¡hola guapísimas!
Ya es domingo, así que... aquí tenéis el capi.
Viene muy completo; con momentos de tensión, confesiones interiores y seguimos descubriendo lo fascinante que es Edythe.
DISFRUTARLO...
AVISO: Vamos entrando poco, a poco, en la recta final del fic. Aun le quedan algunos capis, (prefiero no decir un número, pq al final, siempre publico alguno de más), pero en el capi 46, entramos en los últimos capítulos. ¿Un número aproximado? "6 capítulos" (Aproximados)
sollpz.1305: Me alegra que te guste tanto el fic. No dudes, que se reencontraran... antes de lo que pensáis ;-) No digo más, que me hago Spoiler a mi misma.
alicecarolina11: ¡Siiiii, Go, Go, Emmet! Gracias a ti, por comentar cada capítulo con tanta emoción. Y me alegro de que entiendas a Bella... Es que los Cullen se ponen demasiado "protectores" y "asfixiantes". ¿Crees en serio, que Edward le hará algo a Bella?...
Andre22-twi: Siento muchísimo lo de tu hermano. Nadie debe quitarle derechos a un padre/madre, pero en las relaciones de pareja, las cosas a veces se complican de forma... incomprensible. Te hago un pequeño Spoiler: No hay imprimación entre Jacob y Edythe. Os había comentado hace muchos capis, que en este fic, Jake iba a tener un pequeño protagonismo y ya! La verdad que Bella ha sido valiente, aunque no lo veas así, en parir sola. Pero recordar que tenía un correo programado para enviar a Edward. Así que Edythe se quedaría sola dos o tres horas. Pero prefería eso, que volver con los Cullen y perder el control de su vida.
Cavendano13: Como bien dices, Bella y su bebé, están disfrutando de su tiempo juntas. Todo ha salido bien, y están celebrando la vida. Para Bella, el haber tenido un hijo, es todo un milagro. Siéndote sincera, lo de Emmet, se me ocurrió hace nada, un par de capis; pensando en formas de unir acontecimientos, me vino una idea, y añadí que él se pusiera de su parte. De esta forma, el fic, vuelve a girar un poco. Los Cullen son demasiado protectores.
PanchiiM: Me encanta que te encante... ¡jajaja! En este capi, tiene bastante de Edward, para tu disfrute.
Adriu: Efectivamente, el GPS, en este caso, se volvió contra Bella. Ellos no pueden tomar el IP, porque no saben del nuevo móvil de Bella, pq lo tiene activado a nombre de Emma Wallas.
DanitLuna: Mi dulce Emmet... Es el único que parece ver las cosas con una perspectiva más amplia. Tendrá más protagonismo, un poco más adelante.
Maya Masen Cullen: ¿Y lo que hizo Edward? Ocultándole durante tres meses, lo que era. Eran pareja formal, habían tenido relaciones, e incluso le dijo que viviera con ellos cuando Charlie muriera... Todo, señales de compromiso. Pero él no le dijo que era un vampiro. ¿Eso se puede perdonar? Ella está asustada y muy agobiada por ellos.
piligm: No puedo adelantarte nada... Pero si te diré que el romanticismo que habíais leído entre ellos, no estará presente.
Nancygov: Como siempre... Muy acertada en tu resumen. (emoji dando palmas) La tienen "pillada", pero cuenta con un "nuevo amigo": "Emmet". Al resto de tu comentario, no te puedo contestar, pq te haría demasiados spoilers ;-)
Jade HSos: ¡Bien! Exactamente. Bella no quiere doblegarse a la voluntad de los Cullen. Y si... tiene un gran aliado en Emmet.
AL RESTO DE COMENTARIOS... ¡MUCHAS GRACIAS A VOSOTRAS POR LEER Y DEJAR ALGUNA PALABRA!
QUIERO AGRADECER TAMBIÉN, LAS MUCHAS LECTORAS QUE ME ESTÁN AGREGANDO A "FAVORITOS" EN ESTOS DÍAS.
ESPERO LEER ALGUN COMENTARIO VUESTRO, EN ALGUN MOMENTO.
¡GRACIAS!
CAPÍTULO 44
**Error en el capítulo 43. Bella va directa a Sacramento**
Edward decidió, y ninguno le llevó la contraria, entrar solo a la recepción del complejo. No quería nadie a su lado, porque no sabía cómo gestionaría lo que descubriera.
Además, el teatro que iba a representar, era mejor hacerlo él solo.
- Hola, buenas tardes - Saludó de forma encantadora a la recepcionista, la cual pestañeó varias veces tras mirarlo. - Pregunto por una chica que ha estado aquí alojada. - La chica inspiró hondo, ya que Edward le lanzó el poder de seducción de su mirada, poniéndola nerviosa.
"Espero que no me pregunte nada, porque con todo mi pesar, no puedo facilitarle datos de ningún huésped. Pero… Podría darle a cambio, cualquier otra cosa…"
Edward omitió el pensamiento lascivo de la chica, y continuó como si tal cosa.
- Es una chica de pelo castaño, largo. De veintipocos años. Y, llevaba un bebé con ella. - comentó, aflojando un poco el influjo, con la voz muy dulce.
