Descargo de responsabilidad: Fate y sus derivados, no me pertenece, toda su historia y personajes pertenecen a Type moon.
Aclaratoria: Lo que está dentro de un guion es diálogo y lo que está dentro de comillas es un pensamiento o similar.
Capítulo 37, Solo problemas en el horizonte…
Shirou se encontraba en una de las bibliotecas de la torre del reloj, había pasado una semana desde todo lo ocurrido en el séptimo laberinto de Caubac Alcatraz y, desde del día en que lograron acabar con el laberinto, muchas cosas habían ocurrido…
El pelirrojo suspiró, él había estado visitando este tipo de lugares comúnmente desde ese día.
—Shirou, ¿no estás frecuentando demasiado las bibliotecas de la asociación? Siempre fuiste muy estudioso, pero no creo que esto sea sano…
Sorprendentemente, quien le había dicho estas palabras no era otro que su profesor de teorías de la hechicería moderna, Lord El-Melloi II. Él también había comenzado a actuar de forma extraña desde que había acabado todo lo ocurrido en el laberinto, como si algo hubiera cambiado en la forma en la que Waver veía las cosas. Es decir, él siempre había sido uno de los mejores conferencistas dentro de la torre, y era conocido por ser capaz de sacar el mayor potencial de cada uno de sus alumnos; pero, aun así, él siempre parecía amargado por su rol como profesor.
Sin embargo, desde los eventos ocurridos en el laberinto, algo había cambiado dentro de él, ahora estaba poniendo mucho más esfuerzo en su rol como profesor. El Lord se estaba dedicando en gran medida a cada uno de sus estudiantes, tal vez incluso con demasiada entrega, al menos, desde su punto de vista.
—Shirou… ¿Qué te parece si vienes a mi despacho y hablamos sobre tus investigaciones? Tal vez sea capaz de ayudarte…
Por un momento, el chico quiso declinar su oferta, no quería involucrar a su profesor en todo este desastre; sin embargo, cuando estuvo a punto de hacerlo, él recordó uno de los sucesos ocurridos el día en que lograron salir del laberinto...
El grupo finalmente había escapado y se encontraban en las afueras del séptimo laberinto.
Ellos realmente se asombraron cuando salieron de este pues, Leysritt y Sella corrieron a abrazar a Illya como si no la hubieran visto en varios días y, para ellas, de hecho, eso no era una exageración. El laberinto actuaba como una especie de mundo separado del exterior e, incluso el tiempo dentro de este funcionaba de forma diferente…
Mientras se encontraban dentro del laberinto, ellos no supieron realmente cuanto tiempo habían estado atrapados; sin embargo, no esperaban que fuera más de un día, tal vez dos. En ningún momento sintieron hambre o tuvieron la necesidad de comer o de dormir, a pesar de que varias de las bestias fantasmales eran comestibles, así que ellos no esperaban que hubiera pasado mucho tiempo y, tal vez era cierto, dentro del laberinto no pasó mucho tiempo, mucho más que un día seguramente; pero mucho menos tiempo del que había pasado afuera…
Dos semanas, habían estado fuera por dos semanas, y Leysritt, Sella, así como Fou, habían estado viniendo día tras día a las afueras del laberinto esperando que este se abriera y pudieran volver a ver a sus respectivas señoras.
Después de planificar una reunión para discutir todos los eventos ocurridos dentro del laberinto, el grupo se dividió en tres: Por una lado todos los habitantes del taller Marbury, por otro lado, estaba Waver y Gray, y por último, estaba la joven investigadora, Norma Goodfellow.
Sin embargo, el joven lord se llevó consigo a Norma, ya que debía de interrogarle para saber que sabía ella sobre el laberinto, y también para enterarse sobre las cosas que le ocurrieron allí dentro. A fin de cuentas, más tarde debería redactar un informe para la asociación.
En su interior, Manaka suspiró, había tomado la decisión correcta al hacerle firmar un Geis a Norma. Gracias a este, la joven investigadora no podría revelarle ninguna verdad que la relacionara a ella, al laberinto, y a Norma, obligándola a mentir; pero haciéndola creer que esa mentira era, de hecho, la única verdad.
Una vez que se separaron, el grupo del taller Marbury también se separó en dos: Por un lado, Sella, Leysritt, Illya, y por el otro, Shirou, Manaka, Fou, y Altrouge.
El chico les había pedido que vinieran con él por un momento porque necesitaba hablar con ellas en privado. En condiciones normales, Illya se hubiera opuesto; sin embargo, debido a cierto suceso ocurrido antes de su salida del laberinto, su relación con su hermana se había vuelto… Complicada, bueno, más de lo que ya era…
Así, los tres se alejaron del resto del grupo…
—Y bien, ¿para qué nos trajiste aquí, Shirou? Algo me dice que no me va a gustar… —preguntó Altrouge, la princesa había vivido el tiempo suficiente como para saber cuándo el chico iba a ser una estupidez a sus ojos.
Shirou sonrió de una forma difícil de comprender para las dos chicas, y esto solo les daba aún más mala espina.
—Probablemente no te guste… —respondió el pelirrojo nervioso.
—¿Algo malo ocurrió dentro del laberinto? —preguntó Manaka extrañada. A pesar de todo lo que había ocurrido, habían logrado salir todos con vida, ¿acaso ocurrió algo alrededor de Shirou de lo que ella no se había dado cuenta? Ella negó internamente, era poco probable, al menos claro que… se tratara de algo interno. Manaka podía ver con facilidad a través de su enamorado, pero, después del conflicto en el taller Marbury, ella se estaba limitando a sí misma con la intención de que algo así no volviera a ocurrir, estaba intentado ver menos, para comprender más.
—No exactamente, es algo que ha estado ocurriendo desde hace ya un tiempo, simplemente lo había sobrellevado hasta ahora; pero, llegados a este punto, si lo sigo guardando para mí, entonces causará problemas…
Por un momento, él se quedó callado…
—¿Y bien? —preguntó Altrouge—. ¿Qué es lo que quieres decirnos?
Aun así, el pelirrojo no se atrevió a hablar, como si las palabras se le atoraran en la garganta—. Perdón, es que hay una parte que me es muy difícil de decir…
Esto extrañó a la princesa, Shirou era como ella, al menos en el sentido de que preferían usar la aproximación directa, en vez de dar rodeos. Ella lo hacía porque podía casi siempre sin importar la situación, y Shirou… Bueno, él estaba mejorando en ese aspecto, pero todavía se le daba mejor ser directo—. Entonces dilo de primero, sal de la parte más difícil tan rápido como te sea posible —declaró la princesa.
Manaka, por otro lado, no estaba del todo de acuerdo con esta declaración, había algo que realmente le daba muy mala espina.
Shirou tragó saliva y tomó valor, la lógica le decía que primero debía explicar sus razones, pero tal vez Altrouge tenía razón y debía salir de la parte más complicada primero. Siempre había confiado en la princesa para este tipo de cosas, así que no dudo de su experiencia y, contra su lógica, él declaró —. Bien, entonces… Yo… No puedo aceptar vuestros sentimientos, de ninguna de las dos para ser exactos.
Y, con esas simples palabras, todo el ambiente que rodeaba a los cuatro cambió radicalmente. Sí el sol estaba brillando sobre sus cabezas, entonces debió de aparecer un nubarrón de la nada, y el invierno, que ya se estaba acabando para dar paso a la primavera, pareció súbitamente golpear con más fuerza que en su inicio.
Por un momento, el lugar quedó en completo silencio. El pelirrojo pudo observar como las expresiones de las chicas cambiaron de un momento a otra y, antes de que estas cambiaran de denotar confusión y estupefacción a mostrar enojo e inconformidad, él volvió a hablar…
—No es porque no tenga sentimientos por ustedes… —dijo rápidamente.
Esto, por un momento, pareció consternar y calmar a las chicas, pero fue eso, solo un momento…
—¡Explícate ahora, Shirou, porque si me dices que esto es porque no te puedes decidir, entonces voy…! —gritó enojada la princesa, a punto de saltar sobre él.
—No es eso… —dijo secamente el chico, sin reaccionar en lo más mínimo a la colera de la princesa, debía mantener la calma si quería poder explicarse y salir de una pieza de esta situación.
—¿Entonces, por qué? ¿¡Por qué, Shi-kun…!? —Esta vez fue Manaka quien habló. A diferencia de Altrouge que denotaba enojo por los cuatro costados, su voz estaba vacía, sin emociones, al igual que ella, como una persona a la que le habían arrebatado la vida.
El chico tomó aire y comenzó a explicar sus razones—. No voy a negar que no he podido elegir entre aceptar los sentimientos de alguna de las dos, decir lo contrario sería mentira. Mi relación con cada una de ustedes es completamente diferente, pero, el que tengo sentimientos encontrados y románticos por ustedes, «Y no solo ustedes», es verdad, o al menos, eso creo. Pero esa no es la razón por la cual no puedo aceptar vuestros sentimientos en este momento, o al menos, no la que me ha hecho hacer esto.
—¡Entonces por qué! ¡Explícate de una vez! —gruñó Altrouge.
—Porque… no estoy a la altura, Altrouge —respondió el chico.
—¿Eh? —por un momento, Manaka "volvió" a la vida.
—¿A qué te refieres? —preguntó extrañada la princesa, aunque aún se podía verse el enojo en su voz.
—Fui ingenuo, demasiado ingenuo, y esta guerra me lo ha demostrado. No, realmente lo sabía incluso antes de la guerra; pero me lo había guardado para mí mismo, e intenté lidiar con todo esto como creí mejor. —Shirou suspiró, como si se reprochara más que a cualquier otro—. Soy débil, demasiado débil. Y hasta ahora lo sabía pero, no me imaginé que fuera tanto…
—¡Y eso que tiene que ver con aceptar o rechazar mis sentimientos! —Ahora fue Manaka quien no pudo contenerse, aunque su grito era diferente al de Altrouge, más cargado de una enorme tristeza e impotencia que de ira.
—Porque no va a funcionar, una relación con cualquiera de ustedes no va a funcionar —contestó el chico.
—¿Y por qué estás tan seguro? —preguntó Altrouge, ella parecía a punto de estallar, pero se estaba conteniendo.
—Porque soy vuestra debilidad. —Shirou apretó sus manos con fuerza, tanto que sus uñas atravesaron ligeramente su piel haciéndolo sangrar—. Hasta ahora, no he podido vencer a ningún enemigo poderoso por mí mismo. Cuando luché contra ti, Altrouge, solo sobreviví por tu capricho. Solo logré vencer al árbol chupasangre de Ainnash porque era un monstruo sin ningún tipo de raciocinio y, aun así, casi muero. No pude luchar contra Siegfried sin que este estuviera debilitado y sin tu apoyo, Mana, y, solo pode vencer a Skoll gracias a ti y a Merlín. Con el dragón y con Fenrir solo pude atacar a distancia, y ni siquiera hice el suficiente daño como para derrotar a ninguno de los dos por mi cuenta. En pocas palabras, soy débil, tanto que has tenido que protegerme de los demás apóstoles poniéndote en una situación delicada, Altrouge.
La rubia frunció el ceño y lo incitó a seguir—. Todavía no nos has explicado que tiene que ver eso con que nos rechaces —Manaka se había calmado un poco, no porque estuviera feliz con este desarrollo, sino porque cada palabra que salía de la boca del chico parecía como un insulto a sí mismo.
El pelirrojo esbozó una sonrisa seca y un poco cínica—. ¿A dónde crees que vamos, Mana?
—¿A dónde…? —preguntó ella sin comprender.
—Vamos a una guerra… —quien respondió fue Altrouge, empezando a entender la mentalidad del chico.
