La siguiente semana hice un par de trabajos para mi padre, una vez que me sentí mejor pude moverme con facilidad, iba a la oficina tres veces a la semana y el resto llevaba el trabajo a casa, Rick encontró el ritmo en el trabajo, su condición física había mejorado mucho, dejó de usar el bastón en el que solía apoyarse pues según él no lo necesitaba mas y eso me parecía fabuloso, volvía a caminar con seguridad y eso me gustaba, además de que eso le daba seguridad en otros aspectos de su vida y de su trabajo.
Pronto estábamos por cumplir el cuarto mes de embarazo, el último examen mostró que todo estaba bien, tanto yo como el bebé no teníamos problemas y según el médico su tamaño era el correcto y sus movimientos eran fluidos.
Las náuseas iban desapareciendo poco a poco aunque la sensación de malestar estomacal persistía, ahora podía comer un poco mejor lo que hacía ganar peso.
Fue una de tantas noches que Rick me miró curioso desde la cama, sentí su mirada sobre mi, parecía estudiar mi cuerpo, sin decir nada, di un par de vueltas mientras buscaba ropa en los cajones.
-necesitare algo de ropa.
-aja.
-mi ropa comienza a sentirse ajustada.
-si, claro.-dijo distraído.
-ve esto.- Dije señalando mi pie.- está hinchado.
-aja.
-Rick, no estás poniendo atención.- dije sobresaltada al ver que Rick parecía no prestar atención a lo que yo le decía.
-te estoy escuchando.
-y que acabo de decir?
-que necesitas ropa nueva.
-y que más?
-Rick sonrió con falsa pena.-estoy mirándote el trasero, no puedo escuchar lo que dices si balanceas el trasero frente a mi.
-maldición Rick, no es gracioso.
-oye está bien, haremos las compras necesarias, te daré un masaje en los pies si están hinchados y lo que sea que necesites, pero antes ven aquí.- extendió su mano para que me acercara a él.- eres hermosa, muy hermosa.
-no seas tonto.- dijo hundiendo la nariz en su pecho.
-tonto?... por qué?... por que te amo, por que eres increíble, por que…
-basta.
-no voy a cansarme de decirte lo mucho que te amo.
Rick besó mis labios pero contrario a lo que esperaba que sucediera me hizo dar la vuelta para tomar mis pies entre sus manos, los movía suavemente, me sentí adormecida entonces, podría decir que fui transportada a un lugar diferente, uno en el que flotaba y me dejaba llevar por esponjosas nubes blancas.
Desperté en mitad de la noche, una sábana de algodón cubría mi cuerpo semidesnudo, Rick dormía en apenas una pequeña porción de la cama, miré el reloj junto a ella, unos cuantos minutos después de las 3: 00 a.m. sonreí cuando Rick se removió y apenas pudo sostenerse para no caer.
-lo siento.-dije incorporándome.-me he dormido.
-estabas cansada.
--debo ir a…
-claro.
Rick se hizo a un lado y luego me dio su mano para ayudarme a bajar de la cama, caminé lentamente, cuando volví él me esperaba.
-ven a la cama.-dijo intentando no cerrar los ojos.
Me acomode a su lado, sentí su brazo rodeando mi cintura, besó mi mejilla para luego dormir tranquilo.
La mañana siguiente un ruido en la cocina me hizo despertar, Rick cocinaba el desayuno, me acerqué a él, besé su espalda mientras lo abrazaba.
-jugo?.- preguntó llevando un vaso en la mano.
-si, gracias.
-no deberías dormir un poco más?
-no, debo ir a la oficina, mi padre me espera.
-entiendo, te acompañaré.
-bien.
Me despedí de él frente al edificio, besé sus labios y caminé hasta la puerta donde encontré a un par de socios de mi padre, ambos me saludaron, me dejaron pasar después de decirme que mi padre ya me esperaba en la oficina del fondo.
-hola papá.
-hola.
-y que tienes para mi hoy?
-no mucho, debí llamarte tal vez no deberías haber venido hoy.
-bueno, creí que habías dicho lo contrario.
