Ubique esta historia luego del final del capítulo 4 (muriendo por que salga el 5 D:) y pues espero les guste, disfrutó demasiado leyendo los fics de Chloe y Max pero desafortunadamente casi no hay en español, no se me dificulta leerlos en inglés peeero vamos, el fandom latino también tiene que tener lo suyo, así que decidí contribuir con uno, espero les guste ;)


El tornado había pasado, junto con Max había logrado advertir y convencer a todos del terrible acontecimiento, todo luego de escapar de las asquerosas manos de Jefferson, no hacía falta mencionar que aquella había sido una semana agitada, todos habían evacuado el pueblo a tiempo, ahora volvían a sus destrozados hogares, era momento de empezar de nuevo, levantar de nuevo los cimientos de aquel viejo pueblo en el cual había nacido y crecido, Nathan también había sido atrapado por las correspondientes autoridades, no se había podido vengar del maldito, seguía con vida, suspiró, Max había dado todo de si para salvar el mundo, su amiga se encontraba totalmente agotada, llevaba tres días durmiendo, a penas lograron alejarse lo suficiente de Arcadia Bay y la vio desplomarse a su lado, como si lo único que la estuviera impulsando hasta el momento se hubiera esfumado al ver a todos a salvo, todo resuelto, sabía que los extraños poderes de Max le causaban malestar, usarlos demasiado seguido y por tiempo prolongado le hacía daño, de nuevo vio su nariz sangrando, detestaba verla así, la muerte de Rachel aún continuaba en su cabeza pero por alguna razón en esos momentos no había algo que le intrigara más que el estado de salud de su vieja amiga de la infancia, los padres de Maxine pronto habían aparecido al saber del tornado, al llegar al pequeño pueblo cercano en el cual se habían refugiado, los padres de Max no habían dudado en llevarse a su hija a la ciudad donde vivían para atenderla allá, y desde entonces llamaba todos los días para saber su estado, dormía, dormía apaciblemente, los doctores no encontraron nada mal en su cuerpo, pero la chica simplemente no despertaba ¿Por qué demonios no despertaba? Meditaba mientas terminaba lo último que quedaba de su cigarrillo mientras contemplaba el desorden dejado en su habitación.

- ¿Sería mucho pedir que el tornado simplemente hubiera reventado el carro de David? – Murmuró para si al ver los cristales de las ventanas rotas regadas por el suelo, ramas, polvo y todas sus cosas desordenadas tiradas por doquier, como si una fiesta alocada hubiera tenido lugar ahí, la verdad había tenido suerte, muchas casas y edificios habían sido arrastrados por completo, arrancados del suelo y aventados en trozos como mortales proyectiles hacia otros edificios, su casa, se podía decir, había salido bien librada, al asomarse por la ventana podía ver el desorden que había en las calles, carros volteados, árboles tirados, basura y escombros por doquier, la verdad nada de eso importaba, todos habían sobrevivido ilesos y todo gracias a Max, aún le era un poco difícil de creer que su mejor amiga fuera la portadora de tan grandes poderes, había sido demasiado exacta con lo detalles de la tormenta, no cabía duda de que todo aquello era verdad, Max tenía el poder de viajar en el tiempo, nunca lo dudó.

- Max… - Pronunció con tono pesaroso, la escuela había sido destrozada por el tornado, la razón por la cual ella había vuelto fue por sus estudios, para aprender del idiota de Jefferson, y ahora Jefferson estaba muerto y la escuela había sido reducida a escombros, cuando Max despertara, porque estaba segura de que lo haría, no esperaba que ocurriera nada más, ella debía estar bien, pero en cuanto despertara no tendría ya motivos para volver a un pueblo destrozado que seguramente concentraría todo su empeño los siguientes años solo para volver a estabilizarse, Max no tenía ya más asuntos en aquel lugar, aquella idea le causaba un fuerte malestar en el pecho, una fuerte presión que le robaba el aliento y la obligaba a suspirar constantemente, quería volver a verla, quería estar ahí a su lado en la cama del hospital, acompañarla para recibirla en cuanto volviera a este desgraciado mundo.

Los siguientes dos días se pasaron a prisa, habían estado tan ocupados como la última semana que pasó con Max, entre limpieza y reconstrucción agradecía tener poco tiempo para perderse en sus pesarosos pensamientos, Rachel nunca volvería y tal vez Max tampoco lo haría, ella seguía durmiendo, o al menos eso le dijeron sus padres por teléfono esa mañana, no estaba segura de nada, si ella fuera una madre responsable tampoco dejaría a su hija volver a un pueblo en el cual un profesor de la universidad se dedicara a secuestrar jóvenes estudiantes para drogarlas y sacarles fotografías enfermas e incluso asesinarlas, Arcadia Bay era un asqueroso agujero lleno de porquería, al mismo tiempo detestaba tener tantos buenos recuerdos atados a esas tierras, además de eso y después de todo Max había dado hasta su último esfuerzo por salvar el pueblo, así que no podía terminar de odiarlo por completo.

