Capítulo 36: cumbre
La cumbre de los cinco Kages, sonaba algo más aterrador de lo que Hinata podría esperar. Para la chica fue una sorpresa cuando Jiraiya la invito a formar parte de su escolta junto con Aki y Shisui, dejando a Kakashi como líder temporal de la aldea, muy para resistencia de su maestro. Con unas pocas semanas del ataque contra Pain, era de vital importancia reunirse con el resto de los kages para tomar acciones, así que ella había aceptado sin dudarlo, ante la idea de saber que había ocurrido con el resto de sus camaradas Jinchuriki, también esperando secretamente poder ver a Bee para charlar sobre el problema.
Así que antes de darse cuenta estaba en la puerta de la aldea, con Natsu abrazándola fuertemente junto con Hanabi, ambas no parecían dispuestas a dejarla ir, para inmensa diversión del resto de los presentes.
—Estamos pensando en un nuevo tratamiento para Minato—hablo Shikaku quien había ido a despedirlos a la puerta de la aldea—con suerte con el clan Yamanaka logremos algo antes que regresen—añadió de forma pensativa.
Hinata puede ver como Jiraiya asiente, con ojeras debajo de sus ojos, ha estado trabajando por semanas sobre el sello que tiene su alumno, pero incluso cuando Kushina también se unió al trabajo, ambos parecían haber llegado a un callejón sin salida.
Había estado cerca de este en dos ocasiones, pero para su sorpresa había buscado la opinión de Kurama, quien parecía tan confundido como ella. Su invocación Tsukiko había dicho que investigaría todo lo posible, así que Ginro estaba en la aldea como apoyo por si los zorros, lograban hallar una cura antes que los aldeanos.
—¿Qué hay de mí? —pregunto Aki viendo a su hermana, quien lo ignoro mientras restregaba su mejilla contra la suya.
Una grata sorpresa para Hinata, era que la relación entre Aki y Natsu parecía haberse solucionado, lo cual no había sido para nada fácil. La destrucción de la aldea y muertes de civiles, parecía algo demasiado extremo para que eso solucionara los problemas de los hermanos, pero ella no se iba a quejar. Era refrescante ver como ambos estaban al lado del otro sin parecer que se iban a matar, hablaban algo cómodos y había visto a Natsu hacerle leves bromas a su hermano mayor.
Estaba feliz por ambos.
—Por mi muérete—dice Natsu ganando una mirada resentida de su hermano, antes de reír y abrazarlo rápidamente antes de alejarse.
Aki parecía satisfecho con eso.
—Es hora de irnos—anuncio Shisui, quien había abrazado a su hijo y esposa por última vez, la última algo levemente sonrojada.
Jiraiya se despidió por última vez de parte de Kakashi, quien no parecía del todo conforme con quedarse en la aldea a cargo. No había visto a Danzo por los últimos días, con un mal presentimiento Hinata decidió seguir a la caravana que iba a la cumbre. Tenía muchas cosas en que pensar, pero mientras se despedida con la mano por última vez de Hanabi y Natsu, esperaba que al regresar la aldea estuviera en una pieza.
Estaba algo traumada al irse del lugar.
Buscar la paz.
Pensó de forma retraída mientras avanzaba a una gran velocidad con el equipo ninja con el que debería hacer la misión. Por suerte todos eran bastante veloces, entonces liberar parte de su chacra para seguirles la velocidad, fue algo que la relajo un poco.
No quería pensar en que se encontrarían del otro lado de la cumbre, en la tierra del hierro, pero no podía darse el lujo de perder nuevamente.
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El camino fue silencioso y rápido, antes de darse cuenta las montañas quedaron atrás y la nieve comenzó a cubrirlo todo a la vista, para Hinata la nieve era bastante bonita, pero no puede evitar sentir nervios y activando el byakugan cada pocos minutos. Su vista se había cuadriplicado a la distancia, pero sabe que sus enemigos pueden aparecer en su camino en cualquier segundo. La idea de tener que luchar contra Raiden aun la tiene en tensión, hay una batalla final entre ambos pendiente, pero ahora también esta Misaki en la ecuación y no sabe cuáles pueden ser sus otros potenciales enemigos.
Se detuvieron cerca de la meta, Jiraiya parecía algo cansado y realmente no es como si pueda culparlo con todo lo que ha sucedido. Mira preocupada a Shisui y Aki, quienes asienten antes de bajar el ritmo, ella termina al lado de Jiraiya ofreciéndole una botella de agua, que el hombre acepta antes de tomar un descanso en una rama que han encontrado.
—No debe forzarse Jiraiya-san, nosotros lo protegeremos si algo sucede—dice Hinata con una mirada cálida y tranquila, era el amigo importante de Tsunade, ella había dado su vida por este.
Debe protegerlo, es el pensamiento que atormenta a Hinata, debe proteger lo que su maestra quiso proteger.
Una mano en su cabeza, hace que levante la mirada confundida a Jiraiya, quien tiene un rostro algo melancólico.
—Sabes, no te pareces en nada a Tsunade en personalidad—expreso Jiraiya, haciendo que ella sintiera un tirón en su interior, eso, eso había sonado muy triste para ella—pero entiendo porque estaba tan enamorada de tu persona, Tsunade sin duda te apreciaba mucho, eres una niña especial Hinata—añade con un aire melancólico.
Siente el aire frio a su alrededor y puede ver su mismo dolor en el hombre a su lado, que el sentimiento dentro de ella misma. Siente leves recuerdos llegar a su mente, de Tsunade hablando de su novio muerto y su hermano que ha pasado por lo mismo, en esas noches borracha donde todo a su alrededor había sido tan doloroso, pero entre todas sus historias siempre recuerda como hablaba de Jiraiya, el único hombre constante en su vida.
