Adiós
Seiya miro el cielo enrojecer apoyado en su auto.
Desde el este mirador podía observar como el color tocaba el castillo haciendo que miles de colores de la gama del rojo y rosa irradiaban Tokio de cristal. Había venido aquí al llegar a la ciudad maravillosamente con el espectáculo. Se había parado en ese mismo lugar mirando y esperando que su vida cambiara. Tenía la esperanza de que sus padres y hermanos se quedaran y podrían ser una familia al menos por un tiempo. La mitad de eso no había ocurrido, pero si había conseguido una familia. Tenía grandes amigas que lo apoyaban e incluso consolaban. Las chicas seguían enviando mensajes despidiéndose y el volvió a sonreír con pasmosa alegría. Nunca habría pensado que se ganaría el corazón de tan buenas mujeres. Había mandado un mensaje compartido a todas, informándoles de su repentino viaje y el móvil había explotado. No habría creído tener tanto apoyo fuera de sus hermanos. Había subestimado el cariño de esas alocadas cuatro chicas.
No había tenido el valor de llamarlas. La despedida con ella había sido demasiado para él, otra más era casi demasiado para su salud mental así que solo les aseguro que todo era por trabajo y que volvería en unas semanas.
No había podido decirles la verdad a todas ellas tampoco. Era un cobarde.
- ¿Estás listo? - pregunto Taiki llegando a su lado y Seiya se bajó los anteojos para evitar que viera sus ojos demasiado húmedos para su gusto.
-Si- respondió en un murmullo y se despegó del auto mientras su teléfono volvía a timbrar anunciando un mensaje nuevo. Taiki miro el bolsillo de su pantalón con intención
- ¿No contestaras? - inquirió cruzándose de brazos y el hizo una mueca.
-Es más fácil mentir con mensajes. Rei sabrá que estoy mintiendo y ni hablar de Mina… y luego les dejare a Lita ya Amy recogiendo el desastre.- Seiya imagino la imagen de conmoción y se estremeció- No. No voy a responder- dijo negando con la cabeza seguro que no quería ver eso.
Taiki se le quedo mirando fijamente, tal y como había estado haciendo desde que le había dado las noticias y Seiya se encogió.
-No diré nada- le dijo suspirando- Yaten y yo ya te dimos nuestras opiniones, en especial Yaten. No necesitas escucharlo de nuevo.
-Gracias- murmuro mirando de nuevo el castillo a lo lejos, cambiando de color rojo a uno más rosa violáceo
-Pero… - siguió Taiki como si no hubiera hablado- aun así quisiera saber que estarás bien con esta decisión
Seiya metió las manos en su pantalón esquivando su mirada.
-Estoy bien- repitió como venía haciendo desde que había decidido irse hace unas horas atrás.
- ¿Y ella? - inquiero frunciendo el ceño y Seiya se giró volviendo a estirarse en el automóvil con los brazos cruzados.
-Acabas de decir que no dirías nada Taiki. No puedo con esto otra vez- le gruño apretando más sus bazos y su hermano se cruzó en su visión
-Bien me retracto. Lo diré de nuevo. Esta idea es una idea terrible. Ella no está bien y tú tampoco- espeto comenzando a enfurecerse igual que antes. Afortunadamente Yaten se había negado en rotundo en salir su habitación hoy y con eso dejo solo a Taiki para que lo llevara.
- Ella necesita tiempo Taiki. Y yo también para el caso - repitió con voz cansada mieras sus dedos apretaban y soltaban el puente de su nariz. ¿Cuantas veces más tendría que repetirlo para que lo entendieran? Apenas y era un hombre completo ahora. No resistaba verla con…
-Lo que ella necesita tu no lo sabes- gruño su hermano y Seiya rodo los ojos detrás de sus anteojos.
-Sé que no me necesita rondando mientras… - las palabras quedaron atorados en su lengua y sus dientes se apretaron dolorosamente determinados a no separarse y permitir que salieran- Ella ha encontrado su destino- dijo en cambio sintiendo el dolor recorrer su pecho estremeciéndolo.
Oh que doloroso había sido verlo.
