Capítulo 38: En la noche.
-De verdad espero que esa sea tu primera copa- Una voz masculina se escuchó tras sus espaldas, llamando su atención. Aquello hizo que, tanto Hange como _, se giraran para observar a los recién llegados. Frente a ellas se encontraban de pie los cadetes del Escuadrón de Operaciones Especiales y Eren, el cual había sido el que se había dirigido previamente a la morena, que ahora la miraba con severidad, tanto a ella como al vaso que tenía entre sus manos. Con el ceño fruncido, el chico cruzó los brazos- por tu propio bien.
A diferencia de ambas mujeres, todos los presentes se habían vestido para la ocasión, dejando atrás el uniforme militar y el de gala. Estaban irreconocibles, debía admitir. Los chicos lucían trajes elegantes que les venía como anillo en el dedo mientras que las dos chicas llevaban unos vestidos preciosos con los cuales lucían su cuerpo esculpido por el entrenamiento. Casi no parecían soldados, de no ser por la insignia que llevaban clavada en los pechos de cada uno de ellos, mostrando las dos alas que representaban al Cuerpo de Exploración.
-¿Por qué dices eso, Eren?-Preguntó Armin con curiosidad, girando su rostro hacia él. El chico de cabellos rubios se había recogido un lado del pelo para pasarlo tras su oreja, despejando uno de los laterales de su rostro.
-Hace unas semanas descubrí que _ tiene muy, pero muy poco aguante al alcohol-Le dijo el castaño sin dejar de ver el rostro sonrojado de la morena, la cual le sonreía de manera divertida, todo producto de la bebida que previamente había ingerido. Eren se había echado hacia atrás sus cabellos castaños, despejando por completo su frente, adhiriéndose con gomina -Solo puede con dos vasos y medio.
-¿¡Sólo!?-Exclamó Jean, sorprendido. El otro castaño había dividido su cabello en dos y se había hecho una raya lateral- Pero si eso es una mierda. Hasta yo, que nunca he bebido alcohol, podría aguantar más.
Sin gustarle ni un pelo que aquellos niños se burlaran de ella, _, cambiando su comportamiento jovial, les lanzó una mirada de advertencia.
-¡Eh, ya está bien, chicos, que estoy delante! Tienes que tenerme respeto-Les regañó la morena señalándoles con el dedo índice de la misma mano que agarraba la copa. Puede que fuera cierto, pero subestimarla de aquella manera era lo mismo que querer morir- Y si, es mi primera. Así que, descuidad que no me voy a emborrachar-Desviando sus ojos grises hacia su compañera de al lado que se tambaleaba peligrosamente, _ sonrió con gracia-Aunque no puedo decir lo mismo de esta.
Hange, mientras estuvieron charlando de todo un poco, había ingerido demasiadas bebidas alcohólicas mientras que la morena, en vez de beber, procuró probar toda aquella extraña comida, que a saber cuando podría volver a estar frente a esta. Por eso, el resultado había sido aquel. La comida había salvado a _ de un emborrachamiento prematuro muy al contrario que Hange. Al notar que era mencionada, la castaña de manera atontada alzó su mirada del vaso hacia ellos y, con lentitud, fue recorriendo sus rostros hasta llegar al castaño.
-¡EEEEREEEN, VAMOS A EXPERIMENTAR!- Gritó arrastrando las palabras, reconociéndolo mientras se lanzaba hacia él, tirando al suelo la copa. Un sonido de cristales rotos se escuchó por debajo de la música. Por suerte, a pesar del escándalo, la fiesta siguió su curso con normalidad-¡TENGO NUEVAS IDEAS QUE PROBAR!
Viendo como la castaña agarraba el brazo de Eren e intentaba arrastrarlo fuera, Armin y Mikasa se acercaron e intentaron por todos los medios sacársela de encima y hacerle recapacitar mientras que el resto de individuos simplemente se reían a carcajadas de la escena. Sin embargo, al cabo de unos minutos, _ sintió un poco de pena por el chico, así que decidió echarle un cable antes de que realmente se fuera de las manos la situación. Cogiendo a la mujer del brazo bueno, acercó su rostro hacia Hange.
