An I for an I

By: lorddmarvoloriddle

Traducción: Maya-0196

Resumen: Después de la guerra, Harry aprende que no hay tal cosa como una vida normal. Al menos no para él. (Harry Potter/ Tom Riddle) (Contiene descripciones gráficas de violencia).

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Disclaimer. Harry Potter así como ninguno de sus personajes me pertenece, sino a la diosa J.K. Rowling. Esta obra está hecha sin ánimo de lucro.

Esta obra es una TRADUCCIÓN. La trama presentada a continuación está ideada por lorddmarvoloriddle, quien muy amablemente me dio su autorización para traducirla. Lo único que me pertenece, son los errores ortográficos y gramaticales ;-;


Capítulo I

Harry no podía dejar de mirar al bebé. El niño yacía en la cuna, con los ojos marrones grandes y mirándolo con curiosidad infantil. Agarrando su varita un poco más fuerte, una sensación extraña se acumuló en la boca del estómago de Harry. Algo que no había experimentado en mucho tiempo.

Duda.

Y la pregunta de 'qué pasaría sí'. ¿Y si estaba cometiendo el mismo error que Voldemort hizo una vez? La situación era graciosa de la ironía. Oh, la ironía.

El niño parecía a punto de llorar, alarmado por la presencia del extraño inclinado sobre él. El 'Avada Kedavra' danzaba en los labios de Harry, pero la persistencia constante en su mente lo hizo vacilar. No tenía un Horcrux. No le hacía falta uno. Sin embargo, la mera posibilidad de que su propio hechizo rebote era más que terrorífica. Sucedió con Voldemort hace varios años, ¿por qué no iba a volver a ocurrir?

No, no podía, él no usaría magia. Escaneó la pequeña habitación, pasando por encima de un sinnúmero de juguetes, una pequeña mesa y un armario. No había mucho que ver. Harry consideró regresar abajo, en busca de algo más adecuado cuando sus ojos se clavaron en las barras de madera en la cuna.

Eso tenía que servir.

Su varita segura metida en la manga de su chaqueta, Harry conjuró una pequeña cantidad de magia en la punta de sus dedos antes de que agarre una de las barras y tire. Otro movimiento de su poder y el extremo plano de la pieza de madera era ahora tan filosa como un puñal. La pequeña arma se sentía extraña y ajena en su mano, sin embargo, obligó a la inquietante sensación a irse al fondo de su mente.

Harry se inclinó sobre la cuna, bajando la pieza de madera hasta que toco el pecho del niño que se retorcía, justo donde estaba latiendo su corazón. Su mano se movió sin embargo, no importa cuánto lo sentía por esta vida inocente, no podía dejar que el niño viva. No si Harry quería seguir siendo el amo de la muerte. No si quería seguir vivo. Se preguntó si Voldemort se había sentido igual. El pensamiento de su antiguo enemigo reforzó su decisión. Ahora no era el momento de ser sentimental.

El niño lloriqueó suavemente y sin mirarle a la cara, Harry lo apuñaló en un movimiento preciso de su brazo. Y luego otro. Y otro. Hasta que no podía parar.

La vista del cuerpo mutilado debería haberlo hecho enfermar. O la sangre que cubría sus manos. En su lugar Harry se sentía cansado, agotado, y un poco disgustado consigo mismo. Pero él todavía estaba allí. Todavía en su propio cuerpo, no un espíritu flotante como Voldemort se había convertido después de intentar asesinarlo. Sin pensarlo dos veces, Harry dejó caer el pedazo ensangrentado de madera al suelo y se apareció lejos.

La casa era tan silenciosa como siempre cuando Harry regresó, su corazón martilleando en su pecho. Por fin lo había conseguido. Después de estar cinco meses de perder el sueño por la Profecía y la búsqueda interminable del niño. Después de innumerables noches de dar vueltas por el piso rentado, debatiendo consigo mismo sobre el posible resultado de los eventos.

Harry se dirigió hacia su habitación, donde se desplomó a bruces sobre la cama sin quitarse los zapatos. A veces extrañaba el marco de las gafas clavándose en su rostro. El pensamiento aleatorio pasó tan rápido como vino. Cerró sus ojos y respiró hondo. Lo hizo, pero seguía estando inconforme. Había algo que faltaba y Harry lo odiaba. Esta sensación de vacío que persistió durante años desde la Batalla de Hogwarts.

Él una vez había estado brevemente exaltado. Por estar finalmente libre de las responsabilidades previamente confiadas a él; de Voldemort, de todo. Había estado ansioso por volver a empezar su vida con Ron y Hermione. Pero la dulce ilusión rápidamente se hizo añicos. A medida que pasaban los años, no le llevó mucho tiempo notar la detención del desarrollo de su cuerpo. Especialmente cuando sus amigos maduraron y su edad comenzaba a hacerse visible. Mientras tanto Harry todavía no se miraba mayor que diecisiete. No desde la muerte de Voldemort.

Muy pronto Harry se marchó de Gran Bretaña después de despedirse de Ron y Hermione. Todo ello bajo la débil excusa de necesitar algún tiempo para sí. Después de dos meses de investigación, finalmente encontró sus respuestas en un pequeño pueblo mágico de Albania, donde vivía un pequeño grupo de magos oscuros obsesionados con las reliquias de la muerte.

Al principio Harry había estado reacio de reunirse con personas que se habían emergido en las Artes Oscuras, pero la necesidad imperiosa de saber lo hizo buscar su compañía sin pensarlo dos veces. Se reunió con ellos bajo un glamour. Eran un grupo de personas mayores que no disfrutaban mucho de la compañía de extraños. Después de pasar unos pocos días allí, Harry se sorprendió de no unir las piezas por sí mismo. Las tres reliquias estaban en su posición. Él era el Maestro de la Muerte.

