Disclaimer: PokeSpecial no me pertenece, son propiedad de Satoshi Tajiri.

Advertencias: Violencia, armas, AU, Apocalipsis zombie.

Notas iniciales de capítulo: Este fic es una participación para el Foro Dex Holders del Prof Oak, en el reto de "¿Donde está mi Pokédex?" Link del foro y del reto en mi perfil.


Prólogo

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[Ruby]

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Respiro agitadamente mientras corro. Era imposible... Imposible... ¡Cosas como estas solo ocurrían en las películas! Pero no... Es cierto, completamente cierto, miles de "monstruos" están detrás mío balbuceando incoherencias mientras me siguen torpemente.

Torpes pero rápidos.

Maldije... ¡¿Por qué demonios me vine a esta condenada ciudad?! Sabía que en ése lugar habían problemas con una extraña infección que fue producida por un virus proveniente de las Industrias Devon. Después de todo había sido una noticia que se extendió por todo Hoenn, pero a la reportera se le olvidó un detalle... Un insignificante detalle...

¡Los zombis! ¡Se le olvidó hablar de los malditos zombis ahora estaban amontonándose al rededor del árbol en el que me subí simplemente para evitar que me coman!

Definitivamente, uno de los mayores pecados de la raza humana era la falta de comunicación... Ahora lo comprendía.

¿Porque fui a Ciudad Férrica a pesar de que la ciudad fue completamente aislada hace ya casi seis meses del resto de Hoenn? Fui por una sola razón, la única razón que tenía para hacer algo tan estúpido como escapar de casa y meterme a una ciudad que había sido cerrada.

Steven Stone, mi mejor amigo.

Steven había sido una persona muy importante para mí, mi padre (el alcalde de Ciudad Petalia) y su padre se llevaban muy bien, ahí fue donde lo conocí, nos volvimos buenos amigos, él vivía en Ciudad Férrica y yo en un pueblito cerca de Ciudad Petalia junto con mi madre...

Aunque estábamos lejos, siempre hablábamos.

Pero dejó de hacerlo por tres meses... Eso, junto con la noticia de un virus mortal rondando por la ciudad y esparciéndose con velocidad logró convencerme lo suficiente como para ir en búsqueda de mí amigo. Había pensado que había dejado la ciudad en cuanto el virus empezó a expandirse, pero... Una llamada me hizo pensar todo lo contrario.

Cuando llegué...

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[-***-]

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Capítulo I
Virus Devon

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[***]
[Hace una semana]

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— ¿Por qué no hay nadie? —Preguntó asombrado viendo que todas las calles estaban desiertas y solamente habían autos abandonados y estrellados por doquier.

Sujetó con fuerza su mochila amarilla y caminó inseguro por las calles.

Esa era una escena digna de una película de terror.

Tal vez era un melodramático, pero hizo lo posible por guardar silencio, temiendo que si hacía un ruido los edificios colapsarían en su contra.

Oh, ni se imaginaba lo afortunado que fue al no hacer ruido.

Iría a las industrias Devon, allí de seguro estaba Steven, después de todo, siempre estaba ahí trabajando junto a su padre.

Pero... Estaba realmente desconcertado, todo estaba vacío y parecía que todo el mundo había desaparecido.

Tal vez fue por la infección, en ese momento se preguntó si llevar un tapabocas había sido suficiente.

¿Cuánto tiempo había estado viajando? Aproximadamente dos meses, se sorprendió que en su casa no empezaran una investigación para buscarlo, pero no le dio mucha importancia a ello. Lo que le preocupó fue los pocos autos que vio, la escases de personas y los terrenos áridos, se hacía notar que cada vez que se acercaba más y más a Ciudad Férrica todo iba cambiando.

Ahora, estaba por fin allí, en la ciudad más desértica que jamás había visto.

Como no había nadie, no le vio el problema a tomar prestada una bicicleta que estaba abandonada junto al resto de vehículos.

Después la devolvería.

