Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, al igual que algunos personajes.


Scorpius observó en dirección a James, estaba charlando con su madre, así que lo único que pudo hacer, fue saludar adecuadamente, y se dirigió hasta su mejor amigo, que estaba a lo lejos, agitando los brazos, para que fuera, observó a Alex, que estaba un poco extraño desde que despertó hacía una hora atrás, y lo encontró cuidando de él, con lo que le hubiese gustado que fuese James y no él.

—Iré con Albus –informó y se alejó, con paso decidido.

—Yo iré a saludar a los demás –informó.

Avanzaron tranquilamente, Scorpius sonrió divertido cuando notó que Lily Luna los había visto, bueno, a Alex, se acomodó el cabello, y se puso un poco roja, así que observó a su amigo, no podía decirle que la hermanita de su mejor amigo, estaba enamorada de él, aunque seguía sin saber ¿por qué le gustaba tanto?

—Es mi imaginación ¿o te peleaste con James? –Cuestionó Scorpius.

—No, no estamos enojados –comentó tranquilo –todo está bien, está charlando con su madre, que se tomen su tiempo.

Se alejó de él y fue hasta donde George, Ron y Teddy estaban, se sentó junto al metamorfomago y comenzó a charlar, así que Scorpius se giró y avanzó hasta su mejor amigo.

—Vaya, vaya –soltó Albus –ya todos vimos las fotos del Profeta, te ves bien con tu nuevo novio.

—Albus, yo… iba a decírtelo, pero…

—Aunque, tengo una duda ¿dónde se conocieron? ¿O es solo una distracción temporal?

Scorpius frunció el cejo, estaba de muy buen humor, así que le quitó el periódico, y comenzó a revisar, en la mayoría de las fotos salía con ese chico, en el fondo, charlando, ya que solo había una de ellos como protagonistas.

—Es hijo de un socio de papá, lo conocí en la cena –se encogió de hombros.

—Claro, claro, ya todos aquí hicimos apuestas.

—Todos –repitió.

—Menos James, a él no le interesó en absoluto, se fue a sentar lejos para evitarnos, papá dijo que sigue deprimido porque Violet terminó con él, que sigue enviándole lechuzas, pidiéndole que lo perdone y que vuelva con él, que no ha amado a nadie y jamás amará a alguien como a ella.

—Así que eso ha estado haciendo –comentó, observando al chico sobre su hombro.

—Eso dijo papá, no me consta, pero por como suplicó por tener trabajo en estas fechas que normalmente pasaba con ella, supongo que es verdad –se encogió de hombros.

—Así que él pidió trabajar ayer –lo observó.

—Sí, papá le dijo que no, pero él insistió hasta que hartó a papá.

La tarde avanzó relajada, pero James permaneció alejado todo el tiempo, a pesar de que su madre ya se había alejado, estaba inquieto, quería ir hasta él y reclamarle por haber pedido trabajar el día de la cena en que lo presentaría con su padre, y para colmo, que estuviera insistiéndole a Violet cuando ya era su novio.

Aprovechó que Harry Potter llamó a su hijo para que lo acompañara a algún lugar, para ir en dirección a su novio, que levantó la vista hasta él, se removió incómodo pero no dijo nada.

—Te marchaste anoche sin despedirte ¿te han criado con esos malos modales? –Bufó enfadado Scorpius.

—Y te pusiste ebrio por eso, supongo ¿no? –Contestó, irritado.

Las mejillas de Scorpius se tiñeron de rojo ¿cómo es que se había enterado de que se había puesto ebrio? Dudaba que su padre le hubiese dicho, le había puesto una regañada, en la que estaría castigado hasta cumplir los diecisiete, y después le dio la poción para la resaca.

—Yo, no sé cómo te enteraste.

—Alex me dijo que fuera, aunque tenía pensado hacerlo, una vez terminado mi turno –informó.

—Claro –bufó.

—Lamento haberme ido –murmuró –debí quedarme, pero… bueno, ya lo hice, no hay manera de arreglarlo.

—James, dime una cosa ¿aun quieres salir conmigo? –Se observaron por un instante –te amo, creo que ya te lo dije –el castaño asintió –pero si no es lo que quieres, si mi amor no te es suficiente, estamos a tiempo, no le hemos dicho a tus padres que salimos.

