Mi sueño es ser administrador.
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El Redentor 777. Muchas cosas se aclararon, aparte de lo de Asuka cuando dijo que pagó sus crímenes con tortura y de ahí su trauma. Ahora iremos con un pequeña OVA antes de entrar al arco siguiente.
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RinMakoto. Ocurrieron gran cantidad de eventos, al menos puedo dejar de matarme mucho la cabeza ya que me costó mucho escribirlo jaja. Ahora vamos a ver que sigue.
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Esta es una pequeña OVA que decidí hacer por el capítulo 50 aparte que llegamos casi a la mitad del fic, quedando solo unas 3 sagas para finalizar y la gran batalla contra dioses será el desenlace de esta historia.
Sin más, comencemos…
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Nueva York, Estados Unidos.
Joan Carlos Fábregas Díaz había llegado a la Gran Manzana luego de la sangrienta batalla contra Tezcatlipoca, aun así, luego de que todo terminara, él se fue junto con su padre a Estados Unidos por un trabajo que le había salido, así que aprovechó la idea de irse con él.
Ya estando allá, le fue un poco raro adaptarse ya que se trataba de otro país, aparte de que la lengua era el inglés, aun así, no parecía tener mucho problema ya que entendía y hablaba el idioma
Durante los primeros días exploró la ciudad, aun sabiendo que a lo mejor podría encontrarse con Mia, pero luego recordó que ella vivía en Texas, así que decidió dejarlo.
Finalmente, se unió a una escuela para continuar con sus estudios, siendo la Harvey Milk High School en la que ingresó en primer año de secundaria.
Los primeros días de clases fueron un poco extraños para el castaño ya que adaptarse a varias cosas fue bastante difícil y más tomando en cuenta que la mayoría de los alumnos eran estadounidenses y como siempre se iniciaba cantando el himno de los Estados Unidos, por lo cual el joven solo se mantenía en silencio mientras los demás alumnos entonaban el himno.
Aunque no fue lo único que ocurrió ya que ese día, se anunció un evento bastante importante y se llevó a las noticias.
- ¡Ya llegué papá! – decía Joan llegando al apartamento en el que vivía con su papá.
- Bienvenido de vuelta güero, ya llegué también hace poco.
- Vaya que es algo cansado la nueva escuela, pero te acostumbras.
- Créeme, en mi trabajo es bastante raro solo hablar inglés, pero de igual forma me alegro saber el idioma, así no me hacen bromas ni nada – suspiraba el señor Alfonso – por cierto, ¿Cómo te está yendo con las chicas?
- Jeje, más o menos, aunque realmente me da cosa tener una pareja que no sea de mi país.
- No tiene nada de malo y lo sabes güero, al menos podrías darle una oportunidad a una, me gustaría que mi nuera fuera alguien que no sea de México.
- Q-Quien sabe papá, el tiempo lo dirá – reía el castaño y se fue hacia la sala a encender el televisor y de ahí, notó una noticia que llamó mucho su atención.
- And in the news that attracts the most attention in New York, the arrival of the heir to the royal throne of England, Claire Rodwell, is expected, who will arrive in the city in the next few hours.
- ¿La heredera al trono?
- Parece que alguien viene a Estados Unidos – decía el señor Fábregas – bueno, creo que me llamarán a hacer algunas tomas de eso.
- A ver – reía Joan mientras mostraban escenas de la heredera al trono de Inglaterra la cual poseía el cabello rubio, un poco oscuro y ojos verdes, aparte de llevar lo que parecía ser una armadura y una espada en una vaina.
- The Young Claire Rodwell possesses the legendary Excalibur Sword, which could face any threat that is presented to her, apart from having a fairly strong cosmos. Worthy of the next Queen of England.
Con eso, los dos hombres se fueron a dormir, aunque del lado del Océano Atlántico, se veía a un barco llegando casi a la costa de Nueva York.
- ¿Señorita Rodwell? – decía uno de los mayordomos de la chica la cual solo volteó la mirada a verlo.
- Lo lamento Walls, estaba viendo el mar.
- Necesita descansar señorita Rodwell.
- Vamos, no me trates como si fuera una niñita – reía la chica – tengo 16 años, aun así, mi cosmos me da más fuerza.
- Aun así, debería descansar.
- Sí – justo cuando la inglesa se iba a dormir, lo que no se dio cuenta es que 3 personas solo la veían desde la cubierta, ocultando sus cosmos malignos.
