hola! no me pude resistir a escribir esta comedia romántica xD! la tenía en mente hace algunos meses y me decidí escribirla! xD está basada en el mundo de Cross Epoch de Toriyama con Eiichiro e inspirada en dos doujin de Pachi. Para poder entender algunas cosas los invito a leer el capítulo único si es que no lo han leído, en mi pérfil colgaré los link de ambos doujin C:


Capítulo 1

Capitán y Ladrón

La paz reinaba en el mundo, a pesar que el nuevo Soberano del Gran país había pedido un deseo a Shenglong con la ayuda de las Dragón ball para convertirse en el Rey, no lo hacía mal… y la población se veía bastante conforme con el resultado y lo más importante, feliz.

Después de la Fiesta del té, cada amigo del místico dragón retornó a sus deberes y sus ritmos de vida de siempre, quizás cuando volvieran a hacerse un tiempo para ir a visitarlo…

El tiempo estaba tranquilo, el clima en esa época del año era agradable, el verano estaba a la vuelta de la esquina, y los habitantes del reino empezaban a cambiar el guardarropa, almacenando los vestuarios de invierno y sacando a relucir la ropa ligera.

El viento era favorable, las banderas con franjas rojas y blancas ondeaban junto a la brisa, y la Jolly Roger Vegeta se imponía con gracia y soberbia en los cielos. El barco pirata surcaba por los aires con grandeza, la enorme nave hacía alusión a su fuerza. Era la mejor nave pirata y la más temible con la que se podía encontrar en el cielo. Los piratas aéreos ganaban terreno con creces a los marinos, ya que podían piratear tanto en el cielo como en el mar a diferencia de los piratas de mar que se dedicaban solo a ello.

Y así era la tripulación Vegeta. Conocidos mundialmente por su reputación sin igual, y sobre todo ahora que se había esparcido los rumores de su victoria sobre la nave de los piratas aéreos del Dr. Gero.

Estaban en una de sus mejores rachas, las salas repletas de tesoros y joyas estaban inundadas hasta el tope, y cada tripulante se llenaba de regocijo por ello, el Capitán Vegeta era "amable" con sus piratas en cuanto a los botines, repartía grandes cantidades entre sus súbditos y estos agradecían con su total lealtad y disposición hacia su Capitán. Y esa información era de dominio público, era tanta la fama de la tripulación Vegeta que muchos se enlistaban en sus tropas todo el tiempo, pero no cualquiera era parte de la tripulación del sexy Capitán.

El Capitán Vegeta era conocido por ser un hombre atractivo, esa era la información que manejaba la comunidad femenina, el Capitán más temible del cielo y mar era un hombre fuerte, guapo y rico ¿el mejor prospecto no? Pero también era sabido que el Capitán no andaba jugando por la vida, se sabía muy poco sobre la vida personal del popular pirata, así como era conocido su fama también era sabido de su difícil carácter… esa era la parte que la comunidad masculina conocía, el fuerte carácter del pirata más temido era insufrible, habían tantas leyendas contadas sobre castigos que propició a algunos miembros de su tripulación, e historias contadas a niños para asustar sobre los métodos de muertes que empleaba a los traidores o rivales.

El misterio que envolvía al Capitán solo podía ser resuelto si eras capaz de conocerlo y sobrevivir a ello.

La nave de la tripulación Vegeta era conocida por "el barco Flameado" o "Flameada", el nombre empezó a circular por el grito de sus contrincantes cuando veían el barco aproximarse por sus binoculares y el fuerte grito "¡bandera con calavera flameada!" reconociendo al instante de quién se trataba, pero el grito era tan largo que empezó a reducirse solo a "¡es el barco Flameado!" o "¡huyan! ¡Es Flameada!", nombre que empezó a usar la misma tripulación, bautizándola de ese modo. Flameada.

Flameada era uno de los barcos más veloces, competía a menudo con la nave Ginyu del capitán Cinyu de las fuerzas especiales Ginyu, sí… no eran muy ingeniosos con los nombres, pero era la única nave que le podía hacer competencia en cuanto a velocidad. Había una serie de mitos que envolvían a Flameada y su Capitán sobre el origen del pirata y de la nave, ambos tenían tanta popularidad que ni se imaginaban, era entendible ser conocidos en el mundo de los piratas, pero también eran objetos de leyendas y cuentos para niños en el Gran país. Ganándose respeto, miedo y admiración (sobre todos por los niños pequeños que soñaban con ser un gran pirata como el Capitán Vegeta).