No sabe si había sido amor, pero su maestra había apreciado demasiado a Jiraiya.
Ahora que ve los ojos del hombre, puede decir que este si la había amado.
—Tsunade lo quiso mucho Jiraiya-san—admite con voz tranquila y sus manos sobre su regazo, siente la mirada de Jiraiya sobre ella, pero se mantiene firme viendo a la distancia—siempre hablaba bien de usted, claro que siempre dijo que era un pervertido y la apoyo en eso—lo ve de reojo, este se ríe nervioso—pero ella también decía que usted siempre estuvo a su lado, aunque no lo dijo en voz alta, sé que fue gracias a usted que pudo seguir adelante todo este tiempo—hablo abrazando un poco las manos contra su cuerpo.
El recuerdo de la mujer sonriente, era demasiado reciente y doloroso.
Escucho una leve risa de Jiraiya a su lado, que le hizo voltear su rostro confundido, topándose la sonrisa sincera del hombre. A pesar de que era un hombre adulto, bastante mayor, ya que tenía la edad de Tsunade y Orochimaru (eso se remontaba hasta la segunda guerra ninja), era un hombre bastante apuesto a pesar de todo, ropa excéntrica, pero tenía un rostro bastante amable.
Le gustaba su mirada.
—Prometo que voy a cuidarte niña, a Sakura, a Shizune y en especial a ti, porque eso es lo que hubiera hecho Tsunade, entonces te prometo que puedes contar conmigo—expreso con sinceridad, sintió algo cálido dentro de ella.
—De la misma forma aquí Jiraiya-san—
Jiraiya le dio una última sonrisa, antes de ponerse de pie para ir hablar con Shisui, el Uchiha parece cansado cuando le explica algo sobre el viaje. A su lado rápidamente Aki toma asiento, de forma algo cansada y luciendo también ojeroso, desde la destrucción de la aldea, todos habían tenido esa misma expresión. Le da una mirada preocupada, pero este se encoge de hombros restándole importancia.
—Entonces…—comienza Aki. Ella se siente perdida—¿Naruto es el elegido? —pregunto el chico dejándola aún más confundida.
¿Se estaba perdiendo algo?
—No entiendo de que estas hablando—dice con el ceño levemente fruncido, Aki parece tener una sonrisa algo burlona en su rostro que le dio mala espina.
—Bueno ya sabes, lo abrazaste en medio de la fiesta—
—Abrace a todos—
—También te volviste loca cuando lo viste morir—
—Bueno estaba cansada de que todos murieran ese día, una muerte más no la soportaba—
Hinata se sintió algo incomoda por la mirada seria de Aki en ella, casi como si la estuviera evaluando y se diera por vencido por su expresión de derrota segundos después. No es como si ella comprendiera de que estaba hablando, sentía que era algo que debería saber, lo cual le avergonzaba decir en voz alta, porque no estaba segura de que hablaba.
El joven suspiro, ella ladeo la cabeza, antes que sintiera un suave aleteo sobre sus labios.
Su boca se abrió de incredulidad cuando los labios de Aki se separaron de ella, este luciendo una sonrisa algo divertida y ella sintiéndose algo horrorizada.
¿Que?
Se sonroja como un tomate, sin querer admitir que ha sido besada por Aki, el chico más popular de su generación y que hace algún tiempo le había besado para salvar su pellejo de Kumogakure. Frente a ellos noto que Shisui tenía la boca levemente abierta, al tiempo que Jiraiya casi se cae de la impresión.
Bueno, al menos no fue la única sorprendida de ese beso sorpresa.
El hormigueo aún estaba sobre sus labios como su rostro sonrojado, no lo había esperado, incluso su Byakugan no pudo haber visto eso venir.
—Me gustas Hinata Uzumaki, me gustas mucho—habla Aki haciendo que los tres presentes parezcan más paralizados que de costumbre, la sonrisa socarrona cambia a una más suave—pero bueno, creo que me di cuenta que en la invasión de Pain, no soy del todo el hombre que ocupas, puse la seguridad de mi hermana antes que la tuya, cuando Naruto se sacrificó sin dudarlo me di cuenta que…no importa. Es un buen chico el que criaste Jiraiya—añadió antes de ponerse sobre sus pies.
Hinata sentía su rostro volverse rojo por su confesión, al tiempo que todo corría a muchos kilómetros por hora.
Se puso de pie detrás de él luciendo su rostro aun incrédulo.
—¿De qué hablas Aki? —cuestiono sin entender nada y sin importarle que todos se dieran cuenta de eso.
Aki con una mano en la cadera sonrió divertido.
—Bueno, le gustas a su alumno, toda la aldea lo sabe, creo que es obvio que el mocoso está muy enamorado de ti desde siempre—hablo Aki señalando a Jiraiya, quien parecía verlo con incredulidad.
Shisui parecía claramente incómodo.
¿Eh?
Su rostro se volvió pálido de repente, antes de sujetarse la cabellera con fuerza.
—¿Naruto está enamorado de mí? —es el chillido que sale de su boca incrédula.
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Lejos en la aldea, un rubio que estaba cuidando de su hermana, no puede evitar soltar un estornudo mientras camina al lado de Shikamaru, el pelinegro le da una mirada confundida, pero el rubio niega con la cabeza. Ambos se acercan a Kurenai, quien luce una prominente barriga de embarazo, que los saluda a ambos.
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Su madre no está feliz cuando regresa a la cueva y Kushina como Menma no se encuentran, pero esta parece restarle importancia antes de avisarle que hoy era el día. El cuerpo de Raiden se contrae de incomodidad antes de seguirla fuera de la cueva, ambos desapareciendo de la nada, para aparecer en un puente cerca de Konoha. La idea de ir para ver la aldea, es fuerte, pero se contiene. No es como si hubiera algo ahí para él, piensa cuando aterriza al lado de su madre y Danzo ya los espera furioso en el puente. Raiden ya ha perdido todo derecho de llamar esa aldea hogar.
