Capítulo 1: ¿Cuánto más tengo que gritar?

Los lugares devastados son los que menos habitantes tiene, pero aquí eso no tiene ningún sentido para los seres que viven aquí, en un lugar desolado, devastado, lleno de destrucción, y con pocas edificaciones, aunque lo que más se veía eran esos extraños tubos de cuerpo torcido viéndose como tornillos, donde un chico que no aparentaba más de 12 años, estaba parado encima de uno de ellos, este tenía los ojos azules muy brillantes, hasta se veía unos puntos de luz en círculos alrededor de estos, cabello negro azulado, musculosa negra debajo de una gabardina negra azulada, jean y zapatos del mismo color, al igual que los guantes que portaba.

Su rostro era serio e inexpresivo, y su mirada era fija, pero no estaba mirando nada en particular, solo bajo un poco su vista, donde estaba un gran abismo de puntas filosas, lo que le permitió ver un punto rojo brillando, enfoco aún más su vista hallando el fondo de este abismo, encontrándose con un ojo rojo que lo observaba fijamente, el suelo empezó a temblar, dando paso a una gigantesca espada que surgió desde sus cimientos y destruyó el lugar donde se encontraba el chico.

Este se encontraba cayendo, pero su expresión en ningún momento cambio, levanto la mano al aire donde se materializa una especie de cañón de gran tamaño, apunto hacía en suelo y disparo, dando al ojo que lo observaba, el mundo parecía empezar a esparcirse, no dando salida a la nada.

El color de la sangre me persigue, desde aquella noche, en mis sueños, y en mi realidad.

Entre los sueños y la realidad no hay diferencia, de todas formas, acaban por cumplirse.

Al igual que aquella noche, que fue realidad, y mi fantasía me dio mi objetivo

Eran las 3 de la tarde, el cielo estaba despejado, y una suave brisa inunda la aldea de Konoha, las calles no estaban tan ajetreadas, pero la gente pasaba rápidamente, ocupándose de sus asuntos.

Aunque los asuntos más pertinentes en esta aldea eran las de los ninjas, gente que vive para matar, y mueren para hacer vivir, los que toman este camino no son los más aptos para quejarse de que tienen miedo de la muerte, o que no quieren morir, pues al entrar a la academia y graduarse, firmaron un acuerdo con la muerte.

Y justamente muchos niños tomaron esta decisión, unos por tontos, otros por poder, venganza, y muchas cosas más, tan solo faltaban dos días para la graduación de esta nueva generación, una que según el Hokage, sería la más prodigiosa de todas.

En una clase se estaba hablando justamente de esto, donde un chunin, con una cicatriz en el rostro, sobre la nariz, le estaba señalando la pizarra.

-Muchos de ustedes aprobaran el examen que los llevara al primer grado como shinobi, el de genin, y los que no, pues tendrán que repetir el año- esto último lo dijo observando a un chico rubio, de ojo azul con un parche en el ojo izquierdo, vestido con un mono naranja, algunos también l voltearon a ver, ya que no era común ver a un chico que repitió la academia más de 2 veces.

-Y antes de que digan algo, hoy tendremos una prueba especial, los iremos llamando por lista y ustedes seguían a Mizuki-sensei…- todos asintieron esperando cuando los llamaran.

-bien, dicen que la tercera es la vencida, a ver si ya puedes aprobar Naruto…- un chico con peinado de piña y aspecto de aburrido, estaba chalando con el rubio, este solo giro la cabeza como ofendido –mira quien lo dice, todos dicen que reprobaras por lo haragán que eres, así que no me critiques- el otro no le tomo importancia a este -pero él se salva con su inteligencia, y tú no tienes mucha…- ahora un chico de aspecto regordete le hizo recordar su punto al ubio, que solo lo miro esperando a que termine su frase -no tengo mucha qué?...Chouji- el nombrado solo rectifico lo que iba a decir- no tienes mucha… energía para estudiar o prestar atención en clase- Naruto solo pudo suspirar, lamentablemente era cierto.