La tripulación Vegeta constaba con piratas de todos los lugares del mundo, pero solo el personal más cercano al Capitán eran miembros del mismo clan que el líder del barco, el Clan Horns. El clan Horns era un grupo de familias de una misma especie con orígenes orientales bastantes antiguos, ya poco quedaban de ellos a causa del mestizaje y del exterminio de estos por su condición física. En apariencia los integrantes del clan eran diferenciados al resto de la población por un par de cuernos negros que sobresalían en la cabeza del individuo, fuerza sin igual y resistencia física mayor que los estándares, eran estos cuernos que incitó a muchos traficantes a hacerse con ellos para venderlos en el mercado clandestino. En la actualidad, quedaban muy pocos miembros de este clan, sobre todo con sus cuernos presentes, la descendencia de los Horns muchas veces se vio afectada por el cruce y con ello, poco a poco la característica principal de los Horns se vio casi extinta. Quedaban pocas familias, y algunos integrantes de ellas estaban a los servicios a bordo de Flameada.

Solo cuatro Horns incluyendo al Capitán. Nico Robin, prima del Capitán encargada de los asuntos administrativos de Flameada, Ussop, compañero de colegio del Capitán, encargado de la armería. Sknurt… su Maestre a cargo después del Capitán, era un joven Horns bastante hábil, se había enlistado a Flameada y después de una serie de pruebas quedó dentro, y ganó la atención del Capitán. Y el muchacho no había decepcionado al pirata del ojo parchado.

La decoración de Flameada estaba fuertemente influenciada por los orígenes del clan del Capitán, cada rasgo del barco estaba diseñado con características orientales, incluso la vestimenta de los miembros más cercanos a la Capitán.

La capa del Capitán sobresalía en su silla, miraba concentrado el ventanal en el puente de mando de la nave, de vez en cuando viraba sus ojos hacia la ruta marcada en el radar del panel de comandos. Era un día tranquilo, después de la victoria contra los piratas del Dr. Gero podía darse esos lujos de descanso, tenía a toda su tripulación bajo órdenes para el funcionamiento de Flameada y no necesitaba estar presente para que sus mandatos se cumplieran, el respeto o miedo que sentían hacia su persona era suficiente motivación para que trabajarán de forma eficiente.

Unos golpecitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, no respondió y la puerta se abrió de todos modos, oyó pasos acercarse y no necesitaba voltearse para saber de quién se trataba.

-Capitán Vegeta-habló Sknurt a su espalda.

-¿algún inconveniente?-oyó un suspiro en respuesta y frunció más sus espesas cejas esperando por alguna palabra del Maestre.

-han vuelto a saquear la bodega Capitán-habló rápido el joven, vio el cuerpo del pirata tensarse en su silla-nuevamente eludió a los guardias y nadie vio nada.

-los guardias a cargo… que salten por la borda- el joven de cabello lavanda miró la espalda del Capitán con asombro, sabía de la fama del pirata pero no dejaba de asombrarle sus medidas tan radicales.

-Capitán si me lo permite… debo decir que no son los guardias los del problema-musitó mientras miraba el documento en sus manos que señalaba las pérdidas del último atraco. Caminó hacia la silla de su líder y se paró a su lado, observó el semblante del Capitán que tenía el ojo cerrado y su ceño como siempre fruncido.

-¿has seguido mis órdenes con los últimos 4 par de guardias?-preguntó sin mirar al joven

-claro Capitán… pero debo decir que el ladrón se ha metido a más de una bodega…-el pirata abrió los ojos ante la última información-por lo que un grupo de guardias no es suficiente y tampoco son los culpables… el primer robo fue en las principales salas, el segundo y el tercero se aventuró a recorrer por las bóvedas más profundas del barco…

-¿él ladrón?... ¿crees que es una sola persona?-miró al joven a su lado y contempló sus ojos azules, la mirada del muchacho le era conocida, le agradaba el mocoso porque le recordaba a él mismo cuando era joven.

-si fuera más de uno lo habríamos sorprendido hace mucho tiempo mi Capitán-sonrió soberbio-debe tratarse de un solo autor de los delitos, es la única manera que se me ocurre para que pase desapercibido y nadie note nada-se encogió de hombros mirando hacia el paisaje que se divisaba por la ventana del salón.

