Jolyne es la primera en despertar, adolorida después de todo lo ocurrido la noche pasada. A pesar de todo, el dolor no ha de quitarle los ánimos de querer recorrer la isla, así que no tardarìa en despertar a Josuke e insistir en que le acompañe.

Doppio despierta entrada la noche, cuando el frío de la habitación es insostenible. Giorno duerme profundamente a su lado, sin percatarse que él es el causante de aquel frío. No recuerda cómo fué que llegó ahí. su último recuerdo es ir corriendo en busca de las niñas cuando bajaron del bote, recuerda haber escuchado los gritos y––

¡Las niñas!

– ¡Jefe, jefe! ¡despierte por favor! – Pronto ya se encuentra moviendo a su Don. – ¡No pude evitar que bajaran del bote! ¡Las perdí de vista y...!

Giorno no tarda en despertarse, entre la chillona voz de Doppio y sus movimientos. Entreabre los ojos con cierta pereza. Para su tranquilidad, Doppio parece seguir siendo su fiel Doppio, como si toda la noche y el regreso de Diavolo nunca hubiesen pasadp para él.

– Por fin te despiertas... ¿Cómo te sientes, Doppio?

Se reincorpora de poco a poco, bostezando. A pesar de eso, la preocupación principal del rubio en ese momento es el estado de Doppio. Había logrado curar sus heridas al llegar a la isla, pero no sabe qué tan lúcido esté o qué tanto recuerde de la noche anterior.

– No me acuerdo de nada… sé que iba detrás de ellas, luego me senté y… nada más, no se que pasó después y–– – viendole bien, apenas se ha percatado de las heridas que tiene Giorno. – ¿Qué le pasó en el rostro? ¿Quién le hirió?

– No es nada de qué preocuparse, solo fue una pequeña riña familiar. Nada que no sane en unas cuantas horas.

Aún le duele la cara y el brazo por las heridas del Hamon, no es algo que haya podido curar usando su Stand y eso es preocupante. En realidad no tiene ni idea de cuánto vaya a tardar en sanar.

Baja de la cama, dándose un buen estirón; abre la cortina, la habitación tiene la vista directa al mar, las luces de Venecia se ven a la distancia.

Doppio le sigue, también debía dejar la cama. Ya habían dormido demasiado y él tenía muchas preguntas, empezando por:

– Jefe ¿Donde estamos?

– Estamos en Air Supplena, cerca de Venecia... descuida, las niñas están bien, tú les ayudaste aun si no lo recuerdas.

– Jamás había escuchado de este lugar, aunque sé que hay algunas islas cercanas.

Todo rastro de odio de Diavolo es inexistente, solo queda esa mirada inocente y llena de devoción dedicada a Giorno. Acorta la distancia para aferrarse en un abrazo, lo que más le importaba es que Giorno estuviera a salvo.

– Tenía mucho miedo, pero no recuerdo porqué...

Dulce, adorable y leal Doppio. Lo tiene comiendo de su mano y así planea mantenerlo.

El que no recuerde nada le confirma su sospecha: Diavolo fue quien luchó con los zombies la noche anterior. Pero eso no explica el porqué las niñas estaban a salvo, a menos que haya planeado secuestrarlas y usarlas para protegerse. Esa posibilidad no le suena tan descabellada.

– Estábamos en un cementerio a mitad de la noche, por más tranquilo que parezca, es natural el sentir miedo.

Le ofrece la mano para salir de la habitación. Quiere conocer el lugar, ver cómo está el resto y si es posible comer algo antes que acabe mordiendo a Doppio.

– Te encontramos inconsciente. No sé que ocurrió, pero por lo que me contaron las niñas, fuiste muy valiente al defenderlas.

– ¿Lo fui? Eso ni yo puedo imaginarlo, jefe.

Pero si Giorno lo dice, no puede ser mentira ¿Quién es él para dudar de su Don?

– Se necesita de mucho valor para poder anteponerse a los miedos en lugar de huir. Eso fue lo que tú hiciste y por ello tienes mi gratitud.