-Pero considerando los progresos que ha hecho al entrenar, creo que podrías aprobar con lo justo y necesario, Después de todo, Iruka-sensei tiene un sistema de punto bajos- un chico con marcas rojas en el rostro y un perro en su cabeza dieron su punto a ver de las probabilidades de aprobar del rubio - sin mencionar que casi llego a vencer a Sasuke, lo que lo puso en el cuarto lugar como mejo en Taijutsu- menciono un chico con gabardina y gafas -ni me lo recuerdes, que del coraje que le hice pasar, hizo que sus fans me dieran una paliza…- las chicas del salón no aceptaron que casi haya vencido a Sasuke, según ellas, así que lo mataron a golpes para vengar a su "amado".

-Naruto Uzumaki…- Iruka llamo al rubio, había llegado su turno -ya veré de que se trata esto… ya vuelvo- se despidió de sus amigos saliendo junto a Mizuki -¿oigan, no se supone que Naruto es el último de la lista?- todos habían recordado ese detalle.

En los pasillos

Naruto seguía de cerca al peliceleste, llevándolo hasta una sala bastante alejada de las demas, lo que resaltaba era que tenía un letrero que decía "orientación" -bien, entra y contesta todo lo que te diga la profesora…- Mizuki se fue dejándolo frente a la puerta, que el rubio miraba con curiosidad, abrió la puerta y se encontró con una pequeña oficina, con estantes, llenos de libros, y normalmente la mayoría solía tener pergaminos -Bienvenido…- sentada en una silla se encontraba una mujer de cabello negro corto, con una remera roja y pantalón negro, con una taza en las manos -te apetece una taza de café?…- esto iba a ser bastante extraño.

-etto… si, por favor- tomo asiento en el sofá que había junto a él, miro el lugar y estaba bastante decorado, una habitación alegre, no como las demas, que tenían armas, como kunais y otras cosas en las paredes.

-disculpe sensei…- llamo la atención de la mujer, que puso una taza dentro del microondas -¿si?- se dio la vuelta y lo miro, una mirada bastante fija -¿de que se trata la prueba?…- la mujer le sonrió -depende de cada uno tomarlo como una prueba- un sonoro "ting", se escuchó, la muja saco la taza del microondas y le puso 3 cucharadas de azúcar -sale un café con tres cucharadas de azúcar- Naruto no sabía a qué venía todo esto, ni el café, ni ese comportamiento tan… cálido –me llamo Saya Inori, y soy una orientadora- un enorme signo de interrogación salió de la cabeza del rubio, y ni que decir de su mirada de duda.

-Como sabes, en dos días podrías graduarte, y comenzara tu camino como shinobi de esta aldea- le dio un sorbo a su café, deleitándose de su sabor - así que puede ser estresante saber que algún día tendrás que matar, o podrías morir en el peor de los casos, y muchas veces los ninjas deben concentrase en el campo de batalla, y no pensar en otras cosas- dejo su taza en la mesa y coloco sus brazos en sus rodillas apoyando su cabeza, viendo a Naruto -así que mi deber es escucha los problemas de los demas para aconsejarlos, y no tener que preocuparse por lo demas-

El rubio nunca pensó en eso, si en lo de matar y lo demas, pero eso de que los problemas le afecten en su vida shinobi… -sé que suena raro, pero así es, así que simplemente eso es lo que haremos ahora, tú me contaras algún problemas que tengas, y yo te escuchare-

El rubio solo aparto la mirada, lo menos que quería era hablar de sus problemas -no tengas miedo… zorrito…- rápidamente se puso tenso, entonces ella sabía… -yo sé que eres el jinchuruki del Kyubi, pero no tienes que tenerme miedo…- la miro fijamente, solo había una forma de confiar en ella -¿Qué tanto sabe?- Saya puso una mano en su mentón -Naruto Uzumaki, Jinchuruki del Kyubi, de 12 años, naciste el 31 de octubre, tuviste una vida llena de odio por algo que no hiciste, ¿quieres que te diga que más se de ti o… -llevo su mano hasta su mejilla, acariciando su parche -quieres que también te diga como pediste tu ojo izquierdo- antes que diga nada, Naruto solo agarro su mano fuertemente entre las suyas - vamos a tener mucho de qué hablar…-

Saya sonrió, por lo menos hablarían tranquilamente - es normal que sepa todo esto, como profesora y orientadora, debo tener los datos de los alumnos, sobre todo de los que son casos especiales- se levantó de su silla y encendió una cafetera, preparando mas café -aun así me cuesta confía, no sé si usted me odia, ni siquiera sé si perdió a su familia en el ataque del zorro- Saya volvió a tomar asiento, tomando un cuaderno -yo me mude a esta aldea hace unos meses, soy de Suna, y aunque no lo creas, conozco a otro jinchuruki -eso sí que llamo la curiosidad del rubio, ¿otro jinchuruki en Suna? -pero no vinimos a hablar de otros, vinimos a hablar de ti…-

