Lo prometido es deuda y mi palabra vale. Aqui estoy con la segunda parte de "SITUACIONES INESPERADAS".

Para muchos fue una sorpresa ese inesperado final y para otros que ya lo habían leído no tanto, pero ahora si sera una sorpresa para todos.
Espero de todo corazón, que esta segunda parte les guste, porque siempre e sabido que las secuelas partes no son tan buenas como las primeras partes, en fin, dare mi mejor esfuerzo para que quede de lujo y ustedes puedan disfrutar.
Bien, ahora se acabaron las chacharas y a leer se a dicho...


Un niño de aproximadamente 8 años estaba sentado en el césped del jardín de su casa en las afueras de París con su hermano mayor puliendo su escoba.

- Izar apresúrate para que vayamos a jugar –dijo el chicos de cabellos azabaches.

- Espera Harry, aun no puedo terminar de colocar esta cosa –dijo su hermano Izar colocándose las rodilleras y coderas para poder jugar –Ahora si, vamos.

Los dos niños se elevaron en sus escobas y comenzaron a dar vueltas por las alturas bajo la atenta mirada de sus dos hermanas pequeñas.

- Alhena –dijo una pequeña de ojos grises y de cabellos negros ondulados amarrados con dos muños altos.

- Que –dijo su hermana gemela con el mismo cabello pero amarrado en una coleta que dejaba unos pocos rizos colgando y que intentaba abrir un tarro de poción de sus padres.

- Apdovechemos ahoda y vámonos al labodatodio de mamá –dijo la pequeña de los moños altos.

- Alya no podemos si no puedo abdid el tado –dijo Alhena intentando en vano abrir el frasco.

- Pégale una matada –dijo Alya ganándose una mirada extraña de Alhena –Papá siempre que le pega a las cosas, funcionan.

- Buena idea, pedo vamos donde no nos vea nadie –dijo Alhena.

Las dos pequeñas caminaron hasta la parte de atrás de la casa, donde estaba en garaje. Se metieron al lugar y colocaron el tarro entre ella dos.

- Bien, le pegas fuedte y listo –dijo Alya a su hermana.

- Pedo si pasa algo malo seda tu culpa –dijo Alhena preparándose para golpear el tarro llego de un barniz café claro.

Levanto el pie y le pego una palada con todas sus fuerzas a la tapa pero no sucedió nada.

- No paso nada –dijo Alhena.

- Vamos a hacedlo las dos –dijo Alya parandose al otro lado de Alhena.

- A las tdes –dijo Alhena –Una… dos…. tdes…

Las dos niñas le dieron al tarro por lados opuestos haciendo que este explotara y las dejara embetunadas del barniz.

- Hay dios –dijo Alhena intentando levantarse del suelo, pero le era imposible ya que cada vez que lo intentaba se iba tumbada al suelo otra vez por lo resbaladizo que había quedado el suelo.

- Uy… eto no etá bien –dijo Alya.

- Clado que no etá bien –dijo Alhena intentando en vano levantarse –Cuando mama nos vea nos va a degañad.

- Izar, Harry, Alhena, Alya vengan a almorzar –grito la madre de las niñas desde la casa.

- Ya vamos mamá –grito Izar bajando de la escoba.

- Oye ¿Dónde están Alhena y Alya? –Pregunto Harry a su hermano.

- No lo sé, estaban aquí –dijo Izar señalando el césped –Por dios estas enanas me van a meter en problemas.

- Vamos a buscarlas antes que mamá venga por nosotros –dijo Harry dejando las escobas tiradas y saliendo a toda carrera a buscar a sus hermanas.

- Harry busca en la piscina y yo buscare en el garaje –dijo Izar saliendo a toda carrera hacia atrás de la casa.

- Izar, Harry… ya les hable –dijo la madre de los niños parada en la puerta de la casa -¿Dónde se metieron estos niños?

- ¿Qué sucede Jane? –Pregunto un hombre moreno de ojos grises a sus espaldas.