—Tú eres el que quiere terminar conmigo, pero me estás haciendo quedar como el villano con quien me importa mucho.

—No comprendo –admitió.

—Alex terminó nuestra amistad, no sé qué le dijiste, pero… él no quiere ser mi amigo.

—Yo no le dije nada –soltó indignado –al menos no que yo recuerde, no recuerdo gran parte de mi borrachera –admitió.

—Bueno, pues lo que dijiste, o hiciste, hizo que rompiera nuestra promesa, mi palabra –apretó los puños.

—Dime ¿qué es lo que te enfada?

—No estoy enfadado –respondió.

—Claro que lo estás, estoy muy familiarizado con ese sentimiento, que puedo identificarlo, aunque tú no –sonrió –James, voy a ayudarte a entender al mundo, a que te adaptes a él, solo…

— ¿Por qué soy yo el que tiene que adaptarse al mundo? –Lo observó, con una chispa de dolor en sus hermosos ojos azules, como si eso ya se lo hubiesen dicho muchas veces, y de forma dolorosa.

—Bueno, yo…

—Casi todo el mundo me dice que debería adaptarme al mundo, a como es, ser normal pero, ser como los demás es algo que nos mata –observó al chico –incluso tú, estás muriendo.

—Bueno, estoy muy vivo…

—No literalmente –gruñó, y aquel sonido le pareció tan sexy a Scorpius, que sonrió –estás tan empeñado en ser parte del mundo, que haces lo que los demás, y eso mata lo que eres.

—No sabes eso –comentó Scorpius, tranquilo.

—Te preocupas por las personas más de lo que quieres que se note, mi hermana es el ejemplo, y sin embargo, la molestas, ella dice que eres un idiota, un grosero y un patán, pero no creo que sea la cara que quieres que ella tenga de ti ¿cuánto de ti va muriendo lentamente día a día, intentando que los demás te acepten, te admiren y crean que eres fabuloso?

—Las personas, muchas veces tenemos que fingir ser así, o nos perderíamos en un mar inmenso de rostros vacíos.

—No tienes que decírmelo, sé cómo se siente eso.

—Vamos, James, eras muy popular en el colegio.

—Por qué la gente piensa que mi cara es atractiva, pero cuando me conocen –se giró a otro lado –siempre huyen de mí, no soy como los demás, y por primera vez en mi vida, no quiero serlo.

—Yo no quiero que seas como los demás –admitió –quiero que comprendas a los demás, James, es importante comprender a los demás, porque… sino lo hacemos, vamos dejando un montón de cascarones en el mundo, si alguien te dice que está bien ¿qué harías?

—Creerle, por algo…

—A veces, es un mantra, si lo repites, te lo crees, y si te lo crees, lo estás, o eso aparentas, pero no es así, hay personas rotas y destruidas, sonriéndole a todos, dándoles un poco de brillo a los demás aunque no tengan para ellos, sin que los demás se preocupen, porque "están bien".

Scorpius sonrió por la cara que puso el chico, como si le sorprendiera que pensara así, y entonces comprendió el punto que había querido decirle ¿con cuantas personas podía realmente expresarse de esa manera? Sólo con él.

—Como tú –continuó Scorpius –cuando te duele algo, y te niegas a decirle a los demás, te guardas todo ese dolor –avanzó hasta él –yo quiero ser la persona que te sostenga cerca cuando no puedes avanzar, cuando crees que todo a tu alrededor no funciona, o te consume.

James parpadeó tan rápido como pudo, en completo estupor, esa faceta de Scorpius no la hubiese imaginado, y sus palabras, por alguna extraña razón, hicieron que su corazón se acelerara de más, era una sensación extraña, nunca antes le había pasado.

Se inclinó en dirección al chico, sin importarle que los demás podían verlos desde lo lejos, iba a besarlo, pero Scorpius se negó, le sonrió y sujetó su mano, se puso de pie y se alejó.

Lo observó con más atención de lo que lo había hecho en toda una vida ¿realmente era Scorpius Malfoy? Su respiración se agitó, después de un momento, tuvo el valor de reunirse con los demás, se sentó junto a su mejor amigo, que lo observó más tranquilo.

—Creo que esto te pertenece –le extendió la mano.

Alex observó y sonrió instantáneamente, antes de volver a colocárselo, sin oponer resistencia, así que se sintió un poco más alegre, sin duda su madre tenía razón, las cosas se solucionaron.