-si, pero hubo un cambio de planes, quizá… quizá puedas hacer algo de esto, es un nuevo cliente, podrías llamarle para una entrevista.
-bien, dame el número, le llamaré.
-aquí está.
Una hora más tarde hablaba con un hombre cuya voz sonaba como la de un joven, necesitaban asesoría para conformar una sociedad, él y un par de amigos más planeaban constituir una pequeña empresa de emprendedores pero desconocían el temas legal, así que después de mucho investigar decidieron que pedirían asesoría profesional.
Mi padre creyó que sería bueno para mi iniciar con un cliente como este, el trabajo era un trámite y ahora mismo estaba bien para mi no tener que hacer demasiado esfuerzo.
Acordamos una cita para el siguiente día, él y sus amigos acudirían a una reunión donde hablaríamos un poco más acerca del tipo de sociedad que conformarían y otros detalles que no nos llevarían mucho tiempo.
Salí cerca del mediodía, Rick me había llamado para decirme que quería mostrarme un par de cosas que había visto pero que requerían de mi aprobación para ser compradas.
Caminé mirando las tiendas, compré una botella de agua la cual bebí mientras hacia el recorrido hasta el lugar que él señaló, lo vi sonreír cuando llegué, de inmediato besó mi labios y rodeó mi cintura para indicarme un pequeño mueble al fondo del local.
-es lindo, no?.- dijo bastante entusiasmado.
-es verdad.
-el chico dijo que podríamos apartarlo hoy mismo y pagarlo en la entrega.
-te gusta mucho no es asi?
-es verdad, pero quería que lo vieras primero, hay otros por allá o podemos ir a otro lugar si lo prefieres.
-podríamos ver los otros, pero este es lindo.
-claro, los veremos antes de decidir.
Aunque la cuna era bonita Rick decidió que veríamos un par más antes de elegir una, lo que si compramos esa tarde fue una pequeña luz de noche que según él irremediablemente necesitaríamos pues las noches en vela serían algo común los primeros meses, no pude negarme de cualquier manera Rick tenía razón y la figura era tierna, muy tierna.
Tuve la reunión al día siguiente, un par de chicos muy jóvenes apareció, el tercero no había podido llegar a la hora fijada pero con suerte llegaría para el final de la reunión, ambos se sentaron mientras esperaban que ordenara los documentos que necesitaría en caso de que decidieran continuar con el trámite.
Hicimos las debidas presentaciones y luego de unos minutos comencé a explicar el proceso, hicimos un receso después de un poco más de una hora, una de las asistentes me ayudó a servir un poco de café y ordenamos un desayuno ligero que ambos hombres agradecieron.
-hace mucho que trabajas aquí?.- preguntó uno de ellos.
-no, hace poco.
-te ves muy joven.-dijo el otro.-no es por ofender pero no creí que tuvieses experiencia.
-bueno, creo que estamos en la misma condición.
-eso parece.-se apresuró a decir el primero y golpeó el hombro de su compañero.-compórtate.
-no es problema, supongo que todos pasamos por lo mismo al principio, cuando somos jóvenes, sin experiencia.
Ambos me miraron tras mi afirmación y continuaron comiendo.
La reunión terminó una hora más tarde, casi al final mi padre apareció para ver si los clientes estaban satisfechos o si aún quedaban dudas al respecto, por suerte no fue así y acordamos tener una segunda reunión la siguiente semana.
Volví a casa, Rick apareció del otro lado de la calle, justo frente a nuestra puerta, caminó con rapidez cuando me vio, tomó el maletín de mis manos después de besar mis labios y rodeó mi cintura con su brazo libre.
-estas muy cansada?.- preguntó.
-no, por qué?
-tenia… tengo planes.
-qué clase de planes?
-una cena… quizá… terminar la noche… románticamente.-dijo pasando su dedo sobre mi brazo.
-quizá.- dije sin interés solo para molestarlo.
