Disclaimer: OUAT no me pertenece, y no hago esto por sacar dinero

Guía de supervivencia en casa de los Gold

Hacía tiempo ya que el señor Gold había recuperado todo lo que perdió en su vida pasada, allá en el Bosque Encantado. Bella vivía con él, y, aunque como toda pareja, tenían sus más y sus menos, el amor siempre triunfaba sobre todas las cosas, y su amor siempre acababa venciendo la batalla. Fuera cual fuese el problema.

Baelfire, ahora Neal, había empezado una nueva vida desde que llegaron de Neverland, triunfales, tras rescatar a Henry. Rumpelstiltskin había insistido en que viviera con Bella y con él, y eso hizo durante un tiempo, hasta que encontró una casa propia, donde se había ido a vivir hace unos meses.

Fue un golpe un poco duro para el señor Gold, pero Bella hizo que entrara en razón, explicándole calmadamente que Neal ya no era un crío, y que debía vivir su propia vida...Bueno, puede que un par de besos de parte de la bibliotecaria, y unas caricias hubieran ayudado al señor Gold a estar de un humor más receptivo, y finalmente acabó aceptando que Neal se independizaba de ellos.

Aun así seguía visitándolos continuamente, todos los Domingos cenaban en familia.

Rumpelstiltskin no podía estar más feliz.

Una de esas tardes, mientras Neal preparaba el té junto con Bella, el señor Gold advirtió algo en el hombro de Neal

-Hijo, tienes un vidrio en el hombro.- Dijo sacudiéndole el chaleco con la mano. Al pasar los nudillos por el puntito verde, una ligerísima descarga de magia recorrió su mano.

-Ah, será de la pelea que hubo el otro día en "The Rabbit Hole"- Dijo Neal, sin darle más mportancia -Se habrá quedado en la tela. Gracias papá-

-¿En serio? ¿Una pelea?- Preguntó Bella mientras sacaba el azúcar de la estantería.

-Si, un par de tipos peleándose por algo del billar...- Neal siguió describiendo la pelea, e incluso aportó testigos conocidos, que lo vieron allí esa noche, como la Sheriff Swann, o Hook, con quien compartía unas bebidas.

Pero a Rumpelstiltskin algo le fallaba en esa historia, pues lo que había sacudido no era un cristal, si no magia concentrada. Una mota de magia poderosa, y brillante.

Polvo de hada.

Neal estaba ocultando algo. Y eso no le gustaba nada.


No se lo comentó a Bella, pues sabía que ella estaría en contra de lo que iba a hacer. Casi podía oirla "Neal tiene que tener su vida, no puedes seguir tratándolo como a un niño".

Pero si esas hadas tenían algo que ver con Neal, no se librarían de su ira. Conocía perfectamente sus tácticas. Manipuladoras, oportunistas, y mentirosas. Él por lo menos avisaba de que la magia traía un precio. Otra cosa es que la gente le hiciera caso. Pero ellas...Ellas arrebataban la felicidad de las personas, solo por su propia conveniencia.

Si el hada azul estaba intentando convencer a Neal de que se alejara de su familia, no se lo pensaría dos veces antes de convertirla en una mosca.

Esa mañana salió temprano, después de dejarle el desayuno a Bella en la cocina. Una bandeja con zumo, tostadas, té con leche y azúcar, y una rosa roja que había cortado del jardín. Siempre cuidaba los detalles con Bella.

Después de aquello, se dirigió hacia la casa de Neal, un apartamento en el centro de Storybrooke, con la intención de vigilarlo desde la distancia, en su rutina matinal, para ver si se encontraba con algún hada por el camino.

Para su desgracia, todo parecía normal. Neal salió del portal abrochándose la chaqueta, inspiró el aire de la mañana, y luego se encaminó hacia la escuela, donde había conseguido un puesto de profesor de geografía, gentilmente concedido por la alcaldesa, Regina.

Tras esta misión, considerada todo un fracaso, Gold decidió volver a intentarlo por la tarde.

Seguir a Neal en su camino del colegio a donde quiera que fuese después no fue difícil, un poco de magia y nadie notaría su presencia.

Le extrañó ver que se dirigía al puerto, y se sentaba en un banco, al parecer, esperando a alguien.

Rumpelstiltskin cogió su móvil, y marcó el número de Neal, observando sus acciones desde una calle cercana.

Neal se sobresaltó al escuchar el tono de llamada de su móvil, y frunció el ceño al ver que era su padre. Luego descolgó el teléfono

-¿Si?

-Hola hijo, ¿Cómo estás?

-Bien papá, ¿Y tu?

-Bien, bien...Escucha. -Rumpelstiltskin se inventó rápido una excusa- He comprado unos pasteles para Bella, y seguramente sobren, asi que si quieres pasarte por casa a tomar el té...-

-Ah, gracias papá, pero sigo en la escuela.

Rumpelstiltskin alzó una ceja. De no ser porque lo estaba viendo sentado en el puerto se hubiera creído la mentira. Apretó la boca y entrecerró los ojos, estrujándose la cabeza para averiguar qué clase de motivo llevaría a su hijo a mentir tan descaradamente.