Con este descubrimiento en su mente, tuvo la intención de pasar sólo unos días en Alemania para ordenar sus pensamientos. Pero los días se convirtieron en meses y los meses en años. Incluso sus cartas con Ron y Hermione se volvieron en algo parecido a una carga. Simplemente, no fue capaz de volver a Gran Bretaña y pretender que todo estaba bien. Ni siquiera había asistido a su boda con la excusa de estar mal de salud.

En cambio Harry habitó en la única cosa que había huido toda su vida. Comenzó a estudiar las Artes Oscuras. Había estado tan seguro de sí mismo en aquel entonces, tan convencido de que era lo suficientemente fuerte como para luchar en contra de la tentación. El tiempo le había demostrado que estaba equivocado. Conocimiento, especialmente importante y valioso conocimiento, venía con un precio alto. Sin embargo, Harry estaba dispuesto a pagarlo. La inmortalidad sonaba tentadora, pero siempre era mucho tiempo.

Nunca regresó a Inglaterra, el nombre de 'Harry Potter' todavía en los labios de un gran número de personas. Estaban desesperados de ver a su héroe, el chico de derrotó dos veces al Señor Oscuro. Harry odiaba la atención. En Alemania, todo lo que tenía que hacer era cubrirse la cicatriz y él era otro adolescente mezclándose en la multitud. Ese tranquilo periodo en su vida había quedado atrás con la llegada de esa vidente. Ella de alguna manera le siguió la pista con la finalidad de dejar que Harry conozca acerca de la profecía que había recibido.

Él no le había creído en un principio. ¿Por qué lo haría? Por lo que sabía, ella bien podría ser una loca u otro desesperado fan que quería conocerlo por cualquier medio posible. Eso fue antes de que él había entrado en su mente. Después de años de practicar con sujetos dispuestos e indispuestos, Harry se volvió bastante bueno con Legeremancia. No había tardado mucho en encontrar la memoria.

Tres frases claras hablaban de su muerte una vez que un determinado niño alcanzara la madurez. Harry había obliviado a la mujer, haciéndola olvidar acerca de la existencia de la profecía, y sobre su reunión con él. Entonces Harry llegó a la sorprendente conclusión de que no quería morir. Tenía mucho que aprender y ver. La posibilidad de llegar a hacerlo era ahora más atractiva que nunca. Finalmente entendió a Voldemort. Cuando uno tenía y sabía tanto, él estaba desesperado por mantenerlo durante el mayor tiempo posible. Harry, literalmente, tenía la eternidad. La profecía puede llegar a ser auto-cumplida, pero era un riesgo que estaba dispuesto a tomar. No podía permitir que un simple niño tome lo que tenía. Después de todo, Harry merecía cada pedacito de ello, después de todo lo que había pasado.

Al menos eso es lo que se había dicho mientras planeaba el asesinato del niño de dos años de edad.

El niño muerto no saldría de su cabeza.

Harry renunció a tratar de dormir y abrió los ojos. Escaneó la habitación hasta que encontró la única cosa que estaba buscando inconscientemente; la Piedra de la Resurrección. Había vuelto por él en el Bosque Prohibido pocos días después de la Batalla de Hogwarts. Se dijo que sólo la estaba manteniendo a salvo. Ahora parecía una broma.

Harry se levantó y se dirigió hacia el escritorio donde tomó la piedra en su mano. No la había usado desde la noche en que Voldemort mató al Horcrux dentro de él. Simplemente no había tenido el tiempo. Quería utilizarla ahora. A Harry le picaba la necesidad. La pregunta era ¿a quién volvería a llamar? En realidad, no quería ver a sus padres. Remus o Sirius no serían mucho mejor tampoco. A ninguno de ellos le gustaría en lo que se ha convertido.

Harry no sabía por qué lo eligió a él de todas las personas. Tal vez estaba realmente loco ahora. Cuando giró la piedra por tercera vez en su mano, sintió el cambio en el ambiente, el sutil bajón de temperatura. Él estaba aquí.

"Harry Potter."

Harry giró, y allí estaba él. Pero no era cómo Harry esperaba verlo.

El hombre que tenía delante no era el Voldemort parecido a una serpiente que estaba acostumbrado. No, era casi el guapo Tom Riddle que había visto en las memorias de Dumbledore en su sexto año en Hogwarts. Sólo más mayor. Veinte y tanto años mayor, tal vez treinta. Harry sólo podía adivinar.

El otro hombre no estaba vestido con la túnica en la que había muerto, pero estaba en una camisa blanca y pantalones negros. De hecho, había algo extrañamente muggle acerca de su atuendo.

El hombre muerto lo fulminó con la mirada, sus ojos no dejando la cara de Harry ni una sola vez.

"Voldemort," reconoció Harry.

El hombre seguía mirándolo fijamente como si Harry fuera el fantasma, no al revés. Sus ojos grises ahora estaban centrados en la frente de Harry, lo más probable intentando ver la cicatriz bajo su flequillo. Tal vez estaba tratando de confirmar que Harry era, bueno, Harry.

"Soy yo."

"¿Cómo?" El hombre parecía querer acortar la distancia entre ellos para obtener una mirada más cercana a Harry.

"¿Cómo es que todavía estoy vivo? Bueno, el hechizo rebotó y tú fuiste el único que-"

La áspera voz de Voldemort le interrumpió a media frase.

"No me digas sobre tales cosas obvias, muchacho. ¡Estoy preguntando por qué todavía te vez así después de todos estos años!"

Harry trató de ignorar el repentino impulso de maldecir a Voldemort por hablarle en ese tono. Pero no era como si en realidad podría hacerlo. La siguiente mejor cosa en la lista era mandarlo de vuelta de donde vino. Pero eso sería bastante inmaduro de su parte.

