Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

33: El Mundial de Quidditch.

― "Eh... Harry" ―susurró Padma, no queriendo interrumpirlo. Habían pasado seis días, desde el encuentro con los hologramas, fantasmas y espíritus de los Jedis y Siths.

― ¿Sí, cariño? ―preguntó Harry, con un toque de encanto, que la hizo sonreír. Aunque él en aquellos momentos, no pensaba en lo ocurrido, sino en los planos de un edificio, que estaba dibujando.

―Verás... queríamos, que vinieras a practicar con nosotras ―dijo Padma. ― ¡Oh, claro! Y Sirius quiere comunicarnos algo a todos.

Harry asintió y detuvo su creación. Él la veía, como el más grandioso de los palacios. Algo que combinaría, un estilo de los Templos de los Je'daii, especialmente del templo de Tython y los estilos caóticos de los Templos Sith. ―De acuerdo, aunque en verdad... que quiero terminar esto. ―Atrajo sus sables y su varita, con la Atracción de la Fuerza, y fue junto a Padma. ―Te vez hermosa.

La chica hindú, le enseñó una sonrisa. ―Muchas gracias, Harry. ―Rápidamente, desenfundó su Kopesh y lo encendió, pero la hoja Aguamarina, golpeó limpiamente, la hoja negra.

Harry se colocó en pose de Djem So.

Padma le enseñó una sonrisa, y se colocó en pose de Soresu. ―Sirius quiere hablarte de algo. Pero, si me ganas... ―le enseñó una sonrisa y se acercó a su oído. ― "Voy a darte una deliciosa mama..."

― ¡Harry, Padma bajen! ―llamó Parvati.

La pareja se separó, algo enfadada, desactivaron sus Sables/Kopesh. y los guardaron.

― ¡Estamos llegando! ―dijeron ambos, mientras seguían descendiendo por las escaleras, hasta llegar al primer piso, y acercarse a la sala, donde Amelia estaba sentada y sonriente.

―Dos cosas, chicos ―dijo Sirius a modo de saludo, mientras sonreía. ―Anoche, en mis sueños, fui visitado por unos extraños personajes, algunos vestían con ropas en escalas de blanco, es decir: blanco, nieve (o más bien, un rosa muy clarito), nieve blanca... em... algunos de ropas de color marfil o incluso de ropas marrón. Y unas personas, de ropa negra. ―Los ojos de los jóvenes se abrieron, al darse cuenta, de que Sirius hablaba de los Jedi y Sith, ¿Por qué lo visitaron? ―Recibí llamadas, de Amelia, Julius (padre de las hermanas Greengrass), Sarayu (madre de las gemelas Patil), incluso los Granger. Todos ellos, al parecer aceptaron de buena gana, lo que estos... Em... Sith y Jedi les dijeron. Sobre que ustedes, todos ustedes, podrían llegar muy lejos, tanto en el mundo mágico, como en otras galaxias, aunque ninguno de nosotros, está muy contento de no volverles a ver.

Al mismo tiempo, todos los jóvenes dijeron. ―No los abandonaremos, podemos venir de visita. No creo que eso, esté en contra de las reglas Jedi o Sith. ―Juraron.

Sirius asintió, como si supiera que dirían eso. ―Verán: Cuando yo era joven, James, Remus, Peter y yo, creamos estos ―enseñó un espejo, y lo entregó a su sobrino. ―Di: Sirius Black, tocándolo con la varita o tocando el objeto plateado, con ella.

―Sirius Black ―repitió Harry, pero tocando, la fría superficie del espejo, el cual parecía como si fuera de agua, y como si la varita de Harry, hubiese sido una piedra, que creó hondas, se empañó, y un segundo después, apareció el rostro de Sirius, quien ahora sujetaba otro espejo.

―Los Espejos de Comunicación: Black and Grandson, mi nuevo negocio ―dijo Sirius, a través del espejo.

― ¡Increíble! ―Dijeron los jóvenes, mirando el espejo de Harry, y viendo el rostro de Sirius, el espejo se empañó y volvió a ser un espejo.

―Cuando se quiere terminar la comunicación, solo quitas el dedo pulgar, del lado plateado. ―Dijo Sirius. ―Enviaré estos, a sus hogares, chicas, y cada una tendrá uno a la mano. No se preocupen, he hecho, que sean indestructibles. Y pronto los estaremos comercializando.

― ¡Esto es genial, Sirius! ―dijo Harry feliz.

―Gracias, cachorro ―dijo Sirius. ―De acuerdo, entonces: Sus padres, han dado permiso para que mañana, vayamos al partido del Mundial de Quidditch, que se celebrará mañana, pero hoy, los voy a llevar, al Callejón Diagon, a que compren los útiles de este año.

Los jóvenes asintieron, y usaron polvos Flu, para llegar al Callejón.

No hubo necesidad de comprar el Libro Reglamentario de Hechizos 4° Curso de Miranda Goshawk, Sirius dijo que él lo tenía, y que era cosa de usar un par de hechizos: "para que no se viera tan viejo" y luego la maldición Geminio.