Había ido a la escuela a la hora del almuerzo, preocupado por ella. No había tenido el valor para ir a su casa, ni tampoco esperarla fuera en la mañana.
Rei lo había visto esa noche afuera, esperando a que saliera, y le había rogado que le diera tiempo y el no había podido con la sincera preocupación en su amiga .
-Solo necesita dormir unos horas- le había dicho al verlo mirar su balcón con preocupación- No preguntare que paso- le dijo mirándolo con atención y el la miro de reojo sin perder toda su atención en la ventana que estaba a oscuras- Pero creo que ella necesita un poco de tiempo a solas… para pensar. - sus ojos oscuros le rogado paciencia y el solo había podido asentir .
Así que se había paseado en su habitación viendo las horas pasar, hasta la hora del almuerzo. Había caminado por los pasillos con el corazón retumbando en el pecho mucho antes de verlas a todas en la banqueta que parecía ya ser su predilecta.
Camino por entre los árboles del parque de su escuela, agradeciendo que hubiera tantos alrededor, y se quedó esperando. Tal vez no sería necesario acercarse. El solo quería ver que estaba bien. Pero incluso a la distancia pudo ver su rostro pálido, con oscuras ojeras debajo de sus ojos que, aunque no los distinguía podía sentir como el brillo se había opacado. El no deseaba eso para ella. solo quería sonrisas y hermosos rubores en su rostro.
Aun asi no podía odiarse lo suficiente por decirle sus sentimientos. Ellas simplemente salido demasiado honestas. El dolor de ver como su vida parecía haber sido apagada lo había hecho pensar en cuanto se hubiera odiado en verla partir de cualquier forma sin decirle cuanto la amaba. Sin que supiera que en este mundo había alguien que la amaba de todas las formas posibles.
Vio como las chicas se iban dejándola sola y su corazón salto viendo su oportunidad.
Pero otro había tenido la misma idea. Lo vio casi saliendo de la nada sentándose a su lado.
Darien
Un frio dedo le había pasado por la espalda dejando la sensación anidando en su estómago y su cuerpo se paralizo congelado.
Luego todo había sido dolor. El dolor era desconcertante. Era tanto que apenas podía respirar. El frio se había convertido en calor y las llamas llenaron su interior quemado y lacerando todo. Se había alojado en su garganta y ojos haciéndolos arder.
La vio sonrojarse mientras él tomaba sus manos y su cerebro, aun en las nubes de tormento, le dijeron lo que su corazón no tenía el valor de afrontar.
Lo había encontrado. Darien era a quien ella había estado esperando todo este tiempo. Era a quien él tanto había temido. Lo había sabido desde que lo había visto, lo había confirmado al verla junto a ella esas semanas atrás cuando todo había comenzado a destruirse. No debería ser tan doloroso. Pero lo era. Era lo más doloroso de ver.
Cuando sus manos tomaron su rostro no pudo mirar más. Se escabullo detrás de un grueso árbol tambaleándose, débil demasiado para escapar.
Se quedó parado, apoyado en el tronco rugoso sin habla, mudo del dolor. Sintió que había perdido un trozo dejándolo desgarrado y sangrando, y pasaron varios minutos para lograr juntar sus partes aun vivas para intentar moverse.
Se separó sintiendo los jadeos de un llanto, que no llego a sus ojos, rasgar sus pulmones y le dio una última mirada sin poder evitarlo.
Ella estaba sentada, mirando el infinito, perdida en sus pensamientos algo sonrojada, seguro de la confesión que acababa de recibir y él se tomó el pecho lacerado.
Necesitaba salir de ese lugar.
Se giró para escapar, pero una pequeña niña se interpuso en su camino con los brazos cruzados.
Seiya se tambaleo hacia atrás asombrado y ella lo miro con unos fríos ojos grises que parecían algo molestos.
- ¿Es hermosa verdad? - pregunto de la nada con voz aguda y él movió la cabeza confuso- Todo rayos de luna y esperanzas.
-¿Que? - inquiero perdido. Tenía demasiadas cosas pasándole por la cabeza para tener una conversación racional, mucho menos podía con una de locos.
