Esto pasó una vez con un chico que me gustaba, así que decidí traerlo para ustedes, perdonen que haga propaganda a una cadena de comida rápida. Espero estén sobre llevando la cuarentena de la mejor manera posible y sino, ojalá les distraiga por unos minutos. Reciban un fuerte abrazo virtual desde este lado del computador.

HikaHaru por siempre.


LEJANÍA

Se frotó los ojos por quinta o sexta ocasión en la última hora. Estar tanto tiempo frente a la computadora hacía que la vista se le cansara más fácilmente, pero debía entregar el avance de su tesis para el día siguiente, motivo por el cual trataba de no distraerse.

El celular vibró.

Resopló un poco incómoda. A pesar de encontrarse a unos minutos en autobús, Hikaru tendía a preguntar cómo se encontraba básicamente todos los días, lo cual no estaría mal de no ser por el estrés que se le estaba acumulando debido a su asesor, quien no parecía satisfecho con cada uno de los borradores que le había enviado. Se quitó los lentes y dejó a un lado de la mesa mientras leía el mensaje enviado.

¿Cómo te fue en la última revisión?

No entiendo qué es lo que quiere ese hombre. He hecho cada uno de los cambios que ha pedido y a pesar de ello no está conforme. Se desahogó.

¿Necesitas algo?

Lo que quiero ahorita es una pizza pequeña de Domino's. Bromeó un poco.

Pídela.

Jaja, no tengo dinero en la tarjeta.

¿Estás en la biblioteca o en tu departamento?

El depa.

El celular dejó de vibrar, por lo que lo dejó de lado y continuó con su tarea, necesitaba terminar antes de la fecha límite. Casi se había olvidado de la plática con su novio cuando tocaron a la puerta. Se levantó un poco enfurruñada pensando que Hikaru había llegado a importunarla, sin embargo, grande fue su asombro cuando, en la puerta, se encontró con un empleado de la conocida cadena de pizzerías.

-¿Mediana de pepperoni con papotas? –preguntó el joven.

Iba a aclarar al chico que se había equivocado de dirección cuando su celular vibró con un mensaje del Hitachiin.

Disfruta tu pizza.

Aceptó el pedido e ingresó toda confundida al apartamento. Casi se sintió como la ocasión en que todo el Host Club la había secuestrado para pasar un fin de semana en una playa en Bali, comprándole trajes de baño en el camino, así como protector solar y hasta recuerdos para llevar a su padre.

No me digas que llamaste al dueño de Domino's para pedir la enviara. Le escribió completamente sonrojada.

Algo más simple: lo hice con la aplicación.

Sonrió. Hikaru se adaptaba a ella, a "la vida de plebeyos", incluso a la lejanía debido a sus carreras. Y parecía que lo hacía más rápidamente que ella. Olvidó su propia regla de "No llamar en periodo de exámenes ni trabajos importantes" y marcó su número. Si él podía amoldarse a ella, ella podía amoldarse a él. La pizza estaba deliciosa.