El Alboroto que es la Navidad en Casa de los Evans
Severus y Eileen estaban parados ante la puerta de los Evans y se habían vestido con la ropa menos andrajosa que fueron capaces de encontrar.
'Voy a marcharme en cuanto cenemos,' le signó ella. 'Aunque no puedo esperar para ver a Lily. Todavía no la has traído.' Parecía muy ofendida cuando lo dijo.
'No voy a traerla hasta que esté absolutamente seguro de que Tobías no está,' respondió él signando enérgicamente.
Ella parecía estar a punto de discutir cuando la puerta delantera se abrió, revelando a una Petunia bien vestida. 'Entrad,' dijo con un movimiento de la mano.
'Mamá y papá están en la cocina preparando cosas para la cena y creo que Lily está arriba.'
Lily bajó corriendo en cuanto oyó que la puerta se cerraba y atrajo a Eileen a un estrecho abrazo.
Con gestos rígidos y difíciles, trató de signar a Eileen. '¡Me alegro de verte!'
'También yo me alegro de verte, cariño,' signó Eileen en respuesta alegremente.
'Hicimos uhm - ¿cómo se dice tarta de limón de postre, Sev?'
'Puede leer los labios,' dijo él, mirando el intento de Lily de signar con diversión.
Hace muchos años, cuando Lily descubrió que Eileen era sorda, se decidió a comunicarse con ella con lengua de signos. Pasaban horas junto al río practicando palabras y estructuras de frases. La dedicación de Lily a ello había sido algo que él siempre había admirado de ella.
'Por favor, entrad.'
El árbol de Navidad estaba decorado con luces de colores y los adornos rojos y verdes que habían comprado en los grandes almacenes. En una radio estaban sonando villancicos de fondo. La chimenea estaba ardiendo suavemente, calentado el lugar justo lo suficiente para no sofocarse con el calor.
Eileen estaba intercambiando saludos con el resto de la familia y se sentó con Lily en el sofá, charlando sobre cosas que Severus no captaba.
A la mesa, que estaba pulcramente decorada con porcelana, estaba un joven fornido con un bigote erizado.
'Tú debes ser Vernon,' dijo Severus en un intento de ser cortés.
Vernon no respondió una palabra, pero lo miró de arriba abajo con suspicacia y obvia desaprobación.
'Tú debes ser el novio de Lily de quien me habló Petunia,' dijo Vernon con sequedad.
'En realidad no soy su novio, sólo su amigo.'
'¿Cuál era tu nombre?'
'Severus. Severus Snape.'
'¿Como el emperador romano?'
'Para ser sincero, no estoy seguro de por quién me llamaron así, pero sí, como el emperador romano.'
Enseguida se hizo obvio que Vernon era un hombre de pocas palabras. Con dificultad, Severus logró enterarse de que Vernon y Petunia se habían conocido en el trabajo y de que él iba a hacerse cargo de la empresa de perforación de su padre en un futuro próximo.
Severus miró a Lily, que seguía charlando con Eileen, por encima del hombro de Vernon. Se sintió un poco culpable, sabiendo ahora que su hijo tuvo que soportar a su hermana y a este hombre durante tantos años. Severus se sorprendió de que el muchacho no hubiera muerto de puro aburrimiento, teniendo que lidiar con esta vida de extrema normalidad.
'Entonces, ¿eres una de esas personas mágicas?' preguntó Vernon.
'Lo soy. También lo es mi madre, que está ahí.'
'Nunca comprendí del todo toda esa charla de magia que a Petunia le gusta despotricar. Sigue quejándose de que su hermana es bruja, pero nunca la he visto hacer nada de magia.'
'Somos menores de edad, así que no se nos permite hacer magia fuera del colegio hasta entonces. Pero ya que mamá está aquí, quizá ella pueda hacer una demostración para ti.'
Vernon lo miró como si no estuviera del todo seguro de si quería presenciar algo así o no. '¿Qué tipo de trucos de magia puedo esperar que haga?'
