Astral se mantenía frente a su amado. El cual le miraba con seriedad y preocupación. El ambiente paso de ser cálido a ser uno tremendamente frío. Ambos estaba felices de saber que su hijo estaba bien. Y lo festejaron a su manera, pues ahora ambos estaban en aquella mullida cama solo tapándose con la sabana de seda. El menor entonces tomo con cuidado la mano de su prometido, el cual le tomo de la misma manera. Ese era el momento idóneo para platicar. Largo y tendido aquello que habían ignorado todo ese mes.
-Astral... Se qué es difícil. Mucho de hecho... Pero es hora que movernos. ¿No lo crees?-Comenzó Yuma. Dando pequeñas caricias con sus dedos a la mano del mayor. Quién le devolvió el gesto. Tranquilo. Gentil.
-Sí... Sí lo creo... Pero... Me preocupa todo esto...- Expresó, preocupado.
-...-Yuma entonces dejo aquella mano para posarla ahora en la mejilla de Astral. El cual de inmediato le tomo. Recargándose ligeramente en ella-Amor...-Llamo con suavidad- Tenemos responsabilidades. Muchas. ¿No fue acaso lo que me dijiste cuando nos presentamos como los soberanos del Mundo Astra?- El mayor asintió.
-Sí... Lo recuerdo. Ser soberanos no solo es risas y diversión. También es trabajo y sacrificio...-Contesto con simpleza.
-Es cierto... Y lo acepté. Por que tú estarás a mi lado cariño... Así que... Es hora de hacer algo al respecto...- Astral con culpa en su mirada. Asintió.
-Debo admitir que no me gusta hablar de esto. Me... Enfada el hecho de exponerte sin que yo pueda hacer nada... Me... Siento tan molesto con todo esto. Sobre todo conmigo. Por no ser lo suficientemente fuerte para protegerlos... Lo siento...
-...-Yuma negó levemente. Y acercándose a su amado. Fue que hizo un beso nacer entre ambos. Astral de alguna manera se sintió reconfortado. Su mente hecha todo un caos hace un instante ahora era clara como el agua.
Era cierto. No podía seguir ignorando todo aquello. Todo lo que le colocaba en jaque si seguía de esa manera. Además no solo era el problema con el Sr. Heartland. Si no también con su pasado. Con su padre. Con su... Madre. Debía avanzar. Y ese es el mejor momento para hacerlo. Entre los brazos de la persona que más amaba.
Yuma le jalo de nuevo. Recostándose en aquella cama. Y besándose una vez más. Fue que después se acurrucaron. Abrazándose el uno al otro. El mayor siendo recostado en el pecho del menor. El cual ahora le otorgaba caricias sin fin a su amado.
-...Yuma-Llamo con suavidad el mayor.
-¿Sí?...
-Gracias... Siempre sabes como hacerme levantar...-Yuma sonrió conmovido y dando una caricia a la espalda del mayor fue que asintió. Feliz- Supongo entonces que podemos comenzar por el principio...
-Por supuesto...
-Entonces ¿Qué hacemos con respecto al problema que nos atañe con más fuerza?-Cuestiono con tranquilidad el mayor.
-¿Hablas del Sr. Heartland?
-Sí...
-Bueno...-Yuma pareció meditarlo antes de contestar con ligera burla- ¿Qué tal si lo volvemos a convertir en una mosca? Quizá hasta un insecto. De esa manera no podrá molestarnos...-Astral rio bajo por aquella propuesta. Más negó con su cabeza.
-No. No, querido. Solo estaríamos volviendo a evitar el problema... Necesitamos proceder con un plan para acabar de raíz con él... Que ya no le haga daño a nadie... Los Guerreros sufrieron por eso...
-Ciertamente... Tienes razón-Yuma suspiró, con ligero cansancio- ¿Qué es lo que propones tú?
-...Bueno... Me gustaría acabar con él. Silenciar el problema...-Susurro, abrazando con más firmeza al menor. El cual solo mostro una mueca de desagrado.
-Astral... No podemos hacer eso... Debe haber otra solución...
-...Jajaja lo sé. Solo que no logro dar con ella...-Admitió con una leve sonrisa.
