¡ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por RutLance -CrystalFairy, South Park y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.

Losing myself.

Capítulo 1: Sam Price llega al grupo de cuarto año.

En la primaria de South Park comienza a sonar el timbre que indica a todos los estudiantes que deben ir a su respectivo salón de clases. En el grupo de cuarto año, varios de los niños platican entre sí, así como otros están terminando las tareas que se les olvidó hacer el día anterior...

- Buenos días niños.- Saludó al entrar el Sr. Garrison dejando sus cosas sobre el escritorio.

- Buenos días Sr. Garrison.- Contestaron todos a coro.

- Antes de empezar la clase, debo anunciarles que a partir de hoy tendrán un nuevo compañero de clases.- Toma un gis y escribe en el pizarrón el nombre del niño nuevo.- Se llama Samuel Price. Pasa por favor, Samuel.-

- ¡Genial!- Dijo Cartman molesto.- Otro hijo de puta que vino a mudarse.-

En eso, un niño de piel morena, ojos negros, cabello con corte de estilo hongo, vistiendo pantalones negros, chamarra verde aqua con un dibujo estampado de un gato negro, guantes y boina militar color rojos y cargando una mochila negra al hombro, entra y pasa frente al grupo...

- Niños, él es Samuel Price, espero que se lleven bien.- Se dirige al nuevo.- ¿Porqué no nos cuentas algo sobre ti?-

- Mmm, bueno.- Toma un poco de aire y se sacude un poco las manos.- Me llamo Samuel Price, pero me pueden llamar Sam. Me gustan las matemáticas.- Se lleva una mano al mentón.- Llegué hoy a las cuatro de la mañana y...- Junta las manos frotándoselas un poco sonrojado.- me gusta oler el cabello de las personas para adivinar el tipo de shampoo que usan.- Se pone una mano atrás de la sien.- Es que yo siempre he creído que el cabello es lo más bonito que uno puede tener.-

Ante el silencio del grupo, el Sr. Garrison decide intervenir...

- Muchas gracias, Sam. Puedes tomar asiento.-

- Disculpe que lo contradiga, Sr. Garrison pero creo que no hay un asiento disponible para mí en este momento.-

- Ehm, sí, es que estamos un poco "cortos" de asientos.- Le sugiere.- Si deseas puedes sentarte con alguno de tus compañeros.-

- Si no le molesta, Sr. Garrison, podría permanecer sentado en el suelo, junto a la pared. Así no molestaría a ninguno de mis compañeros de clases y usted podría continuar educándonos. Y nada más sería por el día de hoy.-

- Qué chico tan amable y listo.- Exclamó Wendy.- Me agrada.-

Ante el comentario hecho, Stan voltea a verla por un instante y luego clava la mirada en el asiento...

- Bueno, nada más sería por el día de hoy, así que no creo que haya problema alguno.- Respondió el Sr. Garrison.

Unas horas después, en la cafetería Stan, Kyle, Cartman y Kenny se encuentran comiendo el almuerzo...

- Oigan chicos.- Les preguntó Stan con una cara de tristeza a los demás.- ¿Qué les parece el chico nuevo?-

- De seguro es un jodido marica.- Dijo Cartman mientras devoraba su comida.

- ¡Cállate Cartman!- Le gritó Kyle.- No tienes porqué decir eso de él. Ni siquiera lo conoces.-

- Mira, judío de porquería, alguien que diga que le gustan las matemáticas está jodido de la cabeza.-

- Bueno, ya.- Dijo Stan para detener una posible discusión.- ¿Alguien lo ha visto?-

- Mmmh mmm mmm mmmm.- Respondió Kenny.

- Es cierto, ¿para que lo habrán llamado a la dirección?-

- Miren, ahí viene.- Dice Kyle al verlo con la charola de comida y con la mochila al hombro.- ¿Porqué no lo invitamos a que se siente con nosotros?-

- Yo digo que es muy mala idea, judío estúpido.-

- Cállate culón.-

- Yo digo que sí lo invitemos, ¿verdad Kenny?- Dice Stan mientras que Kenny le dice que sí con la cabeza.

- porquería.- Cartman se cruza de brazos.

Kyle se paró de su asiento y se dirigió a donde estaba él, pero antes de poder hablarle, Wendy y Bebe, con sus charolas en mano, le hablaron primero...

- ¡Oye Sam!- Le dice Wendy.- ¿No quisieras sentarte con nosotras?-

- B-bueno.- Les respondió con timidez y las siguió hasta la mesa donde se sentaron.

Kyle se regresó a donde estaban los demás y se sentó...

- Mmmmm mmm mmm mmm.- Le preguntó Kenny.

- Las chicas le hablaron primero.- Voltea a ver su charola, a la cuál le falta comida.- ¡Cartman! ¿Porqué carajos agarraste de mi almuerzo?-

- ¡Oh, porquería!- Stan se voltea a ver a donde están Sam y las niñas.- Me gustaría saber de qué carajos estarán hablando.-

- Oye Sam, ¿de donde vienes?- Le pregunta ansiosa Bebe.

- Mmm.- Sam dejó la comida en la charola y se llevó una mano al mentón.- Vengo de Florida pero mi familia se ha mudado tanto en el último año. Veamos, nací en Florida, estuve 3 años en Los Ángeles, dos en México, y de ahí hemos ido a Idaho, Dallas, Wisconsin, Houston; luego a Bronx y hoy llegué aquí.-

- Wow, suena impresionante. De seguro conoces todos esos lugares.-

- Sip, un poco, pero no es la gran cosa. Son sólo lugares.- Dijo Sam sin darle mucha importancia.- Oigan, ¿quieren ver un truco?-

- ¡Sí, por favor!- Contestaron emocionadas las dos.