"¿Un bebé? Ummm…" Por la mente de la chica, comenzaron a sucederse imágenes de varias chicas con niños, que habían estado alojadas ese día.
- Entró hace dos días, y se fue hará como unas cuatro horas. - Detalló, manteniendo sus formas suaves y ligeras. - Iba a quedarse más días, pero ha acortado su estancia.
Y eso, fue la pista necesaria:
La chica abrió los ojos, imperceptible para el ojo humano, pero no para el suyo, más el cambio en su ritmo cardíaco, le confirmó a Edward que ya se había percatado de Bella.
"¡Oh! Si… Debe preguntar por la chica del apartamento 4. Ahora que me fijo bien… La niña es clavada a su padre. Porque queda más que claro que él, es el padre. Pero… lo siento, pero no puedo decirte nada. Espero que no pase nada malo… Esto seguro que será algún problema de custodia."
- Lo siento, pero la Ley de Protección de Datos, me impide darle cualquier información sobre nuestros huéspedes. - Se disculpó.
"Es una pena que no pueda contarte más, y así, tenerle delante más tiempo, porque eres todo un recreo para la vista. Bueno, esa chica por la que pregunta… Es verdad que era muy guapa. Hacen una pareja bonita. Y la niña… Es un clon de su padre. La niña… que muñequita tan preciosa… Claro, con semejante genética... Tenía un nombre raro, pero muy bonito, se lo oí antes, cuando se fueron… Tan rápido… ¿Huirían de él? Está como un queso, pero… tiene un algo… peligroso… ¡Edythe!"
Mientras la chica conversaba consigo misma, imágenes de Bella comenzaron a sucederse por su mente, haciendo estremecer a Edward.
Pero la que más esperaba y temía, llegó, devastándolo como si un tsunami lo hubiera arrollado:
Una imagen clara de la cara de su hija, invadió la mente de la recepcionista, dejándola en su recuerdo durante varios segundos, recreándose en sus rasgos, tan idénticos a los de su padre.
La niña, era clavada a él. Igual que si la hubiese cincelado en un lienzo de mármol. A Bella se parecía en la nariz, con esa puntita redonda.
- Gracias igualmente, ha sido muy amable. - Respondió Edward, controlando su expresión.
·
Cuando, a los tres minutos, vieron salir a Edward, todos abrieron los ojos espantados.
Su rostro estaba devastado, desolado… pero sus ojos contenían un brillo repleto de emoción.
- ¿Qué ha ocurrido? - Preguntó Carlisle rozando lo asustado.
- Es una niña. - Contestó en un murmullo.
Los chicos pestañearon, no sabiendo qué sentir al respecto, pero las chicas, todas sonrieron con ternura.
A Rosalie solo le faltaba babear.
"Una pequeña Cullen"
- Vaya… - Contestó Carlisle sonriendo - Una niña… - Repitió. Se quedó en silencio durante unos instantes. - ¿Y te dijo algo más? - Edward negó.
- Por la protección de datos. - Informó - Pero sus pensamientos me desvelaron que tenía reserva para cinco días y solo estuvo dos. Y… me enseñó una imagen clara de la cara de la niña. - Aunque todavía estaba un poco en shock, no pudo evitar que de sus labios asomara una sonrisa cargada de ternura. - Es… mi viva imagen. - Murmuró como ido. - Hasta en el color del pelo… Las pequeñas hondas que tiene, pueden ser de los dos, ya que Bella también tiene el pelo ondulado como yo. Y… tiene los ojos verdes. - Todos hicieron gestos de asombro. - Son… - Edward no pudo seguir hablando. Estaba anonadado.
- Tus ojos humanos - Respondió Carlisle por él. - Tenías unos preciosos ojos verdes. - Ambos se sonrieron con melancolía.
- Edythe. Se llama Edythe. - Soltó en un susurro.
- ¿Edythe? - Preguntó, casi exclamando Carlisle. - ¿Sabes, que esa, es una de las pocas variantes que hay en femenino a Edward? - lo miró con una sonrisa un tanto traviesa. Edward se limitó a asentir, sin pronunciar una sola palabra.
- Y… ¿Bella? ¿Has podido verla en la mente de la chica? - preguntó Esme. Todo el coche esperaba ansioso a que dijera algo.
Edward inspiró profundamente, haciendo de rogar su respuesta.
- Si. Me la ha mostrado. - Respondió de forma un tanto seca. - Está igual. No hay ningún cambio… No es una híbrida - Rodó los ojos de una forma un tano pedante. Carlisle y Esme, que se lanzaron una mirada por el espejo retrovisor, fruncieron la boca, apesadumbrados por la reacción de su hijo.
Todos se mantuvieron en silencio, hasta que Rosalie lo rompió.
- El coche ha parado en Sacramento. Hace unos minutos. - Informó. Volvió a teclear - En una gasolinera. A la entrada de la ciudad.
Desde el día anterior, Rosalie había echo un nuevo mejor amigo: su portátil. No se separaba de él para absolutamente nada. Cada pocos minutos se podían escuchar las teclas, mientras rastreaba a Bella, controlando cada mínimo movimiento que hacía.