Después de que el sol se ocultara, todos comenzaron a guardar las cosas, mientras se ponían de acuerdo en donde sería la celebración de año nuevo, Alex y James ayudaban con las mesas, mientras los demás quitaban los adornos y otros cuantos agitaban las varitas para quitar los platos y los vasos.

—Y James ¿pasarás fin de año con nosotros, o no te molestará trabajar otra vez? –Cuestionó su padre.

—Voy a pasar año viejo con ustedes –admitió –tengo algo que informarles.

—Pues dilo –lo animó.

—Será hasta año viejo –se disculpó, pero su mirada se topó con la de Scorpius, que le sonrió ampliamente.

—Sí, bien –contestó desinteresado y se concentró en su charla con Bill.

Una vez que todo estuvo arreglado, Alex dirigió a Albus y a Lily al interior de la casa de los abuelos Weasley, dejando a James y a Scorpius solos.

—Así que vas a presentarme a tus padres –sonrió el rubio.

—Ya los conoces –informó James, en tono tranquilo, haciendo que el rubio soltara una sonrisa divertida.

—Perdón que me reusara al beso, pero no quería un escándalo con tu familia antes de –se encogió de hombros –pero puedo tenerlo ahora.

James se inclinó hasta el chico y lo besó, aquello se sintió completamente diferente a los que habían compartido antes, su mano fue hasta la mejilla de su novio, mientras sus labios seguían en aquella danza que por primera vez, no quería que terminara.

—Es mejor entrar –murmuró Scorpius –o tu hermano saldrá, y nos encontrará, pero créeme, lo que menos quiero, es alejarme de ti.

James asintió. —Bien.

Lo dejó pasar primero, y esperó un poco, observando el cielo, que poco a poco iba llenándose de estrellas, suspiró y entró, la risa de Scorpius fue lo primero que escuchó, así que su mirada fue de inmediato hasta donde se encontraba charlando con Albus, riendo por algún comentario o por algo, desvió la vista.

—Te sonrojaste, pensé que James Sirius Potter era incapaz de algo así –se burló Alex, junto a él.

—Gracias por volver a ser mi amigo, Alex.

—Bueno, la verdad, es que cuando pones cara de cachorro a medio morir, no puedo seguir con mis planes, te debo mucho, como para dejarlo de lado, Jamie –pasó su brazo sobre los amplios hombros del castaño y suspiró –pero que bueno que decidiste poner de tu parte con él, sin duda deberías darte la oportunidad, de enamorarte por primera vez, de amar a alguien, que sin duda te merece.

Asintió, y después le prestó atención. —Dime ¿qué tal tu reunión con tu familia? –Cuestionó.

—Bueno, mamá sonrió, mi hermano corrió a la puerta, pero… papá, no ha cambiado mucho.

—Perdóname por dejarte solo en noche buena, no volverá a pasar, ya no estamos en Hogwarts, pero… seguiré cumpliendo mi palabra.

—Ya no es necesario, Jamie, ya no soy un niño, al que tienen que proteger, soy un adulto.

—Eres mi mejor amigo –le sonrió, tan ampliamente, que sus ojos se entrecerraron un poco –es lo que los amigos hacen, leales hasta la muerte.

Alex se llevó la mano al pecho cuando su amigo se alejó, para ayudar a su abuela, que había solicitado la ayuda de alguien, sonrió, realmente no sabía que había hecho bien, pero le agradaba tener un amigo como James Sirius Potter, así que, si podía ayudarlo por lo menos un poco de lo mucho que lo había ayudado a él, lo haría.

—X—

James se sentó a la mesa, un poco incómodo, Draco Malfoy lo había invitado a comer, así que no se había negado, Scorpius estaba sentado frente a él, con una amplia sonrisa en el rostro, como si aquello le pareciera maravilloso.

—Me alegro que tuvieras tiempo esta vez –soltó Draco, en tono tranquilo –ya que no pudimos charlar en Noche buena.

—Ah, sí, lo lamento, pero tuve guardia esa noche, no volverá a ocurrir –hizo un mohín –realmente no tengo control sobre eso, pero… no volveré a prometer algo que no puedo cumplir.

—Me alegra escuchar eso –admitió el padre de su novio –pero entonces, dime ¿lo tuyo es serio con Scorpius?

