Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo treinta y siete

Descanso mi cabeza en su regazo a la vez que contemplo la oscuridad del cielo.

Llevamos horas en la azotea del edificio, después de nuestra pequeña celebración volvimos al penthouse y decidimos seguir un rato a solas.

― Cuando era niño amaba escapar y esconderme en las azoteas, nunca nadie me encontraba, creo que ni siquiera se daban cuenta que huía ―revelo con cierta nostalgia―. Siempre me pregunté por qué en el cielo nocturno de Nueva York no había estrellas, ¿sabes que es muy raro encontrarlas?

Isabella suspira comenzando a frotar suavemente la punta de sus dedos en mi barba haciéndome cerrar mis párpados disfrutando de su toque.

― Imagino que las estrellas no son visibles por la luminosidad de la ciudad, tanto cartel, luces de los edificios, señales, eso resta potencialidad para ver la claridad de las estrellas, es muy normal en las grandes ciudades. Sin olvidar mencionar la gran contaminación que padece.

― De niño no lo sabía ―me defiendo para molestarle. De pronto imágenes de ella vestida de novia se cuelan en mis pensamientos, abro mis ojos de inmediato―. ¿En dónde te gustaría que nos casemos? ¿quieres algo majestuoso o prefieres la sencillez?

― Mmmh… ―musita― quiero algo al aire libre, me gustaría entre la naturaleza.

― ¿En serio? Pensé que ibas a elegir algo parecido a la boda de Tanya y Jacob. Aunque tampoco existe suficiente tiempo para organizarlo, quizá debemos esperar un poco más para organizar cada paso.

― ¡No! ―exclama angustiada haciéndome arquear las cejas―. No quiero que se note mi barriga.

― Tranquila, cariño ―sujeto su mano empezando a besar su anillo de compromiso, sus dedos son tan delgados que siento pavor lastimarla―. ¿De verdad es tan importante no mostrar tu embarazo antes del matrimonio? No te parece una costumbre anticuada, no debes temer a las críticas o rumores. Si vas por la vida temiendo por lo que puedan pensar estarás esclavizada a vivir siempre pendiente de los demás.

― Es por Renee ―susurra― ella siempre me dijo que lo único que podía esperar de mí era una barriga de embarazo y que fuera madre soltera.

― Esa maldita perra ―siseo sin importar que sea la madre de Isabella. Me incorporo quedando sentado llevando mis piernas a los lados de sus caderas, sostengo sus mejillas entre mis manos―. No dejes que sus malditos comentarios hirientes y llenos de cizaña te hagan daño, Isabella. Esa mujer ni siquiera tiene una idea de quién eres tú, ella nunca se ha dado el tiempo de descubrir el gran ser humano que te conforma, así que debe importarte mierda su opinión.

Inclina su mirada evitando contacto.

― Lo sé, pero es difícil.

― Hablemos de temas importantes ―trato de distraerla― debemos buscar el lugar perfecto para nuestra boda. Tengo pensado algunos lugares que se adapten perfecto para nosotros y lo que queremos. También he pensado en el lugar donde pasaremos nuestra luna de miel, ese me lo reservo ―sonrío picaramente imaginando esos días―. Lo que sí me gustaría es hablar de dónde viviremos a partir de que seamos marido y mujer, no quiero estar separado de ti, ni de nuestro bebé.

― Quiero terminar el curso aquí y acompañar a Esme.

― ¿En qué lugar quedo yo?

― Tú y Pat siempre están en primer lugar ―confiesa―. Así que ustedes pueden venir cada fin de semana y visitarnos. ―Esta vez su sonrisa se extiende al tocar su vientre―. Solo será mientras termino el curso.

― Tienes todo planeado ¿no?

― Un poco sí ―se pone de pie tendiendo su mano, la acepto quedándome admirando su cuerpo, en especial su vientre plano― también diseñaré nuestras anillos, vamos, ayúdame a elegir el modelo perfecto.

― ¿Lo harás tú? ¿No es mejor comprarlas?

Isabella me mira con su ceño fruncido y haciendo una mueca.

― Mi amor ―murmura con una mano en su cadera― te aseguro que nuestras alianzas serán mejor que si hubieran sido compradas en Tiffany & Co.

― Eso no lo dudo ―al ponerme de pie dejo un corto beso en la punta de su nariz―. Un día estaremos nuestros hijos y yo en primera fila cuando estés inaugurando tu primera tienda. Estaremos echándote porras y no dejaremos de aplaudir y vitorear tu nombre.

― Gracias por creer en mí ―su sonrisa se extiende― pero, exactamente ¿a cuántos hijos te refieres?

― Tendremos tres hijos ―pongo mi palma en su vientre bajo― ya empezamos con el primero. Nos faltan dos más.

