… SEIS

EREN

Eren y Armin se encontraban en un gran salón de la residencia real de la reina de las murallas: Historia Reiss. Ésta, aún no había hecho acto de presencia por lo que los dos estaban sentados en un cómodo silencio mientras esperaban por ella. Eren no sentía presión por la cita que había pedido Historia, de hecho, estaba alegre de que ella hubiera mostrado interés por conocerlo.

Desde que había vuelto, y el escuadrón había sido escoltado y detenido en la capital, Eren se la había pasado encerrado en el hostal que habían designado para ellos. Debido a su nula existencia con el resto del mundo le fue privado asistir a las audiencias, pero tenía completa libertad para salir y andar si se aburría, nadie le pararía el paso como a los otros. En el mes que duraron las continuas audiencias, Eren casi no salió del edificio, no tenía ganas de andar y descubrir cuan ignorantes, pero a salvo estaban ahora todos. Sin embargo, en su tiempo allí, si había recibido la visita del general del ejército, Darius Zackley, en compañía con Dot Pixis que lo observaron con cierto interés. Aunque incomodo tan solo pasaron por allí y le dieron una breve hojeada antes de encerrarse con Hange en un cuarto para discutir las acciones a tomar en las siguientes audiencias. No mucho después, Hange le había comentado que les había revelado superficialmente lo que había pasado fuera de las murallas a Darius y Pixis, en favor de que ellos eran grandes confidentes de su investigación, así como lo era Historia.

Si hubiera sido cualquiera de los otros dos los que hubieran convocado ese encuentro Eren si hubiera sentido incomodidad y aprensión de esta, era poco lo que había tratado con ambos viejos antes de todo esto y se temía la forma con la que lo tratarían. Tal vez lo tratarían como un lastimero mártir o una anomalía andante o cualquier otra cosa con la que Eren no quería pensar. En cambio, con Historia a pesar de que no eran los grandes amigos, la conocía. Habían pasado por mucho juntos hace unos años durante el golpe que dio la milicia a la realeza y desde entonces sabían de cosas que avergonzaban al otro.

Bueno, al menos ella lo hacía, suspira con cansancio Eren al recordar por centésima vez que él era un donnadie para el mundo, excepto para el circulo de su escuadrón. Es una lástima que Historia no pueda recordar como los otros.

- Todo saldrá bien, no te preocupes -murmura Armin a su lado malinterpretando el origen de su suspiro.

- No estoy preocupado. Historia es Historia -encoge los hombros Eren- A pesar de que ya no me recuerde, debe seguir siendo la misma chica pasiva de siempre.

- Lo es -confirma Armin- las personalidades de las personas no parecen haber cambiado desde un inicio. Nosotros seguíamos comportándonos como antes cuando estábamos amnésicos. Algo extraño -murmura Armin para sí- Porque incluso hay momentos claves en la vida que te cambian.

- Hm -murmura pensativamente Eren. Aún estaba tratando de entender esa nueva realidad sin titanes.

- … No sé cómo preguntar esto -Armin lo saca de sus cavilaciones- Pero ¿estás bien con Mikasa?

- ¿Uh? ¿Mikasa? -Eren parpadea unas cuantas veces- Sí, estamos bien -murmura finalmente.

- Los he notado extraños -Armin niega con su cabeza- más bien, te he notado a ti extraño, ¿me vas a contar que pasa? Soy tu amigo.

Eren mira un momento a Armin antes de recostar su cabeza en el respaldo del sillón y mirar al techo con sus manos entrelazadas en su vientre. A Eren viene la memoria de aquel día en el cuartel cuando recién habían sido liberados de la capital. Él se encontraba de camino para hablar con Hange cuando se cruzó con Mikasa en el camino.

Mikasa se acercó a él con paso firme hasta detenerse frente suyo. Eren advirtió su mirada contraída por alguna emoción y antes de que él pudiera decir algo ella hablo con decisión.

- Eren, no lo vuelvas a hacer -soltó ella de improviso para confusión de Eren- No te atrevas, nunca, a quitarme lo más preciado que puedo tener en mi vida -Eren ve con alarma como los ojos de ella se humedecen.

- ¿Qué cosa? -pregunta él con cierto temor.

- Lo más terrible para mi seria perderte -Mikasa agarra la mano de Eren con fuerza- Pero sería aún más cruel, perderte y no poder recordarte. No recordar la calidez y alivio que brindaste a mi vida desde que nos conocimos -Mikasa pelea por retener las lágrimas, pero estas ruedan libremente por sus mejillas.

- Lo siento -murmura Eren con melancolía. Hay pocas cosas que logran descolocarlo a esas alturas, pero ver la sinceridad y estado de Mikasa mueven una fibra en él.

- Todo este tiempo… fue terrible -Mikasa niega con su cabeza- Algo dentro de mí me decía que una parte importante estaba extraviada, y era tan frustrante el tener esa sensación y no poder hallar el qué era -Mikasa suelta un suspiro tembloroso.

- Lo siento -repite Eren con la voz en un hilo, y solo porque es Mikasa se permite confesar lo siguiente- Los extrañe inmensamente… te eche de menos, Mikasa.