Shirou asintió—. Una guerra, y no cualquier guerra. Una guerra con esos mismos monstruos a los que enfrentamos en el laberinto, tal vez incluso peores. Y no son solo espíritus heroicos quienes participarán, es una guerra por el destino de nuestro mundo, la persona que gane obtendrá un deseo, un milagro. Hasta ahora la había estado comparando con las guerras anteriores pero, esta será diferente, estoy seguro. —Shirou suspiró—. La asociación de magos, el complejo de los Harwey, la santa iglesia, los otros miembros de los 27 apóstoles muertos… Tal vez otras organizaciones, como, por ejemplo: el gobierno de los Estados Unidos, que ya quiso robar la información del grial en la tercera guerra. Tal vez incluso también organizaciones del bajo mundo, como: los mercenarios, la mafia Scladio, o la incluso la empresa comercial de mármol. Todos ellos, al tener la oportunidad de obtener la Moon Cell, ¿realmente creen que no moverán ficha para hacer todo lo posible por participar?
Manaka bajó la cabeza, ella también comenzó a entender el razonamiento del chico.
Shirou frunció el ceño—. Como puedo estar al lado de alguna de ustedes dos, cuando no soy más que una debilidad para ustedes… —Shirou giró su mirada hacia Altrouge—. ¿Cómo puedo estar a tu lado, cuando tienes que protegerme de todos tus enemigos? Cuando tengan la oportunidad, me utilizaran a mí, para llegar a ti. Altrouge, si formalizamos nuestra relación y, por alguna razón, nos hubiéramos forzados a separarnos para tener más oportunidades para cumplir nuestro objetivo, tal vez incluso para siempre… ¿podrías hacerlo?
—¿Eh? —Esta pregunta tomó desprevenida a la apóstol, por un momento, ella respondió automáticamente—. Por supuesto que… —Las palabras se atoraron en su garganta, ella iba a responder: por supuesto que sí, sin embargo, no pudo. La princesa de los apóstoles había perseguido de forma constante y desesperada alguna forma de salvar al planeta durante miles de años, ¿qué era una simple relación comparado a conseguir el objetivo de su vida? Al parecer, mucho. Ella no esperaba que Shirou se sintiera lastimado por su respuesta, él sabía lo mucho que ella había perseguido la salvación del planeta y las consecuencias que habría sino lo conseguían y, aun así, ella no podía decir que sí lo haría, un sentimiento en lo profundo de su pecho le apretó el corazón impidiendo que las palabras salieran. Por un momento las dudas comenzaron a surgir, ella era uno de los pocos ancestro s que todavía existían desde la masacre causada por Arcueid, y la que más se había esforzado por encontrar una solución a pesar de los constantes fracasos. ¿Es que acaso no merecía poder ser un poco egoísta esta vez, manteniendo a la persona de la que se había enamorado a su lado? Al hacerse esta pregunta, ella encontró la respuesta a la pregunta del chico…
Al ver la incertidumbre en la princesa, Shirou supo que su razonamiento era el correcto—. Altrouge, ¿Qué sucederá si Lorelei descubre nuestra relación…? Seré cazado por toda la asociación y por la iglesia, y no puedo luchar contra todos ellos, tendrás que ayudarme, y los demás apóstoles podrían tomar provecho de esto para atacarte por la espalda. Puedes tener la facción más grande, ¿pero puedes luchar en dos frentes al mismo tiempo?
Altrouge mantenía la mirada baja.
—Si nos descubre, pero estamos dispuestos a separarnos, podríamos colar la mentira de que me hipnotizaste con tus ojos del encanto, y después me forzaste a firmar un Geis. Lo que ocurra después para los dos es debatible, pero al menos tendremos más oportunidades de sobrevivir, porque, en este momento, no soy más que un estorbo que te dará más problemas… —Luego, Shirou se giró hacia Manaka—. Si alguien descubre lo que me contaste, entonces sucederá algo similar, vendrán por nuestras cabezas, y yo no podré protegerte, mi reputación y poder no es suficiente para mantener a todo el mundo iluminado por la luna a raya, solo seré un blanco al que apuntar para que te capturen. Si me dejaras atrás, estoy seguro que no podrían atraparte, tal vez incluso podrías huir a lugares donde ellos y yo no podemos llegar, pero eso significaría separarnos, y tú no lo harías, ¿verdad?
Manaka negó con su cabeza inmediatamente, no se separaría del chico incluso si no formaban una relación formal en este momento, si llegaran a formar una, mucho menos se lo pensaría. Pero ella se guardó esto para sí misma, temiendo que Shirou tomara medidas aún más drásticas si se lo decía.
—Estamos corriendo demasiados riesgos, un solo paso en falso y todo puede acabar mal —Shirou apretó sus manos con frustración—. Y yo no soy el tipo de persona que disfrute ver como las demás personas lo protegen, mucho menos como otros se ponen en peligro por mí. Y, en una guerra, los sentimientos pueden ser utilizados como un arma, y también pueden transformarse en una debilidad, no podemos darles esa ventaja a todos nuestros enemigos. Si alguna de ustedes llegara a morir por mi culpa, entonces yo…
Altrouge suspiró, no es como que ella no hubiera pensado en todo esto, por eso a ella le daba tanta rabia que Manaka pudiera ayudar a Shirou a fortalecerse y ella no. Por eso es que había estado investigando como volver a Shirou más fuerte para que pudiera estar a su lado, él problemas era que, no sabían cuánto tiempo tenían, pero estaban seguros de que no era mucho.
—Entonces, ¿Qué harás, Shirou? Ya que te has dado cuenta de este problema, ¿qué acciones tomarás?
—Shi-kun, entiendo lo que dices, pero… Eso no significa que nos estés rechazando definitivamente, ¿verdad? simplemente significa que, por ahora, será perjudicial empezar una relación para nosotros. Y eso también significa que, después de seas lo suficientemente fuerte, ¿Entonces podrás…?
—¿Eh…? —Shirou se enrojeció al entender las implicaciones de su pregunta—. S-Sí, una vez que tenga la suficiente fuerza, entonces no seré una debilidad para ninguna. Soy una espada, hace algunos meses siempre me decía que, las cosas eran más sencillas cuando solo tenía que forjar; sin embargo; la vida es mucho más que eso y, como una espada, puedo elegir clavarme en una piedra y permanecer así, o ser blandido por aquellos por quienes creo, vale la pena luchar. Para mí, una espada no tiene valor si no es blandida por alguien y no es capaz de realizar su trabajo cortando a sus enemigos. Inconscientemente, elegí a las personas que me blandirán, pero, todavía no tengo valor como una espada… Me volveré más fuerte, no sé cómo lo haré, pero me volveré una espada que pueda estar a vuestro lado, que pueda cortar a nuestros enemigos, lo suficientemente fuerte como para ser una fortaleza, no una debilidad; pero… puede que me tome algo de tiempo…
Altrouge dejó escapar el aire en sus pulmones, inconscientemente, lo había estado conteniendo, realmente, este chico podía llegar a ser mucho más difícil de tratar que sus enemigos. Después de liberar la tensión, ella sonrió y dijo—. Bien, eso es todo lo que necesitaba saber, si te hubieras rendido, haría algo muy diferente; pero, por ahora, Shirou…
—¿Sí…? —preguntó el chico confundido, esa sonrisa le ponía los pelos de punta.
—Aprieta los dientes y utiliza tu refuerzo…
—¿Qué…?
¡PPPUUUUMMMMM!
Altrouge golpeó al pelirrojo con una velocidad y fuerza sobrehumana. Y así, Shirou fue mandado a volar hasta estrellarse contra un árbol. El golpe no había sido lo suficientemente fuerte como para causarle un gran daño, obviamente Altrouge se había contenido, pues, debido a todo lo ocurrido, Avalon no estaba a pleno rendimiento, y ella sabía que, en este momento, cualquier ataque grave podría ser letal.
—¡Chupasangre! —gritó Manaka mientras iba hacia donde Shirou había caído.
—¡Oh vamos! —exclamó Altrouge—. No me digas que tú no querías golpearlo también.
Manaka se quedó callada, las palabras del chico casi le parten el corazón, por un momento, ella sintió una tristeza que no había sentido desde la muerte de su madre; pero, ¿hubiera atacado a Shirou? Su yo de hace algunos años no lo hubiera atacado; pero, probablemente, lo hubiera secuestrado, lavado el cerebro, y hecho suyo. ¿Y ahora? Sí Shirou la rechazaba, ¿qué haría ahora? Manaka se mostró inquieta y, por un momento, las dudas y el miedo se apoderaron de ella. Ella podía hacer casi todo lo que quisiera, incluso estaba segura de que, si se lo proponía, podría abandonar este mundo y escapar de su destino, incluso si eso significaba lidiar más tarde con Alaya. Entonces, ¿qué haría? No lo sabía, no quería saberlo, y se alegraba de no tener que averiguarlo, al menos, no por ahora, y ella haría todo lo posible para no tener que averiguarlo nunca.
—¡No lo hubiera atacado! —respondió la rubia, eso era lo único que tenía claro—. Pero yo…
Shirou sujetó su mano creyendo que iban a comenzar otra pelea—. Tranquila, Mana, es normal que Altrouge reaccione así, tampoco está mal si tú quisieras desquitarte, esto es mi culpa.
—No es que seas débil, Shi-kun, es simplemente que la situación a la que nos enfrentamos es demasiado grande. No tienes culpa de eso… —dijo la chica.
Altrouge suspiró—. No puedo creer que diga esto, pero estoy de acuerdo con la mocosa. No te culpo por ser débil, eres un mocoso enfrentándose a inmortales con siglos o milenios de antigüedad, a grandes complejos u organizaciones, e incluso, contra jodidos extraterrestres. Siempre supe que esto te superaba, que me supera a mí también, fue por eso que decidí que trabajáramos juntos, idiota.
—Pero aun así… —se quejó el chico.
Sin embargo, la chica lo cayó—. Ese golpe fue por tu terrible forma de explicar las cosas, no por ser débil. Primero debiste decirnos tus motivos, antes de decirnos tu decisión.
—¡P-Pero fuiste tú quien me dijo que saliera de lo más difícil primero!
Por un momento, la princesa se quedó callada… Eso era cierto… A veces se olvida de lo incompetente socialmente que podía llegar a ser este chico.
—Shi-kun, no todas las situaciones se pueden resolver de la misma forma. La chupasangre es una idiota que, al estar en su posición, se ha acostumbrado a ir siempre por el camino recto y simple; pero hay situaciones que requieren un mayor tacto. No te sugiero que la tomes como un ejemplo a seguir…
—¡Hey! —gritó la apóstol.
Shirou sabía que colocarse de cualquier lado solo le traería desgracia, así que intentó volver al tema original—. Entonces, ¿están de acuerdo con esto?
Altrouge frunció el ceño—. No me gusta.
Manaka asintió, sorprendentemente, de acuerdo con la ancestro.
Shirou suspiró, sabía que esto no sería fácil…
—Pero también entiendo tu punto de vista —declaró la princesa.
—¿Hmn…?
—Soy una ancestro con muchos años de antigüedad, he visto y luchado en muchas guerras, y sé bastante sobre estas. Sé que un romance establecido nos traerá muchos problemas, más problemas de los que ya tenemos y, peor aún, si nos descuidamos, podría ser la causa de nuestro fracaso, o de nuestra muerte.
—Y esto no es un juego, realmente vamos a ir a una guerra donde cualquiera de nosotros puede morir —respondió Shirou.
La ancestro asintió—. Ya que tú ya has llegado a esta conclusión, tampoco actuaré con sutilezas, si fueras más fuerte, podríamos intentar seguir adelante; pero por ahora, eso no es viable. —Luego, ella sonrió—. He esperado muchos siglos para poder conseguir mi objetivo, puedo esperar un poco para obtener a quien quiero. Así que, vuélvete fuerte, para que así seas digno de mí, tonto.