El silencio volvió a convertirse en el protagonista del momento. Hasta que Edward, sin girarse, ni mirar a nadie, habló:
- Vamos a Sacramento. - Su voz fue firme y segura.
Pero para Jasper no pasó desapercibido el sentimiento de miedo que captaba en lo más profundo de su hermano.
- Es hora de conocer a la nueva Cullen. A Edythe. Cuanto más lo pienso, más me gusta ese nombre: Edythe Cullen - Esme sonreía pletórica de saber que Bella y su nieta, estaban a tan solo unas horas de distancia. Que pronto, podrían verlas.
- No creo que Bella le haya puesto ese apellido, Esme - Las formas y el tono con el que respondió a su madre, la dejó completamente pasmada.
- Esme… No es hora de simplemente conocerla. - Añadió Rose de forma también cortante - De lo que es hora, es de recuperar a nuestra niña. Bella que sopese lo que quiere hacer. - Soltó con firmeza y una voz helada que cortaba.
- Rose… - la llamó Carlisle con tono de advertencia. - Tranquila.
- ¿Tranquila? - Respondió alterada. - Ella le ha quitado a Edward el disfrute del embarazo y del momento del nacimiento. ¿Qué más momentos quiere quitarle?
- ¿A él, o a ti? - Murmuró Jasper, ganándose un gruñido por parte de su hermana.
- Edward, no consientas que te prive de tu hija. - Lo pinchó. Edward asintió; fue un gesto dubitativo, pero afirmativo de todos modos.
Alice le lanzó una mirada temerosa a Jasper, el cual fruncía la boca molesto.
Estaba captando perfectamente los malos y dañinos sentimientos de Rosalie. Ella, en esos momentos no podía más que pensar en que quería recuperar a la niña, sin importarle lo más mínimo Bella. Y estaba picando a Edward, aprovechándose de la debilidad de su hermano; de los sentimientos de traición que sentía y de su dolor.
- Podremos llegar a algún entendimiento con ella. Estoy segura - Esme levantó la cabeza, con gran decisión; haciéndose imponer.
- ¿Qué entendimiento? - Preguntó Rose alzando, otra vez, la voz. - Ella no entiende lo milagroso que es el nacimiento de esa niña.
- Pues se lo explicaremos. - Cortó Jasper a su muy alterada hermana. - Hace dos meses y medio que se fue, creo que es tiempo suficiente para que se tranquilizase y reflexionase.
- Edward… - lo llamó Rosalie con súplica. - No cedas a esto hermano. Se que la amas, pero el amor de Bella hacía ti no ha sido…
- ¡Basta Rosalie! - La calló Carlisle mirándola con gran seriedad.
- Quiero conocer a mi hija. - Soltó Edward muy serio, sin mirar a nadie - Una vez allí, veremos como se van dando los acontecimientos. - Carlisle asintió. - Pero no voy a desentenderme de mi hija, por mucho que a su madre, le cueste asimilar mi naturaleza. - La tranquilidad del patriarca, solo duró medio segundo. Se giró y miró a su hijo, con los ojos saliéndole de las cuencas. La voz y las formas de Edward, daban auténtico pavor.
- Edward… - lo llamó con cuidado. - No te dejes llevar por la rabia…
- Carlisle - lo cortó - Por favor, conduce. Si no, lo haré yo. Estamos a cuatro horas de mi hija. - Sentenció con una voz tenebrosa que helaba el alma.
Todos en el coche se tensaron. No hacía falta tener el don de Jasper para saber el estado de ánimo de Edward.
Estaba que mordía.
·
Emmet, que no había abierto la boca, y estaba atento a cada palabra y cada tono puesto en ellas, sintió como le recorría un escalofrío por la espalda.
No creía que Edward, una vez teniendo enfrente a Bella, fuese capaz de "robarle" a la niña. Él la amaba demasiado, por muy enfadado que se sintiera en ese momento; pero su sufrimiento era igual de potente e intenso que ese amor. Ambos sentimientos iban en paralelo.
Y sabía, que no iba a ponerle las cosas fáciles. La obligaría, de algún modo, a que volviera a casa con ellos, y entonces, hacer las cosas a su modo. Sin importarle los deseos o preferencias de Bella.
Llevaba horas meditándolo, sin acabar de atreverse a hacerlo, pero tras ver como Edward contestó a los embates de Rosalie, lo tuvo claro.
Con gran disimulo, sacó su móvil y tecleó.
""SMS Emmet:
Bella… Te han localizado. Tu coche de alquiler, lleva un sistema de gps, el cual Rosalie ha rastreado. Saben que estás en Sacramento. No se cual es tu destino real, pero cambia de coche, ¡ya! Si puedes, compra uno. Y cambia de ruta, da un rodeo, para despistarlos.
Estamos todos en Medford, y vamos en tu dirección. En menos de cuatro horas, estaremos en Sacramento.
Edward está… enfurecido. Se enteró de casualidad que tenéis una niña, y eso le ha dolido más. Que no se lo dijeras tu en el email.
Nunca lo había visto así de dolido.
Todos te queremos y deseamos veros y conocer a Edythe. Es un nombre precioso.
No contestes.""
Emmet rezaba para que Bella viese ese mensaje a tiempo.
Borró el mensaje y guardó su móvil. Solo Alice lo vio utilizar el teléfono, pero no le dio mayor importancia.
