Este drabble nació de mi embriaguez, no puedo decir mucho sobre eso. Es un Ereri bastante sad, tengo lo que sería una segunda parte pero no está terminada y es todavía más sad jejeje. En fin. Espero que les guste. Y sólo como dato, Antibes es un pueblo pesquero francés, me salió en la publicidad y me dije "por qué no"

Fragmentos

No me gusta escribir ni hablar de él. Pero mis fanáticos me han pedido que haga catarsis entre hojas en blanco para descargar en ellas toda mi furia, mi desdicha, mi tristeza. Pero también mi alegría, el amor, la felicidad.

Lo bueno y lo malo en simples palabras.

Y esto no pienso compartirlo con nadie. No señor. Quiero que lo leas tú en algún momento. Lo dejaré en notas, en pies de páginas, en mis libros que sé que compras y que te lees por las noches. Durante el día te sería imposible. Tus ocupaciones te absorben, empero, las noches son libres, y espero que en vez de compartir cama, compartas pensamiento conmigo.

Me duele pensar que vives enredado en sabanas de desconocidos, prefiero pensarte como te quedaste en mi cabeza. Con la mirada de tormenta sobre mis ojos cálidos, y tu sonrisa peligrosa.

Eres mío Levi aunque ya no te tenga entre mis brazos, aunque el aroma de tu cuerpo se haya ido y el perfume de tu cabello abandonó desde hace tiempo la tela de mi almohada.

Fuiste mío una tarde en Antibes donde te conocí, bañado de sol y con la brisa del mar en la mata de tu pelo azabache.

No te lo dije en ese momento, hubiese soñado raro y como eres seguro que me habrías golpeado hasta la muerte.

Te recuerdo como un monumento, un instante de belleza dormida.

Lamento no haberte dado más, Levi. No haber saltado contigo a tantas de tus locuras, no haber cedido a tus llamados, no haberte hecho el amor más de lo necesario.

Pero Levi, tu decidiste irte. Te fuiste porque no soportabas tenerme tanto tiempo. Porque conmigo fuiste libre y amado, podías quedarte pero te dio miedo.

Yo te asusté. El amor que comenzó a nacer de ti te atenazó los sentidos aventureros que heredaste de tu madre. Estabas acostumbrado a la soledad, al dolor, a vivir para otros que cuando yo comencé a vivir para ti, tú te desmoronaste.

Te recuerdo en la esquina de nuestra cama llorando a mares, con el licor anegando tus venas y los ojos inyectados en sangre. Te dolía algo de tu cuerpo pero no me decías qué. Sólo susurrabas «El pecho Eren, el pecho», y luego te tomaba en mis brazos. Te apresaba con fuerza, hasta quitarte el aliento.

Luego te volvías a dormir y antes del amanecer te tenia saltando sobre mí, gimiendo mi nombre, tus dedos rozando el cielo encapotado cubierto de noche.

Y yo me confíe Levi. Te dejé ser libre conmigo porque no temía que te fueras, me confíe cuando dijiste que tu viaje a Antibes era para ver a tu madre que estaba muy enferma y que te necesitaba.

Tu madre ya estaba muerta.

Tú solo querías huir de mí.

Lo siento Levi, dejarte ir fue un error del cual sigo penando todas las noches. Han pasado los años y sigo llorándote a escondidas, entre la penumbra de una habitación vacía y los recuerdos rotos de momentos vividos.

Y aun te respiro. El aroma a sol y a sal de tu cabello, en tu piel veo los rastros de arena minúscula. En las noches que me acompañan me bebo tu saliva a menta, me bebo tus gemidos y derramo tu nombre en toda la soledad que me habita por dentro.

Ahora entiendo que te dolía Levi.

El corazón de tanto amarme y no poderlo soportar.

Quiero estar a solas una vez más, a solas contigo… Levi.