-Ella- le dijo la niña apuntando con la barbilla hacia donde ella estaba sentada y él se giró sin pensar viendo cómo se iba por el camino con pasos lentos y algo inestables.
-Disculpa niña. Debo irme- le dijo mirando rápidamente hacia otro lado antes que el dolor lo inmovilizara de nuevo.
La niña no se movió de su lugar y el viento levanto su largo y blanco cabello, balanceándolo cerca de sus rodillas.
-Sí, eso deberías hacer- murmuro y sus ojos volvieron desde la chica que ahora se perdía dentro de las aulas hacia él. Los ojos grises se endurecieron- Todos tiene un lugar y este no es el tuyo- la voz dura sorprendió a Seiya y dejo que un poco de la ira que se entrelazaba con su pena saliera
-Que podrías saber tú de mi lugar- espeto pasándole por el lado y la niña, que apenas le llegaba a la cintura, suspiro retrocediendo.
-Sé que este no es el tuyo- dijo girándose para verlo irse y Seiya se giró confuso y adolorido- Aquí no esta tu destino-Seiya se sacudió con el dolor, porque una parte de él le dijo que tal vez esa niña tenía razón.
-No sé quién eres niña, pero no tienes ni idea de lo que hablas- le dijo brusco, a la defensiva, sintiendo la garganta estrecharse.
-Puedes llamarle como quieras- la niña hizo una mueca desinteresada- Algunas personas me dicen Perra- un brillo rencoroso paso por sus ojos como si fuera aun acusación hacia él y Seiya frunció el ceño.
- ¿Por qué alguien le diría perra a una niña? - le pregunto algo horrorizado y ella se encogió de hombros.
-A veces digo lo que no quieren escuchar- dijo volviendo su cuerpo un poco, mirando hacia donde la rubia se perdido- Como tu
-Sigues hablando sin sentido y yo no tengo tiempo- Despejándose volvió a caminar.
-En eso tienes razón. Has perdido mucho tiempo- dijo a su espalda y el se detuvo para mirarla estresado.
No podía con esto.
-Escucha, seguro eres una caja de monerías, pero no puedo hablar contigo ahora. No es un buen momento. Debo irme, necesito tiempo para pensar- Aunque una parte de él sabía que no quedaba mucho que pensar. Las cartas se e echado y parecía que él era el perdedor de esta partida. Su mano viajo de forma inconsciente hasta su pecho que se sintió a carne vivía. Por desgracia parecía que la niña no sabía lo que un No significaba.
Movió su mano sacándose el cabello hombro mirándolo con desprecio.
-Eso es exactamente lo que deberías hacer- le dijo- tienes un destino, alguien a quien deberías haber estado cuidando y que no los has hecho- sus ojos volvieron a endurecerse con ira y Seiya arrugo el rostro –Y ella debe encontrarse con su destino . Así las cosas, deben ser- gruño mirándolo mientras las hojas alrededor se elevaban con el viento que comenzó a soplar entre los arboles silbando con cada vez más potencia.
De pronto el frio dentro del cuerpo de Seiya volvió a rodearlo y el sintío como su rostro se vaciaba lentamente de color.
- ¿Su destino? - murmuro choqueado y la niña respiro hondo mientras el viento aminoraba su estruendo.
-Deberías tomarte ese tiempo que necesitas lejos- dijo con voz más calmada, casi incitadora- Tú necesitas tiempo y ella también y así todas las cosas se arreglaran.
- Como podrían arreglarse estando separados- pregunto con angustia y la niña dulcifico su rostro dándole un aspecto casi tierno.
-Cuando todo tome su lugar en donde debe las cosas fluirán. Tu volverás a ser su amigo y ella encontrara a ese, quien la espera desde hace mucho… y dejara de sufrir por verte destrozado. Todos ganan.
Seiya se quedó parado sin poder hablar sintiendo las piernas débiles mientras su mondo parecía desdibujarse alrededor.
-Pero yo la amo- susurro ahogado, mirando a la niña y ella hizo un puchero, entrelazando sus dedos detrás de su cintura y moviéndose con inocencia.
