Ava estaba preocupada. Había pasado una semana desde el beso que se había dado con Sara, pero ella seguía sin recordar. Y además, lo que más le preocupaba, era que las cosas entre ellas se habían vuelto extrañas, raras… ¿incómodas? No eran las de siempre. Algo entre ellas había cambiado con ese beso. Y eso la hacía sentir insegura en muchos aspectos.
— ¿Puedo pedir tu opinión sobre algo? — Le pidió Ava a Ashley, entrando a su habitación.
— Por supuesto. — Asintió Ashley, dejando a un lado su notebook para prestarle atención.
— ¿Qué se hace cuando besas a una amiga y las cosas quedan incómodas? — Preguntó ella, nerviosa al tener esa conversación.
— Depende la situación. — Respondió Ashley pensativamente. — ¿Alguna de las dos sintió algo? — Pidió saber.
— No, creo que no. — Contestó Ava con sinceridad.
— ¿A quién besaste? — Preguntó Ashley con curiosidad.
— Eso no importa. — Negó ella, todavía no estaba dispuesta a confesar eso a nadie.
— Si, importa. Dame algún detalle aunque sea. — Protestó Ashely y la agarró del brazo para hacer que caiga a su cama con ella.
— Fue en una fiesta y yo estaba borracha, la verdad es que no lo recuerdo. — Admitió ella avergonzada.
— ¿Entonces cómo sabes qué pasó y que ninguna sintió nada? — Preguntó Ashley, pareciendo más curiosa que antes.
— Porque ella me contó y lo hablamos, y ambas coincidimos en que no significó nada, que somos amigas. — Explicó ella la situación.
— Pero dijiste que las cosas estaban incómodas entre ustedes. — Le recordó Ashley.
— Si, eso es lo que siento. Creo que ella me ha estado evitando. — Aclaró ella, relantando un poco más sobre la situación.
— Tal vez te está dando tiempo. — Sugirió Ashley, después de pensarlo por unos minutos.
— ¿Tiempo? ¿Para qué? — Cuestionó ella, sin comprender a qué se refería.
— Para que recuerdes, no debe querer hacerte sentir incómoda. — Expresó Ashley su opinión. — Aunque irónicamente lo está logrando. — Agregó algo divertida ante ese hecho.
— Puede ser. — Aceptó ella, intentando asimilar la opinión de su hermana.
— Lo importante es que hablen las cosas, te lo digo por experiencia. Mientras todo esté explicado y entendido entre ustedes, van a estar bien. — Dijo Ashley, intentando animarla.
Ava dejó la habitación de su hermana y se fue a la de ella. Se recostó en su cama y se puso a revisar sus redes sociales hasta que la llamen para almorzar, cuando algo llamó su atención.
Sara había subido una nueva foto a instagram, donde se veía su tatuaje y el colgante que ella le había regalado para su cumpleaños. Leyó la frase que ella había puesto "el amor nunca muere" y sintió que se le estrujaba el corazón.
Comenzó a leer los comentarios y finalmente hubo un par que le hicieron entender que la imagen no había sido subida al azar, sino por un motivo.
oliverqueen Feliz cumpleaños a Laurel
cynsimonne el amor de ustedes nunca va a morir
magnusbane ángeles
Ese día era el cumpleaños de Laurel.
Pero Laurel ya no estaba. Laurel ya no tendría más cumpleaños para vivir y festejar.
¿Qué se le podía decir a alguien en una situación así? Ava no sabía si en verdad esa pregunta tenía respuesta. Ella no podía imaginar su vida sin ninguna de sus hermanas, por lo que el dolor de Sara le hacía pesar más.
Sara había estado distante con ella durante esa semana. Ava había pensado que había sido por el beso que habían compartido y ella no podía recordar, pero tal vez también tenía que ver con este aniversario.
Abrió su whatsapp y le mandó un mensaje.
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Ava
Hola! Cómo estás?