— ¡Papá! –Gruñó frustrado el joven rubio.

—Quiero asegurarme de eso, Scorpius –soltó irritado Draco –estoy al tanto de los sentimientos de mi hijo por ti, y de que, estabas un poco renuente a aceptar, pero, si planeas solo jugar con él, te advierto de una vez, no lo hagas perder su tiempo.

—No es mi intención hacerlo perder su tiempo –comentó James –no puedo decirle que tan en serio es esto, porque… no lo sé –informó.

—Tranquilo, mi padre solo quiere asegurarse de que no me violarás y escaparás –soltó irritado Scorpius.

—Jamás lo haría –soltó abriendo los ojos –no lo he tocado –hizo un mohín –bueno, no es del todo cierto, lo besé un par de veces, así que sí, lo he tocado, pero no de forma sexual.

—Me alegra, porque es un menor de edad ¿lo sabes? –Elevó una ceja.

—Tiene la edad de mi hermano, estoy al tanto de su edad –aceptó –por lo mismo, le dije que lo nuestro no podía ser, es un chico menor, así que él me dijo que…

—Eso no tiene por qué saberlo –lo interrumpió Scorpius, rojo –pero llevamos esto tan en serio, aunque ciertamente, papá, nadie sabe cuánto durará una relación –se encogió de hombros.

—Eso quería que lo contestará él –soltó Draco, suspirando.

—Bueno, entonces haz las preguntas correctas, o te contestará lo que preguntes, pero no dará vueltas al asunto, a menos que se ponga nervioso, y no sepa qué tiene que decir, y comenzará a soltar información aleatoria ¿no es simplemente encantador?

El rubio recargó su codo en la mesa, al tiempo que apoyaba su mejilla en su palma, observando intensamente al castaño frente a él, podría ser su imaginación, pero lo vio sonrojarse un poco.

—De acuerdo entonces ¿cuándo vas a decirle a tu familia sobre tu relación con él?

—En noche vieja –contestó, haciendo que Draco moviera la mano, para que continuara, pero no dijo más.

—Me preocupa, porque quiere quedarse en casa de tus padres hasta ese día –los observó.

—Él no vive con sus padres –contestó Scorpius –tiene un apartamento propio, donde vive, yo me quedaré con Albus, en casa de los señores Potter –resopló –pero para ser honesto, me encantaría dormir en su apartamento.

—Tendrás tiempo para eso, ahora contrólate –soltó Draco, serio.

—M—

James observó atento el calendario frente a él, el número 30 estaba frente a él, no quedaban muchas horas del día, eso significaba que dentro de poco, estaría frente a su familia, informándoles que estaba saliendo con Scorpius Malfoy.

No tenía la menor idea de cómo reaccionaría su hermano, de hecho, no sabía cómo reaccionarían todos, a su hermano Albus, no le agradaba la idea de que se acercara a su mejor amigo, y a su hermanita pequeña, no le caía para nada bien el rubio, y sus padres ¿qué dirían sus padres?

—No te había visto tan nervioso desde la vez que perdiste tu virginidad –se burló Alex, desde el sofá.

—Explícame de nuevo ¿por qué necesito eso en mi apartamento? –Elevó una ceja.

—Bueno, tú me quieres, y quieres que esté cómodo cuando esté en tu casa ¿no es cierto? –Sonrió su amigo.

—Sí, desde luego, pero no comprendo, qué tiene que ver eso, con tener eso –señaló el objeto –en mi apartamento.

—Es una pantalla ultra de 80 pulgadas, con ultra definición y 3D y 4D –informó Alex –lo mejor que hay en el mercado, con 530 canales –se encogió de hombros –para mí eso significa el paraíso.

James observó de nuevo a su amigo, estaba desparramado en el sofá frente a la pantalla, con los pies sobre la mesa y el control remoto en el estómago.

—Vendrás a casa, pasarás noche vieja con nosotros e iniciarás año nuevo con nosotros –le informó.

—Sabes que ahora que les digas a tu familia sobre Scorpius y tú, que invites dos personas les parecerá incómodo, creo que puedo quedarme aquí, viendo a esta hermosura –sonrió.

—Jamás va a pasar, eres mi amigo, y te hice una promesa, y voy a cumplirla, y si mi familia no te quiere ahí, entonces Scorpius y yo pasaremos las fechas contigo aquí.

