Los personajes no me pertenecen, son obra de Tadatoshi Fujimaki.


Estaba agitado y completamente sudado, una combinación que Reo odiaba de los entrenamientos. El cabello se le pegaba en el rostro y en el cuello, y el hecho de estar corriendo como alma que lleva el diablo la vuelta al parque cercano al colegio por décima vez ya lo estaba enervando. Había lanzado varios quejidos, suspiros y había refunfuñado desde la vuelta número 6, siempre y cuando cuidándose de que sólo Kotarou y aquella bestia de sonidos infernales de Eikichi lo oyeran. Tampoco quería que lo oyera quejarse todo el mundo, menos los novatos que aún no habían tenido oportunidad de jugar ni siquiera en un partido de práctica…

Intentando no quejarse todavía más, fijó la vista un par de metros delante de él. La expresión en su rostro se ablandó rápidamente, recordando el por qué estaba haciendo aquello a pesar de que el campeonato de invierno ya había terminado y ellos habían perdido por un punto la final.

Si, allí delante estaba la causa de que hubiese aceptado hacer, lo que para él, era una tontería…pero como la propuesta de seguir entrenando y ganar resistencia y habilidades había salido de Akashi, todo estaba bien. No había chistado siquiera de sólo pensar que, aunque fuese por un par de horas al día, podría verlo durante las vacaciones, algo que jamás hubiese pensado posible si hubiesen ganado aquella maldita Winter Cup…

- Volvamos. Creo que ha sido suficiente.

- Sí, Sei-chan.- oyó suspiros de alivio y algún que otro insulto a sus espaldas. Cómo era posible que Akashi no tuviese ni siquiera la voz afectada después de tanto ejercicio?

Ya en el gimnasio donde entrenaban en el Instituto Rakuzan, mientras practicaban algunos tiros libres y él particularmente los triples, Reo no pudo sino pensar en que, pese a que las prácticas y el manejo del equipo en sí no había cambiado casi nada, si lo había hecho el ambiente y los ánimos con los que todos se manejaban; antes, todo el mundo se movía con cierto temor y una tensión que era casi palpable en el aire, sólo por el hecho de no lograr las expectativas que su Capitán tenía establecidas para cada uno, aunque en realidad sólo confiaba en sí mismo.

Ahora, luego de aquel partido, Akashi parecía ser completamente otra persona; su aura de imponencia aún seguía allí, sus dotes de liderazgo y sus grandes habilidades también…pero algo diferente, más cálido, se había despertado en su interior. El miedo del equipo de baloncesto se había transformado en respeto, y desde que Akashi había alabado sus jugadas durante el encuentro con Seirin…Reo no podía sino pensar que había sido realmente más una victoria que una derrota lo que había sucedido.

Y estaba seguro de que la mayoría de los allí presentes, pese a no poder creer que el Ojo del Emperador hubiese sucumbido en un partido, pensaban igual que él. Incluso, dentro del mismo cambio que el pelirrojo había hecho, le parecía que se percataba de que algunos de primer año se acercaban a él con más confianza para pedirle sus opiniones con respecto a estrategias, juego o simplemente que les dijera en qué debían enfatizarse para mejorar, o como ellos mismos, los jugadores titulares, cometían algún que otro error en algún partidito de práctica sin el terror que solían percibir ante la reprimenda monumental que recibirían. Eso ya parecía haber quedado en el pasado.

Todo eso no hacía otra cosa que aumentar ya de por sí la admiración utópica que Reo sentía por Akashi. Lo había admirado incluso sin conocerlo, y pese a que lo había idealizado terriblemente – se había negado rotundamente a leer cualquier entrevista de cualquier revista que los demás de su antiguo curso y del actual le habían querido enseñar – cuando lo había conocido el primer día de presentaciones en el club…había comprobado que era mucho mejor que lo que su mente ampliamente imaginativa había dibujado.

Ahora mismo estaba admirándolo. Se estaba enfrentando él sólo a Kotarou y dos chicos suplentes de primer año…quienes momentos después se desplomaron en el suelo, sin poder hacer nada al dribbleo de Akashi, quien pasó limpiamente entre ellos, encestando sin esfuerzo.

- Límpiate esa saliva, que ya llega al suelo, me voy a resbalar.- bufó molesto al darse cuenta que Eikichi había estado detrás suyo, observando la trayectoria de su mirada y sus cambios de expresión facial conforme Akashi se desplazaba grácilmente por la cancha.

- Cállate, tú…eres un puerco!.- se retrajo en su lugar, intentando evitar el terrible eructo que el otro acababa de lanzar en su dirección, probablemente sin intención. Cómo era posible que en el mismo espacio coexistieran dos hombres tan abismalmente diferentes?.- Ordinario.

- Qué delicado eres. Oye…tú también has notado su cambio, verdad?.- la mirada del gran y musculoso muchacho de preparatoria se desvió hacia Akashi, quien aún les daba la espalda.

- Claro que lo noté. Fui el primero en notarlo.

- Lo sé, lo sé. No crees que…

- Qué?.- lo observó con una mezcla de curiosidad y desconfianza mientras oía de fondo el repiqueteo de los balones por doquier.

- Que quizás deberías intentar algo? Quiero decir…no sé, algo.

- Algo como qué?