"Soy apenas un muchacho más, así que apreciaría si podrías parar de dirigirte a mi como tal." Se quejó Harry. "O como otro de tus seguidores. No olvidemos quién te trajo aquí en primer lugar."

Si Voldemort estaba sorprendido por el comportamiento de Harry, lo ocultó bien. Todavía parecía disgustado pero al menos parecía estar más civil. Era bastante sospechoso.

"Esto tomará mucho tiempo para explicar," Harry anunció mientras se dirigía a la cama King size y se sentó.

"¿Estoy yendo a ninguna parte?"

Voldemort se quedó allí. Si alguien anteriormente le habría dicho a Harry que iba a tener una conversación con el fantasma de Voldemort en su habitación de todos los lugares, se habría reído. Y entonces dijo el otro todo. No era como si el Señor Oscuro podía hacer nada con la información. El hombre aparentemente mayor parecía bastante intrigado cuando Harry llegó a la parte de que él habita en las Artes Oscuras, y en el momento en que La Profecía fue mencionada su interés se agitó claramente.

"Otra profecía, que curioso…" Sus ojos se encontraron con los de Harry y lo que vio le dio la respuesta que estaba buscando, pero Voldemort no se sorprendió. "Mataste al niño."

¿Cuál era el punto de mentirle de todas las personas?

"Sí." No podía evitar sentirse molesto por la cara de suficiencia del otro. "¿Cómo lo supiste?"

Voldemort se acercó un paso más cerca de lo que se encontraba, bajando la mirada hacia Harry. Riddle era casi transparente, el escritorio y su contenido era lo suficiente visible para Harry para ver.

"Te lo dije una vez, Harry. Hay extrañas similitudes entre los dos de nosotros. Tomaste la misma decisión que hice una vez. No es tan fácil de colocar la culpa ahora, ¿cierto?"

Él no oculto la amargura en su voz. Harry le sostuvo la mirada y sí, allí estaba. La conexión que había rechazado durante tanto tiempo. Entendía a Voldemort, y Riddle lo comprendía. Siempre la tuvo, siempre lo hará. Y a ninguno de ellos le gustaba. Era demasiado íntimo, este tipo de enlace con otro ser.

"Por lo tanto, Harry Potter, ¿para qué me has traído aquí?" preguntó Voldemort.

Harry se sorprendió y se quedó sin palabras. "Yo… porque," él frenéticamente buscaba en su mente algo que decir. Pero no había nada. Sólo la verdad. "No lo sé."

Las comisuras de los labios de Riddle se movieron un poco. El hombre asintió con la cabeza, sus ojos grises no dejaron el rostro de Harry.

"Bueno, Potter, supongo que en realidad no importa."

Harry no podía estar más de acuerdo.

Se encontró convocando a Voldemort más y más seguido. Había sido sutil al principio. Una vez a la semana cuando él realmente no tenía nada más que hacer, sin embargo, pronto se convirtió en un hábito. Dos meses habían transcurrido desde la primera vez que hablaron, y durante más de una semana Riddle había pasado todo el día en casa de Harry. Y Harry había disfrutado de la compañía. Lo anticipaba. Ni siquiera podía imaginar cuando Voldemort había cambiado a Riddle en su mente.

El hombre estaba en silencio la mayor parte del tiempo, simplemente contento de observar a Harry y lo que estaba haciendo en ese momento. Sobre todo leyendo. Harry debería hallar la constante miraba del otro espeluznante, pero en realidad le hizo sentirse cómodo. Por supuesto, prefería morir antes de decirle a Riddle eso.

Harry suspiró cuando se dio cuente de que estaba leyendo el mismo párrafo por cuarta vez seguida, ahora, y cerró el libro, molesto consigo mismo. Riddle se sentó junto a la ventana y se volteó para mirarlo.

"¿Hecho ya?"

Como si estuviera realmente interesado.

"Por ahora." Harry hizo una pausa antes de seguir hablando. "¿Por qué estás vestido así?"

Las cejas de Riddle se alzaron ante la pregunta. Parecía estar considerando su respuesta, lo más probable debatiendo consigo mismo si decirle o no.

"Estas fueron las ropas con las que estaba vestido cuando hice mi primer Horcrux."

Definitivamente estaba diciendo la verdad, Harry decidió. "Está bien," respondió sencillamente.

El hombre de cabello negro tarareó antes de reanudar su fijar mirada a la ventana. Eso molestó a Harry.

"Debe haber cosas mucho más interesantes de ver al otro lado. En lugar este bosque." Sonaba como un niño que buscaba atención.

"En realidad no," expresó Riddle.

Su tono era distante y parecía absorto en sus pensamientos. Nunca habían abierto el tema de la muerte o el más allá, pero Harry realmente no necesitaba saber acerca de eso para tener sentido de la actitud de Riddle. Después de todo, él siempre había tenido miedo a la muerte. Tal vez por eso prefirió quedarse aquí con Harry, sin hacer nada.

Harry se mordió el lado inferior, mirando a la espalda de Riddle, antes de que él parpadeó. No podía ver la ventana. Riddle y su reflejo bloqueaban la vista.

"No eres transparente más," Harry acusó.

Pero, ¿cómo era posible? Le recordó al diario de Tom Riddle, pero esta versión no era un Horcrux. No había absolutamente ninguna manera de que pudiera ser uno.

El hombre suspiró y giró hacia Harry. Parecía cansado, a juzgar sólo por la postura de sus hombros. Por no mencionar de los círculos oscuros debajo de sus ojos. Sin embargo, a pesas de esto, Riddle estaba tan endiabladamente guapo como siempre.

"¿Alguna vez has escuchado hablar de 'El cuento de los Tres Hermanos'?" preguntó. "Es un cuento tonto que supuestamente fue escrito para enseñar a los niños acerca de la sabiduría mágica, la humildad, la moral, y así sucesivamente."