-Hange, ¿sabes qué he oído? Creo que Moblit está buscándote porque tiene los resultados de ese experimento-La palabra clave hizo el efecto deseado porque enseguida tuvo la atención de la borracha. A través de las lentes, los ojos de Hange brillaron levemente- ¿Te acuerdas, verdad? Ese experimento.
Durante unos segundos, la castaña se quedó en silencio con la mirada perdida, como si estuviera rebuscando en sus más profundos y distorsionados recuerdos.
-Si… Me acuerdo-Afirmó vagamente, aunque _ se hubiera inventado totalmente el experimento y esos resultados. Sin poder evitarlo, la morena esbozó una sonrisa divertida. Parpadeando con lentitud, Hange asintió para sí misma-Si...Tengo que encontrarlo-Y, soltando a Eren, se marchó tambaleante hacia el centro de la sala, buscando a su pobre segundo al mando, al cual disfrutaba de la fiesta con tranquilidad sin saber que en aquellos momentos le habían cargado con la responsabilidad de manejar a la borracha de su superior.
Con satisfacción, _ se irguió y se sacudió las manos, como si hubiera realizado un trabajo arduo. Lo lamentaba por Moblit pero...El segundo al mando estaba para eso, para vigilar a su superior.
-Y ahora…¿Quién quiere bailar?-Les preguntó al girarse hacia el grupo de adolescentes con muy buen humor mientras cogía el vaso que había dejado en la mesa y bebía de él hasta terminarlo por completo. El ardiente líquido se deslizó por su garganta. Cuando alzó su mirada gris, vio como todos desviaban los ojos hacia un lado, evitando hacer contacto visual con ella. El silencio absoluto que sucedió de su pregunta no le paro; asique, viendo que ninguno ni ninguna se presentaba voluntario, cogió a Eren del brazo- Pues te vienes tú, que me lo debes.
-¿Ah?-Exclamó el chico con el ceño fruncido, totalmente en desacuerdo. Pero, a pesar de las quejas, el castaño se dejó arrastrar por la coja morena hacia la pista de baile-¿Por qué debería debértelo?
-No seas desagradecido, Eren. Acabo de salvarte de perderte la fiesta- Le riño con diversión llegando al centro. Soltando el brazo del chico, se colocó frente a este, con una sonrisa animada y emocionada, viendo como la gente se empezaba a animar a salir a la pista. Hacía mucho tiempo que no bailaba y tenía muchísimas ganas de hacerlo- Te juro que es muy fácil, solo tienes que seguirme en lo que hago ¿vale?- Eren volvió a refunfuñar y sin querer escuchar más las quejas de este, _, rodando los ojos, le cogió de las manos, para bochorno de este, y las colocó en los lugares idóneos: en el hombro y en la cintura. Acto seguido, ella hizo lo propio con las suyas, poniéndolas en las partes que correspondían, y alzó el rostro hacia el castaño- Por ahora te guiaré yo.
Justo en ese momento, para fortuna de _, una nueva pieza empezó a sonar, casi como si el destino estuviera de acuerdo con concederle su deseo. Dándole una mirada de aviso a Eren, la morena empezó a moverse, siendo seguida por el otro casi al instante, indicando lo que debía a hacer en todo momento: dónde colocar el pie, como inclinarse, cada cuanto contar, etc. Al principio, fue un poco penoso, debido al bochorno que le hacía estar tenso, y había muchas veces que le pisaba los pies, siendo alguna que otra a posta. Pero poco a poco, el castaño fue dejando atrás la vergüenza y empezó a disfrutarlo, soltando de vez en cuando pequeñas risas cuando hacía girar a la morena sobre sí misma. Para sorpresa y alegría de la morena, Eren resultó ser un excelente compañero de baile. Sin embargo, al cabo de unos instantes, la pierna de _ empezó a ser una carga para la danza, provocando que la morena de vez en cuando apretara el gesto de dolor. No era un movimiento brusco, pero si continuo que podía hacer resentir los puntos que había cosidos a su carne. "Maldita pierna, no me deja disfrutar" gruñó mentalmente.