Sacramento.
16 de Marzo
Ya que su huida había sido algo precipitada, esa vez no tenía un apartamento contratado como las anteriores veces. Así que para poder descansar y mirar en alguna agencia con un poco de calma, prefirió reservar un hotel.
Cuando paró a repostar, ya en Sacramento, reservó en uno cercano. No quería conducir más, porque estaba agotada de hacer el viaje de un tirón. Necesitaba comer y darse una ducha.
Edythe despertó unos minutos antes de llegar, estirándose con pereza. Sus piernitas estaban a punto de sobre salir por los bordes de la sillita para el coche-
- Mañana iremos a comprarte otra sillita, ¿te parece? - Bella miró para su hija con gracia, mientras ella estiraba las piernas.
Se registraron en el hotel, y pidió que le subieran algo de cena. Estaba famélica.
Una vez que entregaron la comida, Edythe miró a su madre con ojos angelicales.
- ¿Y esa carita? - Bella le alzó una ceja, de forma simpática.
Edythe comenzó a hacer muecas y gestos, indicándole la comida a su madre y señalándose la boca, mirando la muñeca de su madre.
- ¿Tienes… sed? - Edythe asintió enérgica.
Bella se quitó el reloj, mirándolo de soslayo, pero dejando salir un tímido suspiro; gesto que no pasó desapercibido para Edythe, que la miró con los ojos entrecerrados.
Pero cuando su madre le puso la muñeca en la boca, dejó a un lado su curiosidad y chupó con cuidado.
Tras cenar, a parte de mitigar su propia hambre, para recuperarse de la succión de la niña, la cual estaba siempre pendiente de que su madre se alimentara tras hacerlo ella,
se dieron un baño de agua calentita, disfrutando de juegos acuáticos, ya que Edythe se sostenía sentada, prácticamente sola.
Se pusieron el pijama y se acurrucaron. Justo cuando el sopor del sueño empezaba a entrarle, recordó que había leído los últimos mensajes de Jake, pero no le había vuelto a contestar desde hacía casi una semana.
"Jake estará que se tira de los pelos.. Con lo pendiente que está… Tendré que compensarle de algún modo. Que pereza me da levantarme, pero si lo dejó, volveré a olvidarlo..."
Pensaba Bella mientras tomaba el móvil viejo.
Nada más conectarse, el móvil comenzó a pitar, avisando de nuevos mensajes entrantes.
En cuanto pulsó el botón de SMS, el corazón de Bella dio un vuelco, ya que había un mensaje de… Emmet.
El corazón le latía a una velocidad imposible, o eso creyó, al ver su nombre allí.
"¿Emmet?"
En cuanto comenzó a leer, las letras comenzaron a moverse, ya que sus manos temblaban de tal forma, que no era capaz a leer correctamente, por lo que sujetó el aparato con ambas manos y su corazón, bombeaba mucho más rápido de lo que pensó hacía unos segundos.
- Dios mío… Dios mío… - Gimió.
Miró la hora en el reloj, calculando.
- Están a dos horas de aquí… Madre mía. - Se volteó a mirar a Edythe, que la observaba con asombro. - Tenemos que irnos - Soltó de golpe, comenzando a moverse.
Edythe lanzó un gemido, un ruidito parecido a un gorgoteo. Algo que haría un niño de 9 o 10 meses. Bella se paró un segundo, contemplándola alucinada.
- Estás a punto de lanzarte a hablar, ¿verdad? Pero… lo siento nenita, ahora mismo, no puedo pararme a esto. - Bella apretó los ojos, sintiendo como las lágrimas se escapaban de ellos. Edythe abrió los suyos, perpleja y asustada. - No pasa nada… Solo, que tenemos que irnos… ¡ahora!
"¿Cómo voy a hacer? El coche tiene todas nuestras cosas… pero si lo muevo, ellos sabrán donde estoy. Y encima, ya es tarde para alquilar otro, y mucho menos comprarlo… ¡Maldita sea! - Suspiró - Casi prefería no haber leído el mensaje, y que nos encontraran… Y si dejara… ¡No, imposible! Emmet dijo que Edward está enfurecido y dolido… ¡Uffff! Me da pavor solo de imaginarlo, ahora si que no puedo hacerle frente - escalofrío-"
Edythe reclamó a su madre que se acercara, y la tocó. Posó su manita en la cara de Bella, y esta comenzó a sentirse mejor al instante. Incluso, pudo ser consciente de cómo el raciocinio volvía a ella, disipando así los nervios dejando a su mente funcionar.
- Gracias mi amor… Lo necesitaba - Edythe asintió, rodándole los ojos. - ¿En serio me has puesto los ojos en blanco? - Le preguntó asombrada, pero con un deje divertido en su voz. Bella meneó la cabeza, y comenzó a planear.
Cambió de ropa a Edythe y así misma, a una velocidad imposible. Recogió y metió en la bolsa que había sacado del coche los pijamas y salió como un ánima.
Llamó a un taxi, y mientras esperaba tomó las cosas del maletero de su coche y tiró las que no eran importantes, guardando en una bolsa, lo imprescindible.
Ya volvería a comprar todo otra vez.