Una mentira blanca. Le suelta la mano, pero es sólo para pasar un brazo por encima de sus hombros.

¿Qué puede hacer Doppio en ese momento más que sonrojarse y que se le escapen algunas lagrimitas de la emoción? Jamás en su vida había recibido palabras que lo hicieran sentir tan feliz. En verdad quería servirle a Giorno por el resto de su vida.

– No volvamos a ir a un lugar así, jefe, fue muy aterrador...aunque iría hasta el fin del mundo por usted.

De momento solo toma su mano y le sigue. Piensa que quizá el lugar le pertenezca al jefe, no lo sabe, pero a su lado se siente seguro.

– La misión fue un éxito, no hay necesidad de regresar ahí.

Los pasillos se encuentran a oscuras; en otros tiempos eran iluminados con focos de luces tenues y la luz natural que se filtra por las ventanas. Siendo ese un lugar donde se entrenaba el Hamon, la luz del Sol era algo indispensable.

En ese lugar, resuenan los pasos apresurados de Jolyne, quien corretea por la zona explorándola. Narcisa corre detrás de Jolyne pero se detiene al escuchar el par de voces a la cercanía. Se asoma por la esquina, no tarda en correr hacia ellos para abrazar a Doppio por las piernas.

– ¡Papá!

Giorno podía seguir envenenándolo con sus dulces mentiras piadosas, manteniéndolo fiel como un perro faldero. Pero la llegada del par de niñas interrumpe el momento y con eso, el grito de Narcisa llamándole papá a Doppio. Mierda, ¿acaso era en verdad posible...?

¡GioGio-kun!

Detrás de Narcisa va Jolyne, ella es quien salta contra Giorno, quien se ve obligado a atraparla antes que termine por azotar en el suelo.

Doppio esta confundido.

– ¡Papà, papà! Tú eres mi papà. – Suelta Narcisa con mucha convicción.

– Lo siento… – Se inclina ante ella y pone sus manos en sus hombros. – Yo no puedo ser tu papá apenas tengo 17 años...

– ¡Tú eres mi papà! ¡Tú lo eres! Eres como yo.

– Bueno si… nuestro cabello se parece pero eso no significa––

Narcisa se niega a escucharlo, ella se aferra a él.

Giorno no niega la posibilidad que Diavolo sea el padre de Narcisa. Si se lo pone a pensar, no puede ser pura coincidencia, más allá de la similitud: ese color de cabello no es común y el hecho que ella cuente con un Stand aumenta las probabilidades de aquel parentesco. Pero Narcisa no debe saber que ellos están emparentados, por su propio bien. Si Diavolo intentó asesinar a Trish, ¿Cómo estar seguro que intentaría lo mismo con Narcisa?

– Entiendo que sean similares, Narcisa; pero Doppio es muy joven para ser tu padre.

– Pero él también tiene un fantasma, era como un caramelo muy enojado. – Interrumpe Jolyne, bien colgada del cuello del rubio. – ¡Y se veía diferente anoche!

– Debió verse así por la falta de luz, Jolyne. Además, Narcisa tiene a Bruno y a Leone, ellos son sus padres ahora, aunque no se parezcan.

– ¡Como Shizuka y Yiyi!

– Asi mismo. – Ni idea quien es Shizuka, pero asume que es un familiar más que no vino a ese viaje.

La desilusión se pinta en la carita de Narcisa, ella estaba segura de que ese joven es su padre, ¿Porqué le decían que no era su papá? Casi al instante las lágrimas comienzan a escapársele.

– Pero… yo sentí que era mi papá…

A Giorno le duele el tener que mentirle tan descaradamente a Narcisa, pero una vez mas se recuerda que es por el bien de la pequeña. El problema es que seguro ella no va a querer apartarse de Doppio y eso va a ser peligroso a la larga. Tendrá que hablar con Bruno y Leone sobre eso más adelante.

Doppio se siente conmovido por ello y culpable, por alguna razón. Con sus dedos pulgares limpia sus lágrimas.

