Oh Dios... Me tomé un descanso como de un mes, lo siento por ello.
Pero acá estamos de nuevo. Este es el penúltimo capítulo, me gusto mucho, espero lo disfruten y puedan disculparme por el atraso
Pov Sasuke.
Estaba hechizado, Sakura no era una sustancia ilegal, sin embargo parecía abofetearme como si lo fuera. Estaba indiscutiblemente nervioso, pensamientos obscenos se repetían una y otra vez en mi cabeza, «me iré al infierno, sí lo haré» pensé mientras la veía caminar frente a mí. Tal como la primera vez, solo que en esta ocasión sus pasos eran fuertes y decididos; una sonrisa se instaló en mi rostro al recordar el día que la había conocido.
Rebusqué un poco en el pasado y la vi caminando tan atolondradamente como lo haría un antílope con apenas dos horas de haber llegado al mundo; de igual forma se dio la vuelta y quedó frente a mí.
—¿Estás bien? espero que no hayas bebido demasiado —dije.
—No lo hice. Si no hubieras llegado probablemente lo hubiera hecho, no me gusta sentirme sola.
—Ya no estás sola —respondí mientras buscaba las llaves de la camioneta en mi bolsillo.
Al llegar al vehículo Sakura se recargó en la puerta, sus mejillas sonrojadas y un tanto melosas por el sudor la hacían lucir perfecta.
—¿Qué me ves? —preguntó mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
—No te imaginas lo que veo —respondí mientras me acercaba a ella.
Me pegué a su torso y la tomé de la mejilla, uní nuestros labios nuevamente. El sabor acidulado del arándano me hizo sentir un cosquilleo en las papilas gustativas, no importó; nada importaba cuando la tenía tan cerca.
—Sube al auto —ordené, mientras rodeaba el vehículo, y también entraba en él.
Me gustaba manejar, hacía pocas semanas me había descubierto sonriendo mientras escuchaba música y navegaba en las grandes avenidas de la ciudad, nunca me había percatado de tal hecho; para mí, vivir era algo más bien monótono, como una maquinaría la cual había sido construida para ejercer algún trabajo, nunca para disfrutar, nunca.
Mis cavilaciones me encendían, no era solo el hecho de fundirme con la mujer a mi lado, ella era una maldita Diosa. Alguna vez escuché la conversación de Hidan sobre una mujer que había conocido tiempo atrás; una bruja, así es como él la había llamado. Ahora entendía todo, el amor y la veneración que tenía por Sakura era algo inconcebible para un hombre, y más para un hijo de puta como lo era yo. Sí, Sakura era mi bruja, y yo podría sacarme el corazón sin ningún remordimiento; yo podría regalárselo y morir de felicidad al tiempo en que ella lo tomase.
—¿Qué tanto piensas? —preguntó mientras tomaba un rizo de mi cabello.
—En que eres una bruja.
—¿Por qué soy una bruja? —Jaló un poco mi cabello, lo que hizo que volteara a verla.
—Porque lo eres —contesté y tomé su mano para besar el dorso de la misma repetidas veces.
Sakura volvió a guardar silencio pero, ahora nuestras manos yacían entrelazadas en el espacio entre los dos asientos. Sabía muy dentro de mí que estábamos juntos, y a la vez no lo estábamos; ninguno de los dos había formalizado la relación pero, nos dimos cuenta rápidamente que éramos la pieza faltante en nuestro complicado rompecabezas.
[...]
—Hemos llegado —comenté mientras terminaba de estacionarme.
Bajamos de la camioneta y la conduje por el pasillo que daba a las puertas, vivía en el segundo piso de un edificio pequeño. Estaba harto de los grandes complejos, donde todos los vecinos se enteraban lo que uno hacia las veinticuatro horas del día.
La tomé de la cintura y la atraje hacia mi cuerpo, besé su cuello y sentí como su piel se erizaba, estaba vuelto un maldito enfermo. Todo el tiempo en su casa sin poder llegar más allá de besos y arrumacos me tenían mal, y sabía que a ella también, pues cada vez que nos besábamos parecía que deseaba comerme vivo.
Al llegar a la entrada de mi apartamento, la solté para buscar las llaves. Abrí la puerta y dejé que pasara primero.
—Bienvenida.
Sakura me miró un breve momento, y después posó la mirada en todo lo que estaba frente a ella. Yo no estaba seguro de que pensaría sobre mi pieza, en realidad había pedido la ayuda de Azuka para adornar el lugar, como arquitecto pensé que todo sería muy simétrico; necesitaba la ayuda de un artista, de alguien cálido para darle vida.
—¿Qué opinas? —pregunté cuando aún estaba recargado en la puerta ya cerrada.