- Los niños no estas –dijo Jane saliendo al jardín –Sirius búscalos en el garaje y yo los buscare en la piscina.

- Claro –dijo Sirius saliendo hasta atrás de la casa.

- Alhena, Alya ¿Dónde están? –Grito Harry por la piscina.

- Harry ¿Qué haces aquí? Te estaba llamando –dijo Jane a pocos metros del niño.

- Mamá… este… pues yo –dijo Harry pero no sabía que decir.

- ¿Por qué buscabas a tus hermanas¿Dónde están? –Pregunto Jane llegando hasta el pequeño.

- No lo sé, estábamos jugando y luego ya no estaban –dijo Harry encogiéndose de hombros.

- Hay dios –dijo Jane cansada –Ven, vamos buscarlas-dijo tomando la mano del niño.

- Alhena… enana ¿Donde están? –Grito Izar mientras se acercaba al garaje.

- Izar –dijo Sirius unos metros tras él.

- Papa –dijo Izar un poco nervioso -¿Qué… Que sucede?

- Eso mismo te iba a preguntar yo a ti –dijo Sirius -¿Dónde están tus hermanas?

- Ah… pues… veras –dijo Izar intentando encontrar rápido alguna buena excusa –este…

- Se te perdieron ¿Verdad? –Pregunto Sirius divertido ante el nerviosismo de su hijo.

- Pues… sí –dijo Izar rendido.

- Esta bien, las buscaremos antes que venga tu madres y así nos evitaremos un… -dijo Sirius pero la voz de su amada esposa lo detuvo.

- Sirius –dijo Jane unos metros mas atrás junto con Harry -¿Encontraste a las niñas?

- Eh… eso estábamos haciendo con Izar cuando llegaste –dijo Sirius con tranquilidad.

Hubo un extraño silencio en el cual todos se miraron las caras hasta que un fuerte ¡¡¡PUM!!! hizo que su vista fuera hacia que garaje que ahora comenzaba a llenarse de humo rosa.

- Las niñas –dijo Jane saliendo a toda carrera hacia el garaje. Sirius la siguió en cuanto la vio pasar por su lado, mientras que los niños primero se miraron las caras, algo asustados y luego siguieron a sus padres.

- Te dijo que no hiciedas eso –dijo Alhena intentando levantarse, pero lo resbaladizo del piso se lo impedía.

- Tu tamien quedias que lo hicieda –dijo Alya se boca al suelo.

- Alhena, Alya –dijo Jane desde la puerta, tapándose le boca para no inspirar el humo.

- Oh, Oh –dijo Alhena mirando a su hermana que estaba al lado de ella.

- Pobemas –dijo Alya mirando a su hermana gemela.

- Niñas ¿Están aquí? –Pregunto la voz de Jane por entre el humo.

- Sí mamá –respondieron ambas niñas –En el suelo.

Jane se agachó lentamente para palpar con lo resbaladizo que estaba se dio un buen costalazo

- Ráfaga –dijo Sirius a sus espaldas para desaparecer el humo con una ráfaga de viento que salio de su varita.

- Jane –dijo al ver a su esposa en el suelo -¿Estas bien?

- Sí –dijo levantándose con la ayuda de Sirius quien estaba parado sobre suelo limpio -¿Qué demonios tiraron en el suelo?

- Es pintuda –dijo Alhena desde el suelo unos metros más allá.

- Niñas ¿Qué estaban haciendo? –Pregunto Sirius y con un movimiento de varita atrayendo a las gemelas.

- Fue Alya –dijo Alhena de inmediato.

- Ella tamien jue –dijo Alya intentando defenderse.

- No pregunte quien fue, pregunte que estaban haciendo aquí –dijo Sirius sosteniendo a Alhena en el aire, mientras que Jane sostenía a Alya.

- Quedíamos jugar a los pintodes –dijo Alhena bajando la vista.

- Pedo como no podiamos abdid el tado lo pateamos y epdoto –dijo Alya bajando la mirada también.

- Hay niñas –dijo Jane mirando a sus dos hijas y luego a Sirius quien a duras penas se aguantaba la risa.

