Amor de Cristal

Anexo 6

- William, creo que nuestra hija tomo una decisión y por el momento ella decidió que quiere estar sola para sanar sus heridas, aunque estemos ahí no podremos hacer nada para ayudarla, así que dejemos que este una temporada con la condesa, en cuanto pueda viajar vamos por nuestra hija.

-Tienes razón yo aún tengo muchas cosas por hacer, tengo que recuperar todo lo que me robaron, dejaremos que el destino guie a nuestra hija.

Katy, estaba en el barco cuando le informaron que dos sirvientas estarían a su disposición ya que su abuela la condesa de Oleska las había enviado y que cualquier cosa que necesitara o sucediera ellas estaban para apoyarla.

-Ya ve niña, ya su abuela está informada de su llegada eso me tiene más tranquila al menos no llegaremos desprotegidas. Ahora descanse está muy pálida en las últimas semanas casi no ha querido probar bocado, yo tenía que mentirle a su ama de que ya se había comido lo que le llevaba a su habitación, pero no puede seguir así se va a enfermar.

-Hay nana, que hambre voy a tener si es un dolor lo que no me deja en paz, tengo muchísima pena instalada en el corazón que solo yo no – comenzando a llorar.

-Llore mi niña saque todo lo que tiene dentro, que los peores males que una mujer puede tener son esos los males del amor.

-George regreso a Chicago en el auto, en lo que los Andrew lo hacían por tren hasta llegar a Chicago el viaje para Candy fue demasiado caótico ya que se la paso muy mal en el trayecto, muy mareada y con muchas nauseas.

-De verdad, que ya había olvidado como era esto del embarazo que fue la razón por lo que ya no quise tener más bebes.

-Hay mi vida yo gustoso me cambiaría por ti, pero eso no se puede así que solo estaré para consentirte – teniéndola con su cabeza recostada en sus piernas.

-Amor que haremos ahora, con respecto a todo sobre lo que pasa con los Brown, me preocupa los chismes que dicen de nuestra hija.

-Hay mi vida, déjalos que hablen sé muy bien que mi hija es un sol de niña y llegado el momento habrá el que quiera desposarla aun con todo el escándalo, por ahora solo debe dedicarse a sanar por todo el daño que le hicieron, sabemos lo que es sufrir por un amor no correspondido, duele pero ella deberá aprender a sobreponerse y eso ni tu ni yo podremos ayudarla.

-Tienes razón, solo espero que no se sienta muy sola, pobre de mi hija realmente me aflige lo que debe estar sufriendo.

-Sssshhh tranquila, creo que esto le tenía que pasar nosotros no siempre la íbamos a poder proteger de todo, además la criamos bien, le dimos bases sólidas para que fuera una chica muy fuerte en cuanto podamos viajar lo haremos, ahora solo descansa que tenemos otra cosita que nos necesita y que debemos cuidar – dándole un beso en la frente.

La condesa Oleska, estaba más que feliz por la llegada de su nieta que tenía a todos en su mansión como locos arreglando todo para su llegada.

-Quiero que arreglen su habitación, dígale a la modista que venga esta tarde le encargare varios vestidos para mi niña, no quiero que pase como mi sirvienta, quiero que se distinga que llega la nieta de la condesa Oleska, se por las cartas de mi hija que a ella le gusta mucho montar así que quiero que me traigan un par de los más hermosos caballos.

-La señora Elroy tía del duque de Bleir, había llegado a visitarla – vaya querida sí que tienes un revuelo en tu casa.

-Como no tenerlo, si llega mi nieta desde América a pasar una temporada conmigo, que espero y sea una larga temporada, estoy más que emocionada así que hare todo para que se sienta a gusto conmigo, que ya no se quiera ir.

-Me imagino, que organizaras una fiesta para presentarla.

-Pero por supuesto que hare una gran fiesta, quiero que sepan que una de las personas que más amo en la vida estará conmigo, hay no me aguanto la emoción si supieras.

-Lo sé, nadie más que yo sé cuánto sufriste buscando a tu hija, de que la encontraste tu rostro cambio a uno de felicidad, me dijiste que es bonita no es así, digo siendo tu nieta supongo que es así.

-Sí, mi Katy heredo la belleza de su madre así como mis ojos, los tiene verdes como unas esmeraldas, el cabello rubio de su padre que déjame decirte que es muy pero muy guapo.