—Por fin. —Dijo alegre al notar que había llegado a las industrias Devon, donde Steven le esperaba.

Dejó la bici a un lado y entró al edificio, iba a tomar el ascensor, pero se dio cuenta de una cosa...

— ¿No hay luz? —Preguntó confundido, después, miró las infinitas escaleras de emergencia. —... Debe ser una broma.

Y una broma muy pesada, pero a final de cuentas subió, cada piso estaba más oscuro que el anterior, tanto que tuvo que sacar la linterna que tenía en su mochila.

No alumbraba demasiado, pero si lo suficiente.

No fue hasta llegar al tercer piso (eran cinco pisos) que vio a su primer persona en mucho tiempo.

Estaba sentada mirando a una ventana roto con total tranquilidad, en mitad de todo el desorden que era la sala de trabajo. Ruby sonrió.

—Qué alivio... Disculpe señor, ¿Podría decirme porque todo está tan solo? —Preguntó mientras se acercaba con confianza.

Pobre y tonto Ruby... No hay que acercarse de esa manera a las personas desconocidas.

— ¿Señor? —El hombre al que Ruby llamaba le miró, a Ruby le dio un vuelco en el estómago.

No es que fuese muy detallista y tampoco es como si fuera muy arrogante como para criticar la apariencia de las personas (bueno, sí) pero debía admitir que la piel verde y podrida del hombre y sus ojos blancos y muertos no eran normales.

Es más, daban miedo.

Ruby retrocedió, la impresión había sido muy grande como para preguntarle al hombre si estaba bien. Quiso irse y dejar a ese anciano verde (literalmente verde) en paz, pero no pudo, después de todo, se le abalanzó encima.

— ¡Ah! —Gritó de la impresión, empezó a forcejear con el tipo que parecía querer... ¿Morderlo?

Era asqueroso, la baba del tipo saliendo de su boca y la piel podrida que se le caía de a poco... Ruby era muy quisquilloso con todo lo que tenía que ver con la higiene y ese hombre no era exactamente alguien que acabase de salir de la ducha.

En mitad del forcejeo, Ruby logró empujar a ese tipo lejos de él... Pero no se dio cuenta Que lo había empujado directamente a una ventana.

— ¡No! —Gritó, pero no pudo hacer nada, cuando corrió a tomarle la mano al señor para que no cayese por el precipicio... Ya era muy tarde, se había caído directamente en un auto que estaba montado en la cera.

El sonido muerto de la alarma del automóvil llenó casi toda la ciudad.

Ruby palideció. ¿Lo había matado?... ¿Había matado a una persona? Se habría vuelto loco si no hubiese visto que ese mismo hombre que botó por la ventana se levantaba de su lugar en el auto abollado y empezaba a caminar.

Ahí, Ruby dejó de tener miedo de haber quitado la vida de alguien y empezó a temer por lo que ocurría.

¿Que fue eso?

La alarma del auto seguía sonando, lo que estresaba al oji-rubí de manera inquietante. Entonces lo vio.

Personas saliendo de las calles, callejones y algunas casas, todas caminaban de manera torpe y sus ropas se encontraban rasgadas. No hacía falta que Ruby se pusiera sus lentes para ver que todas tenían la misma piel podrida del hombre que aventó por la ventana.

Esas personas se veían asquerosamente desagradables, y venían subiendo el edificio... Hora de correr.

Ahora, Ruby corría por las escaleras exhausto, no era de él esforzarse tanto, más de esas personas aparecían en cada piso que llegaba y con rapidez se veía obligado a huir de ellas.

Si todas esas cosas (porque empezaba a dudar seriamente que eso fueran personas) estaban allí... ¿Qué le había pasado a Steven?

Le dio un escalofrió con solo pensarlo.

Siguió subiendo y subiendo, hasta que por fin llegó a la sala del presidente, llegó, cerró la puerta, echó candado y puso un sofá ahí por si acaso.

¿Qué demonios había sido todo eso?