—Ya lo incluyes en tus planes –sonrió satisfecho Alex.

—Es lo que querías ¿no es cierto? –Cuestionó, confundido.

—Sí, es lo que quería, ahora solo falta que te enamores de él, y no solo estés con él porque es más sencillo.

—Nada con él, es sencillo –suspiró.

—Ve a dormir, mañana será un día complicado para ti, más con tus hermanos, así que ve, yo me quedaré aquí un rato más.

—La habitación de huéspedes, es tu habitación, lo sabes, pero te has negado a mudarte conmigo.

—James, en serio, puedo sobrevivir por mí mismo, te agradezco mucho la oferta, pero tarde o temprano, Scorpius terminará viviendo aquí, contigo, y no quiero estorbarles.

—También eres su amigo –le recordó.

—Pero una pareja necesita su propio espacio, y créeme, no les será muy cómodo que esté aquí, cuando tengan sexo.

—Hay un hechizo que se inventó para evitar que…

—Aun así, ya verás que cuando estén juntos, lo que más vas a querer, es tu privacidad con él, tu propio espacio, tener sexo en la cocina, en el baño y en todas partes, y si yo vivo aquí, eso no sería posible.

—Ves mucha pornografía –comentó James, avanzando hasta el pasillo, rumbo a su habitación –descansa.

El último día del año había llegado, y con eso, el momento de enfrentar a su familia, James salió a la estancia cuando dieron las siete de la mañana, la chimenea avivó media hora después, mientras él estaba preparando el desayuno, un chico alto y delgado apareció, su cabello rubio y sus ojos grises fue lo único que necesitó para reconocerlo, sonrió ampliamente al ver a su alrededor.

El cejo rubio platino se frunció, así que James notó que Alex seguía dormido en el sofá, ni siquiera el olor a tocino lo despertó, Scorpius no había visto a James, así que por eso torció una sonrisa socarrona y pateó el sofá, alertando de inmediato al chico.

—Buenos días –saludó Scorpius –mírate nada más, estás cubierto de comida chatarra, tal parece que te estás esforzando mucho en lucir como un vagabundo.

—Me quedé dormido viendo la televisión –mostró el control remoto.

— ¿Por qué te quedarías viendo ese pedazo con números y letras? –Frunció el cejo –no le veo nada entretenido.

—Esto solo es el control remoto –informó –sirve para encender el televisor y manejarlo sin tener que levantarte –se encogió de hombros.

—Así que el contrón remoto es como una varita –soltó.

—Una varita con pilas, pero sí, mira –presionó el botón.

El sonido y las imágenes asustaron a Scorpius, que abrió los ojos y la boca, sorprendido por lo que había ocurrido.

—Vaya –soltó incrédulo.

—Quién lo iba a decir, algo que no es James, te hizo babear, Scor –soltó divertido Alex.

—Cállate, y hablando de él ¿dónde está? –Cuestionó.

James sonrió. —Estoy aquí –habló, asustando a los dos chicos en la estancia –buenos días –saludó.

La sonrisa en los labios del rubio aumentó, avanzó en su dirección y lo besó, sin importarle que estuviera ocupado preparando el desayuno, el ósculo fue dulce y calmado.

— ¿Ya desayunaste? –Lo cuestionó James.

—No, vine en cuanto pensé que no sería un poco desesperado aparecer aquí –se encogió de hombros.

—De acuerdo, entonces, prepararé más.

—Huele delicioso –aduló Scorpius, alejándose de su novio, para sentarse en la isla, frente a él.

—No te desgastes, me imagino que quieren estar solos, así que yo ya me voy –informó Alex, sonriéndole divertido a Scorpius.

—Aunque admito que suena maravilloso, quédate, puedes desayunar y marcharte –soltó con una risa divertida Scorpius –no, en serio, no es mi apartamento, y dudo que su dueño quiera que te marches, podría aprovecharme de él.

—Desayuna –ordenó James.

—Bien.

Alex avanzó despreocupado hasta la isla, sentándose junto a Scorpius, que se veía bastante feliz de estar por primera vez en el apartamento de su novio, bostezó y se estiró, el sofá era cómodo, pero no la mejor opción para una madrugada de sueño.

—Bien, ahora que estás un poco más atento –informó a James –me quedé pensando en que ya que tú le llevaste una botella a mi padre en noche buena, yo debería llevar algo a tus padres o a tu familia hoy en la noche.