"Sí, acerca de las reliquias de la muerte." Harry aún recordaba la historia que Hermione les leyó a Ron y a él, recordó lo obsesionado que había estado con los tres objetos.

Riddle dejó su lugar junto a la ventana y fue a parar directamente en frente de Harry.

"Bueno, entonces vamos a saltas a la parte que concierne a nuestra situación, ¿de acuerdo? El segundo hermano utilizó la piedra de la resurrección para traer de vuelta a su amante muerta. Pero ella se volvió triste y fría porque no permanecía más al mundo humano. ¿Te parece familiar?"

Harry reprimió el impulso de comentar la fantástica memoria de Riddle antes de contestar.

"Bueno, por supuesto, pero deseas quedarte aquí, ¿o no? Ella no lo hizo. Y la historia no mencionó que ella se hacía más sólida."

Riddle negó con la cabeza.

"Lo que yo quiera no importa, Potter. En cuanto a la pregunta de por qué ya no soy transparente, supongo que tiene algo que ver con el pargo periodo de tiempo que he pasado aquí contigo. Me encuentro especulando que he estado en el mundo humano mucho más tiempo del que hizo la mujer en la historia."

Era una explicación plausible. Sin embargo, Harry no quería dejar ir a Voldemort. La idea era inquietante.

"¿Y cuánto tiempo esta existencia es suficiente para ti?" Harry no pudo evitar preguntar.

La mandíbula de Riddle se apretó.

"Es suficiente por ahora."

Harry se puso de pie en un pasillo oscuro, apenas iluminado, y desconocido. Parpadeó, escuchando a la nada alrededor de él como calmadamente sentía a su varita en el bolsillo derecho de sus pantalones. El espacio vacío se reunió en su mano. Una sensación desagradable se acurrucó en el fondo de su estómago ante la realización. Incluso si lógicamente sabía que esto era sólo un sueño, hizo poco para aliviar su mente. Voldemort le había enseñado lo que uno podía experimentar en una mera proyección de su mente.

Miró a la puerta situada en el otro extremo del pasillo como una sensación familiar se apoderó de él. Harry sabía que puerta era, y eso significada que sabía dónde estaba. O al menos su subconsciente lo hizo.

Puerta verde, puerta verde, repitió las palabras en su mente y trató de formar una conexión con una memoria o cualquier otra cosa que pudiera encontrar. Había estado en un pasillo similar cuando había matado a ese niño. En ese momento, el color de la puerta que da a la habitación del niño había sido irrelevante para el propósito de su visita. Harry no había prestado importancia. Al parecer, una parte de él lo había hecho.

Eso significaba que sólo había una forma de despertar. E incluía entrar a esa habitación, una experiencia que Harry evitaría con mucho gusto. Le había tomado un tiempo enterrar lo que quedaba de toda esa experiencia en el fondo de su mente. Poco a poco exhaló y se dirigió a su aparente destino. Harry no perdió el tiempo en abrir la puerta y lo que vieron sus ojos sólo sirvió para darle la razón. Era la habitación del bebé. Sin embargo, lo que no esperaba eran los gritos procedentes de la cuna.

Los latidos de su corazón aumentaron mientras lentamente se detuvo y bajó su mirada hacia el niño. Estaba vivo, o al menos eso parecía. Al igual que antes, no había ni un rastro de miedo en sus ojos mientras miraba a Harry. El único método plausible de despertar se hizo bastante claro.

No debería de importar ahora que el niño ya estaba muerto.

Sin embargo, sus manos todavía temblaban cuando cambió la forma de la pieza de madera. Sus labios apretados mientras sostenía el arma pequeña sobre el pequeño cuerpo. Esta vez no apartó la mirada mientras perforaba el pecho del niño.

Harry se despertó adolorido. Le dolía todo el cuerpo y por un momento no estaba seguro de que en realidad podía respirar, como si algo le apretara el cuello. Con un gemido, se las arregló para colocarse en una posición sentada, la mano buscando a tiendas sobre la mesa de noche, en busca de su varita. Algo fue golpeado antes de romperse.

"Potter."

Riddle se quedó allí junto a la cama, mirándolo.

Harry pensó que podría vomitar, pero en un segundo más tarde todo estaba bien. Como si nada. Por un momento, Harry se preguntó si todavía estaba soñando, pero él estaba sentado en el borde de la cama, jadeante. Riddle se mantuvo mirándolo de aquella intensa manera suya.

La expresión en la cara del hombre mayor era una calculadora. Como si estuviera considerando algo.

"¿Uniéndote a mí tan pronto?"

No sabía si Riddle estaba siendo sarcástico o no, pero se negó a morder el anzuelo. Harry se levantó de la cama y pasó por encima de los pedazos de cristal roto en el suelo, con cuidado de no cortarse. Lo limpiaría después.

"¿Qué me está pasando?" preguntó.

Riddle levantó una ceja elegante.

"¿Y qué te hace pensar que lo sé?"

¿A pesar de su cara? Pero Harry no lo dijo en voz alta. "Sólo lo hice," respondió.

El hombre más grande le miró y, hasta ahora, Harry nunca se había dado cuenta de qué tan realmente alto era Riddle, aunque el propio Harry no era tan pequeño. Estaban tan cerca el uno del otro que debería haber sentido el aliento de Riddle en su cara, pero por supuesto, no había ninguno.

"Bien, Harry. Excelente."

El tono fue mitad halagador, mitad burla. Su mano de apariencia sólida se levantó hacia su rostro y Harry casi esperaba sentir una presión cuando esos largos dedos tocaron su mejilla. Todo lo que obtuvo fue una sensación de frío. Se estremeció.

