Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto y la historia le pertenece al escritor BLUE JEANS. Yo solo la adapto
Aclaración: Universo alternativo
Advertencia: Habrá aparición de Ocs (con apariciones menores), quizás, algunos cambios como que en esta historia Bolt y Himawari no son hermanos (tampoco los pondré como pareja :P), etc. Bueno responderé las dudas que dejen en los comentarios (Si es que dejan uwu)
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Capitulo 1
Seis de la tarde un día de marzo:
Mira de nuevo su reloj y se sopla el flequillo. Da un vistazo de un lado a otro. Nada. Ni rastro de la flor roja
Dos días antes:
Él: "Llevaré una rosa roja para que sepas quien soy"
Ella: "¿Una rosa roja? ¡Que clásico!"
Él: Ya sabes que lo soy
Ella: Yo llevaré una mochila fucsia con diseño de flores
Él: ¡Que infantil eres!
Ella: Ya sabes que lo soy
Seis y cuarto de la tarde un día de marzo
"Idiota. Si al final resulta que ellas van a tener razón…" Sarada mira su reloj. Suspira. Se ajusta la falda que se ha comprado expresamente para la cita.
Da pequeños golpecitos con el tacón en el suelo. Empieza a estar realmente enfadada
Un día antes
Ella: ¿estás seguro de que lo vamos a hacer?
Él: No. Pero tenemos que hacerlo
Ella: Si no apareces…
Él: apareceré
Seis y cuarto de la tarde un día de marzo
Sarada se resigna. Si al menos le hubiese dado el número de su celular…Se pone la mano en la frente. Está acalorada y eso que esta haciendo mucho frío. No puede creer que él no se haya presentado. Vuelve a mirar a todas partes en busca de una flor roja. Nada
-Eres un idiota- dice en voz alta, pero no lo suficiente como para que alguien la oiga
Se ha cansado de esperar. Esta empezando a tener frío. Saca un broche para el cabello de su mochila y se amarra una cola. Se había arreglado el cabello para la ocasión, pero ahora ya le daba igual.
"¿Y ahora?" Es pronto para volver a casa y por nada del mundo quiere ver la computadora. Necesita un buen café para aliviar las penas. Justo enfrente ve una cafetería.
Cruza la calle haciendo mil y una muecas de fastidio. Mientras espera que el semáforo se ponga en verde, recuerda la conversación con sus amigas en el instituto
Ese mismo día por la mañana
Sarada: "a las cinco y media"
Yodo:"Sarada, no me lo puedo creer ¿De verdad has quedado con ese chico?"
Himawari: "¡Eso esta fuerte!"
Sarada: "Creo que es el momento de conocernos"
Chou Chou: ¡Pero ni siquiera se han visto en fotos!
Sarada: Ya lo sé pero nos gustamos no necesitamos fotos
Himawari: ¿Pero si resulta ser un enfermo pervertido? ¿Qué pasa si no se presenta?
Sarada: Se presentará
Chou Chou: Puede que no
Sarada: ¡Yo les digo que sí!
Profesor Shino: Señorita Uchiha, ya sé que le entusiasman las matemáticas pero haga el favor de contenerse un poco en clase. Y ahora ¿puede usted salir a la pizarra a solucionar los ejercicios?
La conversación termina y ahora todas ríen menos Sarada que de mala gana, se levanta y se dirige a la pizarra.
Seis y Cuarenta de la tarde de un día de marzo
Sarada abre la puerta de la cafetería. No hay nadie haciendo cola. Un chico calvo y delgado, con barbita, la tiende con una sonrisa. La chica pide un caramel macchiato, una especialidad con caramelo y vainilla. Paga lo que ordeno y sube al segundo piso para tratar de poner un poco de orden en su desordenada cabeza.
La sala esta prácticamente vacía. Una parejita tontea en un sillón cerca de uno de los ventanales que dan a la calle. Sarada los mira de reojo
"Que mala suerte, tienen el mejor sitio…"
Cerca de la pareja hay un sillón que le satisface, pero lo descarta al encontrarse demasiado cerca de la pareja. No quiere molestarlos. Así que finalmente se decide por un lugar alejado y esquinado, cerca de otra ventana, pero con menos luz y peor vista.