-...-Yuma suspiro de nueva cuenta. Más volviendo a aquella tranquilidad fue que hablo- Esta bien. Supongo eso lo sabremos sobre la marcha... Pasemos al segundo punto. Aún debemos liberar al Caballero de la Soberbia. Seguido de buscar más respuestas a los recuerdos... ¿Sabes? Hasta ahora me he percatado. ¿Por qué Don Milenario les mandaría de esa manera? ¿Esta consiente de esos recuerdos?
Astral pareció meditarlo. Perdiéndose por minutos en sus divagaciones. Hasta que de la nada volteo con cierta sorpresa a su amado. El cual le miro con un ligero sobresalto. Pues aquella acción logro descolocarlo por un segundo.
-¿Pasa algo?-Cuestiono a su prometido. El cual ahora cerraba y abría su boca tratando de hacer salir sus palabras.
-Yuma... Quizá... Quizá sí. Quizá si lo sepa. ¿Por qué entonces mandaría a los Guerreros así sin más convertidos en Caballeros? ¿Qué hay de pronto con el Sr. Heartland? ¿Acaso solo era una excusa para que nosotros los rescatáramos y veamos sus recuerdos? Puede ser... Pero, ¿Por qué? ¿Con que finalidad? Digo... De verdad. Las piezas están ahí. Están ahora la mayoría en nuestras manos. ¿Por qué entonces no podemos ver más allá de sus aparentes planes?... Hay algo que logra perturbarme en todo esto... ¿No acaso lo dijo en su momento Erí?... Él busca separarnos. Deshacerse de ti. Verme a mí... ¿Qué otra razón quería si no lo recordara?... ¿Por qué esperar tanto? ¿Por que ahora?
Yuma comenzó a meditar lo mencionado por su amado. Y cayendo en cuenta de todo esto fue que le miro con leve preocupación.
-Quizá por que necesitaba que todo esto sucediera... -Susurro con voz baja. Entrando a una especie de epifanía- Quizá necesitaba que tomaras el trono. Que te asentaras como soberano para entonces mover lo demas. Quizá... Esto solo sea la fachada de un plan aún más grande. ¡Por supuesto! Él... Él intenta ahora que tu caigas con esto... Astral-Llamo atrayendo la intención total de su pareja, el cual procedió a sentarse, ayudando a Yuma en el proceso, y quedando de frente habló- ¡Los recuerdos! Los recuerdos son la clave para las piezas faltantes. Esos recuerdos pueden ser la pista más grande. Quizá si los vemos todos podamos comprender él por qué de tras de todo esto. Sí nosotros entonces somos consientes de lo que paso, entonces seremos consientes de lo que pasará...
-El hombre que olvida su historia esta condenado a repetirla...-Menciono Astral casi como si fuese un rezo o un mantra. Y dirigiendo una vez más su atención al menor fue que menciono con ansiedad- Necesitamos... Necesitamos verlos. Para saber que debemos hacer. Para saber cómo debemos proceder. Quizá hasta con ello sepamos que hacer con respecto al Sr. Heartland...
-En ese caso debemos preparar nuestro escenario Astral... Es la hora de mover nuestras piezas...-Menciono Yuma tomando de las manos a su amado. El cual le devolvió el gesto, con una sonrisa casi triunfante. Si había de hacer planes. Él era bueno en eso.
-Tienes razón... Y creo saber cono comenzar con esto...
-Te escucho...-Dijo Yuma, dejando ver su desnudes a su prometido. El cual solo sonrió con satisfacción. Ahora era su turno de moverse.
-.-.-.-.-
En un bello mundo de distintas gamas de colores cálidos. Y un sol abrazador. Un Rey con postura recta y elegante, esperaba en la sala del trono a sus Emperadores. Los cuales fueron apareciendo de uno en uno. Entrando por aquellas grandes puertas de cristal rojo y morado.
El primero de ellos, fue un lindo joven de cabello gris. Durbe. Quién al ver a su líder no dudo en dar una reverencia y una tierna sonrisa. Ryoga acepto aquello, mientras devolvía el gesto. Siempre era bueno toparse con uno de sus mejores amigos en tiempos sacudidos.