- WOW –dijo Izar cuando asomo la cabeza por la puerta para ver el gran desastre que habían dejado sus hermanas –Creo que esta vez si las van a castigar.

- Vaya que son buenas para hacer desastres –dijo Harry parado al lado de Izar.

- Ustedes dos no se admiren tanto, les pedí que vigilaran a sus hermanas para que no hicieran travesuras y lo primero que hacen es dejarlas solas –dijo Jane mirando a sus dos hijos.

- Creo que no deberíamos culparlos a ellos amor, nosotros somos los padres de las niñas así que deberíamos ser nosotros quienes las cuidemos –dijo Sirius mirando a Alhena que le sonreía divertida en sus brazos y luego a su esposa quien lo miraba entre divertida y enojada.

- Esta bien, por hoy dejaremos este enredo así, pero ustedes dos señoritas se van directo a la tina de baño –dijo Jane comenzando a caminar de vuelta a la casa seguido de Sirius quien les guiño un ojo a sus hijos que respiraron aliviados.

- Esto si que es suerte –dijo Izar comenzando a correr a la casa seguido de su hermano.

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- Profesor Dumbledor –dijo una mujer alta, delgada y con varios años encima.

- Dígame profesora Mcgonagall –dijo el hombre levantando la vista de sus pergaminos.

- Nos trajeron información señor… creo que esta vez si los encontramos –dijo la mujer con una sonrisa que fue devuelta por Dumbledor.

- Perfecto –dijo el anciano levantándose y siguiendo a Mcgonagall fuera de su despacho.

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- Harry ya es tarde, vamos a la cama –dijo Jane mirando a su hijo que jugaba entretenido ajedrez mágico con su padre, mientras que su hermano estaba tirado en el sillón en los brazos de Morfeo.

- Ya va mamá, estoy a punto de ganarle –dijo Harry mientras pensaba muy bien su jugada.

- Ni lo sueñes enano, aun eres demasiado pequeño para ganarle a tu padre –dijo Sirius divertido al ver el esfuerzo de su hijo por ganarle.

- Sirius –dijo Jane mirando a su esposo divertida.

- Listo –dijo Harry –caballo tres.

- Torre seis –dijo Sirius con una sonrisa –jaque mate…

- ¡No! –dijo Harry haciendo pucheros y frunciendo el seño.

- Bueno campeón, creo que ya estamos –dijo Sirius tomando a Izar en brazos, de la misma forma en que Jane tomaba a Harry y lo cargaba hasta su habitación.

- ¿Cuándo voy a poder ganarle a papa, mama? –Pregunto Harry en los brazos de Jane.

- Si sigues practicando así, creo que muy pronto vas a poder ganarle –dijo Jane besando la frente de su hijo mientras lo metía a la cama –buenas noches hijo.

- Buenas noches mama –dijo Harry girándose hacia su padre –buenas noches papa.

- Buenas noches hijo –dijo Sirius luego de besar la frente de Izar de la misma manera que Jane y luego a Harry.

Ambos adultos salieron de la habitación de sus hijos dejando a Harry e Izar solos.

Harry se giro hacia una foto que tenia en su mesa de noche y la tomo para besarla.

- Buenas noches mama Lily, buenas noches papa James –dijo Harry besando a las dos personas de la fotografía para luego volver a dejarla en su lugar, girarse al otro lado y taparse para caer, como su hermano, en los brazos de Morfeo.

Jane y Sirius estaban sentados en el sillón leyendo viendo la televisión.

- No puedo creer que me haya acostumbrado a estas cosas muggles –dijo Sirius jugando con el control remoto.

- Y yo no puedo creer que estés agarrando las mismas manías que las muggles –dijo Jane quitándole el control de las manos.

- No te enojes amor –dijo Sirius apegándose a ella para abrasarla y empezar a besar su cuello –Porque no subimos y ocupamos un poco nuestra imaginación.

