Advertencia sexo explícito
Después de despedirse de Leia Ben y Rey volvieron al Fulminatrix para poner rumbo al planeta Ilum y aunque a él no le gustaba la idea de separarse de su madre era también necesarío para despistar a quien quisiera seguirlos.
No podía confiarse debía mantener a su familia segura empezando por su embarazada y terca esposa, sabía que no le gustaba que la acompañaran Ap'lek y Ushar pero con todo lo que había pasado cuando llegaron a esa nave no se atrevía a dejarla andar sola por ahí.
Había salido de Naboo dejando el palacio protegido por si a la Reina se le ocurría ir a meter la nariz ahí pues aunque este siempre había pertenecido a su familia la creía capaz de cualquier cosa.
- ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a Ilum? - le preguntó Rey a Ben cuando el Fulminatrix dió el salto a la velocidad luz.
- Es un viaje largo pequeña así que si quieres puedes descansar unas horas.
- Ya casi es hora de la cena.
- Voy a pedir que te traigan algo.
- ¿Te puedes quedar conmigo? Hoy fue un día muy extraño.
- ¿Te sientes mal? - le preguntó Ben a la chica preocupado.
- No, no te preocupes solo estoy algo cansada no se por que si dormí bastante por la tarde.
- Es por el embarazo Rey.
- ¿Cómo lo sabes? Es más ¿Cómo es que en estos días sabes más sobre el embarazo que yo Ben Solo?
- He estado leyendo algunas hologias.
- ¿Y por qué no me lo dijiste para leerlas contigo?
- ¿Quieres verlas? - le preguntó Ben a su esposa sorprendido.
- ¡Por supuesto que quiero verlas! Después de todo soy yo la que está embarazada.
- Discúlpame corazón es que no pensé que estuvieras interesada en verlas.
Se acercó a la mesa de noche y saco varias hologias que tenía ahí guardadas.
- Has estado ocupado líder supremo - le recriminó Rey mientras él pedía que les llevaran la cena.
- Lo siento pero es que tenía curiosidad y...
- Te perdono si vienes aquí y me dices que es lo que has estado viendo.
Ben se acercó a ella y encendió una de las hologuias.
- Está es la primera que ví - le fue mostrando las imágenes con la información debajo de ellas y se deleitó viendo la alegría en su rostro.
Después de que cenaron estuvieron viendo un rato más toda la información que pudieron hasta que él se dió cuenta que Rey se había quedado dormida.
Dejó todo en la mesilla de noche para tomarla en sus brazos y cubrirlos a ambos con las mantas, unos minutos después él también se había quedado dormido.
Unas horas después cuando Rey despertó estaba sola en la enorme cama y sobre la mesilla una bandeja con el desayuno y una nota.
" Estaré en el puente, te amo "
Apretó el papel en su pecho y recordó aquellos días tan lejanos cuando despertaba en el viejo At-At sola, algunas veces con hambre y sin nadie que pensara en ella, ahora tenia a Ben y todo lo que podía desear pero no por eso se olvidaba de sus orígenes, ni todo lo que había sufrido.
Se levantó rápidamente de la cama con una idea en mente, se dió un baño y desayunó para ir en busca de su esposo, solo esperaba que no le dijera que estaba loca por lo que se le había ocurrido.
Mientras Ben se ocupaba de algunas cosas con Hux y sus hombres había sentido la presencia de Rey cerca y la estaba esperando.
- ¿Ben puedo pasar? - preguntó asomando la cabeza.
El sonrió por qué aún después de estar casados y dellevar tantos días viviendo en la nave pedía permiso para entrar en cualquier habitación.
- ¿Sucede algo? - le preguntó al ver que estaba un poco nerviosa.
- No, es solo que quería pedirte algo.
El personal de la nave al ver que ella no se atrevía a entrar se levantaron y salieron no sin antes despedirse.
- Podemos continuar con eso más tarde señor - dijo uno de los generales - de todos modos es solo esperar a que la flota esté lista.
- Muy bien, encárgate de supervisar todo.
- Si señor, mi Lady.
Cuando todos exepto Hux y los técnicos salieron Rey se acercó a Ben que la observaba con el ceño fruncido.