Ante el gesto facial que la morena emitía cada poco, Eren se dio cuenta de lo que estaba sucediendo; por lo que, aprovechando un paso de baile, cogió a esta de la cintura y la colocó sobre sus pies, causando que _ soltara un sonido de sorpresa.
-¿Se puede saber qué haces?-Preguntó con bochorno, ya que se sentía como si hubiera vuelto a ser una niña pequeña. Cuando tenía muy poca edad, su padre le colocaba de esa manera y juntos bailaban en las fiestas del pueblo, siendo aplaudidos por su madre y su hermana.
Eren esbozó una sonrisa sin dientes.
-Bailar ¿no era eso lo que querías?
Sin poder negarse a ello, _ bufó cambiando su gesto molesto a uno divertido. Maldito Eren. Riendo, se dejó llevar por la música, dejando atrás las preocupaciones y los problemas hasta que aquella pieza concluyó. Acabada la canción, las parejas se separaron, inclinándose hacia delante, y, volviéndose hacia la orquesta, aplaudieron a los músicos por su gran trabajo. _, ya con las botas en el suelo, palmeó el hombro de Eren, felicitándole por su baile, ganándose unas réplicas avergonzadas de este. Aquella amena discusión pronto se vio interrumpida, por el sonido estridente de unas trompetas. La gran mayoría de personas de aquella sala, incluidos Eren y _, dirigieron su atención hacia el sonido del instrumento, observando a dos músicos parados en la puerta principal del lugar. Con un chirrido pesado, esta se abrió con lentitud, dejando paso a la protagonista de aquel festejo: Historia. La rubia con el mismo vestido blanco con detalles dorados y la capa real sobre los hombros que había llevado durante su coronación dio un paso al interior del lugar, dejando asombrados a todos con su elegancia y porte.
-Wow-Murmuró Eren junto a la morena, sin poder ocultar su sorpresa.
Debía admitir que sí; compartía el mismo sentimiento con el castaño. La ex soldado y ahora reina de las Murallas estaba espectacular.
-Eren, cuidado que se te cae la baba-Se burló de él, codeándole el costado. Sabía perfectamente que el chico no veía de esa manera a Historia, pero era divertido pincharle.
Ganándose una mala mirada del chico de ojos verdes, _ rio volviendo su vista hacía Historia, la cual en ese instante se dirigía hacia el centro de la pista, seguida de un séquito de altos cargos y figuras importantes de las tres murallas, todos deseando hablar con la nueva monarca. Viendo a Historia charlando y sonriendo cortésmente, _ se dio cuenta de que a partir de ahora sus caminos tomarían distintos rumbos. Era triste, puesto que prácticamente había visto crecer por años a aquella niña hasta convertirse en lo que ahora era una mujer entera y derecha, la cual sabía que gobernaría con firmeza y determinación, guiando a toda la humanidad hacia la libertad. Era triste, pero no podía estar más orgullosa de ella. Sus padres habían sido unos completos imbéciles, unos idiotas que no habían valorado el enorme tesoro que tenían frente a sus ojos. Pero ahora, miles de personas podrían ver su verdadero valor.
Por ello, cuando ella dirigió sus ojos celestes hacia su lado y le sonrió con alegría, _ inclinó la cabeza en una reverencia, sorprendiendo a Historia y a Eren. Sentía profundo respeto por el enorme sacrificio que había hecho; pero, sabiendo que las tres murallas se encontraban en sus manos, supo que no había sino acertado en su decisión. Era perfecta para el cargo.
-_, Eren-Les saludó cuando, tras saludar y charlar un poco con los otros invitados, se acercó a ellos- Veo que habéis estado bailando.
-Sí, al principio se ha resistido un poco pero al final le he convencido-Sonrió con malicia, de nuevo sintiendo los ojos acusadores de Eren sobre su cabeza. Al final se ganaría un golpe por parte del chico titán-Y me ha sorprendido. Es muy buen bailarín.
Historia dirigió su mirada hacia el castaño, alzando las cejas con sorpresa. Eren, avergonzado por el repentino elogio tan serio, desvió sus ojos hacia un lado, alzando la mano para rascarse la nuca.