Si es sincero, Raiden siente algo de pena por el hombre, que ha sido engañado por su madre todo este tiempo. Su madre lo había engañado para que pusiera algunos sellos en la aldea, que facilitaron el acceso de Pain, como para capturar el alma de Minato dentro de su cuerpo. En este momento debe ser un prisionero dentro de su mente, sin poder hacer o decir nada. Además de que Danzo había ayudado a infiltrar a su madre en varias ocasiones.
Si Konoha no sospechaba de alguien, era poco tiempo antes que los dedos apuntaran al hombre.
Su madre amaba torturar a Danzo desde siempre.
Siempre había deseado tenerlo contra la pared.
—Me dijiste que sería el Hokage—gruñe Danzo apenas pusieron un pie en el puente, su mirada se dispara a la mujer que tiene una sonrisa impregnada en su rostro.
Un suspiro se ahoga dentro de su garganta, su madre había soñado tanto tiempo con este momento, que sabe que no debe interferir. Él no quiere venganza, nunca la quiso, no piensa que su padre la hubiera querido o su hermano mayor que no recuerda, según las historias que había escuchado de la misma Kushina, su padre había sido un hombre brillante como amable. Ahora mismo debe estar decepcionado por el camino que ha tomado. Pero su madre lo había amado con todo su corazón, por eso que Danzo lo hubiera asesinado de forma misteriosa en medio de una misión, había cavado su tumba.
—Vaya no esperaba que no pudieras convencer al consejo, tal parece que Jiraiya es mucho más interesante que tú—dice su madre con tono divertido.
Ve el rostro de Danzo ponerse algo molesto, lo que le hace sentir que pronto estallara una lucha. A nivel de habilidad, sabe que su madre es muy superior al ninja promedio, incluso cuando Raiden sabe que lo consideraron un genio, su madre era otro nivel. Sus ojos ahora estaban despertando el Rinnegan, pero incluso su madre ha logrado obtener el mangekyo Sharingan eterno, cuando se implanto los ojos de su padre muerto, al igual que hizo con él a muy tierna edad con los ojos de su hermano fallecido.
Aunque eso ultimo no lo supo hasta que dejo la aldea.
Su madre no es un genio, ella había contado su historia de cómo siempre fue inferior a otros Uchiha, como había odiado las luchas y había querido una vida pacífica. Pero cuando Danzo mato a su marido, algo había cambiado en su interior, se había roto y podrido. Hasta el punto de que ahora, era la mejor usuaria de genjutsu, incluso superando a talentos como Shisui e Itachi, ella había llegado a ese punto con mucha sangre y sudor, pero sobre todo…mucho odio.
A cierto hombre, a cierta aldea, al mundo.
Es como si el color hubiera desaparecido del corazón de su madre, como si no estuviera satisfecha hasta encontrar completa aniquilación en todos lados.
Él no quería eso, pensó que podría detenerla, hacerla cambiar, hacerle ver un mejor futuro, pero había fracasado. En lugar de rescatar a su madre y regresarle algo del calor, él se había visto arrastrado en esa inmensa tormenta de odio, al cual su madre lo había utilizado, cual títere con hilos.
—Esta alianza está rota—gruñe Danzo, mientras cuatro ninjas de raíz aparecen en su espalda.
¿Solo cuatro?
Sin duda ha subestimado a su madre, piensa con algo de sarcasmo cuando ve el brillo en los ojos de esta.
—Perfecto, después de todo, tu muerte había sido decidida para hoy—habla su madre con su usual felicidad, mientras sus ojos brillan rojos, ante la mirada atónita de Danzo—ya sabes, matar a mi esposo y primogénito, no fue tu movimiento más inteligente, sin duda disfrutare de un poco de mutilación y tortura antes de matarte, o un genjutsu para torturarte, eso podría ser divertido—asegura con un dedo en su boca.
Una risa algo histérica aparece en el rostro de su madre, pero no la detiene cuando ella se abalanza contra Danzo y se pregunta.
¿Aún puede hacer algo diferente?
¿Hay alguna forma de redención sobre él?
Un leve picor en su cuello, hace que se sienta incomodo, antes de tomar asiento en un pilar, su madre no lo perdonaría si se marchaba del lugar, pero tampoco quería ver.
La marca del sello de Orochimaru, que hace años no le incomodaba, comenzó a picarle un poco, pero la masacre frente a él era un distractor para pequeños detalles.
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Le gustaba a Naruto, pensó Hinata aterrada mientras entraban a la cumbre de los cinco kages. No solo eso, aparentemente según Aki, no solo le había gustado a él, la mayoría de sus amigos de generación, habían sentido algún tipo de atracción por su persona en algún momento, también Aki comento que era probable que le hubiera gustado también a Raiden, lo cual fue doloroso de pensar. No tenía ni la menor idea de que habrían visto en ella, no era alguien muy bonita, no tenía encanto y la gran cantidad de problemas psicológicos que cargaba sobre ella, no eran una broma.
Su madre le había dicho que muchos le amaban, pero no había esperado que alguno de esos amores fuera romántico.
¿Cómo podría verlos a los ojos?
Con Aki era casi imposible, incluso cuando este se lo tomo bastante bien, era aún incomodo verlo directamente a los ojos luego de confesar que le gustaba. No tenía la menor idea de cómo vería a Naruto de ahora en adelante, aunque su sacrificio contra Pain ahora tenía algo más de sentido en su retorcida mente, siempre se preguntó por qué esa determinación de lanzarse a la lucha cuando iba a morir.