- Tienes muy buenas ideas hoy, amor –dijo Jane dejando que el peso de Sirius la llevara a tenderse en al sillón con su esposo sobe ella.

- Apagemos esto –dijo Sirius tomando el control y apagando la televisión para comenzar a besar a su esposa.

Era bastante fácil que ambos se prendieran por lo que en un par de minutos estaban besándose y tocándose con locura, como si nunca lo hubieran hecho.

Pero como no todo es eterno, el sonido del timbre sonó en la puerta, haciendo que Sirius gruñera.

- ¿Quién demonios es el impertinente que viene a interrumpirme? –dijo Sirius levantándose enfadado.

- Tranquilo amor –dijo Jane divertida, levantándose tras él.

Jane se quedo un poco retrasada para poder arreglar su ropa mientras Sirius terminaba de abrir la puerta.

- ¿Quién es amor? –Pregunto Jane unos metros más atrás, pero como no obtuvo respuesta se paro detrás de Sirius para ver quien era su inesperado visitante.

- Que gusto es volver a verlos –dijo la voz de Albus Dumbledor desde la puerta.

Jane quedo completamente petrificada al verlo ahí parado en su puerta. Jamás se imagino que los podría encontrar algún día o no por lo menos hasta que llegara el momento.

- Albus –dijo Sirius sin saber muy bien que hacer o que decir.

- Veo que no se esperaban mi visita –dijo Dumbledor dando un paso dentro de la casa para luego tomar la manilla de la puerta y cerrar.

- La verdad es no parábamos verte aun –dijo Jane sin pensarlo muy bien –no hasta que fuera el momento.

- Hasta que Izar llegara a la escuela ¿verdad? –Pregunto Dumbledor con una sonrisa -¿Puedo pasar?

- Pasa, por favor –dijo Sirius haciéndolo pasar a la sala.

Jane vio como Dumbledor pasaba frente a ella. La verdad estaba totalmente desconcertada y no estaba segura de cómo reaccionar.

- ¿Cómo nos encontraste? –Pregunto Jane.

- ¿No creerán que me creí eso de que los habían matado o sí? –Pregunto Dumbledor con una sonrisa –Aunque debo admitir que todos creen que sí, excepto Minerva y yo…

- Debí imaginármelo –dijo Jane mirando hacia un lado.

- Bueno… se imaginaran a lo que vengo ¿verdad? –Pregunto Dumbledor viendo que, tanto Jane como Sirius, se quedaban parados en la entrada de la sala.

- No te lo vas a llevar –dijo Jane con voz fuerte y clara.

- Jane, ah estado fuera de nuestro cuidado por mucho tiempo, debo llevarlo a un lugar… -dijo Dumbledor con tranquilidad.

- ¿Seguro? Lo llevaras con esos muggles, eso no puede ser seguro –dijo Jane alterándose.

- Ellos son su fam… -dijo Dumbledor con tanta tranquilidad, que exasperaba a Jane.

- ¿Familia?... Nosotros somos su familia, no ellos –dijo Jane subiendo la voz.

- ¿Papá? –Pregunto la voz de la pequeña Alhena desde la escalera.

- Vuelve a la cama amor –dijo Sirius girandose para mirar a su hija.

Dumbledor, quien hasta ahora miraba a Jane con infinita paciencia poso sus ojos en la pequeña quien lo miraba entre somnolienta y curiosa.

- ¿Quién es él? –Pregunto nuevamente la pequeña.

- Es el tío de mami –dijo Sirius subiendo unos escalones al encuentro de la niña, la tomo en sus brazos y bajo con ella hasta la sala –es algo así como tu abuelo…

- Hola –dijo Alhena desde los brazos de su padre moviendo su manito.

- Hola pequeña ¿Cómo te llamas? –Pregunto Dumbledor desde su asiento, con una sonrisa.

- Se llama Alhena –dijo Jane mirando a su hija con infinita ternura, cosa que no pudo dejar de percibir el anciano.

- La brillante –dijo Dumbledor con una sonrisa.

- Mamá –dijo otra vocecita desde el pie de la escalera.

