—¡Bella! —gritó Severus cuando vio a su mejor amiga sentada en la sala de estar de su casa. Hacía mucho tiempo que no la veía y le extrañaba que la mujer estuviese tan tranquila con una pierna cruzada sobre la otra en su salón —¡¿Qué haces aquí?!, ¡No deberías estar en Inglaterra! —la amonestó con nerviosismo
—¿Así es como me vas a saludar maldito ingrato? —respondió ella con falsa molestia —. Hace cuánto tiempo que no me ves ¿y es así como saludas a tu mejor amiga bastardo?.
El oscuro mago se puso frente a ella y estiró los brazos, recibiéndola con alegría y estrechándola con fuerza contra su pecho, sintiendo emoción por poder estar con la bruja nuevamente
—¿Qué estás haciendo aquí Bella?. Todo el mundo te está buscando desde que saliste de Azkaban…, no deberías estar aquí. Además, la vez anterior que viniste tuve que eliminar tu rastro mágico y me costó una semana hacerlo. Recibo muchas personas del ministerio aquí como para tener que estar limpiando mi hogar cada vez que se te ocurra poner en riesgo tu culo y el mío —explicó Snape calmadamente, pero dando a demostrar como los nervios se lo estaban comiendo
—¡Ay!, estar con Potter te hizo una vieja quejumbrosa…, tú no eras así Sevy —respondió ella alejándose ligeramente del hombre —. Vine para mostrarte una cosa y para entregarte otra —murmuró dándole a su amigo un sobre color hueso y otro negro.
Severus tomó lo que le estaban entregando lentamente, pues se dio cuenta que uno de los sobres tenía el sello del ministerio y este ya se encontraba abierto. Alzó la lengüeta superior con el lacrado roto y sacó el pergamino que estaba dentro, desdoblándolo lentamente
—Léelo en voz alta, quiero escucharlo nuevamente —murmuró Bellatrix, sentándose en el sillón que había estado usando cuando su amigo fue a su encuentro
-Madame Bellatrix Black:
Mediante la presente se le informa sobre del último dictamen actualizado respecto a su sentencia, realizado a puerta cerrada dentro del Departamento de Leyes Mágicas en conjunto con el Wizengamot y el Jefe de Aurores adjunto.
Tras una exhaustiva investigación, la cual se vio generada gracias al testimonio de un testigo anónimo se ha deliberado lo siguiente:
*La sentenciada queda libre de todo cargo generado anteriormente.
*Se le declara inocente, por lo que la sentencia ejecutada con anterioridad queda anulada en su totalidad.
*Se le indemnizará por sus años dentro de Azkaban con una cifra de diez mil galeones, los cuales se le serán transferidos a su bóveda de Gringotts. Además, se le otorga la Orden de Merlín, Primera Clase, por los servicios prestados durante la guerra a la comunidad mágica, los cuales han sido avalados por testigos veraces.
*Se revoca toda orden de búsqueda en su contra.
Como ministerio, lamentamos profundamente el malentendido que ha ocurrido en su caso, y esperamos que esto pueda apalear los daños generados hacia su persona. El ministerio queda a su total disposición, dejando todo lo anteriormente estipulado con efectividad inmediata gracias a la presencia y firma de los cargos mencionados.
Jefe de Oficina de Aurores – Gawain Robards
Jefa Departamento de Leyes Mágicas – Hermione J. Granger
Ministro de Magia – Kingsley Shacklebolt
Severus dejó de leer y miró con estupefacción a la bruja sentada frente a él, sin poder entender nada de lo que estaba ocurriendo. Volvió a leer el pergamino tres veces, tratando de encontrar algo que le indicase que el documento era falso, pero no logró hallar nada, y gracias a eso se veía cada vez más perdido. Se acercó hasta su amiga y se sentó a su lado, tratando de averiguar en su mirada si le estaba jugando alguna broma de mal gusto, pero solo pudo ver unos ojos oscuros que brillaban como no los había visto en años. Su mirada era de felicidad pura, y una dicha inconmensurable la rodeaba destilando un halo brillante a su alrededor. Sus ojos estaban extasiados y colmados de alegría, cosa que no hizo más que alojar en el pecho del mago una sensación de paz y tranquilidad que no sentía desde que su amiga había caído tras las rejas
—¿Viste quien firmó el documento? —preguntó Bellatrix con diversión en la voz, ya que, aunque estaba feliz por su libertad oficial, no quería decir que se quedaría así nada más. Necesitaba regodearse de todo lo que pudiera y el ver ese nombre dentro del documento que le entregaba su libertad total, la hacía sentir pletórica
—Me di cuenta querida…, claro que me di cuenta —susurró Snape, sin poder creer todavía que aquello fuese cierto —. Cómo…, ¿cómo pasó esto? —preguntó tomando la mano de la bruja con la propia, sintiendo la suavidad de su piel. Necesitaba aferrarse a todo lo que le indicase que aquello era verdad y que estaba con su amiga sin que ella corriese riesgo alguno
—Mi papi lo hizo Sevy, con mi Siri —contestó ella con lágrimas de felicidad en los ojos —. Hicieron que Narcissa fuera a declarar al ministerio para que todo lo que pasó quedase anulado y al parecer lo hizo. ¡Ahora mira el otro sobre! —dijo ella feliz, animando al hombre para que abriera el sobre negro que seguía en sus manos y que este había olvidado.
