Summary: Conocer a su alfa en el baño de una cafetería no es algo que todos los omegas sueñan, y mucho menos Todoroki Shoto.

AU
↷ OoC
↷ Romance
Omegaverse
Two-shot
Lemon: relación sexuales entre chicos


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—Todoroki, deja de ser tan aburrido—regaña el peliverde sin quitar la sonrisa de su rostro—. Aveces dudo que seas omega.

—Bueno ya, Midoriya—espeta con desespero—. Aunque yo también lo dudo.

— ¡Midoriya! ¡Todoroki! —ambos giran su cabeza en dirección a los gritos para toparse con una beta castaña.

—Uraraka, hola—saluda el peliverde mirando al bicolor de reojo.

—Uraraka—la beta sonríe con ganas posando su mano en el hombro del más alto quien le mira irritado.

Dulce omega...

Todoroki suspira cansado, porque realmente odiaba aquellas palabras y aun más que lo trataran solo como un omega y no como el ser humano que era.

— ¿Nos vamos? —pregunta la castaña mientras se separa del bicolor lentamente.

— ¿Tú también vas a venir? —pregunto con desgano el bicolor ganándose una carcajada del peliverde.

Pero aún así emprendió su camino hacia la cafetería que estaba cerca de la Universidad.

Tras de el, tanto Midoriya como Uraraka reían por el humor que tenía ese día sin embargo, siempre estaban juntos. Porque ya tenían una idea del porque Shoto estaba de aquella manera.

Todoroki Enji

Cuando llegan a la cafetería y toman asiento, un Iida emocionado llega a atenderlos: —Buenos días chicos. ¿Lo de siempre?

—Por favor, pero con te negro en lugar de café—responde Todoroki tranquilamente.

Iida es uno de sus amigos más cercanos—tampoco es como si tuviera muchos— y de los pocos que no lo molestan con cosas tontas como Uraraka, así que trata de esconder su mal humor con el. No cuando Iida solo esta trabajando para ayudar a su familia luego del accidente que tuvo su hermano, sabe que esta muy cansado entre la universidad y su trabajo.

—Iida—llama la castaña, obteniendo su atención—, ¿porque estás tan feliz hoy?

—Hoy vendrá el dueño de Ground Zero—dijo.

—Oh, vendrá ese chico... ¿Katsuki? El hijo de los Bakugō—comentó Uraraka e Iida asintió.

—Sus padres murieron hace al menos un año, así que es el quien se hace cargo de todas las acciones de sus padres—recordó el de lentes—, ya lo habíamos conocido antes o algo así...

— ¿No es muy joven? —pregunta Todoroki.

El hecho de que hasta Uraraka sepa del tema le interesa, ya había escuchando un poco sobre la familia Bakugō. Mitsuki y Masaru con un solo hijo. No recuerda de que murieron los padres pero sabe muy bien que el chico solo es cinco años mayor que el.

—Lo es—asegura Iida—. Sin embargo, es muy inteligente, lleva solo tres meses manejando todas sus acciones y ya las a elevado un poco más del cien por ciento.

Todoroki alzo una ceja curioso: — ¿Ah? Estas diciendo que un genio

—No lo sé, ese eres tú. Solo digo que el sabe hacer lo que le corresponde—sonrió—. Traeré sus pedidos.

—Dulce omega—y la pequeña azucarera que había en la mesa dio contra su frente—. ¡Ya entendí! Lo siento Todoroki

— ¿Qué pasa? —pregunto tratando de controlarse.

— ¿Te interesa el Bakugō? —el bicolor la miro atento entrecerrando los ojos—. ¿Qué? Es raro que preguntes.

—Solo es curiosidad...

Y así dejaron el tema en cuanto Iida llegó con sus pedidos.

—Todoroki, ¿cuándo tienes que entregar tu borrador? —pregunto Midoriya un rato después rompiendo el silencio.

—Espera, iré al baño y cuando venga te dijo.

— ¡Irá a pensar en el trono! —exclamo entre risas la beta llamando la atención de otros clientes.

El ceño de omega se frunció más de lo que debería, mientras seguía su camino hasta el baño de hombres.

—Estúpidos amigos de hoy en día—susurro abriendo la puerta de un cubículo para entrar en el.