Sam agarró un vaso, sacó una canica de su pantalón y la puso sobre la mesa. Luego la tapó con el vaso y comenzó a girarlo a tal grado que al levantar el vaso, la canica girba dentro del mismo...

- ¡Wow, fantástico!- Dijeron mientras aplaudían las niñas.

- Y aún no termino.-

Sin dejar de mover el vaso, le dio vuelta hacia arriba y la canica se alzó por los aires. Sam abrió la boca y la atrapó, después la escupió hacia arriba y la pescó con la mano...

- ¡Tarán!- Les dijo mientras extiende el puño dejando ver lo que tenía en realidad.- La canica es una moneda.-

- ¡Bravo, bien hecho Sam!-

- ¡Es un truco fantástico!-

- ¿Cómo coño hizo eso?- Dijo Stan que no había detalle alguno del truco.

- De seguro tenía la moneda en su mano.- Le dice Kyle.- No le des importancia.-

- Bueno.- Dice resignado Stan y comienza a revolver la comida, más de vez en cuando volteaba a ver a donde estaban las chicas.

Sam iba a apenas a tomar su leche, cuando se percata de que Bebe y Wendy se echaron a reír...

- ¿Qué pasa?- Sin comprender el porqué reían.

- Es que nos preguntábamos algo.- Dijo Bebe.

- ¿Qué cosa? Digo, si se puede saber.-

Ambas comparten una mirada de complicidad y sueltan otra risilla...

- Nos preguntábamos.- Dice Wendy mientras trata de controlarse.- Nos preguntábamos si es cierto que puedes adivinar el tipo de shampoo que usamos.-

- Bueno.- Se frota el mentón.- Creo que depende de que sí quieren hacerlo o no.-

Ambas soltaron un chillido de gusto que hizo que a Sam se le cayera la charola del almuerzo sin probarlo, y que todos los demás se voltearan a verlos...

- ¡Empieza conmigo!-

- ¡No! ¡Conmigo por favor!-

- ¿Qué carajos tienen esas putas?- Exclamó Cartman molesto.

- No sé, pero voy a averiguarlo.- Dijo Stan mientras se paraba de su asiento y se dirigió hacia ellos...

- Y ahí va otra vez.- Exclamó Kyle.- Será mejor acompañarlo.- Vamos Kenny.-

Mientras estos se acercaban y Cartman se terminaba lo que había en las charolas para acompañarlos después, Sam se puso de pie y se quitaba los guantes...

- ¿Para qué te quitas los guantes?- Le preguntó Bebe mientras esperaba su turno.

- Es para poder sentir el cabello.- Decía Sam mientras se acomodaba justo detrás de Wendy.- De esa manera sé que tan sano es.-

- ¡Hey Bebe!- Le preguntó Stan.- ¿Qué está haciendo el nuevo con Wendy?-

- Le va a adivinar que tipo de shampoo usa.- Dice mientras observa que Sam toca la punta de los cabellos de Wendy y los huele delicadamente.- Y ahorita sigue mi turno.-

- Bien.- Dijo Sam volteando a ver a Wendy una vez que terminó con la inspección.- Usas un shampoo que debe de ser, uhm, flores, en especial margaritas.- Toma un poco de aire.- Cuidas mucho tu cabello, lo lavas diariamente y te cepillas casi media hora.-

- Wow, tienes razón.- Dijo Wendy emocionada.- Sabes mucho de estas cosas.-

- Eso yo se lo podría haber dicho mejor.- Dijo Stan algo molesto por lo bajo.

- ¡Ahora sigo yo!- Dijo Bebe mientras se sentaba.- Dime qué uso.-

-Veamos -tras repetir el proceso- usas shampoo y acondicionador en uno, el aroma es de brisa del océano. Uhm, ¿intentaste usar mayonesa? -Dijo Sam extrañado.

-¡Ja, ja, ja, ja! -Se rió Cartman- ¡Mayonesa! ¡Qué puta!

-¡Oye! -Dijo ofendida Bebe- Se supone que me ibas a decir qué estaba usando.

-Es lo que estoy haciendo -Se excusó Sam- Tienes un chicle desde hace dos semanas casi pegado a la cabeza, y te gusta lavarlo y cepillarlo cada vez que puedes.

-¿Tengo un chicle? ¡Qué asco! -Sale corriendo Bebe ante las carcajadas de todos.

-¡Espera, aún no te he dicho en donde! -Gritó Sam- Hump, ya se fue.- Voltea a ver a los demás.- ¿Ustedes también quieren que les adivine qué tipo de shampoo usan?

-No, para nada. -Dice Stan.

-Cierto, eso es de maricas. -Agregó Kyle.

-Bueno. -Dijo Sam como si nada y se dispuso a sentarse.

-A mi me gustaría saber qué tipo de shampoo usa Stan. -Dijo Wendy, a lo que Stan sonríe, y agrega.- Pero sin que él me lo diga.

A Stan se le borró la sonrisa del rostro, cosa que no pasó desapercibida por Sam, y casi sin pensarlo responde...

-Bien, lo haré. -Se sienta y se quita el gorro.

-¡Cielos! -Dijo Sam sonriendo ante la idea traviesa que había pasado por su cabeza- Wendy, voy a necesitar tu ayuda.