Cuando acabó de organizar, le dejó a la recepcionista del hotel las llaves del coche, explicándole que vendrían a por él al día siguiente.
- Al aeropuerto. Lo más rápido que pueda, por favor… - jadeó - Es una emergencia. Necesito tomar un avión. - El taxista asintió, mirándola por el espejo retrovisor.
Se acomodó en el taxi, sujetando bien a Edythe y comprobó la hora… Quedaban menos de 50 minutos para que se cumplieran las 4 horas que Emmet le había dicho.
"Uf… que justo... " Dejó escapar un largo suspiro.
·
Mientras llegaban al aeropuerto, que estaban a unos 40 minutos, comprobó los vuelos que salían en una hora.
No sabía a donde ir… porque realmente había llegado a Sacramento como algo pasajero. En ese momento fue consciente de que no tenía ni idea de donde ir, ni qué hacer.
"No te pongas melodramática ahora. Piensa." Se reprendió a si misma.
Mirando los vuelos, observó que había uno a Europa. Eso sería el fin a todos sus problemas. Para cuando ellos, se percatasen de que había dejando el país, podrían pasar meses… Incluso no tendrían que averiguarlo en años. No sabrían más de ella...
Le lanzó una mirada a Edythe, que se había acurrucado en su pecho, y supo que no podría hacerlo. Le había prometido a su hija llevarla a conocer a su familia… Y no rompería su promesa.
Siguió mirando en la página web de la aerolínea, sopesando. En una hora, salían varios vuelos… Hasta que al final, sin pensarlo en exceso, se decantó por un sito donde hiciera buen tiempo, que hubiera sol y mar…
San Francisco.
Reservó los billetes desde el móvil, y así ahorrarse colas y esperas para comprarlo en el aeropuerto.
·
Una hora y veinte minutos, desde que salió del hotel, Bella, con Edythe en sus brazos, sentía como el avión comenzaba a moverse.
Cerró los ojos, dejando ir todo el estrés sufrido en ese lapso de tiempo.
"Algún día, tendré que agradecerle esto a Emmet. Aunque… si no me hubiera avisado, o yo no hubiese encendido el móvil, ahora mismo estarían picándome en la puerta de la habitación."
¿No hubiera sido eso lo mejor?
Porque… Sabía, que nunca encontraría momento oportuno e idóneo para llamarlos y verse. Ver otra vez a Edward.
Por mucho que quisiera engañarse a sí misma, creyendo que dejando pasar tiempo se inmunizaría, solo con pensar en él, sentía como el corazón se le contraía.
Sus ojos, su boca, su sonrisa torcida, su mirada, sus gestos…
Pero tal como especifico Emmet, él ahora estaba enfadado, y parecía que mucho. Él estaba… dolido.
Quiso echarle la culpa a la promesa hecha a Edythe para no tomar ese avión a Europa, pero sabía perfectamente que lo hacía por ella misma. Porque no sería capaz de vivir, sabiendo que él no podría encontrarla nunca.
Aunque ponía todo de su parte para que no lo hiciera, tenía la esperanza de un día, girarse y que él, estuviera allí; detrás de ella.
Pero no ahora… Necesitaba un poco más de tiempo.
Tiempo, ¿a qué?
A serenarse. A estar más calmada. Menos dolida.
Y tener más control sobre si misma, para hacerse respetar entre todos los Cullen.
A parte de que lo que menos le apetecía en este mundo, en esos momentos, era encarar a un vampiro enfadado y dolido.
El privarlo a él de estar presente en el embarazo, en el parto, en los primeros días de la vida de su hija, era igual de malo, de egoísta y mezquino, que lo que él le hizo a ella, ocultándole su secreto.
"Estamos en paz, señor Cullen"
·
El vuelo solo duró 45 minutos, y hasta que no aterrizaron no pudo conectar el móvil. Era de madrugada cuando llegaron, y estaba agotada.
Metió la bolsa que llevaba, en el cochecito de Edythe y se sentó en una cafetería del aeropuerto a buscar donde pasar la noche.
Encontró un hotel que parecía confortable y con varios servicios, al lado del aeropuerto, con vistas a la Bahía. Sería bonito despertarse mirando el mar.
Reservó una habitación y seguido paró un taxi; que al ir con un bebé, la recogió en seguida.
En 30 minutos, estaba entrando en una preciosa habitación, con una enorme cama que la llamaba. Pero antes de tumbarse, comprobó su viejo móvil, por 4ª vez desde que había aterrizado en San Francisco.
Sacramento. Unas horas antes…
- En ese desvío Carlisle - Señaló Rose. - En dos kilómetros, veremos el hotel. - La voz de Rosalie estaba completamente tomada por los nervios.
Jasper miraba de reojo a su hermana, apretando los dientes para no soltar nada inapropiado; ya que sería una sencilla forma de organizar una guerra campal entre todos. Y observando a Edward, no sería lo más prudente.
Edward iba tieso como un palo. Desde que habían salido de Medford hacía 3 horas y media, no había relajado la postura ni lo más mínimo. De ser humano, al día siguiente no podría ponerse ni de pie.