'Eso depende de ella. Mamá es sorda, así que su magia es un poco diferente de la de Lily y la mía.'
'Entonces quizá será mejor que no lo haga.'
'¿De qué tienes miedo?'
'No es que tenga miedo,' le espetó Vernon, claramente asustado. 'Es el hecho de que Petunia ya está bastante celosa de su hermana tal como es. No quiero que se convierta en una persona como vosotros.'
Severus lo miró peligrosamente. '¿Qué estás insinuando, Vernon?'
La cara de Vernon comenzó a ponerse roja. 'Que no quiero que mi novia tenga que lidiar con ese abracadabra sin sentido. Quiero que lleve una vida normal sin toda esa magia y pintura y-'
'-espera, ¿eres la razón de que ya no pinte?'
'¿Cuál es el problema? No es que quiera todos esos mamarrachos de colores colgados por la casa una vez encontremos un lugar para vivir.'
Severus apretó los puños. '¿Qué propósito tiene,' dijo furioso entre dientes, 'arrebatarle la única chispa de magia que tiene Petunia, de la que está orgullosa?'
'Todo lo que ella quiere es ser una buena ama de casa,' declaró Vernon con toda naturalidad.
'De algún modo, lo dudo enormemente,' dijo Severus con puro veneno en la voz.
Lily había estado más que acertada sobre Vernon. Era horrible, y eso era decirlo suavemente.
'¿Hay algo que pueda hacer por vosotros?' les preguntó a Árnica y Erwin en la cocina.
'Sí, en realidad lo hay,' dijo Árnica. '¿Podrías ayudar a Erwin a cortar unas verduras para el estofado de ternera? Quiero tomarme un descanso y hablar un poco con tu madre.'
'Puedo hacerlo,' dijo Severus mientras le cogía el cuchillo de cortar.
Erwin y Severus eran ahora los únicos en la cocina. '¿Te sientes un poco mejor?' preguntó Erwin.
'Lo estoy,' dijo Severus mientras miraba a Erwin a los ojos. 'Gracias por ayudarme ayer.'
'¿Lily sabe de estos ataques de pánico tuyos?'
'No se lo contaste, ¿verdad?'
Erwin sacudió la cabeza. 'Imaginé que es algo entre tú y Lily.'
'Gracias. Aunque sabe de ello, no quiero que esté más preocupada por mí de lo que ya lo está.'
'Lo comprendo. Ya sabes, Severus, que aquí no es exactamente una tradición familiar intercambiar regalos por Navidad, pero hay algo que he estado queriendo darte.'
Severus dejó su cuchillo sobre la tabla de cortar. 'Lo siento, yo no traje ningún regalo.'
Erwin hizo un gesto quitándole importancia. 'No te preocupes por eso, es sólo algo de mí para ti.'
Erwin buscó a tientas en el bolsillo de sus vaqueros y sacó una llave plateada. 'Es la llave de la puerta delantera,' dijo mientras se la tendía a Severus. 'Ahora puedes venir aquí siempre que lo necesites.'
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y bajó la mirada a la llave en su mano. 'Gracias,' dijo con la voz quebrándose.
Erwin lo atrajo a un dulce abrazo, que Severus devolvió con gusto. 'Siempre eres bienvenido aquí, hijo,' le dijo Erwin suavemente. 'Y si te hace sentirte mejor, Vernon no va a tener una.'
Eso hizo reír a Severus. '¿Me viste hablando con él?'
Erwin puso los ojos en blanco. 'Vernon es bueno con Petunia, pero no parece comprender nada sobre ella.'
Erwin había dicho eso justo a tiempo, ya que Petunia acababa de entrar en la cocina.
'¿Puedo comenzar a servir la sopa?' preguntó ella. 'Parece que ya está lista.'
'Claro,' dijo Erwin mientras volvía a cortar carne de ternera. 'Siéntete libre de reunir a todos. Severus y yo terminaremos esto para que pueda cocerse mientras comemos.'