- ¿Entonces al final vamos a matar a la heredera?
- Sí, su espada puede servir para nuestro emperador Poseidón – reía uno de ellos – recuerden, fuimos contratados como guardaespaldas de Rodwell, así que, cuando esté dando la conferencia en Nueva York, usaremos nuestros cosmos para distraer a todo el mundo, después de todo son contadas las personas que poseen cosmos y más a nuestro nivel.
- Somos fuertes guerreros de Poseidón, así que solo dediquémonos a tratar de robar la espada Excalibur de la heredera.
- ¡Bien! – con eso, los 3 solo se dividieron y fueron a sus dormitorios para pensar en el plan que harían.
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Horas después…
- ¡La heredera Claire Rodwell llegó a Estados Unidos y se reunirá en la sede de la ONU! – los periódicos y medios de comunicación llamaban la atención tratando de obtener más información sobre el encuentro.
Tal y como se decía, Claire llegó a Nueva York y se reunió con algunos miembros de la alta sociedad y del gobierno, lo mismo que el mismísimo Presidente de la nación norteamericana.
- ¡Un gusto recibirla Princesa Claire Rodwell! – decía el mandamás norteamericano haciendo una reverencia ante la rubia.
- El gusto es mío también.
- Bueno, creo que quiere hablar sobre negocios ¿no es así? – preguntó el Presidente.
- Por supuesto – hablaba amablemente la inglesa. Aunque justo en ese momento, los 3 tipos que iban como guardaespaldas de la princesa se miraron entre sí, aunque por el momento, no harían movimiento.
Joan por su lado venía recién de la escuela, sabiendo que ya era viernes, solo era cuestión de tiempo para relajarse un rato.
- ¿Qué debería hacer este fin de semana? ¿Jugar videojuegos o ver anime hasta tarde? – el chico pensaba en su plan de fin de semana, cuando de repente se le vino en ese momento la presencia de un cosmos algo extraño - ¿Qué es eso?
Joan solo miró para todos lados y aunque no le quiso prestar atención, al final terminó concentrándose más en detectar el cosmos tan extraño que sintió. Al pasar unos segundos, el chico lo sintió viniendo justo de un sitio algo alejado de donde vivía que resultaría ser la sede de la ONU.
- ¿Al mismo lugar en el que llegó la Princesa según las noticias? – aunque Joan quiso dejar el tema a un lado porque podría significar que lo más probable era el cosmos de la chica, aunque no se dejó convencer tal fácilmente y justo cuando tomó carrera notaba las noticias en la televisión.
- Last news! Princess Claire Rodwell has been attacked and is in a fight against unknown subjects who apparently possess the cosmos. The pólice and the armed forces can't do anything.
En el sitio, el edificio tuvo un agujero en una de las ventanas mientras que la inglesa batallaba contra los sujetos los cuales no se miraban muy peligroso, pero estos le daban batalla a la chica.
- ¿Qué quieren de mí? – exclamó Claire mientras aun no sacaba su espada.
- Pues queremos esa espada que posees Claire Rodwell, esa arma será útil para nuestro amo Poseidón.
- ¿Poseidón? – antes de que la rubia preguntara, este seguía siendo atacada por los chicos los cuales no la dejaban en paz - ¿Qué mierda les pasa?
- ¡Pues resulta que esa espada que puede cortar lo que sea, será una buena arma para cuando el ejército marino ataque de nuevo!
- No entiendo que dicen, pero juro que no haré que se salgan con la suya – la inglesa sacó su espada y solo la apuntó hacia los 3 hombres – así que, si quieren mi Excalibur, pues vengan por ella.
- ¡Maldita presumida! – el trio de sujetos se fueron en mayoría hacia la chica la cual lograba esquivar los ataques de los hombres, pero luchar sola contra ellos le daba bastante fatiga.
- ¡Disparen a esos que intentan agredir a la Princesa Rodwell! – exclamaban varios policías y algunos del ejército alistando sus armas, pero antes de que pudieran hacer algo, uno de los tipos lanzó una ráfaga de cosmos lo suficientemente fuerte como para que todos quedaran inhabilitados para batallar.
- Maldición… ¡¿no pueden contactar con la Mahou Shoujo Just Cause?!
- Ella no se encuentra en Estados Unidos en estos momentos, tal parece que se encuentra en Japón.
- Shit, ¿Qué podemos hacer para ayudar a la princesa?
