Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
34.
Los Espejos de Comunicación, habían sido un invento Merodeador.
Al igual que lo fue, el Mapa del Merodeador: Algo ideado por James, fantaseado por Sirius, hasta que Remus descubría cómo se creaba eficientemente y como no permitir que explotara, luego de que James y Sirius hubieran intentado hacer funcionar el invento, con la sangre bombeando a tope, Por parte de esos dos.
Y ahora, casi todos los negocios de la Inglaterra Mágica, contaban con uno.
Esto le permitió a Sirius Black, desde el año nuevo que dio inicio a 1994, ganar aún más dinero (y si a eso se le suma, que expulsó de la familia a Bellatrix Lestrange y la convirtió a ella, en una traidora de sangre).
Resultó ser que era un negocio tan lucrativo, que pronto el Ministro ordenaría que se ubicara, al menos uno, en cada lugar.
Y eso sumaba la oficina de Dumbledore, quien ya anticipaba problemas.
Pero, ¿De dónde venía ese sentimiento?
¿Era por lo que podrían representar los espejos, o por el Torneo de los Tres Magos?
No lo sabía y eso le molestaba mucho.
Además, a eso se sumaba, el cómo resultó el asunto de los Mortífagos, en el último partido del Mundial de Quidditch, donde tantos Mortífagos fueron encarcelados (o eso se le dijo al público).
La realidad era, que el Ministro Fudge, estaba furioso por tal falta de seguridad, pero no culpó, ni a Amelia Bones, ni a Scrimgeour; sino que descargó su furia contra los Mortífagos, ordenado que los Dementores los besaran.
Eso hizo enfurecer a Dumbledore, quien se presentaría en la oficina del Jefe de Aurores, con un periódico en la mano.
—Hola Albus, ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó Rufus, calmado a pesar de la violenta intromisión del hombre, en su oficina.
— ¡¿Qué es esto, Rufus?! —preguntó el hombre enfurecido.
—Un periódico.
— ¡ESTO! ¡LA NOTICIA EN PRIMERA PLANA! —Gritó furioso, enseñándole la portada del periódico.
Mortífagos: enjuiciados y condenados a muerte por medio del Beso del Dementor.
—Es Justicia, Albus —dijo Rufus, calmado.
— ¡No es justicia, es asesinato! —gruñó enfadado.
—Son terroristas, Albus. Era lo menos que se merecían. —Dijo Rufus.
— ¡No puedes ir asesinando personas, Rufus...!
—Todos ellos, recibieron un juicio y un interrogatorio con base en Veritaserum —dijo Rufus. Albus abrió la boca, pero el Jefe de Aurores, fue más rápido. —Tu estuviste en ese enjuiciamiento, el cual ocurrió ante todo el Wizengamot. Tengo mucho papeleo y cosas por firmar, aprobar o rechazar, gracias Albus, ya puedes retirarte.
Siguió con su trabajo, mientras que Albus, se iba enfurecido.
Pronto, salió la noticia de como Albus Dumbledore había interrumpido, en la oficina del Ministro de Magia, y había acusado al Jefe de Aurores de haber asesinado, a los Mortífagos.
Pronto, se comenzó a decir, que Albus Dumbledore, era un aliado de los Mortífagos, y que había muchas más razones, para pensar eso, teniendo en cuenta como un Mortífago, estaba ahora mismo enseñando en Hogwarts (Severus Snape), y que (supuestamente) él mismo, había ayudado a que varios Mortífagos salieran libres.
Los días pasaron, y volvieron a Hogwarts, por medio del Expreso de Hogwarts.
Hermione, Susan y Daphne, no tardaron en encontrarse con Harry, a quien saludaron con (lo que ellas llamaron) "Beso mañanero", Harry solo podía sonreír, ante su suerte de tener a chicas tan bellas, a su lado.
A esta edad, las chicas comenzaban a madurar, tanto psicológicamente, como físicamente, y se podía notar en los cuerpos de sus amigas, hasta que claro: lo sacaron del vagón, para cambiarse de ropa.