—Me gusta, es como si estuviera dentro un bosque. Un pequeño bosque privado.
—Sí eso pensé yo —Reí al darme cuenta de que pensábamos de forma similar.
—¿Quieres conocer la habitación principal? —cuestioné mientras comenzaba a caminar y le ofrecía mi mano para conducirla por la pequeña estancia.
La uní nuevamente a mi cuerpo y sin pena aspiré aquel exótico olor.
—¿Ves como si eres una bruja? Cada que aspiro tu aroma quiero arrojarme a tus pies. Seguramente tu misma fabricaste tu perfume.
—Oh sí, lo hice yo. Para lograrlo tuve que deshacerme de muchas mujeres de esencia única y de cabellera roja, ¿Por qué crees que siempre estoy tras Tayuya? Ella será la última —Sakura jugueteó y a mi fascinaba esta faceta suya.
Cuando llegamos a mi habitación entré sin premura, ella se quedó en el marco de la puerta observando todo a su alrededor.
—¿Qué sucede? —interrogué un tanto nervioso.
—Nada, solo estoy disfrutando el momento.
Después de responder entró e inspeccionó minuciosamente cada rincón.
—Me gusta aquí, siento que puedo conocer más de ti. Tayuya me dijo que tu antigua habitación tenía alfombra, me atrae la idea de la alfombra; no importa, este piso de madera es muy hermoso —Tanteó el piso debajo de ella, y después prosiguió —. También dijo que tenías una gran colección de discos, pon algo que nos guste a los dos.
Obedecí sin objeción alguna. Ella siguió indagando en mi pieza, mientras yo buscaba mi disco favorito; por un momento me sentí intimidado, ella realmente estaba aquí y estaba escrutando en mi alma. Todo lo habido dentro de esta habitación era mi esencia, me pregunté si ella se había sentido igual el día que yo irrumpí en su casa por primera vez. No tardé mucho en encontrar ese disco en vivo que me ponía la piel de gallina, no quería música melosa para nuestra noche; los dos éramos caos. Cuando la canción comenzó Sakura me miró como si fuera parte de mi malévolo plan.
Un teléfono descolgado, helicópteros; guitarras, y después el bajo dándole profundidad a la canción. Así es, ella lo sabía y yo también.
We don't need no education,
We don't need no thought control.
No dark sarcasm in the classroom.
Teachers leave them kids alone.
Hey, teachers, leave them kids alone
Yo era un hombre indudablemente feliz, la guitarra de Gilmour hacía lo suyo y yo deseaba hacer lo mío, necesitaba acariciar a mi guitarra y hacerla gemir de placer.
No esperé mucho tiempo más, y me abalancé sobre ella; al principio bailamos en medio de la habitación, uno no sabe cómo demonios bailar Another brick on the Wall pero, igual lo hicimos. Nos dejamos llevar por el placer de estar vivos y enamorados. Solo dos niños luchando por ser ellos mismos, dos niños acoplándose el uno al otro, apoyándose.
Sakura me besó y después todo se fue al carajo, nuestras ropas cayeron rápidamente al suelo. La cargué y ella abrazó mi cuerpo con sus piernas, estábamos entregándonos tan intensamente, todo era posible. La deposité en la cama y miré su desnudez.
—Maldición, no te imaginas cuanto te he esperado. —hablé lascivamente, mientras jugueteaba con sus muslos.
Deseaba lamerla toda, y así lo hice; mis besos húmedos iban en ascenso, «¡Joder! Mira sus pies» pensé mientras los besaba tiernamente. Sakura era una chica de cuerpo más bien fino y ligero; sus piernas eran su mayor atributo. No, todo en ella lo era.
—Me haces cosquillas —declaró con los ojos cerrados.
Yo estaba absortó en su blanquecina piel y en como esta iba cambiando de color en las áreas donde mordisqueaba. La canción en el reproductor ahora hablaba sobre el tiempo, el tiempo es relativo; solo nosotros envejecemos, no podemos escapar. Y yo no quería hacerlo, deseaba vivir toda la vida entre sus piernas.
Cuando llegué a su parte íntima Sakura se había convertido en la bruja de la cual habíamos hablado anteriormente, su cabello desacomodado y lo enrojecido que estaba su rostro la hacían lucir endemoniadamente perversa; me alcé un poco para verla mejor, ella se mordía ferozmente su brazo.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté mientras fruncía el ceño —, quita esa mano de ahí. Quiero escucharte pedir por mí.
Ella me observó un breve instante y obedeció en el acto. Yo volví a la zona de guerra, como buen soldado debía terminar la misión encomendada; el sigilo era mi arma secreta, no esperé más y comencé a lamer su estreches. ¿Cómo debe comportarse un hombre cuando ama a una mujer?, ¿yo amaba a Sakura?