Sarada mira el tráfico de la ciudad. Esta pensativa y triste: tiene que reconocer ante sí misma que confiaba que él se presentaría. Tras dos meses hablando cada día, contándose cosas, riéndose, casi enamorándose…a la hora de la verdad, él había sido un cobarde. O quizá no era lo que decía ser y finalmente ha decidido no verla.
Da un sorbo a su café. Inevitablemente se mancha los labios y la espuma le deja una especie de bigotillo bajo la nariz. Intenta llegar con la lengua, pero es inútil. El caramelo y la espuma han hecho de las suyas
"Maldición, no he cogido servilletas y no quiero pasar delante de esa parejita otra vez"
Mira en su mochila, pero no encuentra pañuelos. Suspira. Saca el libro que llevaba dentro y lo coloca sobre la mesa para continuar su rastreo con menos obstáculos. Nada
Durante la exploración en su mochila, un chico ha entrado en la sala y se ha sentado justo en el sillón en frente de Sarada. En el segundo suspiro, al levantar su cabeza, ella lo ve. La esta mirando. Es guapo. Le sonríe. Sarada recuerda que aún esta manchada y disimuladamente arroja el libro al suelo. Cuando se agacha para recogerlo, aprovecha y con la mano se limpia la boca, los labios, hasta se frota la nariz por si acaso. Esta salvada.
Pero de repente su rostro bajo la mesa se topa con el rostro de un chico guapo que se ha acercado y está agachado junto a ella. Sin decir nada el joven saca una servilleta y se lo da.
-Toma-le dice mientras le ofrece la servilleta con una sonrisa maravillosa –Aunque igual ya no la necesitas
Sarada se quiere morir al escuchar al joven guapo de la maravillosa sonrisa. Sus mejillas enrojecen y al incorporarse con el libro en la mano, se da un cabezazo contra la mesa
-¡Auch!
-¿Te has hecho daño?
-No- Sarada ve al chico de pie. Es bastante alto, lleva una sudadera negra y unos pantalones vaqueros azules algo gastados. Tiene unos ojos de color ámbar, también tiene la piel pálida y lleva el pelo un poco más largo de lo que a ella le hubiera gustado. Pero debía admitir que era guapo- Y tampoco necesito la servilleta
El joven sonríe y arroja la servilleta a uno de los tachos.
-Muy bien. Me vuelvo a mi sitio
La azabache agacha la mirada y espera a que el desconocido se siente de nuevo. Cuando intuye que el joven está sentado, levanta un poco la vista para comprobarlo. Así es
"Que guapo es… ¡Basta! ¿En que tonterías piensas Sarada?". Un leve dolor donde se ha dado el golpe, la devuelve a la realidad, pero al tocarse no tiene ningún chichón. "Menos mal solo eso me faltaba"
"Hija tienes una cabeza muy dura", le suele decir su madre a menudo y tenía que darle la razón
Sarada sonríe por primera vez en la tarde. Da un nuevo sorbo a su bebida, esta vez con cuidado de no mancharse y abre el libro donde horas antes lo había dejado. Era sobre una chica que se enamora de un chico mayor que ella.
Mientras leía recordó que ese día la dejaron plantada. Aquel idiota…
Casi sin querer, mira el sillón donde esta el chico de la bonita sonrisa. Esta vez él no la estaba mirando
-No puede ser- se le escapa a Sarada en voz alta. El joven esta leyendo un libro, prácticamente a punto ya de terminarlo. Sarada inclina la cabeza para leer el título y asegurase de que no se equivoca, ese libro era el mismo libro que ella leía
En esos momentos, el chico se da cuenta de que los ojos de Sarada están puestos sobre él. La observa, después dirige su mirada hacia la portada del libro y finalmente sonríe
-¿Te esta gustando?- le pregunto el joven alzando un poco la voz
-¿Perdona?- pregunta la azabache con sorpresa
-He visto antes, cuando se te había caído el libro…, bueno, en realidad, cuando llegué vi que estábamos leyendo el mismo libro. Y te preguntaba si te esta gustando
-Ah, eso. Sí me esta gustando
-Es una bonita historia. Espera…
Entonces el joven se levanta del sillón, coge su bebida y su libro y se sienta al lado de Sarada. La chica sorprendida, vuelve a sonrojarse. Le parece demasiado simpático.