-Pero dime el rebelde de tu sobrino, aun no se compromete.

-No y no sé, ¿Cómo hacer? Para que ya deje de andar de libertino, de verdad que ya hasta le puse un ultimátum para que lo haga pero señorita que le presento, señorita que sale corriendo él se pone de un humor de perros, cada que tengo una invitada y se pone hasta grosero. Tus sabes más que yo cuáles son sus gustos, pero no entiendo porque él prefiere a las mujeres comprometidas, esas con las que no puede llegar a más.

-Precisamente por eso es que le gustan, porque sabe que no pueden comprometerlo, creo que tu sobrino le tiene miedo al compromiso.

-No, ese no es su miedo, de hecho alguna vez amo mucho a alguien y después de ella, el solo bueno ya no dejo que nadie se acercara, quedo demasiado lastimado que desde ahí el solo se ha dedicado andar de libertino, pero me da miedo que me lo maten que un día me digan que alguno de los esposos de estas mujeres, sepan de quien se trata y le pongan una bala en la cabeza.

-Es una preocupación, para ti ya que lo quieres como un hijo.

-Señora acaban de llegar los perfumes de la señorita.

-Oh si, vamos Elroy que mande a pedir perfumes no sé qué aroma le gusta, pero mande a traer varias fragancias.

-Vaya sí que la quieres consentir.

-Yo la consentiré a modo de que ella ya no se quiera ir de mi lado, es más me encantaría que se casara con alguien de aquí para tenerla cerca, aunque sé que sus padres en cuanto puedan vendrán y se la llevaran.

-Elroy, en cuanto escucho eso solo se le vino algo a la mente – Condesa, si se llegara el caso de que su nieta y mi sobrino llegaran a conocerse, digo ellos congenien usted daría el visto bueno para que se casen, digo con la reputación que tiene mi sobrino usted se negaría.

-Yo que más quisiera que comprometerla pero eso no me compete a mí, sabes bien que aprecio a Maximiliano, sé que dentro de todo es solo un joven que no ha encontrado el verdadero amor, pero si se llegara el caso de que ellos se conozcan y el, por amor decida cambiar al grado de dejar todo su libertinaje para portarse bien, quien soy yo para negarme.

-Lo tomare en cuenta, créame que si se diera el caso no creo que sus padres se nieguen a que ella sea la Duquesa de Bleir, digo un título bastante alto para una niña que no tiene un título en este continente.

-Lo sé, pero para sus padres eso a ellos no les interesa, quería legalizar los documentos para que mi hija heredara el título, pero tanto ella como su esposo se negaron, es normal ella adora a sus padres y no iba a dejar su apellido por el del inhumano de conde, además no lo necesitan el esposo de mi hija es millonario así que lo que menos le interesa es tener un título, así que para ellos lo más importante es que su hija sea feliz, solo eso.

-Vaya eso hace que más me interese en ella, sabes que mi Max odia a las mujeres interesadas y es uno de sus rechazos a toda señorita de esta sociedad.

Así las mujeres se la pasaban hablando y haciendo planes.

Katy, solo salía del barco para tomar aire fresco, ya que no quería ni comer.

-Vamos niña, no puede solo dejar de comer se va a enfermar acabo de ir por fruta para que coma.

-Es que no tengo hambre, de verdad Nana que no quiero comer.

-Pues tendrás que hacerlo aunque te obligue, ande debe comer sino me enojare mucho ya en un par de días llegaremos al puerto, cuando la vea su abuela se va a espantar de verla tan pálida.

-Está bien, pero solo un poco de fruta.

Los días pasaron y la hora de desembarcar se llegó, en el puerto de Londres llegaba un cortejo de varios carruajes de los más finos, toda la gente esperaba que una princesa bajaría de ese barco ya que la esperaban hasta un grupo de militares que hacían una baya para que la dejaran bajar.

En cuanto Katy bajo con Sandra, el mismo capitán del barco la escolto hasta uno de los carruajes- Condesa le entrego a su nieta sana y salva.

-Muchas gracias capitán, de verdad que estoy completamente agradecida con usted por haberla cuidado.

-La condesa, bajo del carruaje para abrasarla – mi niña, ¡estas preciosa!

-Abuela gracias, por aceptar que me quede contigo.