Lo peor es que Jiraiya se había abalanzado contra Aki, diciéndole que le había quitado la oportunidad a su ahijado de declararse, lo que fue peor ya que confirmo que casi todos lo sabían. Había dado una mirada suplicante a Shisui, quien se había encogido de hombros en una muda disculpa.
Mierda.
No estaba lista para afrontar sentimientos románticos, apenas puede con ella misma. En su interior Kurama parece disfrutar mucho la situación, ya que no deja de reírse, lo que dificulta más su pensamiento, ya que hasta su mejor amigo lo sabe y nunca dijo nada.
—Hinata—dice una voz detrás de ella, que la hace saltar antes de ver a Gaara de pie con sus hermanos detrás de ellos.
Todo pensamiento anterior muere, antes de reaccionar.
Se abalanza contra su pequeño cuerpo, abrazándolo con fuerza, ha pasado mucho desde la última vez. Este le regresa el abrazo sin tanta incomodidad, como hubiera hecho con cualquier otro, ambos se separan luego de unos minutos viéndose claramente preocupados.
Han pasado muchas cosas y ahora no tienen la comunicación mental para charlar tan fácilmente.
Les susurra rápidamente que ha pasado en la aldea de la hoja, antes de entrar a el salón donde los otros kages ya están. Su rostro no se puede iluminar más cuando ve a Kurotsuchi detrás del Kage de su aldea, pero su rostro emocionado, se detiene cuando ve como sus ojos parecen destrozados al verla.
Entonces ella se detiene para sentir a su alrededor, Aki quien camina cerca de ella, debe mantenerla estable cuando evidentemente no siente la bestia dentro de la mujer.
Oh.
No están, descubre cuando ahora entiende que no hay más jinchuriki de los que hubiera pensado. Solamente siente a Bee en alguna parte, pero sin aceptar su llamado como lo había estado haciendo, o no haciendo, las últimas semanas.
Solo quedan dos.
Si, esto se está saliendo de las manos.
Ignora que esto se supone es un encuentro político para hablar sobre las aldeas, corre hasta Kurotsuchi y la abraza como hizo con Gaara, siente a la chica de su edad temblar un poco, antes de regresarle el abrazo casi suplicante y disculpándose por sus amigos que ahora están muertos.
Su corazón se oprime ante la imagen de las bestias y amigos jinchuriki que han perdido, pero incluso con el claro dolor presente, no puede más que abrazar a su amiga. Se había decidido a mantenerse serena por ahora, cuando todo esto termine ella volverá a su miseria un poco, pero ahora debe estar fuerte para no caer en la desesperación. No hasta que el mundo ninja este a salvo, ella había hecho una promesa, así que no puede tambalearse tan cerca del final.
Misaki y Raiden, debe encargarse de ellos por el momento.
Ya después pensaría en qué hacer.
Mifune aparece, el representante del país del hierro y quien guiara la reunión de ahora en adelante. Entonces ella toma lado junto con Jiraiya, la aldea de Kirigakure claramente le ve con duda en su rostro luego de esa muestra de afecto, al igual que el potente A solamente suspira un poco al verla actuar tan infantil como siempre.
Los ignora, es hora de ver a donde llevara esta reunión.
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La reunión va…como se puede esperar de la reunión, piensa Jiraiya con un suspiro cuando ve a todos los guarda espaldas de los Kages listos para entrar en una lucha, a excepción de Hinata que permanece tranquila detrás suyo. No puede decir lo mismo de Shisui quien tiene sus ojos rojos o de Aki quien tiene una kunai en su mano sobre el cuello del tipo que vino con la Mizukage, una mujer bastante hermosa según los ojos de Jiraiya, pero que no puede cortejar en este momento. Maldice el momento donde su pupilo se confió, ya que en este momento aquí debería estar Minato y no su persona.
Mifune por otro lado logra mantener el control del lugar, antes que Kurotsuchi comience a relatar la situación que vivieron las bestias capturadas. Jiraiya puede notar el cuerpo tenso de Hinata cuando la nieta de Onoki revela que no era planeado que ella sobreviviera, si no que habían querido que sobreviviera una chica llamada Fu, quien parece había sido la menor del grupo. Pero de alguna forma ella logro escapar con la ayuda de un guarda, que no había vuelto a ver, lo cual era sospechoso, medita Jiraiya con una mano en su mentón.
De reojo puede notar que también Gaara parece estar casi al borde de vomitar, pero le da un punto por mantenerse firme. Debe tener la misma edad que su ahijado Naruto, pero el chico ya es el Kage de una aldea y muestra una firmeza que no es común de ver a esa edad.
Sigue escuchando como Kurotsuchi revela que la mayoría de jinchuriki murieron con la extracción de la bestia, pero que debieron matar a un chico llamado Utakata que había sobrevivido al igual que ella. Ambos deben haber sido excepcionalmente fuertes con grandes bobinas de chacra para sobrevivir, o las bestias dentro de ellos pudieron haber aplacado un poco las consecuencias de la extracción para que aguantaran.
Muchas preguntas y pocas respuestas.
—Bueno, entonces es obvio que tenemos que mantener protegidas a las dos bestias restantes—gruñe A de forma aburrida, casi meditando en el jinchuriki dentro de su aldea.
Jiraiya puede ver a Hinata tensarse a su lado, su rostro esta carente de emociones como un buen ninja debe ser, pero sus ojos parecen estar luchando contra las emociones que siente en su interior.
Ser joven es tan problemático, piensa Jiraiya con el rostro en su mano.
Aunque si era sincero, esa niña a su lado había sufrido una gran cantidad de perdidas, que hubieran derrumbado a otro adulto hasta el fondo, pero ella se mantenía a flote. Incluso cuando dentro de ella estaba la encarnación del odio, se las arreglaba para seguir pensando en lo mejor para los demás, ahora incluso sospechaba que la mención de la perdida de los jinchurikis eran otras perdidas a su saco, que apenas estaba soportando.
