Un par de meses pasaron sin contratiempos, sin embargo llegamos al punto en el que Rick debía tomar una decisión respecto al trabajo, no esperaba que Rick dejara su empleo, no cuando sabía que amaba hacer lo que hacía, pero nos acercábamos peligrosamente al punto en el cual no habría vuelta atrás y me preguntaba que haría Rick llegado el momento.
Llegó entonces el día de la graduación en la academia, Rick como siempre sería el invitado de honor, había pasado ya el suficiente tiempo, las reparaciones avanzaban y algunas áreas afectadas habían sido reconstruidas en su totalidad lo que había permitido el retorno a las actividades antes de lo planeado, Rick claro estaba orgulloso de sus muchachos y aunque su trabajo ahora era mas administrativo aun gustaba de dar recorridos por los campos de entrenamiento dando consejos a los jóvenes reclutas que normalmente se reunían para escuchar lo que él tuviera que decir.
Este sería un nuevo capítulo en nuestra historia, uno que esperábamos ansiosamente, pero esta noche, esta era una noche más para recordar, Rick y yo tomamos un baño tibio, nos sumergimos en el agua tibia mientras él me contaba alguna anécdota en la academia y yo escuchaba con atención sus palabras, sentí sus manos en mis hombros, también en mi vientre, ambos reímos cuando pudimos ver los movimientos del bebé, nuestros dedos se entrelazaron al mismo tiempo que nos besamos.
Le ayudé a anudar la corbata y ajustar el saco del uniforme, lo vi pararse frente al espejo mientras peinaba su cabello y miraba por enésima vez su aspecto, besé su mejilla antes de pedirle que subiera el cierre de mi vestido, esta vez usé unos zapatos bajos, mi pies dolían con los tacones así que por recomendación de él decidí usar unos mas cómodos.
Al llegar al auditorio una fila de jóvenes se encontraba fuera, unos 50 entre hombres y mujeres se preparaban para entrar y ocupar sus lugares en orden, Kevin como siempre ya estaba allí, tomó mi mano para ponerla sobre su brazo y llevarme hasta mi lugar, me despedí de Rick con un beso.
-y cuando podremos ver al pequeño?.- preguntó Kevin señalando mi abultado vientre.
-muy pronto, será cuestión de semanas.
-vaya, y Rick ya tomó una decisión?
-no, pero no pienso presionarlo, se que ama lo que hace, si quiere continuar está bien por mi.
-eso creo.
-qué tal van las cosas por aquí?.
-pues ya ves, todo parece haber vuelto a la normalidad.
-que bien.
Escuchamos el discurso de Rick, los aplausos se escucharon en cuanto terminó, escuché las voces de algunos felicitándolo cuando bajaba por la grada, algunos más se acercaron para tomar fotografías, para hablar con él y quizá estrechar su mano como casi todos lo deseaban.
Lo vi sentarse a mi lado después de varios minutos de intentar llegar a nuestra mesa, para entonces Kevin se había ido, tenía otros asuntos y quería volver a casa temprano.
-vaya sigues siendo una celebridad.-dije al verlo a mi lado por fin.
-es, no… no lo creo.
-si, claro.
-estas cansada?, quieres irte ya?
-quisiera bailar un poco con mi esposo.
-si, claro, pero después nos vamos.
-esta bien.
Rick tomó mi mano, la besó y luego me ayudó a caminar hasta donde las demás parejas bailaban, rodeó mi cintura, se movió lentamente con mi cabeza apoyada en su hombro.
-recuerdas la primera vez, te veía hermosa.
-todos decían que ya entonces teníamos algo juntos.
-si, Kevin me lo dijo, me ponía muy nervioso tocarte, tenerte tan cerca.
-reí ante su comentario.- quien lo diría.
Bailamos un poco más, nos besamos entre melodías y al final tomó mi mano para salir de allí ante la mirada de varios de sus alumnos que aun se encontraban allí.
En casa, fuimos directo a la cama, ambos estábamos cansados, recuerdo besar sus labios antes de perderme en un sueño profundo, uno del que no despertaría hasta el siguiente día cuando la luz del sol se reflejó en la ventana y las manos de Rick acariciaron mi vientre haciéndome cosquillas.
-buenos días dormilona.
-tu hijo necesita dormir.- dije cubriéndome con la sábana.
-ya es tarde, debes comer.
-esta bien.
Escuché las carcajadas de Rick y sus pasos hacia la cocina, camine detrás de él, lo vi servir leche en un taza que supuse era para mi, mordí el pan tostado cubierto de crema de avellana y unas rebanadas de fruta.
-como estas hoy?
-bien.
-segura?
-si.
-quieres ir a caminar un poco.
-si, eso estaría bien.
Después del desayuno salimos, Rick había puesto algo de bloqueador en mis brazos y cara, el sol se dejaba sentir, me puse los zapatos mas cómodos que encontré y caminé con su mano sujetando la mía.
Rick llevaba un par de botellas de agua, un par de manzanas y galletas en un bolso pues según él podríamos descansar bajo un árbol al llegar al parque y después volver, lo tenía todo planeado.
Pasamos un maravilloso día hasta que las nubes se acumularon, la inminente llegada de la lluvia nos hizo volver, fue un par de calles antes de llegar a casa que la lluvia comenzó, nos detuvimos bajo el techo de una parada de autobús, esperamos que cediera un poco y aun con un poco de llovizna volvimos a caminar apurados.
-debes quitarte la ropa mojada.- dijo levantando mi camiseta.- no quiero que te enfermes ahora.
Lo vi caminar apurado y luego volver con una toalla en la mano.
-vamos el agua está tibia.
Tomó mi mano, sentí el agua cayendo sobre mi espalda, me relaje cuando Rick paso sus manos por mi cintura y luego sus labios besaron mi cuello, pero el baño no duró mucho, una vez que terminamos me ayudó a vestir, preparó un par de tazas de té caliente y nos sentamos a ver televisión el resto de la tarde.
Dos días después, al regresar a casa del trabajo, tuve una sensación extraña, Rick me miró preocupado cuando mi mano fue hasta mi vientre.
-sucede algo?.- preguntó acercándose a mi.
-senti un dolor aquí.-señale uno de mis costados.
-es fuerte, te duele mucho?.
-no, no, es un poco extraño nada más.
-se ha movido, se mueve?, dijo el médico que debíamos estar atentos a eso.
-lo sé y ahora que lo mencionas no se ha movido desde la comida.
-dormirá?
-no lo sé.
-quieres ir al médico, te puedo llevar a urgencias, ahora mismo.
-no creo que sea para tanto.
-estas segura.
-si, yo llamaré al médico, veré si puede recibirnos mañana.
--bien, pero si algo sucede lo que sea te llevaré al hospital con tu permiso o sin el.
Rick volvió a lo suyo, miré el calendario, vi la fecha marcada, aun faltaba poco más de 3 semanas para el día que el médico había sugerido, claro que esto era impredecible, podría adelantarse si así lo quería y justo en ese momento me di cuenta de que no estábamos preparados para un imprevisto.