-¿el informe de las pérdidas?-vio al joven caminar hacia una de las ventanas laterales y abrir una, la brisa fresca que entró al cuarto meció su melena en forma de llama junto con su capa roja con círculos amarillos. Golpeteó el brazo de su silla con sus dedos con impaciencia, el ruido de la tela de su guante en contacto con la madera fue el único sonido en los próximos minutos en la habitación.

-está vez se llevó dos bolsas de joyas-el Maestre miró el cielo con fascinación y sonrió al viento, volteó a ver a su capitán quién observaba el paisaje igual de perdido que él-y un fajo de billetes.

-nuevamente joyas…-musitó pensativo el pirata a la vez que llevaba su mano hacia su rostro y la dejaba reposar entre su melena y las cuerdas que sujetaban el parche de su ojo izquierdo.

-pareciera que nos tiene como banco personal-bufó el joven-viene cada cierto tiempo y saca joyas y dinero… bufó cansado-¿cuáles son sus órdenes Capitán Vegeta?-oyó un suspiró del pirata a la vez que se ponía de pie, su capa se meció con la brisa invasora y lo vio caminar hacia la salida.

-me haré cargo yo mismo de este ladrón…-Sknurt vio a su Capitán salir del Puente de Mandos y entendió que ahora él debía quedarse en la habitación. Miró el mapa virtual en el panel y alzó su mirada hacia las nubes.

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La noche había caído en el planeta, y era la ocasión perfecta para actuar. La oscuridad del ambiente su compañera, y el silencio del cielo nocturno su apoyo. El negro del cielo se reflejaba en sus mechones, haciéndolos parecer negros junto a todo lo que la oscuridad reflejara. Los días eran cálidos, y la noche era más fresquilla, pero en las alturas esto se volvía más frío a comparación de la comodidad de su nave espacial personal.

Estacionó su nave a unos diez metros de distancia de Flameada, pero diez metros que distanciaban desde arriba hacia abajo, esa era la clave. Flameada era el barco pirata más popular, no había quién le hiciera frente, y por lo mismo estaban acostumbrados a ataques frontales, traseros, laterales… pero todos desde la misma altura. Ella había pensado mucho antes de proponérselo a su hermana Nami, Flameada era lo más grande en el cielo de la Tierra, no temería que lo atacarán desde abajo o arriba, alcanzarían a reaccionar a tiempo. Pero una pequeña nave pasaría desapercibida para la monstruosa Flameada. Y pasar desapercibida era su especialidad.

Su hermana se había rehusado a acompañarla, ni una sola vez quiso ayudarla a robar en Flameada, se resignó con su compañía y motivada por la codicia fue sola. Y vaya que valió la pena. Aunque volvió a la nave con su hermana cargada con joyas de múltiples colores, tamaños y resplandor, su hermana no se animó. Por lo que no le quedaba más opción que salir sola a jugar.

Los tesoros que el Capitán guardaba en el barco eran lo más maravilloso que sus ojos zafiro habían presenciado antes, había quedado completamente enamorada de sus riquezas. Quizás en otra vida fue un dragón… no encontraba otra excusa para su necesidad de joyas, ¡las amaba! Sus ojos brillaban cual lucero cuando un diamante se cruzaba su camino "accidentalmente", sus dedos se movían solos y los "salvaba" de manos despreciables, su motivación era esa: las piedras preciosas. Y el Capitán Vegeta guardaba inmensas cantidades de estas.

Lo conocía de nombre y lo había visto desde lejos por primera vez en la fiesta del té de Shenglong, pero este no la vio a ella, y fue lo mejor… porque así no se hubiera enterado ni esperado que ese mismo día fuese de excursión de reconocimiento en su nave sin ser vista por ninguno de sus tripulantes.

La suerte saludaba a la ladrona.

Salió de su nave y presionó sus botas gravitacionales, pulsó el botón de propulsión y apuntó hacia el casco de la nave y se lanzó. La velocidad que la acompañó en su movimiento fue justa y precisa para poder alcanzar el casco. Se afirmó de la superficie con sus manos enguantadas previamente actualizadas con adhesivo espacial, sonrío victoriosa y comenzó el ascenso camino hacia alguna ventana de las mazmorras del barco.

Observó con cuidado el pasillo desde afuera de la nave, una vez comprobado que no había nadie, sacó de su bolsito un láser. Después del tercer robo, empezaron a dejar las ventanas con seguro, por lo que tuvo que invertir en un láser para poder romper los vidrios sin ser oída.

