió divertido al ver la cara confundida del peligris.

–Me refiero a la cita, que te sugerí que tuvieran.

–… –Kai se quedó en silencio un momento– Rei… ¿en verdad te puedes imaginar a Kinomiya conmigo en algo como eso…?

–En realidad no –sonrió– pero sé que puede ocurrir, digo, tampoco me imaginaba a Hiwatari Kai, Mi anti-social amigo, en una fiesta de San Valentín y declarándosele a su rival; y pasó –se rió de buena gana pero, sin hacer tanto escándalo– así que realmente no importa si me lo imagino o no.

Kai desvió la vista incómodo, sintiendo calor en el rostro. Comenzaba a odiar esa sensación.

–Bueno, ya me voy. Descansa, –se dio vuelta y se echó a andar.

Kai suspiró al verlo andar, estaba por cerrar la puerta...

–¡Por cierto! –Gritó Rei desde media calle, haciendo que Kai parara su acción de cerrar la puerta– ¡La tarjeta que te hizo Takao está también en el cerro de "basura"! ¡Por eso no dejé que las tiraras, se que lamentarías perder esa tarjeta!

–¡Ya vete! –Cerró la puerta de mal modo, y luego la miró con desprecio, como si ella le "hubiera hecho algo", caminó después refunfuñando al interior de la mansión.

–… /¡Imbécil! ¡Imbécil! ¿No te podías quedar con la boca cerrada? ¡No! ¡Tenías que decirle al idiota de Rei Kon que el tarado de Kinomiya te… te… ¡Maldición!/ –Se reprendió mentalmente de nuevo, hasta que llegó al interior de la casa, y luego al comedor, donde estaba ese cerró de "basura".

Sonrió irónicamente al pensar en lo que pretendía Rei con esa "última información", ¿Acaso creía que se pondría a buscar como "loco" la tarjeta de Takao entre todo eso, sólo por ser de él?

–… ¡Olvídalo! –Le gritó al cerro de basura y azotó la puerta de la cocina.

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Rei caminó lentamente por la calle, se sentía contento, ese había sido un excelente día de San Valentín, y decía; "había sido", porque ya eran casi las ocho de la noche, todavía habría mucho movimiento en algunas partes, pero prácticamente el día estaba terminando. Había estado con sus amigos en la reunión, había recibido tarjetas, habían comido cosas buenas, y dulces, río al pensar en ésto, de vez en cuando no estaba mal, y sobre todo había visto el gran avance de Kai.

Mientras caminaba saco de su bolsillo una tarjeta, estaba en un sobre color anaranjado, y con algunas calcomanías en forma de globos de colores, y con letra bien derecha y con trazo seguro decía: "De: Mizuhara Max de PPB All Stars, para: Rei Kon de Bai hu zu"

Recordó como el rubio pecoso, se acercó a él y se la dio personalmente…

...

-El buzón es interesante… pero prefería ver tu expresión al recibirla –le había sonreído-.

Estaba muy contento de haber recibido esa tarjeta, fue la única con la que se quedó, ya mañana pasaría por las demás que dejó en la BBA, incluso la de Takao estaba en esas. Se detuvo a pensar un momento en Takao y en Kai, sus amigos estaban enamorados, lo sabía incluso antes de que Kai se lo dijera… bueno, en realidad su intuición falló, fue después de que Kai le confiara sus sentimientos por Takao, que comenzó a mirar a su amigo peliazul con más atención; para averiguar si Kai tenía alguna oportunidad… lo cierto es que no estaba muy seguro, no creyó que Takao fuera tan bueno ocultando algo… y eso era una verdadera novedad.

FLASH BACK…

-¿Adivinen quien va a tener más tarjetas el día de hoy? –Dijo un presuntuoso Takao alzando el rostro y poniendo sus manos en su cintura-.

-Kai –Dijo el rubio y sonrió de manera muy segura y tierna-.

Takao casi se va de espaldas.

-… ¡Max…! ¿De qué lado estás? –Lo miró con agobio-.

Estaban parados a la entrada del estadio principal de la BBA, eran las 11:00 de la mañana y estaba por comenzar el evento de san Valentín para los beyluchadores profesionales. Desde el diez de febrero hasta ese día, habían estado colocados los buzones para dejar los regalos para los beyluchadores de toda la liga. Al finalizar la comida, se abrirían los buzones y se darían a conocer el número de obsequios que había recibido cada uno.