Lentamente, Severus abrió el sobre que tenía un lacrado plateado en la lengüeta con el emblema de los Black. Leyó la parte del destinatario en letras plateadas y cursivas que rezaba "Para: Severus Snape y Harry Potter". Al ver esa parte, elevó la mirada a su amiga y se llevó una sonrisa cargada de cariño, mas no se detuvo en eso y sacó el pergamino negro. Para su sorpresa no era una hoja extensa, sino que una pequeña tarjeta escrita con el mismo tipo de letra y color que el sobre
Severus Snape – Harry Potter
Tenemos el honor de invitarles a nuestra boda, la cual será efectuada el día 03 de Noviembre del presente año, a las 15 horas.
La presente invitación fungirá como traslador para el evento y se activará quince minutos antes de la ceremonia.
Serán partícipes de la posesión al título de Lord y Lady Black, por lo que se les pide encarecidamente usar vestimentas señoriales.
Bellatrix Black y Sirius Black
—¡¿TE VAS A CASAR CON EL PERRO Y ASÍ ES COMO ME LO DICES?! —gritó Severus sacándole risas a la bruja, quien esperaba esa reacción por parte del mago —. ¡Eres una desconsiderada Bella!, ¡queda una semana para la ceremonia y no tengo esa mierda de vestimenta señorial!, ¡¿pero qué te pasa?! —se quejó, viendo como la mujer se movía más cerca de su cuerpo y se sentaba en su regazo, pasando un brazo por sus hombros y dejando luego su cabeza debajo de su barbilla
—Me hacía ilusión que lo supieras cuanto tuviese las invitaciones listas y así poder entregártela yo misma. Ahora que soy libre, puedo invitar a todo el mundo si quiero, así que vas a tener que verte maravilloso, porque vas a ser mi padrino de bodas. —comentó ella, sintiendo como su amigo la estrechaba en un abrazo apretado y dejaba un beso en su coronilla —. Siri le debe estar diciendo lo mismo a Potter en estos minutos y yo quería que fuese algo especial, así que le dije que se lo llevara para otra parte y no tener que verla la cara de idiota que trae siempre. —comentó con diversión. Levantó la mirada y la plantó en los ojos oscuros del mago que la tenía entre sus brazos —. Sevy, siempre estuviste a mi lado cuando estaba sola. Nunca te diste por vencido a pesar de que muchas veces pudiste haberme dejado morir en mi dolor y mi soledad. Estuviste para mí cada vez que me sentía perdida, sola y a segundos de dejar este mundo, sin importar cuantas veces te pedí que me dejaras morir y así dejar de sufrir de una vez por todas. Estuviste allí cuando Lyra no estaba, cuando la perdí. Has sido mi compañero por años, dentro de las filas de Voldemort, en el castillo y te convertiste en mi mejor amigo. Nunca dudaste de mí y no me dejaste de lado, aunque no fuésemos familia. —una lágrima se deslizó por la mejilla de ella lentamente y dejando un rastro mojado a su paso —Yo no soy alguien que demuestre sus sentimientos, y por lo general digo "te quiero" o "te amo" con un golpe, una burla o como me salga. Nunca me enseñaron a demostrar emociones sanas y mucho menos los sentimientos de afecto que se pueda tener por los demás, por eso me cuesta tanto hacerlo, pero eso no significa que no te quiera. En mí está el caos, la adrenalina y el peligro, pero siempre intento que las personas que son importantes para mí estén bien y espero haber hecho algo por ti dentro de todos estos años. No tuve hermanos y hoy en día no tengo hermanas tampoco, pero a ti te considero como uno. Has estado siempre conmigo y no puedo estar más que agradecida por eso
Severus sintió en su pecho una emoción que no había tenido ni siquiera con su pareja. Deslizó un pulgar por el camino húmedo que habían dejado las lágrimas en el níveo rostro y las secó, para luego abrazar a la bruja nuevamente con fuerza y volver a depositar un beso cargado de cariño en su coronilla. Tenía en su vida a la bruja más extraordinaria que podía existir y sabía que su amistad con la madre de Harry no era nada en comparación a la que tenía con esa mujer de risos azabaches
—No importa lo que pase querida…, siempre estaré para ti. No hay mujer más importante en mi vida que tú y eso no cambiará jamás —susurró con cariño, siendo completamente sincero en sus palabras, tremendamente feliz y anonadado por lo que había expresado la bruja hacia él. Algo tenía más que claro y era que si Bellatrix Black tenía sentimientos hacia ti, sentimientos buenos, no habría regalo en el mundo que se pudiese comparar
—Ya, ya, suficiente de tanta cursilería. Tráete dos botellas de whisky que esto hay que celebrarlo —comentó ella sonriendo. Levantó los brazos con entusiasmo y gritó —¡ME VOY A CASAR CON MI PERRITO!