-No sabes lo feliz que me haces, te voy a consentir tanto para que nuca te quieras ir de mi lado – sonriendo. – Vamos hija, sube debes venir cansada ya tus maletas las llevaran en uno de los carruajes.

-Abuela, creo que exageras con tanta atención de verdad no era necesario.

-Hija eres la nieta de la condesa Oleska, deberás acostúmbrate a toda esta atención que resuene que la hija de mi hija llego.

En todo el camino la condesa, no paraba de hablar de todo lo que le gustaría hacer ahora que Katy estaría con ella, como ir de compras, asistir a los eventos de la sociedad y hacer una gran pero gran fiesta de presentación.

-Katy, solo iba en silencio mirando por la ventana del carruaje el paisaje sin decir nada, al parecer ni siquiera ponía atención a lo que la condesa le decía.

-Hija, me pusiste atención.

-He, me decías.

-Hay hija, me imagino que vienes cansada y yo aturdiéndote con tanta cosa, sí que somos vecinas del duque de Bleir su tía es su única pariente, ella muy amiga mía y espero que cuando conozcas a Maximiliano puedan ser amigos, ya que nuestras propiedades no las tenemos delimitadas ya que por la amistad decidimos mantenerlas así, nunca hemos tenido problemas, así que espero que ustedes se lleven bien.

-Si por supuesto.

-Hay hija estoy tan feliz – tomándola de la mano – mira ahí, ya se ve la mansión mande a traer un par de hermosos caballos sé que te gustas montar.

-A mi niña le encanta montar, ella disfruta mucho de salir de paseo a caballo.

-Hay que lastima que yo a mi edad ya no puedo, la última vez sentí que ya la cadera me molestaba mucho y el doctor dijo que era mejor ya no hacerlo, pero espero que tu si puedas divertirte, sé que te gustara.

-Sé que así será – con una tristeza, que no podía esconder.

En cuanto llegaron a la mansión, todo el sequito de sirvientes estaban afuera esperándola en la entrada de la mansión.

-Señores, ella es mi nieta lo que ella necesite, lo que ordene, es como si yo lo ordenara.

-Señorita, sea bienvenida – toda la servidumbre.

Cuando Katy entro a la mansión, quedo maravillada con todas las flores que pusieron adentro para recibirla – está todo muy lindo - solo se acercó a oler una rosa – no hacía falta tanto abuela, con un pequeño ramo era más que suficiente.

-Vamos hija, quiero que te sientas como en tu casa sabes bien que te adoro y quiero que aquí seas feliz, anda vamos subamos a tu habitación, no sabes como deseaba que ya sea tu madre o tú, hubieran estado una larga temporada conmigo.

-Pero si te visitábamos, recuerdo bien que era pequeña y veníamos.

-Sí, pero no se quedaban mucho tiempo ya que tu padre tenía que atender sus negocios, pero ahora te quedaras conmigo y yo te cuidare.

-Sandra, entraba queriendo arreglar sus cosas – No Sandrita, para eso está la servidumbre de la mansión, anda ve a tu habitación a descansar ya se te nota que estas cansada, deja en mis manos a Katy, yo la cuidare anda ve que te enseñen cual será tu habitación.

-Después de eso un par de muchachas entraban para arreglar el baño y toda su ropa que no era ni necesaria, ya que la condesa le lleno todo el closet con vestidos que mando a traer y otros que aún faltaban por llegar.

-La bañaron y la dejaron descansar.- entro en un sueño profundo, donde ella caminaba descalza dentro de los pasillos de la mansión de su casa y veía a Anthony, que la llamaba conforme iba detrás de él, la silueta de Anthony iba desapareciendo con cada paso que daba, solo se esfumaba como si se tratara de una forma de humo hasta que llego hasta un salón, donde todos estaban muy bien vestidos con máscaras, la cara no se les veía ella llegaba solo con su camisón, la mayoría se le quedaba viendo como extrañados de la facha que llevaba, solo se irguió para tratar de cruzar pero las parejas bailaban y cada vez la tenía más acorraladas, hasta que sintió que una mano la jalaba haciéndose paso entre los danzantes, cuando llegaban hasta una terraza, ella con sus manos solo trataba de quitar el antifaz creyendo que era Anthony quien trataba de rescatarla pero no era así, solo cuando quito el antifaz la persona se esfumaba sin dejar verle la cara.