- Ni idea, Just Cause era nuestra última esperanza.
- ¡Miren! – exclamó un soldado viendo como un chico venía corriendo hacia donde estaban ellos.
- ¡Oye, no puedes pasar por aquí!
- ¡A un lado! – el castaño que llegaba se trataba de Joan el cual saltó la valla de seguridad y se fue directo hacia donde estaba la batalla. La habilidad del joven impresionó a todos ya que no pensaban que en Nueva York hubiera alguien más con cosmos.
- ¿Irá con los hombres o salvará a la princesa?
- Ojalá que con la princesa.
- ¡Oigan ustedes! – gritó el mexicano hacia donde estaban los demás batallando y el cuarteto se detuvo para ver al castaño.
- ¿Y este quién es?
- ¡Oye, aléjate de aquí! ¡Es muy peligroso para que un chico como tu ande aquí! – exclamó Claire.
- Vaya, creo que me divertiré un poco con este tipo – sonrió uno de los hombres yendo rápidamente contra Joan, pero justo cuando iba a golpearlo, este lo detuvo con su mano - ¿Q-Que?
- Con ese cosmos tan débil, no podrás ganarme – reía el castaño un poco antes de darle un puñetazo en el estómago y mandándolo a volar un poco.
- ¡Maldito! – exclamaron los otros dos, aunque no se dieron cuenta de cuando la rubia sacó su Excalibur y la apuntó hacia ellos.
- Ahora pagarán caro su atrevimiento y recibirán el poder de mi hoja sagrada Excalibur.
- ¡No tan rápido princesa! – los dos tipos fueron directo hacia donde estaba el monarca, pero estos dos se detuvieron al ver como la rubia desapareció ante sus ojos - ¿A dónde se fue?
- No dejaré que le hagan nada – dijo el mexicano sosteniendo a Claire la cual quedó impresionada al estar en los brazos del chico.
- ¿Cómo es que tienes un cosmos así? – preguntó la chica bajando de los brazos de este.
- No puedo responder esa pregunta, pero sí puedo decir que soy un guerrero que lleva una vida normal, pero esto me orilló a quitarme por un momento esa vida.
- ¿De qué hablas?
- ¡Dejen de hablar mierda! ¡Los mataré a ambos! – uno de los tipos se dirigía hacia ambos, pero se detuvo al sentir como Joan emanaba un cosmos completamente fuerte - ¿Q-Que este cosmos?
- T-Tu – Claire miraba al mexicano el cual seguía concentrado en reunir energía.
- ¡Soy el Súper Guerrero Joan Fábregas! – gritó el castaño antes de que su cabello tintineaba de café a dorado hasta que finalmente llegó a este último color, el aura del mismo color y los ojos cafés pasaron a ser verdes llamando la atención de todos los presentes.
- ¿Q-Que demonios? ¡Y este cosmos de donde viene!
- ¿Joan… Fábregas? – repitió el nombre del mexicano la inglesa cuando lo escuchó decirlo.
- A ver, vengan por mí – les retaba Joan a los dos tipos, aunque apareció al que había golpeado.
- ¡Hijo de puta! – los 3 se lanzaron hacia el, ahora, peli dorado, pero este solo los esquivaba mientras que Claire admiraba asombrosa por el mexicano.
- Si no van atacarme, entonces lo haré yo – Joan cargó una gran cantidad de cosmos en su puño y solo apuntó al cielo, cosa que dejó confundidos a los demás – princesa, si quiere ver que haré, puede tomarme del hombro y la llevaré, a menos que se quede aquí.
- No… has peleado por mi valientemente Fábregas, por lo menos quiero ver hasta dónde llega tu poder.
- Muy bien, agárrese fuerte – exclamó el chico mientras desprendía su aura dorada y solo miró a los 3 sujetos – Vamos al Yomotsu.
- ¿Qué? – en menos de un segundo, todos se transportaron hacia el sitio en el que las almas en pena iban a caer hacia su eterno descanso.
- ¿D-Donde estamos? – preguntó con temor Claire mientras los guerreros de Poseidón también estaban anonadados.
- ¡¿Qué es este sitio?!
- Es la entrada al Inframundo, el monte Yomotsu.
- ¿Monte Yomotsu?
- No sé porque, pero de igual forma siento que esto es malo.
- Me hicieron salir de mi estado de relajación, juré no volver a despertar mi mayor poder ya que quería vivir una vida normal con mi familia, pero por ustedes tendré que renunciar a eso – decía molesto el mexicano – Princesa, más vale que se cubra porque esto se pondrá feo.