Odiaba esos pensamientos tormentosos, nada tenía que ver con lo que estaba haciendo. Ella se movía descontroladamente cuando succionaba y pasaba mi lengua por su pequeña campa.
—¡Maldición! —gimoteó mientras se dejaba hacer.
Acarició mi cabeza y me sentí de nuevo como un niño pequeño. ¿Qué diablos? Yo no era un infante, yo era el demonio que deseaba joderla. Metí mi lengua en su cavidad y con las yemas de mis dedos acaricié nuevamente su botón, me encantaba hacerla mía de esta forma; y a ella también le gustaba ser tomada así, pues sus movimientos se hicieron cada vez más frenéticos.
—¡Sa... suke! —canturreó mi nombre al momento en que yo recibía su veneno.
Cuando me puse de pie, y vi lo hermosa que se veía me emocioné aún más. Pasé mi mano por mis labios llenos de su éxtasis, su pecho subía y bajaba de manera violenta; una de sus manos estaba impuesta sobre su vientre, la quite cuidadosamente y pasé mi lengua por el lugar. Su piel estaba ardiente, sus pequeños y rosados pezones estaban erectos; yo también lo estaba, necesitaba liberar a los diablillos que dormían dentro de mí.
Me senté sobre ella y ladeé la cabeza, ella recobró un poco la noción y me observó pecaminosamente.
—Sé lo que quieres, ven aquí. —dijo mientras se deslizaba debajo de la cama.
«¿Enserio lo va hacer?» me cuestioné mientras mi corazón se desbocaba por todos lados. Tomé una almohada y le ayudé a alzar la cabeza, necesitaba más altura si estaba dispuesta a masturbarme con su boca. Y lo hizo, ¡maldita sea, sí lo hizo! Primero dio tiernos besos en la punta; yo no sabía qué hacer, necesitaba enterrarme en ella. Sakura se percató de mi arrebato y llevó todo mi pene a su boca, en ipso facto sentí mis ojos ir en direcciones opuestas; mi cabeza daba vueltas y las manos me sudaban.
Desde la posición en la que yo me encontraba era pura lujuria lo que se veía, Sakura lamiendo mi falo, ahora Sakura atragantándose de él, yo necesitaba saber que había hecho bien en la vida para recibir un servicio tan supremo. Ya no podía contenerme más, tomé su cabeza con ambas manos y empecé a embestir su boca, no deseaba vaciarme dentro de ella, eso era muy íntimo y no sabía si ella estaba dispuesta; así que cuando me estaba partiendo a la mitad, cuando el calor se extendió por todo mi cuerpo, intenté salir de ella pero, no lo permitió, con sus manos empujó mis glúteos hacia ella.
—No... espera —hablé entrecortadamente.
No pude resistirlo más, me vacié en su garganta; gruñí mientras mordía mi labio fuertemente. Después me quité de su regazo y me senté sobre el colchón, estaba mareado.
—Estás loca —declaré mientras trataba de retomar la situación.
Ella solo sonrió y abrazó mi costado.
Pov Sakura.
Ver a Sasuke actuar de esta manera me daba un poco de risa, limpié con mi lengua todo el esperma que se había quedado regado alrededor de mi boca.
El placer de saber que era mío me procuraba tan inmensa felicidad, que por un momento todo el dolor que había pasado el último año se quedó en el olvido. Él aún estaba sentado y posó su mano en mi cabeza, los dos habíamos tenido un orgasmo gracias al otro.
—¿Estás bien? —pregunté mientras me enderezaba.
—¿Por qué no estaría bien? mi chica me acaba de dar amor con su boca.
Me gustaba el término que había empleado para mí, sonreí nuevamente mientras me sentaba a su lado. Le besé los labios porque la pasión aún estaba viva dentro de mí; me alcé un poco y me senté sobre él.
—Te deseo tanto —dijo mientras pegaba su frente a la mía.
Yo sentía que habíamos esperado una eternidad para tener esta clase de intimidad, besé su nariz y después sus labios; nuestro beso se hizo más cadencioso, nuestras carnes estaban expuestas y preparadas para el banquete.
Esta ocasión era tan diferente a nuestra primera vez juntos, esta vez el deseo nos quemaba tan violentamente que en algunos momentos sentía que me faltaba el aire. Sasuke me ayudó a levantarme un poco más para poder entrar en mí, mis mejillas se encendieron al sentir su miembro estrujarse en mis paredes. Él abrió un poco su boca mientras eso ocurría, me sostuvo de la espalda baja y comencé mecerme sobre él.