-Noooooo otra vez, solo déjame ver tu cara – con el pecho que se le quería salir, desde que llego a esa mansión ese sueño se le había hecho muy recurrente. – se levantó y eran apenas las cinco de la mañana, todo estaba en silencio así que bajo descalza con el pelo enmarañado aun de que no se había peinado y el camisón, fue hasta las caballerizas para sacar uno de los corceles que la condesa le había regalado, puso las monturas y solo comenzó a cabalgar.

Katy, sentía que con el aire liberaba toda esa tensión, todo el piso estaba húmedo ya que la noche anterior había llovido, el caballo iba a todo galope entre las inmediaciones de la propiedad, tal parecía que entre más rápido cabalgaba más se deshacía de todo lo que llevaba dentro, sus lágrimas comenzaban a fluir sin siquiera pedirlas solo se preguntaba ¿hasta cuándo sentiré tanto dolor?

El Duque Maximiliano, venia huyendo como siempre de uno de los esposos de una de sus amantes, la cual había visitado, pero cada vez se le estaba haciendo más difícil escabullirse, así que tuvo que dejar su caballo amarrado en uno de los árboles de la propiedad de la condesa para poder entrar a su propiedad caminando, que así era menos probable que supieran de quien se trataba.

Ya casi amaneciendo, se comenzaba a ver la luz del sol como cual alborada, Katy iba cabalgando a todo galope y el conde de la nada le salió al paso, Max solo pudo ver aquella chica que no se detuvo ni siquiera a ver de quien se trataba – pero como se atrevía si casi lo mataba, sino fuera porque la alcanzo a esquivar le habría atropellado, solo observo su cabellera que con el aire iba esparcida como si se tratara de cual fantasma que iba huyendo, tan es así que no se dio cuenta que de lo rápido que ella iba, lo baño de barro completamente.

Maximiliano estaba tan molesto, pero estaba decidido hacerla pagar su falta, así que agarro su caballo y lo monto para ir tras ella, pero era inútil esa amazonas solo parecía que era como un relámpago, ya que por más que cabalgaba ella logro escabullirse entre los árboles. Así que Max solo tomo su caballo y decidió caminar entre los árboles, ya estaba en su propiedad así que conocía muy bien por donde iba, cuando alcanzo escuchar un relinchido de un caballo cuando vio que la mujer de hace un momento estaba recargada en un árbol.

Max, se quería acercar pero al escucharla sollozar solo no quiso interrumpirla, solo amarro su caballo y se quedó lo más cerca que pudo para alcanzar a ver su silueta, era una chica joven igual que él toda llena de barro pero al parecer eso a ella no le importaba, ya que lo único que hizo por un buen rato fue llorar, solo llorar.

Pero ¿Qué le pasaba?, ¿acaso había fallecido alguien? Ya que ella lloraba con mucho sentimiento, después de un rato se limpió las lágrimas y se subió a su caballo comenzando a cabalgar perdiéndose entre los árboles, Max solo se quedó ahí viendo como desaprecia - pero ¿Quién era ella? Un fantasma, acaba de ver llorar un fantasma, si el no creía en fantasmas, también tomo su caballo y llego hasta su mansión donde ya lo esperaba su capataz para recibirlo.

-Señor.

-Guarda el caballo y que me preparen un baño.

-Hijo, pero ¿Qué te paso? vienes todo lleno de barro.

-Nada tía, un fantasma me lleno de barro y por un pelín me mata, pero ya arreglare cuentas con el fantasma.

-Pero de que hablas hijo, ¿Cuál fantasma?

-Nada tía, yo me entiendo solo que me preparen un baño anda que no soporto andar así.

-Si hijo, enseguida.

Cuando Maximiliano entro a su tina de baño solo se sumergió en el agua, al salir se le venía una y otra vez, la cara de esa muchacha si la visualizo bien, no podía apartarla de su mente pero ¿Por qué lloraba? Solo sacudió su cabeza, debe ser alguna niña caprichuda hija de papa, que no le compararon el ultimo vestido de moda – Va Max deja de pensar, ¿Por qué mas lloraría una mujer? Solo se levantó y tomo una toalla para secarse su cuerpo muy músculos y bien torneado, Max era un joven de 26 años, ojos color verde azulados, cabello negro como el cuervo, su perfil griego ya que era herencia de su madre con su 1.90 metros de atura que hacían que se viera imponente.