Dibujó un corazón en el cristal transparente con el rayo rojo fluorescente, satisfecha guardó el tubo plateado en su bolso. Apoyó una mano al costado de la ventana circular, y con la otra presionó dentro del borde del corazón en el vidrio, una vez que se pegó a su guante impulsó su mano hacia afuera y la sacudió para dejar caer el vidrio al abismo. Sonrío soberbia por su técnica y metió su mano para poder alcanzar el seguro. Una vez pillado, lo desenganchó y abrió la ventana sin problema alguno.

Agradecía que los piratas no cuenten con ese tipo de técnicas de robo, el tamaño de las ventanas era exacto para que alcanzara a pasar sus caderas por el espacio. Cayó suavemente en el suelo de un pasillo dentro de las mazmorras de la nave. En el exterior el frío dominaba, pero dentro de Flameada podía sentir la temperatura subir, sacó las antiparras de su gorro amarillo para liberarse del molesto casco que la empezaba a hacer transpirar ¡odiaba el sudor!, acomodó la tela en la correa de su cinturón y volvió a ubicar sus lentes en su cabeza, sacudió su cabello turquesa y sonrió pretenciosa. Ahora era la parte entretenida.

Dio suaves pasos por el pasillo a oscuras, ya había memorizado el camino, después de unas cuantas vueltas llegó hasta la escalera que la guiaba hasta la planta de las bóvedas. Se asomó escondida detrás de una muralla para observar a los guardias. Abrió los ojos cuando no vio a ninguno custodiando las primeras bodegas que contenían armamento y alimentos. Frunció el ceño y miró el techo buscando cámaras grabadoras. No había nada… ¿estarían ocupados? Se encogió de hombros, la política de la joven ladrona era la siguiente: el robo perfecto estaba atado de manos al momento indicado. Las oportunidades hacían la situación. Y esta era la oportunidad esperada.

Inhaló profundamente y exhaló liberando el aire, repitió un par de veces y se animó a avanzar. Dio largos pasos suaves, extendiendo sus piernas en lo mayor posible, dando pisadas en puntitas, casi dando brincos, su objetivo estaba más cercano a la escalera que daba a la siguiente planta.

Pasó de largo por las salas que contenían dinero, armas y oro. Eran las joyas las que la motivaban. Cuando llegó a la habitación esperada, sonrió maliciosamente y abrió la puerta rápidamente y se dejó apoyar en esta. Lamió sus labios inconscientemente y saltó a su botín.

Fue directo al fondo de la sala, se dejó caer en el suelo y camino de rodillas hacia algunos cofres apilados, abrió el tercero y sus ojos brillaron igual o similar a los rubí y esmeraldas que la saludaban, sintió su boca salivar con tanta preciosura que veía. Sacó una bolsa de género que tenía en su mochilita que colgaba en su cadera y tarareó despacito.

-¡sí!-exclamó llena de júbilo-¡tesoros! ¡Tesoros!-entonó melodiosa mientras guardaba un puñado de piedras en el bolsito-seguro tiene un montón de cosas bonitas aquí Capitán jojojo-sonrió a su propia broma.

-hey-abrió los ojos en sorpresa y su cuerpo se quedó estático en su lugar-¿Qué haces aquí?-sintió una gota de sudor correr por su mejilla, su corazón latió con fuerza, volteó su rostro lentamente para encontrarse con el mismísimo Capitán Vegeta detrás de ella, observándola desde arriba con los brazos cruzados y su copa meciéndose hacia un lado por el reciente esfuerzo de llegar rápido y sigiloso a su lado-eres tú otra vez… ¿no te cansas de venir aquí?

-oh dios mío…-sonrió nerviosa y soltó una risita cantarina-buenas noches Capitán jojojo y ¡adiós!-se puso de pie rápidamente y corrió hacia la salida, pero el Capitán Vegeta no pensaba dejarla ir tan fácil.


Horns: Cuernos

solo me basé en la historia principal, que es donde está ambientado y en la situación de como inicia la cosa 1313 que se da en el doujin y que plasmaré, el resto es obra mía xD no he visto One Piece, por lo que lo que competa a los personajes de esa serie lo leí en la wiki y por ese medio me informaré.

este fic no es serio, mi idea es hacerlo con humor y sobre todo romántico xD las personalidades serán como en el doujin de Pachi, así que los invito a leerlos! es genial su trabajo :D!

serán cap cortitos y la historia igual, pero se hará con cariño xDD

gracias por leer y darle una oportunidad C:

nos leemos!