Una Excursión al Callejón Diagon II
Tom, el camarero (con más dientes que antes) estaba tras el mostrador, limpiando vasos.
Petunia se pegó a su padre. 'Es un poco más sombrío de lo que pensaba,' le susurró.
'¿Puedo ayudarle en algo, señor?' preguntó Tom cuando vio entrar a las cuatro personas.
'Hoy no, pero gracias. Hoy vamos a comprarle una nueva varita a este joven.'
'¿Tuvo un pequeño accidente con la anterior?' preguntó Tom con curiosidad.
Severus asintió, luego respondió, 'Se rompió.'
'Puede pasarle a cualquiera,' dijo Tom en un intento de sonar tranquilizador. '¿Me necesitan para que les abra la puerta?'
'Puedo hacerlo yo, señor,' dijo Lily desde detrás de ellos. 'Llevo mi varita.'
Los cuatro pasaron hasta el fondo y al patio cerrado por muros.
Lily se acercó a la pared, sacó su varita y murmuró, 'tres arriba… dos a través…' golpeó la pared tres veces y dio un paso atrás.
El muro de ladrillo comenzó a retorcerse en el centro y un pequeño agujero comenzó a aumentar más y más hasta que se hubo formado un arco.
Petunia estaba paralizada de asombro y, a pesar de haberlo visto antes, Erwin no pudo evitar quedarse hipnotizado por la magia ante él.
Para sorpresa de Severus (y probablemente también de Erwin), había muy poca gente afuera en la calle.
'¿Adónde iremos primero?' preguntó Erwin con entusiasmo infantil.
'Podríamos ir a Instrumentos de Escritura Scribbulus primero,' dijo Lily. 'Está justo allí, y también tienen suministros de arte.'
Petunia se iluminó ante la mención de los suministros de arte. '¡Me encantaría ver eso!'
La tienda estaba abarrotada hasta el techo con tinta, plumas y otros suministros de papelería.
'¿Necesitas algo para el colegio, Lily?' le preguntó Erwin mientras miraba una hermosa pluma de pavo real.
'No, gracias, papá. Compré suficientes provisiones la última vez que fui a Hogsmeade.'
Severus estaba buscando entre las variedades de tinta. 'Petunia,' llamó, 'hay algo aquí que puede que te guste.'
Petunia se acercó a él y tomó la botella de tinta que le tendía. 'Esta tinta cambia de color cuando escribes o dibujas algo con ella. Imaginé que podía gustarte.'
Petunia miró la botella de tinta en sus manos como si acabaran de darle un bebé para que lo cogiera. 'Esto es magnífico,' susurró.
Ella miró el precio y, aunque no estaba familiarizada con el valor de los galeones, supo que tenía que ser cara. 'Aunque desearía poder permitírmela,' dijo con tristeza.
'Yo te la compraré,' le dijo él.
'¿Harás eso por mí?' le preguntó Petunia incrédula.
'Te la compraré si tú me haces una pintura con ella.'
'Gracias, Severus,' dijo Petunia sinceramente. Miró hacia Lily, que estaba mirando un bonito cuaderno. '¿Le comprarás algo también a Lily?'
'Tengo algo planeado para ella. Algo un poco más útil para cuando estemos en el colegio.' Le susurró al oído a Petunia lo que iba a comprarle a Lily y ella sonrió en respuesta.
'Te lo agradecerá para siempre si haces eso,' susurró de vuelta.
Severus cogió la botella de las manos de Petunia. 'Déjame ir a comprar esto para ti.'
Después de salir de Scribbulus, también visitaron Gambol y Japes, Equipamiento Mágico Wiseacre y Flourish y Bloots. Se tomaron un descanso en la heladería de Florean Fortescue. A pesar de estar a mediados de invierno, Erwin insistió en invitarles a todos a helado, ya que le parecía el mejor helado que había probado nunca.
'Mirad lo que me compró Severus,' dijo Petunia con orgullo mientras sacaba la botella de tinta de su bolso.
'Qué dulce por tu parte, Sev,' dijo Lily alegre mientras miraba la botella de tinta.
