You're the only one
El chico caminaba y se fijaba por todos lados, viendo como las parejas se besaban o se tomaban de la mano y caminaban juntos, se sentía dolido con cada imagen, se sentía exiliado, él era el único de todo el colegio que seguía solo.
"todos tienen a alguien que aman a su lado, pero la persona que yo amo, no me corresponde" Draco pensaba que iba a estar solo toda la vida, pensaba que como era el único que no tenía pareja, estaba enfermo "hasta Potter tiene a Lovegood, Weasley a Granger, hasta Crabble tiene a Goyle" pateó una piedra que estaba frente a él, dando a parar en el lago.
El joven rubio entró de nuevo al castillo, camino a su sala común, pensando, solo pensando. Lo que él no sabía, es que su suerte podía cambiar en cualquier momento, y ese era, exactamente, el momento indicado.
Estaba acostado en su cama, casi dormido, cuando le entraron unas enormes ganas de ir al baño, era más de media noche, y con toda la pereza del mundo, el rubio se levantó y fue a hacer lo que tenía que hacer, para cuando volvió a su cama, el sueño se había esfumado, igual hizo todo lo posible para dormirse, pero no pudo. Al no poder pegar el ojo en toda la noche, decidió que iría temprano al comedor para un buen desayuno, calmado y sin nadie a su alrededor, que le restregara en la cara que estaba solo.
Y tal y como quería, estaba el comedor: desierto. Solo podía ver a algunos profesores, llegando para la comida mas importante del día, pero solo eso, sin alumnos, se sentía tranquilo y con mucha hambre.
Se sentó en una esquina de la mesa de Slytherin y se sirvió unas cuantas tostadas y un poco de avena, se tomó todo el tiempo del mundo para comer, parecía que cada bocado lo examinara antes de llevarlo a su boca, para luego masticarlo como si fuese comida sagrada, y finalizaba tragándolo para volver a comenzar de nuevo.
Cuando estaba por terminar, comenzaron a llegar los demás alumnos, ese día tendría las penúltimas clases antes de graduarse, aunque le apetecía salir del colegio, sentía que faltaban cosas en su vida, como ese gran amor que lo atormentaba.
Desde la primera vez que vio su cabello, o sus ojos, sabía que estaba enamorado, siempre, todas las noches, recordaba su voz, su sonrisa, sus hermosos ojos grises, llenos de felicidad, o aquel cabello, totalmente negro...
Se levantó de la mesa y se dispuso a ir a su cuarto a buscar sus cosas para las clases, siempre las dejaba regadas cuando terminaba de estudiar para los EXTASIS, así que todas las mañanas le tocaba recogerlo todo, pero no le importaba, con tal de que no lo molestaran, estaba tranquilo.
Tardó mas de lo normal en recoger las cosas, también las acomodó, pero cuando estaba a punto de salir, se quedó parad, no, no quería salir, quería quedarse ahí, donde no le molestara el resto del mundo. Dio media vuelta y se metió al baño, se deshizo de sus ropas y se metió a la ducha, abrió la llave y dejó que el agua recorriera su cuerpo, Draco sentía que el agua le quitaría todas sus preocupaciones, y con la mente totalmente en blanco, se dio el baño mas largo de su vida.
Cuando salió se dio cuenta que era muy tarde, se vistió lo mas rápido que pudo y corrió al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, pero en el camino, se tropezó con alguien, cayendo al suelo.
'fíjate por donde vas imbécil' dijo el rubio, levantándose y acomodándose la túnica, su cabello, aún mojado, había quedado todo revuelto.
'si miraras por donde corres, tal vez no terminarías en el piso' le dijo el hombre con el que había tropezado.
Draco quedó pasmado, viendo como se alejaba, era él, el hombre perfecto del que se había enamorado, su amor prohibido, Sirius Black.
El rubio tubo que hacer un esfuerzo inhumano para llegar a tiempo al aula, ya que se había retrasado, y con el cabello al viento, corrió a la velocidad de un rayo, llegó exactamente un minuto antes que el profesor, lo que causó que se quedara sin aliento y que le doliera el pecho. Cuando por fin puedo calmarse, se puso a pensar
"¿que demonios hace él aquí? ¿No debería estar en otro lado?" Draco trataba de concentraras en las clases, pero se le era imposible, todo lo que hacía era ver una y otra vez a Sirius, ver sus ojos, su sonrisa...