―Mi padre pensó en enviarme a Durmstrang, ya saben lo que piensa de Dumbledore, a ese le gustan mucho los Sangre Sucia ―decía Draco, a sus cargadores de libros (también apellidados como Crabbe y Goyle), Harry suspiró, y viendo que iban hacía él, se recostó en la pared. ―En cambio, en el Instituto de Durmstrang no admiten a ese tipo de chusma. Pero a mi madre, no le gustaba la idea de que yo fuera a un colegio tan lejano. Mi padre dice que Durmstrang tiene una actitud más sensata que en Hogwarts, con respecto a las Artes Oscuras. Allí sí las enseñan en verdad: no únicamente la porquería que tenemos nosotros, de Defensa contra ellas, como nosotros... Potter. ―Murmuró, al encontrarse cara a cara, con Harry.
―Bueno Draco. ¿Podrías informarme, entonces a donde asisten los Hijos de Muggles, en Bulgaria? ―preguntó Harry, quien desenfundó su varita. Crabbe y Goyle, también lo hicieron. ―Mutatio Vestimentum ―ahora, llevaba su uniforme escolar.
―En cuanto a tu pregunta, Potter: Ellos no asisten a ninguna escuela de magia, no es permitido ir a Durmstrang...
―Permite, que te cuente una... verdad incómoda. Algo que, a los Sangre Pura extremistas de Derecha, y a los Mortífagos, no les gusta ver. ―Esto llamó la atención de Malfoy. E ingresaron a otra habitación de vagón, pero dejando la puerta abierta. ―Digamos que crees que los Sangre Pura son superiores, pero no quieres tener las muertes de los Hijos de Muggles en tu consciencia, entonces, año con año entran más y más hijos de Muggles en el Mundo Mágico, ¿Cómo puedes mantener tu cómoda visión de ser un Sangre Pura, y estar en lo más alto?, si no entrenas a los Hijos de Muggles, pronto se descubriría a una gran cantidad de personas que pueden hacer cosas extrañas, en el Mundo Muggle, ¿entiendes?, ¿y si los investigadores Muggles, deciden estudiar a los chicos?, ¿y si volvemos a los tiempos de la Inquisición?, ¿puedes imaginar eso? ―Draco palideció, ahora parecía asustado. ―Si Ryddle gana la guerra, eso es lo que él hará: Dejará a los Hijos de Muggles, sin entrenamiento. ¿Tienes alguna idea, de qué armas tienen?
―No.
― ¿Crees que ellos también viven en la Edad Media, como nosotros? ―asintieron.
―Dame un par de días, y te haré llegar una enciclopedia. Quiero que veas, cuanto han avanzado los Muggles, en los últimos... digamos: Cien años ―Dijo Harry. ―Si vas a ser un Mortífago, y a apoyar a tu padre, y a los demás, a los cuales asesinamos en el Mundial... entonces, es algo que necesitas saber.
Se fue, dejando a Draco y a sus amigos, sin saber qué pensar.
O quizás, con muchas ideas dispersas.
Harry volvió al vagón, y las chicas se miraron unas a otras.
― ¿Qué le hizo a Draco? ―preguntó Hermione, finalmente. ―Harry, no puedes ir dándole una paliza a Malfoy, cada que me llame Sangre Sucia, o me insulte.
Harry la miró fijamente, y Susan se rio. ―En teoría, sí puede hacerlo. ―Harry le guiñó el ojo a Susan.
―El problema con los Sangre Pura más extremistas... ―comenzó Harry.
―También *tos* llamados *tos* Mortífagos *tos* ―dijo Padma.
―Es que ignoran cuanto han avanzado los Muggles, hasta el presente ―continuó Harry, ahora sonriente, ante la broma de Padma. ―Siguen pensando, que los Muggles viven como ellos: En el siglo XV. Cuando su ciencia y tecnología, han avanzado tanto, que creerían que es una fantasía. ―Miró entonces a Hermione― ¿Imaginas si repentinamente, Voldemort atacara a los Muggles, y si él conquistara Inglaterra, y algún ejercito arrojara una bomba termonuclear contra el país, para detener una serie de misteriosos y aberrantes hechos, que ocurrirían aquí mismo? ―Hermione se puso pálida.
― "Hay que detener a Ryddle" ―susurró la hija de Muggles, asustada, porque algo así pudiera llegar a pasar.
El viaje siguió en calma, pero la lluvia se intensificaba, cuando iban hacía el norte.
Finalmente, llegaron a Hogwarts, con la lluvia habiéndose intensificado. Escucharon a Ron Weasley, luego de descender de los carruajes, diciendo que, si seguían lloviendo así, el lago se desbordaría, y todos le dieron la razón.
Después de la selección, se les permitió comer.