Snape y Black se miraron y rieron con fuerza por la algarabía que mostraba ella. El mago hizo lo que se le pidió y levitó dos botellas de su mejor whisky para hacer honor a la ocasión
—Y dime, ¿a quién vas a invitar? —preguntó Severus, bebiendo de la botella como cuando se juntaban en sus dormitorios dentro del castillo
—A todo el puto mundo —respondió Bellatrix, empinando la botella como lo hacía el hombre a su lado —, hasta a la sangre sucia le mandé una invitación —comentó con ligereza.
Eso hizo que el oscuro mago escupiese estrepitosamente todo el licor que tenía dentro de la boca con fuerza. Volteó su mirada a la de la bruja con una ceja alzada y los ojos abiertos de par en par, lo que dejaba una imagen nada digna de él —¿Invitaste a quién?, ¿te volviste loca? —preguntó estupefacto
—A ver…, loca he estado siempre así que no veo porque te sorprende —contestó ella con una ceja alzada —. Y te he dicho que invité hasta a la sangre sucia, para que vea lo que es tener clase y lo que se perdió por zorra. A las que no invité es a las traidoras de Andrómeda y Narcissa. Que se contenten con leer mi maravillosa ceremonia por el Profeta, si es que tienen como pagarlo, claro —enfatizó en lo último, bebiendo nuevamente —. Hay que ser agradecidos en la vida Sevy y la sangre sucia firmó mi libertad, así que la invité
—Pero Bella, sabes que la gente cercana a ti no la va a mirar siquiera —murmuró Severus, sabiendo que su amiga debía tener algo bajo la manga como para estar tan tranquila con lo que estaba haciendo
—Sevy…, me conoces bien y sabes que yo soy un ser de luz que solo quiere la paz para el mundo, sobre todo para el mío. Así que mañana saldrá una entrevista en el Profeta, en la cual mi maravilloso prometido explica lo que injustamente me hicieron los del ministerio, porque ya se corrió la voz de que me indultaron de todos los cargos y creo que fue Skeeter la que lo hizo. Se contactó con Sirius y como él no perdona cuando se meten conmigo, dio esa entrevista y habla de lo que pasó en mi sentencia y de la traición que sufrí por parte de mi amada hermana y la jefa del Departamento de Leyes Mágicas. A ella la invité en calidad de jefa de su departamento, no como alguien cercano, así que tiene que asistir si no quiere quedar mal dentro del ministerio. Si esa mocosa pensaba seguir escalando en la política como alguna vez me comentó, debió haberlo pensado antes de meterse conmigo. Además, voy a ostentar el título de Lady Black, siendo respaldada por Lord Black, quien tiene un asiento parlamentario esperando por él dentro del Wizengamot…, no me pueden tocar Sevy —susurró con malicia. Así como ella se encargaba de que sus seres queridos estuviesen sanos y salvos, que no les faltase nada ni que tuviesen problemas sin resolver, también se hacía cargo de que la vida de aquellos que la jodieron a ella, estuviera debajo de sus botas taco aguja
—Eres mala Bellita —dijo Severus riéndose junto a su amiga, dando gracias a Merlín y todo aquel que lo escuchase por no tener de enemiga a Bellatrix Black
—Mala y hermosa querido —contestó ella, chocando su botella con la del mago que reía a su lado, celebrando la felicidad que tanto había demorado en llegar a la vida de la bruja.
