"Wendy, te puedes sentar conmigo a solas?", dijo Stan con su bandeja del almuerzo en la cafetería.
"Ok", respondió Wendy, muy confundida. Se sentó con Stan, y le miró con curiosidad. "¿Qué está pasando, Stan?"
"Wendy, me gustas mucho. Mucho. Y ... bueno ... yo quería darte algo." Le entregó una bolsa de regalo pequeño.
Ella, curiosamente, abrió y encontró una pequeña caja en el mismo. Miró a Stan, una vez más, que estaba mirando a la chica nervioso. Ella lo abrió y encontró un anillo de oro blanco con una gema azulada y resplandeciente. Sus ojos se ensancharon. "Oh, Dios mío, Stan".
Stan se volvió hacia su novia. "S. .. sé que no es grande, y ... bueno ... yo no soy el tipo más romántico, pero ... te estoy mostrando ahora más que nunca que te amo… que no hay nada en el mundo, o al menos en el mio mas importante que tu."
"Oh, Stan. Me encanta."
Stan sonrió. "¿En serio?"
"¡Sí!" Se lo puso en su dedo.
"Eso es genial!"
"Gracias, Stan!" Ella se inclinó para darle un beso, pero antes de que le tocara los labios Stan rocio vomito en todo el rostro de la enamorada chica.
-Yo… Lo siento Wendy…
Sin decir nada Wendy puso sus labios sobre los de el, y cuando se separaron repuso con una enorme sonrisa:
-Que se joda… Al carajo con el vomito…
Despues de eso ambos chicos se volvieron a besar.