Emanaba tal nerviosismo, tal angustia, que era visible solo por su porte. Pero Jasper que estaba captándolo perfectamente, podía discernir, en lo más profundo de Edward gritos de dolor y… miedo.
Eso fue lo que hizo a Jasper no armar jaleo cuando Rosalie se puso de modo atacante, pinchando a Edward para ir directamente a Sacramento a buscar a Bella y a Edythe.
En menos de cinco minutos, Carlisle aparcaba el monovolumen en el parking del hotel.
·
- Voy a ir yo solo. - Se giró para mirar al resto, cortándolos con una sombría mirada - Alice estará al tanto. - La nombrada asintió con un tímido gesto. - Quiero encarar yo esta situación.
- Edward… - lo llamó Carlisle en una mezcla entre condescendiente y de advertencia. - No hagas nada…
- ¿Qué piensas que voy a hacerle? - Respondió clavándole una mirada helada a su padre. - ¿Realmente crees que voy a atacarla? - Sus ojos lanzaban llamaradas de indignación.
- No. Sé perfectamente que no.
- ¡Por supuesto! Es la madre de mi hija… Por mucho… que haya echo, ese título supera cualquier cosa.
- Me refería - Carlisle alzó una mano, deteniendo la verborrea de Edward. - No a que hagas, si no, a que digas. Lo que pase ahora en esa habitación, marcará vuestro futuro inmediato. Respira hondo y cálmate. Piensa bien lo que vas a decir. - Edward gruñó y se sacudió la cabeza.
- Esperarme aquí. Alice - se dirigió directamente a su hermana - Estate atenta.
Entre estas, Emmet, que seguía permaneciendo callado, intentaba controlar sus propios nervios. Por ahora estaba a salvo tanto del don de Jasper como el de Edward, ya que ambos estaban más ocupados en otros asuntos, que en prestarle atención a él.
Al cabo de dos minutos exactos, Edward salía por la puerta con el rostro repleto de ira.
Todos jadearon al verlo, sin entender que pudiera haber pasado en tan corto espacio de tiempo.
- No está. - Gruñó. Todos abrieron los ojos, perplejos - Se fue hace una hora. - Inhaló aire, mientras pestañeaba, intentando entender. - Hacía menos de dos que había llegado al hotel, y bajó, sofocada y rozando el pánico, diciéndole a la recepcionista que le había surgido una emergencia y que al día siguiente vendrían a recoger el coche de alquiler.
- Pero… ¿Cómo… Qué pasó? - Preguntó Jasper asombrado. El resto asintió a su pregunta.
- La chica de recepción lo pensó y me lo dejó ver en imágenes. - Recitó Edward fuera de sí. - Como le extrañó tanto la actitud de Bella, se asomó a la puerta y la vio tirando cosas que llevaba en el maletero, vaciándolo, y sacando ropa y documentos, metiéndolo todo en una bolsa de mano, junto al cochecito de Edythe y subiéndose a un taxi. - Edward se tiró del pelo con frustración. - Salió en estampida. Igual que… si se hubiera enterado de que estábamos cerca… No se… - Gesticulaba, atónito.
- Podría ser que Edythe, ¿tenga alguna clase de don? - Preguntó Esme. Carlisle inclinó los hombros, desconcertado.
- Quien sabe… Eso, existe. Conocí un vampiro que tenía ese don… El saber cuando otros de nuestra especie, estaban cerca. Preveía visitas. - Arrugó los labios. - Estaba en la guardia de Aro.
- La niña es demasiado pequeña… Además, no es una vampira completa. - Dedujo Alice. - Si tiene un don, no lo potenciará hasta ser más mayor, más fuerte - Explicó, aun perpleja por los acontecimientos - Y hasta llegar a su edad adulta y convertirse en una vampira legítima, no los potenciará al máximo. - Carlisle asintió a las palabras de su hija.
- Si… eso verdad. Eleazar me lo explico… Él es un entendido en estas cosas, a parte de su propia vivencia con su hijo medio humano. - Recitó el patriarca.
- ¿Pudiste ver el taxi? - Preguntó Rosalie. - La matrícula, el número de identificación… ¡Algo! - Apremió. Edward negó.
- La chica me enseñó el taxi, pero no se debió fijar en nada de eso. - Su voz había perdido potencia y ahora hablaba suave; como si estuviera agotado.
- ¿Qué vamos a hacer? - Preguntó Alice tras unos segundos de silencio.
- Ha tenido que ir al aeropuerto. - contestó Edward. - Su cara… Estaba… envuelta en pánico. Mostraba un rostro parecido al que tenía cuando pasó lo de los nómadas en casa de Sam. - Explicó. - Ha tenido que enterarse de nuestra llegada. No encuentro otra respuesta a su cara. - Miró a la nada, rememorando los recuerdos de la recepcionista. - Pero lo que no me explico es… cómo se habrá podido enterar… La niña, no ha podido ser. - Bramó, muy alterado.
- Edward… - Solo por la forma de Jasper, pronunciar su nombre, cerró los ojos y suspiró pesadamente. - Si dices que estaba tan alterada… Piensa. - Lo miró abriendo los ojos, gesticulando - Ella no quiere que la encontremos, no quiere… - Inspiró hondo. - Estar con nosotros.