―Tienen suerte de que haya cena esta noche ―dijo Nick-Casi-Decapitado.
El Barón Sanguinario suspiró. ―Cosa de Peeves. Estuvo molestando en las cocinas.
―A los Elfos Domésticos, no les hizo ninguna gracia ―dijo Nick, frunciendo su traslucido ceño.
― ¡¿Acaba de decir Elfos Domésticos?! ―chilló una incrédula Zoe. ― ¿Aquí mismo, en Hogwarts?
―Así es. ―Dijo el calmado Fraile, fantasma de Hufflepuff.
― ¡Pero si nunca he visto ninguno! ―dijo Zoe, nuevamente.
―Es lo que hace un buen Elfo Domestico: No dejarse ver. Atienden el fuego, limpian y ese tipo de cosas... ―pero el Fraile, dejó de hablar cuando la comida desapareció, y Dumbledore se puso de píe.
Zoe murmuró algo como "esclavitud"
―La lista de los artículos prohibidos, por el Señor Filch, ya suma cuatrocientos trece. Pero bueno, eso ya todos lo sabemos ―dijo Dumbledore, y todos rieron. ―Este año, no tendremos Copa de Quidditch. ―Y se armó un motín. Solo algunos alumnos hijos, sobrinos (o ahijados) de miembros del Wizengamot, ya sabían lo que estaba pasando y el motivo para aquello. ―El Torneo de los Tres Magos, se realizará este año. Un torneo donde tres alumnos competirán, representando a cada una, de las tres escuelas: Hogwarts, Durmstrang y Beauxbatons. En el pasado, se realizaba este torneo, para limar las asperezas, entre los competitivos directores de las tres escuelas de magia, más emblemáticas de Europa. Este año, he ganado el apoyo del Wizengamot, para hacerlo con tal de que todos podamos aprender sobre otras culturas mágicas, y sobre otros estilos de educación mágica ―Dumbledore se rio, con los labios juntos, como si no deseara dejar escapar aquella risa. ―En Octubre, recibiremos a nuestros invitados. Quiero que se lleven un muy buen recuerdo de Hogwarts. Y quiero, que traten de entablar amistades. ―Todos asintieron.
Las puertas se abrieron, e ingresó un hombre de cabello negro y canoso, su rostro parecía tallado en madera, y luego desgastado por el tiempo y la lluvia, tenía una gran cantidad de cicatrices en el rostro, como quien se adorna con tatuajes. A los ojos de cualquiera, el hecho de que le faltaba un trozo de la nariz, resultó terrorífico.
―Alastor Moody, un viejo amigo y nuestro profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras ―dijo Dumbledore, todos aplaudieron, los profesores y alumnos por cortesía y el director, por amistad, aunque no podía evitar estar molesto.
Todos fueron a descansar, y Dumbledore fue a su habitación, pensando en cómo lograr que... sus ojos se abrieron. Era tan fácil, que no podía creer que casi no se le ocurre nada, sobre cómo lograr que Harry entrara en el torneo.
Tenía a un Mortífago a la mano: Severus, y él podría ir a Little Hangleton, y hacer el ritual, para que Tom volviera a la vida. Se relajó.
No había nada de qué preocuparse.
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En una galaxia muy, muy lejana, en el planeta de Ilum, se encontraban Anakin Skywalker y su maestro Qui-Gon-Jin, donde Anakin estaba construyendo su Sable de Luz, y acababa de conseguir un cristal adegano de Pontita.
Existían cuatro tipos de cristales Adeganos, pero el de Anakin podía enfriar los temperamentos, gracias a su aura.
Qui-Gon-Jin, trabajó duro con Anakin, para demostrar que sería un grandioso Jedi, y gracias a su entrenamiento, Anakin logró un acercamiento casi milagroso en la forma II: Makashi, Qui-Gon lo vio, en la postura de guardia y la forma de ser de Anakin; algo que hizo llorar a Qui-Gon, esto debido a que su viejo amigo, Dooku, la solía usar. Y aunque Qui-Gon usaba la forma V, también era un genio en la forma II, aunque Anakin tendría que refinarla, con la ayuda del maestro Jedi: Ki-Adi-Mundi.
Con base en esto, Anakin, crearía una empuñadura curva, y usaría un cristal que, al ser empleado por la Fuerza del joven aprendiz, la hoja del Sable de luz, era azul, casi llegando a una especie de violeta, pero sin llegar a ser de ese color.