-Oh…¿Eso es cierto?-Preguntó la rubia volviendo su mirada hacia _, la cual asintió, con una sonrisa-Muy bien… Eren ¿qué tal si iniciamos el baile juntos?-Le propuso extendiendo su mano. Eren, volviendo sus ojos hacia ella, la miró como si de pronto le hubiera salido un tercer ojo en la frente- La reina que guiará a la humanidad y el arma secreta de la humanidad. Un dramático combo.
-¿Ah?-Eren, ante aquella propuesta, frunció el ceño-¿Yo?
-Venga, venga, no puedes rechazar la petición de tu reina-Le codeó de nuevo la morena- Además, no hay porqué tener miedo, has aprendido de la mejor. Lo harás muy bien.
-¿Miedo? Yo no tengo miedo-Gruñó molesto por el comentario, causando que ambas intercambiaran una mirada divertida por lo simple que era el chico- Por supuesto que puedo bailar con Historia.
Riéndose, _ se apartó dejando paso a que la pareja se situara en el centro de la habitación con todas las miradas sorprendidas de repente puestas sobre ellos y, al inicio de una nueva canción, empezaran a bailar. Más individuos se unieron a la danza, motivados por la visión de la reina participando en aquella actividad, asique, pronto, _ se vio obligada a abandonar la pista de baile y a observar el festejo junto a las mesas, cuya bebida y comida ya empezaba a escasear. Con una pequeña sonrisa, observó a ambos chicos bailar mientras charlaban amistosamente, sintiendo en su pecho una sensación de alivio y alegría. Habían pasado por muchas cosas los anteriores días; cosas muy estresantes, fuertes y traumáticas. Sobre todo para un niño de 15 años. Y verlos ahí, parados firmemente contra el mundo a pesar de las circunstancias sufridas, a pesar de todo el peso que en aquellos momentos sus hombros cargaban, hacía que la morena se sintiera satisfecha con todo el dolor pasado.
De pronto, sus ojos, que habían estado observando el desplazamiento por toda la pista de baile de aquella llamativa pareja, captaron algo de reojo. Como consecuencia de ello, desvió su atención de la reina de las Murallas y del arma secreta y observó, a través de los bailarines que no dejaban de moverse, al otro lado de la enorme sala. Sin poder evitarlo, su corazón palpitó con fuerza al reconocerlo. Justo en frente de ella, estaba Levi sólo, recostado contra la mesa que tenía tras de sí, viendo con completo aburrimiento el baile que sucedía delante de él. Llevaba el uniforme de gala que se adaptaba a la perfección a su cuerpo, pero, para horror -en el buen sentido- de la chica, se había colocado su cabello negro hacia atrás, despejando su frente y rostro, lo cual le hacía parecer más joven. Apretando los labios, continuó observándolo desde la distancia, completamente enganchada a aquella imagen tan inusual. Entonces, rompiendo el hechizo que le había sometido; inesperadamente, el moreno alzó una botella de cerveza, llevándola a los labios y bebiendo de ella un buen trago. Una oleada de preocupación arrolló la mente de _ en aquel momento. Y esa sensación creció aún más cuando vio como después de dejarla sobre la mesa, seguramente vacía, el hombre empezó a caminar hacia una de las salidas con la cabeza agachada, cogiendo otra nueva de pasada, sin ni siquiera ver el tipo de alcohol que era. Aquello no era normal, no en él; por ello, la impresión de que algo le pasaba se hacía cada vez más fuerte.
Sin poder quedarse quieta, la morena rodeó la pista de baile, siguiendo sus pasos en la distancia, cojeando y maldiciendo por su cojera. Frente a ella, a un par de metros de separación, el hombre se adentró en la puerta más próxima a él, internándose en los pasillos de las dependencias militares. Volviendo a maldecir internamente por su lentitud, la morena se apresuró por no perderlo hasta llegar al lugar por donde se había marchado.