- Creo que al final se vas a despertar todos –dijo Jane caminando hasta Alya que la miraba mas dormida que despierta.

- Alya tenemos abuelo –dijo Alhena desde los brazos de Sirius mientras Jane llegaba con su hermana en brazos.

- ¿Ah? –Pregunto la niña despistada.

- Alya, él es el tío de mama –dijo Sirius.

- Hola Alya –dijo Dumbledor con la misma sonrisa.

Alya solo lo quedo mirando uno segundos. Como si estuviera analizando a o mas bien adivinando las razones por las que él hombre estaba ahí. Luego de unos segundos simplemente giro la cabeza y se recostó en el hombro de Jane, sin responderle.

En ese momento aparecieron dos chicos unos años más grande que las pequeñas, por la entrada de la sala.

- Izar, Harry –dijo Jane mirando a los dos niños.

Al decir los nombres tanto las niñas como Dumbledor y Sirius giraron las cabezas hasta los recién llegados.

- ¿Qué paso mamá? –Pregunto Izar un poco más despierto que Harry quien aun se refregaba los ojos intentando disipar el sueño.

- ¿Qué hacen despiertos? –Preguntó Sirius.

- Las niñas metieron mucho boche cuando salieron de su habitación –dijo Harry terminando de abrir los ojos y dejando ver unos hermosos ojos color esmeralda, herencia de su madre.

Las niñas al ver a sus hermanos bajaron de inmediato de los brazos de sus padres y fueron donde ellos.

- Niños, él es Albus Dumbledor… es mi tío-abuelo –dijo Jane mirando a sus hijos y luego a Dumbledor.

- ¿Y que es de nosotros? –Pregunto Izar somnoliento.

- Se podría decir que es su abuelo –dijo Sirius pasando la mirada desde su hijo al anciano que no dejaba de sonreir.

- Gusto en conocerlos… Izar, Harry –dijo Dumbledor colocándose de pie –creo que es un poco tarde y necesito conversar con sus padres…

- Niños vayan a acostar a sus hermanas –dijo Jane mirando a los niños.

- Claro mamá –dijeron ambos niños a la vez.

Izar tomo la mano de Alhena y se la llevo escaleras arriba, mientras que Harry intento tomar la mano de Alya, pero esta se quedo unos segundos mirando a Dumbledor.

- No te lo llevadas –dijo Alya para luego subir con su hermano escaleras arriba y desaparecer.

- Esas niñas tienen un poder tremendo –dijo Dumbledor con seriedad –son como la luz y la oscuridad que se complementan para formar un todo…

La imagen de sus hijas y las palabras dichas por Dumbledor quedaron flotando en la mente de Jane, muchas de las preguntan que se había hecho desde que las niñas habían nacido comenzaban a responderse en ese momento, las cosas estaban cambiando, abría que regresar.

- Será mejor que conversemos en el despacho –dijo Jane mirando a Sirius y Dumbledor –amor ve a asegurarte que los niños se durmieron por favor.

- Claro, vuelvo en seguida –dijo Sirius desapareciendo escaleras arriba.

- Vamos –dijo Jane saliendo de la sala con Dumbledor hasta el despacho. Entraron y se sentaron en el sillón.

- Bien, dime –dijo Jane mirando a Dumbledor.

- Ya te dije a lo que vine Jane –dijo Dumbledor con tranquilidad.

- Y yo te respondí que no te lo llevarías –dijo Jane con una aparente tranquilidad.

- ¿Cuál es tu miedo? –Pregunto Dumbledor a su sobrina.

- No tengo miedo –dijo Jane de inmediato, dejando en evidencia su nerviosismo

- Pues eso no parece –dijo Dumbledor mirándola con una sonrisa a veces, desesperante.

- Deja de analizarme –dijo Jane exaltándose nuevamente –Mira, Sirius y yo le prometimos a James y Lily que lo cuidaríamos y que siempre estaríamos con él y no pienso fallarles.

- Es mucho más seguro para él –dijo Dumbledor con infinita tranquilidad, cosa que desquiciaba a Jane.