Solo se tendió en su cama desnudo, para tratar de descansar tras haberse trasnochado pero una cara de ángel solo no lo dejaba dormir, así que decidió mejor levantarse e ir a desayunar. – buenos días tía.

-Buenos días sobrino y ese milagro que desayunaras conmigo.

-Bueno no puedo dormir, el fantasma no me deja hacerlo.

-¿De qué hablas? creo que el hecho de que andes de libertino todas las noches ya te afecto, dime ¿Qué fue lo que paso?, que te tiene muy efusivo – sirviendo te, para los dos.

-Vi una chica entre los arboles del pequeño bosque cerca del lago, entre las inmediaciones de las propiedades de la condesa y las mías.

-Una chica ¿Qué raro? Debe ser de la servidumbre digo a esa hora ¿Quién puede ser? Pero dime ¿Qué tanto te llamo la atención de la chica?.

-No sé, es que lloraba con un desconsuelo que hubiera querido acercarme solo a ver si estaba bien, si le ocurría algo no se, preguntarle ¿Por qué lloraba? Pero luego me acorde que me dijiste que estaba por llegar la nieta de la condesa, ¿será que era ella?

-No menos a esa hora, la nieta de la condesa no, con lo sobreprotectora que es cristal esa niña no saldría sola a cabalgar ya mero ni a la esquina, además ¿Por qué motivo lloraría? No, debió ser alguien de la servidumbre, anda quítate eso de la cabeza y mejor acompáñame a la fiesta de bienvenida que se hará en honor de su nieta.

-¿Cuándo será?

-El sábado, me muero por conocerla dicen que es hermosa.

-Todas las chicas de tus amigas, lo son para ti.

-No todas, no exageres además mira a la condesa ella era muy bella y dicen que su nieta heredo su belleza, aún recuerdo haberla visto de joven ¡dios! hacia suspirar a muchos, inclusive tu padre suspiro de joven por ella.

-Mi padre, pero que la condesa no es un tanto mayor para él.

-Bueno si, pero eso no quita que Cristal siempre fue muy bella, solo que tu padre era 10 años más joven que ella y sin ninguna posibilidad para que ella siquiera lo mirara con otros ojos.

-Bueno hijo, puedo contar con que me acompañaras.

-Sí, solo espero ahí en contra el fantasma, solo quisiera saber si está bien.

-Hay hijo, sí que esa muchacha te dejo impresionado.

-Bueno no impresionado, es solo que un poco no sé, intrigado además por poco y me mata, sino fuera porque la alcance a ver me atropella con el caballo, creo que ella con lo rápido que iba ni se dio cuenta que casi me mata, solo iba a todo galope sin mirar atrás, sin preocuparse de que iba toda bañada de barro, no se solo no dejo de pensar ¿Quién es?

-Bueno hijo, te dejo ya que deberé ir a la ciudad para comprar un obsequio para la nieta de Cristal, bienes conmigo o te quedas aquí quebrándote la cabeza.

-He no, si voy contigo me hará bien salir a despejarme un momento.

La condesa le pidió a Katy, que la acompañara a la ciudad para comprar algunas medicinas que necesitaba, así como visitar a la modista, más que nada una forma de hacer que ella se distrajera, ya que Sandra le conto en qué estado se encontraba ella, que estaba demasiado deprimida y que lo que menos quería era que Katy estuviera encerrada.

Katy, se vistió con un vestido en color amarillo con unas florecitas en color rojo y naranja, nada presuntuoso solo coloco un buque de flores en su cabello, llevaba una canasta donde ponían todo lo que compraban, a la condesa le encantaba escoger ella misma la fruta que comía y andar en los mercados que se ponían en la ciudad, siempre acompañada de su damas que las ayudaban a cargar, así como algún mozo que les lleva los productos más grandes.

-Mira hija, estas manzanas te gustan, hay mira ahí hay cerezas podemos pedir que nos hagan una tarta de manzana, anda hija anímate.

-Sí abuela, lo que tu decidas por mi está bien, la condesa siguió con sus compras pero ella se detuvo en un puesto donde vendían collares y pulseras de colores.

-Lleve sus collares de piedras y gemas preciosas, que son traídas desde lugares muy lejanos, solo para ustedes, ande señorita lleve el que le guste.

Katy, tomo uno y observo las piedras, que eran un poco raras, pero algunas solo eran piedras sin valor – solo sonrió – cuando Max, con su tía se acercó para ver lo mismo – mira hijo estos collares, crees que si compro algunos le gustaran a la chica.