—¡HMN! —refunfuñó la maga—. Ella quiere decir que te que volverás más fuerte para que nosotros dos podamos estar juntos —Interrumpió Manaka. «¿Digno de ti? Ya quisieras, la única razón por la que sigues a viva es porque he decidido ganarte sin tener que asesinarte».
Shirou asintió decisivamente—. Lo haré. Les haré esperar un poco, pero, prometo que estaré a la altura. Y una vez que lo este, cuando esté seguro que comenzar una relación es realmente posible y no simplemente una apuesta con altas probabilidades de acabar en un desastre, entonces podré darles una verdadera respuesta a vuestros sentimientos.
Altrouge y Manaka se miraron por unos instantes y fruncieron el ceño, a ellas dos todavía no les agradaba el hecho de que Shirou no escogiera a una de las dos todavía, mucho menos que tuvieran que esperar para saber su elección; sin embargo, ahora entendían el razonamiento del chico.
La guerra a la que iban a entrar no era un juego de niños, a pesar de lo poderosas que ambas eran, si se tenían que enfrentar a todos los demás poderes que habitan el mundo, más a seres poderosos del pasado, ¿podían garantizar que saldrían victoriosas? ¿Podrían garantizar que no morirían? Ellas sabían la respuesta, y no era solo eso, ¿Qué pasaba si la persona a la que amaban y con la que mantuvieron una relación tan apegada moría en mitad de la guerra? ¿Podrían seguir luchando? Manaka sabía que no, y Altrouge tenía una gran incertidumbre en su corazón.
En resumen, llevar ese tipo de sentimientos a una guerra era un riesgo muy grande, demasiado grande para correrlo. Y, si bien para ellos esto era inevitable, pues dichos sentimientos ya existían, podían minimizar el daño que estos podrían causar en un futuro. Un ejemplo de lo que podría llegar a ocurrirles por llevar sentimientos a una guerra por el santo grial, fue lo que le ocurrió al anterior Lord El-Melloi, que si no hubiera llevado a su prometida, hubiera tenido más oportunidades de sobrevivir.
Esto no era un cuento de hadas, y ellos no eran los elegidos por el destino para triunfar, cualquiera podría llegar a morir, y ellos tenían que asegurarse de tener la suficiente determinación y fuerza para no morir y avanzar incluso si esto pasaba.
—Entonces, de ahora en adelante, volveré a mi viejo dormitorio. Ustedes pueden quedarse en el taller Marbury… O, si quieres Altrouge, puedes volver a dirigir tu facción hasta que llegue el momento de la guerra… —dijo el chico.
Después de que estas palabras salieron de su boca, las dos mujeres lo miraron como si no entendieran la estupidez que estaba diciendo.
—¿De qué demonios estás hablando, idiota? —preguntó la princesa del crepúsculo.
—B-Bueno, si continuo estando siempre a vuestro lado, entonces no podré...
—¿Valerte por ti mismo? —le interrumpió Altrouge, a lo que él asintió—. Idiota, te has estado valiendo por ti mismo todo este tiempo. Tampoco te menosprecies, no debes dudar de lo que has logrado. Además, Shirou, llevar sentimientos románticos a una guerra es sin duda un riesgo; sin embargo, contener y reprimir dichos sentimientos no es menos riesgoso.
Manaka asintió—. Shirou, sé que eres terco; pero Merlín y Bedivere hicieron un gran esfuerzo para dejarte muy claro que debías hacer en este tipo de situaciones, ¿no es así?
—¿Eh? —se preguntó el chico.
—Recuerda lo que te dijeron: cuando la carga sea muy pesada, apóyate en aquellos en quienes confías, ¿No es así? Si no nos permites ayudarte en este momento, ¿entonces, cuando lo harás?
—P-Pero entonces…
—Podemos ayudarte a fortalecerte —le calló Altrouge—. ¿Qué acaso no le hemos hecho ya? Además, desde que me di cuenta de este problema, he buscado formas de ayudarte —Luego ella sonrió—. Y se me han ocurrido algunas cosas que sin duda te interesarán…
Manaka sonrió con confianza—. Shi-kun, no necesito volver a decirte quien soy, ¿verdad? ¿Quién más que yo, puede ayudarte a fortalecerte?
—¿Entonces, seguiremos simplemente así? —se preguntó el chico.
La dos chicas fruncieron el ceño, al final, fue Altrouge quien habló.
—Por ahora, sí. No formalizaremos relaciones para minimizar los riesgos; pero tampoco pienso contenerme, nunca ha sido mi forma de ser. Supongo que, hasta que hayamos cumplido con nuestro objetivo, cuando ya no haya peligro y te hayas hecho lo suficientemente fuerte como para que Lorelei, la asociación, la iglesia, o quien sea, se lo piensen dos veces antes de intentar matarte, entonces veremos qué hacer. Pero, nos guste o no, este es el camino más seguro para cumplir con nuestro objetivo, ya tenemos suficientes problemas para aumentárnoslos entre nosotros.
Manaka tenía el ceño fruncido y sus puños estaban apretados—. Shi-kun, no soy una apóstol o un medio incubo con cientos de años de antigüedad, si bien puedo entender el punto de vista más libertario que estos tienen, eso no significa que esté de acuerdo o que me agrade; pero tampoco soy tan inmadura como lo era hace unos años. No me gusta esto, porque mi objetivo es que seas solo mío, pero no voy echarlo todo por la ventana cuando sé que, si no ganamos, no tendremos un futuro juntos, así que, por ahora, esto es con lo que tendremos que lidiar…
—¡Pero yo no estoy de acuerdo! —Para sorpresa de las dos, fue el pelirrojo quien se opuso—. ¡Una relación como esta puede lastimarnos en un futuro, tal vez incluso arruinar nuestras relaciones, y… —Shirou bajó su cabeza—. Kiritsugu una vez me dijo, "los niños que hacen llorar a una niña terminarán en ruinas." Y yo no quiero hacerles daño…
Manaka suspiró, generalmente, ella nunca lo lastimaría por su propia voluntad, pero ahora tendría que destruir un poco la imagen de su padre para que él pudiera avanzar—. Shi-kun, ¿confías en mí?
El chico asintió.
—Entonces tendrás que creerme cuando te digo que, mientras tu padre estaba casado y con una hija, mantenía relaciones demasiado cercanas con su estudiante y compañera.
Esto sorprendió en gran medida—. ¿¡Qué!? Eso es imposible, ¡Kiritsugu nunca…!
—Lo hizo porque tenía que hacerlo… —le aclaró Manaka—. Porque tendría que sacrificar a su esposa para cumplir con su objetivo, era una preparación mental para ese momento… Ambos sabemos cómo terminó eso, y no te estoy diciendo que no sigas las enseñanzas de tu padre, pero todo lo que estamos haciendo es una apuesta, y quien no arriesga no gana. Tal vez Kiritsugu no logró cumplir su objetivo, pero tuvo la determinación para hacer lo que él creía necesario para cumplirlo —Manaka no pudo evitar mostrar un poco de molestia—. Incluso si eso no era lo más moralmente correcto en una relación…
—Shirou, en cualquier tipo de relación te lastimas de vez en cuando, a veces incluso estas pueden llegar a arruinarse. Nada es seguro, una relación es como un proyecto donde ambas personas invierten con la esperanza de que funcione y de frutos, pero eso no garantiza que lo haga. He visto muchas relaciones terminar de forma horrible, pero también he visto a muchas sobrevivir al paso del tiempo. Para mí, una relación fuerte no es esa donde nunca resultas herido, en cambio, es una donde, a pesar de las heridas, ambas partes hacen todo lo que está en sus manos para mantenerla porque creen que vale la pena seguir invirtiendo en ella. Una relación fuerte es una donde, a pesar del dolor, los participantes están dispuestos a seguir juntos, a mejorar para no volver a lastimarse de la misma forma, a ser mejor por el otro —mostró Altrouge su punto de vista.
A la maga no le gustaba estar de acuerdo con la apóstol, pero en un momento como este, no podía evitar dejar que sus jóvenes fantasías tomaran vuelo—. Shi-kun, si estas preparado para amar, también debes estar preparado para ser herido. Yo lo estoy, así que, no importa cuánto puedas herirme, mientras ambos estemos dispuestos a intentarlo, te seguiré amando sin ningún reparo. —Luego, ella esbozó una sonrisa entre cínica y bastante malhumorada—. Además, considerando lo que sucedió en el laberinto, formalizar una relación ahora nos traería problemas inmediatos, ¿verdad…?
La princesa se giró y le preguntó confusa—. ¿A qué te refieres?
Sabiendo que esto solo perjudicaría a su amado, ella se lo guardó—. Lo sabrás con el paso del tiempo, probablemente…
Altrouge entrecerró sus ojos. Ella se giró hacia el chico—. Me lo vas a explicar más tarde…
—No las voy a convencer de lo contrario, ¿verdad? —preguntó el chico.
—No. —declaró Manaka firmemente—. No voy a dejarte ir a menos que me rechaces realmente porque no tienes ningún tipo de sentimiento por mí.
—Por supuesto que no, ya me he decidido a hacerte mío, cúlpate a ti mismo por enamorarme. Si quieres exigir, vuélvete lo suficientemente fuerte como para hacerlo. Además, me debes una cita —contestó Altrouge.
—¿Eh? ¡Espera, Shi-kun! ¿¡Por qué le debes una cita a la chupasangre!?
La princesa sonrió y comenzó a burlarse—. Te estás quedando atrás… Bueno, nunca estuviste a mi nivel para empezar.
Manaka cerró los puños y sonrió con "dulzura"—. ¿Quedarme atrás? ¿Quién crees que es la única mujer a la que él ha visto desnuda?
Ella se había estado guardando esto para un momento especial…
Altrouge no le prestó mucha atención a su provocación—. Él también me ha visto así a veces, ¿recuerdas que estuvimos medio año viviendo juntos en un mismo apartamento?
—¿Ohhh? ¿En serio? ¿Totalmente desnuda, como a mí? —sonrió la chica mientras se burlaba—. ¿Con tú arriba y él abajo?
Altrouge frunció el ceño e, inmediatamente, se giró hacia el chico—. ¡Shirou espli-… ¿Eh? ¿¡Donde está!?
Manaka ocultó su sonrisa con una de sus manos—. Creo que deberías tener a tu sabueso con una correa más corta… Parece que puede ser un poco desobediente de vez en cuando…
Altrouge la miró reprimiendo su ira—. ¡Fou, traidor!
A partir de ese día, Fou se vio obligado a comportarse como un cachorro ejemplar para así aplacar la ira de su maestra. Sin embargo, a sus ojos, todo valió la pena, pues a partir de ese día sus raciones de comida fueron el doble de grandes...
Shirou llegó acompañando al lord hasta su despacho, Waver se sentó en la silla al frente de su escritorio.
Generalmente, él no hacía este tipo de cosas, era un profesor y se preocupaba por sus alumnos sí, pero no al punto de buscar a sus estudiantes para reunirse y conversar sobre problemas que no tenían que ver plenamente con sus lecciones o con la magecraft en general. Porque sí, a pesar de que Waver lo había ido a buscar y lo había traído hasta aquí con la excusa de ayudarle con sus problemas en magecraft, su verdadera intención era descubrir qué demonios le pasaba a su estudiante.
Waver suspiró, ahora que estaba poniendo un mayor empeño en su papel como profesor, se fijó aún más en sus estudiantes y, aquellos quienes llamaron más su atención y le preocuparon, fueron, precisamente, aquellos que lo acompañaron en el laberinto, Gray y Shirou.
