Ava estaba nerviosa. Ella era una persona que siempre se ponía nerviosa ante las situaciones que requerían algún tipo de evaluación. Y la competencia de baile requería algo de eso, porque el jurado los iba a evaluar para decidir si pasaban a la siguiente fase o no.

Por eso no podía dormir, porque estaba nerviosa y no podía dejar de pensar en todo lo que podía ocurrir al día siguiente. Giraba para un lado, giraba para el otro, y sin importar cuanto ni como se acomodaba, no podía dormir.

De pronto, Sara estuvo ahí para ella. La calmó y la invadió con su confianza. Esa chica era increíble, Ava la admiraba por ser como era y se lo dejó saber.

La miró en silencio por unos minutos. Verla relajada y con los ojos cerrados le daba paz. Se permitió también apreciar su belleza, Ava adoraba las pecas que la otra chica tenía alrededor de toda su cara.

Finalmente, se dejó a sí misma hacer algo que jamás había imaginado que se iba animar a hacer. Unió su mano con la de la otra. Por suerte Sara correspondió su gesto y se aferró a ella con fuerzas. Y así, sintiendo su mano junto con la de Sara, logró relajarse y quedarse dormida.

— Hora de levantarse. — Dijo John, mientras golpeaba una cacerola. — Vamos, arriba, hay que prepararse para la competencia. — Insistió, generando que todos gruñeran ante su brusquedad al despertarlos.

Ava se levantó y se dio cuenta que la mitad de ellos ya se había levantado. Eso era sorprendente, ella nunca era de las que se levantaba más tarde.

Se dirigió a uno de los baños para poder lavarse la cara y los dientes. Todavía estaba tan dormida que se olvidó de golpear la puerta. Al entrar se encontró con algo que no había esperado, Sara estaba saliendo de la ducha, tapada solamente con un toallón.

Ava se quedó totalmente hipnotizada con la presencia de esa chica. No solo porque le parecía tremendamente sexy, sino porque era la primera vez que se percataba de las cicatrices que tenía. Ava pudo ver que tenía cicatrices en sus hombros, en su pecho y en sus piernas; e imaginó que seguramente también tenía en su estómago y su espalda.

— ¿Qué haces acá? — Preguntó Sara, asombrada por la invasión del espacio.

— Perdón, no sabía que había alguien en el baño. — Se disculpó ella.

— Deberías aprender a golpear la puerta antes de entrar. — Comentó Sara, algo divertida ante los nervios de la otra.

— Tenés razón. — Aceptó ella. — Mejor me voy y vuelvo después. — Agregó y dio media vuelta para irse del baño.

— Espera, no tiene sentido cuando ya estás acá. — La detuvo Sara. — Haz lo que necesites hacer y después te vas y me dejas cambiarme tranquila. — Dijo y se sentó sobre la tapa del inodoro en señal de que iba a esperarla.

Ava se lavó la cara y los dientes. Lo hizo lo más rápido que pudo porque la presencia de la otra chica le generaba cierta inestabilidad. Ella notaba que Sara estaba algo incómoda al tener algunas de sus cicatrices a la vista, así que hizo todo lo posible por evitarlas. La miró por el espejo un par de veces y sintió admiración hacia ella porque a pesar de su incomodidad y sus inseguridades, le había dado tiempo a ella para usar el baño. Enfrentar eso y de esa manera, le pareció muy valiente de su parte.

Cuando terminó de hacer su rutina de limpieza de la mañana, se fue del baño y dejó que Sara se cambie en paz.

Desayunaron todos juntos y luego se dirigieron al gimnasio municipal, en donde iba a realizar la competencia. Allí se encontraron con Rip y se cambiaron en los vestuarios.

Antes de que comience la competencia Ava fue a saludar a sus hermanas, su mamá y sus amigos. Se sintió feliz de que estuvieran en la tribuna y hayan venido a alentarla.

— Suerte hermanita. — Le deseó Amy.

— No sé dice suerte, se dice rompete una pierna. — Le recordó Ashley.

— Cierto. — Asintió Amy. — Rompete una pierna entonces. — Dijo haciendo a Ava reír.

— Gracias. — Agradeció ella y abrazó a su hermana. — Gracias a todos por venir. — Dijo con una gran sonrisa.