Sé que hoy es un día difícil
Y la verdad es que no sé muy bien que decirte
Pero quiero que sepas que estoy
Para lo que sea que necesites
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Ava no recibió respuesta por parte de Sara en todo el día. Cuando revisó el mensaje antes de irse a dormir, comprobó que ni siquiera había sido leído. Eso la hacía preocuparse. Pero no había nada que pudiera hacer, no por lo menos en ese momento. Esperaba poder hablar con ella al otro día en el colegio y asegurarse de que estaba bien.
Sin embargo, al otro día, Sara no apareció en el colegio. No vino a ninguna de las clases y ninguna de las Leyendas había tenido noticias de ella. Eso la hizo preocuparse más que antes.
En la última clase del día, sintió su celular vibrar. Por un momento se ilusionó, pensando que iba a ser Sara. Pero no, en vez de ella, era su madre. Eso la asombró, su madre no solía mensajearle en horario escolar al menos que fuera para algo importante.
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Mamá:
Sara vino hoy al grupo de terapia
Quería avisarte para que no te preocupes si no la ves en las clases
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Ava:
Gracias por avisarme
Cómo está?
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Mamá:
Como puede
Está lidiando con muchas cosas
Espero que le haya hecho bien la sesión de hoy
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Ava:
Espero lo mismo
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Mamá:
Bien, te dejo que sigo trabajando
Vos deja el celular y concéntrate en tus clases
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Ava:
Si mamá, eso haré
Gracias
.
La noticia fue un alivio. Era evidente que Sara no estaba bien por lo del aniversario, pero por lo menos había atinado a buscar ayuda. Eso era bueno. Ava se sintió orgullosa de lo fuerte que había sido la otra al hacerlo.
Ava pensaba que no iba a ver a Sara ese día, pero la otra chica la sorprendió cuando apareció en la práctica de baile. La práctica estuvo tan buena como siempre. Bailaron las coreografías que tenían preparadas para la competencia. Ava mantuvo una atención especial en Sara, pero se relajó al verla concentrada y conectando con todos. El baile evidentemente le hacía bien.
— Que bueno que hayas venido a la práctica, pensé que no ibas a hacerlo. — Comentó ella, una vez que finalizó la práctica.
— ¿Por qué? — Preguntó Sara, algo confundida.
— Porque no viniste a clases. — Argumentó ella.
— Si, eso, es que me quedé dormida y ya no tenía sentido venir a clase. — Dijo ella, algo perdida en sus pensamientos.
Ava sintió algo de tristeza ante el hecho de que Sara no se abriera a ella. No necesitaba contarle lo de la terapia, pero tampoco necesitaba mentirle. Sara la había estado evitando y eso no le gustaba. Sentía que era una manera de retroceder en la relación que tenían, que era una manera de atentar con la amistad que habían logrado formar.
— Me has estado evitando. — Dijo ella, observando a la otra con atención.
— ¿Qué? — Preguntó Sara, sin entender a lo que se refería.
— Desde el cumpleaños de Ray que me has estado evitando. — Repitió ella. — ¿Es por el beso? ¿Te molesta que te haya besado? — Se animó a preguntar.
Sara dio un largo suspiro y se tapó la cara con sus manos. Lucía incómoda y nerviosa. Ava no sabía cómo habían llegado a esa situación, ella nunca había imaginado que iba a poder ocasionar esas sensaciones en la otra chica. Y ahora, se sentía peor. Porque eso significaba que Sara estaba dolida o enojada. Y encima, era por algo que ella había hecho y no podía recordar.
— Sara, sé que no me acuerdo, pero tenes que estar tranquila, el beso no significó nada… — Comenzó a justificar ella.
— No, no es eso. — Negó Sara, interrumpiéndola. — Sé que el beso no significo nada para vos y que no lo recordas, por eso te estaba dando espacio y tiempo, para que puedas asimilarlo y no incomodarte. — Explicó lo mejor que pudo.
Eso era algo que no había esperado. Ava había pensado que Sara la había estado evitando porque ella la había hecho sentir incómoda, no porque la otra tenía miedo de hacerla sentir incómoda a ella. Le resultó adorable que la otra chica la tuviera en cuenta de esa forma, que hubiera priorizado darle lo que había pensado que necesitaba. Era todo un malentendido y eso la hizo relajarse, no iba a perder la amistad de Sara por eso.