Saliendo de la sala principal, _ avanzó casi en las penumbras, pues algunas de las velas que habían colgadas se encontraban apagadas y nadie, como era lo normal en otras circunstancias, las había vuelto a encender. Notando como se estaba empezando a perder pues no veía por ningún lado al hombre y los pasillos se le empezaban a asemejar, detuvo sus pasos mirando con molestia los tres caminos que se dividían ante ella, sin saber muy bien por donde se había ido el moreno. "¿Cuál cojo?" se preguntó a sí misma, con las tres opciones frente suya. Como si le respondiera a su duda, atravesando el silencio formado en aquel instante, a su izquierda, se pudieron escuchar una serie de pisadas contra el suelo, resonando con eco. Con una sonrisa de orgullo por su fino oído, _ reaccionó ante el sonido y giró su rostro hacia esa dirección, alzando los ojos hacia la escalera que ascendían hasta el siguiente piso. Bingo. Sintiéndose feliz por haber encontrado una pista, subió los escalones casi de dos en dos hacia la primera planta, recibiendo pinchazos por su estúpida impaciencia. En aquel piso volvió a guardar silencio y a escuchar los pasos del hombre, continuando aquella persecución casi a ciegas. Sin embargo, la tercera vez, quedándose parada en medio de un cruce de pasillos, al guardar silencio no se volvió a escuchar nada. Estuvo callada por un par de minutos, de manera insistente, hasta que concluyó que el hombre se había detenido en algún lugar de aquella planta. Casi dándose por vencida de continuar con aquel método, una brisa le acarició el lado derecho de la cara, transportándole en el aire un aroma familiar. Los vellos que había a lo largo de su piel se pusieron de punta cuando lo reconocieron. Con lentitud, siguiendo esta vez la dirección del viento, tomó el pasillo de su derecha el cual al final de su recorrido, daba parar a una puerta abierta al exterior.
Al poner un pie fuera del interior, el frío de la noche le hizo estremecer por un momento, debido al choque de temperaturas tan repentino.
Frente a ella, se extendía un amplio balcón el cual daba al patio donde Historia hacía apenas escasas horas se había coronado como la futura gobernadora de aquellas murallas y, apoyado en la barandilla con los antebrazos y con su cuerpo inclinado hacia delante, se estaba Levi, dándole la espalda a la morena. Sin, al parecer, darse cuenta de su presencia, el hombre empinó la botella que tenía en su mano derecha y volvió a beber, mirando con la cabeza agachada hacia abajo.
Después de unos segundos, contemplando la ancha espalda del hombre, de pronto, lo sintió tremendamente solo. Por ello, movida por inercia , caminó despacio hacia su dirección. Dejándose caer al lado de él, _ se apoyó de espaldas y con suavidad contra la barandilla.
-Odiaría despertar por la mañana y ver todo esto vomitado, capitán-Le comentó de manera causal y medio en broma, ladeando el rostro en su dirección.
Dado el atractivo pero inexpresivo perfil del hombre, Levi no pareció reaccionar a su voz con ningún tipo de emoción o gesto, indicándole a la morena que sí que había reparado en ella.
-Se me han pegado tus hábitos de mierda, al parecer-Le respondió de manera suave y apagada sin mirarla ni siquiera de reojo, pero siguiéndole el juego.
El moreno volvió a alzar la mano, llevando a sus labios la botella.
-Pues…-Inclinándose de manera lateral, extendió el brazo y, retirándola con suavidad, le quitó la botella de entre sus dedos. Para su extrañeza, Levi no hizo ningún intento por impedirlo, simplemente se dejó hacer, de manera preocupantemente mansa- entonces, esta vez me tocará sacrificarme a mí y beber esa mierda de bebida.
Sin embargo, a pesar de lo que dijeran sus palabras, _ la dejó a un lado sobre la barandilla del balcón, sin ninguna intención de beber aquel líquido. No era el momento, ni tenía ganas. No viendo lo extraño que se estaba comportando el hombre que tenía al lado.
-No sabes lo alentador que es saber eso- Con un tono sumamente irónico, Levi alzó por fin sus ojos grises azulados y, ladeando el rostro, conectó su mirada con _.