― ¿Así que quieres una familia grande?

― Sí. Seremos una familia de seis. Porque Pat también... ―silencia mis labios con un beso.

― Pat es nuestro hijo mayor, Edward. Yo no seré capaz de hacerlo un lado, no lo pienses.

Se abraza con fuerza a mi cuerpo mientras yo descanso mi mentón en su cabeza y la rodeo con mis brazos.

Isabella es la mujer correcta.

― ¿Cuándo volverás a Chicago? ―pregunta.

― Mañana a primera hora.

― ¡No! ―se aferra con mayor fuerza a mi cintura― no quiero que te vayas.

― Tengo que hablar con Pat y decirle las nuevas noticias.

― Entonces debemos aprovechar el tiempo ―tira de mi mano llevándome a dónde ella disponga, porque al fin de cuentas era de ella.

.

Levanto mis brazos en alto al ver que el balón cae dentro de la canasta ganando tres puntos.

Pat resopla inflando sus mejillas enrojecidas mientras con su antebrazo remueve su pelo adherido a su frente perlada de sudor.

― Una última reta, papá.

Doy una ligera palmada a su espalda.

― Necesito que hablemos.

― Es sobre tu viaje repentino con Bella ¿no?

― Sí.

― ¿Está enferma?

― No. ―Lo tranquilizo rodeando sus hombros con mi brazo―. Está embarazada.

Pat se aleja de mi abrazo casi al instante que me escucha hablar. Se pone frente a mí cruzándose de brazos y entrecierra los ojos.

Su rostro está cambiando notoriamente; está dejando de ser niño convirtiéndose en un chico de casi quince años.

― Papá, me hablas siempre de responsabilidad y mírate ―me acusa― ¡embarazaste a tu novia!

― Lo sé, yo… voy a arreglarlo, me casaré con Isabella.

Sonríe y me hace arquear las cejas. ¿De qué se ríe?

― ¿Ves cómo cambian las cosas? Soy tu hijo y te estoy reprendiendo por ser irresponsable con tu chica ―palmea mi hombro― ¿Cómo está Bella?

Rio. Sacando de mi bolsillo trasero la miniatura del ultrasonido, le muestro con mucho orgullo a su pequeño hermano o hermana. Pat toma la miniatura observando con atención, sus comisuras se elevan.

― Voy a tener un hermano ―dice emocionado― será un niño. Un pequeño regordete de cabeza calva. Le enseñaré a trepar en los árboles y jugar baloncesto. También guardaré mis mejores consejos para conquistar a las chicas ―sigue murmurando sin dejar de admirar la foto de la ecografía― trataré de ser el mejor hermano.

― ¿Qué tal si es una niña?

Esta vez su sonrisa se desvanece.

― Oh, bueno, si es ella ―rasca su cabeza un poco indeciso― será mi princesa, no permitiré que siquiera el aire la toque. Creo que seré muy protector si llega a ser una pequeña castaña. ¿Qué dices tú? ¿niña o niño?

Inspiro al ver de nuevo la ecografía, mi pecho no puedo sentirse más henchido de felicidad.

― Es de Isabella y mío ―encojo mis hombros― pero me gustaría que fuera una niña, me volveré loco de felicidad. ―Vuelvo a guardar la pequeña impresión en blanco y negro al tiempo que Pat lanza de nuevo el balón en mis manos, está sonriendo felizmente―. La boda será este fin de semana.

― ¿¡Qué!? ¡Papá! ¿por qué me dices hasta ahora? No me harás vestir con un traje de etiqueta ¿verdad?

― Desde luego que no ―me quedo pensativo porque tampoco estoy dispuesto a vestir esmoquin.

― ¡Hola!

Volteo al escuchar la voz de Kate. Ella acaba de bajar de su coche y viene hacia nosotros con un par de bolsas de comida rápida, nos sonríe.

― Traje la cena ―bate las bolsas― un pajarito me dijo que habías vuelto y pase a saludar. Espero no haber interrumpido.

― En verdad sí lo hiciste ―responde Pat de forma grosera dando media vuelta para adentrarse en la casa.

― Lo siento. Últimamente se molesta por todo.

Me disculpo sabiendo bien que Pat no soporta la presencia de Kate. Por más que lo hemos hablado él confunde nuestro acercamiento con una posible relación entre nosotros alegando que ella quiere conquistarme.

― Es su edad ―ella dice― los cambios de humor son frecuentes en esa etapa ―me ofrece una hamburguesa y yo la tomo sin ganas―. ¿Cómo está tu novia?

Sonrío.

― Está embarazada y nos casaremos este mismo fin de semana.

― ¡Oh por Dios, Edward! ―sus brazos me rodean tan solo un instante―. ¡Felicidades!