– Me gustaría ser tu papá, ¿Quién no querría ser papá de una niña tan linda? Pero...no lo soy y Don Giorno dice que el signore Leone y el signore Bruno son tus padres ahora. Seguro ellos cuidarán de ti y te querrán mucho -acarició su cabecita cariñosamente- Yo puedo ser tu amigo, como un hermano mayor ¿Te gustaría tener un hermano?

Narcisa asiente suavemente.

– En ese caso yo seré tu hermano mayor. – Le besa la frente antes de levantarse y ofrecerle la mano. – ¿Vamos con el jefe a buscar a su familia?

Narcisa asiente, se talla los ojos y toma su mano. Aquello sigue sin sentirse bien, si ese hombre no es su padre, ¿Porqué se siente tan familiar estando con él?

– Por cierto, ¿dónde está Josuke?

– Se fue a buscar al yiyi; debe estar en su cuarto.

Pero de momento, Giorno se adelanta, sin soltar a Jolyne quien le dirige hacia la habitación donde se encuentra con Josuke y el otro par de adultos.

– – – – –

No es del agrado de Josuke, pero no le queda de otra que llevar el cabello suelto pues no tiene producto de belleza alguno para peinarse. Ha curado las heridas de las niñas pero las de sus manos han permanecido con las marcas de anoche, las siente entumecidas.

Hablará con su padre de ello cuando le vea, ahora no quiere molestarlo ni a él ni a Giorno.

Así que durante el día se dedica a explorar la isla con las niñas, Narcisa esta bastante callada, la pequeña quiere ir a ver a su padre pero no se atreve.

Josuke les hizo un gran favor en conseguirles comida, aunque si fuera por Jolyne ella se habría acabado todas las golosinas que traian del viaje.

Cuando la noche vuelve a caer, Josuke va en busca de su padre, no pueden quedarse ahí toda la vida, ha conseguido alimento para las niñas de algunos arboles frutales de la isla y pescado.

Y definitivamente si no fuera por Crazy Diamond no habría pescado nada de nada.

Joseph despierta plácidamente. Lo primero que ve es a Caesar y se siente como si en verdad hubiera regresado a esos días de su entrenamiento. La diferencia es que esta vez no trae consigo una máscara para respirar. Lo cual le recuerda que debe hablar con su hijo sobre cierto tema.

– ¿Otousan? ¿Estás despierto?

Curiosmente, es Josuke quien se ha adelantado para tocar la puerta de la habitación. Quien le termina abriendo la puerta es Caesar, quien al inicio le dedica una severa mirada al joven japonés.

– ¡Dio santo! Eres igualito a tu padre! Josuke ¿Cierto? Te debo la vida, muchacho, nunca podré pagarte lo que hiciste por mi.

– Caesar san, sé cuanto le quiere otousan. Si estaba en mis manos devolverle esa felicidad, no iba a quedarme de brazos cruzado.

Aunque no quiere pasar otra noche de esas, nada de revivir a los muertos de nuevo.

– Si, si, ya me desperté. – Joseph baja de la cama, caminando con pereza hasta quedar a lado de Caesar. – ¿Como sigues? Acabaste muy golpeado anoche.

Josuke se ve muy diferente sin su usual peinado, de hecho hasta se ve mejor así, pero no le dice porque sabe lo mucho que significa para él eso.

– Pude curar la mayor parte de mis heridas pero creo que perdí control del Hamon… – Le muestra a su padre sus manos, están enrojecidas como si se hubiera quemado. – Fue desde que arreglamos el cuerpo de Caesar san. Algo pasó pero no tengo idea, sólo sé que no puedo tocar a Giorno sin hacerle daño y mis ataques se han vuelto más… explosivos.

Mamma mia, Joseph, ¿Tú le enseñaste a usar a este niño el Hamon? ¡Que desastre!

– Le enseñé lo básico.

Mierda, viendo bien a Josuke y el estado de sus manos, junto con lo que había contado Jolyne en el bote, se puede dar una idea de lo que ocurrió. Quiere revisarle mas detenidamente, toma una mano, pero apenas la toca se ve obligado a retroceder, es como si fuera un ardiente toque.