Durante unos segundos, la morena se permitió observar con libertad la faz de aquel hombre. Debido al viento, un par de mechones habían vuelto a su lugar, sobre la frente de Levi, dándole un aspecto menos arreglado pero igual de atractivo. Además, debido al alcohol consumido y a la palidez de su piel, una pequeña sombra escarlata reposaba sobre sus mejillas. Pero lo más llamativo de todo ello, ni su cabello ni su piel, sino sus ojos. O más bien, lo que desprendían de ellos. A pesar de ser un hombre de expresar pocas emociones, a través de aquellas orbes, _ notó un profundo malestar y tristeza.
Sin poder evitar su preocupación, _ apretó los labios, buscando las palabras. Sin darse cuenta de que con aquel gesto consiguió captar los ojos de Levi.
-Capitán,-Le llamó tratando de por todos los medios que ,a través de su tono de voz, no se notara su inquietud- te ha pasado algo- Sin embargo, a pesar de aquella afirmación, el hombre que tenía frente a ella no ni intentó siquiera negarlo o desmentirlo, simplemente se quedó en silencio, sin decir nada, todavía mirándola muy fijamente- Se nota. Estás...raro. Se que no debería meterme en lo que no me llama pero-
-Mi madre era una prostituta- Soltó cortándola a medio camino, acallándola por completo. _ abrió por completo los ojos, no por el dato, sino porque le hablara de ello ¿Por qué le contaba aquello? Sin embargo, a pesar de la sorpresa de la morena, Levi continuó hablando con una voz monótona, bajando la mirada- que quedó embarazada de uno de sus clientes y decidió tenerlo a pesar de las condiciones de mierda en las que vivía. Al tener otra jodida boca más que alimentar, tuvo que trabajar con mayor frecuencia, terminando por contagiarse de una enfermedad moral. No sobrevivió- Como una ola arrolladora e imparable, los ojos de _ se humedecieron ante la profunda tristeza que desprendía cada palabra que salía por la boca de Levi, a pesar de que no pudiera expresarlas con claridad - Justo después de unos días tras su muerte, apareció un hombre por la puerta de nuestra habitación: era Kenny, que al parecer era conocido de mi madre. Durante un tiempo, me enseñó distintos trucos para sobrevivir a este mundo de mierda hasta que, de pronto, un día desapareció. No lo volví a ver por años hasta hace unos pocos días. Y hoy, al ir a las ruinas de la iglesia de Rod, lo he encontrado- La mandíbula de Levi se cuadró-moribundo. Sin embargo, antes de irse de este jodido mundo, me ha revelado la verdadera relación que tenía con mi madre: era su hermano mayor.
Una lágrima descendió por la mejilla de _ y, sin poder retener su impulso, giró su cuerpo hacia el hombre, alargando la mano y apoyándola junto a la suya, en la barandilla. Al inclinarse hacia delante, los dedos de ambos se buscaron inconscientemente, entrelazándose sin apenas darse cuenta sus dueños. No podía evitarlo, no quería sentir pena por él, pero lo hacía, lo hacía con todo el dolor de su corazón. Aquel hombre había pasado la mayor parte de su vida sufriendo y aguantando todo lo que se le viniera encima, sin permitirse ni siquiera por un segundo derrumbarse. Solamente podía avanzar y continuar luchando. Sin descanso. Era completamente injusto. El mundo era demasiado cruel muchas veces.
Retirándose la lágrima de la mejilla, alzó los ojos humedecidos por las emociones que luchaban en su interior, mirándolo con intensidad.
-Levi, yo…
-Oh, cállate-Dando un fuerte tirón de la mano de _, todavía enlazada con la suya, Levi hizo que la morena se precipitara hacia su dirección.