- ¿Pero ella lo hace también? - pregunto con voz incisiva y tan dulce como el arsénico. Algo le decía a Seiya que estaba siendo manipulado pero el dolor y confusión se puesto hecho cargo. Un extraño susurro en su mente le decía que escuchara las palabras de la niña, que tenían razón. Que si obedecía todo saldría bien- Quiero decir, como algo mas que un amigo, porque ese es tu lugar. ¿Acaso no quieres tenerla al menos como una amiga en tu vida?
Las palabras calaron dentro de su mortificado cerebro y asintió de forma inconsciente.
-La quiero en mi vida como sea- murmuro mirando el vacío que ella había dejado en el banco y la niña ronroneo feliz.
-Eso es exactamente lo que deseaba oír, al fin alguien racional- aplaudió una vez como cerrando la escena de una película y comenzó a alejarse- Nos veremos pronto- se lo pensó mejor mirando el vacío y sonrió más amplio- O tal vez no. Si todo sale como creo será en mucho tiempo- soltó una risa como ligera campanitas y se alejó moviendo las delgadas piernas bicolor con rapidez.
sin saber de qué hablaba ni de lo que acababa de pasar de pronto su teléfono comenzó a sonar y lo saco totalmente perdido.
- ¿Hola? - murmuro mirando la nada y desde el otro lado apareció justamente lo que necesita. Al parecer su destino ya estaba escrito.
-Debes decirle la verdad- dijo Taiki mirándolo angustiado y Seiya negó.
El había hecho lo que tenía que hacer. Le estaba dando el espacio que necesitaba. Que necesitaban ambos. El para sanar su corazón y lograr volver a estar en su vida de la única manera que podía ya ella el tiempo para caminar por el camino que le esperaba.
Le había dicho adiós por ahora.
-Pero no serán algunas semanas Seiya. ¿Crees que no se preocupara cuando vea que no vuelves? - Taiki intentaba persuadirlo como lo había estado haciendo, pero ya era tarde. La decisión estaba tomada.
-Vámonos Taiki o perderé el vuelo- dijo ignorándolo, no solo porque no había nada que decir si no que el dolor que lo embargaba era ya demasiado.
Se había aferrado a la imagen que le había dado a ella colgándola frete a él como una meta para mantenerse a flote. Juntos, navidades y noches de películas, juegos y paseos. Podía con eso. Mientras que estaba en su vida sería lo que ella necesitara. Solo necesitaba un tiempo.
-Como quieras- dijo Taiki con desánimo y camino hacia el lado del conductor pasándolo- Te extrañare ¿lo sabes?
Seiya se movió para dejarlo subir mientras una sonrisa triste llenaba su rostro.
-Lo sé- le dijo golpeándole la espalda al pasar- aun así no toques mis cosas- Taiki río con malicia
-Yo lo hare, pero no puedo prometer nada por Yaten. Sabes lo molesto que esta- Seiya rodeo el auto haciendo una mueca.
-Protege mis guitarras ¿si Taiki? - le rogó pasándose la mano por el cabello.
-Hare lo posible- asintió mientras ponía el auto en marcha
-Y… - Seiya carraspeo mirando al frente- Cuídala a ella también. Por favor.
Taiki arrugo la frente con tristeza
-Sabes que lo haré. Pero si no te fueras… - Seiya negó asombrado por la férrea determinación de Taiki
-Solo cuida que Yaten no le diga nada a Mina. Se lo contara y ... - Seiya se pasó la mano por el rostro- solo no quiero que se entere y se culpe. ¿si? Ella se sentirá mal y es lo contrario a lo que quiero. ¿por favor?
Taiki se dejó caer en el asiento mirando el cielo tapizado.
-Lo que quieras. Pero sigo en contra de esto
Seiya rio sin ganas.
-Lo se
Taiki comenzó a sacar el auto por el camino y Seiya vio el castillo por el retrovisor una última vez.
-Despídete hermano, pesara mucho antes de que veas ese espectáculo- mención Taiki y Seiya cerró los ojos.
-Adios- murmuro imaginando otra imagen, muy diferente en su mente, con cabellos rubios y ojos brillantes.
Las fichas vuelven a su lugar ... ¿y ahora que?
Saludos.