- Me estás bloqueando ¿Por qué? - la tomó de la mano y le acarició el rostro.
Rey se mordió el labio sin saber cómo empezar.
- Y también estás muy nerviosa ¿Que pasa?
- ¿Podemos hablar en otro lugar?
- Ven conmigo - salió con ella de la sala y la llevó a uno de los lugares donde siempre solía estar antes de que ella llegara con el.
La llevó en un ascensor y por varios pasillos hasta que llegaron a una pequeña habitación bastante funcional con solo un sofá y una mesita con un par de sillas.
- ¿Que es este lugar? - preguntó Rey viendo a su alrededor.
- Aquí solía venir para hablar con mi abuelo antes de que tú llegaras a mi vida, aunque claro está que él nunca me respondió.
- ¿Tu también estabas muy solo verdad?
- Si pequeña, rodeado de lujos pero solo igual que tú - se sentó en el sofá y la sentó a ella en sus piernas.
- Perdóname Ben - le pidió Rey con los ojos húmedos.
- ¿Por qué mi amor?
- Por qué en algún momento llegué a pensar que por estar rodeado de lujos eras más feliz que yo.
- No era así pero no te preocupes pequeña chatarrera de Jakku, es comprensible que pensaras éso.
- Te amo Ben Solo - le dijo Rey enterrando el rostro en su cuello.
- Y yo a tí pero ahora deja de dar vueltas y dime ¿Qué es lo quieres?
- Es que no se...
- ¿Rey cuánto hace que estás conmigo?
- Yo...no se, parece que fue hace años que llegué en esa cápsula buscándote.
- ¿Y dime si en el tiempo que llevas conmigo te he negado algo?
- No - respondió ella suavemente.
- ¿Entonces? ¿Que es lo que quieres que temes tanto pedirme?
Rey miró a su esposo a los ojos y suspiró tomando valor para hablar.
- Es que cuando me desperté está mañana y ví tu nota y la bandeja con el desayuno recordé cuando solía despertar sola y con hambre en mi viejo At-At.
- ¿Y...? - Ben le apretó la mano animandola a seguir - mi amor, solo pídelo no tengas miedo.
- Hay muchos niños y niñas huérfanos como yo en muchos planetas y quisiera ayudarlos, no se, tal vez llevando alimentos para ellos o darle trabajo a los jóvenes ¡Por favor no me digas que no!
- ¡Mi amor! - exclamó Ben abrazándola más fuerte - todo eso ya se está haciendo, Phasma se está encargando.
- ¿En serio? - Rey no lo podía creer pero el brillo de regocijo en los ojos de su esposo le decía que era verdad.
Ben asíntio sonriendo y le retiró el cabello del rostro.
- ¿Desde cuándo? - preguntó ella en un murmullo.
- Desde el día que tomé el control de la primera orden, al principio solo había pensado darle a los soldados la libertad de elegir si se quedaban o no y algunos decidieron buscar a sus familias y volver después y fue entonces cuando se me ocurrió que mientras buscaban también podían ir dejando ayuda ahí a dónde fueran.
- ¿Y por qué no me lo dijiste? - preguntó Rey sorprendida.
- Me daba un poco de pena.
- ¿Por qué? Ben eso no es para que te avergüenzes al contrario deberias de estar orgulloso.
- Yo no lo siento así Rey, además la primera orden cuenta con demasiados recursos, pensé que sería bueno darles un mejor uso.
- ¿Cómo mandar a hacer una flota de naves a petición de tu esposa?
- Bueno si pero es para algo bueno no solo por capricho.
- Si tú lo dices, tal vez en algunas ocasiones te pida cosas sin sentido por favor no me mal acostumbres dándometodo.
- Pero es que quiero dártelo todo mi amor - respondió mientras la empezaba a besar en el cuello.
- Prometemelo - le pidió la chica mientras echaba la cabeza hacia atrás.
- Está bien - prometió Ben mirandola con deseo y empezando a desnudarla.
- ¡Ben espera! ¿Aquí?
- Si Rey aquí este lugar era mi rincón de soledad por favor déjame tener otro recuerdo de el.