Shit... No sabes regularlo, hiciste un Overdrive y ahora desbordas el Hamon.

– ¿Hice un qué? – Oh no, tampoco podía tocar a su padre,¡Es un peligro para la familia! – ¡¿Cómo lo apago?!

– Un Overdrive. - Repite, cruzándose de brazos. – Fue una sobrecarga de Hamon.

– Joseph, eres un pésimo maestro, – suspira – ojalá Lisa Lisa estuviera aquí.

Si Lisa Lisa estuviera ahí ya les habría dado un jalón de orejas a los tres.

– ¿Saben? Me estoy asustando un poco.

– Tranquilo, Caesar esta aquí, evitaré que tu padre te mate con sus pésimas enseñanzas, ¿Porqué no nos explicas bien cómo empezó todo?

– ¡Ya se los dije! Giorno y yo nos tocamos–– ¡Nos tomamos de las manos! Sólo eso, nada raro. El Stand de Giorno también puede curar a otros… de hecho hace cosas más extraordinarias que eso: lo he visto crear vida de la nada. Mientras estábamos arreglándole, Caesar san; fue como… como si su energía fluyera hacia mi y viceversa, fue la mejor sensación de mi vida...

– Hmm, ya veo. La energía de Gold Experience es similar a la del Hamon, tiene sentido que al mezclarse ambas cosas se haya hecho involuntariamente esa sobrecarga. También explica el porqué todo el lugar cobró vida.

– ¿Cómo que el lugar cobró vida? Eso no me lo dijiste, Joseph.

– Si, bueno,– carraspea, – aun no llegaba a esa parte de la historia.

Y como siempre, Joseph Joestar huye de los problemas, en este caso siendo la incómoda conversación del accidente del cementerio. Algo le dice que Caesar no se lo va a dejar pasar, menos cuando salgan de ahí y sepan la noticia.

– Eso ya no importa, Caesar san, lo importante es que todos salimos de ahí en una pieza. – Ya no quiere hablar de esa horrible noche.

Pero aunque Josuke quisiera dar vuelva a la página, el suceso se ha hecho toda una noticia para el resto del país: la policía esta estupefacta. A los ojos del resto del mundo el cementerio de la isla había sido profanado y se habían robado una gran cantidad de cadáveres. Al haber sido reducidos a cenizas por la luz del sol, no había quedado rastro de ellos. Ya se hablaba de cultos satánicos.

Sólo un (ex)policía en toda Italia sabía la verdad.

Leone no le va a dejar pasar esta a Giorno.

– Si… no entendí nada, pero el problema es sencillo. – Se truena los dedos, con una sonrisa que no augura nada bueno para Josuke. – Joseph, aun tienes la máscara?

Joseph mira de reojo a Caesar. La mención de su máscara lo dice todo; es justo lo que su madre habría hecho. Oh si, una sonrisa igual de maliciosa se cruza su rostro. Enseguida corre al viejo armario de la habitación, buscando entre las cosas hasta sacar esa máscara que él usó en su entrenamiento.

– ¿Qué máscara? ¿Qué me van a hacer?

– Quiero pensar que por lo menos Joseph te explicó que el Hamon depende de tu respiración. Así que hasta que no aprendas a respirar no podrás controlarlo.

Joseph logra dar con la bendita máscara. En realidad asemeja más a un bozal y, sin dar explicaciones, se lo coloca a Josuke a la fuerza. No sale intacto de tal tarea, sus dedos reciben un par de leves quemaduras, pero es lo que tiene que sufrir por el bien de su hijo.

– Esta máscara. Con esta aprenderás a regular tu respiración, no puedes quitártela en ningún momento a menos que sea para comer.

Quedará para los traumas de Josuke el día que su papá le puso un bozal a la fuerza. Al inicio siente que va ahogarse con esa cosa que exige mantener la respiración de forma correcta cosa que descubre no sabe hacer.

– ¡Otousan! ¡No puedo andar con esto por ahí!