Momentos después la puerta del baño fue abierta otra vez, un fuerte aroma a te verde y pino fresco inundó todo el baño. Su lobo empezó a corretear inquieto y un escalofrío lo recorrió por completo.

No, no puede ser, pensó encogiéndose en su lugar.

Su celo ya había pasado pero, su cuerpo presentaba los mismos síntomas.

¿Porqué? Eso no estaba bien.

Paso sus brazos alrededor de su estómago y apretó un poco su agarre, se sentó en la tapa del inodoro tratando de ignorar los escalofríos y el hecho de que ahora tenía una erección. Entonces el aroma se hizo más fuerte, escucho los pasos del alfa resonar en esa pequeña habitación, se estaba acercando a su cubículo. Su omega estaba inquieto, feliz por el aroma y aterrado por ser tomado por un alfa desconocido.

El no quería eso, el no quería ser el objeto de algún alfa.

Y el rubio al otro lado de la puerta no estaba en mejores condiciones, su respiración era pesada y sus pantalones apretaban más que nunca. Su lobo aullaba con el deseo de abrir esa puerta y tomar al omega tras ella.

Su omega. Lo sabía, nunca había reaccionado de esa manera por un omega en celo, pero el olor a canela y menta lo tenía loco.

El omega ahí dentro había entrado en celo cuando el entró, eso no era ninguna coincidencia. Un gruñido escapó de sus labios cuando pudo escuchar un débil jadeo y un golpe tras la puerta, el omega sabía lo que estaba causando.

—Sal de ahí—ordenó, no escucho respuesta alguna y sin dudar abrió la puerta de golpe.

El aroma del omega lo abofeteo sin compasión y la imagen que el mismo le otorgaba no ayudaba en nada, un par de peculiares ojos llorosos lo enfrentaron, tenía sus labios entre abiertos y un hilo de saliva bajando de ellos, sus manos apretaban su estómago, sus mejillas estaban rojas.

Era lo más hermoso que había visto en su vida.

Shoto, sin embargo, estaba entre asustado y excitado. Aquel era el alfa más imponente que había visto—además de su padre—, con rubís por ojos, cabello rubio despeinado y en punta, no tan alto y con su mismo tono de piel: venía acompañado de un embriagante aroma que lo tenía completamente sumido en sus instintos.

Bakugō nunca se había considerado una persona impulsiva pero ese era su omega. Sentía la necesidad de marcarlo en ese mismo instante y su lobo le insistía en ello nublando su pensamiento racional.

Mío—fue lo primero que le dijo el alfa cuando sus ojos chocaron nuevamente.

El rubio entró al cubículo y lo tomo sin importarle nada, le obligó a pasar sus piernas alrededor de su cadera y salió del cubículo para sentarlo en el lavamanos. Sus manos se colaron en la roja camisa que llevaba el menor y recorrieron la blanca piel sin pudor mientras sus labios se empezaron a pasear por la extensión de piel descubierta de su cuello.

El bicolor no podía reaccionar, su omega le insistía en dejarse llevar y su parte racional le gritaba que escapara.

Entonces la puerta fue abierta de golpe y Todoroki por primera vez agradeció que aquella beta fuera tan distraída para no notar que era el baño de hombres.

— ¡OYE TU! ¡Deja a mi amigo! ¡Alfa de pacotilla! —sus gritos alertaron a otros clientes y a los trabajadores de la misma cafetería.

Con la puerta abierta varios alfas habían percibido el aroma del omega pero al tener a sus parejas no les afectó, sin embargo, habían otros que estaban libres y aquel aroma era tentador.

La mayoría de los empleados, siendo betas, no dudaron en ayudar al bicolor, un cliente habitual y ahora un amigo de ellos.

Entre cinco betas y algunos alfa emparejados lograron apartar al alfa que no dejaba de gruñir a quienes trataban de alejarlo de su omega.


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Su omega, estaba por allí afuera en alguna universidad.

«Tenemos que buscarlo, hay que buscar a nuestro omega» Su lobo no lo deja pensar con claridad, esta cegado por la ansiedad de tener al omega

Si el chico que se topo en la cafetería lo hizo reaccionar de esa manera y su lobo lo acepto tan fácilmente, significaba solo una cosa.