Se llevó ambas manos al pelo, soltando gruñidos aterradores. Nunca se había sentido tan herido.
El término enfadado, no era suficientemente amplio para explicar como ardía su ponzoña en sus venas.
Carlisle bajó del coche, para intentar calmarlo. Había aparcado alejado de la puerta del hotel y la carretera, pero tal y como estaba Edward en ese momento, no podía asegurar que no montara un espectáculo.
- Hijo… - lo llamó con la voz tomada por el desconsuelo. Edward se giró como un fogonazo de luz, clavándole la mirada a su padre. - Yo… lo siento.
- ¿De que me sirve que lo sientas? - Escupió. - ¿Tanto asco le doy? - Carlisle se contrajo al escuchar eso. - Su hija… nuestra hija, es como yo. Aunque ahora la vea más humana, cada día, se parecerá más a mí, y por si sola no será capaz de ayudarla a desarrollarse o incluso a controlarla. - Sus ojos abiertos, envueltos en ira - No lo puedo entender. ¡No me entra en la cabeza que me rehúya de está forma! - Gritó.
El resto, que había permanecido en el coche, fueron saliendo de forma lenta. Sabían que Edward necesitaba sacar el veneno que le llenaba la boca, pero también que los necesitaba a ellos a su lado; apoyándolo.
- Edward - volvió a llamarlo Jasper con tono firme, sin "mimos" - Ella no te tiene asco… Tal como sientes tu esa palabra - Rodó los ojos - Ella te teme. Te lo dije en su día, y vuelves a perder el punto de perspectiva.
- Jasper… - lo nombró Edward con advertencia.
- ¡No! No me vas a apabullar porque me gruñas - lo miró fijamente, muy serio - Te lo dije muchas veces, pero siempre vuelves a compadecerte. - Edward frunció el ceño, dolido por las palabras de su hermano.
- Edward… - Alice se acercó, pero sin llegar a tocarlo. - Sabemos que esto es duro para ti… Sabes que yo, mejor que nadie, te entiendo. Para mi también es muy cruel ver como ella nos rehúye como a la peste. - suspiró abatida - Bella nos lleva ventaja, de alguna manera, sabe y prevé nuestros movimientos, y creo que el que sepa que no hemos dejado de buscarla, la agobia y la asusta aun más.
- Exacto - Apoyó Jasper asintiendo - Puede que lo mejor sea aflojar está búsqueda. Que ella se relaje, que vea que no estás tras ella, dándole caza, como dijo Emmet. Tal vez así, ella llame, o se deje encontrar.
- Opino igual. - Secundó Carlisle. - Estamos agobiándola igual que al principio.
Edward gesticulaba fuera de sí. No entendía como su familia no parecía apoyarlo, o entenderlo, en su afán de encontrarla. No solo a Bella, si no a su hija.
- El parto ha salido bien, la niña ha nacido y Bella sigue viva - enumeraba Carlisle, visiblemente contento con esos datos. - Se que ella no está haciendo las cosas bien, pero… - frunció la boca, meditando sus siguientes palabras.
- ¿Pero…? - Lo increpó Edward.
- Puede que esto, en el fondo, también sea una represalia. - Edward frunció el ceño, extrañado. - Tu la mantuviste engañada durante semanas, con ocasiones más que de sobra para revelarle lo que eras… y no lo hiciste. - Carlisle le clavó sus dorados ojos, con intención; ladeando ligeramente la cabeza y alzando las cejas. Edward tardó una centésima de segundo en comprender. - Ella te recriminó eso en varias ocasiones.
- Ojo por ojo - murmuró él, como ido.
En contra de lo que pensó su padre, eso no lo calmó, ni lo suavizó; si no que volvió a enfurecerse.
- ¡No es lo mismo! - Volvió gritar. - Ella lo está haciendo siendo totalmente consciente y sin miramientos. Nuestro secreto no se puede revelar así sin más. Se lo dijimos, ¡todos! aunque no quisiera escuchar, ella lo entendió. Aunque no le sirviera como compensación.
- Una mujer herida, es la máquina más perfecta de herir y vengarse. - Murmuró Jasper.
·
La conversación no iba a ningún sitio. Dejaron que Edward se calmara un poco, y volvieron a subirse en el coche, tomando rumbo al aeropuerto. Edward no se quedaba tranquilo sin intentar averiguar algo.
Por supuesto, no hubo ninguna Bella Swan en ningún embarque. Ya que Edward leyó la mente de todas y todos los empleados de recepción de vuelos del aeropuerto.
Pero Edward iba tan ofuscado, que no hizo las preguntas adecuadas para que alguien recayera en Bella y Edythe. Ya que esas personas, nunca habían tomado un avión en Sacramento; jamás habían estado allí.
Pero Emma, y su bebé, Jules Wallas, si que habían tomado un avión a San Francisco, hacía 30 minutos.
·
·
Al día siguiente, fueron a Carson City, a comprobar si la señora Thomas, sabía algo de Bella.
Edward escuchó en sus pensamientos que efectivamente Margy, hablaba con Bella cada tantos días, pero ella nunca decía donde estaba.
Por supuesto Bella, tenía en cuenta de que ellos rondarían a los Thomas en busca de información, por lo que siempre era muy cuidadosa en no revelar nada de donde estaba.