-Aun me quedan exámenes que corregir, y una reunión de profesores...Hoy va a ser un día largo. Mejor voy a veros mañana.- Siguió hablando Neal. Al ver que el señor Gold no contestaba, habló un poco más fuerte -¿Papá? ¿Sigues ahí?

-¿Eh? Ah, si. Perdona hijo. La cobertura se ha ido durante un instante.

-Ah. Decía que mañana iré a veros.

-Claro, claro...Me parece bien

-Vale, hasta mañana entonces.

Y colgó.

Rumpelstiltskin se quedó mirando la pantalla del teléfono, como si este fuera responsable de la sarta de mentiras que acababa de escuchar. Ganas le dieron de tirarlo contra el muro de piedra, en un ataque de ira, pero eso delataría su presencia, y había aprendido a controlarse...Más o menos.

Siguió observando a su hijo un par de minutos más. La actitud de Neal empezaba a ser inquieta, hasta que un sonido lejano llamó su atención. Unos pasitos cortos, que se aproximaban a toda prisa.

-¡Neal! - Llamó una voz femenina.

-¡Por fin! ¿Dónde estabas?

-Lo siento. Tenía que hacer cosas...

-No importa. Corre, o llegaremos tarde.

-¿Qué vamos a ver?

-Ya lo verás

-Espero que no sea de terror. Sabes que no me gustan nada...

Rumpelstiltskin se quedó con la boca abierta al ver con quien estaba hablando. Su mente procesó rápido lo que estaba ocurriendo cuando su hijo pasó un brazo por el hombro de la chica, atrayéndola hacia él, y ella se dejaba abrazar, mientras ambos se alejaban caminando del puerto.

Su hijo tenía novia.

Y no una novia cualquiera.

Tinkerbell.


-¡No puedo creerme que le hayas estado espiando!

-¡Es por su propia seguridad!

-¡Has violado su privacidad!

-¡Nos estaba mintiendo!

-¡Como haría cualquier chico que ha empezado una relación! Rumple ¿No lo ves?

-¡Es un hada!

-¡ERA un hada. Ahora es una persona como tú y como yo.

Bella estaba perpleja ante la actitud del señor Gold. Aunque conociéndole...No le resultaba del todo extraña esa manía posesiva con todo, incluso con su familia. rumpelstiltskin caminaba en círculos por el salón, frustrado. ¿Por qué Bella no lo entendía?

-No lo aceptaré.

-Rumple. dale una op...

-¡No se la merece! ¡Las hadas no se merecen ni una oportunidad!

Bella se quedó unos segundos en silencio. Luego se levantó, alisándose la falda con las manos y se acercó a Rumpelstiltskin, mirándole a los ojos con expresión seria.

-Todos merecemos una segunda oportunidad...Piénsalo.

Y dicho esto, dejó al señor Gold, solo, en el salón con sus pensamientos.


El tema se quedó apartado, y pasaron unas semanas. Un Domingo en el que estaban comiendo juntos, Neal estaba más callado y pensativo de lo normal

-Neal ¿Te encuentras bien?- Preguntó Bella, iniciando la conversación

-¿Eh?

-¿Está buena la comida? He cambiado un poco la receta, espero no haberla estropeado...

-¡No! No no. Está delicioso Bella, en serio. - Neal sonrió, brevemente. El señor Gold no dijo nada.

-Sabes que si hay algo que te preocupa, puedes contar con nosotros.- Insistió Bella, amablemente

-Claro. Gracias...En realidad...- Neal tomó aire.- Tengo que contaros algo.

Bella alzó las cejas y miró a Rumpelstiltskin con cara de "Te lo dije"

-Me gustaría que conociérais a alguien.- Dijo dejando los cubiertos sobre la mesa, y mirando alternativamente a su padre, y a Bella.

-¿En serio?- Preguntó el señor Gold. Neal asintió con la cabeza.

-¿Es una chica?- Preguntó Bella, aun sabiendo ya la respuesta. Neal asintió de nuevo.

-Nos conocemos desde hace algún tiempo...Bueno, también la conoceis, pero ella está un poco nerviosa.

"Ya puede estarlo" pensó Gold para si mismo, aunque externamente solo alzó una ceja.

-¿Os va bien que venga la próxima semana?

-¡Claro!- Se apresuró a responder Bella de manera jovial. -Pero dime, ¿Es la Sheriff Swann?

-¿Emma? No! No...Decidimos hace tiempo que no seguiríamos por ese camino...- Neal bajó la vista. Hablar de Emma aun le dolía. Tink empezaba a curar esa herida, pero aun no estaba preparado.

-Oh...Lo siento Neal...

-¿Qué comida le gusta a tu novia?- Habló entonces el señor Gold. Bella le miró con una ceja alzada -¿Qué? Si vamos a recibirla en nuestra casa, que menos que hacer que se sienta bienvenida.

Bella alzó ambas cejas, perpleja ante la aparente amabilidad de Rumpelstiltskin

-Le da lo mismo. Aunque bueno, le gusta el dulce.

-Me aseguraré de que haya postre- Bella se anotó mentalmente buscar un libro de recetas de postres en la biblioteca.


Continuará...

Venga va que estoy inspirada. Y que hay muy poco Tinkerfire en fanfiction.