—¿Qué propones entonces Raikage-sama? —comenta la Mizukage con un tono burlón, que puede ser incluso coqueto, es la clase de mujer que buscaría en cualquier otro momento para una buena noche.
El recuerdo de Tsunade quema en su cabeza unos segundos y suspira, maldita mujer rubia que se le ha metido hasta las entrañas.
—Debemos protegerlas, si el enemigo está buscando, solo hay que guardarlas hasta que derrotemos a esa mierda de Akatsuki—gruñe el hombre moreno de forma aburrida, casi desinteresada.
Jiraiya ve de reojo el cuerpo de Hinata tensarse, pero, aunque le manda na mirada fulminante al hombre, no hace nada más.
Buena chica, la has entrenado bien Tsunade.
—Entonces vamos a guardar a nuestras mejores armas contra nuestros enemigos—gruñe Onoki de forma curiosa viendo al Raikage, quien le lanza una mirada de soslayo.
Kurotsuchi debió haberle afectado, incluso si su nieta sigue con vida, ella también fue un jinchuriki.
—Su seguridad debería ser nuestra prioridad, hasta donde sabemos si el enemigo se hace con los dos jinchurikis restantes, pondrían su plan en marcha, sea lo que sea—señala la Mizukage de forma inteligente.
Si, lo era, pero no del todo.
Jiraiya no puede evitar recordar como Kakashi y Hiashi describieron a Hinata en medio de la batalla contra Pain. La niña había logrado derrotar a los enemigos, cuando nadie más había podido, había logrado hacer lo que muchos ninjas no pudieron, incluso a costa de su propia vida. Sabe que por el momento no deben quedar más que unos pocos de Akatsuki, piensa que probablemente se trate de Misaki, su hijo y el chico llamado Kabuto que sigue sin ser encontrado.
Los demás deben estar muertos por el momento.
Solo son 3 personas.
Deberían poder contra ellos sin la necesidad de un jinchuriki o dos. Solo que no podía creerlo del todo, algo debe estar tramando esa mujer, no puede ser tan sencillo como entrar a su base y acabar con esta.
—¿Los han visto luchar? —pregunta Jiraiya atrayendo la atención del resto de los kages como sus guardias—Hinata pudo derrocar a el miembro de Akatsuki llamado Pain, quien contaba con habilidades sobre cualquier otro ninja, cuando nadie más pudo—expreso viendo a Hinata, quien parece sorprendida ante su mansión—esta niña está en un nivel superior incluso que el nuestro, que somos reconocidos en nuestras aldeas por ser los ninjas más poderosos, esta niña podría derrotar a cualquiera de ustedes si fuera con todo—añadió con una sonrisa cómplice al ver las miradas molestas de los demás Kages, menos la de Gaara.
—Llevar a ambas bestias es ridículo, solo pondríamos lo que quieren en bandeja de plata—gruñe el Raikage y Jiraiya no puede más que suspirar.
Siente un pequeño dolor de cabeza en su nuca, la edad lo está matando, no está para estas discusiones políticas.
Maldice nuevamente a Minato por hacerle hacer esto.
—Tampoco es que pudiéramos contenerlos si ellos quisieran ayudarnos—habla Gaara con tranquilidad, ganando la atención de todos, sin parecer afectado, incluso si solo es un chico de 16 años—Hinata no es de la clase de chicas que se quedan detrás cuando alguien sale herido, no creo que tengamos alguien a su nivel para poder contenerla si ella quisiera ayudarnos—añade con un brillo divertido viendo a la chica a su lado, quien se sonroja algo avergonzada.
La han pillado, piensa Jiraiya divertido.
—Bee tampoco se quedaría atrás, ese tipo es problemático—musita Kurotsuchi sin importarle que no era un kage y hablando de forma desvergonzada al ver al Raikage.
La forma en que su ceño se frunce, también lo han pillado ahí con la guardia baja.
No es que Jiraiya quiera llevar a Hinata a una lucha, que parece ser mucho más grande ahora que tienen un poco de apoyo de todas las naciones, pero tampoco es que pueda contenerla si quisieran. Hinata es alguien pacifista, incluso cuando es probablemente la ninja más fuerte de la aldea en este momento, ella odia las luchas, Tsunade siempre comento eso con cierto grado de diversión. Si entraban a una batalla campal, ella no se quedaría detrás de todos incluso si fuera la opción más lógica.
Iría al frente de ellos, para cubrirlos a todos, proteger.
Ella era una protectora.
Jiraiya no era un buen Hokage, nunca quiso serlo, incluso cuando sabe cuáles deberían ser sus elecciones, no quiere hacerlas. Quiere confiar en la niña a la cual Tsunade también le había confiado el futuro, dejarla de lado y lejos de la refriega, era lo que un Hokage haría, pero Jiraiya no pensaba hacerlo, porque quería apostar, quería apostar en el nombre de Tsunade.
—No la dejare fuera de esto, vendrá conmigo al campo de batalla—dice con seriedad ganando miradas sorprendidas de todos los presentes, incluso la de Hinata misma, aunque apostaba que esa niña se escaparía si los otros dicen lo contrario, quiere darle la confianza que se merece—incluso cuando parece suicida, confió en la fuerza de esta niña—finaliza con una sonrisa descardada.
Probablemente todo se vaya a la mierda, pero no le importa. Las miradas de Gaara y Kurotsuchi se intercambian brevemente, antes que ambos asientan como si supieran que este final sería el único correcto.