Ella no respondió, solo lo besó y se puso a horcajadas sobre el mientras lo despojaba de la chaqueta y la camisa que llevaba debajo.
Se acariciaron por unos minutos y después él la puso de pie para seguirla desnudando mientras besaba los senos que ya había dejado al descubierto.
- Cada día estás más hermosa mi amor.
- Ben no... - la chica se cubrió los senos que en los dos últimos días había empezado a sentir más sencibles y pesados.
- ¡Si! - le tomó las manos y la miro a los ojos - tus senos, tu vientre ya están cambiando y el brillo de tus ojos es increíble, me tienes a tus pies Rey, completa y locamente enamorado.
Se levantó y la besó con ternura para después terminar de desnudarse también, Rey acariciaba el torso y le daba pequeños besos en el cuello.
- Ven mi amor - cuado estuvo desnudo también Ben se sentó y la tomó por las caderas para sentarla de nuevo sobre él.
Rey se sonrojó y escondió el rostro en el cuello de él pues se sentía demasiado expuesta, recordaba que ya en una ocasión habían hecho el amor así pero aún seguía sintiendo cierto pudor.
Ben la acarició hasta que la tuvo gimiendo y entregada a él, solo entonces la penetró dejando que fuera ella la que marcara el ritmo tomándola por las caderas para mostrarle como.
Rey poco a poco fue sintiendo más confianza hasta que empezó a moverse libremente y a su ritmo sobre él que solo se dejaba hacer gimiendo y diciendole lo mucho que la amaba hasta que no pudo soportar más el placer y la tomó de las caderas para moverse con ella y llegar juntos al orgasmo.
Se quedaron abrazados besandose por un par de minutos y después sin separarse de ella la recostó en el sofá para seguirla acariciando.
- Te amo mi pequeña chatarrera.
- ¿Ya no soy tu Jedi?
- Si pero hoy eres mi chatarrera.
- Yo también te amo Ben.
Se quedaron en esa habitación un rato más hasta que el estómago de Rey protestó y tuvieron que ir a buscar comida pues el bebé glotón estaba antes que todo lo demás.
Estaban comiendo cuando Hux le avisó a Ben que lo necesitaban en el puente y como lo escuchó preocupado decidió ir de inmediato a ver qué pasaba.
- Termina de comer pequeña yo vuelvo en un rato.
- Anda ve yo voy a ir a meditar un poco, hace días que no lo hago.
- Esta bien pero ten cuidado - le dió un beso y se fue rápidamente, tenia el presentimiento de que algo no andaba bien.
Antes de llegar al puente se encontró con Hux y el doctor que había atendido a Rey y sintió que el corazón se le detenía.
- ¿Se trata de mi esposa verdad? - preguntó antes siquiera de que el doctor y Hux hablaran.
- Si señor - respondió el doctor nervioso - pero no sé preocupe no es nada malo solo pensé que debía saber lo que descubrí.
- ¿Que fue lo que descubrió doctor?
- Usted sabe que los midiclorianos de su esposa son muy altos, más que los de un Jedi normal, cuando fue herida en el ataque de los clones se le hizo un conteo que quedó en el registro y ese conteo era exactamente igual al de usted pero ayer me tomé la libertad de hacer otro conteo señor.
- ¿Y? ¡Hable ya doctor!
- Los midiclorianos de su esposa se dispararon señor y estoy seguro que es por el embarazo.
- ¿Cómo? - Ben se había quedado pálido y sentía que le temblaba todo el cuerpo.
- Señor no se preocupe - le dijo el doctor rápidamente al verlo en ese estado - es solo que creí conveniente que lo supiera ya que es posible que afecte las emociones y el carácter de su esposa.
- Ya la empezó a afectar - comentó Hux al recordar cómo se había puesto al escuchar que mencionaban a la Reina de Naboo.
- ¿Y que puedo hacer doctor? - preguntó Ben suspirando al recordar también lo mismo.
- Solo debe tratarla con cariño y mucha paciencia.
- Está bien doctor gracias por ponerme al tanto.