Compraron los ingredientes de pociones, y Harry compró algunos bloques de madera y los implementos para la talla en madera.

Compraron las túnicas de gala. Todas vieron la túnica de Harry, pero él no vio las de las chicas. Esto Sirius, Amelia, Julius y Eleonor lo explicaron, como: "es de mala suerte, que un hombre vea el vestido de una chica".

― ¿Pero eso no es cuando te vas a casar? ―preguntó Harry confundido, y algo fastidiado.

―Pero también en estos casos ―dijo Eleonor, sonriéndole a Harry, quien solo gruñó y dejó que le siguieran midiendo y explorando los colores de las túnicas, hasta que eligió una de color negro, con detalles de plateado.

Cuando terminaron las compras, las túnicas de gala fueron guardadas.

Y por los siguientes tres días, Hermione, Zoe y Harry, estuvieron aprendiendo Vals Vienés Clásico.

Y en uno de esos días, escuchó una historia, algo estaba pasando: Al parecer, el antiguo maestro Auror (actualmente en su jubilación) de Sirius y James, había escuchado algo en su patio, algo pasó y los policías, fueron a ver qué había ocurrido.

Por lo que escuchó, entendió e interpretó, el hombre era un tanto paranoico.

.

.

Días después, en el partido entre Bulgaria e Irlanda del Mundial de Quidditch.

Todo iba muy bien, con Daphne, Hermione y Susan gruñendo, no les gustaba el Quidditch.

Mientras que Parvati, Padma, Astoria, Julius Greengrass y Harry, conversaban animadamente sobre el partido, que estaban por ver.

―Astoria ―llamó Daphne. Astoria sonrió, ya sabía lo que le preguntaría su hermana. ―Recuérdame nuevamente: ¿Por qué estoy aquí?

―Porque Harry y papá, te obligaron a venir. ―Contestó la Greengrass, de negros cabellos. ― Y claro: porque amas a Harry.

―Gracias ―gruñó la rubia. ―Aunque no significa, que tenga que escucharlos, ni nada por el estilo.

Daphne, Hermione y Susan, miraban algo molestas, como las otras tres chicas, y Julius y Harry, compraban comida chatarra y Omniculares, para ver el partido a todo detalle.

―Son como niños ―gruñó Daphne, blanqueando sus ojos, algo que hizo también su madre.

Minutos después, Daphne, Hermione y Susan, estaban totalmente con sus cabezas en otra parte, mientras el partido comenzaba.

Las chicas solo prestaron atención, cuando aparecieron las Veelas, como las mascotas del equipo de Quidditch búlgaro, mujeres de rubios cabellos y vestidos azules preciosos, que encantaron a todos los hombres. Aquello hizo que Hermione, Susan, Daphne y Padma, se mostraran furiosas y celosas, pues incluso su amigo/maestro de la Fuerza y amado, estaba atento de las Veelas. Pero, pronto se calmaron y sus celos las abandonaron, cuando Harry tenía los ojos cerrados y meditaba en total calma, haciendo que agradecieran a los Jedi.

E Irlanda trajo Leprechaus, unos hombrecitos diminutos.

Pronto, los equipos aparecieron, cuando los Leprechaus se fueron.

Harry nunca antes, había visto un partido como aquel.

Nunca antes había visto, tales jugadas.

Nunca antes vio a los Golpeadores, realizar tales trucos, para desviar las Bludgers de los otros jugadores de sus equipos.

Los cazadores jugaban de tal forma, que Harry estaba maravillado.

Harry pensó que había movimientos de los guardianes, que quizás deberían de ser clasificados como trampa, o es que eran tan profesionales, que sabían lo que hacían.

Era algo maravilloso.

Los fanáticos de Irlanda alababan a su equipo, lanzaban fuegos artificiales.

Lo mismo hacían los de Bulgaria.

Hermione y Susan, chillaron asustadas, cuando Víktor Krum y Aidan Lynch, se lanzaron en picada en busca de la Snitch; ambas creyeron que se estrellarían contra el suelo, hasta que Viktor, giró en el aire, como si fuera un trompo, adelantó a Lynch, atrapó la Snitch.

Las Veelas y todos los búlgaros, y aquellos que apoyaban a Bulgaria, rugieron de felicidad, por haber ganado.

El Ministro Fudge, miró sorprendido al Ministro Búlgaro, el cual sí podía hablar inglés.

Entonces, Harry apenas y lo sintió, pero fue muy rápido, y así mismo, su respuesta fue rápida, se giró y estiró su brazo, cuando un hombre vestido de negro, y que llevaba una máscara blanca con forma de cráneo, salió volando hacia atrás, y lanzó un quejido, al golpearse la espalda, contra un árbol.

― ¡Harry, ¿Qué pasa?! ―preguntaron Sirius, y sus amigas.

