El Orden de la Selva
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El concurso de miradas se sostuvo durante varios minutos, los ojos fríos y calmados de la pantera clavados en la mirada encendida y salvaje del tigre.
-"¿Todavía rondando libremente por este lado de la selva?" Bagheera comenzó, sentándose sobre sus patas traseras, arriba de los frescos pastos, sin inmutar su expresión ni suavizar su mirada.
-"Bien sabes que el Hombrecito no se encuentra por aquí"
El gran tigre, con pasos lentos, empezó a caminar en círculos alrededor del orgulloso animal.
-"Está en el pueblo." Shere Khan dijo con sorna.
-"Pero no lo puedes tocar a no ser que quieras tener a todos los Humanos sobre tu pellejo." respondió la pantera, con una dureza inusual en su ponzoñosa voz.
Si el tigre hubiera contado con músculos para mover a voluntad alrededor de sus fauces, hubiera hecho una mueca.
-"Por ahora."
La pantera no lo perdió de vista ni por un segundo, ni siquiera cuando las sombras de los árboles cayeron sobre el otro animal. Sus ojos, acostumbrados a cazar en la penumbra y a deambular de noche, seguían cada uno de sus movimientos mientras su cola, larga y majestuosa, se movía irritada.
-"Ni nunca" retrucó con una voz tan suave como su pelaje y con la misma determinación de sus saltos.
Shere Khan gruñó. Los pájaros que se encontraban descansando sobre sus cabezas salieron volando, llenando el inquieto silencio de la selva (de insectos, ranas y perdidos aullidos) con el incesante batir de sus alas.
Bagheera lo ignoró, sintiendo el sigiloso sonido de un cuerpo moviéndose a su espalda. Con rapidez y destreza se dio vuelta, hundiendo sus filosas garras en nerviosa carne.
Un aullido de dolor penetró sus tímpanos y Tabaqui, el chaqual, el loco, salió corriendo, adentrándose en la espesura, un rastro rojo siguiendo su camino. La pantera dirigió una sutil mirada a sus mortales uñas mientras el olor a sangre inundaba su olfato.
Sin darle mayor importancia limpió su pata sobre el tierno pasto y clavó, nuevamente, sus aburridos ojos en la figura de su acompañante, quien se encontraba sentado a unos escasos metros de distancia, observándolo divertido.
-"Ah… Por lo menos estar con ese cachorro no durmió tus instintos" Shere Khan continuó "Hubiera sido un lástima."
Bagheera tan solo le dirigió una mirada antes de acercarse sin hacer el menor ruido, la luna reflejada sobre su aterciopelado pelaje. Saltó con majestuosidad hacia el árbol que se encontraba detrás del tigre, trepando con agilidad, hasta llegar a la rama más baja, donde se acostó, apoyando su cabeza sobre sus patas delanteras.
El silencio reinó a partir de esa acción.
Los dos ya tenían sus estómagos llenos, habían hecho su caza en el mismo momento en el que las primeras sombras tiñeron el crepúsculo, y no había excusa alguna que los hiciera moverse de sus lugares. Estaban cómodos, un acuerdo sin palabras se había extendido entre ambos carnívoros: disfrutar, por esa vez, la calma de la noche, sin ataques ni gruñidos.
Y, como lo establece la Ley de la Selva, "un acuerdo entre animales, es palabra de orden que hay que respetar."
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N/A
Estoy leyendo el original "Libro de la Selva", y me fascinan los personajes! Mowgli me cae bien, pero Bagheera y Kaa son mis preferidos. Quería escribir a Bagheera, en el libro es persuasivo, con su voz suave y manipuladora y su pelaje aterciopelado (que al principio no sabía si la pantera era hombre o mujer). Y escribirlo con Shere Khan me pareció la mejor idea, me gusta esa relación de somos-enemigos-pero-te-tolero...
Además me dio bronca que de las pocas historias que hay aca en fanfiction, varias sean slash, osea... son ANIMALES! Por Dios!
Bueno, espero que les haya gustado! Comenten! Bagheera va a estar orgulloso!
(PD: Tabaqui es un personaje que aparece en el libro, es un chaqual vende-patrias que sigue a Shere Khan por todos lados. xD)