Al finalizar el día, el joven rubio seguía pensando en el adulto, imaginándose como sería estar con él, sentir sus labios contra los suyos, su cuerpo... "¿PERO QUE DEMONIOS ME PASA?" pensaba furioso, al darse cuenta en lo que estaba pensando "primero, es un familiar tuyo, segundo, es mayor que tu, tercero, te odia, cuarto, nunca se daría cuenta de lo que pienso". El rubio decidió meterse en su cama, si comer ni nada, y dormir, dormir todo lo que no había dormido aquella noche.
Se despertó con un dolor agudo en el estómago, se estaba muriendo de hambre, se levantó y fue directo a la cocina, un hermoso lugar lleno de comida que había descubierto hacía poco tiempo. Tomó cada cosa que le ofrecieran los elfos, y al estar completamente lleno, salió, pero cual fue su suerte, que volvió a tropezarse con Sirius.
'valla, dos veces en un mismo día ¿no Draco?' dijo el adulto mirándolo. 'que peculiar'
'ya lo creo' dijo el rubio haciendo ademán de irse.
'no te vallas' le dijo el moreno posando una mano en su hombro 'necesito hablar contigo, vamos a mi cuarto'.
Draco abrió mucho los ojos, mas no dijo nada, eso era lo que había estado esperando todo el tiempo, no tubo de otra que seguir al mayor a sus aposentos, ya dentro, no se pudo contener.
'lo que quería que supieras...' Sirius comenzó a hablar, pero fue interrumpido por el rubio, que había saltado hacia él, abrazándose a su cuello, y besándolo.
Cuando se separó de él, Draco se sentía avergonzado, pero Sirius, al verlo cabizbajo, tomó su barbilla, y viéndole a los ojos, le dijo que quería repetir lo que acaba de hacer, no esperó respuesta y plantó un beso en los labios de rubio, el joven tardó unos segundos en reaccionar, pero después se dejó llevar por el mayor.
Cada vez el beso fue tomando mas potencia, Draco dejó que la lengua de Sirius entrara en su boca y jugueteara con su propia lengua, luego, Sirius bajó sus labios para ubicarlos en el cuello del chico, haciéndolo gemir deseando mas, Sirius sabía que el chico deseaba mas que besos, sabía que tenía que liberar la erección presente bajo sus ropas así que no se dio a esperar y comenzó a despojarlo de sus ropas, al mismo tiempo que el rubio lo despojaba de las suyas, siempre besándose, con pasión y locura.
Sirius se separó unos momentos del rubio, para poder detallar su cuerpo, totalmente blanco, peri igual de deseable, Draco, sentía los ojos del adulto por su cuerpo y sentía escalofríos.
Draco se acercó de nuevo a Sirius, y sintiendo mucho calor, comenzaron a besarse de nuevo, mientras el mayor encaminaba al joven a la cama, sentándose, el moreno sentó a Draco sobre si mismo, y poco a poco, fueron tomando una posición mas cómoda, quedando entre sentados y acostados, Sirius metió uno de sus dedos en Draco, haciendo que el chico gimiera de dolor, luego, dos dedos, tres, cuatro, movió un poco la mano, para acostumbrarlo, para luego, introducir lentamente toda su erección. El joven rubio gimió de dolor, una y otra vez, mientras Sirius entraba y salía de él, cada vez mas rápido, hasta que todo terminó, sintiendo como el mayor terminaba dentro de él, al mismo tiempo que el joven sobre el pecho de ambos. Se acostaron en la cama, y siguieron besándose, hasta que Sirius se separó del rubio, dándole oportunidad a éste par hablar.
'te amo' le dijo Draco' mas que a nada de este mundo.
'yo también' le dijo el mayor, besándolo nuevamente 'yo también'.
Y así se quedaron dormidos, uno abrazado al otro, Draco, que había pensado que todo sería diferente, se había equivocado, ahora sabía que Sirius era el único que merecía su amor.
Fin