Harry no contestó, movió su dedo índice, y la varita de Tilo Plateado y Fibra de Corazón de Dragón Negro, voló de vuelta, a la mano de Harry. ―Y esto es mío. Petrificus Totalus ―la persona, quedó petrificada, y aun no se había recuperado del golpe contra el árbol.

― ¡Amelia! ―llamó Sirius, pero la mujer ya estaba junto a ellos.

Amelia Bones, retiró la máscara del rostro, y apuntó a la persona. ―Finite ―la persona reaccionó, pero Amelia fue más rápida. ―Atrapado ―grilletes salieron del suelo, capturándolo. ―Que alguien me traiga Veritaserum ―Sirius Desapareció, Harry volvió la mirada, al lugar donde había estado su padrino, ¡vaya que él deseaba aprender a hacer eso!, pronto volvió y Amelia, junto a Sirius, Julius y Eleonor Greengrass, y Arthur Weasley, colocaron algo que llamaron "Salas de Silencio", le dieron el Veritaserum al hombre y sus ojos se cristalizaron, pronto llegó el Ministro Fudge, junto a Crouch Sr. quien estaba incrédulo, de que su hijo acabara de ser capturado. Pronto, los jóvenes, supieron sobre la existencia del Suero de la Verdad, y de lo que podía hacer. Crouch Jr. contó, como su padre descubrió que era un Mortífago y lo capturó, de cómo estuvo encerrado en su casa, al cuidado de la Elfina de la familia (llamada Winki), de cómo estaba todo el tiempo, bajo la maldición Imperius, de cómo su padre compró una capa de invisibilidad, y le permitió ver el partido, y de cómo recibió órdenes a escondidas de los Mortífagos, para arrojar la Marca Tenebrosa al cielo. Lo hicieron desmayarse, y se lo llevaron, pronto, llegó un contingente de Aurores al lugar, y comenzaron a combatir, contra los Mortífagos, que aparecieron.

― ¡Chicos, vayan al bosque! ―ordenó Sirius, los jóvenes asintieron. ―Clase de Encantamientos, exprés: Encantamiento Evasissent, cuando vean un hechizo o.… lo que sea, ir hacía ustedes, apunten al hechizo y griten el nombre, lo desviarán de trayectoria.

―Entendido ―dijeron todos, mientras salían de allí, directo al bosque, como les ordenaron.

― ¡POTTER, ESTE ES MI.…! ―El Mortífago, que tenía una máscara blanca, no siguió hablando, cuando Harry lo ahorcó con La Fuerza.

¡Evasissent! ―exclamaron Padma y Parvati, protegiéndose mutuamente, desviando hechizos.

Harry hizo volar al Mortífago, contra sus amigos, uno de aquellos Mortífagos logró gritar una palabra extraña, claramente de un encantamiento: Morsmordre. En los cielos, apareció, formado por nubes de color verde, un cráneo y una serpiente saliendo de su boca.

¡Incendio! ―exclamó Susan, quemándole la capa a un Mortífago.

¡Carpe Retractum! ―exclamó Harry, tomando por el cuello a un Mortífago, ahorcándolo, hasta dejarlo inconsciente. ― ¡Glacius! ―congelando la máscara de otro, causando que se adhiriera a su rostro, para luego jalar con La Fuerza, arrancándole el rostro y parte de los músculos, haciéndolo gritar, y cayendo al suelo, inconsciente.

¡Evasissent! ―exclamó Hermione, desviando un hechizo― ¡Expelliarmus! ―la varita salió volando de la mano de otro Mortífago. ― ¡Desmaius!

¡Desmaius! ―exclamó Susan, haciendo caer al suelo, a un Mortífago, antes de que le atacara.

¡Desmaius! ―dos Mortífagos, acabaron en el suelo, gracias a Zoe y Hermione.

¡Expelliarmus! ―exclamó Harry, desarmando a un Mortífago. ― ¡Desmaius!

―Creo que ahora, todo está más calmado ―dijo Astoria, quien no veía más enemigos.

―Tengan cuidado ―pidió Harry. ―Vayamos a buscar a los adultos. ―Asintieron, sonrientes.

Esa misma tarde, apareció la noticia, sobre la Marca Tenebrosa, y alguien les había tomado fotos, y esta apareció, junto las fotos de Aurores y otros civiles, quienes se defendieron de los Mortífagos, cuando el partido había concluido.

Así mismo, se notificó que Barthemius Crouch Sr. (director del Departamento de Seguridad Mágica) y su hijo, serían enjuiciados.

El padre, por haber sacado a su hijo de Azkaban y haberlo ocultado en su hogar.

Y el hijo, por haber sido parte del ataque a los Mundiales.

Fudge, notificó que esto no cambiaba las cosas y que aun con todo esto, el Torneo de los Tres Magos, seguiría adelante.

Aquello, disgustó a Harry, Susan, a las Granger, las Patil y las Greengrass.

Siendo Harry, Susan, Daphne, Hermione (y Zoe), usuarios de La Fuerza, podían sentir como algo malo pasaría, de un momento a otro.