¿Qué podría ser peor que perder una apuesta? ¿Perder la libertad? ¿Ser sometida a una cuasi-esclavitud? ¡Maldición! Tendría que ser la esposa perfecta de Kiba Inuzuka por los siguientes treinta días. Pero eso no terminaría allí; él no la dejaría ganar tan fácil ni ella se rendiría a la primera. Era soportar o ceder ¡Perder o ganar! Y ella siempre, siempre, ganaba. O eso pensó.

Cuando TenTen decidio infiltrarse en el colegio para chicos no penso encontrar tantas dificultades para hacerse pasar por Kiba ¿No se suponía que era algo marimacha? ¡Y un cuerno! ¡Era una maldita mujer sumida en la mayor concentracion de testosterona!