Disclaimer. Esta historia es una adaptación/traducción del original de Ms-Figg, A change of Venue 2: Granger Services, Inc. Ms-Figg es dueña, propietaria, ama y demás de la historia. Ms-Figg personalmente me ha dado permiso de traducir esta historia.
¡Qué la disfruten!
Capítulo 1 – Granger Services, Inc.
Severus Snape estaba parado frente a un muy pequeño edificio de ladrillos, sin ventanas y con una modesta puerta roja. Su pálido rostro distorsionado por la indecisión. Estaba en Hogsmeade, a un lado de la calle y vestido como siempre, con sus acostumbradas ropas negras. Era verano y la escuela había terminado las clases, así que no tenía mucho que hacer más que leer, preparar pociones y un ocasional Whiskey de Fuego.
Desde su encuentro cercano con la muerte, y la caída de Voldemort, la vida se había vuelto...aburrida. El furor por la caída del Señor Oscuro había terminado y el Mundo Mágico volvía a la normalidad. Después de años de espionaje y de arriesgar la vida y los miembros, Severus Snape era solo otro profesor.
Al contrario de los otros héroes, Snape no era muy popular entre las masas. Mientras que Harry y Ron estaban sumergidos en una masa de brujas que los adoraban y deseaban, nadie parecía interesado en mostrarle a Snape un poco de gratitud. Snape no había tenido sexo en muchos, muchos, muchos años.
Lo había hecho solo dos veces y la primera vez fue tan rápido, que lo único que consiguió fue la vergüenza de una eyaculación precoz.
La segunda vez no fue mucho mejor, ya que la bruja se quejaba constantemente que no lo estaba haciendo bien. Eso lastimó severamente su autoestima y luego se sumergió enteramente en salvar al mundo de Voldemort. Se dedicó exclusivamente a la tarea y le sirvió para mantener su mente lejos de cualquier cuestión carnal.
La cercanía de la muerte era una buena excusa.
Pero ahora, ya no tenía eso. Y tampoco tenía la habilidad social para moverse en una sociedad libre de peligros. La mayor parte de su vida adulta la había manteniendo secretos y eludiendo relaciones cercanas.
Su última relación cercana había sido con Lily Evans, y había finalizado bastante mal.
La falta de habilidades sociales significaba también falta de compañía femenina. Él no tenía la más mínima idea de cómo acercarse a una mujer que no conocía.
Claro que había prostitutas, pero Snape jamás se atrevió a acercarse a una. Eran mujeres que él no conocía, y si se podía decir algo sobre Severus Snape es que tenía problemas de confianza. Sin mencionar el hecho de estar aterrado de contraer alguna enfermedad venérea, sin importar las precauciones que tomara. Y tampoco le agradaban sus avances descarados. Ellas eran simplemente sexualmente intimidantes.
Pero no pudo evitar acercarse a este lugar después de haber escuchado la noticia. Apenas podía creerlo.
Consiguientemente a la muerte de Voldemort, las escuelas de magia avanzada comenzaron a surgir por todas partes. La educación superior finalmente había llegado al Mundo Mágico. Y Hermione fue una de las primeras en tomar ventaja de estas nuevas oportunidades.
Tuvo algunos empleos, pero no pagaban lo suficiente y consumían mucho del tiempo que podía dedicar al estudio. Necesitaba una forma más lucrativa de hacer dinero.
La encontró.
Snape rondaba frente a la puerta, volteando de vez en cuando para ver si se acercaba alguien. No había ventanas para espiar hacia adentro. Solo había un pequeño cartel junto a la puerta que rezaba en adornadas letras doradas: "Granger Services, Inc." Bajo el cartel había un llamador.
"Supongo que podría solo entrar y preguntar", se decía Snape, disimulando cada vez que alguien pasaba.
Dentro del negocio, Hermione estaba observando a Snape a través de un espejo mágico que descansaba en su escritorio ejecutivo. Algunos libros desperdigados frente a ella, mientras sonreía ante la imagen del hechicero que disimulaba e intentaba pasar desapercibido.
"¿Intentando poner en orden las ideas, profesor? ¿Intentando decidir si entra o no?" Le dijo suavemente a la imagen. La mano de Snape se alzó para tocar el llamador pero pareció arrepentirse.
"Tal vez sea necesaria un poco de ayuda", dijo Hermione, sacando su varita y apuntándola a la puerta. "Alohomora".
Snape se sorprendió cuando la roja puerta se abrió sola con un leve ruido. Pestañeó con indecisión, luego, lentamente la abrió enteramente.
"Entre, profesor"; dijo Hermione desde su escritorio.
Snape trago saliva, luego entro en la oficina, cerrando la puerta tras él, aunque no avanzo más. Se quedó parado cerca de la puerta, observando la oficina detenidamente. Era blanca, con alfombras verdes. Algunas pinturas y fotos de flores adornaban las paredes. Se podía escuchar una suave música de ascensor como ruido de fondo. Había tres sillas contra la pared más lejana y una butaca directamente frente al escritorio de Hermione. A un lado, había una mesilla con comida.
