—Sal conmigo.— Ordenó Itona de repente con voz autoritaria. Terasaka se quedó callado, pestañeando varias veces y mirando a Itona con una expresión en blanco. Pude notar cómo el más bajito cerró los puños con nerviosismo, pero se esforzaba en seguir manteniendo esa expresión de indiferencia. —Ah ¿Pero no estábamos saliendo ya?— Dijo Terasaka confundido.

Itona sabía que si había conseguido "llegar con bien" hasta el momento del reencuentro con su padre, era gracias a Terasaka. Su forma de agradecerlo, implícitamente, era llevar como estandarte esas palabras que le dijo en su momento para hacerlo cambiar: "está bien si fallas cien veces, sólo hay que lograrlo una vez." Quizá era un buen momento para decirlo con claridad...