'Petunia me prometió hacerme una pintura con ella,' dijo Severus. 'Quizá también puedas utilizarla para algunos trabajos de arte para tu portafolio, Petunia. Haz que los muggles se vuelvan locos porque no comprendan qué hace que cambie de color.'
Petunia rio. 'Definitivamente, podría hacer eso.'
Severus había terminado su helado mucho más velozmente que el resto. 'Tengo que hacer algo realmente rápido. Volveré enseguida.'
Asegurándose de que Lily no podía ver adónde iba, se dirigió a la parte norte del Callejón Diagon al Imperio de las Lechuzas Eyelops.
Lily siempre había querido su propia lechuza, pero él sabía que hasta ahora nunca había sido capaz de permitírsela. Una suave campana tintineó cuando entró en la tienda. Docenas de lechuzas estaban chillando en sus jaulas.
Miró alrededor por un rato, y en algún lugar al fondo encontró una jaula con un autillo chillón oriental. Era una lechuza pequeña y rechoncha de vívidos colores rojizos. Miró a Severus con un ojo entrecerrado y dejó escapar un suave ulular.
Cogió la caja, le dio otra buena mirada a la lechuza, y supo que era el regalo perfecto para Lily.
Pagó quince galeones por la lechuza, algunos más por provisiones adicionales para su cuidado, y se encaminó de regreso a la heladería. La familia ya había terminado sus cucuruchos para el momento que Severus regresó.
'También tengo un regalo para ti, Lily,' dijo mientras mantenía la jaula a su espalda.
'¿Estás haciéndonos regalos a Tuney y a mí en tu propio cumpleaños?' dijo Lily sorprendida. 'En realidad no es así como funcionan los cumpleaños, ya sabes.'
'Lo sé, pero como ésta es la única oportunidad de regalarte algo ahora que estamos aquí, también podría hacerlo.'
Petunia estaba mirando a Lily con una mirada que decía yo-sé-algo-que-tú-no-sabes.
Severus dio un paso hacia Lily. '¿Lo quieres o no?'
'¡Por supuesto que quiero ver lo que me compraste!' exclamó emocionada.
Severus sostuvo la jaula frente a él. 'Te compré una lechuza.'
Los ojos de Lily se convirtieron en platillos chispeantes. '¡Me compraste una lechuza!' chilló. '¡Sev, es el mejor regalo que me han hecho nunca!'
Ella se puso en pie y lanzó los brazos alrededor de él, haciendo que la lechuza saltara. '¡Muchas gracias!'
Severus le dio la jaula, y Lily la sostuvo frente a ella, sonriendo a la lechuza con el ceño fruncido. '¿Es chico o chica?'
'La señora de la tienda me dijo que es chico, pero todavía no tiene nombre.'
'Creo que lo llamaré Harry-'
'¿Qué te parece Leo?' la interrumpió Severus en un intento de salvar a la lechuza de ser maldecida con ese nombre.
'Estoy segura que como Leo Fender,' dijo Lily bromeando. '¿Qué piensa, Señor Lechuza? ¿Leo le va bien?'
La lechuza entrecerró los ojos de forma complacida. 'Entonces es Leo.'
Severus dejó escapar un inaudible suspiro de alivio porque ella no hubiera nombrado Harry a la lechuza.
Lily puso la jaula sobre la mesa, mientras Erwin y Petunia se inclinaban más cerca para darle una buena mirada.
'Es muy hermoso,' dijo Erwin mientras metía el dedo en la jaula para acariciarlo. 'Bienvenido a la familia, Leo.'
Lily no podía apartar los ojos de Leo mientras continuaban caminando por el Callejón Diagon, murmurando gracias una y otra vez mientras se dirigían a Olivander.
La tienda era estrecha y cochambrosa, y se parecía mucho a una vieja librería, excepto por que los libros estaban reemplazados por montones de cajas que contenían varitas.
Sólo había una silla coja en el rincón, así que Erwin aprovechó la oportunidad de sentarse y cogió la jaula de Leo para que Lily pudiera enseñarle a Petunia.
Severus se paró frente al mostrador, y desde algún lugar en la parte trasera, el Señor Ollivander, ya envejeciendo, apareció ante él.
'Buenas tardes, Señor Snape,' dijo Olivander con su suave voz, '¿puedo ayudarlo en algo?'