Ese era el hijo del estúpido de Enji.

— ¡Kirishima! —grita desde su oficina. Apenas unos segundos después el alfa pelirrojo entra corriendo con los brazos llenos de diversas carpetas

— ¿Por qué estas gritando?

—Léeme toda la información que nos dio Enji—pide con la voz más grave de lo normal.

El pelirrojo se apresura a dejar todas las carpetas sobre la mesa y toma uno color azul con la huella de un lobo en el centro.

Bakugō esta un nervioso—aunque lo esconde bien—, su corazón late a mil por saber acerca de su posible pareja, su compañero de vida.

—Todoroki Shoto, tiene veintidós años y estudia en la U.A en la carrera de literatura, específicamente en maestría, con notas sobresalientes en todas sus asignaturas—una sonrisa escapa de sus labios ante lo último—. ¿Quieres que te lea sobre sus gustos y esas cosas?

—Hazlo.

—Su color favorito es el azul, su comida favorita es el soba frío y duerme del lado contrario de la cama, es de pocas amistades—y hace una pausa—. Tiene dos amigos dentro de la universidad y dos que son mayores…

— ¿Mayores? —gruñe—. ¿Qué tan mayores y quiénes son?

—Shigaraki Tomura de veintisiete, es omega y Dabi de veinticinco un alfa, no son familia y no hay fotos de ellos.

— ¿Y los de la universidad?

—Uraraka Ochaco de veinte años beta y Midoriya Izuku de veintidós un omega y mejor amigo—dice cerrando la carpeta.

— ¿Algo más?

—Sí, su fotografía—casi de inmediato siente como su respiración se corta y su corazón late desbocado, su lobo rasguña sus entrañas de felicidad ante la imagen del chico con sus ojos heterocromaticos y una mirada seria.

Lo sabía, era el mismo chico.

«Es hermoso, nuestro omega es hermoso» Su lobo esta tan ansioso que desea ir hasta la U.A y tener a ese bonito omega entre sus brazos y luego dejar su marca en ese cuello, ese hermoso cuello…

Pero la emoción desaparece tan rápido como llegó al examinar la foto, su omega está siendo abrazado por otro, su lobo gruñe de enojo y casi siente sus encías doler de la necesidad de reclamar al omega.

— ¿Quién ese que esta con él?

Kirishima toma la foto mientras lee algunos detalles entre los papeles que el padre del chico les entregó: —Según esto, es Dabi.

La sangre de Bakugō Katsuki nunca había ardido tanto en furia, menos en celos. Otro alfa puede estar abrazando a su omega libremente mientras él está pensado en si es buena idea o no, presentarse ante el.

Porque ahora encontró a su pareja—algo que creyó imposible— y no se va a permitir a si mismo perder esa oportunidad.

Además, su lobo ya lo estaba volviendo loco.


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—Uraraka, deja de hacer eso, es molesto

—Pero te vez adorable con las mejillas rojas Todoroki.

Lo único que le queda es suspirar y resignarse a los molestos pellizcos que le hace la castaña.

— ¡Hey chicos!—ambos voltean en dirección a la voz y ven a Midoriya corriendo con unos libros en mano y la mochila guindando de su codo.

— ¿Por qué está corriendo?—dice la beta tomando la botella de agua frente a él y dándole un sorbo.

—Ni idea

Midoriya estampa sus manos en la mesa donde ellos están sentados provocando que la castaña se espante.

— ¿Por qué la agresividad?

—Te están buscando—dice rápidamente—. Y no es tu padre.

Sus ojos se entre cierran curiosos y miran al peliverde atentamente con la boca en una línea recta: —Explícate

El omega suspira dejándose caer en la silla frente a ellos: —Un alfa llamado Kirishima estaba preguntando por ti en la dirección, incluso tenía una foto tuya.

— ¿Cómo sabes eso?

—Porqué me detuvo cuando salía de recoger mi horario y me pregunto por ti, creo que sabe que te conozco porque me insistió demasiado.

Sus ojos se abren más de lo normal, su lobo se remueve inquieto y la ansiedad aumenta.

¿Por qué alguien que no es su padre lo busca?, piensa.

— ¿Crees que todavía este aquí?—pregunta mirando a Midoriya.