– Cuando regules tu respiración podrás quitartela, hasta entonces no. – ¡Que recuerdos! Se quedó pensando en los días cuando entrenaba con Joseph. – ¿Qué opinas Joseph? Podríamos dejarlo un par de días con el bozal y luego ver si esta listo para "eso"

– ¿Eso? ¿Qué es eso?

Cree saber a qué se refieren y no le emociona tanto como antes.

– Caesarino, Caesarino, ¿Acaso Lisa Lisa esperó unos días a que yo pudiera aprender a respirar con esa cosa? ¡Para nada! Además, Josuke había dicho antes de venir aquí que quería hacerlo.

Aunque bien, él tenía prisa para poder dominar el Hamon. Pero está seguro que Josuke puede superar esa prueba sin problemas.

– Es cierto, la maestra era muy severa, ella era la mejor. Si tu hijo cree que pueda hacer la prueba, no vale la pena que perdamos tiempo, veamos si es digno del legado de la maestra Lisa Lisa

– Por supuesto que era la mejor. De ahí salimos nosotros dos: los mejores usuarios de Hamon del mundo.

Por no decir que, probablemente sean los últimos.

– Eres un presumido, Jojo. Ni eres tan bueno, solo tienes un montón de suerte. Tú superaste esa prueba de milagro.

– Mentiras, superé la prueba porque tuve un plan para hacerlo.

Y su plan fue... pura suerte. Misma suerte que le llevó a derrotar a Kars y esa misma suerte que también hizo que "sobreviviera" a la batalla contra Dio.

Joseph Joestar es un idiota con suerte.

– Ya verás que Josuke superará la prueba sin problemas, después de todo es mi hijo y mi orgullo.

¿Acaso está preocupado que Josuke no pueda superar el pilar? Si, un poco; él no lleva mucho tiempo practicando, pero por lo que vió y escuchó anoche, sabe que su hijo tiene todo el potencial para ser incluso mejor que él y Jonathan juntos.

– Voy a hacerlo, otousan. Haré la prueba y aprenderé a controlar el Hamon.

Josuke se lo esta pensando un poco a esas alturas pero vuelve a ver sus manos heridas, no puede usar el Hamon de esa forma y peor aún, no podrá abrazar de nuevo a su padre o al abuelo, no podría darle la mano a Giorno.

Giorno Giovanna...

Juntos hicieron cosas increíbles que superan cualquier expectativa, eso lo aprendió en el cementerio pero también descubrió las grandes diferencias entre ellos.

Se dijeron cosas horribles y él golpeó a Giorno, ¿Serían amigos después de lo sucedido? No olvida su rostro al ir a salvarle, ni la felicidad que sintió a verle.

Debe disculparse… pero las convicciones de ambos son muy diferentes.

– Puedo hacerlo… puedo hacerlo… – Se rsepite a si mismo, tratando de controlar su propia respiración, cosa le parece imposible con el bozal. – ¡Si, voy a salir bien de la prueba! Otousan estarás orgulloso de mi.

– Ya estoy orgulloso de ti, Josuke. - Y eso lo dice sinceramente.

– Otousan… – No quiere ponerse a llorar porque no sabe como resultaría con esa cosa sobre su boca y nariz.

– Claro que si, muchacho, pero no te confíes, no es un juego, honestamente hasta podrías morir.

Josuke palidece.

– Hey, no asustes tan pronto a Josuke. Si, hay un pequeño riesgo de muerte, pero confío plenamente en sus habilidades.

– Si mueres por lo menos lo harás con honor y si Joseph pudo traerme a ti, no tendrá problemas en traerte a ti.

– Pero eso no será necesario porque Josuke va a salir bien de la prueba, Caesar.

Y aun si Josuke muere, Joseph iria en contra de todo deseo suyo y lo traería de vuelta. Porque padre que se respeta a veces toma decisiones importantes en lugar de sus hijos.

– ¡Pero yo no quiero ser un vampiro! No se ofendan… pero estoy mejor así.

Y justo dice eso al tiempo que Giorno y compañía se unen a ellos. A este paso nunca va a arreglar las cosas con Giorno.

