—Por favor, Aome...

—No.

—Vamos, ni siquiera te estás divirtiendo —dijo el chico recostando su cabeza en el regazo de la azabache, mirando ligeramente hacia arriba y completó la acción con un puchero.

Aome rio —Ahora pareces un perro rogando.

Frunció el ceño y recuperó la compostura sentándose firme en el asiento, cruzó los brazos —Bien, regresemos con tus amigas gritonas por tres horas más, para que luego te pidan comida diciendo "Aome fue quien nos invitó, ella paga" y tu mires asustada tu bolso, porque ya no te queda más dinero y no sepas que hacer, ya que eres tan tonta que no puedes negarte.

Pensó un poco en las palabras del híbrido, tenía razón, MUCHA razón, además ese día era para pasar juntos los dos —¿Y a dónde quieres ir?

Él sonrió —A comer.

—Iremos de compras —Dijo levantándose.

Inuyasha asintió con una sonrisa —Iremos de compras... —luego bajó el tono de voz, casi para sí mismo —Y luego a comer.

Ella rodó los ojos —Y te quejas de que ellas me piden comida.


Yuka tembló en su lugar —Ya se tardaron.

—Y si... ¿al final se la llevó la policía? —preguntó Ayumi.

—Imposible.

—Su novio la obligó a irse —murmuró finalmente Eri —Seguramente la acorraló y no le dejó opción.

Las otras dos temblaron en su lugar —El novio de Aome da miedo.