Para su sorpresa, aquella chica quien siempre le acompañaba y, al menos a sus ojos, era bastante fácil de leer para él, se convirtió en un acertijo bastante complicado de resolver. Algo pasó en el laberinto, algo que hizo que Gray cambiara una vez más. A Waver le agradó que, con el paso del tiempo, la chica comenzara a abrirse con respecto a los demás, y no solo eso, también pudo observar como la chica obtenía más confianza en sí misma, el hecho de que ella ya no llevara su capucha, era una prueba de ello. Sin embargo, después de lo que sea que ella experimentó en el laberinto, algo había cambiado una vez más y, si bien a él no le parecía malo este cambio, considerando su conversación con el joven rey de los héroes, esto le preocupaba, pues Gray le había pedido que le recomendara libros de magecraft, y había empezado a practicar y repasar sus lecciones con mucho ahínco. En pocas palabras, la chica se estaba preparando para algo, y él creía saber que era esto…
Y Shirou había tomado un curso de acción similar, el chico siempre había sido trabajador, eso él no lo podía negar, pero tampoco lo había visto trabajar constantemente en su magecraft hasta el punto donde, literalmente, alguien tenía que ir a sacarlo de su taller, de la biblioteca, o de donde sea que el chico estuviera trabajando. Afortunadamente, no se estaba alejando de sus compañeros o conocidos, de hecho, si él fuera un profesor normal de la torre del reloj, incentivaría esta perseverancia y no se preocuparía por los motivos de su estudiante; sin embargo, él no era un profesor común en la torre.
—Bien, ¿sobre qué estás investigando? —preguntó el lord.
—Sobre cómo se utilizan los elementos… —respondió el chico.
Esto extrañó al lord—. Ya que tu elemento y tu origen son el mismo, espada, no posees una alineación con ninguno de los 5 grandes elementos, ¿no fue por eso que comenzaste a estudiar runas?
Shirou asintió—. Sí, lo sé, pero quería saber si había al menos una forma de que pudiera usar los hechizos elementales básicos. Desgraciadamente, no encontré nada…
Waver frunció el ceño, luego sacó un libro de su estantería—. No encontrarás un método que te lo permita, al menos, no aquí.
Esto llamó la atención del pelirrojo—. Si no aquí, ¿Entonces dónde?
—Aunque fue durante poco tiempo, cuando viajé a Japón para participar en la cuarta guerra del santo grial, aproveché para investigar el sistema taumatúrgico de los países orientales. En general, Japón mantiene los cinco elementos que enseñamos en la torre del reloj; sin embargo, hay una diferencia.
—¿Cuál…? —preguntó el chico.
—Vacío…
—¿El vacío? Pero a nosotros también no enseñan sobre el vacío, usted mismo nos ha enseñado sobre este en sus clases.
Waver asintió—. Sí, pero el concepto del vacío en Japón es un poco diferente, en su caso es el concepto literal de ausencia de materia en un espacio limitado, a diferencia de nosotros, que lo tomamos como la energía mágica artificial que forma la base de la hechicería moderna. De hecho, su concepto de vacío es mucho más similar al elemento hueco de los números imaginarios, que a lo que nosotros enseñamos como el vacío.
—Entiendo… ¿pero, el vacío puede ayudarme de alguna forma?
—Tal vez, pero no es sobre el vacío sobre lo te quería hablar. Si bien Japón tiene casi iguales todos los elementos, también aceptan, hasta cierto punto, otro orden de elementos, estos provenientes de china, y son considerados con bastante importancia también en Japón.
—Supongo que estos son diferentes a los originados en Arche, ¿no es así?
Waver asintió—. Sí. Los cinco elementos reconocidos por el sistema taumatúrgico chino son los siguientes: madera, fuego, tierra, agua… y metal.
Ante la mención del último elemento, a Shirou le brillaron los ojos.
Waver sonrió—. Veo que entiendes lo que quiero decir. Tal vez utilizando el sistema taumatúrgico enseñado aquí seas incapaz de acceder a magias elementales; sin embargo, tal vez con el sistema taumatúrgico chino sea diferente. Además, tengo entendido que hay varias relaciones entre los cinco elementos en el sistema taumatúrgico chino; sin embargo, no soy un experto en este, tendrás que preguntarle a alguien que sepa más.
—Planeo realizar un viaje a Japón en unas semanas, ¡creo que podría utilizarlo para investigar más sobre esto! —mintió el chico. Si bien planeaba realizar ese vieja, ¿para que necesitaba preguntarle a alguien más, teniendo a Manaka como profesora?
Esto extrañó al joven Lord—. Un viaje a Japón, Tohsaka me informó que no podría asistir a mis clases durante un tiempo ya que regresaría a su casa momentáneamente. ¿Piensan viajar juntos?
—Sí… —por un momento Shirou se preguntó si debía preguntarle al lord sobre lo que estaba planeando. En los años que había estado recibiendo clases con él, el pelirrojo entendió que Waver era un hombre que entendía a los magus convencionales, pero que no seguía al cien por ciento la forma de pensar de estos y, sobre todo, él empezó a creer que el lord era un hombre digno de confianza, así que, finalmente tomó una decisión—. Profesor, hay varias razones por las cuales tengo que regresar a Japón, una de ellas es porque planeo buscar a Aozaki Touko.
—¿¡A-A esa mujer!? —preguntó Waver, la impresión que el joven lord tenía sobre la extraordinaria magus era bastante fuerte. Él sabía bien lo peligrosa que ella podía llegar a ser después de haberla conocido durante el caso de las princesas gemelas de Iselma. Sin embargo, se tranquilizó rápidamente y habló claramente con su estudiante—. ¿Es totalmente necesario que la busques?
Shirou asintió—. Es por algo importante. Ya que usted la conoció, ¿podría decirme como es ella?
Waver suspiró, había visto esa mirada en su estudiante varias veces, no lo iba a conseguir convencer de que no lo hiciera—. Shirou, toma esto.
—¿Hmm…? —Shirou tomó lo que su profesor le estaba ofreciendo—. Esto es… ¿Una caja de cigarros?
—Devuélvesela por mi cuando la veas. He pensado en votarla varias veces, pero si algún día me llego a encontrar con ella otra vez y me pide que se la devuelva… bueno, prefiero no saber que podría hacer si no la tengo…
—¿Esto es de Aozaki?
Waver asintió—. Probablemente la reconozca, su firma mágica todavía está ahí, aunque débil. Supongo que el tener un Od tan poderoso es uno de los beneficios de tener unos circuitos mágicos de una calidad tan absurda… Dásela y dile que eres mi estudiante, tal vez esté más dispuesta a escucharte con eso.
Shirou asintió y sonrió—. Gracias, con esto y con la carta de Lord Valualeta pienso que al menos tendré una oportunidad para que se interese en ayudarme…
—Bien, ahora que hemos acabado con este tema, hay algo más sobre lo que quiero hablarte…
—¿Hmm…? ¿Sobre qué?
—Cuando realizamos el informe sobre las cosas que sucedieron en el laberinto… Ocultaste cosas, ¿verdad?
Shirou esbozó una pequeña sonrisa—. Bueno, es natural para los magus tener sus misterios ocultos, ¿no es así, profesor?
Waver no pudo evitar sonreír secamente, aquel chico que en un principio no podía mentirle ni a una pared, ahora tenía cierta experiencia en decir medias verdades y medias mentiras, al mismo tiempo en que desviaba la conversación de su objetivo—. Me alegro que estés mejorando en este aspecto, te servirá para sobrevivir en nuestro mundo, pero me gustaría que no intentaras ocultarle cosas a la persona que quiere ayudarte…
Shirou bajó su mirada durante unos instantes—. Usted tampoco informó sobre todo lo que sucedió dentro del laberinto, ¿no es así, maestro?
Waver sonrió—. Bueno, es tal y como dijiste, es natural para los magus tener sus secretos ocultos… Sin embargo, creo que en este caso, es mejor que ambos conozcamos toda la información posible sobre lo ocurrido en el laberinto…
Shirou se lo pensó durante unos instantes, si le contaba todo, tendría que revelarle la existencia de la guerra por el santo grial. Él sabía que el Lord ya debería haber averiguado que una nueva guerra iba a ocurrir, culpa de Kurou Adashino. Una vez que regresó a la torre del reloj, después de lo ocurrido en el territorio Einzbern, había investigado todo lo posible sobre este nombre, cuál fue su sorpresa cuando se enteró que Kurou era, de hecho, doctor Heartless y, a partir de ahí, unir las pistas que él les había dejado y entender las razones del hombre fue bastante sencillo.
Shirou suspiró, no quería involucrar a su maestro; pero él ya estaba involucrado y solo era cuestión de tiempo para que se enterara de toda la historia. Así, el chico se decidió y, finalmente, sacó un pergamino de vitela—. Profesor, no es que no confié en usted; pero la información que me pide revelar es extremadamente peligrosa y confidencial. Si quiere conocerla, necesito que firme esto…
Waver alzó una ceja. «¿Un contrato de auto-geis». El lord estuvo a punto de informarle al chico que estos no podían ser utilizados por él, ya que estos necesitaban que las dos personas tuvieran una cresta mágica para funcionar, y él había perdido la suya al darla de garantía a la familia El-Melloi. Sin embargo, después de analizarlo un poco, se dio cuenta de que este no era un contrato de auto-geis, o al menos, no uno corriente, este no conectaba su cresta, pero sí sus circuitos mágicos. El contrato ponía una maldición, un candado, en su "conciencia y subconciencia", de modo que no pueda revelar nada de esta información y, en el caso de que este candado fuera roto de alguna manera, el contrato obligaba a sus circuitos mágicos a activar una segunda maldición, esta provocaba un borrado de memoria sobre toda la información clasificada. El contrato estaba muy bien estructurado, y las maldiciones eran en extremo potentes, violar el candado sería extremadamente complicado, y la maldición de borrado de memoria era increíblemente potente y de acción inmediata.
—¿Tú hiciste esto? —preguntó Waver curioso.
Shirou negó con la cabeza—. No, solo conozco a alguien…
Waver dudó durante unos instantes, pero, al analizar la forma de actuar de su alumno, supo que esta información debía de ser en extremo importante. Después de sopesar sus opciones, Waver concluyó que, firmar el contrato, a pesar de los riesgos, valdría la pena, así que terminó firmándolo con su sangre.
Shirou estuvo a punto de firmarlo también; pero Waver se lo impidió, él no sabía que era lo que Shirou iba a revelarle; pero no creía que lo que él le revelaría fuera tan importante; además, también serviría como una forma de aumentar la confianza de su estudiante en él.
Waver fue el primero en comenzar, él le contó sobre su encuentro con el joven rey de los héroes, así como el cómo este le había advertido sobre lo que sea que iba a pasar. También le reveló que Gil le había advertido que serían sus estudiantes quienes se encargarían de lidiar con esto, y que él debía prepararlos lo mejor que pudiera.
Puede que Waver, debido a la falta de información, no fuera capaz de encajar todas las piezas; pero Shirou, que si conocía más, unió las partes con bastante facilidad. Ahora la conversación que había tenido con el joven rey de los héroes obtuvo un nuevo significado…
Shirou se levantó con dificultad, a su lado, hasta hace solo algunos segundos, había estado el eterno comandante. Después de salvarle la vida, este había quedado muy malherido y, debido al agotamiento del Od de su maestra, él no pudo mantenerse mucho tiempo más…
Antes de que desapareciera, tuvo una última conversación con Gray, Shirou no sabía sobre que habían hablado, pero la sonrisa y las lágrimas de Bedivere le dijeron que este se marchaba sin ningún arrepentimiento. Antes de que este se difuminara en el aire, Shirou le agradeció por salvarle la vida, y él le pidió que, por favor, recordara la conversación que ambos habían tenido.