- No señor al contrario yo le agradezco a usted que me permitiera atender a su esposa y si ella y usted están de acuerdo me gustaría llevar el control del embarazo, nunca hemos tenido un bebé por aquí y me hace mucha ilusión.
- Está bien doctor y gracias nuevamente por decirme todo esto.
- Con su permiso me retiro.
Mientras el doctor se alejaba Ben se pasaba las manos por la cara y Hux lo veía sin atreverse a hablar.
- Suéltalo ya Hux, no te quedes callado.
- Tendrás que mantener a tu mujer entre algodones para que no destruya la nave en un arranque de celos.
- Algún día te casarás y tendrás hijos Hux - le respondió Ben al pelirrojo.
- Tal vez pero mis críos serán normales Solo.
Ben ya no respondió y se fue en busca de su mujer sin ver qué Hux sonreía y movía la cabeza antes de irse también a ocuparse de sus asuntos.
Después de comer Rey aprovechó que Ben estaba ocupado para meditar en la sala donde él y los Caballeros solían entrenar, ya sabía que con el embarazo no podía tener el mismo entrenamiento de siempre pero si podía meditar y aprovechaba los momentos en que su protector esposo estaba ocupado.
En los últimos días había estado practicando para establecer su conexión con él y ya le era más fácil hacerlo, le gustaba sorprenderlo cuando él no podía hacer nada aunque después le cobraba con creces esas sorpresas.
Estaba concentrada en su meditación cuando sintió a Ben cerca y un minuto después él entro a la sala.
- ¿Sucedió algo? - le preguntó preocupada.
- No, solo quería verte - la miró con atención buscando cambios que había visto en su cuerpo unas horas antes.
- ¿Ah sí? - Rey se levantó del colchón dónde estaba sentada y se acercó a él.
- Si, te está creciendo el cabello - le dijo de repente tomando unos mechones en su mano.
- A mi no me engañas Ben Solo ¿Que te sucede?
El suspiró y la abrazó, su vínculo con ella era cada vez más fuerte y también sentía más la presencia en la fuerza del bebé.
- Temo por tí y por el bebé.
- No me va a pasar nada mi amor, se defenderme y tú siempre estás cerca ¡Igual que los dos que custodian la puerta! - levantó la voz para que Ap'lek y Ushar la escucharan.
- ¡Es un placer mi Lady! - se escuchó la respuesta de uno de ellos.
Ben sonrió y salió con ella de la sala de entrenamiento lo cual los Caballeros aprovecharon para entrenar ellos un poco al verse relevados por el líder supremo.
- ¿Me acompañas? Quiero ir a revisar el Tie Silencer.
- Vamos, tengo curiosidad por verlo por dentro, aunque deber ser exactamente igual al otro.
- Supongo que sí - le respondió Ben a Rey - pero debo ver algunos detalles.
- ¿Como es que solo hay una nave de ese modelo Ben? - preguntó la chica con el ceño fruncido.
- Está hecha a medida para mí.
- Eso es un poco ostentoso ¿No le parece líder supremo?
- Supongo que sí mi Lady igual que mandar a construir una flota entera de Cazas Tie para atacar Coruscant.
- Eso es distinto - murmuró Rey enfurruñada por qué muy dentro de ella prevalecía el deseo de partirle la cara a la susodicha Reina que quería robarle a su esposo.
- Lo se mi amor pero es que me gusta ver cómo te enfurruñas - Ben le pellizcó la mejilla y le dió un beso.
Bajaron del ascensor y fueron a dónde estaba la reluciente nave que esperaba a ser estrenada.
- Y sigue siendo para una persona nadamás - dijo Rey al subir y ver qué como ella pensó era exactamente igual que la otra.
- Es una nave de guerra por eso está hecha así.
- ¿Piensas usarla mucho? - preguntó la chica acomodándose en el asiento que obvio era demasiado grande para ella.
- Lo necesarío - respondió Ben y sonrió al ver que los pies de su esposa no llegaban abajo.
- ¿Me dejaras pilotarla algún día?
- Si creces unos 20 centímetros tal vez.
- ¡Ben! ¿Me estás diciendo que soy un Ewok?
- Bueno mi madre dice que son tiernos pero también muy bulliciosos así que...