¿La vida está hecha de coincidencias o solo es el destino? El chico que había conocido meses atrás en un bar, el cual había visto la peor parte de mí, se estaba entregando por completo. Apoyó su cabeza en mi clavícula tratando de no perder la cordura, yo hacía la mayor parte del trabajo.
—Lo siento, ya no puedo —dijo mientras me empujaba hacia atrás y se ponía sobre mí.
Nos miramos un par de segundos y después me besó. Primero tiernamente pero, la ambición de nuestros cuerpos nos pedía más y más.
Sasuke se introdujo de nuevo en mí, era perfecto ver todo desde una primera fila. Cada gesto y contracción en su rostro era por si solo un placer, me llevó de nuevo lo más arriba que un ser humano pueda llegar. Sus embestidas eran rítmicas y constantes, yo gemía y apretaba cada parte de él que encontraba en mi camino.
—Oye Sakura... —me habló cuando yo ya me estaba perdiendo.
No respondí, solo abrí uno de mis ojos y lo miré expectante.
—¿Quieres formalizar esto? Es decir... ¿Quieres ser mi novia? —soltó tan de repente que mi corazón pareció detenerse una fracción de segundo.
«Cálmate, por favor... cálmate» sentí la necesidad de llorar. Sasuke aún estaba dentro de mí, nuestros cuerpos parecían bailar un vals, uno muy erótico y etéreo.
Respondí que sí mientras finas lágrimas salían de mis ojos, él pareció entender el sentimiento y se recostó sobre mí.
—Te quiero —Me habló al oído mientras aún me penetraba.
No respondí, no era necesario pues le estaba entregando todo mi ser y él era consciente de eso. Nuestros cuerpos se hicieron uno solo mientras ambos llegábamos al clímax, Sasuke se dejó caer sobre mí y yo inexplicablemente comencé a llorar como una niña.
Había estado jodida por mucho tiempo, había flagelado mi alma y escondí mi verdadero ser por varios años. No estaba llorando por tristeza, solo sentía que mi vida iba ser mejor de ahora en adelante y eso me conmovía.
Sasuke por su parte no dejaba de besar todo mi rostro, lamía con descaro cada lágrima que salía de mis ojos. No pude evitarlo y comencé a reír, «todo fue necesario» pensé mientras unía de nueva cuenta mis labios con los suyos.
[...]
La voz de la chica californiana molestaba mi sueño, abrí un ojo y tanteé en terreno con mi mano. Sasuke aún estaba a mi lado, se veía extrañamente relajado al dormir. El celular sonó de nuevo y yo ni siquiera sabía dónde estaba, de pronto recordé haber dejado mi pequeño bolso en la sala.
Me levanté por completo de la cómoda cama, me enredé en el suave edredón y caminé hasta el lugar donde había dejado mis pertenencias; de nuevo la música de Gavlyn me avisaba que alguien llamaba, estiré la mano y tomé el bolsillo. Era Tayuya.
—¿Qué sucede?
—Woow, tu voz suena a que tragaste su mierda —la chica estalló en risas.
—¿Qué?
—Olvídalo, necesito verte ¿Dónde están?
—¿Por qué tan temprano? No molestes, nos podemos ver más tarde. —respondí mientras me rascaba el cuerpo.
—¡No, debe ser ahora! Mándame tu ubicación.
—¿Qué te sucede? ¿Paso algo?
—Sakura tengo que hablar contigo. Eres con la única con la que deseo hablar —Su voz sonaba diferente.
—¡Diablos! Te enviaré mi ubicación, márcame cuando estés aquí. —colgué la llamada.
Me encaminé hacía la habitación donde Sasuke aún dormía, abrazaba un almohadón y su rostro lucía pacífico; no quería despertarlo, así que indagué su habitación en busca de una toalla. Si iba a ir con Tayuya debía quitar todo lo pegajoso que había en mi cuerpo, lo cierto es que tuvimos sexo toda la noche, una sonrisa boba se instaló en mi rostro.
Después del baño, me vestí con el mismo vestido adornado de frutillas. El celular comenzó a sonar de nuevo.
—Ya bajo.
Después de colgar, me acerqué a Sasuke y lo besé en la frente. Esperaba volver pronto, desconocía lo que había pasado con Tayuya pero, debía ser algo importante como para importunar.
✎﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
Oh maldición... Este capítulo presento una dificultad grande para mí. No deseaba hacer nada muy vulgar, ni nada muy soso. Al final me ha gustado su resultado; como he venido diciendo en semanas anteriores, me gusta mucho este Sasuke, me lo imagino tan humano. Espero que les haya gustado, bueno ustedes díganme qué les ha parecido.