- Maldita sea Max, tu los salvaste, tu deberías estar aquí partiéndote la espalda para ayudarles y así hacer la tarea completa. – Dijo mientras descansaba en la parte trasera de su camioneta que había orillado en uno de los caminos para darse un respiro, estaba cansada de moverse de un lado a otro, trayendo y llevando alimentos y material para construcción, todos habían tenido que poner un poco de su parte para las labores de reconstrucción y ya que su camioneta era uno de los pocos carros que había sobrevivido a la tormenta, se le había asignado la tarea de llevar y traer cosas por todo el pueblo.

Sus pensamientos se interrumpieron al sentir como el celular vibraba dentro del bolsillo de su pantalón, sin mucho ánimo sacó el artefacto y miro la pantalla, era un mensaje de un número desconocido.

**Desconocido**: Hola Chloe, soy Warren el amigo de Max, Kate y yo estábamos planeando viajar el fin de semana para visitar a Max al hospital, ya hablamos con sus padres y nos dieron autorización, así que queremos que nos acompañes ya que sabemos lo importante que eres para Max.

Era ese maldito nerd que no dejaba de rondar a Max como una mosca, no estaba segura de en que momento el desafortunado sujeto se había vuelto irritante para ella, tal vez desde aquella noche en la fiesta, después de todo ella se encontraba con el apuro de encontrar a Nathan mientras que él no paraba de pedirle aquella ridícula fotografía a Max… ridícula foto que luego Max le explico que les había salvado la vida a ambas, no le había entendido bien, de cualquier manera Warren le parecía molesto y a pesar de ello tal parecía que esta vez se vería forzada a tragarse su orgullo, quería ver a Max y aquella invitación le había venido como anillo al dedo.

El fin de semana se llego pronto, se encontraba ansiosa, sería ella la conductora designada y su camioneta el medio de transporte, comenzaba a dudar si en verdad la habían invitado por consideración o para poder conseguir las ruedas que los llevaría hasta donde Max se encontraba, de cualquier manera no importaba, su objetivo ahora era estar con Max, la héroe de Arcadia Bay muchos decían.

- Los padres de Max nos dijeron que no ha despertado… ya paso una semana desde que perdió la conciencia. – Se escuchó la voz preocupada de Kate.

- Despertará. – Respondió de mala gana, no era eso lo que quería escuchar.

- Si Kate, ya verás que Max volverá pronto. – Intentó animar Warren, giró los ojos al escucharlo, no era que no pensara igual, pero no soportaba al chico, no se había detenido a analizar la razón, no quería hacerlo, sabía que eran celos, Max era su amiga y no quería que aquel chico comenzara a robarle su tiempo con ella, era infantil y prefería solo saber que lo detestaba sin meditar mucho al respecto.

El resto del camino fue silencioso, Kate y Warren se habían quedado dormidos, sin embargo ella no tenía sueño, sentía como su cuerpo rebozaba energía, no pararía, no habría descanso hasta poder ver a Max de nuevo.

Gracias al viaje sin descanso y con pocas paradas, habían logrado llegar a la ciudad hacia eso de las tres de la tarde, Warren y Kate continuaban asombrados y continuaban insistiendo en que debería descansar un poco, sus respuestas siempre eran firmes y negativas, luego de parar para que sus acompañantes comieran un poco al fin llegaron al hospital, afuera de la habitación se encontraba la madre de Max, la reconoció de inmediato, no había cambiado mucho desde la última vez que la había visto.

- ¿Chloe? – Pronunció la mujer antes de correr hacia ella para poder abrazarla. – No sabes cuanto me alegra que estés aquí, lamento no haberte saludado cuando fuimos al pueblo, es solo que la noticia de que Max se encontraba inconsciente nos tomo por sorpresa y…

- Tranquila, entiendo. – Respondió brindando un cálido abrazo como respuesta. – Max salvo al pueblo… es una chica valiente… - Murmuró, sabía que eso no podía ser un buen consuelo, pero era algo digno de admirarse y ellos debían saberlo, no podía explicarles como es que aquella joven de 18 años lo había logrado, no había manera de explicar sus viajes en el tiempo sin parecer una loca ya que no había manera de probar nada, así que lo único que le quedaba era asegurar que era gracias a ella que todas aquellas vidas se habían salvado, Max siempre había sido especial para ella, Max siempre había sido súper para ella, pero ahora todo el pueblo también lo sabía, aún así Max no dejaba de ser de ella, su amiga especial, aquella que se encontraba a su lado de forma incondicional, no dejaría que nadie le arrebatara eso de las manos, era lo único que le quedaba.