Si quieres te las regalo, no las necesito –se escuchó la hosca voz del ruso-japonés, quien ni si quiera lo miraba-.

Takao se le quedó viendo un momento y luego frunció el cejo.

-¿Y para qué quiero tus tarjetas? Todas van a ir dirigidas a ti-.

Hiwatari sonrió burlón.

-Quizás sea la única ocasión en que leas verdaderas palabras de admiración y grandeza– dijo con claras intensiones de enojarlo, aunque en realidad no le interesaba leer el contenido de ninguna de esas cartas-.

Takao desvió la cara disgustó.

-¡Que gran chiste! Perdona SI mi tarjeta no dice ninguna de esas "cosas", es más –se volteó de nuevo– ¡Ni creas que recibirás una tarjeta de mi parte!-.

Kai apartó la vista.

-… Eres tu quien no recibirá ninguna de mi… –dijo por lo bajo refunfuñando de mal humor-.

Max sonrió divertido, con Takao y Kai cerca, nunca se aburría.

Takao reaccionó en algo.

-Espera un momento… ¿Por qué estas aquí? Creí que no te gustaban este tipo de cosas… –lo miró con incredulidad-.

Kai hasta sudó, el mismo no sabía que hacia allí.

-Yo le convencí de que viniera –Apareció Rei de pronto-.

Max sonrió.

-¡Rei que bueno que ya llegaste! –exclamó contento-.

Kai miró con cierta molestia a Rei, O sea… lo "obligaba" a ir a ese ridículo evento y él llegaba tarde, Rei sintió la mirada de Kai sobre si y volteó sonriendo.

-Estaba terminando de arreglar mis tarjetas –se excusó-.

-Sólo son unas mugrosas tarjetas, ¿Qué tanto arreglo pueden necesitar? –Dijo malhumorado-.

Takao miró a Rei con Kai.

-/Seguro… tan sólo por Rei podría venir con… nosotros… y aun evento que ni si quiera le gusta –fueron los pensamientos del peliazul-.

Entraron, fueron a saludar a Daitenji-san, comieron galletas, pasteles, y otros postres. Escucharon música, vieron globos flotando en el techo del beyestadio, platicaron, hasta que finalmente llegó el momento de lo buzones.

Poco a poco fueron sacando toda clase de regalos y tarjetas, y fueron nombrando a los dueños de ellos, sin duda ellos fueron lo que más recibieron obsequios, pero quien más veces tuvo que pasar al estrado fue Kai, quien las ultimas veces estaba más que fastidiado, sin duda tuvo más regalos anónimos que directos, al final simplemente se fue a las gradas a sentar e ignoró las veces que Daitenji y Jazzman le llamaron. Takao lo miraba con atención sentado donde estaba, lo había seguido con la mirada y sabía en donde se encontraba a diferencia de todos los allí presentes.

Rei tuvo que abogar por él, recibiendo el resto de los regalos de Kai, que eran muchos, y así terminó el evento.

-Es un amargado –dijo con reproche Kinomiya al llegar al pie de Rei que no sabia si Kai estaba todavía en el beyestadio o si ya se había ido, él también tenía muchos regalos, y no podría con los de Kai, que incluso eran más que los de él.

-No creí que se… iría… –sonrió un poco nervioso el pelinegro y luego vio como cayó un sobre más sobre las cosas de Kai, era la tarjeta de Takao que la había lanzado en ese momento a la montaña de regalos. Luego sonrió– Creí que no se la darías.

Takao se ruborizó.

-¡No se la estoy dando! –Bajó la voz pues notó que había gritado– es decir, dudo mucho que se lleve todo esto, además no me sirve esa tarjeta que dice su nombre. Mejor voy a ver si sobró pastel de vainilla, estaba muy bueno –cambió el tema drásticamente y corrió a las mesas-.

Rei suspiró, ¿Y ahora que iba a hacer con todo eso?

-Oye Rei –El rubio Mizuhara se acercó a él en aquel momento-.

Mientras tanto… en las mesas.

