45 Annie Está Aquí
La razón por la que Annie era mi mejor amiga era esta, justo ahora. Posiblemente no nos hablamos tan seguido como otras mejores amigas, ni estaba actualizada con su lista de amoríos, o no nos veíamos cada día, pero ¿estábamos acostadas en mi cama usando pijamas combinados, viendo Hannah Montana y bebiendo tequila? Sí, sí lo estábamos.
Puse mi cara feliz para ella cuando llegó, en parte porque de verdad estaba contenta de que Annie estuviera aquí, y en parte porque aun no se me quitaba lo molesta por lo que pasó durante el día y quería esconderlo. Duró las primeras tres horas mientras me hablaba de su vieja aquí y de su trabajo (no le gusta porque como lleva menos de un año, aun es la nueva y le envían a hacer todo lo que los otros no quieren), después fuimos a comprar cosas para comer estos días -ningún vegetal a la vista- y llegamos a la parte de licores. Y, si, nos alocamos un poco. Quisimos hacernos las adultas y comprar esas cajas pre-hechas para degustar, pero después nuestras bolsas solo se veían con botellas de vino, ron y tequila. Ya nos tomamos todo lo otro, por cierto. Por eso nos pusimos pijama y vinimos a acostarnos, para, por si morimos, estar cómodas en la camita.
- ¿Tienes un vibrador? – me preguntó, concentrada en la televisión.
- No. ¿Tú tienes?
- No, pero yo puedo follar con quien quiera cuando lo necesite.
- Buen punto.
Era difícil pensar, sentía mi cuerpo muy liviano sobre la cama.
- ¿Crees que Peeta se masturba pensando en ti? – Annie me miró como de verdad interesada. Fruncí el ceño.
- Yo creo que sí, al menos es lo que dice.
- ¿Te cuenta cuando se masturba? – se rio.
- ¡Sí! Yo creí que era algo normal que hacían las parejas cuando están separadas.
- Supongo que si es normal – concordó.
- Gracias.
- Peeta me agrada. Es lindo contigo. – la miré y sus ojos se pusieron llorosos ¿Qué está pasando?
- ¿Estás bien?
- Es solo… - dijo emocionada – ustedes se aman tanto, y son tan tiernos. Y…
Mi amiga aquí, patéticamente llorando, se acurrucó contra mi diciéndome lo mucho que me quería. También lloré un poco, pero no taaaanto como ella. Entonces, de repente Annie
estaba con mi teléfono en la mano haciendo una videollamada, con Peeta, diciéndole lo lindo que éramos y que por favor nunca me dejara porque, y cito "mi vagina ya se acostumbró a él". Me reí, porque era verdad y porque mi cerebro no me dejaba hacer nada más. Peeta estaba confundido, pero era demasiado amable como para cortarle, asique solo le seguía el juego diciéndole que su pene también se había acostumbrado a mí.
- ¿Ves lo lindo que es? – dijo Annie llorando más y mirándome, como acordándose que yo estaba ahí. Asentí.
No recuerdo mucho más, pero sí sé que en algún punto nos pusimos a comprar cosas por internet, cantamos canciones de Taylor Swift en karaoke saltando en la cama, vomitamos porque habíamos saltado en la cama, y la ultima imagen que tengo en la cabeza son los mensajes de Peeta asegurándose de que seguíamos vivas.
El fuerte sonido de mi teléfono me despertó la mañana siguiente, o mas bien la misma mañana porque nos dormimos en la madrugada, no sé. No puedo pensar. Lo deje pasar porque no tenía la fuerza de levantarme de mi cama, pero de nuevo comenzó a sonar. Mi cabeza me martillaba por dentro, y Annie gruñó a mi lado, asique no estaba mejor. Todos los astros se alinearon y fui capaz de estirar la mano hasta encontrar mi celular en medio de las sabanas. Contesté.
- Mm...-
- Soy yo, - la voz de Peeta sonó, qué molesto es. - solo me aseguraba de que estas levantándote para ir a trabajar.
Suspiré.
- ¿Katniss? – me llamó.
- Te estoy escuchando, por dios. – Peeta era la primera persona con la que hablaba hoy asique se merecía toda la ira de mi resaca.
- Bueno, – se rio – levántate.
- No quiero.
- Ayer dijiste que hoy tú y Annie irían a golpear a tu ex, y estoy esperando eso, asique vayan al set.
- No me acuerdo una mierda de lo que hablamos ayer, Peeta- murmuré aun contra la almohada.
- Oh, es bueno saberlo. – su voz era…. ¿qué dije? Me despabilé un poco y logré sentarme en la cama. Moví a Annie para despertarla, pero no hizo caso, suspirando fui al baño. La dejaría dormir y después puede ir a encontrarme si quiere.
- ¿Por qué pusiste esa voz?
- Cuando estés consciente hablaremos de eso, ahora ve a bañarte y a trabajar – podía sentir su estúpida sonrisa mientras hablaba.
- Eres muy molesto.
- Lo imagino. ¿ya te levantaste de la cama?