—No es necesario –comentó James, tranquilo.

—Claro que sí es necesario –frunció el cejo –estaba pensando en que podíamos iniciar una nueva tradición, ya sabes, llevarles un postre o algo, hecho por nosotros.

—Ah, ya aportando ideas para tradición en su relación –se burló Alex –pero yo te recomiendo que lo compres –sugirió –eso debiste hacerlo ayer, porque hoy no puedes disponer de mucho tiempo, o Albus sospechará.

—Cierto, le dije que estaría en la Mansión, pasando un rato con papá –admitió.

—Podemos ir a verlo un rato –sugirió James.

—Me agrada, pero deberíamos seguir el consejo de Alex, y comprar algo para tu familia, un postre o algo, ya ves lo glotones que son respecto a la azúcar.

—Cierto.

—Yo los puedo llevar –sugirió Alex –tengo el auto abajo.

—El auto –soltó Scorpius.

—Sí, el auto, modo de transporte muggle, es muy útil en verdad –sonrió.

—Solo por la nueva experiencia aceptaré eso –informó el rubio.

El desayuno fue bastante tranquilo, la verdad es que le agradaba lo bien que se llevaban su novio y su mejor amigo, era algo que no había visto nunca mientras salía con Violet, uno no soportaba al otro, y las pocas veces que les tocó convivir, se decían cosas espantosas el uno al otro.

Aquella aura divertida y fresca era algo que le agradaba a James, más de lo que podría admitir.

Una vez que terminaron, bajaron hasta el automóvil de Alex, y para que Scorpius viviera toda la experiencia, James lo dejó ir adelante, su amigo puso el estéreo, y le sorprendió cuando su novio comenzó a cantar al ritmo de la música.

Sintió un leve tirón en el estómago el ver al rubio tan relajado —como nunca lo había visto estando con Albus—, cantando y bailando, haciendo voces divertidas o cambiando la letra haciendo una versión más cómica, era una nueva visión de Scorpius Malfoy; una nueva perspectiva que hacía que su corazón se agitara de forma extraña.

—Listo, llegamos –informó Alex –mi madre solía comprar aquí los pasteles cuando era niño, a veces vengo, siguen siendo deliciosos, sin duda te echarás a tu familia política al bolsillo –lo empujó divertido –y es lo que quieres ¿no es así?

—Desde luego.

—Entonces ¿yo también debería comprar algo para tu padre? –Preguntó James.

Scorpius se giró, sorprendido por las palabras de su novio, sonrió y pasó medio cuerpo a la parte trasera, para poder besarlo, lleno de una extraña intensidad, que respondió con bastante entusiasmo James.

—Es mejor que nos demos prisa, si queremos que nos alcance el tiempo para todo lo que tenemos planeado –informó James.

—Claro, vayamos.

Los tres chicos bajaron del automóvil, cruzaron la calle hasta la pastelería y entraron sin prestar mucha más atención que a lo que había en los exhibidores.

—Se ven deliciosos –murmuró Scorpius.

—Lo están, chico –sonrió una mujer mayor al otro lado del mostrador –pueden elegir el que más les guste.

—Bueno, me dejaré guiar por su consejo ¿cuál debería llevar para que mis suegros me adoren? –Sonrió.

—La abuela siempre tiene el mejor consejo –admitió Alex, haciendo sonreír a la mujer.

—M—

James y Scorpius se despidieron de Alex una vez que terminaron sus compras, tenían muchas cosas que hacer, y ya eran pasadas de las dos de la tarde, así que fueron al apartamento del castaño.

—Si quieres, yo puedo llevarlo a casa en un rato –informó James.

—Pero compraste uno para mi padre –le recordó.

—Lo sé, puedo convocarlo estando allá, no te preocupes por eso.

—Entonces ¿qué quieres que haga? –Preguntó.

—Yo todavía tengo un par de cosas que hacer, si quieres ir con tu padre, yo llegaré allá, iré a firmar unos reportes al ministerio y después regresaré para ducharme.

—Te duchaste antes de irnos por la mañana –informó Scorpius.

—Sí, pero no voy a ir oliendo mal con tu padre –respondió calmado.

—Bien, obseso –negó, divertido y avanzó hasta él –es bonito tu apartamento, no te lo había dicho antes, porque estaba Alex.