Takao partió otra rebanada de pastel de Vainilla muy contento de haber encontrado un medio pastel todavía en la mesa. Si, ese era el mejor pastel que había probado en su vida. Kai ya había abandonado las gradas y ahora miraba al peliazul desde lejos. Ese chico era tan terriblemente simple, que con tan sólo un pastel le era suficiente para sonreírse, pero… no podía desprender su mirada de esa sonrisa y eso se debía a que últimamente, Takao no sonreía cuando estaba con él, más bien parecía disgusto y casi siempre enojado, antes hacia todo para molestarlo, y quitarle esa boba sonrisa, aunque más de una vez lo hizo sin conseguirlo, pues su "tonta" sonrisa se había mantenido, no obstante eso había cambiado en unos meses, no estaba seguro, quizás tan sólo se debía que había comenzado a prestarle más atención de la debida. Su rostro casi se pone rojo al notar que ahora era Takao quien le miraba.

-¡Ni creas que te daré de mi pastel Kai, yo lo ví primero!

Kai salio de su sorpresa y se calmó, caminando hasta él.

-Tonto, no quiero tu pastel –Aseguró poniendo su siempre gesto duro e indiferente-.

-¿Entonces qué estabas mirando? Aquí no hay nada más que el pastel-.

-/¡Te estaba mirando a ti, idiota! –Gritó en su mente pero su gesto por fuera no cambio nada– No es tu asunto –dijo justo lo que No quería decir-.

Takao frunció el cejo.

-¡Ush! Si de acuerdo, NO es de mi incumbencia, –siguió comiendo su pastel– No sé para qué vienes a una fiesta como esta, sino te gusta –Recriminó hastiado– Es más… –bajó el plato y miró las orbes violáceas de su ex-compañero de equipo– ¿Hay algo en este ancho y basto mundo que te guste Kai? No he dejado de preguntármelo desde que te conozco, y todavía no consigo descifrar el misterio… ¿Crees que podrías por primera vez en tu vida decir algo que no sea despectivo, despreciable, y molesto? –No se midió en lo que decía, ese día estaba más que cansado de ver a Kai igual que siempre: aburrido, fastidiado y mal humorado…

¿Había algo más que sólo negatividad en ese chico frente a él? En verdad necesitaba saberlo, los recursos para intentar que la vida de Kai fuera menos odiosa o monótona, se le habían acabado, quizás era por eso que él también andaba de mal humor. Sabía que Kai era quizás a la única persona que no podría ayudar. No es que fuera un presuntuoso, simplemente se sentía derrotado por Voltaire, Valkov y toda esa gente del pasado de Kai que le habían robado su sonrisa y su alegría.

-Hay algo…-.

Los pensamientos de Takao se interrumpieron al escuchar eso, volvió a mirar a Kai con algo de sorpresa, creyó que de nuevo le mandaría muy, muy lejos, o se daría la vuelta y se iría, o… le volvería a decir que no era su asunto. ¡Odiaba que le dijera eso! Lo odiaba con todas sus fuerzas. Era algo que no podía evitar, pues sentía que la distancia entre ellos se volvía a extender.

Kai miró los rojizos ojos de Takao.

-Hay… alguien que me gusta… –agregó casi sin darse cuenta, no se echaría para atrás, jamás pasó por su cabeza entregarle una ridícula tarjeta a Takao, eso era para niñas.

Sin embrago Takao apartó la vista antes de que el peligris oji-amatistas pudiera continuar, no sabía lo que le iba a decir, pero creía que sí.

-… /Si… me imagino…/ –Pensó-.

-¿…? –Kai no supo si seguir o no, pues Takao había apartado su mirada de él y ahora parecía estar pensando en otra cosa, que tampoco tenía que ver con el pastel, pues ya no lo comía aunque lo tuviera en la manos… ¿Qué estaba mirando Takao? ¿Qué estaba pensando?

-Kinomiya… –le llamó para que alzara la mirada-.

El peliazul suspiró y regresó sus orbes rojizas a su rival con hastío.

-Te gusta Rei…–Aseguró-.

-Me gustas tú…–Dijo Kai-.

Ambos hablaron al mismo tiempo. Kai jamás pensó que terminaría diciendo eso justo ese día, de verdad no lo tenía contemplado, se había dejado llevar, quizás era porque después de mucho tiempo, había conseguido estar con Takao a solas, pero luego de decirlo ¿Qué se supone que tenía que hacer?... ¡Un momento! ¿Qué había dicho Takao…?