"¿Seguramente no creías que por ser el maestro de las Reliquias te daría la inmortalidad?" Riddle dejó caer su mano. "Nada más que una historia tonta para niños tontos. No hubo un acuerdo con la Muerte en primer lugar, solo tres poderosos magos con una ingeniosa idea y demasiado poder. Cómo llegaste a la conclusión de que las Reliquias eran la razón por la que no has envejecido un día está más allá de mí."

"Era la única explicación lógica," Harry se defendió. "Si tienes alguna idea mejor, por favor estate libre de compartirlo."

Algo parecido a la decepción bailaba en los ojos de Riddle. Como si Harry tenía algo que demostrarle a él de todas las personas.

"Y uno de los dos debe morir a manos del otro…" Riddle citó. "La única manera posible para que muramos de verdad está en las manos del uno al otro. Ahora, ambos sabemos que implemente maté al pedazo de mi alma que residía en ti esa noche cuando viniste a mí en el Bosque Prohibido."

Eso tenía mucho sentido. La teoría del 'Maestro de la Muerte' de Harry parecía tonta ahora. Se movió unos pasos hacia atrás, poniendo un poco de distancia entre él y Riddle. No podía pensar con claridad cuando el otro hombre estaba tan cerca de él.

"Está bien," Harry exhaló. "Eso todavía no explica lo que me ha pasado antes. Eso no se sentía como la inmortalidad en absoluto."

"En este momento sólo puedo dar las teorías."

"Bien, entonces dame tus teorías. Es mejor que nada."

Harry odiaba la forma en que sonaba tan asustado y sabía que no debería haber pedido la ayuda de Riddle. No debe confiar en sus explicaciones. Sin embargo, esto no le impidió llegar a hacerlo.

"Esos episodios han continuado por algún tiempo," comenzó Riddle y casualmente se apoyó en la mesa en el medio de la habitación, con los brazos cruzados sobre su pecho.

Era la verdad, aunque era un acontecimiento raro. Por lo general, dos veces al mes o algo así. Harry consideró decirle a Riddle sobre su sueño, pero ignoró rápidamente ese pensamiento. El Señor Oscuro no necesitaba saber acerca de su mala conciencia.

Harry apenas podía distinguir al mayor en la oscuridad, así que con solo un chasquido de sus dedos, la habitación se llenó de luz. Algo brilló en los ojos grises de Riddle mientras seguía su movimiento. Anhelo. Por algo que no era capaz de hacer más. Harry no podía soportar la idea de imaginar cómo debe sentirse al ser despojado de su propia magia, de sus propios poderes. Especialmente para alguien como Riddle.

"Esa era una afirmación, no una pregunta," dijo Harry mientras se colocaba una silla no muy lejos de donde el otro se sentó.

Estaban cara a cara ahora y no se le escapó notar que Riddle parecía contento con su deducción. El hombre claramente quería que él lo sepa. Bastardo manipulador.

"Sí, fue una declaración. Si tuviera que adivinar por cuanto tiempo, diría que unos meses después de mi muerte. Tal vez más."

Harry tragó el nudo en su garganta mientras asentía ante las palabras de Riddle. El hombre era increíblemente brillante, de una manera que Harry no podía creer que fuera posible.

"Un mes después. Pero no era tan malo al principio."

"Me lo imaginé," concluyó Riddle. Sus dedos tamborileaban contra la mesa mientras hablaba, pero no había ruido en la habitación insonora.

"Es porque estás muerto," Harry se dio cuenta cuando Riddle le miró. "La profecía… dice que puedo morir sólo por tus manos, y el otro de la misma forma. Soy incapaz de morir físicamente, ya que personalmente no me mataste. Pero mi alma…"

"Tu alma sabe que mi alma no está en este mundo más," terminó el otro en su lugar. "O lo que queda de ella de todos modos."

Harry no podía imaginar qué decir, cuando la única posible solución se formó en su mente; si quería vivir, tendría que traer a Voldemort de regreso. Pero eso era absolutamente loco, siquiera pensar en tal cosa. Harry sabía que Riddle era consciente de su línea de pensamiento.

El mayor sólo parecía estar esperándole para llegar a un acuerdo con la situación. Para convencerse de que no había otra forma de evitar esto. Porque realmente no la había, y Harry no necesitaba hacer ninguna investigación para averiguarlo. Pero ceder a lo que quería Riddle…

"¿Cómo sé que no vas a deshacerte de mí si teóricamente te traigo de vuelta?" Harry se atrevió a preguntar. "Hay maneras de destruir a una persona sin tener que matarla. De todo lo que sé, simplemente podrías encerrarme en algún lugar y terminar con esto."

Los ojos grises de Riddle estaban llenos de intensidad.

"Si podría, pero tales acciones pueden volverse contra mí con el tiempo," él veía a Harry como un científico que observaba a su experimento. "Tú no eres precisamente fácil de dominar, que mucho he aprendido de lo que pasó antes entre nosotros. Y no estoy dispuesto a cometer el mismo error dos veces."

"Bien, porque yo no soy el mismo chico débil de antes. Seríamos iguales en términos de poder." Una mentira, pero Riddle no necesitaba saber eso.

"Estas insinuando que estás dispuesto a hacer esto," concluyó Riddle, inclinándose un poco hacia delante. Un cambio repentino en su tono traiciono a su deseo e impaciencia.

Harry no podía culparlo.

"Sí, supongo que sí. Después de todo, no tengo otra opción. Mi vida está en un hilo, y como bien sabes, el instinto de auto-preservación es una motivación muy fuerte," Harry respondió y se levantó de su silla. "No sé cómo traer de vuelta a los muertos. Hace algunos años leí algunos libros sobre la nigromancia pero sólo con respecto a los Inferi o de otros tipos de cuerpos en movimiento… nunca nada parecido a lo que tú – nosotros- queremos."