― Espero que puedas acompañarnos ―doy el primer mordisco a la hamburguesa ignorando la acidez que siento en mi garganta―. Quizá sea tiempo de dejarte ver con Zafrina ¿no crees?

Sus mejillas se enrojecen pero no deja de seguir sorbiendo de su pajita la coca-cola que trae en el vaso desechable.

― Está celosa de ti ―revela― le he dicho más de una vez que eres un buen amigo y no me cree.

― ¿¡De mí?! ―presiono mi palma en mi pecho― tal vez no estás manejando bien el que la tengas oculta. ¿Por qué no lo hablas con tu familia?

― Conoces a mis padres y sabes lo tradicionales que son. Les costará un poco entender que me enamoré de una chica, aparte aún no estoy lista para que mis hijas lo sepan, es complicado siendo tan pequeñas.

El silencio que se instala entre nosotros es agradable mientras seguimos comiendo hamburguesas en el patio delantero de la casa.

― Edward, creo que estoy lista ―sus ojos están en mí― quiero denunciarlo.

― ¿Estás segura?

Kate hace un ligero movimiento de cabeza. Tiene un semblante tranquilo, se ve realmente decidida.

― Necesito que ese traumante capítulo de mi vida tenga por fin un cierre y sé que si no denuncio... ese hombre nunca estará tras las rejas ―camina dándome la espalda― estoy cansada de ser tan cobarde.

― Oye, no eres cobarde. Después de haber sufrido un acto tan… ―me niego a nombrarlo― pudiste seguir con tu vida, formaste una familia y ahora estás dispuesta a iniciar otra nueva etapa en ti, eres grandiosa, Kate, no lo olvides.

Se vuelve a mí manteniendo una ligera sonrisa.

― Gracias, Edward, por estar conmigo ―alarga su mano y cuando la tomo me da un ligero apretón―. Te mereces toda la felicidad de este mundo. ¿Qué te parece si hablamos de ti?, cuéntame de tu bebé.

Mi sonrisa se ensancha al grado que mi rostro duele, no puedo sentirme más extasiado al hablar de mi hijo. Saco de nuevo la impresión de la ecografía y la muestro con gran orgullo a Kate.

.

Por décima vez veo mi reloj de pulso.

Llevo más de veinte minutos diciéndole a Pat que llegaremos tarde al aeropuerto.

El timbre se escucha haciéndome resoplar. ¿Quién puede ser?

― ¿Por qué no me dijiste que te vas a casar? ―Charlotte se adentra en la estancia reclamando.

― No te debo explicaciones ―le señalo la puerta― ¡vete!

Ella regresa a la puerta contoneándose y la cierra quedándose dentro, se cruza de brazos mirándome con odio.

― Crees que no sé qué te casas con ésa porque está embarazada. Ella si se merece una boda y yo no, ¿por qué? Exijo una respuesta ¿qué tiene esa perra infeliz que yo no haya tenido?

Colma mi paciencia. Tanto, que sujeto su brazo llevándola fuera e ignorando los berrinches que hace.

― ¡Lárgate!

― ¡Suéltame! ―chilla― ¡Eres un maldito idiota!

― Nunca me hubiera casado contigo porque simplemente no vales la pena, eres… ―la recorro de pies a cabeza― muy poca cosa.

Eleva su mentón sin dejar de mirarme con tanto desprecio.

― Tú tampoco eres mejor que tu padre ―expresa con tanto desdén― Carlisle es mil veces mejor que tú en todos los sentidos.

― ¿Qué mierda dices?

Me voy sobre ella sosteniendo sus brazos con más fuerza de la necesaria, aunque desearía estar apretando su cuello me conformo con sus delgados brazos.

No puedo razonar con prudencia.

― Me acosté con tu padre cuando tuve a Pat ¿sabes por qué? Porque te odio, te voy a odiar siempre por haberme obligado a tenerlo.

― ¡¿Qué?! ―siento tanta rabia dentro de mí― ¿estás diciendo que mi hijo…?

― No idiota. Pat es tuyo, lo mío con Carlisle ocurrió después de su nacimiento y no me arrepiento.

Libero sus brazos frotando mi rostro de inmediato. Estoy tan asqueado de ella, de Carlisle. Ese hombre es un maldito enfermo ¿y Charlotte?

― Carlisle es un maldito violador ¿cómo te atreviste a dejar que te tocara aún cuando eras menor de edad? Es repugnante.

La mueca en el rostro de Charlotte es de sorpresa.

― Ese asqueroso está obsesionado con Isabella ¿lo sabías? Porque si es así, tendrás mucho que explicar a la policía.

Ella retrocede negando.

― ¿Está obsesionado con Isabella? ―repite, eleva su mentón continuando con su comportamiento altanero―. ¿Qué le ven a esa idiota?