Alguien va decir algo, pero Jiraiya puede sentir un frio en su espalda antes que Hinata a su lado se abalance frente a él con dos kunai, uno en cada mano, parándose en la mesa frente a su persona y deteniendo a la persona que ha aparecido de repente. Sus ojos se abren con incredulidad cuando ve las cadenas de chacra salir del cuerpo de Hinata, ya que eso podría matar a cualquier ninja con bajo nivel de chacra, pero ella parece lanzarlas con rapidez al tiempo que el atacante hace varios saltos sobre su espalda, ágilmente antes de caer con gracia sobre sus pies.
Todo parece un caos, cuando el resto de los guardias se posan frente a sus kages, al tiempo que Jiraiya puede observar bien a la mujer.
Misaki tiene el pelo negro largo hasta sus caderas, con ojos rojos que giran con tres aspas, una figura envidiable que ahora esta ataviada en un traje negro, con una capa de color morado oscuro. Su cuerpo parece demasiado delgado y su rostro muestra claras arrugas, pero no deja de ser una mujer majestuosa que tiene chacra agitado a su alrededor de color rosado.
Un color algo irónico, piensa Jiraiya cuando la ve con el ceño fruncido. Lo peor es que toda su ropa parecía manchada de sangre, pero con una rápida mirada a los presentes, supo que no era de ellos.
¿De quién sería?
No puede evitar pensar preocupado.
La recuerda, sobre todo a su esposo, quien había sido un chico tan alegre que una vez había corrido a su lado para presentarle a Misaki, cuando apenas eran unos críos y comenzaban a ser novios. Daika había sido un chico demasiado alegre para ser considerado un Uchiha, pero recuerda los ojos llenos de amor del chico por su novia, al igual que la mirada de completa adoración de Misaki.
También recuerda cuando una vez compartiendo copas, Daika había hablado con orgullo sobre Haru su primogénito.
Se veía tan feliz.
—Te has vuelto muy rápida Hinata-chan, seguramente Raiden estaría complacido de verte para una pelea—dice la mujer con falso tono alegre, incluso cuando sus ojos parecen un vacío oscuro que no muestra nada más que odio.
Hinata se tensa aun sobre la mesa, activando su Byakugan lista para ingresar a una pelea de ser necesario.
Para alguien que no le gusta las luchas, era terriblemente rápido, casi tanto como Minato en algunos aspectos, pero su rostro había cambiado completamente. Jiraiya le gustaba ver el rostro de Hinata, era de una chica amable y bondadosa, que tiene sentido le gustara tanto a su ahijado Naruto, pero ahora parece una asesina lista para luchar contra su oponente y no perder.
Si tan solo pudieran matar a Misaki en este momento, podrían ahorrar muchos problemas.
—Pero no vengo por ti en este momento, le hice una promesa a Raiden que serias la última, entonces antes que mate al pulpo no puedo tocarte, muy mal—habla la mujer con aparente lastima, ganando que deba desaparecer en un vórtice, para esquivar el golpe del Raikage.
La sala queda anonadada, la forma en que desapareció y re apareció en otro lado a voluntad, era incluso mucho más flexible que el jutsu de Minato.
Un ataque de lava de la Mizukage también fue esquivado, al tiempo que Gaara y Onoki también atacaron por su parte, que la mujer parecía bailar con una risa divertida. Antes de aparecer en la mesa frente a todos, justo frente a Hinata quien se quedó estática sin escapar.
Entonces algo parpadeo, antes que Jiraiya fuera enviado lejos con potencia y todos fueran alejados del centro del salón. Donde una armadura hecha de chacra, de tamaños colosales y de color rosado, rodeara a Misaki. Hinata quien no se ha movido, ahora tiene una lanza de chacra apuntando a su cuello, pero sigue sin moverse y dándole una mirada a Misaki de seriedad.
La mujer sonríe, Hinata frunce el ceño.
—Guerra—habla Misaki cuando todos se han puesto sobre sus pies, admirando como en el techo del salón hay llamas negras bailando por todos lados, haciendo que Shisui jadee incrédulo antes que grite que nadie debe tocarlas—quiero la destrucción del mundo ninja como lo conocemos, quiero hacer un nuevo mundo de las cenizas, quiero una guerra—continua Misaki haciendo que los ojos de Hinata se agranden levemente como el del resto del salón.
—¿Guerra? —dice Aki casi jadeante con incredulidad, Misaki parece sonreír un poco más maniática en este momento.
—Pensé en aguantar un poco, pero matar a Danzo no fue tan satisfactorio, así que pensé que una guerra podría funcionar, he estado preparando mi ejercito por años—dijo la mujer con una gran sonrisa al verlos—pero luchar contra Konoha es tan aburrido, ya maté a Danzo cuya cabeza debe estar en una estaca no muy lejos de aquí, pero luchar contra las 5 naciones ninja, eso sí es divertido—señala con una sonrisa perversa en sus labios.
¿Está loca?
Es el único pensamiento coherente de Jiraiya al ver a la mujer, ir tan lejos para luchar contra las cinco naciones ninja, ningún ninja con mentalidad normal haría una locura. Solamente son tres ninjas contra cinco naciones, Jiraiya detiene el rumbo de sus pensamientos, con el miedo de que tengan más soldados de los que es posible.
¿Qué más hay que no saben?
¿Quién podría luchar contra las cinco naciones ninja?
—Misaki-san—habla de pronto Hinata, rompiendo arte de la tensión entre los demás, la mujer Uchiha le da una mirada de soslayo—una guerra solo tendrá muerte y destrucción, si ya hizo su venganza contra Danzo, tal vez es tiempo de detenerse—intenta hacerla entrar en razón, lo cual según Jiraiya es estúpido.
Alguien que ha ido tan lejos, jamás tendría un buen final, por el brillo burlón en los ojos de Misaki, tampoco parece que ella quiera detenerse ahora que esta tan lejos.