- Te eche de menos, Eren -murmura ella con voz rota, asintiendo- aunque no lo supiera, mi corazón lo hacía -Eren le da una sonrisa frágil a Mikasa- Eren -Mikasa estruja su mano- te amo y no poder recordarte es lo peor que me han hecho -Mikasa cierra sus ojos con fuerza y solloza en silencio sin soltar la mano de Eren.

Con el corazón retumbando en el pecho y la garganta apretada, Eren solo atino a jalar a Mikasa en un abrazo y dejarla llorar en su hombro.

Eren suspiro nuevamente, incluso el recuerdo lograba acelerar los latidos de su corazón. Aquel tema era algo que estaba evitando y postergando a cada rato, pero ahora que Armin sacaba a colación el tema era momento de hacerle frente.

- Mikasa me ama -le responde simplemente a Armin.

- Sí, eso ya lo sé -responde lentamente él.

- Armin -Eren mira con embarazo a su amigo- ella no me ama como un hermano o un hijo, ¿estoy en lo correcto?

- Eren, tú eres el único que pensaba que el cariño de Mikasa era de esa manera -le contesta Armin con una sonrisa.

- … Ya veo -murmura Eren sintiendo como su pecho saltaba ante el impacto de las palabras de Armin.

- Eren, si todo esto te ha enseñado algo -habla Armin mientras se acomoda en su asiento- Es que no debes tener lamentos en tu vida. Aprovecha que por una vez las cosas están saliendo bien y explora lo que siente tu corazón.

Eren siente su rostro enrojecerse por el significado de las palabras de Armin. Tal vez deba hablar con Mikasa cuando vuelva…

Los pensamientos de Eren se ven interrumpidos cuando Historia hace su aparición en el salón, Armin y él se levantan y hacen la protocolaria reverencia a ella. Ella saluda afablemente a Armin y éste hace las presentaciones entre ellos.

- Hola, Eren -saluda Historia con una amable sonrisa.

- Hola -contesta él sin saber que más decir- Que bueno verte de nuevo.

Historia solo ladea su cabeza a su comentario antes de invitarlos a sentarse y servir un juego de té ya listo.

- Espero no haberte importunado con esta cita, Eren -Historia coloca una bandeja con tres pocillos de té- Solo es mi curiosidad lo que me movió a esto -ella le pasa su taza a Armin- Y ahora que te veo, no sé… pareces alguien que hubiera conocido -Historia le tiende la taza a Eren, la cual él prestamente recibe- Me interesaría conocerte, ¿no te molesta?

Eren había dejado de escuchar a Historia y de hecho había dejado de percibir todo su entorno desde el momento que sus dedos rozaron con los de ella. Se había quedado inmóvil con la taza tendida y una expresión de espanto en el rostro. No sabe cuánto tiempo se quedó inmerso en aquel estado, pero fue el toque de Armin en su hombro lo que lo trajo de vuelta.

- Eren, ¿estás bien? -pregunta Armin con expresión preocupada.

Eren mira desde la expresión preocupada de Armin hasta la mirada de duda y confusión de Historia, el movimiento de su cabeza sintiéndose en cámara lenta. Eren traga fuerte para mandar el nudo de terror que parecía haberse atorado en su garganta antes de contestar.

- …Estoy bien.

- ¿Seguro? -pregunta Historia.

- Sí, sí. Solo un mareo, no he dormido bien los últimos días -se excusa Eren dándole un gran trago a su taza.

- Bueno, si así lo dices -Historia no se ve del todo convencida, pero cambia de tema- estaba diciéndote que quisiera conocerte.

- ¿Eh? Sí, sí, claro. ¿Qué quieres saber? -pregunta Eren para distraer su mente.

Los siguientes minutos Eren contesta preguntas sobre su vida, su relación con Historia y con el resto de los miembros del Escuadrón de Operaciones Especiales, preguntas que ayuda a contestar Armin. En una de ellas, mientras Armin e Historia se encontraban enfrascados en su conversación, Eren disimuladamente cogió el cuchillo del juego de cubiertos que estaban dispuestos para los bocadillos y con el corazón latiéndole desbocadamente en el pecho raspo el filo de este con su pulgar haciéndose un corte en este.

Eren mira con expectante alarma a su pulgar, esperando que este empiece a sanar por sí solo o incluso esperando la electrizante sensación de poder que lo recorría antes de una transformación, pero este simplemente gotea un poco como cualquier herida normal y nada ocurre.

Es ridículo, incluso Armin le había contado que se había herido antes, pero eso no provoco su transformación. Los titanes y sus poderes se han ido, nada de eso ya existe. Ahora este es un mundo libre. Supéralo, intenta reprenderse mentalmente Eren, pero a su mente vuelve lo que salto a ella con el toque de Historia haciéndole estremecerse imperceptiblemente. Si lo que pasó es lo que creo que es… el maldito poder del Titan de Ataque de ver el futuro…, Eren se siente palidecer ante la posibilidad y el significado de ello. Diablos, necesito saber que pasa al otro lado del mar, piensa Eren mientras aprieta fuertemente su puño.