- …

- Eikichi…

- Bueno…sé que te gusta, o no.- en los nervios de la declaración, había notado que el hombre moreno apretaba el balón con demasiada fuerza entre sus manos, nervioso también. Se estaba deformando.

- Estás loco. Y en todo caso, si algo como eso pudiera ser remotamente cierto…piensas que Sei-chan aceptaría una cosa así? Prefiero morir antes que perder su palabra.

- De qué hablan?

Le había salido una jadeo para nada masculino cuando Reo oyó aquella voz tan peculiar que le erizaba todos los vellos del cuerpo a sus espaldas; se dio la vuelta rápidamente, comprobando que en pocos segundos y sin anunciar su presencia, Akashi había ido hasta ellos, notando seguro su falta de actividad. Acaso…más sudor del que su cuerpo ya producía comenzó a escurrirse por su piel…no podía ser cierto, verdad? Akashi no había oído su conversación con aquella bestia de Eikichi…

- De cómo has cambiado.

Reo sintió silencio a su alrededor, y no precisamente por parte de las dos personas que le acompañaban. Kotarou y otros alumnos habían oído al bocazas y habían frenado su práctica, intentando disimular. Acaso ese tipo era estúpido? Estaba bien que Akashi ahora se mostraba más…comprensible y un poco más compañero con todos ellos, pero en el fondo seguía teniendo la misma personalidad fuerte y avasallante, verdad? Lo único que les faltaba era que se arrepintiera…

- Si, lo sé.- el pelirrojo miró el balón que traía entre manos, al parecer perdiéndose en sus pensamientos.- Lamento que hayan tenido que soportar a mi otro yo todo éste tiempo. Debió de ser…irritante.

- Tu…otro yo?.- repuso Eikichi, sin llegar a entender del todo lo que el chico quería decir.

- No le des demasiada importancia.- sonrió, como burlándose de un chiste interno. A Reo se le aflojaron las rodillas al verlo.

- Nos gusta tu nuevo yo.- dijo Kotarou acercándose y ganando confianza.

- De verdad?

- Asi es. Es mucho más fácil…siento que nos movemos mejor en la cancha, o que tenemos más confianza en el otro, no lo sé…es raro de explicar.- dijo el rubio removiéndose los cabellos.

- Me alegra mucho que así sea. Me prometí a mi mismo que confiaría en mi equipo…sólo…déjenme aprender cómo hacerlo. Ya lo había olvidado.- volvió a sonreír, como disculpándose. Antes de que Reo colapsara, su expresión volvió a ser seria, y en un tono más autoritario, prosiguió.- Pero sólo lograremos nuestro objetivo entrenando, así que prosigan, por favor.

- Si!

En verdad sí que había cambiado.

Sólo Reo parecía notar la convulsión interna que debía de haber sufrido su querido Akashi para cambiar así…seguramente había estado sufriendo mucho, en silencio, pensando que nadie podría ayudarlo o tal vez pensando que no debía pedir ayuda…el exitismo por encima de todo, la presión por ser el mejor…finalmente se había quebrado y había vuelto a ser lo que alguna vez había sido, parecía ser…qué envidia le daba saber que había habido gente como ese tal Kuroko Tetsuya que le había conocido así, en su estado más puro…

- Reo.

Quizás si él lo hubiese conocido antes, cuando iba a Teiko, habría podido evitar aquello, tal vez? Agradecería eternamente que aquella sombra que opacaba al verdadero Akashi hubiese desaparecido, y rezaba porque no volviera…pensar que en tan pocos meses se había acostumbrado tan rápido, y había olvidado al Akashi que había conocido y soportado todo un año…

- Reo. Te estoy llamando.

- Eh?

Estaba solo. Dónde habían quedado todos?

- El entrenamiento terminó por hoy. No vale la pena sobre exigir a nadie tan pronto. Te encuentras bien?.- Akashi estaba parado frente a él, mirándolo fijamente. Aquellos ojos de lince seguían igual de penetrantes que siempre.

- C-Claro…me distraje, lo siento, Sei-chan.

- No hay problema. Vamos, ya está oscureciendo.

Sin decir nada más, Akashi caminó hacia los vestuarios, dejando sólo a Reo. No se oía absolutamente nada…cuando habían desaparecido todos tan rápidamente, sin siquiera avisarle? Lo más probable es que lo hubiesen hecho, pero enajenado en sus pensamiento no lo había notado…incluso Akashi lo había estado llamando y él no lo había notado…pecado mortal.

Caminó a paso lento hacia los vestidores, notando que su cuerpo se había enfriado. Aborrecía cambiarse de ropa sin ducharse, pero Akashi llevaba razón; por los grandes ventanales del gimnasio se notaba que ya era un atardecer avanzado, y quería llegar temprano a su casa ese día, estaba realmente exhausto.

Cuando abrió la puerta del vestuario, nada lo habría preparado para ver a Akashi semi desnudo, cambiándose de ropa, ajeno a su mirada escrutadora.


Hola! Espero les haya gustado! Siento si he caído en la repetición, pero no podía evitar escribir sobre ellos...he visto poco de ésta pareja, y creo que se merecen un lugarcito en nuestro corazones (?)

Espero ansiosa sus comentarios!

Nos leemos!