-Hola, a pasado un tiempo...-Saludo el Rey, dejándolo de lado toda formalidad. Su compañero al ver esto, le imitó. Acercándose un poco más a él.
-Sí. Sin duda. Veo que todo a mejorado por aquí... El pueblo esta realmente animado-Shark sonrió ante el cumplido oculto y solo termino por asentir.
Rio quien ya estaba a un lado del trono de su hermano fue que miro curiosa este intercambio. Hacía una vida que no les observaba charlar con animo. Suponía era algo normal. Y más por la noticia que daría.
No paso demasiado tiempo antes de que un nuevo Emperador se presentara. Mizael aparecía con una sonrisa y temple tranquilo. Y dando una reverencia fue que saludo.
-Un gusto volver a verlos...
-Lo mismo digo...-Saludo de la misma manera Durbe.
Ambos entonces se colocaron frente al trono de Ryoga. Esperando a los demás quienes no tardaron en llegar. Alito y Gilag llegaron juntos. Riéndose de algún chiste que alguno de ellos contó. E inclinándose levemente saludaron a los presentes. Los cuales devolvieron el gesto. Y tal como los otros dos Emperadores, los recién llegados tomaron su respectivo lugar frente a su líder.
-Veo que ya estamos la mayoría reunidos...-Menciono Ryoga pasando su mirada de uno en uno hasta llegar a su hermana, la cual solo atino a sonreírle.
-Es verdad... Pero aun falta Vector-Dijo Durbe. Mirando a las enormes puertas del lugar.
Y casi como si fuese un profeta. Ambas se abrieron, mostrando a un enojado pelinaranja. El cual simplemente camino hasta estar frente a Ryoga. Tomando su lugar como uno de los Emperadores. Cruzando sus brazos. No hubo reverencia ni mucho menos respeto. Rio estaba por reclamar, más fue detenida por su hermano el cual solo negó con su cabeza. Y retomando su postura. Fue que habló.
-Me alegra que hayan venido ante el llamado. Él día de hoy les compartiré una noticia de suma importancia, una que cambiara el rumbo para siempre de nuestro Mundo. Una que promete muchos cambios y mejoras...
-Habla ya de una vez...-Menciono Vector claramente molesto. Aún no procesaba que fue sacado de su cita fugas con su pelirosa.
Rio le miro como quien mira a un insecto. Fría y demandante. Más eso no pareció funcionar en el pelinaranja, quien ahora sonreía con burla. Ryoga solo negó con un suspiro. Ambos siempre que había reunión eran iguales. Así que aclarando su garganta con una tos falsa, continuó.
-Así que el día de hoy. Me complace hacerles saber de la pronta Alianza con nuestro vecino. El Mundo Astral...-Anuncio aquel Rey, con una sonrisa esperanzada. Llena de entusiasmo y alegría.
Los Emperadores se quedaron mudos ante aquello. Cada uno tratando de procesarlo a su manera. Rio solo sonrió ante esto y colocando una de sus manos en el hombro de su hermano le hizo saber lo orgullosa que estaba de él. Mientras Durbe, solo atinaba a contar con sus dedos pros y contras de aquello. Si lo analizaba quizá no era malo. Es decir. Estaban dando un gran paso a la paz con quien tanto tiempo hubo guerras y muertes. Así que eso era bueno, de alguna manera. No podía ser malo. ¿O sí? No. No. Mejor no pensar en eso. Igual podían haber muchos beneficios. Sus dedos aun seguían bajando y contando.
Mizael se coloco en una pose pensativa. Quizá no era malo. Eso es un avance comparado al pasado turbulento de su Mundo. Una alianza y un acuerdo de paz eran lo que su mundo recién construido necesitaba. Muchos Varians podían ser beneficiados. Incluso con la energía que el Mundo Astral desprendía podía ser de ayuda a el pueblo falto de ella. Sí. Quizá era buena idea.