-¡Claro! -Respondió- ¿Qué hago?

-Toma la mano de Stan con fuerza. Yo te diré cuando soltarlo. -Le dice en voz baja- Es solo para que se quede quieto.

Y dicho y hecho, Stan sonreía bien embobado mientras Sam hacía lo suyo. "Ella está tomando mi mano", se decía y vomitó...

- ¡Oh, rayos!- Dijo Sam sorprendido.- ¿Estás bien?-

- Sí, está bien.- Le contestó Kyle.- Siempre le pasa lo mismo cuando está con Wendy.-

- Ah, bueno.- Suspiró con alivio.- Bueno, terminé.-

- ¿Y bien?- Dijo Wendy mientras se soltaba de Stan.

- Usas shampoo común y corriente. Tienes un hermano o hermana mayor que tú que te trata mal, lo sé porque aspiré un poco de vidrio.- Se resopla la nariz para limpiársela.- Sin embargo, debes de tener una mascota porqué también hueles a shampoo para perros. ¿Cierto?-

- Wow, si le adivinó muchas cosas.- Dijo Cartman y se sentó quitándose el gorro.- Yo también quiero que me adivines la suerte.-

- Bueno.- Iba a comenzar cuando voltea a ver a los demás.- Díganme que estoy mal, pero creo que les importa mucho lo que diga de él.-

- Oh, no. Para nada.- Dijo Kyle sonriendo maliciosamente.- Tú sólo haz lo tuyo.-

- Yo iré a decirle a los demás sobre esto.- Dijo Wendy mientras se alejaba de los demás.- No me lo creerán hasta que lo vean.-

Mientras Wendy fue a buscar al resto del salón, Sam volvió a repetir lo mismo...

- Oki-doki. Terminé.- Toma un poco de aire y se pone serio.- Para empezar eres el único varón de tu casa, el shampoo que usas tiene que ver con tu segundo nombre, aunque yo creo que tiene relación con los osos y el presidente Roosevelt. Comes demasiadas porquerías y me doy cuenta con sólo olerte, y..., no quiero ser metiche ni chismoso, pero creo que en este momento hay alguien que hace que tu corazón lata con fuerza. Y creo que hay algo muy tierno que ocultas muy profundamente.-

Stan, Kyle y Kenny se echaron a reír a carcajadas, mientras que Cartman les comienza a gritar de impropedios...

- ¡Cállense hijos de puta!-

- Me pregunto quién será la puta que le gusta.- Dijo Kyle con las lágrimas a punto de salírsele por los ojos.

- ¡Vaya Cartman!- Stan seguía riéndose.- Eres "profundamente tierno"-

- ¡Váyanse a la porquería!- Se acomodó nuevamente el gorrito celeste y amenazó a Sam.- ¡Más te vale cerrar la jodida boca!-

- De acuerdo, guardaré silencio.- Hizo una leve reverencia.- ¿Alguien más?-

- ¡Mmm!- Dijo Kenny y se sentó.

- Ehm, disculpa.- Dijo Sam un poco incómodo.- ¿Podrías quitarte el gorro de tu cabeza?-

Kenny hace lo que le piden. En eso llega Wendy con el resto del salón...

- Les juro que es verdad.- Les iba diciendo Wendy.- Realmente te adivina muchas cosas.-

- Eso tengo que verlo con mis propios ojos.- Craig se acercó a donde estaban los otros.- Oigan, ¿es cierto que les adivina muchas cosas?-

- ¡Así es!- Dijo Kyle esbozando una sonrisa.

- Ya nos adivinó a mí, Bebe, Wendy, Cartman y ahora está con Kenny.- Stan hace una señal de silencio.- Ya terminó.-

- Bueno.- Sam carraspea un poco.- Usas shampoo económico y eres lo que decimos en mi segunda patria: "pobre y de familia numerosa".-

- ¿A poco Kenny se baña?- Le pregunta Kyle en voz baja a Stan mientras el último hunde los hombros.

- Aunque.- Sam se sacude como si quisiera quitarse algo de encima.- ¿Ves mucha pornografía, verdad?-

- ¡Oh!- Craig tumba a Kenny de un empujón y se quita el gorro.- Yo también quiero que me adivines algo.-

- Bien.- No muy bien Sam le tocó el cabello, lo soltó y se limpió con una servilleta.- Ignoro realmente qué clase de shampoo usas, pero sé que usas aceite para bebé que te irá dañando el pelo. Veamos, eres presumido, envidioso, te quejas demasiado, y te gusta tener siempre la razón.-

- ¡Ja, ja, ja, ja, ja!- Estalló en carcajadas Cartman olvidando el agravio anterior.- ¡Craig usa aceite para bebé en el cabello! ¡Qué estúpido!-

Craig se acomoda el gorro y se aleja un poco molesto, pero como le interesaba saber lo que dirían de los demás, se quedó...

- Ahora que diga sobre Tweek.- Dijo Stan mientras sentaban al rubio.- Aunque será algo muy fácil.-

- ¡Arght!- Gritó Tweek todo tembloroso.- ¿Qué, qué me van a hacer?-

- Mmm.- Sam aspiró profundo sin tocarlo.- Café, me encanta el café.- Suspira profundamente.- De seguro lo tomas desde muy pequeño.- Cambia el tema.- A mí me gusta el express, capuchino, latte, moka, con crema irlandesa, pero mi favorito es el que sabe a vainilla francesa.-

- ¡Arght!- Tweek se echó a correr asustado.- ¡Es mucha presión! ¡Arght! ¡Me quieren comer!-

- No pensé que aparte de Tweek había alguien que le encantaba el café.- Le susurró Kyle a Stan.