Una sonrisa bailaba en los labios de Riddle y Harry no podía evitar mirarlo, en lo guapo que era. Se sentía como si tuviera dieciséis años, sí que estaba tan hipnotizado por la buena apariencia de Riddle que no podía apartar sus ojos de él. Por desgracia, parecía que el tiempo no había cambiado nada.

"No te preocupes, Harry," el otro arrastró sus palabras y cerró la pequeña distancia entre sus cuerpos. "Yo sé todo lo que hay que saber. Su ayuda es todo lo que necesito."

A Harry no se le escapó notar la manera en que su nombre salió de esos labios.

"Bien. Entonces, supongo que tenemos trabajo que hacer."

Harry se vio obligado a mirar hacia arriba con el fin de encontrarse con la mirada de Riddle, y fue una vez más sorprendido por la altura del hombre. Él parpadeó cuando se dio cuenta que estaban allí de pie, mirando a los ojos del otro. Harry se movió de nuevo torpemente.

"Ahora bien, ¿qué sabes de traer de vuelta a los muertos?" preguntó Harry.

Los ojos de Riddle brillaron. "Debes tomar asiento," aconsejó. "Esto va a tomar un tiempo."

Era tan frío que Harry se lamentó no usar un hechizo calentador antes de salir. Se estaba congelando.

Riddle, siempre con su camisa blanca y pantalones negros, se colocó un par de pasos por delante frente a una taberna muggle, no molesto en absoluto por la fría temperatura. Por lo general, la mayoría de las personas muertas no lo estaban. El pequeño pueblo de Escocia estaba cubierto de nieve como esta cayó sin cesar bajo el cielo nocturno. Harry normalmente no le importaba el tiempo pero hubiera preferido si sólo hubiese parado en ese momento.

"¿Estás seguro de que este es el lugar?" preguntó Harry. "Parece…"

"¿Igual a un cobertizo de escoria muggle para beber hasta perderse? Eso es exactamente lo que es. Y sí, Potter, por supuesto, estoy seguro."

Tomando otro vistazo a la taberna de dos pisos, Harry suspiró con fastidio.

"Bien. Digamos que encuentro a este hombre allí. ¿Qué te hace estar tan seguro de que quiere hablar conmigo, un completo desconocido? Podría ser un muggle, pero, ¿quién sabe? Puede estar consiente de quién es Harry Potter…o qué, ¿quieres que cambie mi apariencia?"

"No, eso no será necesario. Además, no me gustaría que ocultes tu cara bonita," se burló Riddle, y comenzó a caminar. "Vamos Potter, no tenemos toda la noche."

Harry entornó los ojos, apenas reprimiendo una sonrisa ante las palabras en la burla del otro. Era una sensación extraña para él. El darse cuenta que no sólo encontraba a Riddle atractivo, pero también disfrutaba de su compañía e incluso sus ocasionales palabras duras. Harry nunca antes consideró la posibilidad de ser algo diferente a ser enemigos, pero aquí estaba planeando secuestrar a un hombre bajo la guía de Riddle. Oh, bueno, él había hecho cosas peores.

Harry siguió a Riddle hasta que llegaron a la taberna donde Harry tomó la delantera. A veces se olvidaba de que el otro hombre no estaba realmente allí. Ninguno de ellos pronunció una palabra cuando Harry entró al lugar, consciente de la presencia del otro justo detrás de él.

El olor de alcohol barato y cuerpos sucios lo golpeó de inmediato. Música se reproducía en el fondo, lo suficientemente alto para amortiguar todas las conversaciones. Los aldeanos se reunieron en grupos pequeños por unas pocas mesas, bebiendo y riéndose de sus propios chistes. Unos ojos curiosos se encontraron con los suyos pero volvieron rápidamente a su propio negocio. Un viejo barman con una barba le recordó brevemente a Harry a Dumbledore estaba lavando los vasos detrás del mostrador.

"Está aquí," dijo Riddle. "Al lado derecho de la sala, junto a la ventana."

La atención de Harry se concentró a donde un hombre de mediana edad se sentó con una pinta de cerveza sobre sí. Su hombre venía por el hombre de Richard Taft. Solo que parecía mucho mayor de lo que había estado en las memorias de Riddle. Harry recibió una mirada molesta por la interrupción de su bebida con un fuerte aclaramiento de su garganta, justo al lado de la mesa.

Usar un Imperius en el hombre era una posibilidad, pero Harry prefiere hablar con él primero. Verá cómo van las cosas.

"¿Señor Taft?" preguntó, fingiendo ignorancia.

Él frunció el ceño a cambio.

"Sí, muchacho," el hombre admitió, tomando un gran trago de su bebida. "Y antes de que preguntes, no compraré nada."

"Imbécil," dijo entre dientes Riddle a su lado.

Harry lucho por mantener una cara seria. "No estoy vendiendo nada, señor," expresó, cuidando recordarse que él parecía sólo ser un adolescente ante el otro hombre. "¿Puedo tomar asiento?"

Taft suspiró, haciendo un gesto hacia la silla vacía frente a él. Él espero hasta que Harry estaba sentado antes de hablar.

"¿Cuál es el significado de todo esto, eh? Nunca había visto tu cara por aquí, así qué, ¿cómo un muchacho joven cómo tú conoce mi nombre?"

Parecía sospechoso de Harry. Sospechoso, pero no tenía miedo. Al menos no todavía.

"Estoy aquí en nombre de un miembro de mi familia…" comenzó. Riddle rió. "Usted tuvo algunos negocios con él hace unos años. Es posible que lo conozca como Tom Riddle."

Harry se había sorprendido cuando se enteró de que Riddle había utilizado su nombre real al tratar con el hombre. Pero tenía sentido. Como Riddle le había explicado hace tres días, nadie esperaba que use su nombre real. Ni siquiera Harry. Y menos aún Dumbledore.