Hubo un momento de silencio, ni siquiera sabía de dónde empezar, de los doce años que tenía, solo recordaba a partir de los 6, y no era muy lindo recordar -mi vida entera estuvo de problemas… así que ¿Qué le podría decir de mí?- la mujer tomo apunte de eso, así que formuló una idea -entonces háblame de tu vida…- siguió escribiendo algo hasta dar un punto a parte y ponerse a escuchar, el niño suspiro un poco, liberándose del estrés, no solía hablar de esto con nadie.

Mi nombre es Naruto Uzumaki, huérfano de padre y madre, todo lo que se de mis orígenes es que mi apellido pertenecía a mi madre, también soy el jinchuruki del Kyubi, que fue sellado en mi interior la noche de mi nacimiento, recuerdo que desde los 6 años, cuando estaba en el orfanato, tenía una habitación aparte, solo que no había luz ni calefacción, solo una cama y un gato de peluche, siempre pensé era el único en el orfanato, y que tenía esa habitación porque me deban espacio y me querían, pero después descubrí que no era el único, yo estaba en un lugar muy apartado de los demas niños, y que mi habitación era en realidad una vieja choza, donde guardaban los venenos para alimañas.

Una vez me escape para conocer a los demas del orfanato, pero todos corrían, no sabía por qué, me canse y me fui de nuevo a mi habitación, y vi que en la parte de afuera en la puerta, habían un cartel con la palabra "demonio", todos los demas pensaban que era un demonio encerrado en esa choza, cuando le pregunte a una de la señoras del ahí, me dijeron que era para que los niños temieran algo, y así obedecerían en caso de que se portaran mal.

A los 9 años, me echaron del orfanato, ahí las mujeres me dijeron todo lo que se habían guardado por años, que era un demonio, que no valía nada, que solo estaba ahí porque el hokage quería que tuviera un techo, después de eso me fui, estaba muy dolido, pase un tiempo en la calle, donde la gente se mofaba y golpeaba de mi persona, comía de la basura o de lo que me permitieran comer , me negaban hasta la basura de sus negocios, meses más tarde el hokage me dio un pequeño departamento, que el pagaba, si me dejaba a mí el dinero para el casera, tenía la completa seguridad de que lo aumentaría, así que para no tomarme el pelo, el mismo lo hacía.

El cómo me entere de que mi cuerpo contenía al zorro demonio, fue cuando unos tipos borrachos quisieron asaltarme, y se les escapo esa información, y antes de llegar a hacer algo, unos ambus los arrestaron, y me mandaron a la torre para habla con Hiruzen, y de ahí me explico todo.

-Ok, paremos un momento…- se levantó de su silla agarrando de su escritorio un pequeño prendedor circular, en blanco -ahora haremos otro ejercicio -con cuidado le coloco el prendedor en la manga de su muñeca -este es un prendedor que adquiere un color cuando se le agrega un poco de chakra, agrégalo y veremos qué color tienes…- Naruto solo observaba el prendedor, los ejercicios que le mandaba hace eran bastante raros -bueno, mi color favorito es el naranja, como puede ver…- señalo su propia ropa -así que es probable que eso salga- concentro chakra en el objeto dado, y grande fue su sorpresa al ver que este se tiño de verde.

-Muy bien…- saya anoto algo más en su libreta, el rubio no entendía nada de lo que pasaba, ni siquiera sabía por qué le había contado parte de su historia -bueno Naru, ahora dime, ¿tú sabes que es el chakra?- otra pregunta rara, pero como le había dicho Mizuki, debía contestar todo lo que le preguntara la sensei -el chakra es la energía de nuestro cuerpo, la cual se compone de la espiritual, mental y física, la que nos mantiene vivos y le permite al ninja utilizarlo para crea los jutsus- termino, con una expresión aburrida - esta bien, pero te falto algo más…- agarro otro prendedor en blanco e hizo el mismo proceso que Naruto, solo que este se tornó rojo -no solo es energía espiritual, mental y física, ahí un componente más que une estas tres energías, que es la del alma- al ver que el chico no decía nada, siguió con su explicación -para controla tu cuerpo, mente y espíritu, tu alma debe estar bien, un alma herida, que no tiene ningún propósito de seguir, que se ha dado por vencida, no puede concentrarse en el cuerpo que habita, y no puede manifestar el chakra-