-o-
El reportaje del Profeta había generado un gran escándalo dentro de la comunidad mágica. Sirius al ser un ex convicto reinsertado en la sociedad, al cual habían encarcelado injustamente y siendo esto conocimiento público, tuvo una credibilidad innata y las personas estaban pidiendo las cabezas de quienes llevaron a cabo la injusta sentencia de Bellatrix. Estaba más que claro que aquel juicio estaba viciado y que los responsables de aquella barbaridad habían puesto sus propios intereses a la hora de dictaminar aquello.
La gente estaba indignada y ante esto hubo muchas quejas directamente entregadas en el ministerio, exigiendo respuestas a la situación. Las personas alegaban que no podían confiar en los trabajadores de un sistema político tan corrupto, el cual se dejaba llevar por intereses personales a la hora de juzgar y que no les importaba el daño que se le podía hacer a una persona, en este caso a alguien que sacrificó tanto por el mundo en que vivían actualmente.
El ministro debió dar una conferencia de prensa, la cual fue pública y con el aforo libre, de esta manera, todo ciudadano que quisiese escuchar lo que el regente elegido por votación popular tenía para decir, lo hiciese con libertad. Tuvo que dar parte por todas las vejaciones que sufrió la bruja, ya que luego de la entrevista que dio Sirius, en donde explicó cada una de las cosas que realizó para ayudar al Salvador del Mundo Mágico a cumplir su cometido, esta era vista por el pueblo como una mártir y había hecho que todos empatizaran con ella de una manera nunca vista.
Harry dio una entrevista también, en la cual aseguraba todo lo que su padrino había dicho y lo hizo siguiendo sus sentimientos de justicia, para así poder retribuir a la bruja todo lo que había hecho por él y lo que no pudo hacer por ella en su momento. Tenía una deuda de vida que pagarle y esperaba que aquello cumpliera una pequeña cuota de todo lo que le ayudó e hizo por él.
Al tener el respaldo del Niño Que Vivió, las acusaciones hacia aquellos que dictaron tal sentencia contra la bruja fueron descomunales y al saberse sus nombres tuvieron que dimitir a sus cargos políticos y auto exiliarse antes de que los matasen o los linchasen de manera pública. La gente estaba demasiado decepcionada de aquellos que debían velar por la seguridad y bienestar del mundo mágico inglés, y pedían poder tener más participación en las elecciones políticas, a pesar de que en el Wizengamot seguía teniendo gran importancia el linaje y la descendencia. Había cosas que no cambiarían y una de ellas eran los asientos del parlamento otorgados a los miembros de las líneas sanguíneas de los Sagrados Veintiocho, como era el caso de Sirius. Lo que sí se tomaría en cuenta era la opinión de la comunidad acerca de la persona que ocuparía uno de esos puestos, siendo en el caso del animago una aprobación irrefutable, aunque todavía no se hiciera cargo de su asiento político hasta que se casara.
Hermione sufrió una merma estratosférica sobre su imagen personal, tachándola de inmoral y desalmada por lo bajo, pero no perdió su puesto, ya que, en su caso lo que había hecho fue durante el tiempo en que no estaba dentro del ministerio y no afectaba en su trabajo para nada, el cual desempeñaba de manera sobresaliente. El problema era que la gente ya no la veían como la Chica Dorada, Salvadora del Mundo Mágico y mejor amiga de Harry Potter, sino que se había convertido en una paria que nadie quería tener a su lado por el sufrimiento que le causó a la pobre Bellatrix Black.
Bellatrix por su parte estaba feliz de la vida ultimando los detalles de su matrimonio, viendo como aquellos que la dañaron caían uno por uno y que todo había salido como siempre ella deseaba, tal y como lo quería. A pesar de todo el sufrimiento que tuvo que soportar, al final sirvió la espera y ahora sentía una dicha que jamás pensó tener. Su matrimonio era de lo que todo el mundo hablaba y ya le habían llegado ofertas para poder tener las imágenes exclusivas de la ceremonia. Su historia había cruzado todos los rincones habidos y por haber, logrando que su tan ansiado día fuese más feliz y grandioso de lo que se había imaginado, ya que el amor que sentía por Sirius lo vivenciaría no solo ella y sus cercanos, sino que toda Inglaterra.
N/A: Sé que he demorado como un año en actualizar esta historia, así que pido disculpas a quienes siguen leyéndola. No soy alguien que de excusas por las cosas que hace y este no será el día en que lo haga, pero me disculpo por la demora.