Todo el color desapareció del rostro del hombre y su expresión cambió a una de miedo. Harry tenía su varita lista y escondida en su maga en el caso de que Richard intente nada. Sus ojos se encontraron con los de Riddle cuando este se trasladó a colocarse detrás del muggle y observó a Harry.

"Yo…" susurró Taft. "No sé de él. Pero ¿quién eres tú? ¿Y qué relación tienes con él?"

Usar su nombre real estaba fuera de la cuestión.

"Mi nombre es Harry Riddle. Tom Riddle es mi padre."

Observó al rostro de Riddle cuando lo dijo y esperó ira. Pero su alguna vez enemigo parecía más sorprendido que otra cosa. El mismo Harry no sabía por qué eligió ese nombre o esa relación en particular, pero tenía que convencer a Taft de sus buenas intenciones. Además, la expresión del rostro de Riddle había valido la pena.

Pareció funcionar, cuando la mirada del hombre se movió con cuidado sobre él, obviamente, comparando las características de Harry con las del propio Riddle. Harry era muy consciente de que parecía de alguna manera igual, e iba a jugar con esa carta.

"Recuérdale del paquete," incitó Riddle.

"Él es incapaz de llegar aquí por sí mismo así que, como su hijo, supongo que debo recuperar un paquete," Harry mintió.

Riddle dejó escapar una pequeña risa, rodeando la mesa hasta parar justo al lado de Harry. "Tú siendo mi hijo… Eso habría sido algo divertido, ¿no te parece?" se preguntó en voz alta. "Imagínate la sorpresa en el rostro del anciano."

Maldito Riddle y su retorcido sentido del humor.

"¿Podemos irnos ahora, señor Taft?" preguntó Harry, y trató de ocultar su impaciencia, así como su diversión. "Tengo mucha prisa."

El hombre se veía en conflicto y Harry y Riddle vieron el movimiento no tan sutil de sus ojos a medida que se lanzaron hacia la salida de la taberna.

"Imperialo ya," Riddle ordenó en un tono aburrido.

Fue hecho antes de que terminara de hablar.

Harry se había sorprendido cuando Riddle confesó que una muestra de su propia sangre estaba en manos de un muggle. Sin embargo, en cierto modo, parecía una cosa lógica de hacer. Voldemort no se habría arriesgado a salir con algo como esto al cuidado de un mago, seguidor o no. En cambio, un muggle bajo una maldición Imperius… Con toda honestidad, era brillante. No es que Harry lo admitiría en voz alta.

Voldemort y él esperaban en la pequeña sala de estar de Richard Taft como el hombre fue a buscar su paquete. Al parecer, el muggle no estaba al tanto de su contenido, sólo que era de gran valor y bajo ninguna circunstancia debe ser abierto. Ya se trate de otras personas o incluso él mismo. El hechizo que Riddle aplicó en él fue diseñado de esa manera.

Riddle ahora se encontraba a unos pasos por delante, mirándose demasiado tranquilo como pasa ser auténtico. Harry frunció el ceño ante las botellas de cerveza vacías situadas a los pies del sofá.

"Todavía no puedo creer que elegiste a un muggle alcohólico para guardar tu sangre."

"Es un marginado incluso en este lugar abandonado," explicó Riddle, mirando con disgusto a la basura. "Sin familia, sin amigos, sin riesgo de que alguien venga a este lugar, y sin querer descubrir el paquete. No es que en realidad pueda abrirlo, pero entiendes mi punto."

Riddle tenía razón. La casa no mostraba signos de tener otro inquilino y no hay fotografías enmarcadas en las paredes o decorando los muebles. Era una vista deprimente. El suelo crujía, alertándolos de la presencia del propietario. En sus manos había una pequeña caja negra, carente de cualquier diseño o bloqueo en particular. La mirada de Taft estaba vacía como se la entregó a Harry.

Giró hacia Riddle, que estaba mirando hacia ella con una expresión hambrienta en sus ojos.

"¿Parsel?" Harry supuso.

Un cabeceo fue su única respuesta cuando escuchó con calma a Riddle pronunciar la palabra 'abrete' un par de veces. En momentos como estos, Harry extrañaba realmente ser capaz de hablar y entender el idioma de las serpientes. Lo consiguió al segundo intento y la caja se abrió en un clic. Un pequeño vial lleno de sangre yacía inocentemente en su interior. Lo alzó con más cuidado de lo necesario, sosteniéndolo en su palma abierta para que Riddle lo pudiera ver mejor.

Harry casi dejo caer el vial ante la mirada de terror puro que adornaron las características del otro. Le recordó la expresión de Riddle usó cuando notó lo que Harry estuvo a punto de volver a hacer en su segundo año en Hogwarts. Justo antes de que apuñale el diario.

"¿Qué pasa? ¿No es tu sangre o?-"

Los dedos de Riddle se apretaron en torno de su palma como si estuviera tratando de mantener el vial por sí mismo. Pero, por supuesto, Harry no sintió alguna sensación psíquica o algo por el estilo. Sólo había una extraña frialdad en su mano.

"Alguien tomó una parte de ella," gruñó Riddle. "¡No está completo!"

Él estaba en lo correcto. El vial estaba un poco más de la mitad, pero Harry pensó que Riddle había vertido exactamente esta cantidad precisa. El mayor se volteó a mirar al muggle, con una mirada asesina en su rostro.

"Para," Harry soltó y le bloqueó el paso. "Déjame hacer el interrogatorio. No te puede ver de todos modos."

Riddle estaba claramente disgustado por la situación, pero le indicó a Harry que siguiera adelante con ello. Con el vial bien asegurado en una palma de sus manos, Harry sacó su varita antes de enfrentarse al muggle.

"¿A quién le diste la caja?"

"Nadie," el hombre respondió con una voz placida.

