CAPITULO 42

Torke Almaforga había aceptado su primera tarea como aventurero novato, eliminar un nido de goblin, monstruos de bajo nivel, lo que parecía un encargo sencillo de lidiar al eliminar a 12 de aquellas criaturas, pronto las cosas se tornan en una situación de pesadilla.

El úrsido fue desarmado, y sometido por los 6 goblin restantes que quedaban, pero para su desagradable sorpresa, un decimo tercer de estas criaturas su acto de aparición, un piel gris, una variante del goblin conocido, que contaba con la capacidad de producir fluidos venenosos para arrojar.

El piel gris produce una afrodisiaco de la punta de su pene, llenándolo en un frasco de arcilla, acercándose al oso desarmado sometido en cuatro patas, su intención era introducirle aquella sustancia por su recto y dejarle en un estado vulnerable de calor lujurioso sin control, donde los demás goblin pudieran violarle sin la menor resistencia de su parte.

—No… por favor no… piedad…

Las suplicas del oso hacían reír a los goblin, el piel gris en especial hacia resonar su carcajada diabólica entre todos mientras seguía acercándose, al posicionarse cerca del ano del oso, Torke intento resistirse otra vez. Pero el filo de las lanzas y espadas de los goblin a su lado amenazaban con arrebatarle su vida, entonces el úrsido estaba entre dos decisiones vitales.

—(Resistirme y posiblemente morir o…)

Si no oponías resistencia ahora, seria drogado por el afrodisiaco del piel gris, y entonces se convertiría en la puta de los goblin para el resto de su vida.

—(¡Quiero luchar!, pero… tengo demasiado miedo de morir… ¡maldición!, ¡maldigo mi debilidad!).

El oso empezó a llorar por la debilidad que mostraba al seguir sometido a los goblin, los monstruos se reían incluso aun más de su padecer emocional, el piel gris procede a acercar el frasco de arcilla y untarlo en el culo de Torke. El oso cierra sus ojos lamentándose por lo que iría a ocurrir y pidiendo perdón a su fallecido padre, por no haberse hecho cargo de la herrería. El piel gris baña toda su mano de aquella sustancia y a centímetros del recto de Torke, se acerca lentamente hasta que…

—¡AAAAAAAAAH!...

El piel gris exclama un grito de dolor, mientras su rostro es llevado al suelo con una descomunal fuerza y su cráneo aplastado por la presión, un puñetazo le había tomado desprevenido y atacado por su nuca. Los demás goblin retroceden del temor al ver que su compañero variante fue asesinado por un misterioso agresor.

—¿Eh?...

El oso abre sus ojos, voltea y mira a la persona que había salvado su vida, ante él de encontraba un tigre de fornido cuerpo e inusual cabellera roja, llevando una túnica ligera que dejaba al descubierto sus pectorales y pantalones cortos, su calzado consistía en sandalias de madera.

—Hola, vi que parecías estar en problema, así que decidí echarte una mano -el tigre le sonríe con sus manos en la cadera.

—G-gracias…

—En realidad estaba desde hace un rato, y observaba tu manera de luchar, te manejas bien con el escudo y el mazo -El felino le elogio —Los goblin pueden ser un autentico dolor de culo, incluso para aventureros de categoría II.

Aquel felino extiende su mano y ayuda a levantarse al oso, luego enfrenta a los goblin restantes, primero atacaba a quien tenia el martillo de Torke, tomando el arma y devolviéndoselo a su dueño legítimo. Entonces el oso seca sus lágrimas, y con furia se une a la pantalla, derrotando al goblin que poseía su escudo, y volviendo a estar completamente rearmado.

La lucha concluye en pocos minutos con la victoria de los dos Sapien, el tigre se recuesta en el suelo para descansar y ríe satisfecho tras la batalla, elogiando al oso por su espíritu guerrero.

—¡Eres bravo en batalla!, algunos movimientos serán algos torpes, pero si los pules con el tiempo, serás un formidable luchador cuando seas un veterano aventurero -Aseguro el tigre con optimismo.

—De no ser por ti, habría tenido un trágico final a manos de esos monstruos, ¡en verdad muchísimas gracias! -Torke le agradeció con el dedicarle de una sonrisa.

—Como un aventurero, no podría haber dejado a otro compañero aventurero a su suerte en un momento de necesidad, además… -El tigre hace una breve pausa con un rostro melancólico —Soy yo quien debería disculparse, como te dije, estaba desde antes observando tu lucha con los goblin, por mi curiosidad para ver cómo te desenvolvías en batalla contra ellos, pasaste un momento en verdad muy difícil y traumático.

—Esta bien, lo que cuenta es que me salvaste al final, y por eso, te estaré muy agradecido, señor…

—Me llamo Khenya, pero por favor no me digas "señor", me hace sonar como un viejo canoso, además creo que los dos tenemos la misma edad.

El oso se sorprende al oír que el tigre tenia su misma edad, 16 años, luego los dos comienzan a charlar un buen rato y se echan a reír, ese día el aventurero Torke Almaforga completo su primer encargo y también hizo un amigo, quien se convertiría en su hermano de armas en su nuevo oficio.

Con los años, Torke eventualmente tras pagar todo lo necesario, recuperaría nuevamente la herrería de su padre, retornando entonces a su hogar, dejando atrás la vida de aventurero para convertirse en el herrero que desde un principio esperaba ser, para seguir el legado de su padre.

[—]

En el presente, había retornado a aquella tumba, donde aquella persona a la que tanto odiaba, seguía perturbándole desde lo más recóndito de sus recuerdos, memorias teñidas de una dolorosa oscuridad, atormentándole en la actualidad.