-Sigo sin entender, pude manifestar el chakra y agregárselo al prendedor…- miro el objeto ahora verde entre sus manos -estos prendedores se concentran en la vibración del chakra, para ver como la energía de tu alma manifiesta tu chakra, ya que es la que la mueve, recuerda que es la energía de todo nuestro ser, es una representación de nuestro ser… de nuestros deseos, por eso es que toda alma tiene un color, que no solo representa nuestros deseos, sino nuestro verdadero yo…-

Miro el color verde que poseía, era uno suave y claro, uno muy brillante, como los colores que le gusta, los colores brillantes -el verde esperanza, el color que nos dice que tenemos un objetivo, uno que tenemos la esperanza de poder cumplir, ¿o me equivoco?- ahí compendio a donde iban - la esperanza es lo que nos mantiene vivos, es lo que nos permite conseguir nuestros sueños, y por lo que veo tú tienes uno que es bastante grande…- ahora comprendía, el color de su alma…

-Pues sí, tengo un sueño, y tengo la seguridad… no… la esperanza de que algún día lo lograre- Saya miro interesada al rubio -¿y cuál es?- el chico le dio una de sus sonrisas zorrunas -ser reconocido y respetado, y para eso me convenio en hokage, ¡de veras!- la pelinegra miro al chico con diversión, lanzando una pequeña risa -sin duda no solo tienes esperanza, tú mismo das esperanza a otros con tus palabras…- Naruto la miro un momento -me contaron que le diste aliento a esa chica Hyuga para no rendirse el año pasado, al igual que a algunos que ni siquiera conocías, eso es darle una esperanza a otros - la cafetera se apagó dando paso a mas café, que se sirvió en una taza… de nuevo.

-Bueno, sí, es porque son mis amigos, y quiero ayudarlos en sus problemas- Saya apunto algo más en su cuaderno, y lo dejo a un lado suyo -eso está bien, pero también debes ocuparte de tus problemas, cuando tengas alguno, y no sepas que hacer, puedes venir a verme, aun si después te conviertes en genin, o si solo es por el café- le enseño su taza en manos -por hoy terminamos, no sé si el profeso se olvidó de decirles que después de estar conmigo salen de clase…- los ojitos del rubio se encendieron enormemente al escuchar eso -¡DE VERDAD!- se levantó de donde estaba sentado, debido al brinco de felicidad -sí, espero que cumplas tu metas, nos vemos Naru- se despidió Saya viendo que el rubio salía de su oficina dejando el prendedor en la mesa -nos vemos sensei, que tenga un buen día…- al cerrar la puerta solo se escucharon los pasos del rubio por el pasillo, Sayo miro la mesa, donde el chico dejo el café, que ni siquiera se había dignado en probar - interesante…- tomo la taza descubriendo que estaba helada, bastante fría -que bueno que solo supo lo prendedor…- miro el objeto aun verde, le dio la vuelta y adquirió un tono de dos colores, entre amarillo y rosa - ¿Quién más eres Naru?- dejo el prendedor y llamo al siguiente alumno.

En las calles.

El rubio caminaba por las calles, como siempre entre la miradas que le lanzaban la gente, escuchaba pequeños murmullos, pero jamás había hecho o tomado caso a eso, total, era algo que algún día cambiaria -algún día esto parara, cuando sea hokage, será cuando me acepten…- se susurró para sí mismo, pensó un poco en lo que había pasado, el color de su alma era la representación de sus deseos y objetivos, él estaba seguro sé que llegaría a ponerse el gorro hokage, y ese simple sueño era lo que lo mantenía vivo.

Llego a su departamento, entro rápidamente y de inmediato le puso los 6 seguros que se encontraban, fue corriendo hasta la ventana y también la cerro, hecho esto se empezó a desvestir quedando desnudo, evitando el parche, se acercó a un espejo cercano y se apreció un poco, sus cuerpo era delgado, y no estaba marcado, podría decir que parecía frágil, bueno… si estaba marcado, pero no como él quería.