- Gracias Chloe… nos dijeron que tu estuviste con ella en todo momento y la ayudaste cuando ese profesor intento atacarlas.

- No hay nada que agradecer, en realidad Max me salvo a mí…

- Tú la acompañaste en todo momento, eso también es algo valeroso.

Los primeros en entrar a la habitación fueron Kate y Warren, ella lo había decidido así, no quería tener que verse apresurada durante su visita, se tomaría todo el tiempo que fuera necesario, todo el tiempo que ella considerara justo, y debía admitir, ese podía ser un largo tiempo, mientras tanto se sentó a platicar con la madre de Max, había mucho que decir, muchas cosas que platicar, le explico lo de la pérdida de su padre, y con dolor le explico la situación con las desapariciones en Arcadia Bay y la muerte de Rachel, al cabo de una hora al fin llego su turno de entrar.

Con pasos lentos y temerosos se acercó a la cama, detestaba los hospitales, y los odiaba aún más al ver a Max ahí recostada, inmóvil, durmiendo apaciblemente, suspiró.

- Los doctores dicen que no tienes nada Max, que tu cuerpo está completamente bien, deberías dejar de jugarnos a todos esta mala broma y levantarte de una vez… ya te echamos lo suficiente de menos… ya dejo de ser gracioso.

Se lamento con voz quebradiza, una lágrima rodó por su mejilla, luego otra y otra.

- Max… no me dejes, por favor no me dejes, se que la vida no debe ser tan horrible como la veo, se que hay muchas cosas que puedo hacer para mejorar todo, pero no puedo ver hacia el futuro si no estas tu para acompañarme, tu me rescataste, yo habría muerto en más de una ocasión la semana pasada y tu me diste todas esas segundas oportunidades ¿Ahora me vas a decir que fue para que las viviera sin ti? Max… si yo pudiera volver el tiempo atrás lo haría, no te habría dejado llevar toda la carga, no tenías porque esforzarte tanto para darnos a todos el tiempo que necesitábamos, no era necesario Max, no tenías porque salvar a todos… no es tu obligación ayudar a todos.

Sollozo estrechando la mano izquierda de su amiga entre sus manos.

- Supongo que si no lo hubieras hecho no serías tú… súper Max. – Sonrió sin despegar su frente de la mano que sostenía con fuerza. – Nunca te he podido convencer de nada, ni tu a mi… ¿Cómo es que podemos ser amigas? Las dos somos tan obstinadas.

Alzando la mirada contemplo el rostro de su amiga, se le veía tranquila. – Supongo que luego de tantas veces que me viste en peligro a mí ahora es mi turno de pasarlo mal ¿Eh? – Suspiró. – Pues bien súper Max… me tendrás aquí la noche entera, tal vez me quede también todo el día de mañana, me quedaría más tiempo, pero bueno ¿Sabías que rescatar un pueblo no solo se trata de salva las vidas de los habitantes? El trabajo pesado empieza después Maxine, hay mucho que limpiar y reconstruir, debo terminar tu trabajo, apuesto que si no lo hago te enojarías.

Las horas pasaban como segundos, no quería partir, quería congelar el tiempo en ese mismo lugar para poderse quedar a su lado, sus párpados se volvieron cada vez más pesados.

- ¿Qué haces Chloe? – Escuchó como un eco aquel suave tono.

- ¿Qué tipo de pregunta es esa? ¿No es obvio lo que hago?

- Chloe Price llorando, lo lamento, es solo que me pareció algo inusual…

- No estoy llorando… - Respondió a la defensiva.

- ¿Segura? Hasta donde yo tengo entendido, eso que sale de tus ojos son lágrimas.

Colocando su mano derecha sobre su mejilla quedó sorprendida al ver la pequeña gota cálida sobre su dedo índice ¿Por qué lloraba? La habitación donde se encontraba era toda de un color blanco que brillaba bajo la luz de un intenso foco que había en el techo, a penas y podía distinguir lo que había a su alrededor.

- No se… que está pasando ¿Quién eres?

- Mas vale que estés bromeando porque si no es así juro que te irá mal.

- ¿Ah si? ¿Qué harás al respecto? – Respondió con un tono juguetón y retador, era extraño, aquella voz le era familiar.

- No se, hay muchas cosas que le puedo decir a Joice o a David para que te den una buena reprimenda.