El exclamado de sorpresa que surgió de los labios de _ murió casi apenas sin salir de ellos. No se le fue permitido la salida, bajo ningún concepto. Quedándose unos segundos congelada, la morena se sintió morirse por dentro cuando se percató completamente de que algo presionaba sus labios. Su corazón latió con fuerza, emoción y alegría contra el del hombre que de igual manera lo recibía. Su estómago se revolvió entre las mariposas que parecían danzar contra sus paredes. Sus manos empezaron a sudar. No podía creerse lo que estaba pasando, parecía ser completamente irreal, un producto de su imaginación. Sin embargo, a pesar de que su mente corría a mil, todos sus pensamientos se cortaron de raíz cuando sintió como los labios del moreno, contra los suyos propios, se movían en busca de profundizar aquel beso, acariciandolos con fuerza y una inesperada necesidad. El sabor a alcohol y menta que desprendía su boca la dejó rendida. Seguidamente, la mano que Levi había colocado previamente sobre la mejilla sonrojada de _ se hizo más demandante, obligándola a acercarse más, si siquiera era posible. Como si quisiera sentirla enteramente junto a él, casi de manera anhelante. Pérdida y sucumbida a las sensaciones y emociones, sintiendo el cuerpo ardiente, acelerado y alegre, _ cerró los ojos despacio. Pero aquello no duró mucho, pues el aire parecía ser escaso en el organismo acelerado de ambos individuos. Rompiendo a regañadientes el vínculo que los unía, ambos jadearon sin aliento sobre la boca del otro mientras apoyaban la frente de uno contra la otra, sin ser capaces de abrir los ojos, por miedo. Por simple miedo de que aquello fuera un sueño.
El tiempo pareció avanzar lentamente mientras el corazón de _ intentaba sosegarse.
No obstante, el tener el aliento mentolado del hombre, el aroma fresco, el cuerpo y lo que acaba de suceder fue demasiado e insuficiente para la morena; que, sin darle tiempo a recuperarse, volvió a la carga, siendo esta vez ella la que liderará. Poniéndose de puntillas, envolvió con sus brazos el fuerte cuello de Levi, agarrándole en el proceso los sedosos y suaves cabellos negros de la nuca, y, sin ningún tipo de compasión, asaltó con emoción los labios del moreno. Levi, a pesar de quedarse por unos instantes sorprendido por el repentino ataque, reaccionó y le correspondió con el mismo ímpetu, descendiendo sus manos por el cuerpo de la morena, recorriéndolo con suavidad, y agarrando con fuerza la cintura de esta, pegándole más a su cuerpo. Sin darse cuenta, ambos empezaron a avanzar hacia atrás mientras continuaban devorándose el uno al otro con la ansiedad y el deseo que llevaban a rastras por tanto tiempo. Inevitablemente, la espalda del moreno chocó contra la pared y, ante el jadeo que emitió este de sorpresa, _ aprovechó la oportunidad y atacó más duramente, sintiéndose completamente sometida. El notar la lengua de la morena colarse en el interior de su boca y acariciar con ardor la suya propia fue demasiado para Levi. Tomando esta vez por sorpresa a la morena, el hombre, en un gruñido áspero contra la boca de ésta, la agarró con más fuerza, levantándola en el aire y, acto seguido, la estampó sin hacerle daño contra el muro que previamente había tras de sí, dejándola entre sus piernas. Con la guardia baja, fue el turno de _ de sufrir el contraataque de Levi, que fue devuelto con el doble de fuerza. Imitando a la morena pero mejorando los movimientos como buen Ackerman, recuperó terreno en una dura batalla en donde ambos lados peleaban con terquedad. Aprovechando esta repentina ventaja obtenida, el moreno no se apiadó de ella, lo cual significó que la atacara con la misma agitación, pero esa vez dentro de su terreno. Como signo de su derrota ante Levi, _ no pudo evitar dejar ir un gemido contra él.
Ese sonido fue suficiente para que el hombre reaccionada a tiempo y se separara de golpe de la morena, como si de pronto esta ardiera: dándose cuenta de a la dirección a la que iba aquella situación.
Ante aquello, al no tener nada que la soportara, _ cayó al suelo, manteniéndose de pie y apoyada a duras penas contra la pared, con las piernas temblando y jadeando igualmente alterada que su compañero "Su pu-" No obstante, antes de que pudiera concluir su pensamiento, al alzar la vista para mirar a Levi, se dio cuenta de que había desaparecido completamente. Gracias a ello, pudo permitirse dejar ir su emoción y, sin ya poder tenerse más en pie, sus piernas terminaron por fallar, causando que la morena se deslizara contra la pared hasta acabar con el suelo. Sin poderse creerlo que acababa de pasar, enterró su rostro sonrojado entre sus manos, gritando contra estas mientras se sentía extrañamente acalorada.
