Estaciones
Las hojas caían de los árboles, dando lugar a un paisaje melancólico, acompañado de los sollozos desesperados del hombre que se encontraba en la cama sujetando con fuerza la camisa negra entre sus manos.
Una semana, había pasado una semana desde que él se había ido para siempre, desde que lo había sostenido entre sus brazos por última vez, y ya no sabia como seguir adelante sin el.
Unos golpes se escucharon en la puerta y una voz insistente y llena de tristeza gritaba su nombre pero no respondió, no era su voz, esa voz jamás la volvería a escuchar y era su culpa.
Si él no lo hubiera llevado ahí, si no hubiera insistido.
Ignorando al resto del mundo volvió a hundir su cara en la camisa que tenía entre las manos, tratando de inhalar el olor que poco a poco se iba desvaneciendo y que, en un futuro ya no volvería. Odiaba esta temporada, ver cómo las cosas morían y como perdía todo lo que le importaba
La nieve cubría las calles, como un manto blanco. En otro momento una pareja se había encontrado sentada cubierta con una manta gruesa observando el paisaje pero ahora una figura solitaria observaba con tristeza lo que en su momento fue una hermosa vista.
Una lágrima se deslizó por su mejilla. El tiempo pasaba pero la herida no sanaba y sabia que nunca lo haría. Cargaría por siempre ese dolor dentro junto con la soledad. Por más años que pasara nunca volvería a ser el mismo
Con la primavera todo se renueva, llega la vida y la alegría pero ¿y cuando ya no se tiene vida? ¿Ya no renaces? ¿Tú felicidad ya no vuelve?
Esas preguntas pasaban por su cabeza ¿cómo podían ser todos tan felices si él estaba tan destrozado? Por más primaveras que llegaran su vida jamás volvería ¿qué sentido tenía esperar?
El sol brillaba con todo su esplendor, pero por más calor que hiciera no lograba calentar su interior.
Ese frío que calaba los huesos, ese frío que solo podría quitárselo una persona que ya no estaba.
Para él no importaba si hacía calor o era verano, el frío estaba permanente en su interior
Como un ciclo interminable el otoño había vuelto. El hombre sostenía un ramo de rosas en sus manos mientras con la vista borrosa miraba la lápida.
Se hincó delante de ella, con delicadeza puso las flores y después pasó su mano por el nombre mientras nuevas lagrimas surcaban sus mejillas, recordando la escena de un año atrás.
Una reunión, solo una en el lugar equivocado, lo único que quería era hablar con el, solo verlo, jamás se dio cuenta del nephilim que lo seguía, ni el cuchillo que portaba.
Había sido su culpa y había perdido a quien más le importaba.
-Aku cinta Kamu Magnus.
Primavera, verano, otoño o invierno, daba lo mismo, para Alec Lightwood todo era gris y frío sin Magnus Bane