—Me alegra que por fin hayas llegado, Ruby. —Le dijo una voz muy familiar, Ruby le miró, era alguien que se encontraba sentado en la silla del presidente. —Tardaste mucho.

—Steven. —Dijo Ruby más sorprendido que alegre. —Tu... ¡¿Que son esas cosas?! —Gritó señalando la puerta.

Steven se veía tranquilo, tanto que asustó a Ruby.

—Veo que ya tuviste el placer de ver los resultados de un catastrófico experimento. —Dijo éste negando con la cabeza.

Ruby se veía aterrado.

— ¿Como... ¡Cómo es que estás tan tranquilo?! ¡Esas cosas son lo más cercano a un Zombi y tú... Y tú estás tranquilo ahí como si nada! ¡Steven, tú me llamaste pidiendo ayuda! —Le recordó en pánico, Ruby no era así, era más frío, molesto y algo egocéntrico, pero la situación le ponía los pelos de punta. —Vi... Vi a un hombre caer desde un tercer piso, destruir un auto con su espalda y luego caminar como si nada... ¡Exijo una explicación!

—Antes que nada, me permito corregirte. Esas "cosas" no son lo más cercano a un Zombi, son Zombis. Y segundo... Supongo que si mereces una explicación. —Se escuchó como empezaban a golpear la puerta. —Pero no creo que sea el momento más indicado.

La puerta empezó a romperse, dejando ver las manos de los zombis a través de ella. Ruby estaba perplejo, ¿Cómo esas cosas rompieron una puerta hecha de roble?

—Ruby. —Volteó a ver a Steven. —Te aconsejo escapar.

— ¿De qué hablas...? ¡No me iré sin ti! —Dijo con seriedad, ¿Como podía creer que lo dejaría solo ahí?

La puerta se rompió y los zombis subieron por el sofá y caminaron hacia ambos, aunque, al único que miraban era a Ruby. El chico sintió pánico, estaba a punto de proponerle a Steven que saltaran por la ventana, pero antes de poder hacer algo, sintió como su amigo le daba algo en la mano.

—Después te llamo. —Dijo con seriedad, Ruby le miró espantado, se negaba a irse sin él... Pero no había nada que pudiese hacer, estaban rodeados.

Fue entonces cuando sintió un empujón, Steven le había empujado haciendo que rompiese la ventana, Ruby calló y empezó a gritar en el aire... Estaba asustado, ¿Por qué? ¿Por qué Steven le botó por la ventana? De repente, sintió como su espalda chocaba contra algo blando, pero eso no evitó que el golpe no le haya dolido, su respiración se cortó por un momento y vio todo borroso.

Lentamente, fue recobrando el sentido, estaba aún vivo y en el asiento trasero de un auto sin techo, había aterrizado en el auto de Steven.

Observó su mano, lo que Steven le había dado, eran las llaves del deportivo rojo, Ruby se vio dudoso, junto a las llaves, había una memoria USB y una nota pegada a ella, aun un poco aturdido, desdobló la nota y observó lo que decía.

"Arranca el auto y no mires atrás, pon la USB en el estéreo del auto, te lo explico todo ahí.

Y no se te ocurra volver por mí, estaré bien."

No, Ruby no pensaba irse de ahí, no sin Steven, pero simplemente bastó ver a la enorme cantidad de zombis que se acercaban a él con rapidez por la parte de atrás para poner las llaves en el auto y arrancar.

Y desde el último piso de las industrias Devon, Steven suspiró observando como su amigo se iba perdiendo en la lejanía.

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[Ruby]

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Conduje hasta Ciudad Petalia, era increíblemente más rápido llegar a una ciudad y otra en un auto y sin tráfico. Busqué a mi padre, pensé que él podría ayudarme a salvar a Steven, pero, cuando llegué me quedé pálido. Ciudad Petalia estaba desolada, igual que Ciudad Férrica, era… Horrible, horriblemente angustiante, en ese momento, corrí a la alcaldía con rapidez, llegué a la oficina de mi padre y… Nada, todo estaba solo.

Tragué.