-No sé tía, solo compra cualquier cosa ella ni se va enterar si es de valor o no.

-Katy, solo escuchaba sin emitir ningún sonido, hasta que vio una piedra que era un cuarzo de colores que le llamo la atención – disculpe, me podría dar el precio.

-Si señorita, esa piedrita le cuesta 50 florines.

-Tanto – riendo.

-Es que es extraída de las minas más tenebrosas del nuevo mundo, es la razón de su precio.

-La señora Elroy, se fijó en un collar de piedras de colores y miro a Katy – niña, si te dieran un collar como este, ¿te gustaría?

-Katy solo sonrió – miro al señor - el collar que tiene la señora ¿Qué precio tiene?.

-1000 mil florines, es que esas piedras son gemas preciosas de la mejor calidad.

-Señora solo lo aceptaría porque sería un regalo que usted escogería para mí, pero la verdad ese collar no vale ni la cuarta parte de lo que este señor está pidiendo.

-Ohhh enserio - decía la señora Elroy.

-Mira niña, si no vas a comprar mejor vete de aquí antes de que te de una paliza, como te atreves a venir a espantar la clientela.

-Y usted como se atreve a vender baratijas, esas piedras no valen nada, de hecho usted es un estafador.

-El señor iba a tratar de callar a Katy, tratando de alcanzar su brazo para alejarla de su puesto, pero Max intervino – no se atreva a tocar a la señorita, ella tiene razón lo que hare será llamar a las autoridades para que lo arresten.

-En eso se escuchó una dama – niña, ¿Por qué se aleja? ya su abuela la anda buscando como loca, vamos no debe andar sola – solo llevándosela, donde ya el carruaje la estaba esperando.

-Pero que chica más peculiar, cualquier otra hubiera dejado que me estafaran, no crees, hay pero ya no le di las gracias, me hubiera gustado saber a qué familia pertenece.

-Hay tía, solo vámonos de aquí quieres.

-Si solo deja que compre algo para la nieta de cristal, hay es que no sé qué llevarle.

-Si me imagino, esa niña debe tenerlo todo.

Para Max no pasó desapercibida la belleza de la joven que vieron en el mercadito de hecho, la visualizo muy bien cuando platicaba con su tía, sus grandes ojos verdes fue lo que más le llamo la atención, pero lo que más lo impresiono fue su forma de no callarse lo que pensaba, cualquier otra solo hubiese guardado silencio ante la amenaza del señor y ella se defendió con una actitud que jamás había visto en ninguna chica.

-En la noche decidió que no saldría, quería descansar y levantarse temprano, para salir a recorrer el bosque para ver si veía a la chica fantasma, esa que tanto le llamo la atención, solo podría volver a verla si él se ocultaba por donde la vio y esperarla a ver si de casualidad llegaba.

Y así lo hizo ya eran las cinco de la mañana, tomo uno de sus caballos así como su capa, para adentrase al bosque, se trepo a uno de los árboles y espero, pero nada, tal parecía que el fantasma solo no quería aparecer, espero hasta que amaneció pero no apareció, será que si era un fantasma o solo fue su imaginación. Así pasaron casi tres días y nada, Max solo pensaba que ya estaba perdiendo el tiempo, que lo debía hacer era buscar a una de sus amantes que ya hacía tiempo que no visitaba, pero podía más sus enigma que las ganas de estar con alguna de sus amantes.

Katy, esa noche tras tener su sueño recurrente solo bajaba como loca a tomar su caballo, como siempre descalza y en camisón con el pelo alborotado, fue a las caballerizas y monto uno de los caballos, salió a todo galope como siempre sin detenerse solo galopaba muy rápido el viento le daba de frente, era la única manera que tenía ella para liberar todo lo que tenía ya que en el día, ella no dejaba caer ni una sola lagrima escondiéndolas todas a esa hora.

Los estruendos de los cascos del caballo y el relinchido, hicieron que Max que estaba en uno de los arboles esperando a ver si aquella mujer aparecía, como cual fantasma vio como ella se bajó de aquel caballo y lo amarro en uno de los árboles, después como se sentaba debajo de uno de aquellos árboles y ponía su cara entre medio de sus piernas para ponerse a llorar, pero sus sollozo eran de un dolor inmenso que hasta él se le partía el corazón, que sufrimiento podía tener como para llorar así.