Vuelvo a tomar con fuerza su brazo llevándola casi a rastras hasta su vehículo donde le abro la puerta y la hago subirse.

― No quiero volver a verte, ¡jamás! No intentes acercarte a mi hijo, porque te juro que te va a pesar. ¡Lárgate! Hazlo antes de que olvide que eres mujer.

― Te odio ―susurra.

― No más que yo, te lo aseguro.

Recargo mi espalda en la camioneta al ver que su auto se marcha lejos del límite de nuestra casa.

― ¿Qué hacía Charlotte aquí? ―indaga Pat arrastrando su maleta.

Despejo mi mente tratando de concentrarme en mi hijo.

― Vino a felicitarme por mi boda y por tu hermano.

Pat sacude su cabeza y ríe.

Él sabe que estoy mintiendo para protegerlo, solo que esta vez no le da importancia y me alegro porque estamos a punto de apostar por nuestra nueva familia.


¡Hola! Aquí vamos de nuevo con otra semana de tres actualizaciones, no olviden que es hoy (lunes), miércoles y viernes. Me pueden dar sus opiniones del capítulo de hoy, ¿qué les pareció Charlotte?, ¿qué tal Pat?

*Adelanto del siguiente capítulo en el grupo de Élite Fanfiction, no olviden.

*Nos leemos el miércoles*

También doy pequeños adelantos en mi grupo por si quieren unirse, ahí nos vemos en: Historias por Lau.

A quienes comentaron todo mi agradecimiento especial: Lidia: sí habrá. (Guest): me alegro que le hayas podido dar una oportunidad a la historia. Antonella Masen: así fue. ALBANIDIA: exacto. PaolaValencia: te fallé, debía agregar esta parte. Iza: oh, muchas gracias. Diannita Robles: tienes razón, saludos. Vivi19: de verdad sigo emocionada porque sigas por aquí, aunque no lo creas recuerdo a muchas lectoras de hace tiempo, con ustedes me tocó vivir buenos momentos mientras escribía, saludos. MMHenriette: de verdad agradezco la oportunidad, estoy tratando de actualizar seguido para no hacerlas esperar, saludos. Alexandra: hola, bienvenida! Te aseguro que Renee y cada uno que hicieron daño tendrán su merecido, saludos y gracias por comentar. mrs puff: gracias a ti por leer. Leah De Call: muchas gracias. Patty: vendrán más capítulos con ellas juntas. Moni: me encantó tu interpretación porque era justo lo que tenía en mente e intente plasmar. Andrea: haré un gran esfuerzo por actualizar tres veces está semana, estén pendientes. Jane Bells: muchas gracias. GLORIACULLEN: muchas gracias, saludos. Vero Morales: me alegro que te haya gustado, saludos. Flor Mcarty: muchas gracias. (Guest): a ti. Dulce Carolina: estarán rodeados solo de pocas personas. Adriu: me alegro que te haya gustado, saludos y gracias por comentar. Torrespera172: te adoro Perita por siempre andar por aquí, saludos. Maris Portena: gracias a ti por comentar. Wenday14: muchas gracias por comentar. ClaryFlynn98: me alegro que te gusten, saludos y gracias por comentar. Jessy Amador: Hola! Me alegro que andes por aquí, nos seguimos leyendo, saludos y gracias por comentar. Azu: Bienvenida! Y muchas gracias por comentar. Daniela: me alegro que estés bien, gracias por comentar. Jade HSos: muchísimas gracias a ti por comentar cada capítulo, saludos. joabruno: me alegro tanto que te guste esta Bella, saludos y gracias por comentar. (Guest): a ti por leer. Isis Janet: aún no me decido a que sea, y claro, Carlisle tendrá su merecido. Pat quiere un pequeño calvo se está muy feliz. Cinthyavillalobo: bienvenida! Y sí, al fin! Gracias por comentar. Liz: muchas gracias. Peerla Cullen: me encantaría hacerlos más largos pero no puedo, creo que estoy programada, muchas gracias por tu apoyo. Claudia: Sí! Pameva: ya pronto, te aseguro que el siguiente será ese día, saludos y gracias por comentar. Lily: gracias. Lili Cullen-Swan: ellos seguirán juntos, así que no te preocupes. Lizdayanna: gracias por cada comentario que dejas, me alegro que la historia te guste, saludos. (Guest): a ti por leer. Ximena: así será. Bell Cullen Hall: todo bien no te preocupes, ya el siguiente es su boda, saludos y gracias por comentar. Pepita GY: eres parte de esta aventura, qué puedo decirte? Eres la mejor, te adoro! cocoa blizzard: gracias. Ana: muchas gracias.

¡Gracias totales por leer!