—Él me enseño—indico esta como si fuera una respuesta, ¿Quién era él? —fue un pacto, donde yo haría todo esto, él tendría lo que quiere, ambos tendríamos el mundo que buscamos, así que ahorra tus palabras que esta guerra pasara incluso si no participan, lo cual sería aburrido, una aniquilación no tiene diversión—farfulla con veneno en cada palabra antes de verlos a todos.
Todos están tensos, en la espera de atacar en cualquier momento, pero hay algo que los detiene y no son los ojos de la mujer que ahora tienen un extraño aspecto.
No.
Es la incertidumbre de que pasara ahora.
—Cinco días—dice con una mano alzada—los espero en cinco días, unan sus fuerzas, porque si no esta declaración de guerra, es una declaración de aniquilación—dice con brillo perverso—también quiero agradecerles a Konoha, ese ninja Yamato fue tan fácil de capturar y era lo último para un plan perfecto—habla antes de desaparecer del salón.
¿Yamato?
Jiraiya le da una mirada de alarma a Shisui, quien asiente antes de desaparecer con su cuerpo parpadeante. Pero cuando ve a Hinata aun sobre la mesa, que era un milagro que sobreviviera, noto su mirada perdida a la distancia.
¿Guerra?
Piensa Jiraiya con una risa amarga y una mano sobre su rostro, ya ha pasado tantas luchas y guerras, que espero nunca tener que pasar por una igual.
—Si guerra quiere, eso le vamos a dar—dice el Raikage con los brazos cruzados y mirada de molestia, probablemente por no haber podido darle momentos atrás.
Si, las cinco naciones estarán ahora unidas, pero Jiraiya no puede evitar pensar.
¿A qué costo?
La imagen de un campo de batalla lleno de muertes, de cadáveres, se asoma por su mente. Había estado tan cansado de la última guerra, que agradece al cielo que Orochimaru y Tsunade no estén aquí para verlo, ambos no deberían vivir otra guerra, ya es suficiente con él.
Esta debe ser la última, no deben haber más, deben sobrevivir.
—Hay que reunir tropas—señala Jiraiya, ganando la mirada de todos, entre ellos la cansada de Onoki que debe comprenderlo bien—Raikage-sama el jinchuriki de Konoha, Uzumaki Hinata, ira a la guerra, es su decisión que hace con el que habita en su aldea—anuncia Jiraiya con las manos dentro de sus bolsillos.
No quiere pensar en Konoha, que apenas se está reponiendo del último ataque, para ahora tener que ser atrapados en una guerra.
El hombre hace una mueca, pero no dice nada más.
Ahora se debe elegir un comandante, se alegra que su nombre no esté en los propuestos y deja que el Raikage tome el mando. Un consuelo es que los samuráis también se unirán a la batalla, Hinata también lo hará, incluso cuando deba estar en la retaguardia, no le molesta. La reunión se hace extremadamente corta luego de eso, sobre todo cuando horas más tarde están corriendo para regresar a la aldea, con un silencioso dolor sobre ellos.
Deben apresurarse, reunir sus tropas en los siguientes días, para apresurarse al campo de batalla.
Jiraiya odia ser el líder en este momento, porque indiferentemente de quien tenga más poder, las vidas iban a ser perdidas.
.
.
Natsu mira atentamente cuando los rumores de guerra comienzan aparecer entre los ninjas, recuerda la mirada perdida de Hinata cuando regresan de la aldea y como sigue acompañando a Jiraiya cuando este le dice que vaya con un grupo para reunirse con los líderes de los demás clanes. Siente que no ha pasado más que unos cuantos días desde que sucedió la invasión de Pain, pero hay susurros nerviosos entre sus amigos. Cuando ella le pregunta a Aki, este le informa que el rumor es cierto, pero que guarde el secreto, así que de forma algo deprimida termina sentada en la banca de un parque.
Todo es tan rápido, todo es un caos, además de la desaparición de su sensei Yamato y el informe de Sai de que Danzo está muerto.
Natsu fue quien fue a buscar al hombre con Anna y Megumi, las tres quedaron impresionadas de ver ese nivel de masacre en un hombre, cuya cabeza había estado empalada en una pica de madera. Incluso entre ninjas, siente que eso fue tal vez incluso excesivo, sobre el perpetrador. Pero luego de escuchar de Sai, cuando le informo a Kakashi sobre las cosas que sabía sobre Danzo, no piensa que fuera un final tan descabellado para un hombre como él.
—¿Natsu? —pregunto una voz a su lado, que le hace saltar y ver a su lado a Megumi.
La chica ahora parece tener un corte nuevo de cabello sobre sus hombros que le hacen ver algo más salvaje, a su lado estaba Rigel, quien ya no necesita tener una muleta para poder caminar. Aun así, puede notar el cuerpo de la chica agotado y con falta de masa muscular. Debe ser hace tan solo uno o dos días que pudo salir del hospital, con su pie perfectamente funcional gracias a la pequeña Sakura, pero, aun así.
Los ojos de Natsu se entrecierran.
Guerra.
Había oído hablar sobre la guerra, en sus textos de historia y sobre otros ninjas veteranos, pero siempre parecía ser algo lejano y fuera de su alcance. Pero ahora lo vivirían en primera mano, ellos serían los guerreros en el frente que si sobreviven, contarían a las siguientes generaciones sobre lo sucedido, y si mueren serían los nuevos nombres agregados a la piedra de los caídos.
Natsu no ha perdido a alguien querido cercano, pero tiene miedo de que esa racha vaya a destruirse en los próximos días. Al menos esta guerra no será parecida a las otras, que duraban meses o incluso años entre las naciones, ahora sentía que sería algo mucho más rápido, destrucción total o salvación.
No tenían muchas opciones.
No quería ver a sus amigos morir.
Quiere salvarlos.
—Ohayo Megumi, Rigel…ha pasado un tiempo—musita en voz baja algo deprimida, sin sentir sus usuales ánimos en el ambiente.