- ¿De qué hablas?
- Solo hágalo – ordenó el castaño y esta solo obedeció – ahora mismo, sabrán lo que es la fuerza de un Súper Guerrero.
- ¿Súper Guerrero?
- ¡Tonterías maldito mocoso! – gritó uno de ellos lanzándole varios rayos de cosmos los cuales Joan desviaba - ¿Por qué no te afectan mis ataques?
- Veo que tu cosmos puede dañar a varias cosas que hay alrededor, pero no a una persona – finalmente el castaño se puso serio ante eso – irán a conocer el inframundo.
- ¿Qué? – en eso, el chico solo lanzó un fuerte rayo de cosmos hacia los tres chicos los cuales trataron de detenerlo, pero les fue imposible y finalmente sucumbieron.
- Parece que no son rivales para mí – reía el mexicano – ahora ya es tiempo que vayan al más allá y si encuentran a Milton, le dicen que Joan le manda saludos… ¡Rayos de Muerte!
- M-Maldito seas… - un rayo de cosmos oscuro cayó sobre los 3 sirvientes de Poseidón y estos fueron enviados directo hacia la cima del Monte Yomotsu y finalmente cayeron dentro de este, siendo enviados al Inframundo en vida.
- Ya no hay de qué preocuparse Princesa, finalmente se fueron – decía el chico aun con su transformación.
- G-Gracias – Claire seguía mirando a su alrededor – p-pero ¿en dónde estamos?
- Estamos en la entrada del Yomotsu, el sitio que es la frontera entre el mundo de los vivos y el Inframundo, esos 3 cayeron directamente al Yomotsu – Joan señaló hacia la montaña que había – las almas caen en ese agujero y van al Inframundo para su eterno descanso, en el caso de esos, cayeron con todo y cuerpo.
- Ya veo, pero… ¿crees que podemos volver? Me da algo de cosa este sitio.
- De acuerdo – Joan solo levantó el dedo apuntando al cielo y en menos de un segundo volvieron cerca del edificio de la ONU – ya estamos aquí.
- Que rápido – la inglesa notó como el mexicano perdía la transformación volviendo a su estado base.
- Bueno, me voy, suerte Princesa.
- ¡Espera! – la rubia lo detuvo antes de que se fuera – has salvado a la heredera al trono, por lo menos espera una recompensa por parte mía o del Imperio Británico.
- No se preocupe por eso, lo hice desinteresadamente…
- No, aun así, pusiste tu vida en juego, así que quiero que vengas conmigo antes de que me vaya a Inglaterra de nuevo.
- Veré cuando pueda, pero de igual forma nos veremos luego Princesa.
- ¡Espera! – esta vez Claire no pudo detener a Joan y sin más este se fue del lugar - ¿Quién era ese chico? Sé que se llama Joan Fábregas, pero alguien con ese cosmos sumamente fuerte que venga a ayudarme sin esperar nada a cambio… es realmente digno de admirar.
Sin más, la rubia solo se fue al edificio de la ONU y todo el mundo quedó calmado cuando la vio, aunque esta seguía con la incógnita en cuanto al mexicano y esta se encargaría de averiguar más de él.
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Llegaba el sábado y Joan se quedaba solo en casa ya que su padre había ido a trabajar, así que, aunque se quedó algunas horas jugando varios juegos, el castaño decidió dar una vuelta, aunque saliendo de su apartamento, se topó con varias personas de esmoquin.
- ¿Quiénes son ustedes? – Joan los miraba fijamente - ¡¿son de la migra?! ¡Pero si estamos con visa de trabajo!
- Joan Carlos Fábregas ¿verdad?
- S-Sí, soy yo.
- Estamos aquí de parte de la Princesa Claire Rodwell, heredera al trono de Inglaterra, quiere una audiencia con usted.
- ¿Claire Rodwell? – el chico suspiró – ya veo, al final averiguó donde vivía luego de lo que pasó ayer.
- Necesitamos que nos acompañe – decía uno de los uniformados.
- ¿Está ella en el edificio de la ONU? – los guardias asintieron – bien, iré yo entonces.
- ¿Q-Que? – los demás no pudieron comprender eso y cuando menos acordaron, el castaño se terminó yendo del sitio y este solo se dirigía hacia el edificio de la ONU.