"Miente," Riddle silbó junto a él.

"No, no creo que esté mintiendo," Harry no estuvo de acuerdo. "Literalmente no puede. Lanzé un Imperius sobre él…"

Podía sentir como Riddle consideraba numerosas posibilidades en su mente antes de responder.

"O al menos su mente consciente no lo sabe."

Harry entendió la implicación a la vez. De inmediato, se sumergió en la cabeza del hombre y fue bombardeado con recuerdos sin sentido de trabajar en una fábrica cercana, beber o dormir de vez en cuando con una mujer casada local. Se concentró en los pensamientos con respecto al paquete, pastoreó durante el tiempo en que Riddle se lo había dado al muggle. Harry estaba cerca de decir que no había nada que ver cuando un rostro familiar le hizo detenerse y la memoria en particular sucedía ante sus ojos.

Se retiró de la cabeza de Taft violentamente para encontrar al hombre encogido en el suelo y con falta de aire. La cara de Riddle se oscureció inmediatamente su visión.

"¿Qué viste?"

Harry parpadeó y se movió de nuevo antes de perder el equilibrio. Riddle se movió para atraparlo, pero su brazo pasó a través del propio Harry. Harry tropezó en una mesa mientras trataba de calmar su respiración, con cuidado de no ejercer demasiada presión sobre el vial en su mano. Conociendo a Riddle, estaba seguro de que tenía varios encantos de protección, pero Harry no estaba dispuesto a correr el riesgo.

"Habla, Potter. ¿Qué viste?" Riddle le reprendió a medida que se acercaba.

Harry consideró decirle al hombre que lo deje en paz por unos segundos, pero decidió no hacerlo. Este no era el momento para discutir.

"Había una mujer – una bruja," Harry finalmente logró decir. Los ojos de Riddle eran penetrantes, mientras esperaba a que terminara de hablar. "Ella uso el mismo método que hemos hecho para tratar con el hombre."

"Eso es poco probable. Nadie más que nosotros dos sabe acerca de esto," argumentó Riddle. "Y no explica cómo podría haber abierto la caja."

Harry no pudo detener la risa histérica que escapo de sus labios.

"Ella es una vidente, la misma que me encontró hace unos meses para hablarme de la profecía. Acerca del niño que maté. Por lo que recuerdo al pasar a través de su mente, ella va por el nombre de Althea o algo por el estilo."

El muggle dejó escapar otro sonido de dolor, pero ni él ni Riddle se molestaron para darle siquiera una mirada. Ellos se estaban mirando el uno al otro. La cabeza de Harry todavía estaba latiendo pero logró ignorarlo tanto como sea posible. Riddle se veía lívido.

"Estuviste en su mente y no encontraste nada sospechoso en lo absoluto," la voz de Riddle resonó, como ni no pudiera creer que Harry había sido tan estúpido.

"Yo… en ese momento, lo único en lo que podía pensar era en la profecía," dijo Harry antes de elevar su voz en defensa. "Y si se las arregló para encontrar un camino alrededor de tus hechizos, estoy seguro que ella habría sido capaz de ocultar sus pensamientos de mí."

Harry se sintió más avergonzado que enojado. La posibilidad de que la bruja mayor le jugó para asesinar a un niño inocente le molestaba. Pero se mantuvo en silencio, observando a la mandíbula de Riddle trabajar algunas veces.

"Una vez que obtenga una forma física, me mostrarás tus recuerdos," amenazó Riddle. "Y después de eso, la encontraremos y recuperaremos mi sangre."

Riddle podría estar hablando para sí mismo pero asintió de todos modos. Una vez que lo trajeran de vuelta el vínculo entre ellos sería más potente que nunca. Si alguien estaba en posesión de la sangre de uno de ellos… la idea era escalofriante. Por no hablar de la supuesta profecía que hizo, pero eso era algo que sólo Harry trataría.

También estaba la pregunta de cuándo 'yo' cambió por un 'nosotros'. O cuando empezó a estar de acuerdo con él tan fácilmente.

"Y lo haremos. Después de tu resurrección," Harry dijo y elevó el vial una vez más. "¿Es suficiente para ello, no?"

"Afortunadamente, sí."

Era casi como si la vidente sabía la cantidad exacta de sangre requerida para el ritual.

"Ahora deshazte del muggle y vuelve a tu apartamento," pronunció Riddle, distanciándose de Harry. "Allí discutiremos los detalles."

Él esperó un momento en la puerta hasta que Harry murmuró el hechizo mortal antes de conducirlos por la fría noche.


NOTA DE TRADUCTORA.

¡Hola! ¿Cómo estáis? Espero se encuentren muy bien.

Aquí les comparto esta nueva historia donde nuestros dos queridos protagonistas pasarán por una nueva y grandiosa aventura.

Por cierto, ¿qué les pareció? Los reviews son siempre bienvenidos.

Ya traiga muchas ganas de traerles esta historia, pero por la escuela y el trabajo, me era imposible traer dos historias al mismo tiempo. Pero al estar en un período corto de vacaciones, ¡finalmente encontré el tiempo para realizarlo!

Sobre las actualizaciones, estas no serán tan seguidas como me gustaría. Esto debido a la cantidad tan considerable de capítulo que, si bien es mejor, tardo un poco más a comparación de otros fics que tienen de a 1K – 2k de palabras. En cambio, esta historia tiene un rango de 6-10K. La parte buena, es que ya tengo comenzado el capítulo siguiente, así que este no creo que tarde tanto jeje… (¡No prometo nada!)

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!

-Maya.

PD. He de confesar, que mientras traducía la parte de Harry diciendole a Richard Taft que era hijo de Riddle, en lugar de 'Harry Riddle' escribí 'Harry de Riddle' XDDD y me dí cuenta hasta que revisé el capítulo.