La mirada que le daba Rigel tampoco era brillante, en cambio parecía cansada, muy similar a como el rostro de Megumi estaba desprovisto de emociones también. Ambas chicas parecían tan agotadas de la vida, desde la invasión la aldea estaba en alerta máxima, pero ahora, con una guerra sobre su espalda.
Había visto a Anna pasar más tiempo con Shun, incluso a Yuki revolotear en el hospital para brindar de ayuda con sus vagos conocimientos en jutsu médico. Aki por otro lado no había dejado de estar en la torre del Hokage, también salía continuamente para dejar mensajes, en lo que parece ser una tregua entre las cinco naciones.
Unidos por un mal mayor.
Piensa Natsu con algo de sarcasmo, claramente tienen que estar al borde de la muerte o tener un enemigo peligroso, para esta clase de unión.
—Tal parece que vamos a tener que ir a una guerra—comenta Rigel sentándose al lado de ella en la banca, mientras Megumi sigue de pie con las manos en los bolsillos.
La palabra guerra le hace suspirar.
¿Cuándo se volvieron tan viejas?
¿Cuándo dejaron de hacer misiones clase "D" en la aldea?
¿Cuándo sucedió esto?
La imagen del rostro de Hinata lleno de preocupación, la hizo meditar sobre lo que se vendría a continuación. Aki no había sido muy claro, pero con todo lo que ha visto en el paso de los años, sobre todo con la invasión con Pain, tiene una vaga idea de que lo que quieren, es lo que tiene Hinata en su interior. Ha visto de primera mano el nivel de poder de su amiga, lo que la hace estremecerse, según su hermano mayor Shota (quien parece bastante feliz sobre su nuevo avance en la relación de hermana con Aki) hay 9 bestias en total.
¿Las tendrán a todas?
Le aterra la idea del poder que eso significaría, el motivo para que las cinco naciones vayan juntas a la guerra.
—Realmente eso apesta, la aldea no se ha recuperado del todo, escuche que Iwagakure también está en reconstrucción—exclamo Megumi con rostro preocupado.
Si.
Si era sincera Natsu también había escuchado que Kirigakure estaba también ahora acoplándose a un nuevo Kage, las otras dos aldeas estaban mejor en temas de estabilidad, pero Kumogakure estaba alerta siempre y Sunagakure tenía a un kage demasiado joven.
No eran las mejores 5 naciones ninjas en este momento para plantar cara.
—Además Rigel apenas se está recuperando, pero incluso así debe ir a servir…escuche que mañana el Hokage Jiraiya nos está reuniendo, probablemente aclarará que la guerra será en unos días—gruño ahora Megumi pateando una piedra invisible.
Natsu desvió su mirada preocupada a Rigel, quien sonrió sin parecer claramente preocupada, incluso si las últimas semanas no había podido entrenar por el estado de su cuerpo. Estaba claramente en desventaja. Muchos ninjas si bien sobrevivieron al ataque de Pain, gracias a lo que fuera que hizo Hinata, algunos también tienen heridas y probablemente tendrán que ir a la lucha.
—No hagas esa cara Natsu, estoy bien, es un honor luchar para proteger la aldea—intento calmarle Rigel, pero no se sentía calmada.
Vio sus manos preocupada.
En su mente tiene recuerdos de Hinata y Raiden entre mezclados, ambos han avanzado a pasos gigantes desde que eran un equipo genin. Incluso si ella no se había enfrentado tan frontalmente con Raiden, sabe que sus ojos son algo a tomar en cuenta. Hinata era otra historia, demasiado fuerte que rayaba lo ridículo, chacra que no tiene un límite y un talento innato para los sellos.
Hinata no dejaba de pasar por la torre del Hokage y el hospital, donde trabajaba ahora con Kushina y Shikaku para ver si pueden hacer algo por Minato.
Lo ocupaban.
Ocupaban al rayo amarillo de Konoha en la guerra.
¿Ella haría la diferencia en algo?
Natsu no estaba segura de eso.
—Saben, cuando terminemos la guerra—empezó Megumi atrayendo la atención de Rigel como la de Natsu—deberíamos ir de vacaciones, ahora que las naciones parecen amigas, tal vez podamos darnos una visita por Sunagakure en busca del novio de Rigel—añadió en tono burlón guiñándole el ojo a su amiga.
Natsu giro a ver sorprendida a Rigel, quien se ha puesto roja de golpe y negando que ella tuviera algo con el Kazekage. El ambiente tenso se deshizo de golpe, los ojos de Megumi parecieron iluminarse al molestar a su amiga, mientras que Rigel seguía roja como un tomate.
Algo dentro de Natsu se aflojo, sonriendo a sus amigas y uniéndose en las burlas de Megumi, incluso si no sabía sobre ese chisme que Rigel se asegura no existe. En medio de las risas con sus amigas, siente que incluso si no quiere ir a una guerra, si esta aterrada por lo que puede pasar ahí y se siente insuficiente para la pelea, estos momentos le hacen pensar que vale la pena luchar.
Luchar por momentos con sus amigos, luchar por las personas de la aldea, luchar por sus amigos y en especial, luchar para que nadie más pase estos momentos de tensión.
Aun así.
Tiene miedo.
La guerra se acerca.
Y las risas no pueden ocultarlo.
Continuara…
Chales no sé cuántos capítulos falten, no voy hacer tanto énfasis en las luchas en medio de la guerra, pero no sé cuántos capítulos me tome. Claro que no serán tantos como en la historia original, pero si hay al menos dos puntos que quiero enfocarme, además que la lucha contra el villano final no va ser igual que en el manga.
Entonces, lamento la demora, espero que el siguiente capítulo sea más rápido que este :D
Ya estamos cerca del final.
(Gritos de perra loca)