No parecía un lugar dedicado a los servicios de los que había escuchado. Tal vez había sido mal informado.
"Creo que estoy aquí por error, Señorita Granger", dijo Snape lentamente mientras miraba directamente a Hermione.
"¿Ah, sí? ¿Y por qué está aquí?" Respondió Hermione.
Snape se ruborizó.
"Me han dicho algo bastante extraño sobre usted y tenía que venir yo mismo para saber si era verdad. Por el aspecto de esta oficina, no puede ser cierto", dijo él con incomodidad.
"¿Qué es lo que ha escuchado?", preguntó ella, sonriendo interiormente ante su incomodidad.
"Lucius debe haber querido reírse a mis expensas. Él dijo, él dijo que usted era..."
En este punto, Snape dudaba.
"¿Que yo era...?" Hermione lo presionó, ahora sonriendo abiertamente.
"Que tenía intimidad por dinero", finalizó Snape. "Lo siento..."
"No lo sienta. Lord Malfoy estaba en lo correcto. Hago esto para pagar la universidad. Soy una acompañante pagada. Es un muy lucrativo campo." Replicó Hermione.
Snape solo pestañeaba.
"Por favor, profesor, siéntese," dijo ella ofreciéndole la butaca frente a su escritorio.
"¿Es una prostituta? Preguntó Snape al tiempo que se sentaba frente a ella.
"Bueno, eso depende de cómo lo vea, profesor. Me pagan por sexo, pero no acepto a cualquiera que entra aquí. Si proporciono o no mis servicios, depende de varios factores. Una prostituta se acuesta con cualquiera. Yo no. Por ejemplo, nunca me acostaría con Ron o Harry, si se les ocurriera venir por esa razón. Les lanzaría un hechizo solo por atreverse a venir."
"No creo que el Sr. Potter o el Sr. Weasley necesiten pagar por compañía femenina," dijo él con un poco de acidez. Hermione se mostró comprensiva.
"No, no lo necesitan. Muchas brujas se sienten atraídas por ellos, solo por ser héroes", acordó ella.
"Ser un héroe no es suficiente en mi caso", dijo Snape, solo para ruborizarse nuevamente. Se hizo silencio por un momento, luego él se aventuró, "¿Qué clase de factores ayudan a tomar su decisión?"
"Bueno, para empezar, mi cuenta bancaria. Si tengo suficiente dinero para solventar mis gastos, como pagar la escuela, este lugar y demás, entonces no necesito aceptar clientes".
"Ya veo", dijo Snape.
Tenía sentido.
"¿Le molestaría decirme su...su precio?"
"Claro que no. Solo hay un precio. Quinientos galeones", respondió Hermione fríamente.
Snape casi se desmaya ante la mención de la cantidad de la tarifa de servicios.
"¡Es una locura! ¿Y la gente paga eso?"
"Si", respondió ella.
"Imagino que no se esfuerza mucho", mascullo él.
¿Quinientos galeones? ¡Podía llenar el Gran Salón con prostitutas por esa cantidad!
"No necesito mucho trabajo. Esa es la idea después de todo. Recuerde, yo también soy una heroína, profesor. Dormir conmigo es como hacer historia. Además, estoy pagando por mi educación. Con la cantidad de clases que estoy tomando, necesito el dinero. Mi precio solo refleja lo caro de mi educación".
Snape le dedicó un ceño fruncido.
"¿Qué es lo que hace que merezca semejante cantidad?, le preguntó, imposibilitado de creer que un mago pagara esa suma por una revolcada. "Seguramente no te pagan solo por el privilegio... ¿o sí?"
Hermione le lanzó una mirada maliciosa.
"Por supuesto que no. Lo primero que hice cuando gané mis primero galeones fue construir una Sala de Menesteres. Un cliente puede tener casi cualquier escenario que pida. Incluso escenarios "escolares"."
Snape apretó los labios.
"Y tengo muchas habilidades. Hago orales, anales y 'especialidades'. También tienen acceso a mis últimos reportes médicos asegurándoles que no padezco ninguna enfermedad y que estoy en perfecta salud. No obtiene eso de una prostituta callejera", añadió.
"Pero, ¿qué hay de su moral? ¿Su ética? Está vendiendo su virtud por dinero", dijo él.
Ahora fue el turno de Hermione de fruncir el ceño.
"Profesor, no empecé con esto siendo virgen, créame. Así que mi 'virtud' como tan arcaicamente lo dice, no existe. Enfoco prácticamente toda mi atención en los estudios. No tengo el tiempo ni el deseo de un novio o una pareja. Consume demasiado tiempo y es complicado. Normalmente, si tengo ganas de sexo, voy a un club elijo un tipo y lo llevo a la cama. Es perfectamente aceptable estos días. Pero de esta manera, puedo tener sexo Y ganar dinero por ello. La prostitución ES LEGAL en nuestro mundo, usted sabe. Y es un negocio floreciente. La moral y la ética no tienen nada que ver. Bueno, no demasiado. Hay algunos requerimientos, como si un hombre es casado tiene que tener el consentimiento escrito de su esposa. Lucius Malfoy es mi mejor cliente".