— ¿Te molesta que esté aquí? –Preguntó.

—No, absolutamente no, pero hay cosas que no puedo decir delante de él –se encogió de hombros –o se burlará de mí de forma despiadada.

—Ya veo –asintió –le propuse que se mudara aquí, el cuarto que renta es demasiado pequeño y…

—No tienes por qué decirlo, es tu casa, James.

—Lo sé, pero él dijo que a ti te incomodaría que viviera aquí, también dijo que una vez que formalizáramos con mi familia, ellos me darían a elegir entre llevarlo a él a las cenas o a ti.

—Dudo que eso realmente llegue a pasar –murmuró con el cejo fruncido.

—De cualquier forma, le hice saber que no te molestaría que él viva con nosotros, y que si mi familia me prohíbe invitarlo, nosotros pasaríamos las fiestas con él.

La mirada gris se posó incrédula en James, ¿lo había escuchado bien? ¿Había dicho algo como vivir juntos? ¿Estaba considerándolos completamente una pareja como para pasar fiestas ellos solos?

—Nunca he vivido con alguien que no sea mi padre –informó –pero las vacaciones deben de contar de alguna manera, y el colegio, así que no, no me molestaría que viviera con nosotros.

—Él dijo que si vivía con nosotros, el sexo…

—Bueno, eso sin duda sería un inconveniente, pero tengo una idea, puedes dejarlo vivir aquí, y mudarte conmigo.

—Vives con tu padre –le recordó.

—Sí, así es, porque soy menor, pero a mi padre tiene muchos años por delante siendo la cabeza de la familia Malfoy, una vez mayor de edad, tengo que salirme de casa, son las reglas, así que… puedes vivir tú conmigo –sonrió.

—Pero… -se quedó callado, y no agregó más.

—X—

Scorpius observó atento a su padre, estaba charlando tranquilamente con James, y su novio se veía bastante tranquilo, al parecer, tenían mucho tema de conversación, y aunque él tenía rato callado, solo observando, estaba completamente feliz de ver a los dos hombres que amaba, llevándose bastante bien.

—Son las cinco –habló Scorpius, distrayendo a los hombres –tenemos que irnos, tu familia comenzará a alistar las cosas pronto.

—Es verdad –admitió James, poniéndose de pie.

—Entonces ¿los veré pronto? –Preguntó Draco.

—Sí, papá, vendré en dos días, deberías conseguirte una novia –sugirió Scorpius.

—Pasaré esta fecha con mis padres –informó Draco.

—Me saludas a los abuelos, aprovecha la fecha y diles que salgo con James –sonrió.

—Posiblemente lo haga, ahora, márchense, o se les hará tarde, y suerte con tu familia, James.

—Gracias, señor Malfoy –sonrió agradecido.

—Llámalo suegro –sonrió Scorpius –no creo que le enfade ¿o sí, papá?

—Cuando se casen, puede llamarme así, mientras tanto, Señor Malfoy, me parece bien.

James sujetó a Scorpius, iba a aparecerlos a los dos en la casa de sus padres, y antes de que lo hiciera, sintió un suave beso, observó al rubio, y le dedicó una sonrisa pequeña.

—Todo estará bien, descuida –intentó tranquilizarlo Scorpius.

—Claro –asintió.

Apareció en el patio, había ruido en el interior, tal y como lo había dicho Scorpius, todos estaban acomodando las cosas que les tocaría llevar a la cena, todavía les faltaba ducharse y arreglarse, así que lo mejor era darse prisa con aquello.

Avanzaron hasta el interior de la casa, Scorpius bastante decidido y confiado, podía notarlo en su sonrisa amplia, pasó frente a él para ingresar primero, pero nadie le prestó mucha atención, siguieron en lo suyo.

James esperó un minuto, avanzó bastante nervioso por cuál sería la reacción de su familia, no le preocupaban mucho sus padres y Lily, pero sabía que Albus no lo tomaría para nada bien, así que entró y se aclaró la garganta para llamar la atención de todos, su madre fue la primera en observarlos, los saludó con una sonrisa.

—Buenas tardes –saludó Scorpius.

—Papá, mamá, Albus, Lily. Scorpius y yo queremos decirles algo.

Harry Potter gruñó un poco, se detuvo irritado y observó a los chicos, como ninguno dijo nada, él continúo en lo suyo.