-¿Te importa? Es para no estar gritando todo el tiempo…
-No, claro siéntate
Pero justo en ese instante suena con fuerza I really like you, de Carly Rae Jepsen, dentro de la mochila fucsia. Sarada se apresura a buscar su teléfono móvil.
Varios segundos después da por fin con el teléfono. Es Yodo
-Perdona, es una amiga- le explica en voz bajita al chico que le vuelve a sonreír una vez más y le hace un gesto para que no se preocupara y que vaya a contestar. Ella se levanta y camina hacia otra parte de la sala. La parejita ya se ha ido.
-¿Si…?
-Amiga, ¿Qué tal va la cosa?- Pregunta rápidamente Yodo al escuchar la voz de su amiga- ¿Estamos interrumpiendo?
-¿Interrumpimos? ¿La cosa?
-Sí estamos aquí Himawari, Chou y yo reunidas. Digan hola chicas…-un escandaloso hola seguido de un insulto amistoso, se oye al otro lado del móvil-¿Ves como te queremos y nos preocupamos por ti? ¿Qué tal va tu cita?
"Uff, la cita" Ahora cae. Pero no tiene que dar explicaciones a sus amigas en ese momento y menos darles la razón. Así que no les dirá que el idiota no se ha presentado.
-Bien, "la cosa" va bien. Pero no puedo hablar ahora mismo. Estoy muy ocupada y…
-¡Uhhh! Muy ocupada…mmm. Bueno no te molestamos más, Sarada. Queremos que nos cuentes todos los detalles mañana, Chicas despídanse
Y con un sonoro adiós, seguido de otro insulto cariñoso, se termina la llamada
Sarada cierra los ojos. Suspira. "Están locas". Y se dirige otra vez a su asiento. El chico de piel pálida está de pie y lleva el libro bajo el brazo
-Me tengo que ir ya se me ha hecho tarde. En diez minutos empiezan mis clases
"Las clases" "¿Qué clases a estas horas?" "¿Estará en una academia?"
-Fue un placer conocerte. Espero que el final del libro te guste
Y sin nada más el lindo chico de sonrisa bonita sale corriendo de la cafetería. Sarada se decide sentar mientras piensa que ya es hora de volver a su casa, tomar un relajante baño y olvidarse por un buen tiempo de la computadora. Coge el libro para guardarlo, pero percibe algo extraño. El separador no es el suyo y además esta en la última página
"Ese tonto se ha equivocado de libro y se ha llevado el mío"
Abre el libro por el final y en la parte de arriba escrito con bolígrafo azul, puede leer
-"Por si quieres hablar sobre el libro, esperó que te guste el final"
La nota le saca una sonrisa y termina sacando una carcajada. Guarda el libro en la mochila fucsia con flores y camina hacia las escaleras de la planta alta, sin poder evitar una sonrisa tonta
"Y este extraño va y me dice que espera que me guste el final del libro. Que tonto…" pero hablando de tontos…
En ese momento otro joven alto, atractivo de cabello rubio, sube a toda velocidad las escaleras de la cafetería. Va tan rápido que no ve a Sarada, al tropezar con ella la chica cae contra el suelo y él casi se cae encima, pero consigue saltarla y termina de rodillas justo detrás. De sus manos resbala una rosa roja. Ambos se miran sorprendidos. Él sonríe al ver la mochila fucsia con flores en el suelo…
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Adivinen quienes son los chicos que se encontraron con Sara-chan, bueno si tienen dudas déjenlas en los comentarios, y comenten que tal les pareció. Nos vemos pronto. DEJEN REVIEW