- Los chicos góticos también toman café.- Le contestó Stan.

- Creo que nadie más quiere que le adivine nada, ¿verdad?- Dijo Sam mientras veía que el tiempo del almuerzo se acababa.- Tengo hambre.-

- Di-disculpa.- Butters se frotaba las manos un poco nervioso.- ¿Me, me podrías decirme a mí algo, por favor?-

- Cómo no, será un placer.- Sam esbozó una gran sonrisa.- Veamos.-

Tocó el cabello de Butters, lo olió y permaneció en silencio por un rato mientras clavaba la mirada al suelo, después levantó la mirada...

- Tu shampoo es de manzanilla.- Dio media vuelta, se puso completamente serio y no le dijo nada más.

- ¿Eso es todo?- Exclamó molesto Stan.- ¡Qué carajo! ¡A casi todos nos has dicho muchas cosas!-

- N-no, no puedo decir nada más.- Trató de calmarse.- ¿Ya son todos? Ya casi se acaba la hora del almuerzo.-

Todos se observaron unos a otros, nadie quería pasar por uno u otro motivo...

- Sólo falta Kyle.- Cartman lo empuja hacia Sam emocionado, mientras dice en voz baja.- Que adivine cuándo se muere Kyle, que adivine cuándo se muere Kyle.-

- ¡Carajo, Cartman!- Gritó molesto Kyle.- No tienes por qué empujarme, culón.-

- Mira, si no quieres, pues no lo hacemos y ya.- Sam trató de calmarlo.- Además, no creo que nadie quiera oír algo.-

- Yo sí.- Se aventuró Stan a contestar.- Kyle escuchó lo de todos. A él también le toca.-

- ¡Stan!- Miró amenazante al ojiazul.

- Vamos.- Trató de animarlo.- Además, ¿qué te puede decir que no te diga Cartman todos los días?-

- ¡Carajo! Está bien.- Se sentó resignado y se quitó su gorro pensando en lo ridículo que se sentía estar en esa situación.- Mmm, ¿qué pasa?- Dijo al ver que Sam se quedaba viendo como embobado.

- Ah, ¡ah!- Se sacudió como saliendo de un trance.- Lo siento, es que es la primera vez que veo cabello rojizo tan de cerca.- Le toca la punta de los cabellos y los olió rápidamente.- Mmm, hace mucho que no te cortan el cabello, debe ser por tu familia.- Toma un poco de aire.- De tus padres, el que tiene el mismo color de cabello que tú, es el que manda. Tienes un hermanito menor, de eso no me queda duda.- Hace una pausa.- Hay algo en ti que te molesta y se nota en tu cabello porque es rara la ocasión que lo dejas al aire libre, por eso está un poco maltratado.-

Sam decidió callar ya que en ese momento sonó la alarma para indicar que el almuerzo ya había terminado y tenían que volver a clases...

- Ehm, disculpa.- Le dice a Butters mientras los demás se fueron.- Necesito decirte algo antes de ir al salón de clases.-

- B-bueno.- Butters se detiene y comienza a frotar sus manitas.- ¿Qué sucede?-

- Es que no decirlo delante de los demás, ya que podrían burlarse.- Camina unos pasos y se pone a espaldas de Butters.- Eres de la clase de persona que siempre tiene problemas, pero sin importar lo que suceda o hagan contigo, siempre sonríes y sigues adelante.- Se voltea a verlo.- Yo creo que eso te hace un niño valiente y fuerte, además de que eres muy noble.-

- ¡Oh, muchas gracias!- Dijo Butters con una gran sonrisa.

- Bueno, el caso es que no te lo dije porque me recordaste a alguien, a quién quise mucho pero se murió hace poco.- Sam se cubrió los ojos y se los frotó tratando de esconder las lágrimas.- Será mejor ir al salón de clases antes de que el Sr. Garrison nos regañe.-

- B-bueno.- Caminan hasta el pasillo sin hablar.- ¿Y se parecía a mí?-

- Un poco.- Le sonríe pero se detiene justo al pasar por las escaleras.- Oye, ¿podrías adelantarte al salón? Yo luego iré.-

- ¡Ah, de acuerdo!- Contestó y se fue directo al salón de clases.

Sam se dirigió hacia las escaleras y encontró a Bebe llorando en silencio mientras abrazaba sus rodillas...

- Hey, ¿qué tal?-

- ¿Qué carajos quieres?- Se limpia las lágrimas y mocos.- ¿Vienes a burlarte de mi otra vez?-

- La verdad.- Sam se sienta a un lado de ella.- Sólo quería disculparme. No fue mi intención decir lo del chicle delante de todos, pero es que a mi no me gusta decir mentiras.-

- Pudiste no haberlo dicho.-

- No pude, es que no sé que tenga pero no puedo permitir que se cometan injusticias.- Voltea a verla con una sonrisa.- Y es un crimen que un cabello tan bonito esté estropeado por un chicle.-

- Ah, ya veo.-

- Mmm.- Se lleva la mano al mentón.- ¡Ya sé!- Busca entre su mochila y saca unas tijeras.- No vayas a moverte por favor.-

Comenzó a cortar el cabello que tenía pegado el chicle, que en realidad no era mucho, y recogió todo lo que sobró...