'Tuve un pequeño accidente con mi varita, señor, y se rompió sin reparación posible.'
El rostro de Ollivander se puso un poco melancólico. 'Siempre es una lástima cuando eso sucede. ¿Está aquí para llevarse una varita nueva, supongo?'
'Lo estoy.'
'¿Cuál era su brazo de varita?'
'El izquierdo, señor.'
'Concédame un minuto,' dijo Ollivander mientras se dirigía hacia el fondo del almacén.
Un momento después, regresó con un montón de varitas.
'Señor Ollivander,' dijo Lily, '¿le parece bien si le muestro a mi hermana algunas varitas?'
'Eso está muy bien, Señorita Evans, sólo asegúrese de devolverlas a donde las encuentre.'
'Gracias, señor,' dijo Lily cortésmente, y arrastró a su hermana a un rincón de la tienda.
Pronto quedó claro que no iba a ser tarea fácil encontrarle a Severus una nueva varita. En su mente, pensó que probablemente fuera porque todavía estaba buscando algo que se pareciera a su antigua varita.
'Lamento que esté costando tanto,' dijo Severus mientras apartaba otra varita sobre el mostrador.
Lily y Petunia estaban mirando a Severus con curiosidad. 'Creo que voy a coger una al azar y ver lo que ocurre,' le dijo Lily a su hermana.
Lily sacó una polvorienta caja negra de un montón y se acercó al mostrador con ella. 'Prueba ésta, Sev.'
'¿Qué tipo de varita es ésta?' preguntó Severus cuando abrió la polvorienta caja.
'Creo que está hecha de Acebo,' dijo Lily.
Ollivander estaba mirando la varita con peculiar interés. 'Una elección interesante, Señorita Evans,' dijo bastante sombríamente.
Severus hizo un movimiento con la varita y un cálido resplandor comenzó a fluir a través de su mano. Chispas rojas y doradas volaron de la varita como un pequeño espectáculo de fuegos artificiales.
'Parece que encontramos tu nueva varita, Sev,' dijo Lily, que se veía bastante complacida consigo misma.
'Curioso… muy curioso…' dijo Ollivander por lo bajo. Cogió la varita de la mano de Severus y la observó atentamente. 'Once pulgadas, hecha de acebo, con núcleo de pluma de fénix. Una combinación bastante rara.'
'Disculpe,' dijo Severus, 'pero, ¿qué es curioso?'
'El fénix cuya pluma de la cola está en la varita, o en su varita ahora, debería decir, entregó otra pluma. Sólo una más, y es muy curioso que usted esté destinado a esta varita cuando su hermana-' Ollivander bajó la voz a un susurro, '-su hermana es responsable de la oscuridad que está cerniéndose sobre nuestro mundo.'
A Lily la cogió un poco por sorpresa el súbito cambio de voz de Ollivander. Erwin, que había estado escuchando la conversación con oído agudo, estaba mirando a Severus con preocupación.
'No estoy seguro de comprenderlo del todo, señor,' dijo Severus con cautela. Pero en algún lugar en lo más profundo, tuvo la sensación de que sabía exactamente lo que significaba. Si el fénix que había entregado la pluma sólo había entregado otra pluma, y ella pertenecía a la fuente de la oscuridad, significaba que esta varita estaba conectada con la del Señor Tenebroso.
'Yo tampoco lo comprendo del todo, Señor Snape,' dijo Ollivander mientras envolvía la varita en papel marrón. 'Pero la varita escoge al brujo. Eso es conocido por aquéllos que hemos estudiado la tradición de las varitas.'
Severus le pagó siete galeones a Ollivander y quiso abandonar la tienda cuanto antes.
Una vez afuera la desenvolvió y le dio otra mirada de cerca. Sabía que la varita le había parecido familiar cuando Lily se la había entregado. Después del preocupante discurso de Ollivander, se confirmó en su mente.
La varita había pertenecido una vez al hijo de Lily y ahora estaba en sus manos. El futuro nunca sería el mismo.
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N/A Recomiendo enormemente mirar una fotografía de un autillo chillón oriental. Parecen monos hasta que cambian por completo su aspecto cuando son amenazados.