Fui también a Villa Raíz, donde esperaba que mi madre se encontrara, en casa preocupada, pero me aterré al ver que mamá no estaba, la casa estaba destrozada… Y había sangre en el piso.

Escuché un sonido desde la cocina, asustado, corrí a ver de qué se trataba lo menos que deseaba era que mi madre se hubiese vuelto un zombi y tratara de comerme, afortunadamente, no era mi madre la que estaba allí, era una vecina con la que nunca me había tomado el tiempo de conversar… Lo malo fue, que se encontraba en estado de descomposición.

Al verme, dio un horrible gruñido y empezó a seguirme. Aterrado, corrí escaleras arriba, llegué a la habitación de mis padres y me encerré ahí.

— ¡WRAAA! —Gruñó furiosa la mujer.

Cerré la puerta con candado y suspiré. Miré la habitación completa, estaba ordenada, perfectamente ordenada, sobre las mesas había unos portarretratos de mis padres conmigo o sin mí.

Luego, suspirando, abrí el nochero de mi padre, en él, había una caja de madera, la abrí y tomé el arma que estaba en ella.

Mi padre, Norman, fue militar en gran rango en Johto, era normal que tuviese cosas como estas, pero… Jamás me gustaron las armas ni la violencia, me parecían demasiado… agresivas… grotescas… incivilizadas… Salvajes.

Todas esas cosas me causaban asco, demasiado, ¿Por qué? Es algo que me permito guardar solo para mí.

Suspiré, tomé la pistola, (era una G17 -GLOCK 17-, de retroceso corto y de tamaño mediano, podría mejorar, pero era buena por el momento) y abrí la puerta, salté hacia atrás esquivando un ataque de mi putrefacta vecina, apunté y… Le disparé.

La bala impactó en la frente, limpiamente. Cayó al suelo muerta… O más muerta de lo que ya estaba. No sentí miedo de haber asesinado a esa mujer, después de todo, ya estaba muerta, ¿No es así?

La sangre no tardó en salir, era negra, como la sangre que ha sido expuesta al oxígeno y que ya no servía para tener al cuerpo con vida, el olor era nauseabundo.

—Qué asco. —Dije.

En ese momento, recordé la USB de Steven. La nota decía que ahí me explicaba todo. Salí de casa, con la pistola y sus municiones, odiaba esa cosa, pero era lo único que tenía para defenderme.

Revisé todo el pueblo, no había ninguna persona, tal vez se fueron o… Negué con la cabeza.

—No es momento para ser tan pesimista.

Caminé a la casa de nuestro vecino, el profesor Birch, era un buen amigo de papá, además de ser un importante científico botánico, de seguro él sí que habría sobrevivido.

Me equivoqué.

Lo encontré, sí, pero… estaba como todas las personas que había visto hasta ahora, con la piel verde, los ojos abiertos y blancos. Pero eso no fue lo que me sorprendió, lo que me sorprendió… Fue el agujero que pasaba de sien a sien. Examiné la escena, el profesor estaba sentado en una silla de manera desganada, seguí la trayectoria del orificio, encontré en la pared una bala de tamaño considerable.

Era la de una escopeta.

¿Quién podría haber asesinado al profesor Birch? Y… ¿Dónde estaba su hija? No la conocía muy bien, la muchacha salía demasiado y casi nunca la veía, pero sabía que existía y que era muy apegada a su padre… ¿Qué habría sido de ella?

Decidí sacar los pensamientos de los posibles muertos de mi mente y me subí al auto de Steven de nuevo.

Cogí la USB y la puse en el estéreo, tal y como Steven me dijo en la nota. Entonces, empezó a hablar.