Lily le había guardado a Severus un asiento junto a ella a la mesa. Las conversaciones eran un poco de lío, ya que Severus tenía que traducir un montón de cosas que se intercambiaban entre su madre y cualquier otro.
'¿Cómo conoció Eileen a Tobías?' preguntó Petunia con curiosidad. 'Te tuvo de joven, ¿no?'
Severus sintió el impulso de darle un corte, pero Eileen simplemente signó, 'Adelante, conoces la historia. No tengo nada que ocultar.'
Todos en la mesa se quedaron callados para escuchar la historia, lo que hizo a Severus sentirse bastante incómodo.
'Mis abuelos por parte de mi padre eran sordos. Poco después de que mi madre se graduara en Hogwarts, conoció a mi padre y sus padres en un restaurante en Oxford que es específico para personas sordas. Congeniaron y me tuvieron poco después.'
Vernon estaba mirando a Eileen y Severus con desaprobación. '¿No estaban casados antes de tenerte?'
'No, Vernon,' dijo Severus mientras masticaba algo de ternera, 'no lo estaban.'
'Entonces eres técnicamente un bastardo,' dijo Vernon despreocupado.
Eileen estaba mirando con los ojos muy abiertos ante la descarada declaración de Vernon.
'Sí, Vernon,' dijo Severus furioso, 'soy un maldito bastardo. Soy el bastardo de otro muggle despreciable como tú mismo.' El ambiente amistoso de antes había desaparecido definitivamente.
'¿Qué acabas de llamarme?' dijo Vernon sombríamente.
'Un muggle despreciable, Vernon. Es cómo nosotros, los brujos, llamamos a las personas que no pueden hacer magia.'
La cara de Vernon estaba poniéndose de un alarmante tono rojo. 'No quiero lidiar con nada de esa magia de la que hablas.'
'¿Eso es así? Porque hace un momento no parecía importarte si mi madre podía mostrarte algunos trucos de magia o no.'
'¡Ya basta!' Fue Petunia quien gritó a través de su disputa, y golpeó sus cubiertos en la mesa. 'No quiero estar hablando de magia en Navidad. Siempre se reduce a la magia. ¿Por qué no podemos simplemente tener una reunión familiar de la forma que solía ser?'
Petunia estaba comenzando a tener lágrimas en los ojos, antiguos sentimientos de dolor estaban comenzando a verterse de ella. 'Yo no puedo hacer magia,' dijo con la voz quebrada. 'Pero desearía poder, porque por una vez me gustaría ser buena en algo sin ser criticada por ello. Sólo quiero-'
Petunia renunció a tratar de explicarse y desapareció escaleras arriba, cerrando de un portazo la puerta de su dormitorio tras de sí.
'¿Hay algo que yo pueda hacer, Severus?' le signó Eileen. 'Reconozco los celos de Tobías en ella.'
Severus se alegró de que nadie pareció comprender lo que ella dijo. 'No fue culpa tuya, mamá, déjame manejar esto.'
Severus se levantó de la mesa.
'¿Qué vas a hacer, Sev?' preguntó Lily mientras levantaba la mirada hacia él.
'Voy a hablar con Petunia,' dijo él con calma.
'¿Por qué te dejaría hablar con mi novia?' le ladró Vernon.
'Lo primero de todo,' dijo Severus mientras se dirigía a las escaleras, 'tú ni siquiera estás intentando ir a consolar a tu novia, y ella obviamente está disgustada con la situación. Y además,' su voz se elevó un poco, 'ella no es tu propiedad que pueda ser moldeada a tu voluntad.'
Vernon parecía dispuesto a ponerse en pie y darle un puñetazo a Severus en la cara, pero lo pensó mejor considerando la compañía de la que estaba rodeado.
'Petunia y yo nunca nos llevamos del todo bien durante los últimos años, Vernon, pero incluso yo puedo decir que merece un hombre mejor que tú.'