— No nos íbamos a perder esto por nada. — Aseguró Gary.

— Si, hace mucho tiempo que tenemos ganas de verte bailar en modo competencia con las Leyendas. — Agregó Nora.

— Así que ve, y a ganar. — Indicó Kuasa.

— Woow, ahora no me siento presionada ni nada. — Comentó ella, simulando estar ofendida.

— No te preocupes, sea como sea estamos orgullosos de vos. — Dijo Mona, sin entender que la otra había estado bromeando.

— Lo sé. — Asintió ella con una sonrisa.

A lo lejos, se escuchó a Nate llamarla. Eso interrumpió la conversación con su familia y amigos. Era hora de ir a competir. Ava los saludó y emprendió camino hacia donde estaban las Leyendas y los demás equipos de baile.

— Si ganas espero que nos hagas una dedicatoria. — Le dijo Astra, antes de que se fuera.

— Lo tendré en cuenta. — Aseguró y volvió a reír.

La primera coreografía que bailaron fue la de hip-hop. Al ser locales, abrieron ellos esa categoría para dar inicio a la competencia.

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Ava se relajó y se dejó llevar por la coreografía que habían preparado. Pudo notar las energías del público, mostrando que estaban apreciando y disfrutando la forma en que estaban bailando. Sentir ese apoyo se sintió increíble.

Sorprendentemente Ava pudo dejarse llevar totalmente por ese nuevo ritmo. Ella no había tenido experiencias de hip-hop hasta ese momento, y al hacerlo pudo admitir que resultaba divertido.

Después de que bailaran todos los grupos dieron los resultados, por ahora habían quedado en segundo lugar.

Ahora tocaba el momento de la improvisación solista.

— La consigna para la coreografía solista, además de que se va a sortear quien queda elegido de cada equipo, es que van a tener que intentar recrear una coreografía famosa, ya sea de un video musical o una película. — Informó uno de los conductores de la competencia.

Realizaron el sorteo, de las Leyendas de Beebo salió Sara.

Ava se relajó al escuchar que Sara era quien había salido sorteada, ella era la mejor del equipo haciendo improvisaciones. Así que, con suerte, podría darles un buen resultado.

— ¿Estás bien para hacer esto? — Pidió saber ella.

— Si, perfecta. — Asintió Sara.

— ¿Nerviosa? — Preguntó ella.

— Un poco, pero una vez que comience a bailar se me va a pasar. — Dijo Sara con seguridad.

— Bien, está bien que estés tranquila. Seguro lo vas a hacer perfecto. — La animó ella.

— Gracias. — Agradeció Sara, y le dedicó una pequeña sonrisa.

— ¿Ya sabes qué vas a hacer? — Preguntó ella con curiosidad.

— Si, de hecho si. — Afirmó Sara. — Debería ir a hablar con los que se encargan de pasar la música. — Dijo pensativamente.

Así como dijo, Sara se fue a conversar con las personas que se encargaban de manejar la música. Ava la apreció desde lo lejos y le pareció que era hermosa. No sabía cómo esa chica hacía para ser tan confiada y estar tan tranquila, pero su energía era contagiosa. Si Ava estaría en su lugar moriría de nervios y ansiedad, y no sabría qué coreografía elegir.

De pronto, algo la hizo desviar su focalización de Sara. Algo en la tribuna llamó su atención. Allí estaba Dinah, la mamá de Sara. Eso la sorprendió, Sara era la única del equipo que había dicho que nadie de su familia iba a ir a verla competir y todos entendían perfectamente el motivo. Por eso le pareció raro ver a Dinah allí.

— Zari. — Llamó ella a su compañera. — ¿Esa es Dinah? ¿Estoy viendo bien? — Le preguntó, señalando hacia donde estaba esa mujer.

— Si, es Dinah. — Confirmó Zari.

— ¿Qué hace acá? — Preguntó ella sorprendida.

— No tengo idea, Sara dijo que las únicas que iban a venir a verla eran Jen y Nico. — Respondió Zari, algo confundida con la situación. — ¿Deberíamos avisarle? — Cuestionó.

— No, por ahora mejor no decir nada. — Negó ella. — Ahora es su turno de bailar, es mejor no arruinarle el momento y ponerla tensa. — Justificó.