·
Después de un par de semanas de infructuosa búsqueda, abatidos y con los ánimos por los suelos, no digamos Edward, aceptaron la insistente invitación de sus familiares de Denali.
No tenían ni la menor idea de donde pudiera estar Bella. Desde Sacramento pudo haber tomado un avión a más de 20 sitios diferentes.
Incluso acababa de salir un avión a Europa. Hacía escala en Washington y de allí´, iba directo a Londres.
"Bella no se iría tan lejos. No puede querer desaparecer así… ¿Sería capaz de llevarse a mi hija para siempre? ¿Tan poco me quería, entonces?"
Edward se torturaba constantemente con esas preguntas. Pero sin ver el punto de Bella. Sin ponerse, en ningún momento en su piel.
·
La visita a sus parientes les vino bien a todos; Edward seguía alterado, herido, pero estar rodeado de sus "primos", en el fondo, le sentó bien.
Aunque primero tuvo que tragarse el shock de ver al niño semi humano de los Denali: Nícolas.
Tenía casi 3 años de edad y físicamente parecía un joven de 18/20 años. Intelectualmente era como un adulto superdotado. Tema a parte era su belleza; no era tan sobrenatural a la de un vampiro completo, pero casi. Su atractivo era indiscutible: Moreno, piel clara y perfecta, atlético, 1,78 cm.
El gesto que se le quedó a Edward, fue de pasmo completo. Teniendo que pestañear seguido varias veces, para salir de su asombro. El resto de los Cullen, contuvieron el aliento, tanto por ver a Nick, como por la reacción de Edward.
- Hola, familia Cullen - los saludó con una voz parecida a un tenor; profunda pero con unas delicadas notas dulces. - Estaba deseando conoceros.
- Nosotros a ti, también, Nícolas. - Saludó Carlisle en representación de toda su familia.
- Llamarme Nick, por favor… Somos familia - sonrió. - Bueno… hablarme de esa niña - volvió a sonreír, enseñando su perfectísima dentadura. - Es agradable saber que hay otro como yo, y más siendo familia.
- No hay nada que contar. - Respondió Edward con tono helado - Solo he visto una imagen de ella, a través de la mente de una persona. Y de eso hace más de quince días. - Apretó la mandíbula y juntó sus cejas.
Entre los Denali, y el propio Nícolas, les fueron explicando a los Cullen, el proceso de desarrollo del semi vampiro.
En unos meses, cumpliría los 3 años, donde llegaría a su edad adulta, físicamente, y es donde en el transcurso de unos días, se convertiría en un vampiro completo.
Les relataron como se fue dando su evolución y su crecimiento. Que hasta hacía muy poco tiempo, disfrutaba de los sabores de la comida humana, pero que ahora, solo se alimentaba de sangre animal, ya que su sistema excretor, ya no hacía las funciones "normales" de expulsión como un humano "normal".
- El primer año fui creciendo mes a mes. En altura, en desarrollo físico e intelectual. El segundo año, se fue espaciando más. Los cambios se daban cada dos meses o tres meses, aproximadamente. - Explicaba el propio Nícolas. - Siempre pude contenerme ante la cercanía a los humanos. Mis padres - señaló a Carmen y Eleazar - me mezclaban entre ellos, para hacerme desde el principio inmune a su olor. Y ahora, desde hace unos pocos meses, voy dejando mi faceta humana, potenciando mi parte vampírica. Mis horas de sueño, se han visto, desde que cumplí los dos años y medio, reducidas. Ahora solo duermo un par de horas al día. - Los Cullen escuchaban con gran atención.
- En dos meses cumple los tres años. - Tomó la palabra Eleazar - Ahí, es cuando será un vampiro completo. Como os ha contado él mismo, cada día que pasa, va perdiendo más y más su parte humana.
Los Cullen prestaban atención a cada explicación, para saber más sobre él… Sobre su Edythe; y sopesar los problemas a los que Bella podría enfrentarse ante los cambios de la niña.
Edward fruncía el ceño, angustiado porque lo que él sacaba en claro, es que hasta que Edythe cumpliera los dos años, Bella no tendría problemas de criarla ella sola.
Pero aunque estaba enfadado, no podía dejar de estar aliviado de que ambas, estuvieran bien.
·
·
Bella ha escapado, por los pelos... Gracias al mensaje de Emmet.
¿Qué opináis de que Emmet, la avisara? Leal a Bella, traición a su familia.
Bella se contradice... Ama a Edward, por mucho que le cueste reconocerlo, pero sigue temiéndole en muchos aspectos. Una situación difícil.
NO DESESPERÉIS... EL PRÓXIMO CAPI, VIENE MUY ENTRETENIDO.
PS... """""""SE QUE MUCHAS ESTÁIS PENSANDO EN QUE ESTOY REPITIENDO EL PATRÓN DE HUIDA DE BELLA... PERO SI NO METÍA ALGO MÁS, EL FIC ACABABA... Y LUEGO OS QUEJAIS, DE QUE EL FINAL ES ATROPELLADO Y CORTANTE. QUE A VECES, PEDIS IMPOSIBLES... ¡JAJAJA!""""""
¡BESOS A TODAS!