- Siempre dijiste eso –dijo Jane recostándose en su asiento y viendo a su tío de manera analítica –pero nunca pudiste dimensionar lo desgraciado que fue Harry al tener que regresar con ellos todos los años, a pesar de eso él siempre iba, porque no tenía a nadie más a quien acudir, pero ahora nos tiene a nosotros y no voy a dejar que esa vida desgraciada se vuelva a repetir.

- Puede que tangas razón, el alejarlo de aquí puede ser muy doloroso –dijo Dumbledor analizando –pero debes admitir que estando lejos de Londres corre aun más peligro… no sabemos donde esta Voldemort…

- No tienes porque explicármelo, me conozco la historia de memoria, yo misma la viví con él –dijo Jane con sarcasmo.

- Entonces sabes perfectamente que esta actitud egoísta de querer perdonarte por la muerte de los Potter teniendo a Harry cerca, es peligrosa tanto para ti como para el resto de tus hijos –dijo alzando la voz y perdiendo la paciencia.

- ¿Cómo te atreves a llamarme egoísta? –Pregunto Jane alzando la voz también –No tienes idea de las cosas que hemos tenido que pasar por el bien estar de mis hijos… no puedes venir a llamarme egoísta, no tú que por dártelas de todo poderoso, dejaste que Harry y todos murieran y me mandaste aquí…

- Así que es eso lo que más te duele ¿verdad? –Dijo Dumbledor –Que mi futuro te haya mandado a esta época… aun te duele la muerte de los demás…

Jane se quedo viéndolo fijamente, sus ojos se llenaron de lágrimas en el momento en que todos esos recuerdos dolorosos comenzaron a llegar a su mente nuevamente.

- No tienes derecho a seguir torturándome –dijo Jane mientras sus lágrimas no dejaban de rodar por su rostro.

- Entonces vuelvan a Londres –dijo Dumbledor colocándose de pie –Sabes que jamás te haría recordar esos terribles episodios de tu vida, pero al estar tan lejos de la magia que protege a Harry, lo arriesgas aun más… sin contar el riesgo para esas niñas…

- Creo que sería lo mejor, Jane –dijo Sirius desde la puerta –Las niñas deben empezar a aprender a ocupar esa magia como es debido.

- Veo que ustedes también se dieron cuenta del potencial de esas niñas –dijo Dumbledor mirando a Sirius que terminaba de entrar al despacho.

- Luego de unos días de nacidas comprobamos la cantidad de poderes que tenían las gemelas –dijo Jane secando sus lágrimas mientras les daba la espaldas a los dos hombres.

- Tanto Izar como las gemelas heredaron la magia de Merlín que recibió Jane –dijo Sirius colocándose al lado de su esposa –pero él logro controlarla aun antes que nosotros le dijéramos algo…

- Con mayor razón aun, deben volver para que podamos proteger a esos niños –dijo Dumbledor mirando a su sobrina.

- Esta bien –dijo Jane –volveremos a Londres, a nuestra casa, pero debes asegurarte de que nadie sabrá de que Harry esta de regreso…

- No te preocupes, nadie lo sabrá excepto los de la orden –dijo Dumbledor –los convocaré nuevamente para poder resguardar su llegada a Londres…

Al escuchar de la orden tanto Jane como Sirius se miraron las caras, una de las cosas que más se temían, pasaría. Deberían volver a ver a Remus y Meggan y no estaban seguros de si ellos los perdonarían por haber desaparecido y haber simulado su muerte.

Continuara…


Hola a todos nuevamente¿Que les pareció¿Valió la pena tanta espera? Ojala que sí, porque me e esforzado bastante para poder arreglar este capitulo que ya tenía escrito desde hace más o menos un año.
Quiero sus reviews con sus comentarios, me pidieron mucho esta segunda parte y como yo ya cumpli, ahora les toca a ustedes.
Bueno, ya me despido, les manso un gran beso a todos y que Dios me los bendiga.
Se despide su humilde servidora

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