Alito y Gilag solo se mostraron sorprendidos. Y mirándose mutuamente atinaron a sonreír. Para ellos esta noticia era más que maravillosa. Era perfecta. Pues es quería decir que ambos podían tener más aventuras en un nuevo Mundo que para ellos, siempre estuvo cerrado. Ambos entonces comenzaron a imaginar los beneficios y las recompensas que eso traería. Alito incluso podía verse en un duelo amistoso con Yuma. Ya que ahora sabían siempre estaban cerca.
Vector por otro lado solo miro a su líder. Expectante. Tratando de descuadriñar el por qué de todo esto. Y al no conseguirlo fue que hablo, con desconfianza. Bien él sabia la historia de ambos mundos. Y decir que estaba en buenas condiciones solo era engañarse a sí mismos. Pues aún había diferencias muy marcadas.
-Explícate Ryoga... ¿Con qué fin real haces esto?
El mencionado le miro, y con una sonrisa. Paciente, hablo.
-Veo que no confías en mi... Pero esta bien. Eso ayudara a ver detalles que pueda ignorar... Este tratado. Esta paz que ahora quiero llamar. Nació más que nada por una deuda. Deuda que nosotros no podremos pagar fácilmente a Astral y Yuma. Es nuestro deber regresar al menos una cuarta parte de lo que ellos sacrificaron por nosotros. Para devolvernos el Mundo que nosotros conocemos. Esa es la verdad. Y por eso les he llamado. Pues espero que todos vayamos con la bandera blanca en alto para lo que se acerca...
Los Emperadores miraron a su líder. Expectantes. Hasta que una carcajada burlona se escuchó. Nadie era ajeno a quién la dio. Pues un pelinaranja se acerco a su líder. Y estando a unos pasos fue que con una sonrisa maliciosa. Habló.
-Jajaja hecho... Estoy dentro. Es la mejor idea que has tenido hasta la fecha... Rey... Más vale no lo arruines... Yuma se pondrá triste si algo malo sucede... Y el imbécil de blanco solo lo hará peor si ven algo sospechoso...
-¿Imbécil de Blanco?-Cuestiono Ryoga extrañado.
-El idiota de Astral...-Respondió con simpleza aquel pelinaranja. Saboreando sus batallas anteriores con ese ser.
-Oh... Lo tendré en cuenta... Supongo que eso quiere decir que estas bien con esto... Espero te compartes... -Menciono con ligera advertencia al chico frente a él. Vector solo termino por asentir antes de volver a salir del lugar. Importándole poco los gritos que Rio le daba.
-¡Oye vuelve aquí imbécil!
Ryoga entonces solo sonrió. Pues ahora los demás Emperadores le sonreían con aprobación. Y eso le daba pauta para que aquella decisión que tomó, ahora se llevará a cabo con las mejores condiciones. En este momento solo faltaba darlo a conocer a su pueblo una vez que la respuesta llegara.
Rio una vez que se calmo, fue que le miro. Y levantando uno de sus pulgares le hizo saber lo contenta que estaba. Shark entonces tomo con cuidado aquel collar que descansaba en su pecho. El símbolo de los Varians. Sí eso mostraba ser un gran paso al futuro. Uno brillante y cálido.
-Bien... Ahora entonces afinemos los detalles una vez que la respuesta llegue...-Anuncio Ryoga levantándose. Acercándose a sus Emperadores. Rio solo comento que iba a traer de regreso al tonto de pelo naranja. Los demás asintieron en aprobación. Había tanto que hacer.
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Astral ayudaba a su amado a terminar de vestirse por segunda ocasión. Mientras depositaba uno que otro beso travieso en la piel aún expuesta. Haciendo sonreír al menor. Quien atinaba a acariciar a Astral. El cual gustoso de dejaba hacer.
-¿Estas seguro de esto Astral?-Cuestiono Yuma una vez se vio preparado y listo para volver a salir. El mayor le tomo de la mano, y dándole un ligero apretón le sonrió.
-Más que nunca... Si vamos a terminar con nuestro primer problema, debemos recoger las piezas que necesitaremos...
Yuma sonrió al ver la determinación en las palabras de su amado. Y asintiendo fue que le guio fuera de la habitación. Yendo a aquel lugar que se supone debe ser un secreto incluso para los del Palacio. Astral le seguía con cautela. Saludando por el a los sirvientes que alcanzaban a toparse. Hasta que fue su turno de actuar.