— ¿Qué piensas hacer Shoto?—cuestiona mirándole serio.

—Nada. Solamente quiero saber por qué me anda buscando un alfa.

Los chicos no le dicen nada, así que se levanta y se encamina hacia la dirección hasta que siente un brazo alrededor de sus hombros.

—Sabes que no te dejaremos solo—dice la beta con su típica sonrisa—. Al menos no después de lo que pasó en la cafetería la semana pasada.

Midoriya asiente y los empuja a ambos rumbo al área de administración que tiene la gran universidad, dónde solo algunos profesores—y alumnos desesperados en salvar su trimestre— andan rondando.

—Hola Chiyo

—Hola Todoroki, chicos. ¿En qué los puedo ayudar?

—Me dijeron que me estaban buscando por aquí, ¿Sabes algo?

Antes de que la secretaria les responda un grito hace que los tres chicos den un salto en su lugar: — ¡Ahí estas!

Inmediatamente un hombre con lentes negros y cabello rojo aparece frente a ellos con una sonrisa de oreja a oreja: —Sabía que estabas aquí

— ¿Quién es usted? Es más, ¿Por qué me está buscando?—el hombre le da una sonrisa pequeña.

—Soy Kirishima Eijiro, mano derecha de Bakugō Katsuki, CEO de Ground Zero

Todoroki frunce el ceño ante las palabras del pelirrojo y le mira con duda.

— ¿Por qué tendría que creerle? ¿Porque el CEO de Ground Zero me buscaría?—cuestiona—. No soy estúpido, dígame la verdad.

— ¿No me crees?—el niega—. Bueno, puedes preguntarle tú mismo—dice apuntando con su dedo tras ellos.

Los tres se dan vuelta en un segundo y entonces se paralizan. Ahí está él, el CEO de la más grande compañía de tecnología y además con varios locales en diversas áreas como la cafetería.

Su lobo se mueve de un lado a otro arañando sus entrañas con fuerza tratando de salir y mostrar sumisión ante el alfa, pero se contiene.

«Alfa» Gruñe su lobo en murmullos, porque es el mismo alfa de la cafetería.

Es él.

Cuando hace contacto visual con el alfa su corazón se desboca y sus piernas tiemblan como gelatina, siente su cara arder y una corriente eléctrica recorre su cuerpo hasta alojarse en su vientre, sus manos sudan y su lobo corretea y aúlla al alfa quien le mira gruñendo.

¿Otra vez el celo?, se pregunta alterado.

La vista hacia el alfa es tapada cuando Uraraka se coloca frente a él y lo sostiene de los hombros antes de que caiga al suelo, Midoriya les ayuda y un gruñido más fuerte se escucha por todo el pasillo asustando a algunos profesores que pasaban por ahí.

No toques a mi Omega

Midoriya se separa inmediatamente ante la voz de mando del alfa y Uraraka se tensa en su lugar, pero no se aparta. Lo estrecha más y agradece al cielo que la castaña sea beta.

—Señora Chiyo, sáquelos de aquí, por favor—la voz de Uraraka se escucha alterada.

La secretaría inmediatamente se acerca a ellos hablando con Kirishima quien luego va hacía el CEO y le empieza a jalar del brazo derecho y a decirle cosas que no logra entender y su lobo lo distrae.

«Nuestro alfa, no lo dejes ir»

Por más que le quiera hacer caso no piensa entregarse a él por más que su cuerpo lo desee.

Pero la naturaleza es más fuerte, eso decían sus profesores de la secundaria.

Con un último gruñido por parte del CEO que le provoca un jadeo, el pelirrojo logra hacerlo salir, entonces la secretaria se apresura a ayudar con llevar a Todoroki hasta su pequeña recepción y cerrar la puerta con llave.

—Tengo algunos supresores por aquí—dice la mayor—. ¿Están bien?

—Sí, muchas gracias—dice con una sonrisa Uraraka un poco más alivia.

Midoriya empieza a remover las cosas de su mochila y luego jadea frustrado para empezar a revisar la del bicolor y de paso la de Uraraka.

—No tenemos supresores, ¿por qué sacaste los que te di a guardar Uraraka?

—Perdón Midoriya. pensé que tú siempre andarías.