Solo se quedó quieto mirándola hasta que dejo de llorar, ella recogía sus lágrimas y volvía a su caballo, para desaparecer entre la penumbra a la luz del amanecer, como toda una amazonas salió disparada, él era un muy buen jinete pero esa chica era asombrosa cabalgando, en cuestión de minutos dejo de verla por la velocidad que llevaba no se pudo acercar, para ver de quien se trataba.

Pero seguiría observando hasta saber de ¿Dónde venía esa chica que tanto le intrigaba?, el sábado se llegó y la fiesta de Katy en la mansión Oleska era todo un acontecimiento, la condesa hecho la casa por la ventana, había de todo como malabaristas, mesas de juego, comida, música, bebidas y todo lo que una fiesta de esa época podría tener todo absolutamente todo para divertirse.

-Maximiliano junto con su tía, eran anunciados.

-El duque de Bleir junto con su tía.

-Hacían su entrada con bombo y platino, algunas damas no le quitaban la mirada aún bajo el escrutinio de sus esposos, algunas otras solo no deseaban ni topárselo y otras suspiraban como tontas por él, el solo no dejaba a su tía la sentó en una de las sillas junto con lagunas damas y busco la mesa de las bebidas, necesitaba una con urgencia.

Cuando se escuchó el redoble de tambores, anunciando que la nieta de la condesa iba a bajar para ser presentada. Katy, para esa noche se puso un vestido en color verde oliva con café que hacía que sus ojos resaltaran, con un escote en v dejando descubiertos sus hombros, con su cabello recogido con un buque de flores que estaba encajadas en su cabello y un juego de diamantes garnet color verdes que su padre le había regalado.

-Bajo las escaleras, hasta estar al lado de su abuela – señores y señora les presento a mi nieta Amelia Katherine Alexandra Andrew – todos los presentes, irrumpían aquel silencio con un gran aplauso. Después de la presentación estaba obligada a bailar con algunos invitados de la condesa en lo que era abordada por algún caballero para preguntar si estaba comprometida.

-Señores, por favor ya tendrán tiempo de preguntar ese tipo de cosas, dejan a la condesa en paz – vamos Cristal, dime aún no se compromete, déjame decirte que la conocí en el mercado de verdad que es hermosa.

-Te lo dije, no querías creerme es tan bonita como su madre.

-Sobre todo inteligente, sabes ella no dejo que me timaran cuando estábamos en el mercado quería comprar un collar que me lo querían vender a precio de oro, pero ella tan linda me dijo que no lo comprara que ese collar no valía nada.

-¡En verdad! ella no me conto nada.

-Max, se fue a la terraza estaba un poco abrumado por todo aquella gente que solo se le quería acercar para hablar de cosas de política y de los problemas de la tierra, cosa que a él, solo huía de esa clase de pláticas. También huía de las miradas de algunas de sus amantes que no le quitaban la vista y sus esposos estaban al acecho, así que era mejor irse a un lugar donde pasara desapercibido.

-Katy, igual salía a la misma terraza se sentía extraña el solo estar ahí en un baile donde no conocía a nadie y que todo esa bulla, le recordaba mucho a los últimos bailes donde iba acompañada de Anthony, ¿Cómo olvidarlo? si era lo único que tenía en la mente, salió para que le diera el aire muy metida en sus pensamientos.

-Vaya, no sabía que quería estar conmigo a solas, pero le parece si vamos mejor a un lugar más privado.

-Perdón, ¿me habla a mí?

-A quien más, no veo a nadie más, supongo que me vio y salió detrás de mí para querer seducirme, vamos no se haga la mustia si quieres podemos ir a un lugar donde haya menos gente.

-Katy, estaba en shock que no emitía palabra cuando Max solo se le fue acercando cada vez más como aquel lobo tras su presa, tomándola de la cintura y acercándola hacia él, hasta quedar cerca, muy pero muy cerca casi se podía sentir el aliento de los dos de lo cerca que se encontraban.

Continuara.

Hola chicas, aquí con un nuevo capítulo de esta apasionante historia por ahí dicen que un clavo saca a otro clavo ¿será que Max es ese clavo? ¿Podrá Max sanar su corazón? Espero sus comentarios.

Las espero en el próximo capítulo ya saben por la XEW, Radio.

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