Takao se quedó con la boca entre abierta, no alcanzó a entender bien lo que había dicho Kai… pero… ¿Qué?

-Si es… Rei… ¿No? –Sonrió Takao un poco nervioso y titubearon sus palabras.

-¿Rei…? –Repitió el peligris– Un momento… ¿Tu crees qué es Rei de quien hablo…? –Al fin pudo articular palabra-.

-Ni modo que yo… –Dijo con ironía-.

¡Eso estoy diciendo idiota! –Dijo fuerte-.

-¿…? –Takao se le quedó mirando, luego sonrió– Kai, no hagas esto… –dijo y se alejó unos pasos– no creas que tengo ganas de recordar una broma tan pesada como esta, en un día como este… puede que a ti no te interesé.

-Estoy hablando en serio –Lo miró fijamente con sus bellas y serenas orbes amatistas-.

La sonrisa de Takao se desvaneció al mirar el rostro de Kai y su mirada, y no vio ningún rastro de burla. Sus ojos rojizos temblaron, luego sonrió.

-Está bien… casi me lo creo… ve con Rei tiene tus tarjetas… –Logró articular y caminó apartándose de allí, su sonrisa se borró al apartar la vista de Kai; su corazón estaba por romper su pecho de tan fuerte que le golpeaba, y su rostro… no importaba.

Kai no supo qué hacer… sólo se quedó ahí parado mirando a Takao irse. Era evidente que Takao no le había creído, ¡Vaya idiotez! Quizás debió comprar una estúpida tarjeta cursi, quizás escrito era más creíble.

FIN FLASH BACK…

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En el Dojo.

–Nos vemos mañana en la escuela, Taka– se despidió el rubio de su amigo.

–Si –fue todo lo que dijo y miró como su amigo rubio se alejaba, hasta doblar en la siguiente esquina. Volvió su vista a sus obsequios. Ese había sido el día de San Valentín más extraño que había vivido. Había recibido más obsequios de los esperados… y… además…

-Me gustas tú…-.

…Una declaración. No sabía como sentirse, en realidad no lo sabía, lo único que sabía es que desde que escuchó eso no se volvió a sentir con ánimo de hacer nada ni de ir a ningún lado, simplemente agarró a Max y le dijo que se fueran de la BBA, ni si quiera se despidió de Rei, o de Daitenji-san. Sólo quiso salir de ese lugar, cuanto antes… de hecho había dejado literalmente a Kai con las palabras en la boca.

Llegó a su cuarto con todos estos pensamientos en la cabeza y se echó sobre la cama, agarró su almohada y ocultó su cara con ella… ¿Y ahora cómo debía de mirar a Kai? Incluso recordó las palabras de Max… "¿Y que van a hacer ahora?" ¿Y él que iba a saber? Fue Kai el que dijo algo tan incómodo, ¿Qué se supone que debía de decir?

–Kai… idiota… –Fue todo lo que escapó de sus labios.

¿TSU ZU KU…? (¿Continuará…?)

Notas Finales (Remake):

Hola a todos hace tanto que no me paso por acá que ya ni sé qué decir, dudo mucho que alguien espere con afán la continuación de ésta historia, pero quise corregir este primer capítulo que antes era un asco. Traté de respetar lo más posible en IC (Inner character), la primera versión de este capítulo por allá del 2010, Kai y Rei estaban tan OC que simplemente dude que fueran ellos xDDD. Espero que ya haya quedado un poquito mejor (creo).

Como sea, este fic es algo extraño que se me ocurrió al ver un dibujo en DA hace unos años y sin pensar me puse a escribir y este fue el resultado. En el dibujo se veía a Rei llamar a Takao en el Dojo, mientras que arrastraba a un enojado y ruborizado Kai quien le reclamaba sobre no saber guardar secretos xDD

No se si guste, pero si es así me gustaría saber su opinión acerca de la historia.

Comentarios, preguntas, sugerencias, amenazas de muerte, jitomatazos y de más frutas y legumbres serán bien recibidos.

¡Mil gracias por leer y luego nos leemos!

ATTE: S. Hisaki Raiden "La legendaria swordgirl princess".

Do svidan ya !

(До свидаья!)