Ahora él caminaba por la habitación a un ritmo lento y a paso pesado, gran parte del piso, sino todo, había sido destruido en la batalla contra Fenrir. Antes de desaparecer, Merlín les había informado que el santo grial dentro del laberinto había desaparecido, y que por eso él también iba a desaparecer pronto. También les informó que, probablemente, no se volverían a ver, pues, a medida que pasaba el tiempo, el reverso del mundo se alejaba cada vez más de la superficie y, si bien él siempre los estaría observando y velando por ellos, era poco probable que pudiera comunicarse tal y como lo había estado haciendo con Shirou hasta ahora.
Tanto Gray como él le agradecieron por todo lo que había hecho por ellos, Shirou no sabía que habían hablado el mago de las flores y su compañera, pero parece que había sido algo importante para la sepulturera. Así, el mago de las flores dejó la que, tal vez, sería su última huella en la historia de la humanidad, una que pocos conocerían.
En este momento, Shirou estaba intentando encontrar a su hermana y a su profesor, una vez que se hubieran reunido, esperarían a Gray y, luego, descenderían hasta lo más profundo del laberinto donde, con suerte, encontrarían una salida de este.
Shirou estuvo a punto de derrumbarse, estaba totalmente agotado, se había llevado a sí mismo a sus límites. Y sus circuitos mágicos ardían y le quemaban…
—¿Ups? ¿Estás bien?
Shirou bajó su mirada para observar a un joven chico rubio, por su voz, el pelirrojo pudo darse cuenta que era la misma persona con la que había hablado antes—. ¿Archer?
Gil sonrió—. Rápido de percepción, eso es bueno, me ahorrará trabajo.
—¿Hmm? —Shirou se mostró confundido, sin embargo, no se lo pensó mucho. Luego, se dio cuenta de algo—. ¡Oh! Cierto, te lo regreso, gracias por prestármelo.
Shirou sacó de uno de sus bolsillos imaginarios el prototipo del casco de hades. Él supuso que este desaparecería en el momento en el que el sirviente desapareciera, así que no veía el sentido de intentar conservarlo. Tampoco es que fuera el tipo de persona que le robaría sus tesoros a otros, aunque, le hubiera gustado poder estudiar más a fondo la reliquia.
Gil sonrió tomándolo de vuelta y guardándolo de nuevo en su bóveda—. Gracias, probablemente no seas capaz de proyectarlo debido a la alineación de tu origen y elemento. Sin embargo, te daré una pista… si bien no puedes hipotetizar su estructura básica, deberías ser capaz de juzgar el concepto de su creación, lo que hagas con este, depende de ti. ¿Entiendes?
—¿Hmn? ¿Cómo es que sabes…?
Gil sonrió—. No importa, no importa. No tengo mucho tiempo, mi acción independiente de rango A me permite mantenerme durante una semana aproximadamente; sin embargo, creo que esto podría hacer enojar a mi otro yo.
—¿Tu otro yo? —preguntó el chico.
—Es algo que averiguarás con el paso del tiempo —dijo Gil con el ceño semi fruncido—. Sabes, al principio creí que fui invocado para ampliar tu arsenal mostrándote mi bóveda. Pero, después de observar este mundo, de descubrir varias cosas, me he dado cuenta de que ese no es realmente mi propósito, ya hay alguien que puede ayudarte con eso, yo debo hacer otra cosa.
—¿El qué? —preguntó el chico todavía mostrándose dudoso.
—Decirte lo que él no te dirá. Lo entenderás en el futuro, así que solo escucha por ahora. —Gil tomó un poco de aire—. Mi otro yo ha alcanzado el punto cúspide de nuestra vida.
—¿Tu punto cúspide?
Gil asintió—. Mi punto cúspide, si tuviera que definirlo, solo duró un momento, un bello y efímero instante: antes de convertirme en un sabio, pero después de haber acabado con mi tortuoso viaje en busca de la inmortalidad, justo después de haber alcanzado mi realización.
—No entiendo… —dijo el chico confundido.
Gil sonrió—. Tranquilo, lo harás. En otros mundos él tomó la hierba de la juventud para vivir en la edad moderna sin causar problemas; pero, en este, tomó un camino diferente. Mi otro yo no tomó la hierba y, en cambio, decidió ver su reino, viajó por el mundo y, después de esta varios años, comenzó a hacerse preguntas.
—¿Qué preguntas?
—Sobre si lo que decidió era lo correcto. Poseemos un tesoro heroico llamado, Sha Naqba Imuru, generalmente, mi otro yo lo mantiene restringido intencionalmente; sin embargo, después de ese viaje, optó por utilizarlo y, al hacerlo, obtuvo una sabiduría similar al que alguna vez alcanzaría en un futuro. Desgraciadamente, a pesar de todo el conocimiento que obtuvo, esto no lo libró de sus dudas, de hecho, las acrecentó. Pero lo que sí hizo fue hacerle alcanzar ese punto cúspide.
—¿Y cuál es el problema con esto?
—El problema fue la decisión que tomó. La pregunta que se hacía era, si fue lo correcto confiarle el futuro a la humanidad viendo su estado actual; sin embargo, la respuesta que obtuvo no fue la que esperaba. Aun así, él decidió darle una última oportunidad a la humanidad, y por eso va a comenzar un juicio.
—¿Un juicio? ¿Qué es lo que se decidirá?
—El futuro de la humanidad. A través de este juicio él piensa obtener la respuesta definitiva. El ver si el potencial de la humanidad que descubrimos hace tantos siglos todavía no se ha desvanecido. —Gil se alejó—. En la actualidad, son pocos los humanos que poseen la capacidad para intentar darle una respuesta, y él no aceptará una respuesta de nadie más que de aquellos que viven en esta era, incluso los antiguos espíritus que personifican en muchos casos el potencial de la humanidad, no significan nada para él al tomar esta decisión.
—Si me estás diciendo esto… ¿Soy una de esas pocas personas?
Gil asintió—. Sí. De hecho, eres una de las personas con más probabilidades de lograrlo, porque ya… No, considerando que todavía no es 2004, debería decir que es porque lo vas a vencer en muchos otros mundos. —Luego, él se mostró serio—. No obstante, te advierto, utilizar su orgullo como un arma no funcionará de forma tan efectiva como con sus otras versiones; porque, el yo que ha alcanzado la cúspide, sin duda alguna, es la versión más poderosa del rey de los héroes.
—Pero, no entiendo, ¿cómo sabré quien es tu otro yo y cuando enfrentarlo? ¿Y por qué?
—Ya sabes quién es, no puedo ver el pasado, pero mi yo actual tiene expectativas en ti, así que estoy seguro que ya se han encontrado antes. Conociéndolo, y conociendo tu sueño, probablemente se enojó cuando vio el estado de Merodach; pero estoy seguro que después se alegró ya que tienes un sueño con tan pocas probabilidades de hacerse realidad y, aun así, trabajas duro para alcanzarlo. En cuanto a cuando, ya te lo dijo Merlín, ¿no es así? Todo se reúne en un mismo lugar. Y ya sabrás el por qué…
Pequeños brillos comenzaron a rodear al chico—. Creo que es mejor que me vaya, lo he hecho enojar bastante. No obstante, antes de irme, déjame recomendarte una última cosa: Investiga sobre Enkidu, él guiará tu camino.
Gil cerró sus ojos, «Espero que sean capaces de lograrlo…». Y, con este último pensamiento, el joven rey se desvaneció dejando al pelirrojo muy confundido.
Shirou suspiró, le dolía la cabeza; pero finalmente había armado el rompecabezas. Ahora entendía quién era el chico, quien era aquel rey que se encontró antes de rescatar a su hermana y, más o menos, infería que este iba a hacer acto de presencia en la guerra y que, además, tenía algo planeado que podría poner en peligro a la humanidad. Básicamente, ahora tenía a un enemigo más, y uno muy poderoso también. Como si ya no tuviera suficientes…
—¿Quieres uno? —preguntó Waver, su maestro le estaba ofreciendo un cigarro. Probablemente, Waver no lo hubiera hecho antes, pero, considerando que su alumno ya estaba cerca de la edad adulta, y que parecía como si lo hubieran golpeado con un martillo en la cabeza, él decidió ofrecerle uno.
Normalmente, Shirou lo rechazaría, pero ahora estaba comenzando a entender porque demonios Kiritsugu fumaba desde tan joven. El chico tomó el cigarro y usó una runa para encenderlo, en este momento, solo quería desestresarse—. Profesor…
—¿Sí? —respondió el lord.
—Creo que será mejor que tome un cigarro desde el comienzo, la historia es larga, y no creo que uno solo sea capaz de calmarlo después de que termine de contarla.
Waver alzó una ceja, pero asintió, tomó un cigarro y Shirou comenzó a contar lo que, él creyó, era necesario que su profesor conociera.
Había pasado alrededor de una hora y media cuando Shirou terminó. Él no le había contado toda la historia a Waver, pues no consideraba necesario, ni oportuno, que Waver conociera, quien era Rouge, cuál era el secreto de Manaka, o cosas más tontas como la burlas de Merlín. Sin embargo, no se detuvo solo ahí, sabía que su maestro averiguaría sobre la guerra tarde o temprano, probablemente ya tenía la mayor parte del rompecabezas armado, y él consideró que dejarlo ir a ciegas sería muy peligroso.
Cuando terminaron, todo el despacho del lord estaba cubierto por el humo. Los cigarros habían desaparecido de la caja a una velocidad aterradora, y los dos había estado tan metidos en la conversación que no se habían tomado la molestia de abrir las ventanas.
¡Cof! ¡Cof!
Alguien abrió la puerta—. ¿D-Disculpe, maestro? ¿Por qué hay tanto humo dentro del despacho?
Gray entró a la habitación y lo primero que hizo fue abrir las ventanas del despacho. Una vez que el humo dejó la habitación pudo ver a su maestro con una mano en su cabeza, cubriéndole el rostro, encorvado, casi como si estuviera a punto de rogarle a algún dios. Por otro lado, observó a su compañero de clase apostado contra una pared, ella frunció el ceño ligeramente al verlo con un cigarro en la boca.
Shirou lo notó y sintió la imperiosa necesidad de arrojarlo.
—Lady… ¿Necesitas algo…?
Ella se sorprendió, no es como si fuera la primera vez que veía a su maestro de esta forma, pero era la primera vez que lo veía tan concentrado en algo—. S-Sí, quería saber se podría aclararme algunas dudas…
Waver se sobó la sienes—. Discúlpame lady, pero en este momento no creo ser capaz de evaluarte correctamente, ¿crees que puedas venir más tarde? —Aunque algo preocupada, ella asintió. Luego, el lord se giró hacia el pelirrojo—. Shirou…
—¿Sí…?
—Hablaremos más tarde… Necesito analizar toda esta nueva información.
El pelirrojo asintió y se preparó para salir del despacho, al ver como su compañero se retiraba y que su maestro parecía querer estar solo, Gray también salió de su despacho. Finalmente, Waver se quedó solo dentro de este…
El joven lord suspiró, ahora entendió el significado de la conversación con Gil, ahora entendía lo que Heartless estaba planeando, ahora entendía lo que les deparaba el futuro. Y, si lo que les dijo Gil era verdad, entonces, entre los protagonistas de la siguiente guerra, estarían varios de sus alumnos, y la supervivencia de estos dependería de su instrucción. Waver sacó un cuaderno en blanco de su escritorio, cuando Gray se mostró realmente interesada en aprender magecraft, él le diseñó un pequeño plan de estudio; pero ahora sabía que eso no sería suficiente, el Lord era considerado uno de los mejores conferencistas de la torre, y un maestro con la capacidad de sacer todo el potencial de sus alumnos, y ahora tendría que demostrarlo, porque de esto dependerían sus vidas. Gray, Shirou, y Rin, serían los primeros en los que él se concentraría, porque estaba seguro que estos tres estarían involucrados de alguna manera en la guerra.