– N-no imaginé que ya estuvieran despiertos, ¿Cómo te sientes, Doppio?

– Mucho mejor, gracias a Don Giorno.

– Si, no pensaba dormir todo el día, Josuke.

– Fue una noche difícil, Giorno, deberías descansar, nos excedimos bastante...

– ¡Así que este es el famoso hijo de Dio! ¿Y eres un Don tan joven? No lo puedo creer. – Caesar no se había dado cuenta hasta ese momento pero percibe los aromas diferente. Giorno no le huele como un humano, es como ellos. Lo abraza y le da un par de besos en la mejilla. –¡A ti también te debo la vida ¿No es así?

– Por favor, signore Zeppeli, no es para tanto.

– ¿Revivir a los muertos no es para tanto? ¡Qué modesto!

Ok, revivir a los muertos no es cualquier cosa, mucho menos el crear accidentalmente una horda de zombies.

– No— es decir, fue un favor de la familia. Es lo menos que podía hacer.

– ¿Así que ahora le debemos a la mafia? – Como buen italiano sabe como funcionan esas cosas. – ¡Solo Joseph resolvería un problema metiéndonos en más problemas

¿Revivir a los muertos? – Pregunta Doppio con horror.

– Si, eso fue lo qué pasó anoche, Doppio. Aun si tú no lo recuerdas.

– Y me alegra no recordarlo, suena horrible

Doppio no quiere saber nada de esa noche, de sólo pensar en ello siente náuseas y escalofríos.

– No fue tan malo.

Casi se mueren, Diavolo reapareció, las niñas estuvieron en peligro, se hizo todo un escándalo a nivel nacional y seguro Leone le va a dar un chanclazo.

Pero no salió nada mal.

–No, – se echa a reir, Caesar le agrada. – Es decir, Joseph es... ¿qué eres? ¿Mi sobrino?

Tch. Niño, sigo siendo mas viejo que tu.

– Cierto, pero es algo a tomarse en cuenta a futuro.

Caesar ser ríe, ¡Ahora resulta que un adolescente es el tío de Joseph!

– Por lo menos es más maduro que tú, eso se nota, Jojo.

Una vez más, Joseph no quiere pensar en la enredadera que es su árbol familiar.

– Caesarino, se supone que deberías estar de mi lado.

– No, eres un idiota, Joseph.

– Yiyi es muy viejo, aunque ahora no lo parece. – Jolyne mira de pies a cabeza a Caesar, recuerda haberlo visto "dormido" la noche anterior en el bote. –

– ¿Y quiénes son estas bellas niñas? – Se agachó para estrujarlas y llenarlas de besos, tanta vida junta, esta tan feliz de estar "vivo".

– Yo soy Narcisa, ¿Quien eres tú?

– Caesar Zeppeli, signorina. – Se dirige a Jolyne. – Tú hueles como Joseph, eres su nieta ¿Cierto?

– Soy su bisnieta. ¿Porqué Josuke lleva un bozal?

– Es para… mejorar mi respiración.

O ahogarlo, ya no está tan seguro.

– ¿El bozal de Josuke oniichan es por el Hamon? ¡Quiero intentarlo, yiyi! Yo puedo pelear como Josuke oniichan, usando el Hamon.

– Aun eres muy pequeña para hacer la misma prueba que hará Josuke.

– Jolyne no, tú harás esto cuando seas mayor.

Josuke también reconsidera si esta listo o no para esa prueba.

– No puede ser tan dificil.

– ¡Tienes todo el espíritu de Lisa Lisa! – Que orgullo, si Lisa Lisa estuviera ahí estaría orgullosa de su tataranieta.

Si, viéndolo desde esa perspectiva, Jolyne había sacado la forma de ser de Lisa Lisa, en conjunto con la fuerza de Jotaro. Ella sin duda va a ser una fuerza de temer cuando sea mayor.