- Espérame tantito.- Sacó un par de ligas, un listón color celeste y un pedacito de cuerda.- ¡Listo! Ten.-

Había hecho una especie de trenza-diadema, y se la acomodó a Bebe a modo de que la trenza estuviera sobre su frente...

- ¡Oh!- Exclamó Bebe sorprendida.- Generalmente los niños no hacen este tipo de cosas.-

- Bueno, cuando vivía en México, algunos señores me enseñaron. Allá les hacen trenzas a los turistas, es su trabajo. Cuando vayas a Cozumel, Zihuatanejo, Cancún o Acapulco podrás ver que no te echo mentiras.- Se levanta y se sacude el polvo.- ¿Amigos?

- Amigos.- Bebe sonrió y se levantó.- ¡Oh, no! El Sr. Garrison de seguro se molestará porque no estamos en clases.-

- No te preocupes, de eso me encargo yo.- Dijo guiñando un ojo.

Y efectivamente, una vez que llegaron al salón, Sam le explicó al Sr. Garrison que como aún no conocía bien la escuela Bebe se ofreció a ayudarlo y que por eso se habían tardado. Pasaron las horas hasta que llegó el recreo. Los chicos se encontraban jugando fútbol americano y las chicas platicaban entre sí...

- ¡Vamos, vamos!- Stan trataba de animar a su equipo.- ¡porquería!- Exclamó cuando el equipo contrario les anotó un tanto, además de que el balón fuera a caer a un lado de Sam.- ¡Oye tú, el nuevo!-

Sam, que se encontraba ocupado con un cuaderno y un lápiz, volteó a ver a Stan...

- El balón, ¿nos lo podrías lanzar para seguir jugando?-

Sam se levanta, les regresa el balón y vuelve a lo suyo. Los chicos retoman de nueva cuenta el juego, más Kyle les dice...

- Creo que deberíamos invitarlo a jugar con nosotros.-

- No sé Kyle.- Le dijo Stan.- No creo que quiera jugar con nosotros.-

- Vamos, sólo dices eso porque no te gusta ver a nadie con Wendy.- Le reclamó Kyle.- Además, gracias a él pudiste volver a vomitarla encima por tomar su mano.-

- Bueno, si quieres, invítalo.- Trató de restarle importancia a las palabras de Kyle.- Pero si no quiere jugar no hay porqué obligarlo.-

- Ah, bueno.- Se encamina hacia Sam.- Hola, ¿no quieres jugar con nosotros?-

Sam alzó la mirada y se quedó mudo por un rato, se sacudió y metió el cuaderno y el lápiz a su mochila, la cuál no había soltado en todo el día...

- Ehm, sí, claro. Ya terminé la tarea.- Dijo un poco apenado.

- ¿Terminarla?- Dijo sorprendido Kyle.- Pero si apenas nos la acaban de encargar.-

- Sí, lo sé pero, es que me gusta estar libre por las tardes.-

- Bueno, eso ya no es cuestión mía. Ven, vamos a jugar.- Ambos se dirigen a donde están los demás.

- Oye, ¿te puedo pedir un favor?- Sam se detuvo y sacó un papelito del pantalón.

- ¿Qué sucede?-

- Es que cuando me llamaron a la dirección, no sé si te acuerdas, pues fue para darme un mensaje de mi mamá.- Abre el papelito.- Y necesito encontrar esta dirección ya que es la de mi casa.-

Kyle se sorprendió ante tal comentario. Era raro ver que alguien no supiera siquiera en donde vivía...

- ¿Ah? ¿Es que acaso no sabes en donde vives?-

- Mira, te lo pondré de este modo.- Llegan a donde están los demás niños jugando.- Estoy en la escuela desde las cuatro de la mañana.-

- ¡Dios!- Kyle se asustó por lo que acababa de oír.- ¿En verdad estás aquí desde las 4? ¿Las cuatro de la mañana?-

- Bueno, es que a mi mamá se le hizo más fácil dejarme aquí desde que llegamos al pueblo.-

- Oigan, ¿qué pasa?- Preguntó Stan.

- Sam está aquí desde las cuatro de la mañana y ni siquiera sabe en donde vive.-

Todos rompieron en carcajadas, a lo que Sam sólo se limitó a agachar la cabeza, cosa que le molestó a Kyle...

- ¡Oigan, no deberían de burlarse! No es culpa que no sepa ni una porquería en donde vive.- Kyle voltea a verlo y le dice.- No te preocupes, yo te ayudaré cuando terminen las clases, no les hagas caso.-

- Gracias.- Dijo Sam y tras una breve pausa.- ¿A qué juegan?-

- Fútbol americano.- Contestó Stan.- Ve con el equipo de Craig.-

- Oigan, yo no quiero a este marica de porquería en mi equipo.- Protestó Craig.

- Vamos, nada más déjalo jugar un poco, y si no es bueno pues, lo pasamos a mi equipo.-

- Bien.- Accedió Craig.- Ven para acá.-

Sam se dirigió a donde Craig y su equipo, tomó su posición pero apenas comenzó la jugada fue derribado por Stan, quién logró anotar un tanto...

- ¡Sí!- Festejaban Stan y su equipo.

- Eres un idiota.- Le dijo Craig a Sam y lo empujó.- Hey Stan, ¿ya puede entrar a TU equipo de porquería?-

Stan no contestó, volteó a ver a los demás pero consciente de lo que recién acababa de acordar, afirmó con la cabeza...