—"Siempre seré la semilla de la oscuridad que aceche en tu PRESENTE"…

La figura sombría materializada por la tumba, ríe a carcajadas, susurrándole a Torke en el oído, revelándose como aquel oscuro pasado, como una encarnación de su fallecido tío, Biasti.

—"Crees que por no haber terminado como la perra de esos bandidos, ¿tu vida ahora será feliz?, ¡yo no lo creo!, ¡JAJAJAJAJA!" -La sombra se hecha a reír con soberbia satisfacción — "Has regresado aquí, ¡significa que nunca me olvidaras!, ¡yo siempre viviré como una marca purulenta y filosa en lo más profundo de tu mente!, nada te hará olvidar esos días, en que estuvimos juntos y sentiste mi hombría penetrar tu interior, llenándote con mi esencia de oso, ¡JAJAJAJAJAJA!.

Cuando la figura sombría hacía mención de aquellos días oscuros, era inevitable que Torke reviviera tales recuerdos por unos segundos, pero entonces, recordó a alguien, una persona que consideraba como alguien especial, alguien que trajo alegría a su vida, su aprendiz Tiqulis.

Cuando Tiqulis empezó a vivir con él, entonces aquellos horribles recuerdos del pasado, terminaban encerrados en su mente, sellados e ignorados, reemplazados con memorias positivas de su preciado aprendiz. El ente sombrío sentía esos recuerdos, le enfurecía, sus carcajadas se volvieron gruñidos.

—"¡No importa cuantos recuerdos felices hagas!, ¡yo he sido una parte esencial de tu vida!, ¡no me olvidaras!, ¡no me olvidaras!, ¡NO ME OLVIDARAS!".

—Cierto… es imposible para mi olvidarte, pero puedo aliviar ese dolor, y sanar mi corazón, con él -Torke manifestó en su mente más recuerdo en torno a su aprendiz.

Recuerdos como aquella vez que se encontró por primera vez con él, cuando ese joven oso era un huérfano que vivía en la calle, a quien acogió en su hogar y lo acepto como su aprendiz. Su sonrisa cada vez que aprendía una lección de herrería, cuando comía un bocado dulce de miel y los momentos en que le reconfortaba con un abrazo fraternal.

—Puede que no te olvide, ¡pero puedo hacerte a un lado con esos recuerdos tan preciados para mí! -Exclamo el oso con confianza —Tu ya no tienes poder sobre mi felicidad, y vine aquí, para hacértelo saber, ya vete y no vuelvas a aparecerte ante mí, y recuérdalo para siempre, ese oscuro pasado, ha sido purificado por mi preciado aprendiz, por Tiqulis.

La figura sombría gruñe con iracundo estado, pronto pequeños agujeros de luz se manifiestan en su incorpóreo cuerpo, su ira se convierte en dolor, la luz se hace más intensa y borra por completo la sombra. Una voz familiar y agradable retumbaba en los oídos de Torke, repetía una y otra vez "Maestro, Maestro, Maestro…"

—¡Maestro Torke!, ¡por favor vuelva en sí!.

Torke abre los ojos, la oscuridad de a su alrededor se había desvanecido, era capaz de moverse y ponerse de pie nuevamente, a su lado se encontraba Tiqulis, quien sostenía una antorcha en la mano.

—Vi como se marchaba hacia aquella dirección, y yo… quería asegurarme de que estuviera bien -El aprendiz confeso.

Torke miro la tumba de su tío, sus ojos se llenaron de asombro, cuando noto que la espada oxidada que estaba clavada allí, había desaparecido, el maestro herrero entonces sonrió y miro a su aprendiz.

—Siento haberte preocupado, Tiqulis.

—Maestro, ¿se encuentra bien?.

—Si, ya todo se encuentra bien, regresemos.

[—]

El úrsido se había ido a tomar una ducha de cuerpo completo con su aprendiz en la casa de baño, después de eso, comieron algo juntos y cada uno se dirigió a su habitación para irse a dormir. Torke se desviste en la comodidad de su cuarto y en ropa interior, se acuesta en su cama, cuando estaba por cerrar los ojos, oye alguien entrar.

—Maestro, ¿está dormido? -Su aprendiz había entrado a su cuarto.

—No, aun sigo despierto, ¿sucede algo Tiqulis?.

El aprendiz de acerco hasta estar a su lado, con la mirada baja y mejillas ruborizadas, su voz sonaba temblorosa y con notable nervios.

—M-m-maestro, yo…

Sin previo aviso, Tiqulis besa a su maestro en la boca, Torke sintió los labios de su aprendiz con una expresión de sorpresa.

—Tiqulis… ¿qué estás haciendo?.

—Todo este tiempo, me ha cuidado, me dio un hogar y un propósito -Tiqulis acompaño sus palabras con una sonrisa —A pesar de que no estamos emparentados por la sangre, se hizo cargo de este huérfano del cual nadie recordaría, me entrego la calidez de su amabilidad y el deseo de vivir, ¡maestro Torke!, ¡yo… LO AMO!.

La repentina confesión de su aprendiz hizo que Torke quedara sin palabras y sintiera un agradable calor en el pecho.

—Siempre me ha demostrado su amor, ahora… quiero demostrarle todo mi afecto, mis verdaderos sentimientos hacia usted.

Tiqulis se quita toda la ropa, deleitando su total desnudes ante su maestro, no sentía vergüenza alguna, subiéndose encima de Torke.

—Maestro, por favor… tómeme -Suplico el joven oso con excitación.

Continuara…