Un nuevo jadeo los interrumpe y caen en cuenta de que Todoroki está recostado contra la puerta de la recepción, internado abrir la puerta en vano pues no tiene las llaves.

Más gruñidos se escuchan tras la puerta seguidos de la voz del CEO.

—No llores Todoroki, no lo hagas.

Y sus sollozos se hacen más fuertes, está desesperado por estar con ese alfa, su cuerpo lo traiciona con espasmos y una dolorosa erección más algunos fluidos de su lubricante natural.

Se siente débil y su lobo aúlla de tristeza pidiendo por el alfa tras de esa puerta del infierno.

—Aquí están los supresores, hagan que los tome ya y aléjenlo de la puerta. El olor de ese alfa no ayuda en nada.

Uraraka asiente y de acerca al bicolor arrastrándolo lejos de la puerta provocando que sus sollozos aumenten y que el CEO golpee la puerta: — ¡Dejen a mi omega!

—Bakugō, esto no le ayuda en nada al chico—dice Kirishima—. Tenemos que irnos por ahora y volver después.

No se escucha respuesta pero el sonido de las pisadas alejándose de la oficina es suficiente.

—Vamos, no creo que quieras que otro alfa te reclame en contra de tu voluntad—insiste Midoriya mirando seriamente a su amigo—. Tienes que tomarlas.

Entonces el bicolor lo obedece y se toma las tres pastillas que le ofrece junto a la botella de agua de Uraraka.

— ¿Te sientes mejor? —pregunta la secretaria.

Hecho un ovillo en el suelo y tratando de regular su respiración solamente asiente. No siente nada más que vergüenza, su ano está goteando y manchando su ropa, pero estaba desesperado por un alfa del que solamente conoce de las noticias y revistas.

El mismo alfa que lo atacó en la cafetería.

—Tenemos que llevarte a tu casa Todoroki—comenta Uraraka.

—Ella tiene razón.

El solamente acepta levantándose de apoco y colgando su mochila en su hombro.

—Gracias por todo, eres un ángel—alaga Midoriya a la secretaria.

Ella solamente les sonríe, y le abre la puerta mirando a ambos lados verificando la ausencia de personas en especial, el CEO.

Cuando están a punto de salir del pasillo Kirishima aparece con una expresión de vergüenza: —Lo siento, de verdad, lo siento Todoroki. No pensé que esto pudiera volver a pasar.

— ¿Qué fue lo paso? —indaga Midoriya—. Que yo sepa eso solamente pasa con los destinados, tienes que explicarnos eso.

Todo su cuerpo se tensa junto al de la castaña quien lo mira curiosa y confusa.

—Los exámenes de sangre de Bakugō han demostrado que Todoroki es su pareja destinada. Él lo quería conocerte pero, no pensó en las consecuencias.

Ninguno le responde, solamente le miran esperando a que diga algo más, entonces el suspira y lo mira con una pequeña sonrisa llena de pena: —Aquí tienes mi tarjeta, puedes llamarme cuando creas que estás listo para hablar con él.

Acepta la tarjeta y sin siquiera mirarla la guarda en su bolsillos. Los tres se despiden y se encaminan hacia el la casa del omega ayudándolo y protegiéndolo de otros alfas que le miran curiosos.

Bakugō y Kirishima les miran desde su carro hasta que desaparecen tras subirse a un taxi.

—Es él—afirma Bakugō—. No necesito ninguna otra prueba—sonríe y su lobo aúlla y corretea de felicidad—. Quiero tenerlo conmigo.


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Ya estoy harto de tener que verlo todos los días—susurro. El chico frente a él se estremeció y bajo la cabeza inmediatamente—. ¿Ya te han confirmado cuando vendrá?

Sí señor. Por eso eh venido—suspiro—, según Kirishima su mano derecha, el llegara dentro de unos minutos.

Perfecto, puedes irte.

Inmediatamente el chico sale a paso rápido de habitación del mayor.

Para ser mi heraldo no tiene carácter, piensa con una sonrisa socarrona en el rostro mientras termina de acomodar su cabello hacia atrás, quiere estar presentable para la visita.

Minutos después tocan a su puerta:

Señor—se escucha seguido de un toque—, ya han llegado.

Y el solamente puede sonreír porque sabe que ya lo tiene en la palma de su mano.