Con una resolución firme, el joven lord comenzó su trabajo.
Por otro lado, Gray y Shirou caminaban por uno de los pasillos de la institución, entre ellos había un extraño silencio. Ninguno de los dos podía decir que este fuera incomodo; pero un poco extraño, como si ambos quisieran romperlo de alguna manera.
Shirou observó de reojo a su compañera, él pudo ver los cambios que ella había sufrido desde que la conoció. El más evidente era que Gray no utilizaba su capucha en la actualidad. Habían pasado ya más de dos años desde que se conocieron, y él había visto cambiar a la chica durante este tiempo, el mayor cambio de hecho, se había dado hace poco más de un mes.
Hace algunos años, Svin la había descrito como alguien que no se encontraba a gusta con los vivos y, si bien eso seguía siendo cierto hasta cierto punto, también era verdad que, siempre que fueran personas conocidas, Gray se había mostrado mucho más abierta y segura de sí misma. Era obvio que la confianza de la sepulturera había aumentado con el tiempo, y parece que después de la incursión en el laberinto esto solo se había fortalecido. Aun así, era obvio que Gray todavía no había hecho totalmente las paces con su pasado, el hecho de que cubriera los mechones dorados que había obtenido en el laberinto debajo de su cabello grisáceo era prueba de esto.
Por otro lado, Gray también observó de reojo a su compañero, esperando que este no la notara. Ella también se asombró al ver la apariencia de Shirou, él no se veía diferente de como entró en el laberinto, y eso era lo sorprendente, porque cuando lo volvió a ver, cuando todos salieron del laberinto, el cabello rojizo de Shirou había sido adornado por unos pocos mechones de cabello blanquecino. Parecía que ella no era la única que no estaba totalmente a gusta con su cambio de apariencia. También su piel estaba muy ligeramente bronceada, aunque las personas solo se darían cuenta si se fijaran bien. Gray frunció el ceño, ella observó el cigarro entre los labios de su compañero, no le gustaba, era una de las cosas que ella y lady Reines habían intentado hacer que su maestro abandonara, desgraciadamente, no lo habían logrado. Por un momento, sintió la necesidad de arrebatárselo, pero su timidez usual se lo impidió; sin embargo, cuando estaba a punto de rendirse y pasarlo por alto, parte de la conversación que había tenido con el mago de las flores surgió desde sus recuerdos.
Allí se encontraban ambos, Merlín con su misma sonrisa que no mostraba ni las más mínima preocupación, y Gray, por su lado, tenía el ceño fruncido, y una expresión que denotaba preocupación.
El mago de las flores le había revelado algunos de los secretos de este mundo a la joven guardiana de tumbas. Específicamente, le contó sobre todo lo relacionado con los planes de doctor Heartless, sobre la guerra del santo grial y la Moon Cell, y sobre lo que significaría esto para el mundo. Por supuesto, también le contó sobre el estado actual del mundo y sobre lo que podría pasar si no se usaba la Moon Cell para sanarlo. Además de los planes que él tenía para ella…
Gray tenía la cabeza hecha un completo revoltijo, a penas y podía seguirle el paso a la explicación del mago. Así que ella intentó organizar sus pensamientos…
«Entonces, la guerra en la que mi maestro quiere entrar… ¿Es esta?». Pensó ella muy preocupada. Si lo que el mago le había dicho era cierto, entonces la guerra en la que su maestro se internaría estaba varios niveles por encima de la que ellos habían vivido. Gray si veía así misma aterrada, ella siempre criticaba mentalmente este aspecto de su maestro, a sus ojos, él no debía participar en una guerra, era simplemente demasiado peligroso para alguien con las habilidades de su profesor. Si bien él había logrado sobrevivir a la cuarta guerra del santo grial, dudaba mucho que el mismo milagro sucediera dos veces.
Por otro lado, también se enteró de que Shirou estaba obligado a participar debido a su hermana. Ella estaba también preocupada por esto, si bien podía dar fe que las habilidades de su amigo le permitirían sobrevivir en una guerra de mejor forma que su maestro, a ella nunca le había gustado esa forma en la que Shirou se arrojaba hacia a peligro de una forma casi suicida. Cada vez que él lo hacía, ella se preocupaba en gran medida, incluso con Avalon, ella no se sentía tranquila y segura. Además, también se enteró de las intenciones del mago de las flores, con las cuales no estaba específicamente contenta por algunas razones…
—Tal vez deberías decírselo…
—¿Hmm? —se preguntó la chica—. T-Tú…
—¿Te leía la mente? No exactamente —contestó el mago—. Sabes, a causa del accidente de Fuyuki, Shirou fue distorsionado en algunos aspectos… Entre ellos, su sentido de la autoconservación. Es por eso que puede lanzarse al peligro sin pensárselo dos veces.
—¿E-En serio?
Merlín asintió—. Sí, su origen tampoco lo ayuda mucho, él necesita que alguien lo detenga de vez en cuando… —Luego el mago esbozó una ligera sonrisa, diferente a la habitual—. Y, Gray-chan, si quieres estar a su lado, debes ser capaz de retenerlo si hace falta… Decirle esas críticas que te guardas solo para ti misma, podría ser de ayuda.
—Y-Yo…
Merlín suspiró internamente, sabía que Gray era todo menos decidida, una vez que lo hacía, podía estar dispuesta a ser tan terca como Altria; pero debido a su crianza, primero tenían que obligarla a volverse determinada. Merlín sonrió pícaramente, había varias personas con las capacidades para, después de haber obtenido la Moon Cell, salvar y guiar a este mundo. Pero, el destino, la voluntad del mundo, o cualquier otra fuerza de esa naturaleza, habían guiado al pelirrojo para que intentara ocupar dicho puesto, y a él le parecía interesante esa decisión. Así que aprovechó para poner sus planes en acción y, si bien él no iba a obligar al pelirrojo a desposar a una chica en específico, como si lo tuvo que hacer Altria por motivos políticos, eso no significaba que no tuviera a una favorita, y tampoco significaba que no iba a intentar que ella fuera quien triunfara al final—. Sabes, es normal que las personas busquen el amor en otros. La felicidad es algo que todos quieren obtener, a fin de cuentas…
—¿Hmm? —exclamó la chica sorprendida, al ver como las flores que antes los habían ayudado en la batalla empezaban a moverse, convirtiéndose en algo que la dejó con la boca abierta.
¿Era esta otra de las ilusiones de Merlín? Ella no lo sabía, pero sin duda era una muy realista. Lo que ella observaba era una escena de dos típicos recién casados, y esos recién casados eran… Su maestro y Lady Reines. Él vestía un esmoquin negro elegante y ella un hermoso vestido blanco con un ramo de hermosas flores, por un momento, ella estaba segura de que escuchó el sonido de las campanas de la iglesia.
Merlín sonrió ante la expresión de la chica—. Hmm… Estoy seguro que esta es la felicidad que la joven dama de El-Melloi desea obtener. Por supuesto, no es como que el amor sea la única forma de obtener la felicidad.
Gray pudo observar a su versión ilusoria entre la multitud, ella estaba aplaudiendo como todos lo demás. En su rostro se divisaba una sonrisa, feliz por los recién casados. Ella se encontraba con el resto de sus compañeros, aunque se encontraba un poco alejada de todos debido a su disgusto por las grandes multitudes.
—De hecho, soy partidario de que el amor solo debe aumentar la felicidad ya preexistente, y exactamente por eso, creo que una persona puede alcanzar una mayor felicidad cuando está con la persona que ama…
Súbitamente, Lady Reines arrojó el ramo de flores y, para su sorpresa, fue su versión ilusoria quien la atrapó. La dama El-Melloi le giñó un ojo y, súbitamente, la escena cambió. La nueva escena era similar a la anterior, pero ahora había una gran diferencia, los protagonistas habían cambiado.
Merlín observó sonriendo como la chica se veía a si misma con la boca ligeramente abierta, totalmente incrédula de lo que estaba viendo. Nimue se había enojado con él por haber manipulado el destino de Altria, y estaba seguro que le regañaría una vez volviese a Avalon; pero, en su defensa, no estaba manipulando la vida de estos jóvenes, simplemente… les estaba dando un pequeño empujón y un poco de perspectiva.
Gray bajó la cabeza rápidamente después de salir de su estupefacción, ella se encontraba totalmente sonrojada y nerviosa. Intentó observar la escena para guardarla en su mente, sin embargo, solo verse a sí misma y a su compañero de esa forma le hacía bajar la mirada avergonzada. En su mente, múltiples preguntas se estaban haciendo presentes a una gran velocidad, ¿eso era posible? ¿Se verían así lo dos? ¿Se vería así usando un vestido de ese tipo? Sería que… ¿Ella realmente podría sonreír de esa forma junto a él?
—No obstante, Gray-chan… La felicidad no es algo que se pueda conseguir solo esperando —habló el mago—. Si tan solo te quedas esperando, tal vez pierdas toda oportunidad de obtener cualquier tipo de felicidad…
La escena ilusoria cambió totalmente, ahora ella se encontraba sola, observando a su profesor alejarse hablando con Reines y con otros de sus conocidos, vio a sus compañeros también los unos con los otros hablando felizmente, algunos simplemente persiguiendo sus objetivos, y otros felices unos con otros, la única que se encontraba sola era ella. Por un momento, se vio a si misma intentar alcanzarlos, pero después ella retrocedió, insegura, como si no tuviera un objetivo firme el cual seguir, o la determinación para buscar esa felicidad al lado de alguien más. Al final, ella persiguió a su maestro, a la Gray que veía todo se le había hecho un nudo en la garganta, no obstante, al verse a sí misma perseguir al Lord, una pequeña sonrisa surgió en su rostro; pero esta se agrió tan rápido como apareció.
Su maestro tenía un objetivo, Reines también, Melvin también, pero ella, ella solo estaba ahí, esperando, persiguiendo la espalda de su maestro como si fuera lo único que pudiera hacer.
—¡No! ¡No es así, yo también…! —quiso decir ella, pero las palabras murieron en su garganta.
—¿Tienes un objetivo y un sueño? Sí, eso es cierto, sin embargo, ¿Qué importa tener un objetivo, si no tienes el valor para perseguirlo? Gray-chan, no necesitas el valor para no retroceder ante los obstáculos, ya lo tienes. Ahora lo que necesitas es el valor para avanzar. De otra forma…
Gray volvió a mirar la escena y se mordió los labios…
— La gloria espera en la lejanía… Eso significa que solo alcanzarás la gloria si caminas hasta la lejanía, sino, solo la verás desde lejos. ¿Entiendes, Gray-chan?
La guardiana de tumbas bajó su mirada, eso era algo que ya sabía, pero cada vez que iba a dar un paso hacia adelante, se sentía bastante asustada. Tuvo el valor para abandonar su capucha momentáneamente, pero eso fue hasta que Bedivere apareció y le demostró que su valor era tan frágil como el cristal. Tenía miedo, y el nuevo cambió en su cuerpo no lo hacía más fácil, pero… El ver la imagen de sí misma estando sola… Había estado sola durante mucho tiempo, antes, esto le servía como un método de autodefensa, pero ahora, ahora no quería volver a estarlo. Y tampoco quería estar simplemente siguiendo ciegamente la espalda de su profesor, quería caminar por sí misma.
—Sabes Gray-chan, ¿crees que Shirou y su ancestro son iguales?
—¿Eh…? No, no lo creo…
—Entonces, ¿Por qué crees que solo por haber heredado algunas cosas de Altria, tú si lo serás?