--aunque si no estás interesada podemos cenar aquí y dormir.-dijo visiblemente contrariado.- si estas muy cansada…
-vamos Rick, solo estoy jugando, claro que quiero salir, hace mucho que no lo hacemos.-lo besé lentamente, jugué con su lengua un poco y me separé lentamente dejándolo con deseos de más.
Yo también había deseado tener una noche sin interrupciones desde hacia un tiempo pero las nauseas y el malestar me habían hecho desistir después de la última vez en la que casi devuelvo la cena sobre Rick.
Me vestí lo mejor que pude, mi pequeño pero abultado vientre podía notarse si le prestabas atención, salimos después del discurso de Rick sobre lo natural que era todo y como debería sentirme cómoda al respecto.
Rick había reservado en un pequeño restaurante, la cena estuvo deliciosa y el resto de la noche no fue la excepción.
Unos dias mas tarde, caminaba desde el auto hasta la oficina, había estacionado algunos metros antes debido a que algunos autos ocupaban los espacios frente al edificio, me detuve al notar que había olvidado un par de documentos y volví al auto, justo antes de abrir me di cuenta de que alguien se acercaba, un sujeto me miró y sonrió, extendió su mano para saludarme, fue entonces que lo reconocí, era uno de los clientes de la semana pasada, uno de los jóvenes con los que me había reunido antes.
-hola, espero no molestarla.- dijo mirándome fijamente.
-no, puedo ayudarle.-mire mi reloj.- es temprano aún.
-si, espero a mis amigos, solo me acerqué para ver si podía ayudarle con algo, veo que lleva muchas cosa.
-dude un poco, pero el sujeto parecía sincero.- esta bien, gracias.
Caminamos de vuelta, abrió la puerta para mi, camino conmigo hasta mi escritorio y luego se sentó en una de las sillas, me observó algunos minutos, en un momento se levantó, se acercó de nuevo al escritorio, miró alrededor y volvió a sonreír.
-creo que he llegado muy temprano.
-asi parece, puede salir si quiere, en cuanto llegue el resto iniciáremos la reunión.
-no, yo esperaré aquí.
-pero está aburrido, puedo verlo en su rostro.
-no tengo nada mas que hacer.
-bien.
-y… hace mucho que trabaja aquí?.
-no, ya se lo había dicho.
-Me he estado preguntando… es usted, soltera?... me gustaría invitarla a salir.
-mire mi dedo, dejé mi anillo en casa.- le agradezco el interés pero no gracias.
-tiene… pareja.
-si.
-discúlpeme entonces.
Lo vi volver a la silla, me pareció ver sus mejillas ligeramente sonrojadas, cubrí con mi mano una leve sonrisa, no pretendía hacerlo sentir mal pero en algún punto me pareció curioso que no notara mi embarazo.
La reunión fue muy breve, a decir verdad no debería extenderse, los detalles eran mínimos, las dudas improbables.
Caminé hasta el auto cuando salí, Rick estaba allí, apoyado en el auto, mirándome.
-qué haces aquí?.- pregunté cuando me acerqué a él.
-solo quería sorprenderte.
-lo has hecho… vayamos a casa.-bese sus labios.
-me ha pasado algo hoy.
-qué ha sido?
-un sujeto me invitó a salir.
-vaya.
-fue curioso, solo me hizo reír un poco.
Reí un poco mas al ver la expresión de su rostro, podía ver lo que parecían ser celos en sus ojos.
-lo rechacé obviamente.
-obviamente.- repitió él.
-estas celoso?
-yo, no para nada.
-por que no estaría mal… soy tu esposa y otro hombre me ha hecho una invitación.
-si, claro, eres mi esposa, es normal, eres hermosa y …
--te amo.- dije besando su mejilla al detenerme.
Rick sonrió entonces de manera relajada, suspiró y tomó mi mano para besarla.
-andando, necesito comer algo.
Otro mes pasó, para entonces mi vientre era aun más visible, podía sentir los movimientos claramente, Rick solía poner sus manos sobre el por las noches, le susurraba cosas que según él yo no debía escuchar pues eran un secreto, sus labios tocaban suavemente mi piel y luego subía para besar mis labios, el ritual se repetía cada noche sin falta.