Ah, que gratificante es tener poder—dice entre risas cerrando la puerta de su habitación y caminando hacia el living.

El salón está decorado perfectamente. Los pilares de mármol blanco están siendo abrazos por sedas rojas y negras, el gran techo sobre ellos está adornado con un precioso candelabro victoriano que contrasta perfectamente. La mesa está alineada perfectamente con la puerta principal a espera de las visita.

De su jugosa visita

Antes de que él termine de inspeccionar la decoración que han hecho sus empleados, la gran puerta negra se abre.

Kirishima aparece haciendo una leve reverencia para quedarse junto a la puerta con una postura perfecta.

Entonces él hace acto de presencia: de cabello rubio, un poco más bajo que el y con ojos rojos junto a un traje gris hecho a la medida.

El cliente perfecto, piensa inmediatamente.

Su lobo le da un gruñido y el inmediatamente lo hace callar, frente a él está la oportunidad de su vida.

Un gusto volver a verlo Sr. Bakugō

No puedo decir lo mismo, dime que quieres de una vez—dice mordaz mirándolo con el ceño fruncido.

No te exaltes—sonríe—. Tengo una oferta para ti, ya sé que en el pasado no nos fue muy bien, pero ahora te conviene.

Entonces dime para que estoy aquí de una buena vez Enji

Tengo un hijo, ¿recuerdas? —el menor asiente desinteresado—. Ya sabes que mi esposa esta encerrada y yo debo irme de aquí rápidamente... así que estoy buscando a su nuevo niñero.

¿Y eso a mí porqué me importa por...?

Porqué el mocoso es un omega y hace un mes le hicimos la prueba de sangre para encontrar a su destinado—dice con una sonrisa floja mientras le extiende los resultado de la prueba a Bakugō—. Eres tú

Pero él no le responde. Se limita a leer cuidadosamente casa palabra plasmada en esa hoja y luego se la pasa a Kirishima, quien pasado un minuto exacto le asiente firmemente con la cabeza y una sonrisa tatuada en su rostro.

Puedes ir a hacerte los exámenes tú, yo pedí que no te dijeran nada porque te quería dar la "sorpresa"—dice riendo de manera suelta—. Pero, con el mocoso en casa no me puedo encargar del trabajo, sabes, eh perdido algo de dinero por eso.

Bakugō nuevamente alza una ceja divertido: —Y tú pretendes que yo me haga cargo del chico y además, te pague todo lo que has perdido, ¿me equivocó?

Tan inteligente como siempre—comenta entrelazando sus manos sobre la mesa—. Dime qué opinas

¿Dónde ésta él?

En la universidad—responde inmediatamente—, vendrá en una hora más o menos.

¿Qué te hace creer que aceptaré esto?

Vamos Katsuki, tienes veintisiete años—dice burlesco—. ¿Por qué no querrías estar con tu omega?

Esa simple pregunta logra que el lobo del rubio se inquiete y gruña: «Nuestro omega»

Pero nuevamente no le responde. Kirishima en la esquina le hace señas a Bakugō quien capta rápidamente el mensaje.

Dame toda la información de ese chico. Ahora

Enji sonríe triunfante y le pasa una carpeta al rubio sobre la mesa: —Allí está toda su información, tienes dos días para decidirte o buscaré a alguien más, sabes que tengo muchos candidatos pero siendo tú su destinado me libraré de toda responsabilidad sobre él.

Enji necesita seguir con su lucrativo trabajo; algunas armas, un poco de droga y uno que otro omega a buen precio para el mejor postor. Pero con ese mocoso no podía hacer sus reuniones en casa, Bakugō Katsuki era su mejor opción.

Apenas Bakugō se va sus carcajadas inundan la habitación e inmediatamente comienza a planear su escapada cuando el menor le dé el dinero. Necesita seguir con su imperio

Sabe que lo hará.

No importa si hace un tiempo intento robar a la compañía de Bakugō, sabe que el rubio no podrá resistirse a tener a su pareja destinada.


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Espero no haberme pasado tanto con el uso del OoC y también que lo disfrutan.

Esta es una adaptación de un fanfic Ereri que tengo publicado aca mismo como "Impresión errónea"

—Gracias por leer