— Yo.. no entiendo.
Merlín sonrió—. Shirou heredó muchas cosas de su ancestro, su sueño, sus técnicas y habilidades, incluso su karma; pero aun así, no lo consideras igual a Muramasa, ¿verdad?
La chica negó con su cabeza.
—Y tú has heredado el cuerpo de Altria, y posees un sueño un poco similar…
—¿En serio? —preguntó la chica sorprendida.
—Bueno, al menos en esencia, después de todo, el sueño de Altria era salvar a su país para proteger a todas las personas que habitaban en este, incluyendo a las personas que amaba. ¿Entre tus objetivos no está el poder proteger a tus personas queridas? ¿A aquellos que estiraron su mano hacia ti y te sacaron de la soledad? —Merlín la miro encogiéndose de hombros—. La esencia es similar, solo el camino y la magnitud cambian. E, incluso si fueran totalmente iguales, eso no cambiaría nada…
Gray se quedó callada esperando a que el mago continuara.
—Porque, da igual si heredas su sueño, su cuerpo y, por ende, su apariencia. Al igual que Shirou nunca será Muramasa, por mucho que herede cosas de él, tú no serás Altria, por mucho que heredes cosas de ella, porque vuestras almas siempre serán diferentes. Y mientras sea tú alma la que ocupe tu cuerpo, no importa que cambios sufras, siempre serás tú misma.
Gray sonrió inconscientemente al escuchar sus palabras.
—Sabes Gray, para utilizar Avalon se necesita más que solo haber heredado el cuerpo de Altria. Porque Avalon es más que un simple lugar o vaina, es la manifestación de la utopía que Altria deseó y que las hadas crearon para ella, solo para ella. Si bien llegar a Avalon ha sido posible para varias personas, utilizarla como la defensa absoluta que realmente es, se supone que es algo que solo Altria puede hacer. Entonces, ¿por qué se te permitió utilizar Avalon?
—Yo… no sé… —respondió la sepulturera confundida.
—Bueno, no es porque tengas su cuerpo, eso seguro… Mi teoría es que, tal vez es porque las hadas pudieron ver que eres una chica de buenos sentimientos que, al igual que Altria, te enfrentas a un destino que te supera. Y también deben haberse dado cuenta de que, a pesar de que no deberías tener nada que ver con la guerra y de que no tendrías por qué asumir un papel como el que quiero que asumas, cuando las personas que quieres se precipiten a esta, tú las acompañarás para protegerlas, ¿verdad? Tus sentimientos están en el lugar correcto, solo necesitas un poco de iniciativa para llegar más lejos. Los Fae son misteriosos, a veces incomprensibles, pero son buenos juzgando a las personas, y si te han permitido utilizar a Avalon, alguna razón debe haber…
Gray se mostró pensativa, había demasiadas cosas en su cabeza que considerar; pero sabía que lo último que el mago decía era verdad. Ella iría a esa guerra si su maestro y las personas que amaban iban, y lucharía para protegerlos. Y sabía que no estaba lista, que no podría protegerlos en su estado actual, no estaba segura de todo los demás, pero estaba segura de esto, fue por eso que ella alzó su cabeza y preguntó, reuniendo tanto valor como le era posible—: Merlín…
—¿Sí?
—¿Podrías enseñarme?
Merlín sonrió—. Por supuesto, para eso he venido…
Cuando estaba a punto de darse por vencida y simplemente pasar por alto el cigarro, ella apretó los puños y tomó valor. No necesitaba valor para enfrentarse a sus enemigos, ese valor ya lo tenía, necesitaba valor para enfrentarse a sí misma y a las personas que apreciaba. Tal vez, a ojos de otros, algo como esto era una tontería, pero para ella, cada paso hacia adelante era importante, por muy grande o pequeño que fuera, su primer paso hacia adelante fue pedirle al mago de las flores que le enseñara, su segundo paso fue la última conversación que tuvo con su caballero antes de que este tuviera que desaparecer, el tercero fue la charla que tuvo con su maestro, explicándole que necesitaba tomar lecciones extras y mostrando un sincero interés por aprender magecraft, y ahora, aunque fuera pequeño, daría su cuarto paso.
—Shirou…
—¿Hmn? —exclamó el pelirrojo girando su cabeza hacia su compañera.
Gray, con un rápido y ágil movimiento, le arrebató el cigarro de los labios y lo tiró a una papelera para sorpresa del chico.
Él iba a preguntarle porque lo había hecho, y se sorprendió al ver a su compañera mirándolo de una forma asertiva y casi como si lo estuviera regañando.
—No es bueno…
—¿No es bueno? —preguntó consternado el pelirrojo.
Gray asintió—. Que comiences a fumar desde tan joven, no es bueno.
Aun sorprendido, el chico simplemente asintió. Shirou sabía que no era bueno caer en ese vicio, pero no esperaba que Gray respondiera de esta forma ante un simple cigarro.
—¿Qué harás ahora, Gray? —preguntó el chico para despejar el ambiente extraño que se había formado entre ambos.
—Bueno, mi maestro parece que necesita estar solo por un tiempo, he estado estudiando toda la mañana, así que… Creo que iré a ver si lady Reines necesita ayuda con algo…
Shirou asintió.
—¿Y tú…?
—Tengo que ir al departamento principal de Mystile. Parece que han llamado a mi hermana para informarle sobre algo…
—¿Está en algún problema, lady Illya?
Shirou frunció el ceño—. No lo sé, es lo que voy a averiguar… Espero que no haya pasado nada malo.
Ambos salieron del departamento de teorías de la hechicería moderna y procedieron a separarse…
—¿Nos vemos mañana, Gray?
Ella asintió con una sonrisa, por un momento, se planteó hacer algo, luego, las dudas y la vergüenza le hicieron retroceder y, posteriormente, el recuerdo de la imagen de todas las personas alejándose de ella le hizo querer avanzar…
—¡Hmn! —Shirou exclamó sorprendido, por un momento quiso decirle algo a Gray, pero ella se alejó rápidamente después de haberse despido, y a él no le pareció correcto perseguirla por algo como esto. Si lo hubiera hecho alguna otra chica, a él no le hubiera parecido extraño, lo que lo hacía tan sorprendente fue que quien lo hizo fue precisamente Gray.
Instintivamente, y un poco avergonzado, el chico tocó su mejilla, de un momento a otro, Gray se había acercado a él y le había dado un beso en esta.
Shirou sacudió su cabeza, desde su conversación con Merlín había estado fijándose en los cambios de personalidad de su compañera. Pues tenía miedo de lo que Merlín le había advertido, la perdida de sentimientos por culpa de la divinización que podría ocurrirle debido a la lanza. Sin embargo, y para su sorpresa, Gray parecía más abierta a mostrar sus sentimientos que antes, por lo que, él supuso que la lanza tal vez no tenía nada que ver, o al menos, eso esperaba.
Confundido, el chico se dirigió hacia Mystile…
…
…
—¿Shirou…?
—¿Hmm…?
El pelirrojo había avanzado hacia la torre del reloj de forma automática, tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que se había encontrado con uno de sus compañeros.
—¿Svin?
El rubio asintió confundido, parecía que había sorprendido al chico sumido en sí mismo.
—Perdón, me sorprendiste. —Shirou se sorprendió de encontrarse con su antiguo compañero. Desde que Svin había obtenido el rango de Orgullo y, por ende, había dejado de asistir a las clases de El-Melloi, ellos dos solo se veían cuando todos se reunían para salir a algún lado, cosa que no había sucedido últimamente. Había la posibilidad de que se encontraran dentro de la Torre del Reloj como lo habían hecho hoy, pero, considerando lo inmensa que era la institución, y el hecho de que ambos no compartían ninguna clase juntos, hizo que esto fuera muy poco probable.
Ambos chicos comenzaron a caminar en dirección al departamento principal.
El rubio asintió—. ¿También vas a Mystile?
El pelirrojo asintió—. ¿Tú también?
—Sí. ¿Vas a ver a la reina?
Shirou negó con su cabeza—. El profesor y yo entregamos nuestro informe hace algunos días, desde entonces la reina no ha solicitado mis servicios.
Svin asintió—. Probablemente esté dejando que el resto de la torre asimile también lo ocurrido en el laberinto. Se enviaron a varios investigadores al laberinto, todos fracasaron y desaparecieron. Pero bastó con que tú y el profesor entraran para que todo se solucionara…
—La familia El-Melloi es parte de la facción Aristócrata y, aunque se me relaciona con la facción Democrática, el hecho de que fui enviado por la reina me vincula automáticamente con ella.
—Sí, es claramente una muestra de poder de la facción Aristocrática; pero…
—Sucede algo más, ¿verdad?
Svin lo observó sorprendido—. ¿Te diste cuenta?
El pelirrojo asintió—. Sí. Una de las pocas ventajas de estar recibiendo clases de política.
—¿Qué crees que sea? —preguntó el chico con curiosidad.
—No sé, las clases de política han estado extraordinariamente tensas estos últimos días. Tengo algunas hipótesis y, de hecho, voy hacia el edificio principal para confirmarlas. ¿Y tú, Svin?
—He sido llamado a Mystile por algunos asuntos de la familia Glascheit…
—Hmm… Ya veo.
El rubio sonrió—. Parece que has aprendido algunas cosas, pero no tienes por qué contenerte, no es un secreto taumatúrgico o algo así.
Shirou sonrió—. ¿Entonces?
—La familia Glascheit ha sido reconocida oficialmente como parte de la asociación.
Esto sorprendió al chico—. ¿No lo eran ya?
Él negó con su cabeza—. La principal razón por la que fui enviado a las clases del profesor fue porque mi familia no tenía lazos con nadie en la asociación.
—Ya veo… ¿Supongo que eso cambió después de que recibiste el rango de Orgullo?
Svin asintió—. Si, ahora que he sido reconocido también lo ha sido mi familia. Supongo que me llaman para darme los lineamientos generales y ese tipo de cosas…
—Debe ser una molestia…
—Nunca le digas a un miembro de mi familia que lo dije, pero sí, lo es.
—Por cierto, ¿cómo han estado las cosas últimamente? Desde que volvimos del laberinto no he tenido tiempo para hablar con los demás.
—Pues… —Svin hizo un gesto como de estar recordando, luego suspiró con cansancio—. Flat tiene muy metida en la cabeza la idea de realizar un viaje juntos por el mundo, y Caules está preocupado porque el compendio Yggdmillennia tendrá pronto otra reunión…
—¿Siguen los problemas con los Musik?
—Eso parece…
Shirou suspiró, parecía que solo veía problemas en el horizonte.
—Shirou…
—¿Sí?
Svin lo miró seriamente—. Sobre Gray…. Algo ha cambiado en ella, ¿verdad?
El chico asintió rápidamente—. Creo que muchas cosas…
—¿Hmm?
El pelirrojo negó con su cabeza—. Nada, es solo que, yo también me he sorprendido por el cambio… ¿Crees que sea uno para bien? —preguntó el chico mostrándose dudoso.
Svin también se mostró con incertidumbre—. Creo que… No estoy muy seguro, pero… Si tuviera que definir su esencia actual, entonces… tal vez está dejando de sentirse incomoda entre los vivos…
—¿Eso es bueno, verdad?
—Hmm… Supongo, creo que significa que está encontrando su lugar entre nosotros o, mejor dicho, siente que ha encontrado su lugar entre nosotros. En cierta manera, tal vez podría admitir que estoy un poco celoso…
—¿Celoso…? —Shirou sonrió—. No creo que debas estarlo.
—¿Hmm…?