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Ruby, sé que todo esto te puede estar sorprendiendo y hasta asustando, sé que quieres explicaciones y te las daré todas, así que déjame empezar por el principio.
Hace ya cuatro meses, cometimos un error, un fatídico error en el laboratorio. Sabes que Devon es una empresa de múltiples productos, ¿No es así?, pues, te diré que lo que ha ocurrido es culpa de nuestra central farmacéutica, entre los medicamentos que se estaban probando, ocurrió un error y ahora se ha creado un virus que hemos llamado "el virus de Devon", este virus asesina la persona a la que lo posee, luego ingresa en el sistema nervioso central del cadáver, algo difícil de creer, pero el virus se encarga de mantener el cerebro funcionando mientras el cuerpo está muerto.

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Se detuvo un momento.

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Una vez implantado en el sistema nervioso del sujeto, hace que el cadáver tome "vida" y empiece a actuar buscando solo satisfacer sus necesidades, la principal es: Hambre.
Podrías llamarlos zombis, porque eso es lo que son, hemos cometido un error y debemos pagar por ello… Sin embargo, te quiero explicar el porqué de mis acciones.
Si, te llamé desde Ciudad Férrica pidiéndote ayuda, pero la verdad es que no la necesitaba, he creado un químico que me siento orgulloso de llamar
"repelente" así que por mí no te preocupes por el momento, te llamé, porque necesitaba sacarte de Villa Raíz, el virus, se extiende con rapidez y si venías a Ciudad Férrica, no estarías en Villa Raíz ni en ciudad Petalia cuando el virus llegase allí, porque no tendrías tiempo para comprar ninguno de los productos de Devon.
Confío en que estés bien, eres bueno manejando armas, ¿No es así? A continuación te diré como podrás sobrevivir a esta plaga.

-Busca armas, debes tener con que defenderte, pistolas, chuchillos, , katanas, lo que sea, cualquier arma funciona, siempre y cuando sea silenciosa.

-Puedes matar a los zombis partiéndoles la columna vertebral, tranqueándoles el cuello, disparándoles en la cabeza o cortándosela, la cabeza, es el centro de todo, si cortas la conexión de la cabeza con el resto del cuerpo, el zombi morirá.

-Busca comida, no querrás morir de hambre, consigue comida en los centros comerciales, no temas si es robar o no, esto es subsistencia.

-No consigas ni consumas NADA de Devon, cada producto que se puede ingerir está contaminado.

-Busca un grupo, no puedes andar solo, pero debes tener en cuenta que sea un grupo competente, no puedes cargar con las personas.

-No te de asco al matar a alguien infectado, si no lo matas, él te matará a ti.

-No dejes que te muerdan o que ningún líquido del zombi entre en ti, no tengas contacto físico con alguna forma líquida de esos monstruos a no ser que quieras ser como ellos.

Ruby… perdóname por no poder hacer algo más por ti. En serio, desearía irme contigo, pero, ya es muy tarde para mí. ¿Te acuerdas del repelente del que te hablé? Lo he creado a base del Virus Devon, no, no me volveré un zombi, pero el virus en sí empezará a ingresar en mi sistema nervioso central creando trastornos en mi persona. Perdóname Ruby, lo siento mucho… En serio… Pero, quiero pedirte un favor… Crea una cura, una cura que pueda salvarnos a todos, no sé cómo hacer esa milagrosa sustancia que nos librará de esta maldita pesadilla, pero, confío en que tú sabrás como salvarnos…

Sálvalos Ruby, salva a todos antes de que el virus llegue a las otras regiones, sálvalos a todos… Por favor, sálvame.

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Se cortó, Steven dijo sus últimas palabras con voz temblorosa, tenía miedo, mucho miedo, pero no tanto como Ruby, ahora, todo Hoenn dependía de él era el único que sabía sobre la gravedad de la situación. Suspiró y puso una mirada firme y seria.

—Te salvaré Steven, lo juro.


Notas finales del capítulo: ¡Lamento mucho se me han quedado Ooc! Intenté hacerlos lo más IC posible, pero... contando que estan en un mundo apocaliptico lleno de monstruos que se los quieren comer a todos... espero que eso cuente un poco ^^U

El fic tendrá aproximadamente 12 capitulos, trataré de actualizar a diario o día de por medio. ¡Muchas gracias por leer!