- No te atreverías Max… - Enmudeció al pronunciar su nombre, de pronto todo en la habitación comenzó a perder aquel enceguecedor brillo, era la habitación del hospital, ella se encontraba de pie en el medio de las cuatro paredes, la cama en la que antes descansaba Max se encontraba vacía.

- ¿Max?

- ¿Si? – Un escalofrío recorrió su espalda al escuchar la respuesta desde atrás, sin dudarlo se giró y ahí estaba ella mirándola de forma fija y con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro, vistiendo las mismas ropas de siempre.

- ¿En serio? ¿Es que nunca te puedes poner algo diferente?

- No es como si tu cambiaras mucho tu estilo sabes. – Max también llevaba su mochilla dentro de la cual estaba segura llevaba su cámara.

- Max… ¿Por qué no volviste conmigo a Arcadia Bay?

- ¿Qué? Estamos en Arcadia Bay Chloe. – La fotógrafa alzo la mirada y de inmediato el paisaje cambió tornándose en uno de aquellos conocidos atardeceres junto al faro, por un momento quedó en silencio observando a Max distrayéndose con una mariposa de color azul brillante que pasaba volando junto a unos arbustos, al parecer intentaría sacar una foto de ella, sonrió, no entendía la fascinación que tenía por las fotos, pero le quedaba claro que aquella era la carrera ideal para Max.

- Esta mariposa Chloe… y un extraño ciervo no dejan de aparecer… - De inmediato la sonrisa que llevaba en el rostro desapareció, algo no encajaba, algo no estaba bien.

- Max… esto no es Arcadia Bay. – Pronunció dudosa. – Tú no estás en Arcadia Bay.

- ¿De que hablas? Seguro fumaste algo antes de venir acá. – Respondió la menor con una sonrisa.

- ¡No! Escúchame Max, salvaste el pueblo, evitaste que todos salieran lastimados y luego de eso te desplomaste, no has despertado desde entonces.

- Chloe, todo está bien ahora, no tienes porque preocuparte.

- No, Max, no está bien, me dejaste sola.

- Siempre estoy contigo Chloe.

- ¡No! No lo estas, estoy sola en casa. – Renegó sintiendo como de nuevo sus mejillas se humedecían por las lágrimas que corrían de sus ojos.

- Chloe… - Murmuró la menor sosteniendo con suavidad su rostro entre sus manos.

- Vuelve Max.

- Chloe… los viajes en el tiempo son confusos.

- No estas viajando en el tiempo, estas dormida.

- No, no entiendes, puedo ver el tiempo ir y venir, veo todo pasar tan rápido y lentamente en mi cabeza, todo, todo lo que hice, todo lo que cambié, revivo esas escenas una y otra vez ¿Cómo saber en donde estoy?

- Habla conmigo… soy la única a la que le has contado tu secreto ¿No? Habla conmigo, búscame y pregúntame lo que quieras, úsame de referencia y sabrás cual es el presente.

- ¡Chloe! – Escuchó a su amiga gritar al tiempo que el cielo se obscurecía y en el horizonte aparecía el monstruoso tornado, detrás de ella se encontraba Jefferson con el arma apuntando hacia ella.

- ¡Max! – Gritó mientras se estremecía y se enderezaba en su lugar, agitada intentaba borrar de su cabeza las imágenes que en aquel extraño sueño habían aparecido.

- Chloe, tranquila… - Escucho a Warren. – Perdón por despertarte, ya amaneció, son las diez de la mañana, supongo que estabas cansada, no dormiste en todo el camino así que es justificable.

- No… no pasa nada, gracias. – Respondió aún sintiendo un fuerte nudo en la garganta, a veces tenía pesadillas respecto a todo lo que había ocurrido, pero esta se llevaba por mucho el premio a el sueño más escalofriante que había tenido, no quería pensar que Max se encontraba atrapada en un conjunto interminable de pesadillas de todo lo ocurrido.

- Bueno iré por algo para el desayuno ¿Quieres algo?

- Eh… un café está bien.

- ¿Segura que no quieres algo más? No has comido bien desde que iniciamos el viaje.

- Maldición Warren… está bien, que sea el café y algo más para comer.

- Al instante. – Respondió el joven de forma entusiasta saliendo del lugar.

- No me lo tomes a mal Max… pero no lo tolero. – Sonrió, acercándose a ella acarició suavemente su mejilla. – Búscame Max. – Murmuró apoyando su frente contra la de ella.


Y hasta aquí el capítulo 1 ojalá les haya gustado, espero sus reviews :D y pues nada
¡Viva Life is Strange! *-*