—Tu situación, mi situación, la de Gray, es en esencia la misma. Sentimos que no hemos encontrado un lugar donde podamos pertenecer; sin embargo, es solo eso, sentimos que no lo hemos encontrado y nos mantenemos incomodos entre los demás. Pero, realmente, al menos para mí, para ti, y para Gray, ya hemos encontrado ese lugar. Lo sé porque hace poco tiempo yo también me di cuenta, tal y como ella. Solo faltas tú…
Svin observó al chico sorprendido, luego bajó su mirada haciendo una mueca—. No es tan sencillo, si me descuido y me pierdo en mi magecraft, entonces yo…
—Entonces te traeremos de vuelta —Lo cortó el pelirrojo—. Una vez que encuentras un lugar al que pertenecer, no lo pierdes tan fácilmente, las personas mediante las cuales está conformado se hacen cargo de eso, y… Estar en las buenas y en las malas, apoyarse mutuamente sin importar la dificultad de la situación, ¿no están para eso los amigos? Pregúntaselo a Flat, Caules, o Sieg, y estoy seguro de que sus palabras no serán muy diferentes de las mías.
Svin continuó con la mirada baja; pero Shirou pudo ver una ligera sonrisa—. Yo… Creo que Flat les está pegando su idiotez entonces…
Shirou sonrió—. O tal vez todos fuimos idiotas desde un principio, ¿por algo funcionamos como grupo, no lo crees?
Svin sonrió abiertamente—. Tal vez. Gracias, por eso…
—No hay de qué.
—Me tengo que ir por acá, ¿vas hacia uno de los salones principales?
Shirou asintió.
—Entonces, ten cuidado, puede tratarse de algo grande…
—Lo tendré, nos vemos después.
Svin asintió se despidió con una mano y se adentró por uno de los pasillos de Mystile. Shirou también se despidió y, si bien era cierto que no iba a ver a la reina, de hecho, si se dirigía a su despacho.
—Señor Emiya… —le recibió la asistente.
—¿Ha terminado ya la reunión? —contestó él en tono profesional. Con el paso del tiempo ya tenía asumido que, con sus amigos, podía ser simplemente Muramasa Shirou, pero con los demás, debía ser Emiya Shirou y, a los ojos de los magus, ese simple cambio significaba mucho.
—Debería durar unos minutos más, si tiene la bondad de esperar, puede sentarse en una de esas sillas —respondió la secretaria.
Shirou asintió y durante 10 minutos no sucedió nada, cuando casi había pasado un cuarto de hora la puerta se abrió e Illya salió mostrando un rostro pensativo.
Shirou se levantó y vio de reojo a Lord Barthomeloi en su oficina, él se inclinó ligeramente en muestra de respeto y ella asintió en aceptación. Luego se dirigió hacia su hermana.
—¿Lista para irnos, hermana?
—¿Eh? —Illya se sorprendió al oír la voz de su hermano, parece que estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de la presencia de este—. Ah, sí…
Para su sorpresa, Illya se mostró mucho más nerviosa a su lado que cuando acababa de salir de su reunión con la reina. Ella bajó su mirada sonrojada, esto hizo que Shirou también se pusiera un poco nervioso; pero no podían permitirse mostrase así en público. A pesar de sus nervios, él tomó la mano de su hermana y la arrastró consigo.
Los dos caminaron por los pasillos y, por primera vez, Shirou agradeció que los magus se alejaran con solo verlo. Casi literalmente los pasillos se vaciaban cuando entraba, la fama de su difunto padre sumado a la fama que él había reunido lo había hecho una persona bastante temida dentro de la torre, justo lo que Barthomeloi quería.
El pelirrojo giró su cabeza para ver a su hermana con la mirada baja, él suspiró, Merlín le había advertido de lo problemático que eran los dioses y, al principio, él creyó que el mago de las flores exageraba; pero se equivocó, y vaya que se equivocó, con una simple acción, esa diosa le había traído muchos dolores de cabeza.
Gil había desaparecido hace poco y Shirou, aun confundido, caminaba como podía dentro del laberinto. No sabía a donde había ido su profesor, pero su hermana no debería de estar muy lejos.
El chico escuchó unas palabras extrañas en un idioma que no entendía, estas resonaron a lo largo del laberinto. Confundido, y curioso, él intentó identificar de dónde venían, reforzó sus oídos y pudo aumentar su audición…
Después de, más o menos, identificar la procedencia del sonido, él lo utilizó para guiarse. Más temprano que tarde, el chico pudo identificar a su hermana haciendo algo que él desconocía. Parecía estar creando algo utilizando los materiales que traía en su bolso, los mismos que utilizaba para su alquimia, junto con otras cosas obtenidas en el laberinto, como, por ejemplo, algunas plumas extrañas…
—¿Illya…? —preguntó el chico.
—Espera, danos un momento —contestó su hermana.
Esta respuesta sorprendió al pelirrojo, pues la voz de su hermana era muy diferente a la habitual, más madura, más firme y, sobre todo, mucho más fría.
—Tú.. ¿Quién eres?
—¡Te dije que esperes! ¡Vuelve a interrumpirme y te congelaré de pies a cabeza!
Shirou se quedó callado, la autoridad y poder que esta persona denotaba fuera quien fuera no era exactamente pequeña, y él no se encontraba específicamente en las mejores condiciones para combatir a un enemigo poderoso.
Pasaron alrededor de 15 minutos antes de que "su hermana" terminara su trabajo.
—¿Terminaste? —preguntó Shirou con cuidado.
Su hermana asintió—. Sí, y justo a tiempo, parece que no nos queda mucho tiempo. Si continuamos poseyéndola, le causaríamos daños a Illya.
—¿Quién eres? —preguntó el chico nuevamente.
—Ella te lo contará más tarde, ahora voy a devolverle el control —dijo la "chica" antes de cerrar momentáneamente sus ojos.
Justo después de decir esto, Shirou sintió algo diferente en su hermana, aunque no podía ponerlo en palabras exactas. La chica abrió una vez más sus ojos, esta vez su expresión era muy diferente, menos gélida, menos firme.
Shirou sonrió, esta se parecía mucho más a su hermana—. ¿Illya?
La joven Einzbern sonrió y asintió mientras comenzaba a acercarse al pelirrojo.
«¡Detente! ¿¡Qué piensas hacer, Sitonai!?». Gritó Illya en su subconsciente.
Sitonai sonrió. «He cambiado de opinión, no te daré un regalo, te daré dos».
«¡Louhi! ¿¡Por qué le diste el control!?».
«¡Yo no se lo di! ¡Ella fue mucho más rápida que tú y lo tomó!». Contestó Louhi.
«Ara, ara…». Rio Freyja.
«Y mi primer regalo es… ¡Este!».
«¡DETENTE!». Gritó Illya,
"Illya" se acercó sonriendo hacia su hermano—. Ne, Otouto-chan…
—¿Hmm? ¿Otouto-chan? ¿Cuándo aprendiste esa palabra? —preguntó el chico confundido.
—Eso no importa… Lo único que importa es… ¡Esto!
—¡Hmm!
Con rapidez, fuerza, y firmeza, Illya tomó al chico por la camisa y lo acercó bruscamente hacia ella, de un momento a otro, la chica había unido sus labios con los suyos.
—¿¡Hmmm!?
Al principio el chico estaba confundido, después de recobrar más o menos los sentidos, él intentó separarse; sin embargo, su hermana demostró tener una fuerza realmente increíble, ¿o tal vez él se encontraba demasiado débil? Fuera lo que fuera, su hermana fue incluso más asertiva, un aliento frio golpeó sus labios produciendo una leve exclamación de sorpresa por parte del pelirrojo, cosa que la Kamuy aprovechó para invadir su boca.
—¿¡HHHHMMM!?
Por un momento, él no pudo pensar, su cerebro intentó usar la lógica para racionalizar lo que estaba ocurriendo. Si bien era cierto que ellos no se habían criado juntos y tampoco tenían relaciones sanguíneas… Pero, aun así… él nunca creyó que… ¿¡Oh, a la mierda la lógica, qué demonios estaba pasando!? ¿Un hechizo? ¿Encanto? ¿Posesión espiritual? Por mucho que intentaba entenderlo no lo lograba y es que, parecía que, mientras más él intentaba alejar su mente del beso, más agresiva se volvía ella, como si le dijera: concéntrate solo en mí. Ni siquiera Altrouge había sido tan agresiva. Al final, todo se redujo a blanco, simplemente dejó de pensar, ya no tenía las fuerzas para intentar lidiar con esto, estaba agotado, herido, y ahora confundido, después de eso lo único que recordó fue el final…
Sitonai sonrió ante la perdida de resistencia por parte del chico. En todo caso, ella podía culpar Illya por esto, en este momento, ellas compartían muchas cosas, no solo el cuerpo, y a diferencia de la joven Einzbern, la naturaleza de los dioses podía ser bastante diferente a la de los humanos en algunos aspectos. ¿Qué esto le causaría problemas a su vasija? Probablemente, ¿pero, no era divertida la vida con un poco de problemas? ¿Qué esto no era correcto porque, legalmente, ambos eran hermanos? Sí, pero, ¿Cuándo a los dioses les había importado la moralidad humana? Como criaturas a veces incongruentes motivadas en extremo por sus deseos, cuando querían algo, hacían lo que estaba en su poder para obtenerlo, y era culpa de Illya que ella quisiera hacer esto, y no iba a desaparecer quedándose con las ganas.
Su hermana se había alejado de él con una sonrisa pícara que él nunca la había visto esbozar, sus bocas todavía estaban unidas por un fino hilo de saliva.
Ella le giñó un ojo—. Tuve que hacerlo porque ella jamás lo haría… Fue un placer conocerte, Otouto-chan. Si nos volvemos a ver, tal vez juguemos un poco más… —con esto dicho "Illya" se desmayó encima de Shirou.
Antes de desaparecer Sitonai sonrió, su plan era darle el control a Illya a mitad del beso, cuál fue su sorpresa al darse cuenta que la chica se había desmayado a mitad de este, así que la Kamuy aprovecho para ir con todo contra el chico.
«Espero que hayas disfrutado del regalo, Illya…». Se burló ella antes de desaparecer junto con Freyja y Louhi.
Shirou suspiró, la broma de esa Kamuy había hecho que la relación con su hermana se volviera muy complicada, incomoda en otras palabras. A ella se le dificultaba mirarlo a la cara, y él, al recordar el beso, también.
Para romper el hielo Shirou preguntó—. ¿Nuestros temores se hicieron realidad?
Esto sacó a la joven Einzbern de su ensoñación—. Ya es un secreto a voces, pero la reina me dijo que todavía lo están debatiendo…
Shirou suspiró—. Si la reina te llamó es porque la decisión está prácticamente tomada. ¿Cuándo lo anunciarán?
—Probablemente, en una semana. A partir de entonces seguramente dejarán de llamarme lady Einzbern, y comenzaran a llamarme Lord Einzbern.
Shirou suspiró internamente, ¿esto traía beneficios? Obviamente sí; pero también traería un momento de problemas, de eso, él estaba seguro. Parecía que, últimamente, solo veía problemas en el horizonte.
Con eso dicho, los hermanos salieron de Mystile…
Notas de autor:
Bueno, este tardó mucho más de lo habitual, pero también es más largo de lo habitual. Literalmente solo conté la mitad de lo que quería contar; pero bueno, al fin Shirou se está comenzando a dar cuanta de en que berengenal se está metiendo. Y sobre lo de Sitonai... Hay cosas imposibles de resistir en este mundo chicos, joder a Shirou es una de ellas.
justlovereadin: Tecnicamente ella tambien lo salvó porque lo forzó a caminar cuando ya no tenía más fuerzas. A eso se refiere con que se salvaron el uno al otro.
Sin más que decir, agradezco todos vuestros comentarios y espero que hayan disfrutado del capítulo, nos vemos en el siguiente.