- ¡Que sí, hombre! Voy a meterme a la ducha.
- ¿Puedo ver? – dijo, antes de que le cortara.
Honestamente, no fue una buena ducha, me eché algo de champú en el pelo, lo masajee para que saliera espuma y después solo dejé que cayera por mi cuerpo y esperaba que funcionara como jabón. Soy asquerosa. Annie se despertó cuando estaba preparando café y sacando bebidas energéticas para el día, tenia que sobrevivir. Se bañó y nos metimos al auto en silencio, había sido una noche dura, y era vergonzoso porque aun estábamos en nuestros 20s.
- Hola a todos – dije entrando al tráiler de maquillaje – ella es Annie – la presenté.
- Hola – saludó Annie haciendo el gesto de la mano a distancia, pero aquí todos se saludan de beso asique pronto tenia una fila de como veinte personas besando su mejilla cuando llegaron las de vestuario y peinado.
- Annie ¿quieres jugar a la maquilladora? – le ofrecieron.
- Lo que sea por arreglar este rostro – respondió, asique nos tuvieron una hora ahí maquillando a Annie mientras a mi me preparaban para grabar. Aproveché de repasar mis líneas por mientras porque no recordaba nada, asiqué Annie hizo conversación con el resto del equipo.
- Asique… ¿Alex vendrá hoy? – preguntó.
- Annie – la detuve. No.
- Solo pregunto.
- Anda por aquí, lo vi llegar mas temprano. – le respondió Seynep, echándome una mirada significativa a través del espejo.
- Le prometí al novio de Katniss que lo golpearía en la cara, asique apóyenme si lo hago- anunció, mirando me de reojo como si fuera broma. Pero es Annie, ella no bromea con cosas así. No mencioné lo impresionada que estaba por acordarse de lo que Peeta mencionó esa mañana.
Todos los presentes rieron.
Fue un ben día de grabación, aunque estaba trasnochada, rendí lo mejor que pude y sacamos todas las escenas que se habían programado. Annie se la pasó siendo la muñeca de todo el equipo y comiendo lo que encontraba. Me aplaudía cada vez que terminaba una escena como si fuera la gran cosa, y todos se reían de eso. Y así es como me di cuenta de que soy la persona introvertida a las cuales los introvertidos adoptan y los obligan a ser sociables por qué no sé cómo, para final del día, teníamos planes para cenar con el Seynep y los otros miembros del equipo con los que a veces almorzaba.
Era tarde cuando terminamos de grabar, asique fui a darme una ducha rápida a mi tráiler mientras los otros ordenaban todo para el próximo día. Decidimos caminar hasta un restaurant que alguien conocía, las calles eran lindas y podía ver lo feliz que estaba Annie por poder pasear por ahí, no todos los días se viaja a un país tan lindo, y yo he estado desperdiciando la oportunidad de conocerlo para no molestar a Seynep para que me acompañe, y ser demasiado aburrida para salir sola.
El local de comida era bonito, de esos que una se siente cómoda yendo después del trabajo, sin necesidad de aparentar que tenemos todo bajo control. No sabia muy bien que pedir asique mis compañeros terminaron pidiendo varios platos para compartir, había una cantidad de olores impresionantes como para describirlos, pero basta con decir que quedé hinchada de tanto comer, y lo más disimuladamente posible me desabotoné el pantalón para liberarme un poco. Annie, un poco más excitada de lo que corresponde, estaba sacando fotos a todo como si su vida dependiera de ello.
Después de ponerme los pantalones bien, pagamos la cuenta y nos fuimos caminando hasta la calle donde la producción nos consiguió departamentos. Fue una linda noche, y espero que se repita de nuevo, aunque solo esté yo aquí.
Annie me pidió que le hiciera un café asique prendimos la televisión para ver las noticias turcas mientras nos acomodamos en el sofá para descansar.
- Oh, no- dijo mirando su teléfono.
- ¿Qué? – me miró con cara de disculpa y volvió la pantalla hacia mí; anoche, mientras hacíamos nuestro concierto sobre la cama, había subido varias historias a Instagram de nosotras. Nos veíamos borrachas y sufriendo las canciones, eran bastantes divertidas, de hecho. Si me veía horrible, pero ya no importa. - ¿qué tiene de malo?
- Que me están llegando mensajes de personas que no conozco preguntando si tu y Peeta terminaron – dijo preocupada.
Me reí y me encogí de hombros, esa era la razón por la que no tenia cuentas en redes sociales, y por la que Peeta solo publica cosas de trabajo en la suya, la gente va a buscar cualquier cosa para poder hacer un chisme.
- No tiene importancia, Annie. Solo no les respondas y ya.
- Pero… es. ¡Mira hicieron artículos en revistas sobre eso!
Y ahí estaba, varios titulares acerca de cómo habíamos terminado nuestra relación hace unas semanas y por eso mi mejor amiga había venido a visitarme; para consolarme y decirle al mundo que estaba disponible otra vez. Rodé los ojos.