"¿Cuántos clientes tiene?" preguntó Snape con curiosidad.
"Digamos que bastantes. Y no he recibido ninguna queja", replicó Hermione eventualmente. "Cada cliente se va creyendo que ha sido dinero bien gastado".
Snape se puso de pie.
"Bueno, por lo visto...esto ha sido más que suficiente", dijo él llanamente.
"Si usted lo dice", dijo ella ofreciéndole otra sonrisa.
"Ya me voy. Ha sido un desperdicio de mi tiempo venir aquí."
"Lamento escuchar eso".
Snape maldijo por lo bajo.
"Demasiado dinero...lejos", repitió Snape.
Hermione asintió.
"Que tenga buen día", dijo él, dirigiéndose a la puerta.
"Puede enviarme una lechuza si cambia de opinión y quiere hacer una cita. No necesito el dinero ahora, pero siempre me sentí atraída por usted, profesor", dijo Hermione suavemente.
Snape se volteó rápidamente.
"¿Qué?"
"He tenido una atracción por usted desde, bueno, desde siempre. No se lo podía decir, desde luego. Después de todo, era una estudiante.
"¿Por mí? ¿Se sentía atraída...por mí...?"
"Si"
"¡Ridículo! Solo intenta atraerme para que gaste una absurda suma de dinero con usted".
Hermione encogió los hombros.
"No me crea si no quiere", dijo ella, "Pero como dije, puede enviar una lechuza si cambia de parecer".
"Nunca", ladró él, luego salió bruscamente, golpeando la puerta detrás de él.
Hermione le sonrió y regresó a sus estudios.
"¡Una locura!", resopló Snape mientras se paseaba de aquí para allá frente a la chimenea de su habitación en Hogwarts. Su mascota, Raucous, estaba posado en el respaldo de uno de los grande sofás frente a la chimenea, observando a su amo con interés.
"¡Quinientos galeones! ¿Qué es lo que piensa? ¿Qué? ¿Acaso su vagina está hecha de oro sólido? ¿Tal vez de platino? Está loca. Una loca de remate".
Snape siguió rumiando para sí.
"Atracción por mí. Hmf. Si se siente atraída por mí, entonces que lo haga gratis, ¿no? No, lo único que quiere es tratar de atraerme hacia su negocio con esa excusa. No es posible que sienta alguna clase de atracción por mí. Nunca nadie me ha deseado. O me desea".
Snape aplacó el paso ante este pronunciamiento. Luego se detuvo frente a las llamas del hogar frente a él.
Era verdad. Estaba solo y nadie lo amaba. No tenía prospectos, o la más ligera esperanza que alguna mujer se interesara en él. Además, la mujer debía ser compatible. Y él era bastante difícil, aún en sus mejores días.
¿Estaría Hermione diciéndole la verdad, cuando le dijo de su atracción por él? ¿Qué tal si de verdad sentía algo así? Sería agradable tener sexo con una mujer que verdaderamente quisiera estar con él, aun cuando tuviera que pagar. No era como si no tuviese el dinero. Tenía suficiente. Algunos podían considerarlo casi rico debido a que casi no había gastado su salario durante sus años de enseñar en Hogwarts.
Era una gran cantidad de dinero, pero podía pagarlo fácilmente.
Pero, ¿quería gastarlo?
Dos días después, Hermione recibió un mensaje a través de un muy negro y muy atrevido cuervo. Leyó el mensaje y sonrió.
"Aguarda un momento mientras escribo la respuesta", le dijo a Raucous, quien estaba parado sobre su escritorio. Mientras Hermione escribía, el cuervo voló hasta la mesa con comida y se sirvió un poco de jamón y queso.
"¡Hay! ¡Fuera de ahí! ¡Eso es para los clientes!" Hermione le gritó.
Completamente calmado, Raucous voló hacia el escritorio nuevamente y permitió que Hermione atara el mensaje en su pata. Cuando le abrió la puerta para dejarlo salir, lanzó una enorme bomba sobre el umbral.
"¡Condenada ave!" Hermione gritó mientras el ave se alejaba. Ella limpió el desastre y regresó a su escritorio.
"Tiene sentido. De quién más puede ser mascota ese cuervo si no de Severus Snape", pensó Hermione sentándose tras su escritorio.
Así que Snape había cedido a su naturaleza más baja.
Esto iba a ser estelar. Simplemente estelar.
N/A: Bueno, fue el primero. Como dije anteriormente, el original pertenece a Ms-Figg. Lo estoy traduciendo de a poco. Por favor, tenga paciencia.
Otra cosa, Ms-Figg escribió un "Change of Venue", que es algo así como la primera parte de esta historia, (no son correlativas), en la que los papeles están invertidos y es Snape el responsable de un negocio similar, en el que él mismo es "la mercancía"...en fin, cuando termine con este voy a empezar con la versión de Snape...jeejejjjejeee.