— Bien. — Aceptó Zari. — Le voy a avisar a Jax, así estamos atentos de que Dinah no intente hacer algo que pueda perjudicar todo. — Le dejo saber.

A Ava le preocupaba la situación. Pero, en alguna parte de su ser, esperaba que la presencia de aquella mujer fuera con buenas intenciones. Que estuviera queriendo mejorar la relación con su hija y por eso estuviera aquí, para alentarla.

Sara era la última en bailar la coreografía de la categoría solista. El orden había sido elegido por sorteo también.

Las rutinas solistas resultaron ser todas muy buenas y de videos de música muy conocidos. La mayoría habían logrado recrear casi todos los pasos de lo que habían elegido.

Finalmente, llegó el turno de Sara.

Empezó a sonar la música y Ava la reconoció enseguida. Al parecer Sara iba a ser la innovadora de ese día, porque a diferencia de los demás, que habían elegido recrear videos de música, ella eligió una escena de baile de una película.

Sara hizo un mix de las coreografías de la película de Flashdance. Sara bailó las coreografías a la perfección, incluso se animó a hacerles algunos cambios y agregarles un par de pasos para volverla más difícil. Bailó con el alma, transmitiendo toda su pasión y amor por la música.

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El público recibió su baile con euforia y festejaron cada paso que dio.

En verdad fue un momento increíble, Ava nunca había experimentado ese intercambio de energías en una competencia de baile. Sara hacía eso posible, y eso era sensacional.

Su coreografía fue elegida como la ganadora, así que ahora el equipo de ellos quedaba en primer lugar. Todas las Leyendas la recibieron con alegría y la llenaron de abrazos.

— Estuviste increíble. — La felicitó ella.

— Gracias. — Agradeció Sara, con una gran sonrisa.

— ¿Cómo se te ocurrió bailar eso? — Preguntó ella con curiosidad.

— Se me ocurrió porque es una de mis películas favoritas de baile. — Contestó Sara con sinceridad.

— Se nota. — Asintió ella.

— Y porque fue una de las películas que vimos anoche. — Sara le recordó.

Ahora solamente les quedaba bailar la coreografía de la categoría contemporáneo grupal.

Para esta coreografía habían elegido bailar la canción "Cry me a river" de Justin Timberlake.

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Ava disfrutó totalmente bailar esa coreografía que tanto habían practicado y había amado con cada parte de su ser. Se sentía bien poder mostrarla y dejarla libre al mundo. Lo que más le gustaba de bailar con su equipo era que bailando conectaban de una manera especial, era como si hablaran su propio idioma. Y eso era mágico, o al menos ella lo sentía así.

Cuando terminaron de bailar la coreografía se sintió completamente feliz y satisfecha, más de lo que lo había hecho en toda su vida. Y en ese momento, se dio cuenta que no le importaba el resultado. No importaba si ganaban o perdían, lo que importaba era hacer lo que amaban.

Ava se sentó con las leyendas en la tribuna de los concursantes y observaron las tres coreografías que quedaban.

Al finalizar todas las coreografías, el jurado se tomó unos minutos para debatir los resultados.

— Y los ganadores para pasar a las competencias nacionales son: Las Leyendas de Beebo de la ciudad de Starling. — Anunció uno de los conductores de la competencia.

Ella había escuchado perfectamente el resultado, pero no podía reaccionar. Se sentía aturdida y no estaba segura de haber entendido bien. Le costaba procesarlo porque sentía que estaba soñando. La felicidad que tenía era tan inmensa que le costaba creer que fuera real.

De pronto, algo la trajo a la realidad. Los abrazos de sus compañeros, los gritos y los saltos de festejo.

— ¿Ganamos? — Preguntó ella, todavía sin poder creerlo.

— ¡Si, ganamos! — Exclamó Nate lleno de felicidad.

— ¡No puedo creerlo! ¡Ganamos! — Dijo ella entusiasmada.

Ava se unió a los festejos de sus compañeros y disfrutó el momento, disfrutó el presente, disfrutó la victoria. Jamás pensó que sus sueños la llevarían tan lejos, pero finalmente lo estaban haciendo. Las Leyendas de Beebo habían clasificado para las competencias nacionales de baile.