- Es una porquería.- Le dijo en voz baja a Kyle mientras Sam se dirigía a ellos cabizbajo.- No sé si sabe algún carajo de fútbol.-

- Bueno, entonces ponlo en la retaguardia.- Le contestó el pelirrojo.

- Bien, chicos, agrupémonos.- Stan comenzó a dar indicaciones.- Kyle y Cartman irán por los costados, Butters, Kenny y yo iremos al frente.- Mira a Sam.- Y tú estarás atrás. ¿De acuerdo?-

Todos afirmaron y se fueron acomodando menos Butters que notó que Sam temblaba un poco...

- ¿Q-qué te pasa?-

- Es que no me comido nada.- Dijo llevándose una mano al estómago.- Aunque tal vez un dulce me pondría mejor.-

- B-bueno, yo tengo unos frijolitos dulces.- Se saca los dulces de la bolsa del pantalón y se los ofrece.

- Ah, gracias.- Sam tomó algunos y los masticó.- ¡Mmm! Están ricos.-

- Oigan, apúrense- Dijo Stan y de inmediato se formaron.

Comenzó la jugada y antes de que pudieran hacer algo, Sam pasó velozmente dejando atrás a los suyos, sujetó a Craig de la cintura levantándolo del suelo y dejándolo caer contra el suelo a una considerable distancia de donde estaban todos...

- ¡Chicos, chicos! ¿Vieron eso?- Cartman estaba sorprendido ante lo que acababa de ver.

- Sí.- Kyle se frotaba los ojos.- Levantó... levantó a Craig.-

- ¿Cómo carajos hizo eso?- Stan estaba igual de sorprendido que todos.

Mientras, Sam observaba fijamente a Craig, que tardó un buen rato en reaccionar...

- ¿Qué... qué carajos pasó?- Craig le parecía ver estrellitas.

- Ah, nada grave.- Le sonrío Sam mientras le extendió una mano para levantarlo del suelo.- Vamos con los demás.-

Se encaminaron hasta donde estaban los otros, más ellos llegaron primero a su encuentro...

- ¿Cómo hiciste eso?- Le preguntó Token a Sam.- Ni siquiera vi cuando comenzaste a correr.-

- Es verdad, yo ni siquiera lo sentí.- Comentó Clyde.

- ¿Estás bien, Craig?- Le preguntó Stan.- Te levantó, viejo.-

- Sí, deja de molestar, marica.- Dijo sumamente molesto Craig.

- ¿Cómo pudiste levantar a Craig?-

- Bueno, es que casi no pesa nada.- Dijo Sam algo apenado.- Fue algo de repente.-

- ¿O sea que puedes levantar a Cartman?- Dijo Kyle divertido.

- ¡Vete a la porquería, Kyle!-

- Mmm, tal vez si pueda.- Agrega Sam divertido.- Señores, hagan sus apuestas.- Se dirige a Cartman.- Disculpa.-

Y ante la mirada atónita de todos, Sam sujetó a Cartman, lo elevó del suelo, lo sostuvo por unos instantes como si no pesara nada y lo volvió a dejar en el suelo...

- ¡Por favor!- Craig giraba los ojos molesto.- Eso cualquiera puede hacerlo.-

- No, no es verdad.- Argumentó Kyle.- Nosotros en varias ocasiones hemos intentado cargar al culón pero ni siquiera nosotros tres hemos logrado levantarlo.-

- Entonces cuando te tacleé, ¿estabas fingiendo?- Le preguntó Stan.

- No, no estaba fingiendo.- Sam sonrió apenado.- Lo que pasa es que si no tengo nada bailando en la panza pues me siento mal y casi no tengo fuerzas.-

Siguieron jugando hasta que tuvieron que regresar a las clases, las cuáles pasaron sin novedad alguna hasta que terminaron...

- Bien, ¿listo para buscar tu casa?- Le preguntó Kyle a Sam.

- Sí.- Sam se acomodaba la mochila al hombro.- Te agradezco que me acompañes.-

- Bueno, no tienes porqué agradecer.-

Se van caminando por el pasillo, cuando se les acercan Wendy y Bebe, quiénes los interceptan...

- Oye Sam, escuché que ibas a buscar tu casa.- Dijo Bebe.

- Ehm, sí, así es.-

- ¿Podríamos ir con ustedes?- Preguntó Wendy.

- Bueno, no sé...-

- ¡Por favor!- Dijeron ambas al unísono interrumpiendo a Sam.

Sam volteó a ver a Kyle y luego a ellas, después agregó como si nada...

- Está bien.-

- ¡Gracias!- Contestaron sonrientes ambas y los siguieron. En eso, apareció Stan

- Hey, Kyle.- Stan se les acercó al verlos.- ¿Adonde van?-

- Vamos a buscar la casa de Sam.-

- Ah, ¿puedo ir con ustedes?- Preguntó ansioso.

- Sí, ¿porqué no?- Contestó Sam con algo de indiferencia.

Se les une al pequeño grupo y siguen caminando hasta que llegan a los casilleros, donde están Cartman, Kenny y Butters...

- Oigan chicos.- Les preguntó Cartman.- ¿Adonde van?

- Vamos a la casa de Sam.- Contestó Stan.

- ¿Mmmm mmm mmmm?- Preguntó Kenny.

- ¿Qué fue lo que dijo?-

- Dijo que si podemos ir también.- Contestó Butters.

- Sí, está bien.- Contestó Sam tras unos momentos de pensarlo.

Se unen al grupo y tras tomar el autobús escolar, comenzaron con la búsqueda...