— Bueno, no necesitas darme tiempo, ni espacio. — Aseguró ella. — Somos amigas y no me haces sentir incómoda. — Dijo con confianza.
— ¿Estás segura? ¿Me dirías si alguna vez te hago sentir incómoda? — Cuestionó Sara.
Ava la miró a los ojos y notó una profunda tristeza en la mirada de la otra chica, una tristeza diferente a las que conocía de ella, una tristeza que no comprendía. Pero que, de alguna manera, quería intentar borrar.
— Sí, estoy segura; y sí, te lo diría. — Asintió ella, a modo de promesa.
A partir de esa conversación todo volvió a la normalidad.
La semana continuó tranquila, sin más sorpresas. La amistad de ellas persistió, prosiguiendo de la forma en que lo había hecho antes. Ava tendría que sentirse aliviada con todo eso, pero por algún motivo en alguna parte de su ser sentía algo muy parecido a… ¿decepción?
El sábado aceptó la invitación de ir a cenar a lo de Nate con algunos de sus amigos. Necesitaba una distracción.
Después de cenar se pusieron a jugar al pictionary. Las veces que a Ava le tocó dibujar no podía dejar de pensar en qué pensaría Sara de todos sus desastrosos dibujos.
— ¿Dónde está Sara cuando la necesitamos? — Preguntó Zari.
— ¿Qué? — Preguntó Nora confundida.
Se sintió nerviosa de que nombraran a Sara, cuando ella justo había estado pensando en esa chica. Esperaba no haber dicho ninguno de sus pensamientos en voz alta.
— Es que Sara es buena dibujando. — Explicó Amaya.
— Entonces nos vendría bien tenerla en el equipo. — Asintió Gary.
— Pero ella está trabajando. — Dijo Zari, a modo de queja.
Tenían razón. Les vendría bien tener a Sara en su equipo, ella dibujaba tan bien que seguro podría ayudarlos a ganar. Pero como dijo Zari, ella estaba trabajando.
En un momento de la noche Ava necesitó ir al baño.
Cuando se estaba lavando las manos tuvo un flashback. Pudo ver imágenes en su mente de Sara y ella riendo, mientras hacían formas de animales con las sombras de sus manos.
Ava tuvo que sentarse porque de repente se sentía nerviosa con todas las sensaciones que la invadieron. Cerró los ojos y su mente se vio invadida de más imágenes, de los besos que había compartido con Sara.
Ava estaba empezando a recordar. Y al hacerlo recordó lo bien que se había sentido. Besar a Sara había sido increíble, había sido casi mágico.
Ella había sido quien había iniciado los besos, pero Sara los había correspondido.
Y entonces tuvo una revelación. Ella gustaba de Sara. Ahora que recordaba cómo se había sentido cuando la besó, estaba segura que le gustaba.
Y tal vez, lo peor de todo, era que la forma en que recordaba que se había sentido al besar a Sara le hacía creer que podría llegar a enamorarse de ella en algún momento.
¿Habría significado algo eso? ¿A Sara también le habrían gustado los besos que compartieron?
Pero… luego recordó que Sara no había intentado hacerla cambiar de idea cuando ella dijo que los besos no habían significado nada, que no había insistido con el tema, ni había intentando hacerla recordar. Evidentemente Sara estaba conforme con la amistad que tenían, y no quería nada más. Sino la habría contradecido, la habría convencido de volver a probar o algo del estilo… ¿No?
— ¿Ava estás bien? — Preguntó Nora, golpeando la puerta para llamar su atención.
— Si, estoy bien, ya salgo. — Respondió ella.
Lo mejor era que las cosas siguieran como estaban. La amistad que tenían era extraordinaria y les hacía bien. Por eso, era mejor no arriesgarse a más, para no arruinar lo que ya tenían.
Si, lo mejor era seguir siendo simplemente amigas.