Pasillo tras pasillo fue que se toparon con una pared alta y blanca. Un camino sin salida para muchos. Una esperanza para ambos hombres que sonreían con complicidad.
Astral con cuidado de ver que nadie estaba cera fue que coloco una de sus manos en aquella pared. La cual brillo por un momento antes de desaparecer. Dejándoles ver unas escaleras en caracol que subían hasta un destino incierto. El mayor entonces tomando al menor en brazos fue que comenzó a flotar por el lugar. Mientras la pared a sus espaldas volvía a materializarse. Tapando aquellas escaleras. Escondiendo a la pareja.
Yuma tomaba con ligera fuerza el cuello de su amado. Procurando no lastimarlo. Mientras su pulso parecía ir en aumento. Toda esa situación parecía mas bien las acciones de una pareja rebelde, que la de unos Monarcas. Pero por lo que llevaba cargando en su vientre. Valía el esfuerzo. Valía aquel plan. Complicado y minucioso. Sus manos sudaron por el nerviosismo, mientras su cuerpo comenzaba a tener un ligero temblor.
El mayor noto esto. Y apenas deteniéndose ante unas puertas de metal blanco fue que preguntó una vez más.
-¿Estas listo para lo que sigue?
Yuma entonces le miro. Estaba hecho un manojo de nervios. Más asintiendo fue que le hizo saber a su amado lo entusiasmado que estaba.
-Sí... Jamás me había sentido tan listo como ahora... ¡Kattobingu Astral! ¡Hagamos esto!
Astral sonrió al ver la determinación en su pareja. Y asintiendo fue que deposito a su amado en el suelo. Estirando entonces una de sus manos para alcanzar a tocar aquella puerta. La cual rechino al abrirse. El metal pesado escuchándose por el lugar al parecer vacío.
Yuma entonces recibió una de las mejores vistas de todo el Mundo Astral. Pues aquel lugar parecía el mismísimo jardín del Edén. Hasta los campos Elíseos quedaban lejos de esta maravilla. Plantas de distintos tamaños colores y olores adornaban la habitación. Estrellas parecían morir y renacer a lo largo y ancho del lugar, dejando atrás estelas y polvo de luz. Cristales preciosos eran lo que más bellamente adornaba aquel lugar. Y al centro de este sitio, se encontraba un pequeño templo. El cual mantenía sus puertas abiertas. Invitándolos a entrar.
Astral tomo la mano de su amado, y llevándole por un camino de cristal, el cual parecía brillar ante cada uno de sus pasos, fue que se adentraron al templo. Ante la atenta mirada maravillada del menor.
Al entrar. Un espacio blanco les recibió. El cual comenzaba a materializar un lugar precioso, pues ahora en toda regla era el interior de algún mágico lugar. Pues incluso en una esquina del sitio había un pequeño manantial. Su agua brillante y cristalina le invitaban a zambullirse en ella. Mientras columnas y estatuas aparecían a un lado. Indicando el camino a seguir indirectamente.
Yuma miraba tanto como podía. Mientras tomaba fuertemente la mano de su amado. Tratando de no perderse en toda esa maravilla. Jamás imagino que aquel lugar que rechazaba las leyes del universo existiera. Este lugar era como se lo menciono Astral. Era el santuario del Mundo Astral. El lugar mas importante de su mundo.
Yuma rio feliz. Mientras Astral solo se limitaba a conducirlo a su destino. Una habitación en lo profundo de aquel lugar. La cual mostraba un solo pilar de cristal. El cual parecía brillar por cuenta propia. Al rededor de lo que parecía un pedazo de universo. El menor se maravillo por esto. Y reconociendo el objeto que aquel pilar mostraba con orgullo, pregunto.
-¿Astral... Ese es...?
-Sí... En efecto... Es nuestra carta de triunfo en todo esto... El pilar fundamental de nuestro plan...
Yuma le miro entusiasmado. Feliz de estar vivo. Mientras Astral se mantenía con una sonrisa triunfante.
El contraataque estaba a punto de iniciar. El verdadero poder de su Mundo estaba por mostrarse.