La únicas marcas que se podían ver eran las del tipo cicatriz, cortes, quemaduras, mordidas, laceraciones entre tantas más -esto también terminara… todo terminara, cuando sea hokage- acaricio su parche un poco triste, fue directo a su cama, aun sin ropa, se arropo abrazando su almohada…

Hasta mañana… Chariot-Oni-chan…

Nosotros siempre nos hemos preguntado algo tan simple que parece ridículo, pero no tienen una respuesta exacta…

¿Por qué estamos aquí?

Todos dicen que nacemos porque tenemos una misión en este mundo

Pero no es cierto

Nosotros en realidad buscamos un propósito, ya sea vivir, aprender, enseñar, matar, dar vida

Siempre pensé que lo que buscaba en esta vida era ser reconocido

Pero…

Ahora no sé si sea cierto esto que acabo de decir.

En algún lugar en ruinas, no de edificios, sino de juguetes rotos, y de tamaño gigantesco, donde telas rosas colgaban extendidas en los aires, que parecían partes del cielo, parecía un lugar donde habían tirado los juguetes viejo que se habían roto con el paso del tiempo, desde muñecos, bloques de madera, piezas de ajedrez, entra tantas cosas.

Pero en realidad, había un solo edificio en ese lugar, muy pareció al edificio donde vivía Naruto, dentro de este, se encontraba un chico rubio de 12 años, ojos amarillos dorados, con los mismos tonos de puntos de luz que el otro, en su cabeza había una gran corona de hierro, una camisa manga larga debajo de un abrigo negro amarronado, en su cuello había un listón amarrado a modo de corbata, sus manos no eran humanas, eran como garras metálicas, bastante largas y finas, pantalones del mismo color del abrigo, pero con el detalle de que a partir de la parte superior de la rodilla, había una especie de ruedas mecánicas negras de gran tamaño, donde las ruedas eran de un metal dorado, sujetado por partes del metal negro, y a modo de tornillos, unas puntas también doradas a cada lado de las piernas.

Este estaba sentado en una cama, donde estaba Naruto, y ahora no estaba abrazando su almohada, sino un peluche, el cómo llego ahí era un completo misterio, el otro rubio estiro su mano y acaricio su cabeza delicadamente, en la habitación también se encontraba, recostado en la cama, otro chico parecido a Naruto, solo que este tenía los ojos verdes, en su cabeza poseía dos cuernos de huesos bastante gruesos, un traje negro de tonos verdes y un velo verde transparente en los hombros, sus manos eran similares a las del otro rubio ojiamarillo, solo que en las puntas poseía garras verdes y más anchas, como garras verdes, y en su espalda, dos grandes alas de huesos verdes.

Ambos se miraban fijamente, la mirada amarilla con la verde chocaban pero simplemente ninguno decía nada, pero con solo mirarse se entendían, el ojiverde se subió a la cama y abrazo al rubio desnudo en esta, como este al peluche en sus brazos, el otro solo salió de la habitación, sus ruedas eran rápidas y silenciosas, no queriendo despertar a los durmientes abrazados, una vez alejados, aumento la velocidad saliendo por una ventana, yendo a parar a la cabeza de una gran muñeca, donde observaba fijamente un punto en específico, punto en donde una luz roja se veía desde lejos, la cabeza de la muñeca se levantó levemente, abrió su boca y un proyectil salió disparado de este, dándole a esa luz, el chico bajo de la cabeza y se recostó en un gran bloque de construir, mirando a ningún lado, como siempre.

En su oficina, Saya abría los ojos sonriendo enigmática, haca tan solo unos minutos se fue el rubio, ahora le tocaba su siguiente alumno, la puerta se abrió dando paso a un chico de ojos y pelo negro, expresión seria, remera azul y pantalones blancos, calentadores de brazos, y las sandalias ninja azules -Bienvenido… Sasuke Uchiha-…

NOTAS FINALES

PRIMER NUEVO CAPÍTULO, ESPERO QUE LES GUSTE ESTE NUEVO FIC, ME ESMERE UN POCO, ALGUNOS TENDRÁN MUCHÍSIMAS DUDAS, PERO YA VEAN QUE LE PONDRÉ MÁS MISTERIO, ESPERO DEJEN REVIEWS, NOS LEEMOS LUEGO.