- Perdón si es incomodo para ti, Annie – quizás por eso estaba tan angustiada – deberías poder subir lo que quieras con tu amiga.
Ella me miró abriendo la boca sorprendida, y me pegó en la pierna. -No digas esas estupideces. No es tu culpa.
- En parte, lo es – rebatí.
- No estoy preocupada por no poder subir nada, Katniss, lo estoy porque no quiero que tu y tu agradable novio peleen por eso.
Sonreí – Él entiende, nunca nos enojaríamos por la prensa. Posiblemente ni siquiera se ha enterado, o quizás lo sabe solo porque sus amigos se han burlado de él.
Ella volvió a mirar su celular, respirando profundo. – Aun todo esto es raro para mí, ¿ya te acostumbraste?
Annie había estado ahí conmigo cuando me dieron el primer contrato, cuando tuve que buscar un agente y un publicista, cuando la primera persona me pidió una foto en la calle cuando mis compañeros de universidad me veían raro.
- No se si alguna vez me vaya a acostumbrar, pero soy mas bien callada en general, asique no llamo tanto la atención de los medios. Esto es probablemente la única noticia que tendrán de mi durante el año. – me encogí de hombros.
- Nunca podría hacerlo, es demasiada presión.
- Apesta cuando hablan de mi cuerpo, y que estoy mas gorda o si me embaracé. – Annie bufó molesta. – Pero en general no es tan malo, hay personas que dedican parte de su vida a estar pendiente de mi trabajo y me apoyan en todo, eso es genial. No pasa en otros trabajos.
- ¿Has pensado en usar el titulo que tanto te costó sacar?
- Me encantaría, pero no sé bien ahora. Están pasando muchas cosas. Probablemente me mude a Londres.
- ¡¿Qué?! – exclamó.
- Eres la primera persona que se lo digo asique necesito que me apoyes. – casi le supliqué – Estoy que me cago de miedo, pero en serio quiero esto.
- ¿Te mudaras a otro país por Peeta? – preguntó sorprendida.
- No solo por él – aunque si casi todo por él – es solo… estábamos queriendo comprar una casa para los dos y no hay razón para quedarme en Los Ángeles. Mientras que hay muchas razones para estar en Londres.
- ¿Cómo cuáles?
Suspiré, si había una persona que creí no me cuestionaría, era ella – Su familia está allá, su sobrina recién nacida está allá, y ellos… son tan cercanos, Annie, de verdad son una familia, no se llaman por compromiso, ellos son otra cosa. Y me hacen parte de todo. Hay una casa que es linda, y tiene historia para Peeta y podemos hacerla nuestra.
No sé por qué, pero mis ojos empezaron a lagrimear. Annie lo notó, y bajó un poco el tono de voz.
- ¿Pero y tú qué tienes allá?
- ¿Qué tengo en Los Ángeles, Annie? Honestamente, ¿de que me pierdo si me voy? Apesta, pero es la verdad. ¿crees que mi papá y su esposa van a incluirme en sus planes, o dejar de ser incomodo entre nosotros? ¿crees que mi mamá y mis hermanos no van a mirarme como una visita cada vez que comemos juntos? Tu eres lo único que tengo que me importa lo suficiente como para que tomes un avión y vengas a verme, y haré lo mismo cuando sea mi turno. Quizás en Londres pueda hacer mi propia familia, una a la que de hecho de agrade.
Mi corazón estaba agitado, necesitaba que ella entendiera lo mucho que quería esto, porque de todas las personas, su opinión era la que me importaba.
- Solo creo que es demasiado pronto, Katniss. Me agrada Peeta, en serio lo hace. ¿pero y si terminan o algo pasa? Todos ellos siempre se pondrán de su lado, y es lo que corresponde, pero…
- Lo sé. Pero ese es el pensamiento que tuve todo el primer año de relación con Peeta, y estoy harta de eso. Tengo miedo de que pase, claro, pero estoy contenta de que nos vayamos a Londres.
- Tus papás te matarán.
Me encogí de hombros – Probablemente.
- Te apoyo – dijo ella después de un silencio – De verdad, te apoyo en todo lo que quieras hacer, y espero que me adopten durante las vacaciones.
- Siempre – me reí – gracias por esto, es importante para mí.
Annie me guiñó el ojo, rompiendo el drama del momento.
- ¿Qué haremos con lo de Instagram? – preguntó.
- Olvídalo, se cansarán en unos días.
El timbre del departamento sonó, y me levanté extrañada porque nunca, y en serio NUNCA, nadie venia a verme. Era un repartidor de pedidos de lo que supongo era una especie de Amazon aquí. Venía una caja envuelta con mucha cinta adhesiva, asique Annie y yo estuvimos un buen rato abriéndola. Y ¡sorpresa!, lo que habíamos comprado ayer en la borrachera llegó con envío express, dos lindos e intimidantes vibradores nos miraban entre la espuma plástica. Uno purpura y el otro verde. Tomé el purpura porque si iba a quedarme con alguno, no quería que fuera con el que pareciera la polla de Shrek.