– Así de viejo es Joseph, hasta una bisnieta tiene ya. – Carga a Jolyne, es un encanto y tiene ese aire de grandeza de los Joestar. – Cuando tengas la edad de Josuke recibirás el resto del entrenamiento, mientras tanto podemos ir todos juntos a ver la gran prueba Josuke. Jojo, guíamos, a menos que estés tan viejo que ya hayas olvidado donde esta el pilar.

– ¡Hasta crees que voy a olvidar donde esta esa cosa!

Tan jovial como siempre, Joseph dirige al grupo hacia el centro de la isla. Conforme se acercan, pueden escuchar como si hubiera una gran caída de agua.

La isla es hermosa de día o de noche, las edificaciones son fascinantes...por lo menos así le parecen hasta llegar al pilar.

El pilar de la "subida al infierno" se encuentra al centro de la isla. Es un pilar de 24 metros de altura, con una superficie lisa. No hay escaleras que lleven al fondo, mismo fondo donde aparenta haber una enorme piscina de gran profundidad.

Una superficie de 7.20 metros de diámetro, unido al resto de la isla por cuatro puentes de madera.

Jolyne traga sus palabras al llegar al pilar. Tal vez no está tan lista para hacer la misma prueba que Josuke oniichan. Hasta parece aferrarse más de Caesar, como si creyera que si le suelta se va a caer por el borde del pilar.

Josuke se ve más pálido que una hoja de papel. Esa cosa le parece monstruosa y aterradora. Y ruidosa, la caída de agua es muy ruidosa.

– ¿Esto es una broma no?

– No, Joseph y yo lo escalamos. Es sencillo: la superficie del pilar esta recubierta de aceite, no hay bordes de los cuales puedas sostenerte, solo puedes usar el Hamon.

– Eso es todo lo contrario a sencillo ¿Y cómo voy a bajar?

– El pilar rechaza todo lo que no sea Hamon, así que Crazy Diamond no va a serte de ayuda para esta prueba. Tienes que concentrar tu fuerza y tu respiración, sólo así podrás pasar la prueba.

El pilar da vértigo, aunque aquello no detiene a Narcisa de asomarse por la orilla, es Doppio quien la tiene que jalar para que se aleje de ahí, ni en sueño va a asomarse.

Y si Josuke ya estaba nervioso, saber que Crazy Diamond no le sería de ayuda solo lo angustia más.

Tal vez debería esperar unos años y entrenar el Hamon de otra forma, tampoco es como que necesite abrazar a su papá todo el tiempo y de Giorno ni se diga.

Giorno se acerca al borde, asomándose por este. Si, ve muy difícil el bajar hacia ahí y peor aún la subida.

– Bien, mientras más pronto hagas esto, mas pronto podremos regresar a Roma.

Con toda la calma del mundo, Giorno se acerca a Josuke, tomándole del brazo. Le duele, como si fuera una corriente eléctrica que quema su piel al contacto. Una cruel sonrisa atraviesa su cara, dedicada únicamente a Josuke. Esa sonrisa colmilluda que no augura nada bueno para el japonés, antes que Giorno use sus fuerzas para aventarlo al vacío.

¡Arrivederchi, Josuke kun!

Eso es una justa retribución por el golpe de la noche anterior.

Joseph está todo menos sorprendido por el empujón de Giorno. Siendo honestos, si Giorno no lo empujaba, él mismo iba a hacerlo. Porque no había otra forma de bajar al fondo del pilar.

Agradece que haya sido Giorno quien lo haya hecho.

Todo pasa tan rápido.

Giorno Giovanna es un hijo de puta. Lo sabe cuando lo ve sonreír segundos antes de que le arroje al vacío.

No se va a ir solo.

La dulce victoria no le dura mucho tiempo; en menos de un parpadeo, siente el agarre de Crazy Diamond jalándole de la muñeca. Gold Experience aparece para sostenerse del borde, pero el aceite hace que el agarre resbale.

¿Acaso Josuke se arrepiente? No por ahora, Giorno es peor de lo que imaginaba.

Y aún siente mariposas en el estómago al verlo.

¡WRRRYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!

El grito del Don hace eco por los alrededores, opacando el grito de Doppio quien no tarda en asomarse por el borde del peligroso pilar.