- Bien.- Dijo Kyle mientras observaba el papelito.- Creo que está por la calle en donde vive Chef.-

- ¿Estás seguro, Kyle?- Cartman comenzó a molestarlo.- Que yo sepa, los judíos no saben dar indicaciones.-

- Ay, no.- Dijo Stan.- Aquí vamos otra vez.-

- Sí, estoy seguro, culón.- Se defendió Kyle.

- Nooo.-

- Siií.-

- Noooo.-

- Siiií.-

En eso, Sam rompe en risas, a lo que todos se le quedan viendo de manera rara...

- ¿Qué carajos te pasa?- Preguntó molesto Cartman.

- Lo, lo siento.- Sam tomó un poco de aire y les sonríe.- Deben de ser muy buenos amigos los dos por la manera en que pelean.-

- ¿Cómo crees que voy a ser amigo del gordo culón de porquería?- Kyle señaló molesto a Cartman.- Lo odio.-

- Yo también odio al judío de porquería.-

- Vamos, no es para tanto.- Dijo Sam tratando de calmarlos cuando percibió un aroma muy peculiar.- Oigan, ¿no les huele a algo?-

Todos comenzaron a oler el aroma y una gran sonrisa se les dibujó en el rostro, con excepción de Sam...

- ¡Huele a galletas!- Exclamó Stan contento.

- Sí, huelen deliciosas.- Dijo Cartman mientras se limpiaba la baba de la boca.

- ¿De donde vendrá ese olor? Por aquí no hay panaderías cercas.- Dijo Wendy.

- ¿Realmente quieren saber de donde proviene?.- Dijo Sam algo desanimado.

- ¿Tú sabes donde es?- Preguntó Bebe.

- Síganme.- Y avanzó cabizbajo siguiendo el aroma de las galletas.

No tardaron mucho en encontrar el lugar, una casa justo al lado de la Chef, que se veía que la habían remodelado recientemente, cuyo tamaño y diseño impactó a los recién llegados...

- Muy bien, damas y caballeros.- Dijo Sam señalando a la casa de color melón.- Este debe de ser mi nuevo hogar.-

- ¿En serio?- Comentó Bebe.- Pero, ni siquiera sabes en donde vives. ¿Cómo sabes que esa es tu casa?-

- Por el color, es el que le gusta a mi mamá.-

- Pues.- Kyle miraba el papelito.- Es la dirección y el número de casa.-

Sam se acercó a la puerta, dio una combinación de toquidos en la puerta y esta se abrió de inmediato dejando ver a una mujer morena de cabellos negros, ojos negros, vestida con una blusa blanca, falda negra y un mandil con dibujos de galletas más una frase que dice "Cookies time!...

- ¡Sammy!- La mujer se abalanzó sobre Sam y la levantó como si fuera un gatito.- ¡Ya llegaste! ¿Cómo te fue en la escuela?-

- Ehm, bien, mamá.- La mujer lo deja en el suelo.- Papá aún no llega, ¿verdad?-

- No, tu papá llegará la próxima semana.- Lo toma de la mano.- Vamos adentro, hace mucho frío.-

Sam se detiene y voltea a ver a los demás...

- Ehm, mamá. Traje a algunos de mis compañeros de clase.-

- Ah.- Voltea a verlos.- ¿Son los amiguitos de Sammy?- Los cuenta.- Cinco niños y dos niñas.-

- Chicos y chicas, mi mamá, Teresa Martínez de Price.- Todos saludan conforme Sam los presenta.- Ellas son Wendy Testaburger y Barbara "Bebe" Stevens; ellos son Stanley Marsh, Kyle Broflovsky, Eric Theodore Cartman, Leopold "Butters" Stotch y...- Voltea a ver a Kenny.- ¿Cómo te llamas?-

- ¿Cómo sabe nuestros nombres completos?- Le dijo en voz baja Stan a Kyle.

- No lo sé.-

- Mmmm mmm mmmm mmm.- Respondió Kenny.

- ¿Qué dijo?- Le preguntó Sam a los demás.

- Se llama Kenny McCormick.- Aclara Kyle.- Luego entenderás lo que dice.-

- Muy bien, niños.- Dice la mamá de Sam.- ¿No quieren pasar a comer galletas y chocolate caliente recién preparados?-

- ¡Sí!- Contestaron alegres todos menos Sam.

De inmediato entran a la sala, la cuál es amplia, adornada mayoritariamente por naturaleza muerta, un juego de sala de color café forrado de piel que combinaba con las cortinas color vino y una mesita de vidrio al centro, frente a esta una televisión de plasma. Todos se sientan en los sofás mientras que la Sra. Price va por las galletas...

- Lo lamento.- Se disculpó Sam.

- Pero, ¿porqué?- Preguntó Wendy.

- Es que se me olvidó que cuando mi papá está de viaje mi mamá se pone a hornear galletas.-

- ¿Y eso porqué carajos sucede?- Preguntó extrañado Stan.

- Lo que pasa es que a mi papá no le gustan las galletas. Es por eso que mi mamá sólo las hace cuando él no está.-

- Niños.- Llegó la Sra. Price con una charola llena de galletas.- Aquí tienen las galletas. Ahorita vuelvo, voy por el chocolate.- Sale rumbo a la cocina.

- Adelante.- Les dice Sam invitándolos a probarlas.

Todos tomaron una galleta cada quién y las probaron, sus ojos se abrieron desmesuradamente y se les quedaron viendo a las galletas...