- Dios, al menos denme un poco de respiro, quiero dejar mi vida pasada como guerrero y al final me sale esto, al menos creo que Rafael y Ramón deben estar pasándolo bien, Claud estará bien al menos que Roberto, María y Frida la estén vigilando en la cocina.
Sin más, el castaño llegó al edificio de la ONU, traspasando los guardias a gran velocidad y llegando a la entrada en la que justamente estaba la inglesa.
- ¿Princesa?
- Fábregas, me alegro que hayas venido rápido.
- Pensé que eran los de la migra que habían venido a mi apartamento – reía un poco el castaño – pero vengo a hablar, así que terminemos rápido.
- Está bien – sin más, ambos ingresaron y luego de que se instalaron en una sala en la que había guardias mirando a ambos, hablaron un poco sobre algunos asuntos de vida, aunque siempre la inglesa le agradecía obre su ayuda – por cierto, ¿Qué fue esa transformación que usaste?
- ¿Mi transformación? Solo es una habilidad que posea, nada más.
- Incluso yo tuve problemas para hacerles frente a los 3, tu no tuviste ningún problema contra ellos, eso me intriga – la chica le daba un sorbo a su té - ¿Qué tan fuerte eres?
- No me considero fuerte, simplemente tengo algo de fuerza, esta transformación multiplica mi poder, nada más.
- No creo eso Fábregas, puedes transportarte a los límites de nuestro mundo y enviaste a esos tipos al mundo de los muertos, no eres alguien normal o común, eres todo un guerrero y eso me impresiona – Claire lo miraba más de fondo – fui escogida como heredera al trono por sacar la Excalibur y ahora tuve que desarrollar un cosmos fuerte para poder defenderme, aun así, miro que tengo bastante que mejorar.
- Yo era igual que tu – decía Joan – de mis amigos soy el más débil, aun así, cuando me convertí en guerrero tuve que mejorar muchas cosas. No me eligieron para ser guerrero porque fuera fuerte, me hice fuerte porque me eligieron, así que debes esforzarte si quieres hacerte más fuerte, al menos así decía una amiga – Joan solo recordaba aun poco de una charla que tuvo con Mia hace años.
- Lo tendré en mente Fábregas.
- Vamos, llámame Joan, no estoy acostumbrado a que me llamen por el nombre.
- Oye, no te pases con la… - antes de que un guardia siguiera, fue detenido por la inglesa.
- Está bien, es lo mínimo que puedo hacer, después de todo si no fuera por él, lo más probable es que estuviera muerta y sin mi Excalibur.
- Está bien Princesa.
- Pero… - Claire miró fijo a Joan – te llamaré por tu nombre si tú me llamas por el mío.
- ¿Qué cosa?
- ¡Princesa, no puede hacer eso!
- Él es mucho más fuerte que yo, así que solo sería hacerle un favor a mi salvador – reía la chica – entonces, ¿Qué dices Joan?
- Pues me agrada la idea… Claire.
De ahí, nació una amistad entre ambos la cual se fue agrandando durante los días que permaneció en Estados Unidos la monarca, aunque luego cuando se fue, prometieron un día encontrarse y seguir.
Luego de eso, la vida del mexicano continuó de forma normal, incluso preguntándose como estarían sus hermanos.
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Sinaloa, México.
- ¡Se me quema! – gritó Claudia mientras echaba una sartén con fuego al fregadero para que este apagara las llamas.
- ¿Se te volvió a quemar la comida? – preguntaba un chico de cabello negro y ojos color azul oscuro mirando a la morena.
- No entiendo Roberto, ¿Por qué todos pueden cocinar menos yo?
- ¿Qué pasó chicos? – una morena de cabello castaño y ojos de color café llegaba junto con otra de piel blanca y cabello y ojos castaños.
- Claudia volvió a quemar su desayuno – decía Roberto suspirando mientras que la mayor estaba en una esquina maldiciendo su mala suerte – no entiendo eso, ¿ustedes creen eso, Frida, María?
- Claudia es así – reía la morena menor – aunque creo que ya es exagerado de parte de Claudia que sea la única Fábregas que no puede cocinar.
- Ni siquiera puede lavar su ropa, solo falta que meta su ropa blanca con la de color.
- Aparte de que le va al América.
- Dios, por eso sigue soltera.
- ¡Ya basta! – gritó la chica bastante molesta por los comentarios de sus hermanos menores hacia ella.
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Continuará…