- Están, están ¡Deliciosas!- Chilló Cartman mientras agarraba más galletas.- ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío!-

- No es para tanto.- Dijo seriamente Sam.

- No, en serio.- Dijo Stan.- Realmente están deliciosas.-

- Sí, muy ricas.- Dijo Butters.

- Niños, les traje el chocolate.- Comienza a repartir los vasos.- Cuidado que está caliente.- Voltea a ver a Sam.- ¿Les gustaron las galletas?-

- Están muy sabrosas.- Dijo Kyle mientras seguía comiendo.

- Cierto.- Dijo Bebe.- Nunca antes había probado algunas como estas.-

- Sam.- Cartman voltea a verlo.- Debes ser muy afortunado de tener a una mamá que haga galletas tan exquisitas.- Le da un sorbo al chocolate.- ¡Qué rico, Dios!-

- Por favor.- Contestó molesto Sam.

- Qué bueno que les gustaron las galletas.- Dice con alegría la Sra. Price.- Si quieren, les puedo dar algunas para que se lleven a sus casas.-

- ¿En serio? ¡Gracias!- Dijeron todos al unísono.

- Sammy, ¿podrías ir por las galletas para tus amiguitos?-

- Sí, mamá.- Y se dirigió a la cocina.

- Disculpe.- Kyle trató de entablar conversación.- ¿Es verdad que Sam está en la escuela desde las cuatro de la mañana?-

- Oh, sí. Le dije a Sammy que fuera mejor mañana, pero como le gusta mucho la escuela, pues ahí se quedó.- Después agregó.- Y fue lo mejor, ya que así no pierde tanto tiempo para ponerse al corriente con las clases.-

- Aquí están las galletas.- Dice Sam mientras carga siete bolsas de galletas selladas con un sencillo listón y las deja sobre el sitio en donde se había sentado.- ¿Quién va a querer?-

- No digas tonterías, Sammy.- Dijo la Sra. Price con cierta dureza.- Todos quieren, ¿verdad, niños?-

- ¡Yo sí! ¡Yo quiero!- Dijo Cartman y la Sra. Price le da una bolsa.- Wow, está muy grande.-

- Cada bolsa tiene un kilo de galletas.- Dice la Sra. Price mientras les reparte a los demás.- Espero que sean suficientes.-

- Sí, muchas gracias.- Dice Kyle amablemente.

- Bueno.- Sam se lleva una mano a la sien.- Yo iré a darme un baño y después a estudiar un poco.- Hace una leve reverencia.- Gracias por acompañarme y nos vemos mañana. Adiós.- Se dirige escaleras arriba.

- Supongo que tienen que irse.- Dice la Sra. Price.- Así que muchas gracias por venir.- Los dirige a todos hasta la puerta.- Y que les vaya bien.- Cierra la puerta después de que saliera el último.

- Qué porquería.- Dice Stan.- Parece que no reciben muchas visitas.-

- ¿Y eso a quién carajos le importa?- Cartman seguía comiendo galletas.- Están deliciosas.- Y se dirige rumbo a su casa.

Unas horas después, cada quién está en su respectiva casa...

- ¿Y bien Stanley?- Le pregunta Sharon a su hijo durante la cena.- ¿Cómo te fue en la escuela?-

- Hoy llegó un compañero nuevo de clases. Se llama Sam Price, le gustan las matemáticas, es bueno en fútbol americano, levantó a Craig y a Cartman.- Hace una pausa.- Fuimos a su casa y su mamá nos regaló un kilo de galletas.-

- Vaya, parece ser que fue un día emocionante.- Dijo Randy.

Mientras, en la casa de los Broflovsky...

- ¿Cómo te fue, cariño, en la escuela?- Le preguntó Sheila a su hijo mayor.

- Hay un niño nuevo en mi grupo, se llama Samuel Price. Dice que le gustan las matemáticas y parece ser muy bueno en los deportes.-

- Suena como si fuera un buen niño.- Dijo Sheila.

- Bueno, es amigable y amable.- Kyle sonríe un poco.- Y dice que es la primera vez que ve a un pelirrojo de cerca.-

- Supongo que le caíste muy bien.- Gerald agarra una galleta.- Mmm, ¿donde compraron estas galletas?-

- Las hizo la mamá de Sam. Como fuimos a buscar su casa, su mamá nos dio galletas a todos.-

- Ah, bueno.-

Mientras, en la casa de los Stotch...

- Muy bien, jovencito.- Dice molesto el Sr. Stotch a Butters.- Estas...- Comienza a comer una galleta y empieza a relajarse.- Mmm, galletas.- Se come otra.- ¿De donde sacaste estas galletas?-

- N-nos las regaló la mamá de un nuevo compañero, Señor.- Dice Butters mientras se frotaba las manitas.

Cinco minutos después, en la casa de los Price...

- ¿Diga?- Dice Sam al abrir la puerta.

- D-disculpa que te moleste tan tarde.- Butters se frota las manos muy nervioso.- ¿Po-podrías regalarme más galletas.- Voltea a ver el carro estacionado donde sus padres lo estaban esperando impacientes.- ¿Por favor?-

Y a la medianoche, en la cocina de los Marsh...

- Ah, son deliciosas.- Decía mientras devoraba las galletas.

- ¿Randy?- Sharon prende la luz de la cocina.- ¿Qué carajos haces comiendo galletas tan noche?-

- ¡NO! ¡SON MÍAS!- Y sale corriendo en calzoncillos, gritando con las galletas bajo el brazo.- ¡SON MÍAS!-
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P. D. Continuará...